Ley de Lengua de Señas Argentina: “Antes tenían que ser forzados a hablar oralmente”
El Senado incorporó por ley a la Lengua de Señas Argentina como una lengua natural y originaria. Silvia Pirillo, integrante del colectivo de familiares que reclamaron la sanción de la norma, explicó en FM De la Calle la importancia de su sanción. La Comunidad Sorda Argentina fue reconocida como minoría lingüístico-cultural.
Facilita el acceso a la cultura, a la información, a la educación y a los servicios. “No puedo evitar estar emocionada”, relató Pirillo, madre de una persona sorda.
“Cuando él iba a la escuela no permitían la lengua de señas, se trabajaba desde la oralidad y se los reprimía cuando usaban las manos. Esto generó en algunos casos someterse a esa forma y en otros revelarnos y aprender por otro lado la lengua de señas”, recordó.
Remarcó que en los discursos oficiales hace tiempo que hay intérpretes mientras que en la Televisión Pública siempre hay uno. En el plano local refirió que “en el Municipio sé que hay una persona dedicada a esto, es por turno o por necesidad de la persona sorda. Y uno supone, que la comunidad de Bahía es grandecita, si alguien tiene que ir a hacer un trámite engorroso, ahí se hacen entender y buscan la manera pero es un esfuerzo considerable”.
“Entiéndase como LSA a la lengua que se transmite en la modalidad viso-espacial. La LSA posee una estructura gramatical completa, compleja y distinta del español. Al ser visual, la LSA es completamente accesible desde el punto de vista perceptual para las personas sordas, como así también para todas las personas que -por cualquier motivo- elijan utilizar la LSA para comunicarse, transmitir sus deseos e intereses, informarse, defender sus derechos y construir una identidad lingüística y cultural positiva que les permita participar y trascender plenamente en todos los aspectos de la vida social”, define uno de los artículos.
Es común que en los hospitales haya enfermeros y enfermeras que se han formado por su cuenta en materia de lengua de señas.
Hace algunos años la idea de avanzar en una regulación era resistida. “El argumento era que tenían que integrarse a la comunidad oyente. Los oyentes hablamos, entonces tenían que ser forzados a hablar oralmente. Hay personas sordas que con mucho esfuerzo lograban acceder a lo más cercano a lo que sería como hablamos nosotros. Su voz generalmente es diferente, a veces hablan muy alto. Hay personas que sinceramente no lo lograban”. En ese contexto, se limitaba la formación del pensamiento y también la comunicación con otres.
En este sentido, opinó que “tiene que ver con una ideología frente a la educación, la cual años atrás era muy verticalista. Es una herramienta de poder la educación también, y con las minorías siempre ha sido poco considerada”.
En las escuelas de sordos se trabaja actualmente de manera bilingüe, oralmente y con lengua de señas -viso gestual-.
La ley es un paso más en el nexo entre las necesidades de las personas sordas con el ámbito social y laboral. “Hay que trabajar en que se cumpla el cupo laboral que todavía suele haber resistencia, o hay contratos que duran un año que es el tiempo que el gobierno paga un porcentaje alto al empleador y luego la persona queda fuera nuevamente del sistema laboral”.
Según explicó Pirillo, el aprendizaje de la lengua de señas debería realizarse con la misma modalidad con la que aprendemos inglés o francés en las escuelas.
“Si vos conversás con una persona sorda te va a contar las barreras con las que se enfrenta. En el caso de la escolaridad ya es una barrera cuando un docente no tiene intérprete porque tenés que exigirle que module, que gesticule, que traduzca. Sin ir más lejos, cualquier texto de cualquier materia tiene en un párrafo un montón de palabras que si la persona no las usó, no las conoce”.