Pozo de Vargas: se identificaron a 116 personas y aún hay 33 sin identificar
Finalizó la excavación en la fosa tucumana donde, tras 20 años, se encontraron restos de 146 detenidos desaparecidos, quienes fueron arrojados a 40 metros de profundidad. Marta Rondoletto, periodista y presidenta de la Fundación Memorias e Identidades del Tucumán, dialogó con FM De la Calle.
De acuerdo al informe del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAFF), fechado el 15 de diciembre del año pasado y elevado al Juzgado Federal N°2, a cargo del juez Fernando Poviña, entre los restos óseos hallados -hasta el momento-, 28 perfiles genéticos son de mujeres y 121 de hombres. Entre ellos, se identificó a 118 personas y aún hay 33 sin identificar.
“Todos estos años se ha estado excavando e investigando, a medida que se iba obteniendo más información, los restos identificados dieron cuenta de personas denunciadas como desaparecidas a partir de la dictadura cívico militar, pero también hay personas que habían desaparecido con anterioridad en lo que se conoce como Operativo Independencia, que se desarrolló en Tucumán un año antes del 24 de marzo”.
Se refiere a la actuación ordenada el 5 de febrero de 1975 por el Decreto Nº261/751011 del gobierno constitucional de María Estela Martínez de Perón, al Ejército Argentino y la Fuerza Aérea Argentina, para «neutralizar y/o aniquilar» el accionar de lo que se definía como «elementos subversivos» en la Provincia de Tucumán.
En su transcurso, las fuerzas armadas instalaron en la provincia un régimen de estado de sitio, con aplicación de técnicas sistemáticas de terrorismo de Estado, que incluyeron gran cantidad de desapariciones forzadas y el establecimiento de centros clandestinos de detención. El Operativo estuvo inicialmente al mando del general Adel Vilas -quien luego fuera segundo comandante del V Cuerpo de Ejército con sede en Bahía Blanca- y del general Antonio Domingo Bussi.
“Hay muchos que fueron secuestrados en las provincias del NOA, militaban en esas provincias, fueron secuestrados allí y llevados a Tucumán para ser sometidos a las torturas, siempre con carácter de desaparecidos”, afirmó la periodista.
En relación a los 33 cadáveres del Pozo de Vargas, de los cuales no se pudo establecer su identidad, cabe aclarar que está hecho el estudio genético pero falta la comparación con el grupo sanguíneo del familiar. Lo que sucede es que no existe la muestra de algunos familiares para hacer la comparación.
“Nuestra preocupación es tratar de saber dónde están esos familiares. Se trabaja con campañas de difusión, como la campaña latinoamericana. En el caso de Tucumán, la Secretaría de Derechos Humanos de la provincia tuvo un rol importante de salir a buscar a los familiares. Llevó muchos años el poder recabar la información”.
El 2 de noviembre de 1976 el padre, la madre, la hermana, el hermano y la cuñada de Marta Rondoletto fueron secuestrados, desaparecidos y asesinados por la dictadura cívico militar. Posteriormente en 2016 pudo identificar los restos de su familia encontrados en el Pozo de Vargas.
“La información que yo tenía era que mi familia había estado en Jefatura de Policía, luego fueron vistos en el Arsenal Miguel de Azcuénaga, que es una unidad militar bastante próxima a la ciudad. Con el tiempo hubo rumores de que había habido gente desaparecida ahí pero con la recuperación de la democracia, se consiguieron los testimonios”.
Además, la periodista añadió que “los restos aparecieron en la fosa, lo que me hace suponer que decidieron juntarlos y arrojarlos allí. Tiene que ver con la forma en que procedieron los genocidas para deshacerse de los cuerpos. Hay una hipótesis que dice que en realidad todos fueron enterrados en el Arsenal y que, para garantizar que no se encontraran, buscaron otro lugar y se encontró el Pozo de Vargas”.
Si bien concluyeron con las excavaciones en su interior -se llegó a un piso técnico- aún queda mucho por realizar. Por ejemplo, pasar por una zaranda el contenido de cerca de 500 bolsas de material que se extrajeron desde las entrañas del pozo. Esta tarea es clave porque en ese sedimento hay objetos que pueden ser útiles para reconstruir historias, como un rompecabezas de nuestra memoria reciente. En los últimos meses, se hallaron anillos, anteojos, proyectiles de armas, fragmentos óseos y hasta dientes.
“No son demasiados los restos de desaparecidos cuyos esqueletos están completos, en el caso de mi familia los restos no están todos, falta examinar ese barro extraído en la última etapa que contiene restos de cadáveres y otras pertenencias”, comentó Rondoletto.
En la actualidad, en el predio desarrollan las tareas de investigación integrantes del Colectivo de Arqueología Memoria e Identidad de Tucumán (CAMIT).
En Tucumán, Abuelas de Plaza de Mayo tiene nodo de su Red por el Derecho a la Identidad y todas las personas que quieran colaborar para encontrar a sus nietos/as pueden contactarse con Alejandra García Aráoz (APDH Tucumán) y Carolina Frangoulis (Comisión Hermanos de HIJOS), a los teléfonos (0381) 15 6113585 o (0381) 15 609 8278. Correo: [email protected]; [email protected]
En el caso de la Secretaría de Derechos Humanos de Tucumán, para la entrega de una gota de sangre que puede ser un camino hacia la identidad, el contacto es (0381) 484-4000, interno 339.