“Luché por él y si me hubieran escuchado yo lo tendría conmigo a mi hijo”
Corina Jiménez interrumpió al intendente Federico Susbielles durante la apertura de sesiones ordinarias del Concejo Deliberante para denunciar que su hijo no recibió ayuda para atender su adicción. Jorge (30) se suicidó el 5 de febrero. Corina coordina Los Pibes de Machimbre, una ONG que brinda contención y actividades en el barrio Noroeste. FM De la Calle se acercó a Brasil 1980 para conversar sobre la problemática de salud mental, adicciones y la falta de respuesta estatal a quienes lo padecen.
“Duele mucho. Mi hijo tenía problemas con adicciones, una lucha de tiempo. Llevaba una vida digamos que normal, que no era normal, había tiempos que trabajaba, cuidaba a su hijo. Tuvo internaciones voluntarias pero como era voluntarias no terminaba los tratamientos. Le hacía bien pero no terminaba”, relató sentada en la mesa de la sede de la organización, de espaldas a una bandera que reza “Los pibes se están muriendo, emergencia Bahía Blanca”.
En diciembre, el temporal destruyó la casa que su hijo estaba construyendo junto a su pareja. Solo les faltaba techar. “Eso a él le afectó muchísimo, me acuerdo que lloraba porque vio todo el esfuerzo que había invertido ahí. Todo lo que hacían era para la casita y de golpe no les quedó nada. Ahí comenzó de nuevo el consumo sin parar”. Jorge tenía un hijo de 8 años y su novia está embarazada.
En enero la situación empeoró y logró convencerlo de internarse en una comunidad en Buenos Aires, donde podría tratar su adicción. “El 8 de enero se vino en remis, una locura. Ahí otra vez volvió a consumir. Después cada vez estaba peor. Lo vi tan mal el 19 de enero, ya estaba agresivo, había cambiado, no parecía mi hijo. Ese día a la madrugada llamé al juzgado para que me lo internen. El juzgado hizo todo para una internación compulsiva, algo muy doloroso y traumático que venga la Policía, la ambulancia, las horas de espera”, añadió.
“Cuando viene el patrullero y la ambulancia se lo llevan. Hubo muchas horas de espera que tuvo que esperar él que no estaba bien y nosotros. Cuando lo atienden, unas chicas no lo querían internar, yo les decía que que no lo podía llevar así, que estaba mal. Que estaba en riesgo su vida y la de terceros porque a veces manejaba así. Le expliqué que ya había tenido intentos”.
Corina contó que habló con el director del Hospital Penna para que su hijo pudiera cursar un tratamiento en las instalaciones del nosocomio, pero un día después de confirmarle que iba a poder hacerlo, el joven recibió el alta. “Hablé con el director y le creí porque me dijo quédate tranquila que él va a estar 2 o 3 días más internado en la guardia y después lo podemos pasar a una sala de salud mental. Hasta 20 o 30 días puede estar. Me había dado una luz de esperanza, ese día volví contenta a casa”, dijo.
“Él me pasó con una profesional, Sabina, que me iba a ayudar con la internación. Hablé con la chica pero no hizo nada. Al otro día que hablé con Jorge le dieron el alta a mi hijo, a mí nadie me avisó, yo estaba en mi casa y era él me quería morir. ¿Cómo nadie me avisó? Ese día estaba tranquilo, a los pocos días volvió de vuelta el consumo. Parecía que era cada vez peor”.
“Me decían ‘vos tenés que hacer terapia. ¿Para qué? ¿Para ver morir a mi hijo? Yo no lo quería ver en un cajón ni que termine preso por todo esto y así fue. Ella me decía, el 5 tiene turno, te imaginás, le dieron el alta el 25 de enero y el turno para el CPA que le habían dado era el 5 de febrero. A vos te parece que una persona que sale de una internación espere 10 días para un turno?”, agregó la mujer.
“El 5 de febrero mi hijo se suicida. Fue el peor día de mi vida. Porque yo luché por él y si me hubieran escuchado yo lo tendría conmigo a mi hijo, yo nunca lo abandoné”.
La ONG, que cumple 16 años este 2024, fue impulsada en gran medida por el propio Jorge, quien desde su infancia ayudaba a sus amigos y amigas del barrio. En sus paredes también recuerdan a Maury, otro de los tantos jóvenes que se quitaron la vida en los últimos años.