Marcelo Valko: “Nuestro país hace hincapié en olvidar”
El autor de Pedagogía de la Desmemoria y Cazadores de Poder participará este viernes del ciclo Bahía Originaria, organizado por Kumelen Newen Mapu y FM De la Calle. Desde las 19 en Alem 925 se referirá a “la desmemoriada historia oficial”. Será a 164 años de la masacre indígena del 19 de mayo de 1859.
La conmemoración del episodio que la historia oficial bahiense registró como “el último malón” comenzará con una ceremonia en la plazoleta de 19 de mayo y Florencio Sánchez a las 8 y a las 17 con un chenque en Plaza Rivadavia, en el lugar donde fueron quemados los cuerpos de decenas de indígenas asesinados.
Valko es psicólogo y dedicó su carrera a la investigación antropológica en relación con el genocidio indígena y afrodescendiente. Además se especializa en etnoliteratura.
En diálogo con FM De la Calle, Valko afirmó que en nuestro país se hace “un culto al olvido” y caracterizó al general Julio Argentino Roca como un logotipo de la élite y su mejor empleado en el Estado, desde donde arrasó con todo, entregó millones de hectáreas a sus financistas y reintrodujo la esclavitud abolida por la Asamblea del año XIII.
“Yo tengo un diario que dice ‘se reparten niños indígenas’, como si fueran perritos”, mencionó y contó que Roca traicionó los valores de Mayo en su primer mandato y que en el segundo apuntó al movimiento obrero: “Fue una persona muy completa, el mejor empleado que tuvo la élite en la presidencia, se dictan las leyes represivas de nuestra historia. Hace hincapié en expulsar a nuestros extranjeros, no querían quedarse con las ovejas, con la fábrica, lo que esta gente quería eran 8 horas de trabajo, descanso dominical pago”, expresó.
“A mí no me interesa que le crean a Valko, lo único que me interesa es mostrar las pruebas que esta agente ocultó y que existen”, añadió.
“Dicen que es muy injusto criticar al general -Roca- con una mirada del 2000, que es tendencioso. Pero hay que pensar, por ejemplo, que el general Videla y Rodolfo Walsh eran hombres del mismo tiempo. Hoy en día lo tenés a Mauricio Macri y a Cristina, uno piensa así y otro asá”.
“Acá de lo que se trata es de que tenemos un país plural, una cantidad de miradas y voces que tenemos que aceptar como país y enriquecernos con esa pluralidad, nuestro país no es monocromo, es multicolor (…) La historia es un todo, no podés entender una cosa sin la otra, por eso mañana vamos a estar mostrando, además de pruebas una historia unificada, lineal, no solamente una cara de la moneda”.
En este camino, refirió que Adolfo Alsina concretó “la loquísima idea de Sarmiento de civilización o barbarie, los países latinoamericanos tuvieron y tienen indígenas. Al único que se le ocurre hacer una línea para separar humanos y subhumanos somos nosotros y Alsina la lleva a la concretud. Fue la obra pública más importante. Pero lo más importante son las consecuencias mentales y psicológicas de esa línea, de este lado somos los humanos y de este lado somos subhumanos, esa cosa solo la hizo Argentina concretando esa idea de Sarmiento”.
“Lo que la gente no tiene presente, es que Alsina mató muchísimos más indígenas que Roca, cuando él traza la zanja avanza, Carhué, Púan y Guaminí, la avanza y se planta. Después manda las expediciones. Cuando Roca asume como ministro de guerra después de la muerte de Alsina el trabajo está terminado, solamente hay que ir al sur que es lo que va a hacer Roca que tenía una capacidad teatral con su rimbombante Conquista del Desierto cuando no existió ninguna conquista”, comentó Valko.
Relató que “Alsina fue el que hizo la tarea más sucia, el que va a quedar como héroe de la patria va a ser Roca porque reparte hectáreas. Para mejorar su performance en su segunda presidencia se enfoca en los obreros”.
Por otro lado, se refirió a la estatuaria y la señalética, sobre la cual refirió que parece inmóvil, que no molesta pero derrama sentido y “la gente piensa que si el Estado la puso ahí arriba algo bueno habrá hecho, pero mucha de esa gente no merece estar ahí arriba, por eso la importancia de des-monumentalizar”.
“El terrorismo simbólico es mucho más perverso que el físico. Uno puede curarse una herida, pero para el simbólico se necesitan de pronto generaciones porque ese terror queda instalado en ese grupo en esas familias. Queda como traumático y eso provoca consecuencias, de pronto se necesitan una o dos generaciones para que esa sanación se produzca”, analizó.