Juicio a Bongiovanni: “Me daba miedo y vergüenza contarlo”

Comenzó el juicio por jurados a Juan Matías Bongiovanni. Organizaciones sociales, feministas y sindicales acompañaron a las víctimas. FM De la Calle registró el testimonio de dos ex alumnas del docente imputado y la opinión de entidades que brindaron su apoyo a las denunciantes. (Por Giuliana Crucianelli)

“Me enteré por redes cuando fue detenido y lo primero que pensé fue por fin, por fin se hizo justicia. Después me enteré que compañeras mías eran parte de las denunciantes y acá estoy apoyándolas, yo sé todo lo que vivieron”, dijo a FM De la Calle Antonela, una de sus ex alumnas.

El docente es juzgado por delitos de abuso sexual gravemente ultrajante agravado por la guarda de la víctima y abuso sexual gravemente ultrajante en perjuicio de dos alumnas. La jueza del Tribunal en lo Criminal N°2, Claudia Fortunatti, preside el juicio por jurados.

Intervienen la fiscala Marina Lara, la abogada Mónica Fernández Avello y César Sivo en representación de las víctimas y Leonardo Gómez Talamoni y Barbara Ságer por la defensa particular.

“Lo conozco desde 2003, por amigas que me contaban que él tenía relaciones con sus alumnas. Relaciones más que de alumno profesor, no en todos los casos sexuales, en algunas había cartas de por medio, relaciones diferentes a las que cualquier profesor podía tener una alumna”, contó Antonela.

“Quedó como un rumor de que era un profesor que buscaba relaciones con sus alumnas, después en 2007/ 2008 fui alumna de él en el colegio La Asunción y ahí corroboré todo lo que me decían. Vi muchas cosas, me han pasado cosas con él, no graves pero sí fuera de los límites”, contó.

La joven agregó: “Me daba vergüenza contarlo, siempre las mujeres tenemos vergüenza de contarlo, a mí me daba miedo contarlo, me sonaba todo feo, sabía que no estaba bien pero, por ejemplo, a mis papás no se lo conté nunca, no sé si hubo reuniones con otros padres en ese momento y en ese colegio”.

Además de su rol como profesor en San Francisco de Asís, San Vicente de Paul, La Asunción, el Colegio Americano y la UCALP, Bongiovanni creó Aclaró, un grupo de voluntariado social en Villa Esperanza donde participaban alumnas que seleccionaba él mismo para realizar tareas barriales.

En relación a la participación en dicho espacio, Antonela dijo que “siempre trataba de llevarte al grupo, no a todas, gente que elegía, 3 o 4 puntuales, no estuve en ese grupo pero hice viajes con él y el modus operandi era el mismo. Se hacía el amigo o el confidente, todo para acercarse, abrazos a las alumnas, todo tipo de acercamientos desubicados hasta que me enteré de una de mis compañeras de que le había pasado algo con él. Ahí me cerró la ficha de quién era y decidí no entrar al grupo y marcar distancia, él te hacía creer que te va a ayudar a resolver tu problema. Las intenciones eran otras, me ha pasado que se me ha acercado mucho hasta el momento de tener que correrme porque creía que me iba a besar. Y así con muchas otras compañeras”, argumentó.

Florencia, también ex alumna, manifestó ante FM De la Calle que “era sabido que cuando era tu profesor tenía una manera de trabajar desde la subjetividad de los pibes. Esto de abrir un espacio para que todos puedan contar episodios traumáticos o trágicos de su vida, eso tenía a todas las personas vulnerables, le daba una vuelta desde la piscología, desde un lado perverso que utilizaba para manipular, iba tendiendo redes de confianza con los chicos y vos te abrías y le contabas tus cosas y así fue funcionando”.

Reflexionó que “se tildaba a las chicas, que en ese momento eran nenas, de que se le tiraban encima. Hay una mirada muy dura con mis compañeras que se llevaban bien y al toque nos empezamos a dar cuenta de lo que pasaba”.

En referencia a la actitud de otros adultos docentes y directivos de las instituciones educativas ambas coincidieron que nunca hubo ninguna intervención ni expresión pública al respecto.

“En ningún momento hubo ningún tipo de intervención de ningún adulto, fui a dos escuelas donde él trabajó y no hubo nada, jamás. Eran comentario de las chicas de las aulas, era sabido, la mirada era enjuiciar a las nenas de 15 o 16 años que estaban en ese plan, que buscaban al profesor porque tenía facha”.

Florencia destacó que “se juegan muchas emociones, lo único que quiero es que se haga justicia, las pibas son re valientes, están sentando un precedente tremendo y estar acá es re movilizante porque son años de estar esperándolo, que ellas hayan agarrado la posta es tremendo, lo poco que podemos hacer es estar acá acompañando. Que se haga justicia por ellas y por la educación porque es tremendo el poco compromiso político de parte de adultos y de adultos educadores”.

“Me sobran los dedos de una mano para contar las falsas denuncias”

La madre del imputado, María Cristina Ferreyra, sostuvo que la acusación contra Bongiovanni “ha sido un shock muy fuerte para toda la familia. Confiamos en su inocencia. Así como le pasó esto a mi hijo, le puede pasar a muchos personas por falsas denuncias”.

Clelia Severini, responsable de Creer Sí afirmó, sin embargo, que “desde mi experiencia en fiscalía y en la ONG, el conocimiento empírico nos dice que es casi imposible llegar a un juicio si no hay pruebas. Lo de las falsas denuncias es una corriente que se llama ‘backlash’, que intenta contrarrestar este avance de la visibilización, sacando importancia a las denuncias, atacando a los profesionales que intervienen y creen en la palabra de los chicos pero esto no es más que el significado de un poderío que tiene la sociedad machista y que no quiere dejar que avance”.

“Si pensamos que la víctima tiene que pasar por la situación abusiva, después tener la capacidad y que se den las condiciones para poder hablar, después toda la investigación y después que se diga que es una falsa denuncia realmente es una afrenta tremenda. Desde nuestra experiencia decimos que en estos casos no hay falsas denuncias, en toda la experiencia que tenemos me sobran los dedos de una mano para contar las falsas denuncias, que más que falsas denuncias a veces es mala interpretación de las mamás respecto a los relatos de los chicos. Esas, cuando empieza la investigación y las pericias psicológicas, se caen, lo que sigue es veraz”, dijo.

Nora Dinoto, referente de la Red Local de Violencia de Género y la ONG NIDO, explicó que “ayudó mucho que a partir de la denuncia que hicieron se fueron sumando otras compañeras que habían transitado situaciones similares. Fueron descubriendo el común denominador que las unía, han recibido asistencia psicológica porque son personas que han tenido que ampliar denuncias, que se han tenido que prestar a pericias y lo han podido transitar porque la demanda es colectiva”.

“Es sumamente importante poder visibilizar todo lo que ha acontecido, llegar a judicializar esta situación es traumático pero también es sanador y ellas necesitan transitar esta etapa de poder sanar estas situaciones traumáticas. Creo en la justicia y creo que el Poder Judicial tiene pruebas como para poder evaluar esta situación y creo en las víctimas”, concluyó.

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