“No nos comamos el amague de Biden”

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El economista Julio Gambina advirtió que el cambio discursivo del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, en favor del financiamiento del Estado a partir del aumento impositivo a los sectores más ricos y la liberación de patentes de vacunas contra la Covid 19 apuntan a reposicionar al país del norte como “gendarme mundial”.

“Biden dice que EE.UU. tiene que volver a mundo como líder, como país hegemónico e imperialista, lo que plantea es retomar la presencia militar, política, diplomática e ideológica y dice que el principal debate es con China que les está ganando en varios terrenos”, dijo a FM De la Calle.

El titular de la Fundación de Investigaciones Sociales y Políticas agregó que “ese retorno de EE.UU. para hacerse realidad debe ser sobre la base de algunos logros, el primero es la vacunación. Se habían propuesto una meta de vacunación en los primeros cien días que han, prácticamente, duplicado. A EE.UU. le sobra stock e incluso plantea suspender las patentes de vacunas”.

“Pero también hay que lograr consenso en la ciudadanía de que hay que poner plata en le bolsillo de la gente. ¿Quién va a poner plata sino son los ricos? Lo está diciendo el jefe del Estado imperialista más importante desde el punto de vista militar, económico e ideológico”, argumentó.

“Algunos dicen que China tiene más capacidad productiva”, dijo Gambina y aclaró que “una cosa es tener capacidad productiva y otra es tener hegemonía económica”.

En relación a este punto comentó que “lo económico no es solo producir más bienes y servicios sino pensar que el mundo funciona con dólar y no yuan. El sistema financiero y las reservas mundiales se hacen en dólares. EE.UU. sigue siendo la potencia número uno aunque China tenga mayor capacidad fabril. Es el único país que tiene un despliegue de tropas en todo el territorio mundial. A EE.UU. le preocupa que el despliegue de China en América Latina sea por el lado de vacunas, de los acuerdos comerciales y productivos, pero en en el plano militar es indiscutible la primacía y ni hablar en el plano ideológico”.

Respecto a la referencia al discurso del norteamericano por parte de Alberto Fernández, Gambina opinó: “Que un presidente hable de Juan Domingo Biden me parece subestimar el tema, ahora nuestro aliado es el jefe del gobierno invasor, de un gobierno que está retirándose de Afganistán pero que presiona a Cuba que es el país ejemplo en vacunas”.

Apuntó que dar la imagen de que “Argentina dice lo mismo que Estados Unidos es erróneo, aunque coincida la cuestión tributaria y que los ricos son cada vez más ricos. Puedo usar ese argumento y decir apliquemos la misma política económica y tributaria pero no imaginar que Argentina puede exportar ideología del peronismo, eso nos llevaría a discutir qué es el peronismo o quién expresa el peronismo”.

“No nos comamos el amague de Biden”, afirmó Gambina, “es el jefe de una potencia cuya política exterior es de intromisión, que en América Latina tiene un costo muy fuerte sobre Cuba, Venezuela, Nicaragua o sobre cualquier país que intente un proceso de autonomía. ¿Quién sostiene a Iván Duque y la política de Colombia? Es EE.UU.. Es engañoso creer que por muy bien que suene cierta parte del discurso se puede asociarlo con una pretensión de participación popular”.

“Se puede pensar qué bueno que el presidente de EE.UU. esté por la suspensión de las patentes, puede ser un aliado para un debate en la Organización Mundial del Comercio, la propiedad intelectual de las patentes es un tema calve del orden capitalista contemporáneo”.

Sin embargo, para Gambina “no hay que banalizarlo y creer que EE.UU. es nuestro aliado. Es peligroso en un momento que hay que debatir mucho hacia dónde va Argentina, hemos tenido discusiones de la política económica con el ministro de Economía. Eso sería mucho más interesante, más que en la discusión por las tarifas se ha puesto en evidencia que lo que fracasó fue la privatización de los servicios públicos. Habría que discutir la energía y la vuelta no solo a la gestión estatal de los servicios sino en la participación popular en la gestión, administración y desarrollo de los servicios, sería discutir la política de fondo”.

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