“Vivimos algo muy triste, muy difícil, no sé si todavía lo podemos dimensionar”

La secretaria de Políticas Sociales, Romina Pires, visitó FM De la Calle y habló sobre la estrategia municipal para hacer frente a las necesidades de una ciudad con un tercio de su población bajo la línea de la pobreza que sufrió, además, las consecuencias del temporal del 16 de diciembre.

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¿Cómo fue asumir y empezar a coordinar los resultados de la catástrofe?

Para cualquier gestión es difícil el proceso de llegar e ir aprendiendo la logística, qué botones hay que tocar para que la cosa funcione. Así y todo, con esos tres días, algo que entendemos con la gestión y con Federico como intendente es que estamos para actuar, gestionar y dar respuestas. Lo que salimos a hacer era ponerle el cuerpo, había que hacerse cargo de lo que estaba pasando en la ciudad y dar respuestas lo más ordenadas posibles.

Para mí el Comité (de Emergencia) fue un lugar que Federico lideró de manera brillante en términos de que sentó a todos los actores donde cada uno en diez minutos tenía que poder compartir qué estaba haciendo, cuáles eran los problemas y en esa misma mesa cómo se podía solucionar. Teníamos reuniones a las 8, a las 14 y a las 20, ese fue el esquema durante dos semana y la tercera dos reuniones al día.

Ese esquema, que tiene que ver con la planificación, nos permitió a las áreas articular, generar respuestas inmediatas y sobre todo potenciarnos. Hoy lo veo como un gran lugar donde pudimos articular acciones, planificar, resolver problemas, y sobre todo tener una agenda diaria donde todo el tiempo dábamos cuentas a la comunidad de lo que nos tocó atravesar a tres días de haber asumido.

¿Esa primera reacción al temporal cómo se articuló con el territorio teniendo en cuenta las dificultades de la comunicación?

No tener comunicación fue difícil. Los primeros cuatro días estuve incomunicada, me llamaban y no se podían comunicar, en un momento donde necesitás que lo que hacés se comunique y llegue rápido eso fue un gran obstáculo. Después empezaron a funcionar las líneas telefónicas y pudimos hacer un segundo momento donde empezó a funcionar todo un poco mejor.

De las crisis uno tiene que poder evaluar, no digo que esté terminando porque tenemos en claro con el intendente la pobreza estructural y todo lo que Bahía Blanca tiene con 120 mil personas bajo la línea de pobreza, es una situación que traíamos. Y una segunda crisis, el temporal, que viene por un lado a agravar toda esa cuestión social que ya estaba y lo nuevo: haber perdido sus viviendas, realmente no sé si dimensionamos lo que significó el temporal en Bahía Blanca. Cuando pasa el tiempo le vamos poniendo conceptos y palabras para entender lo que genera ir caminando por Bahía y ver árboles caídos, palos de luces por la mitad, gente que eso primeros días lloraba en sus domicilios porque se les cayó una pared, lo que significó la muerte de la gente que estaba en el club. Vivimos algo muy triste, muy difícil y no sé si todavía lo podemos dimensionar. Nos hace también fuertes, tenemos un equipo de trabajo en lo social, lo vi en el Comité de Crisis, gente con mucho compromiso, mucho amor por el Estado que no es menor, querés estar en esa función y saber que lo que nos mueve es que la gente pueda estar mejor.

La agenda de la política tiene que ser la agenda de la gente, que la agenda del día a día sea solucionar lo que le pasa al vecino, a la vecina, no solo que vive en barrios vulnerables sino muchas personas que se acercan a lo social con ganas y con capacidad de hacer. Creo que el Estado tiene que fomentar y articular eso y sobre todo ordenarlo en los territorios de la ciudad.

¿En esa presencia territorial con qué contás?

En primer lugar, organizaciones sociales, territoriales, religiosas y políticas que tienen una lógica de organización frente a la crisis, lo saben hacer muy bien, han afrontado la crisis de 2001, la pandemia. Cuando hay crisis en dos días ya te arman un dispositivo, yo le llamo puntos calientes, que es lo que se armó en muchos lugares, que es cocinar y acercarle comida a gente que no tenía luz, poder articular comida que tenían o recibían, que sepan a quienes tenía que ir esa ayuda.

Las empresas, los deportistas como Manu Ginóbili o Pepe Sánchez, donde no hicieron lo que quisieron sino que llamaron al Estado para ver en qué podían colaborar. Esa lógica es interesante, no hacemos islas cada uno sino, Federico Susbielles lo entiende así, es el Estado quien tiene que organizar y es el resto de los actores quienes tienen que poder articular para que eso llegue de una mejor manera al territorio. Las empresas, cuando el intendente convocó, vinieron y se armó un fondo extraordinario para que el Estado decida en qué gastar ese fondo.

En tercer lugar, el gran equipo de colegas trabajadoras sociales, y otros profesionales como abogados, psicólogos y psicólogas, que el primer día se pusieron a trabajar, no solo las colegas del Municipio sino que vino gente desde distintos lugares del Estado a ponerse a trabajar, PAMI, ANSES, Defensoría, Centro de Acceso a la Justicia, muchos profesionales que el lunes siguiente estaban desde las 8 de la mañana a disposición para la emergencia.

¿Lo alimentario surgió en primer término?

Hubo tres cuestiones. La primera era la seguridad alimentaria, que venía de base, veíamos que la gente había empezado otra vez a buscar comida en distintos puntos de la ciudad. En segundo lugar, lo habitacional. Techos volados, chapas que se cayeron, árboles que generaron algunas disrupciones y eso generó, en tercer lugar, en viviendas más precarias, que se les mojen colchones, frazadas, sábanas.

Esos tres puntos fueron nuestra prioridad para trabajar este tiempo para dar respuesta y sobre todo para trabajar un registro unificado que pueda dar cuenta de lo que pasaba. Por eso Emergencia Bahía, que fue una primera intervención rápida donde se intentó que los datos no estén sueltos, fue una estrategia del intendente, y con el trabajo de trabajadoras sociales y organizaciones que están en territorio unificamos y armamos una base de datos que se complementa con Emergencia Bahía.

En ese esquema trabajamos, lo alimentario es lo más rápido de resolver porque no implica mucha logística, retomo que aumentamos la tarjeta del Municipio, lo hacemos antes del temporal porque nuestra idea de política social fuertemente tiene que ver con la transferencia de ingresos y la autonomía del sujeto.

Es relevante que la persona pueda decidir qué comer…

Y qué comprar. Súper importante y ahí queremos incorporar esta semana cómo a esa tarjeta social le podemos ir sumando cómo comer, cómo alimentarnos de una manera saludable, que es para mí es uno de los temas pendientes a nivel nacional. La alimentación es clave, hay muchísimos estudios que dicen que si te alimentás mejor tenés un montón de impactos en tu vida. Hay que lograr que todos los sectores, sobre todo los más vulnerables, puedan tener una alimentación más saludable.

Estamos trabajando con nutricionistas, con un equipo, para ver cómo trabajar en economía social, huertas, y cómo eso puede impactar en la tarjeta, por ejemplo, que haya productos seleccionados en los supermercados. Hace poco el CREEBBA nos transmitió 58 productos que son los que tiene que tener una canasta saludable para niños en primera infancia, trabajamos con ese listado para ver cómo hacer que la gente vaya eligiéndolos, cuando uno tiene información o se capacita empieza a elegir algunos de ellos. Cómo el Estado puede promover hábitos saludables es también parte de nuestra política social.

¿En los puntos calientes ya lo están implementando?

Son organizaciones sociales que ya existen o religiosas o políticas que se organizan rápidamente frente a la crisis y el Estado toma esos puntos de referencia validados por la comunidad y acompaña para que ese punto sea viable. Enviamos alimentos frescos y secos, en algunos garrafas y ollas, para que puedan abastecer en distintas cuestiones y trabajar para que haya alimentos frescos que fue lo más difícil porque habíamos armado un convenio con INTA y productores de Sauce Chico y ellos perdieron casi todo. Habíamos cerrado un esquema de trabajo para que todos los puntos de la ciudad puedan tener abastecimiento de frutas y verduras y cuando pasa esto se vieron muy tocados con el temporal y perdieron gran parte de la cosecha, estamos buscando otras estrategias para acompañarlos, son más de 50 familias y para nosotros era una gran política pública poder articularla y pensar con ellos el mejoramiento de alimentación saludable.

Buscamos que además de la comida empiecen a circular otras cosas, articulamos con los móviles de salud y armamos postas con provincia con una mirada integral, no solo lo social y la salud sino la mirada de la persona como algo integral en el territorio.

Algunos puntos siguen hoy, hay barrios que tiene situaciones estructurales, seguimos acompañando, en otros aparecen otro tipo de demandas, gente que no llega a pagar el alquiler, o pagos y la supervivencia del día a día.

Empezamos a trabajar y acompañar en una lógica territorial donde la mirada de salud, educación, trabajo y seguridad alimentaria sea integral y estos puntos sean de encuentro, donde circule la palabra, donde aparezca la cuestión de la salud mental. La comida tiene que servir para encontrarnos, hablar y pensar en otras cuestiones y sobre todo el fortalecimiento de las redes comunitarias que para nosotros es fundamental. Estado, organizaciones sociales, empresas, pymes que también quieren ayudar pero tiene que estar articulada.

Cuando hablamos con comedores y organizaciones nos planteaban que el Municipio quiere poner el foco en la presencia territorial en las delegaciones. Esto mostró algunos límites porque a veces la ayuda no llegaba o habían tenido una experiencia previa negativa en gestiones anteriores.

Hay dos líneas. Las delegaciones tienen una función que como decís el intendente marca un poco que tienen que ser activas, trabajar para mejorar la situación de los barrios, las calles, el agua, los árboles. Y después está todo el equipo profesional en las delegaciones pero que no son las trabajadoras sociales de las delegaciones sino el equipo que hoy está ahí pero también en sociedades de fomento, unidades sanitarias, y tienen el trabajo de articular las redes barriales para fomentar lo que existe y fortalecer y pensar qué otras cuestiones se pueden generar en los barrios.

El relevamiento de barrios populares arroja que son más de 40, cada barrio tiene una lógica distinta, problemáticas similares y también fortalezas, hay territorios que saben trabajar muy bien la recolección de basura –como Caracol y Noroeste-, otros tienen capacidades donde acompañan, por ejemplo en Miramar, una red que funciona muy bien en lo que el sector requiere. El Estado tiene que poder potenciarlas a través de la capacitación y el trabajo para que empicen a pasar otras dinámicas y el trabajo se vuelva un ordenador de la sociedad, la educación otro punto a tener como eje para que todos podamos estar un poco mejor. Sin eso es difícil pensar que la gente pueda tener otra proyección en su vida.

Existen hoy políticas públicas que nacieron como muy buenas en los 90 y hoy hay que seguirlas pero mejorarlas en sus contenidos y objetivos para que tengan otro impacto en el territorio.

¿Por ejemplo?

Mamás Cuidadoras. Para mí es un proyecto hermoso, con una gran coordinadora que hoy es trabajadora municipal, pero que tiene un nombre que hay que revisarlo. Mamá cuidadora nos lleva a otra época, otro momento y es necesario que los nombres de las políticas públicas vengan a hablarnos de lo que esas políticas implican. Por eso estamos presentando un programa que tiene que ver con puntos de encuentro comunitario, encuentros que ya existen comunitariamente pero que el Estado los tiene que visibilizar y fortalecer. Si vos tenés una política que tiene el mismo contenido de los 90 es un problema.

Otro tema puntual que mencionaste es el de las garrafas. ¿Cómo se va a trabajar con la preocupación del costo de las tarifas y del sector específico de la población que depende de las garrafas?

Sí, hay dos cuestiones, por un lado el aumento de la tarjeta social también tiene una impronta que tiene que ver con ir entendiendo que la realidad necesita revisar este instrumento como fue la tarjeta. Pensá que cuando asumimos estaba a 1890 pesos, ese número no se modificaba desde 2019. A cuatro o cinco días de asumir la aumentamos a 25 mil con una idea clara de que la transferencia del ingreso tiene que estar puesta en la seguridad alimentaria y sobre todo en la garrafa social. Al respecto estamos terminando de diseñar un programa, entendemos que tienen que ser una respuesta para sectores que no tienen gas y también tiene que tener una respuesta cómo afrontamos el inverno. Son dos frentes que para mí son ya, parece mucho pero falta poco. Tienen que ver con la reutilización de la leña.

¿Cómo lo van a trabajar?

Ya se está acopiando, lo estamos trabajando con Pablo Bianco. La semana que viene vamos a tener una reunión con el Conicet, ellos nos trajeron una propuesta interesante de leñas sociales, leñas ecológicas, la idea es trabajarlo desde distintas áreas. Venimos con esta idea fuerte de las agencias, cada tema lo tenemos que trabajar sí o sí entre distintas áreas como ambiente, hábitat, lo social, el arbolado urbano, cada área tiene para aportar y potenciar el proyecto.

¿En Niñez qué cambios proyectan? Es un área donde la precarización era permanentemente denunciada por las trabajadoras y los trabajadores.

Sí, precarización laboral tenemos en toda la Municipalidad.

¿Son más de 700?

En Políticas Sociales son 258 de una planta de 640 más o menos, es un numero alto, en Niñez te diría que es la mayoría, son 168. Hay una decisión política del intendente de hacer primero un diagnóstico claro de cuántas personas tenemos- que ya lo sabemos-, segundo un mejoramiento de las condiciones laborales, eso implica evaluar cada programa, cada política pública e ir haciendo un plan.

La realidad es que el escenario es difícil en términos de que entrás a un Municipio donde más de la mitad de la gente está una situación de precariedad, es imposible que el Estado en un año pueda revertirlo. Como la decisión del intendente es que esa cuestión mejore, vamos a armar un plan de recategorización y de traspaso que nos va a llevar un tiempo.

Niñez es un tema que nos preocupa muchísimo, por la situación en la que están muchos lugares, de precariedad no solo de trabajadores en lo laboral, sino de las instituciones propias. Tenemos 5 hogares proteccionales donde viven niños, niñas y jóvenes que han tenido sus derechos vulnerados…

¿Cuando decís precariedad a qué te referís específicamente?

Mejoramiento de los lugares, son casas donde es necesario mejorar el patio, si uno mejora lo edilicio mejora el proyecto de vida de cada uno de esos nenes y nenas, mejora su proyección si un lugar es lindo porque afuera también puede haber cosas más lindas, si la gente vive en lugares feos es muy difícil pensar que algo puede ser más lindo. Hay que mejorar el lugar donde uno vive, poner espacios de creatividad, de educación, espacios donde se pueda jugar.

Y después mejorar los programas de nivel territorial como el Mamás Cuidadoras, más allá del nombre, todo lo que tiene que ver con lo edilicio de los centros de día, hay una decisión para que sean mejores y si no se puede también es decisión del intendente que haya lugares nuevos que puedan atender a niños y niñas que hoy necesitan.

Por último, ¿cómo continúa el trabajo del Consejo de Políticas Sociales?

Es un lugar clave porque nos sentamos a pensar las políticas sociales, si bien uno llega con un proyecto e ideas, es fundamental el ida y vuelta con los distintos actores. En estas cuatro reuniones que tuvimos fue un espacio de mucho aprendizaje y de ir cambiando algunas cuestiones que habíamos planificado. El intendente pensó esos lugares de co construcción, donde cada actor tiene algo para decir y lo que se trae se trae de la experiencia de años de trabajo y el Estado tiene que poder escuchar y tomar en la agenda propia esos aportes.

Ha sido así, las mejoras de estas semanas fue gracias a los aportes de estos actores que participan en el Consejo a los cuales les agradezco, en la última reunión había 68 personas, y ahora vamos a trabajar en comisiones para que sea operativo, cuando nos reunamos habrá un encargado de cada comisión de contar la agenda de trabajo.

Respecto a algunas quejas o reclamos puntuales donde no termina de llegar la ayuda o se dice que se le entrega a la misma gente…

Dos cosas, hay un registro en cada lugar donde las (trabajadoras) sociales entregan el recurso con un porqué y si hay lugares que no llega, puede pasar, intentamos en todos lados pero la ciudad es grande, les pido que a través de las sociales o a través de la radio en este caso nos acerquen los pedidos para poder darles respuesta.

Estamos empezando a hacer esta semana un formulario donde la gente anota su merendero y su comedor y armar un registro nuevo para nosotros de todo lo que hoy existe, hay cosas que no aparecen en ningún lado, somos una gestión nueva, por eso les pido a todos los que tienen merendero o comedor que se comuniquen, se registren, la idea es empezar a tener visitas, acompañamiento, que no sea solo un lugar aislado sino que el Estado sea parte de ese esquema territorial.

Queremos saber y conocer de todos los territorios, en todos ellos hay capacidades y gente distinta y es necesario que nos conozcamos y trabajemos juntos.

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