“Que Braun se jacte de remarcar precios no es un desliz, es impunidad”
Este martes se realizó la 20° reunión de la Asociación de Empresarios Argentinos de la cual sobresalieron los dichos de Federico Braun, dueño de la cadena de supermercados La Anónima. El economista Francisco Cantamutto, analizó en FM De la Calle la conformación de AEA, su historia y su presente.
En un contexto de crisis económica e índices de pobreza cada día más alarmantes, el gran empresariado nacional se expresa sin matices e indiferente a los acuerdos de precios suscriptos con el gobierno.
“Se difundieron imágenes donde Federico Braun, dueño de la cadena de supermercados La Anónima, decía: ¡Capitalismo, No Comunismo! Francamente es llamativo porque la existencia del comunismo como amenaza no es un proyecto ideológico que esté poniendo en jaque al sistema ni en Argentina ni en el resto del mundo. De manera que pelean contra un fantasma que no se entiende muy bien dónde lo están viendo”.
“La AEA juega el mismo rol que dentro del sistema político están cumpliendo las nuevas derechas de Milei, Espert, etcétera, quienes devalúan el significante del comunismo poniendo ahí adentro cualquier cosa que no les guste. Lo que hay que remarcar es que es una operación simbólica que está funcionando”.
“Cualquier intervención del Estado que no les guste es rotulado como comunismo. Pero al mismo tiempo todas estas empresas tienen muchas intervenciones del Estado que sí les gusta, por ejemplo, el acceso a dólares baratos al tipo de cambio oficial para deudas a veces contraídas consigo mismo”.
Breve historia
El economista relató que AEA reúne al empresariado más concentrado del país, con independencia del sector de actividad. “Surgió en 2002 en razón de dos cuestiones. La primera era que con la salida de la convertibilidad la elite, la cúpula empresaria, tuvo una ruptura interna por la que un sector de la Unión Industrial propuso un camino de salida que fue la que termina aplicando Duhalde, esto es: cesación parcial del pago de la deuda, la devaluación, la pesificación asimétrica, y las retenciones a las exportaciones agropecuarias”.
“Este programa perjudicaba a otros socios del gran empresariado. Entonces, surge AEA para limar esas asperezas y tratar de impulsar las cosas que el empresariado concentrado quiere de conjunto. La segunda cuestión tiene que ver con que la aplicación de este programa vino de la mano de la contención represiva de la protesta social que 2 semanas antes de la conformación de AEA había culminado con la masacre de puente Pueyrredón y los asesinatos de Maximiliano Kosteki y Darío Santillán. AEA aparece para saldar las diferencias al interior del bloque en el poder y, al mismo tiempo, para dejar en claro lo que perciben como amenaza, que es que la revuelta social no se detenga y que surja una avanzada de tipo socialista o semejante”.
- ¿Qué paralelismo hay entre la actualidad y los primeros años turbulentos del 2000?
En primer lugar, la situación de crisis. Aunque en 2002 el nudo de la crisis era local, es decir, un problema sociopolítico argentino. Hoy en día, la crisis que se percibe es global, hay inestabilidad sociopolítica a escala mundial.
Hay una gran diferencia con aquella época, antes había un proceso organizativo creciente de la protesta a través de las organizaciones sociales y eso hoy no sucede. Hoy no hay un contexto en el cual haya una avanzada de las organizaciones sociales tratando de proponer un programa alternativo que empuje la agenda pública. No digo que las organizaciones sociales hayan dejado de existir, ni que no estén actuando en el momento, pero lo cierto es que en los últimos años se han dedicado a contener la crisis, no se ve un programa de ofensiva en el cual se vean movilizaciones que cuestionen el “orden capitalista”, para usar las palabras de Braun.
- ¿A qué juega AEA hoy?
En este contexto los integrantes de AEA se envalentonan. Proponen dos grandes ejes. Aprovechar la situación de crisis para hacer negocios. En lugar de proteger a la población en tiempo de crisis, se busca garantizar los buenos negocios. Esto significa evitar poner prohibiciones a las exportaciones o aumentar las retenciones a pesar de que muchos países del mundo lo han hecho, pero también implica evitar que se les escape parte de la renta. El día anterior a la reunión de AEA se presentó el proyecto de impuesto a las ganancias inesperadas, que lo que procura es captar una renta obtenida que no tiene nada que ver con inversiones o esfuerzos de las empresas sino por la existencia de pandemia o de guerra en el mundo. En AEA dejaron en claro que no quieren que se interfiera en sus negocios, ni en sus ingresos.
“En un sentido más amplio o general, AEA marca la imposibilidad de aplicar una reforma tributaria que sea más progresiva, y al mismo tiempo marca su insistencia en demandar una mayor apertura de la economía y de avanzar, entre otros ejes, en una reforma laboral”.
Cantamutto destacó que “no se debe caer en la idea de que esto que señaló Braun respecto a que su cadena –La Anónima- remarca los precios permanentemente haya sido un desliz. Por el contrario, expresa la impunidad con la que se están moviendo. De allí también la anuencia y las risas de todo el auditorio ante lo dicho”.