Litio: “Nos encontramos regalando un recurso estratégico”
Jonatan Núñez, becario doctoral del CONICET, doctorando en Ciencias Sociales y maestrando en Energía por la UBA, analizó la explotación del litio, las estrategias de otros países y las regulaciones frente a las multinacionales. Además se refirió a la comercialización y a la transición energética.
“¿Qué hacer con el litio? Depende a quién le preguntes, la respuesta que vas a tener. Por un lado se lo plantea como una especie de salvación frente a una situación de restricción externa, de necesidad urgente de dólares, por el endeudamiento masivo que tiene la Argentina y también por el déficit económico que es ya desde hace varías décadas”, expresó a FM De la Calle.
Por otro lado, planteó que hay fantasías en cuanto a las potencialidades que tiene el mineral: “Se hablan de números estrambóticos, de inversiones masivas, de cientos de miles de millones de dólares que muchas veces no se concretan. Hay una mecánica de anuncismos” .
En la actualidad hay tres emprendimientos activos: el primero está a cargo de la empresa Livent en Catamarca que comenzó a funcionar en el año ’97 en el proyecto Fénix en el Salar de Hombre Muerto, el segundo proyecto es Salar de Olaroz en Jujuy, explotado por Allkem desde 2018 y hace semanas, se sumó el proyecto Olaroz-Cauchari de la empresa minera Exar en el salar ubicado en el departamento jujeño de Susques.
Livent está en proceso de concretar la fusión con Allkem (ex Orocobre). Se trata de las principales explotadoras del litio en nuestro país que conformarán la compañía NewCo.
“¿Cuál es la política que la Argentina está teniendo hacia el litio y cómo se diferencia respecto de la que están teniendo otros países como Chile y Bolivia? En Argentina desde el año ’94, desde la última reforma constitucional, tenemos una provincialización no solo del litio sino de todos los recursos naturales, lo que hace que sean las provincias quienes definen qué se hace con sus recursos”, detalló el especialista, quien consideró además que hay que discriminar en esa generalización a los hidrocarburos y realizar un análisis de los y por tanto del Código de Minería y la Ley de Inversiones Mineras.
Esas regulaciones aseguran estabilidad fiscal por 30 años, establecen el cobro tributario del 3% del mineral extraído por boca de mina y la garantía de obtención de divisas, entre otros puntos normativos en favor de las empresas. “A diferencia de Bolivia y Chile, Argentina no trata al litio como un mineral estratégico, esos países sí lo hacen, lo cual genera que haya una política estratégica. Hay un federalismo un poco Frankenstein porque distintas provincias terminan compitiendo entre sí para ser más seductoras para las inversiones generando ventajas para empresas gigantes con capacidades muy grandes”, añadió Núñez.
¿Transición energética?
“Hay una certeza, no se puede discutir el impacto indudable que tiene la quema de combustibles fósiles en el cambio climático. Desde el Acuerdo de París en adelante, incluso las grandes corporaciones petroleras están hablando de llegar a una situación de no emisión de gases de efectos invernaderos hacia 2050”, expresó.
Es por esto que se habla de una transición desde autos y artefactos de combustión interna hacia otros basados en electricidad generada a través de fuentes renovables, solares o eólicas. El litio es el acumulador de energía, no es generador.
“Hablamos de una transición energética que tiene en cuenta pasar de estos parques automotores contaminantes hacia otros en los que la energía sustentable sea la que banque un parque automotor que no no para de crecer”.
Ante la posibilidad de que la electromovilidad se vuelvan algo corriente, Núñez señaló que no solo se ve involucrado el litio, sino de cobre, cobalto, tierras raras y otros minerales. “El motor del auto eléctrico lleva el triple de cobre que uno normal, ejercemos una presión no sobre hidrocarburos pero sí sobre la energía que se utiliza para recuperar minerales como el cobre”, analizó.
Argentina, Chile y Bolivia conforman el famoso triángulo del litio, la técnica es evaporítica, es decir que el método de tratamiento es un proceso químico en cuencas cerradas, donde existen comunidades originarias que se ven directamente perjudicadas por el uso de cientos de miles de millones de agua para la obtención el “oro blanco”.
“Es indudable que se necesitan recursos, pero es necesario ver el lado B”.
Por otro lado, el investigador hizo hincapié en discusiones sobre la responsabilidad social de las empresas y la posibilidad -escasa- de empleo con salarios superiores para personas que residen en el territorio al que llegan las multinacionales por lo que “es bastante heterogéneo en cuanto al panorama en cuanto a cuál es la posición de las distintas comunidades”.
Reclamo de la comunidad en la Cuenca de Salinas Grandes y Laguna de Guayatayoc, Argentina.
La propuesta del gobierno de Chile
El país que preside Gabriel Boric es el segundo exportador de litio del mundo y en ese contexto, planteó una estrategia para la explotación del mineral y de la creación de una empresa nacional que compita con las que tienen proyectos activos en la actualidad (una estadounidense y una de origen chileno en la que China tiene importantes acciones).
Esa batería contempla otra técnica que es la extracción directa sin evaporación mediante el retiro de la salmuera, la extracción del mineral y su reposición. “Lo que me parece central es pensar qué modelo de sociedad estamos construyendo con todo esto, es lo que importa”, señaló.
Argentina también tiene polos de desarrollo, explicó, uno es Itec, una empresa de YPF y del Conicet, que tiene sede en La Plata y está pensando en el desarrollo de baterías. “Hay condiciones, pero si vos lo tenés que pensar a esto en escala discutiendo con las empresas de Elon Musk, y demás o las empresas alemanas automotrices, si vos realmente querés competir en condiciones de escala con China te resulta imposible. Muchas veces nosotros terminamos comprando baterías producidas con valor agregado en otros lugares”, dijo Núñez en ese sentido.
“El mundo está tratando de descarbonizarse, sin embargo nos encontramos regalando un recurso estratégico que ni siquiera mencionamos como estratégico”.