Megacausa Zona 5: “A través de los secuestros se va renovando el accionar delictivo en una acción colectiva”
El fiscal Pablo Fermento destacó en su alegato la correlación entre los registros de inteligencia, los agrupamientos de militantes y los secuestros. “A través de la tortura se van dando las secuencias. Los aportes criminales no pueden aislarse a un caso sino que son aportes a totalidad a la empresa delictiva”, afirmó.
La Fiscalía expuso los casos de Oscar José Meilán y Vilma Diana Rial, ambos secuestrados en Patagones mientras viajaban en su auto con sus dos hijos. A través de la capucha pudieron reconocer la delegación de la PFA de Viedma. Más tarde fueron trasladados al centro clandestino de detención, torturas y exterminio La Escuelita de Bahía Blanca.
Meilán dijo que escuchó los gritos de su esposa mientras la torturaban. Los tomrnetos fueron permanentes, golpes, patadas, simulacros de fusilamiento.
El secuestro y abandono de los hijos del matrimonio quedó documentado en un expediente que inició la hermana de Rial ante el Juzgado Federal y en la Dirección de Inteligencia de la Policía de la Provincia de Buenos Aires.
A fines de 1976 Rial fue liberada en la terminal de ómnibus. Le ordenaron que volviera a Patagones. Meilán permaneció detenido en la UP6 de Rawson hasta 1979 cuando fue puesto bajo libertad vigilada.
Otro caso abordado por la Fiscalía fue el secuestro de Patricia Chabat, ocurrido en diciembre de 1976. Fue llevada a La Escuelita donde la torturaron con picana eléctrica en los dedos, en los pechos y sufrió abusos sexuales mientras era interrogada en relación a sus compañeros de militancia. Luego la trasladaron a la UP4. El 6 de abril de 1978 la liberaron bajo régimen vigilado, con la carga de presentarse en los ocho meses subsiguientes debiendo dar cuenta de sus actividades e informar sobre toda persona que la visitara.
La fiscala Molini expuso sobre los casos de Graciela Romero y Raúl Eugenio Metz y el hijo de ambos nacido en cautiverio. Graciela fue secuestrada mientras cursaba un embarazo de 5 meses y según el relato de la sobreviviente Alicia Partnoy, el niño nació entre la noche del 16 y madrugada del 17 de abril de 1977. La pareja aún permanece desaparecida y su hijo apropiado.
Varias fueron las gestiones de los familiares para dar con el paradero del matrimonio y el bebé. Desde la APDH de Neuquén, Noemí Fiorito de Labrune declaró que Arsenio Lavayén le dijo que el bebé se lo había llevado un matrimonio de Buenos Aires.
“Hay que destacar que la labor iniciada por sus abuelos fue continuada por Adriana, la hija, que había quedado al cuidado de sus vecinos al momento del secuestro y que hasta el día hoy sigue buscando a su hermano”, dijo Molini.