“La inteligencia artificial no tiene un código de ética que marque que no puede mentir”
La IA se plantea como una herramienta útil en diversos sectores y el área de salud no es la excepción. El médico y columnista de FM De la Calle Horacio Romano repasó sus ventajas y desventajas.
“Un artículo de la revista Nature de marzo, se pregunta qué implicancias tiene para el sistema de la salud. Hace un desarrollo basado en la buena comunicación, lo cual me lleva a otra parte, como dice un colega: ‘qué mal que comunicamos'”, refirió.
El texto analizado reza que una forma en que los modelos de lenguaje podrían mejorar la atención en el sistema sanitario es aprendiendo y produciendo lenguaje para ayudar a los pacientes a comunicarse con trabajadores del ámbito y entre ellos. Ejemplifican esta idea considerando que podría mejorar el cumplimiento de las prescripciones médicas, volviendo al lenguaje más accesible para el paciente y reduciendo la posibilidad de errores de comunicación.
Además, “en áreas de Estados Unidos donde faltan recursos para la salud el Chat GPT podría ser muy útil, por ejemplo en psiquiatría, psicología, en apoyo a estimular tratamientos de obesidad, hipertensión arterial, en reeducación del lenguaje. En la afasia, que es la capacidad de expresarse o entender”.
Aunque la IA ofrezca esas posibilidades “necesitás un humano que vaya repitiendo eso hora tras hora y la función de la IA en ese sentido puede ser francamente útil. Pero falta ajustar el algoritmo porque no todo lo que te contesta está adecuado”.
Por otro lado, el columnista se refirió a las búsquedas sobre patologías que se hacen en la web y destacó que “uno debe saber que las primeras búsquedas son patrocinadas y las que siguen abajo no tienen aval de nada, por lo tanto 1 de cada 3 adultos de Estados Unidos busca primero a Google antes que al sistema de salud y la mitad de ellos no van al sistema de salud, se quedan con eso”.
Finalmente, atribuye la instalación de la inteligencia computarizada en la agenda mediática y conversaciones a “una cuestión de marketing muy fuerte de las empresas que venden esto, principalmente Microsoft”.
Para su utilización en la medicina, sostiene Romano, falta mucho desarrollo y en la actualidad solo puede sumar en proyectos muy específicos o en un algoritmo simple de afirmación o negación muy simples relacionadas con la presencia de fiebre y tos.
“No tiene un código de ética que marque que no puede mentir”, resaltó.