Petróleo en Mar Argentino: “Los beneficios económicos y financieros que plantean las empresas son falaces”

Alejo di Risio, integrante de la Asociación de Abogados/as Ambientalistas, dijo a FM De la Calle que los proyectos costa afuera que impulsa el gobierno “no estarían dejando las divisas ni el trabajo ni la infraestructura que necesitamos, no solamente para una justicia eco social sino para una verdadera soberanía energética”.

El gobierno continuó con el trámite de audiencias públicas para habilitar la exploración de áreas costa afuera por parte de las empresas Equinor, Shell e YPF.

Semanas atrás, el juez federal Santiago Martín definió mantener vigente la medida cautelar que prohíbe la exploración al considerar que se incumplen con 2 de los 5 recaudos exigidos por la Cámara Federal de Apelaciones.

Las sesiones de la audiencia se realizaron en octubre y fueron organizadas por el Ministerio de Ambiente de la Nación. En ellas, 266 personas se pronunciaron a favor y en contra. Este pozo, denominado Argerich-1 y ubicado en la Cuenca Argentina Norte 100, está a casi 300 kilómetros de las costas bonaerenses.

Inicialmente el objetivo de la exploración sería determinar la existencia de hidrocarburos en la Cuenca Norte del Mar Argentino. Los estudios preliminares realizados por YPF mostraron que podría existir un yacimiento con capacidad de producir doscientos mil barriles de petróleo día, equivalente a casi el cuarenta por ciento del petróleo que hoy produce Argentina.

FM De la Calle consultó al ingeniero Alejo di Risio, también miembro del Colectivo de Acción de Justicia Ecosocial, quien fue uno de los expositores de la primera audiencia.

“El Pozo Argerich-1 comprende lo que es el bloque CAM100 pero es un número de bloques que están tratando de tener la aprobación no solamente la licencia social sino la aprobación legal. La justicia federal decidió mantener la medida cautelar que suspende la explotación petrolera offshore”, explicó al aire de En Eso Estamos.

De esta manera, añadió que el fallo “da cuenta la fragilidad con la que se quiere impulsar la exploración y explotación petrolera y rechazó en un principio ya que no se encontraba suficientemente cumplimentado los recaudos exigidos por la Cámara Federal”.

En el debate, di Risio marcó que “se escucharon argumentos de todo tipo, tenemos muchos compañeros y compañeras que forman parte del movimiento que está intentando desacelerar la expansión de los hidrocarburos y por eso frenar el offshore para poder impulsar una transición energética que no dependa de la extracción de petróleo”.

“En mi intervención decidí orientarla por los motivos económicos, financieros, sociales. Si el mismo Miguel Galuccio, ex CEO de YPF había declarado que el petróleo mantendrá su relevancia hasta el 2035 y cómo los beneficios económicos y financieros que se plantean desde las empresas son falaces”, relató.

Esto se debe a que “no estarían dejando las divisas ni el trabajo ni la infraestructura que necesitamos no solamente para una justicia eco social sino para una verdadera soberanía energética, para que no dependamos de que corporaciones extranjeras petroleras manejen la energía y cómo la vamos a entender en las próximas décadas”.

De esta manera, desde la asociación de la que forma parte, consideran “fundamental impulsar proyectos y políticas públicas que impulsen a una transición energética que sea para el bienestar de la población. Con la finalidad “de que entendamos la energía como un vector redistributivo en el cual podemos garantizar derechos humanos y entender a la energía como un derecho y no solo una mercancía”.

Respecto de la campaña por parte de las empresas para cosechar apoyos, aseveró que “intentan disfrazar de alguna manera al offshore y al petróleo y gas no convencional como parte de una transición energética, es un argumento completamente falso. Cualquier transición energética entiende como prioridad ineludible desacelerar y dejar de aprobar nuevos proyectos basados en energías fósiles”.

“El rol que tienen que empezar a jugar empresas estatales y otras en las que tiene injerencia, es redireccionar el rubro energético hacia una transición energética popular, y hacia desconcentrar las decisiones, democratizar el sector y poder avanzar con proyectos que también puedan empoderar y fortalecer a otras entidades de las cuales son miembros del sistema energético, una de ellas son las cooperativas eléctricas que hoy en día tienen un rol central en distribución pero podrían generar”, mencionó di Risio.

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