“No hay forma que alguien con tanto poder, con esa diferencia de edad, pueda llevar con una menor una relación consentida”

¿Cuándo y por qué decidieron denunciar? ¿Cómo fue atravesar el proceso judicial? ¿Están conformes con la condena? ¿Qué sienten cuando las acusan de haber realizado denuncias falsas? Tres de las denunciantes del docente Juan Matías Bongiovanni brindaron su testimonio a FM De la Calle.

Suyay Bobb tiene 29 años, estudia acompañante terapéutico en la UNS, es madre de 2 niños y otro en camino. Sofía Bono tiene 30, es licenciada en servicio social y se especializa en masculinidades, actualmente trabaja como secretaria. Luz Guerrero tiene 32, es empleada municipal, docente de teatro y madre de uno. Ellas, junto a otra víctima, denunciaron a Juan Matias Bongiovanni por abuso sexual.

De esas cuatro denuncias, solamente los casos de Suyay y Sofia llegaron a juicio, Luz declaró  en calidad de testigo porque su causa estaba prescripta por el tiempo transcurrido. Juan Matias Bongiovanni fue condenado por un jurado popular y sentenciado a 10 años de prisión e inhabilitación para ejercer como docente y trabajador social por el delito de abuso sexual gravemente ultrajante agravado por la guarda. Durante el proceso se radicó una nueva denuncia que abre otro escenario.

¿Cómo empezó todo?

Sofia: Se contactó uno de los chicos que habían conformado el grupo Aclaró que iban a Villa Esperanza, liderado por Juan Matías y me dijo queremos hablar con vos de varios sucesos. Empezaron a ver -con el tiempo y desde una perspectiva de adultos- actitudes de Bongiovanni que no les gustaban y me dijeron queremos saber por qué vos te fuiste de un día para el otro. Yo internamente ya sabía por dónde venía y estaba decidida a dar el paso necesario. Fue en diciembre la primera vez que lo conté en voz alta. Me preguntaron si tenía ganas de denunciarlo y lo primero que pensé fue que sí. Lo hice porque si denunciaba sentaba un precedente por si más chicas se animaban a denunciar.

Suyay: Como Sofi, hubo un contacto por nuestros ex compañeros del grupo Aclaró, que era un voluntariado que dirigía y era responsable Juan Matías, y una vez que empezamos a contar lo que nos había pasado, al igual que Sofi, no había podido decir que me había sucedido hasta ese momento. Empezamos a ver que los relatos se iban repitiendo y dijimos hagamos algo. A raíz de esto empezamos a pensar en hacer las denuncias y en llevar todo esto a un proceso judicial que fue lo que hicimos ahora.

Luz: El proceso mío fue igual, me contacta uno de los chicos ex Aclaró preguntándome el motivo de mi salida del grupo y si en algún momento había vivido una experiencia poco agradable con Bongiovanni. Ahí entendí por dónde venía la mano. Porque yo había vivido alguna situación difícil de sostener y de manejar, le expliqué que sí. Y me dijo si querés nos juntamos y lo charlamos, me dijo que en eso no estaba sola, que se habían contactado otras chicas a las que les habían pasado situaciones similares y a partir de ahí éramos todos ex Aclaró encontrándonos para chalar de eso que nos había pasado.

A mí me contactan en febrero del 2019, los primeros contactos habían sido en diciembre de 2018. Las denuncias las hacemos en marzo 2019.

¿Qué edad tenían cuando inician en Aclaró y cómo funcionaba el grupo?

Suyay: Cuando inicio Aclaró tenía 15 años, a Bongiovanni lo conozco como docente mío en el Colegio La Asunción, era profesor de Derechos Humanos y Ciudadanía y Aclaró era extracurricular. Él nos invitaba. Pensamos que era una invitación abierta a todos los alumnos del curso pero nos fuimos dando cuenta que había una selección de su parte de a quién invitar. Estuve 4 años participando activamente, íbamos todos los sábados a Villa Esperanza.

Luz: Ingresar al grupo era a través de la invitación de él y el trabajo que se desarrollaba en el barrio era a través de un voluntariado social, de hacer actividades con los nenes, dar apoyo escolar, dar meriendas, actividades para juntar fondos para realizar una actividad, ayudar a la gente del barrio en las solicitudes de elementos de construcción.

Sofía: Inicio al siguiente año de ser alumna de el en San Vicente, tenía 15 años. Íbamos al barrio y hacíamos un fin de semana actividades de voluntariado y otro fin de semana hacíamos dinámicas de reflexión donde exponíamos todo lo que nos pasaba como adolescentes que éramos.

¿En qué consistían esas dinámicas de reflexión?

Suyay: Eran variadas, reflexionar en nuestras angustias. Él nos preguntaba. Éramos todos ex alumnos y adolescentes, una etapa vulnerable de nuestras vidas, qué adolescente no tiene algún conflicto en ese momento. Los momentos se basaban en esto, a raíz de disparadores, canciones, la lectura de la Biblia, traía muchas cosas de la religión y a raíz de esto la idea era que nos abramos y le contemos todo lo que nos pasaba. Y él tomaba nota de esto.

¿En qué sentido tomaba nota?

Sofía: En estas actividades era él el primero en contar, en exponerse, en llorar y ya generaba confianza onda si está llorando él yo también tengo que decir algo. En caso de que no tuvieras nada esa semana te decía pero ¿no estás triste por nada?. En mi caso personal tenía muchos conflictos en mi casa y él me decía sabés que podés contar conmigo, que me podés llamar en cualquier momento que yo voy a estar, sos especial. En mi caso me decía que yo era su hermanita y que me cuidaba como tal. Yo lo admiraba y lo quería como un hermano, literal, cualquier cosa que me pasara se la confiaba a él.

Luz: En esta cuestión de que él podía tener registro, porque esas tareas eran cuestiones verbales, teníamos que contarlo en el grupo y, además, tareas por escrito, reflexiones, comentarios entre nosotras, o hacia él, contando tu mayor angustia. Esos papeles se los quedaba, después contaba con esa información, hacía mucha hincapié en las angustias, en los momentos de dolor, conocer tu pasado, qué es lo que más te marcó en la infancia. Hoy entendemos que era para conocer puntos débiles y quién era el más vulnerable, una presa más fácil de atrapar.

“Hacía mucho hincapié en conocer tu pasado, qué es lo que más te marcó en la infancia. Hoy entendemos que era para conocer tus puntos débiles y quién era más vulnerable, una presa más fácil de atrapar”.

¿En el marco de Aclaró fue que se dieron los abusos?

Luz: Algunos sí, otros por fuera de las actividades, algunos dentro de las mismas actividades propuestas por él y otros en viajes, en campamentos, en momentos de convivencia, él aprovechaba y siempre tenía el motivo por el cual llamarte aparte, a solas. Y te sacaba y era el momento en el que aprovechaba a abrazarte, besarte, a decirte hoy te noto distinta, contáme. Y aprovechaba este acercamiento y otras cosas más.

Suyay: Con el paso del tiempo nos fuimos enterando que no solamente chicas que han pasado por el grupo Aclaró, sino chicas que fueron solamente alumnas eran abusadas. Ya como docente alumna generó esa confianza y cometió los abusos dentro de las escuelas, no solamente el voluntariado. Quizás casos que son más alejados por nuestras edades o porque no eran en nuestras escuelas, de ahora.

En el Hogar también. Él además de ser docente era trabajador social y participaba del Hogar Mamá Margarita, es un hogar muy conocido que tiene a cargo muchísimos chicos con diferentes historias personales, y dentro de este hogar también ha cometido abusos con chicas que eran institucionalizadas, que estaban bajo la responsabilidad no solamente de Nela Agesta, quien es la fundadora y la que lleva adelante las tareas en el hogar, sino también de ellos que eran sus cuidadores. Juan Matías Bongiovanni fue cuidador de menores, su familia también participó por mucho tiempo en este hogar. Tenían a su cargo menores de edad.

“Durante el juicio se radicó una denuncia más contra Bongiovanni, es de una chica que vivía en el Hogar Mamá Margarita”.

¿Qué particularidades hubo que hizo que se lo juzgue por los casos de dos denunciantes y Luz entre como testigo?

Sofía: Somos 4 las denunciantes, Luz también. Las 4 pasamos por pericias psicológicas. Una vez que empiezan a ver los hechos, la causa de Luz y de otra compañera estaban prescriptas, las nuestras no y por eso llegan a juicio. Luz es en calidad de testigo pero a la vez denunciante. Cuando la sentencia quede firme puede llegar a pasar que las causas que estaban prescriptas ya no lo estén porque la comisión de un nuevo delito hace que se frene la prescripción y se vuelva a contar. Esto está bueno para las que hayan pasado antes que nosotras y se quieran animar a denunciar.

Suyay: Estamos en este proceso, veíamos que esta sentencia, la entendimos como una parte de nuestra lucha, teníamos ya en cuenta seguir con esto para adelante porque las responsabilidades son varias, ya con haber tenido una condena que fue por nuestros hechos, al tener una sentencia firme podríamos llegar a que las prescripciones se caigan, eso abriría una puerta a nuevas denuncias y ahora vamos por eso también. Viendo las responsabilidades institucionales que tenían, a través de las escuelas católicas donde se supieron los casos, hubo denuncias en las escuelas y nadie tomó cartas en el asunto y eso permitió que pueda seguir abusando en otras escuelas, dio clases más de 20 años.

“Hemos llegado a contar 30 chicas que conocemos de casos que nos fueron llegando a raíz de que hacemos la denuncia pública”.

En el juicio algunas personas declararon que había rumores de que esto pasaba con alumnas, ¿era algo que podían percibir o sentían que les pasaba solamente a ustedes?

Luz: Era algo que se comentaba en los pasillos, entre compañeras, viene de la otra escuela porque pasó algo. No se sabía confirmado. Era el profe piola que todos esperaban tener. Hoy lo vemos a la distancia y decimos creo que de Derechos Humanos y Ciudadanía no sabemos nada, gracias a él al menos, de su materia no sabemos nada. Su espacio curricular lo utilizaba para acercarse. Él mismo se ocupaba de empañar esos rumores que había.

Entre profes ellos veían que tenía un nivel de captación entre los alumnos que era diferente, raro. Y que según lo que dicen, no sabían nada. Sin embargo nos consta que de un colegio se fue por la denuncia de una madre y que no advirtieron al otro colegio que ingresaba con esta conducta. Ahí es donde se le siguió permitiendo esta relación directa con alumnas.

Sofia: Nos daba catequesis, todos estaban esperando tenerlo como profesor, y ni bien entró dijo seguramente escuchen muchos rumores de cosas mías pero lo hacen porque me quieren ensuciar porque hago cosas distintas. Cuando escucho que se va de San Francisco por la denuncia de una mamá dije ah, es esto, lo están ensuciando. Con 14 años no lo creí. Con el pasar de los años empezás a sumar y decís todo eso es verdad. Pero a San Vicente viene después de que lo inviten a irse de San Francisco por esta causa.

¿Cómo enfrentaron el proceso judicial? ¿Las afectó de alguna forma que se haya querido instalar que sus denuncias eran falsas?

Suyay: Primero hicimos la denuncia en Fiscalía porque habíamos tomado la decisión de que había que hacer algo para parar a este tipo. A raíz de que empezamos a ver que éramos varias las que habíamos sido abusadas por Bongiovanni, lo primero que se nos pasó por la cabeza es que él dejara de tener contacto con adolescentes dentro de las escuelas. Ahí empezó el proceso de organización entre nosotras, nos contactamos con ex alumnos, con compañeros de Aclaró, organizarnos con nuestra abogada. Arrancamos con esta compañera y la familia responde a esto.

Cuando empezamos con esto no habíamos ido a ningún medio, nuestros nombres no se conocían, nos habían advertido que quizás podía pasar. Hasta que vemos que desde una página de Facebook que maneja la familia de Bongiovanni publican el nombre de Sofi y el mío. Ahí nos alertamos de la campaña que iba a iniciar la familia contra nosotras.

Por otro lado el argumento de que eran denuncias falsas, argumentando que éramos ex alumnas que habíamos participado de este grupo, que habíamos tenido contacto con él durante mucho tiempo, que habíamos trabajado dentro de la familia, con diferentes argumentos que nada tienen que ver con la denuncia por abuso de parte de él. La fecha que decidimos hacerlo público es el 3J y en esa fecha nuestra causa da un vuelco y empezamos a tener el apoyo popular de organizaciones, de sindicatos, de ex alumnos, de docentes y cuando lo hacemos público se nos empiezan a acercar gente en apoyo.

Sofía: Nos reunimos con las agrupaciones para ver cómo íbamos a hacer, salieron a decir muchas cosas personales y violentas solamente por el hecho de ser ex alumnas y de haber tenido contacto con él hasta no hace mucho. En eso se basada el están mintiendo. Íbamos a estar afuera de tribunales todos juntos y había que ver una forma, dentro de todo lo difícil, lo más ameno posible. En los días de juicio se pudo ver un montón de gente que nos estaba apoyando que eso era algo increíble y diciendo no están solas. Lo más fuerte fue sentir la lucha colectiva.

“El día de los alegatos, que para mí fue terrible, cuando salí dije si no hubiera estado con las chicas yo no hubiese denunciado”.

Reconocer que desde que hicimos la denuncia nos hicieron pericias psicológicas, ampliación de la denuncia, el proceso es larguísimo, súper difícil. Por suerte yo tengo mi psicóloga, Suy también. El proceso es durísimo, como te re victimizan, a mí me llegaron a preguntar porque tenía un novio hoy en día si había sido abusada, eso fue terrible. Fue el anterior abogado de Bongiovanni. Es un proceso que necesita que se modifique, que necesita ser tomado con perspectiva de género pero que no pasa, incluso los alegatos fueron súper estigmatizantes, con el mismo discurso que es una denuncia falsa. Pasamos por un montón de cosas, desde una pericia que dice que no mentimos hasta ampliaciones, el volver a hablar, fueron 6 veces.

Luz: Fueron 6 veces en el ámbito judicial pero antes hubo una primera vez entre nosotras, una primera vez a la familia, otra a la abogada, una primera vez en Fiscalía, lo hemos contado un montón de veces. Cada vez duele igual que la primera, algunas cosas una las puede contar un poco más rápido como para que no duela tanto o llorar un poco menos pero todo el proceso es muy doloroso, es volver a sentirnos, volver a vernos con esos 16 años, vivenciando eso que nos pasó con la certeza de sabernos al lado una de la otra, que es lo más rescatable. El proceso fue muy duro, difícil, triste doloroso, angustiante, muy largo. En los delitos de abuso siempre se duda de la víctima, vamos a ver que no sea fabuladora, vení y contáselo a una psicóloga. Contáme con detalles como sucedió, fue así, fue asá, apretado, más corrido, mas acá. Esos detalles que son molestos pero que entendíamos que eran necesarios contarlo, en una oficina en Fiscalía, horrible, pero había que decirlo porque gracias a ponerlo en palabras se iba a llegar al juicio. Entendíamos que si lo pudimos hacer era porque estábamos juntas, yo salía y sabía que estaban ellas para abrazarnos, no teníamos otra cosa que nosotras.

“A un juicio no se llega con denuncias falsas, por parte de la familia minimizan este proceso, que para ninguna fue gratuito, para ninguna fue liviano, decirlo tan abiertamente, que son denuncias falsas, es super doloroso. Somos 4 denunciantes y sabemos que hay más, antes de hacer la denuncia estábamos en contacto con chicas que nos dijeron que les habían pasado cosas iguales a nosotras pero no pueden denunciar, estamos en contacto hasta hoy que dicen no puedo ponerlo en palabras adelante de otra persona que no sean ustedes”.

En ese proceso estamos, de comprender, de acompañar, de cuidar, nos escriben para juntarnos. Entendemos que tenemos esa responsabilidad con esas chicas que con este camino allanado que significa el proceso de juicio para ellas hoy quizás sea un poquito más fácil, que no les quita dolor. Y quizás al salir van a encontrar que ya no hay una para abrazarla sino que vamos a ser 30 para abrazar a esa que termine de denunciar. Escuchar a una más es escucharnos una vez más a nosotras, porque la forma de operar de Bongiovanni era con todas igual, ahí nos damos cuenta que era muy perverso todo, las palabras que utilizaba, la forma en la que nos hacía silenciar, con esto de que nadie nos iba a creer, vos sos única, con nadie me había pasado. Acá estamos, sabiéndonos más fuertes porque estamos acompañadas.

¿Están conformes con la sentencia?

Suyay: Quizás en su momento esperábamos una cantidad de años con la condena máxima. Por otro lado, entiendo que esta sentencia es un gran triunfo, que hayamos tenido este proceso, haber pasado por todo lo que pasamos. Rescato la organización que tuvimos, primero que sale desde nosotros, y después fue con organizaciones, agrupaciones, partidos políticos. El triunfo es popular. Porque cuando leemos nuestro comunicado en el 3J tiene esta vuelta de tuerca, es un gran triunfo. Entiendo que es una parte de lo que tenemos pensado para hacer porque las responsabilidades son varias, responsabilidad del Estado en relación a las escuelas, la campaña que hace la familia es de manos de una ONG que tiene su parte religiosa que argumenta que todas las denuncias de las mujeres son falsas, ellos tuvieron ese apoyo clerical, lo tienen todavía, Juan Matías lo tiene, sale de ahí. Y la responsabilidad le concierne a bastante gente.

A las chicas que sabemos que han sido abusadas, ver la manera de que hagan la denuncia y que puedan tener una reparación. Nosotras vamos a estar para ellas, esto va a seguir.

En los alegatos la defensa intentó instalar que los abusos habían sido actos consentidos…

Luz: Respecto de lo que la defensa intento instalar sobre si en los abusos hubo o no consentimiento, hay una figura legal que se llama estupro que es lo que cometió Bongiovanni por la edad nuestra, es la figura legal.

Ningún menor de edad puede dar consentimiento en relaciones sexuales ni en ningún tipo de acercamiento físico para con un adulto. Pasada cierta edad no es la figura de no consentimiento, sino que es un delito de estupro y, particularmente en esta situación, él se ocupaba de hacer que pareciera consentida. Te llevan a creer que eso estaba sucediendo porque así debía ser. Pero no.

“Desde lo personal, nada desde el inicio del abuso fue consentido, fue expresamente pedido que no sucediera y él, aun así, continuó. En el momento del abuso nada fue consentido. Le dije que no quería que eso sucediera, le pedí que parara y no paró, le dije que no quería y argumentado que estaba todo bien y que me calmara y que me iba a cuidar, lo cometió igual. Pero desde el inicio estaba el no. Si de una de las dos partes hay no, es no”.

Esta cuestión que quiso instalar la defensa se les cayó, así lo entendió el jurado y la jueza después. Consentimiento no hubo, ni en ese ni en ninguno de los casos por los que fue condenado.

Sofia: a esto sumarle que él inicio siendo nuestro profesor, que tenía mucho poder sobre nosotras, lo admirábamos. Yo estudié trabajo social porque él es trabajador social. No hay forma que alguien con tanto poder, con esa diferencia de edad en el rol de cuidador pueda llevar con una menor de edad una relación consentida. Tenía conocimiento de toda nuestra vida y yo creo que por eso, desde el jurado, dos casos fue por votación unánime, dijeron que era culpable. No hay duda de que él era nuestro profesor. En mi caso, ocurrió en un viaje que hicimos y mi familia firmó una autorización que dice que podía viajar con él.

¿Cómo fue el proceso de reconocer que habían sido víctimas?

Sofía: Lo que me fue pasando es que yo reconocía un momento de abuso y con el tiempo me empecé a dar cuenta que no era solo ese momento en ese lugar, que habían sido un montón de abusos, que habían sido muchas situaciones de violencia. Te hacía escenas de celos por cómo estabas vestida, con quién hablabas, yo lo fui naturalizando. Me pasó que el día del juicio, yo digo un hecho más y la defensa me pregunta si eso no me lo acordaba antes y la verdad es que no, lo había bloqueado totalmente. Yo lo había guardado.

“Reconocerme como víctima fue darme cuenta que en ese momento no pude hacer nada y que estaba bien no haber podido hacer nada, hoy sí lo puedo hacer”.

Me gusta mucho más la palabra sobreviviente que la palabra víctima que te pone en un lugar mucho más pasivo. Haciendo la denuncia, trabajándolo, no estás en ese rol.

La situaciones de abusos que pasé con Bongiovanni me repercuten en un montón de cosas de mi vida personal, solamente para dar un ejemplo, no me gustan los abrazos. Él te abrazaba de una manera asfixiante y si te vas a acercar mucho y en cualquier vínculo que inicio lo aclaro, no me gustan y me cuestan las expresiones de cariño.

En esta perspectiva de que la lucha continúa hicimos un contacto, es un mail [email protected]

Ahí nos podemos poner en contacto para continuar con esto.

*Si sos víctima de violencia familiar o sexual o sabés de alguien que lo sea, llamá a la línea 137. Es gratuita, nacional y brinda contención, asistencia y acompañamiento las 24 horas, los 365 días del año.

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