Salud mental: Hugo Kern afirmó que las modificaciones que pretende la Ley Ómnibus son un retroceso
“Es un retroceso claramente. Cuando en el mundo está avanzando hacia instituciones, inclusive instituciones libres de drogas, aparece acá esta idea de volver hacia atrás”, dijo el jefe del departamento de Salud Mental y Adicciones de la Secretaría de Salud municipal.
Se refirió a los cambios que quieren efectuarse en artículos de la legislación actual. La Ley N° 26.657 tiene dos puntos que son más discutidos: las internaciones involuntarias y la pretensión de cerrar los hospitales psiquiátricos o centros de internación de salud mental para ser reemplazarlos por centros de salud especializados.
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En principio, analizar esta cuestión de modificar la idea de que existe un diagnóstico para una internación. ¿Cómo lo analizan ustedes en este punto?
Hay dos cosas. Me parece que es muy interesante escuchar a esta mujer -por la intervención de Marina Charpentier en el debate en comisiones-, hay que entender que la problemática adictiva siempre tiene relación con la situación, digamos que no es solamente la persona que se afecta sino cómo la familia también resulta afectada por la situación.
En este sentido, tomamos como válido lo que muchas personas encuentran es que las respuestas a las instituciones no son adecuadas. No son adecuadas a las necesidades y que muchas veces las instituciones están al servicio de sí mismas y no al servicio de la comunidad. Ahora, esto no tiene que ver con la ley. En todo caso tiene que ver con la falta de asignación de un presupuesto con las dificultades de gestión, con fallas que se pueden situar en otros estamentos del proceso.
Justamente vamos a aprovechar que se hace pública la situación de Chano, este muchacho tuvo la posibilidad de acceso a una gran cantidad de instituciones y de tratamientos y demás. Esto contradice un poco lo planteado, digamos.
Ahora, digo para que nos entendamos, es como ver un ejemplo, como el caso de Lucio, el niño que fue asesinado por su progenitores. En ese caso, ¿falló la ley o lo que falló fue el seguimiento y la continuidad de los cuidados de ese niño? ¿Es necesario modificar la ley o es necesario modificar la fórmula que se trabaja? Eso por un lado.
Pensar en que es necesario volver a estructuras del siglo pasado como si en ese retorno a estructuras del pasado, lugares de encierro, manicomios y demás, pensando que ahí está la solución, vamos a tener algún problema porque la verdad es que no dieron resultado. Cuando las personas están encerradas en un lugar durante mucho tiempo y todos con un problema, que garantices que el producto de ese trabajo institucional sea positivo para la vida de las personas. Esto es relativo. Con respecto al tema de los diagnósticos, ahí hay una cuestión que es clave que es entender que los diagnósticos son situacionales. No estamos hablando de cosas, no estamos hablando de plantas, estamos hablando de seres humanos que se vinculan con la realidad de mil maneras distintas.
Cuando vos observás las condiciones de vida de las personas, a eso hay que leer el censo que se hizo antes de la pandemia, las personas que viven en hospitales van a encontrar que tienen unas condiciones de vida tremendas, y vuelvo a acordarme la desaparición de la doctora Giubileo, la colonia Open Door. Porque si no pareciera que es un pasado realizado que se puede volver y no es así, no es que eso funcione de manera adecuada.
Entonces, cuando alguien está afectado, obviamente reacciona de manera emocional, sin duda, reacciona de manera emocional. Entonces los argumentos están muy captados por cuestiones emocionales. Hay un problema con la ley de Salud Mental, hay un problema que la ley ha sido demasiado gradualista en su aplicación, de tal manera que ha generado vacíos en el sentido de que hay estructuras que no se han reformado y hay otras estructuras que siguen vigentes y que hoy vuelven a aparecer en esta discusión reclamando el retorno de privilegios que han tenido en época pasada.
“Pensar en que es necesario volver a estructuras del siglo pasado como si en ese retorno a estructuras del pasado, lugares de encierro, manicomios y demás, pensando que ahí está la solución, vamos a tener algún problema porque la verdad es que no dieron resultado”.
Porque, por un lado, esta dicotomía, que entiendo no necesariamente una se contrapone con la otra, que es la idea de las internaciones en casos de gravedad, donde tiene que intervenir un juez o una persona, porque de la otra manera, si no hay que lograr que se hagan de manera voluntaria. Y es ahí donde se pone el ojo desde algunos lugares. ¿Qué postura tenés ante este planteo?
Es una falacia con un objetivo ideológico, no es así. Lo que no se puede hacer es que lo que se ha hecho en otros tiempos, es decir, que tenés un familiar con un problema, internarlo mediante un recurso judicial y privarlo de sus derechos de manera unilateral y muchas veces con un determinado interés, patrimonial y demás. Si una internación, compulsiva o contraordenada, se puede hacer. Sí se puede usar la ley, no es que no lo permita, se puede hacer, lo que pasa es que sí podemos decir que dentro de la estructura de salud no se ha invertido lo suficiente para tener, por un lado, la capacidad instalada para recibir las situaciones y, por otro lado, capacitar en la profesión.
Y en el caso de este muchacho, él tuvo una internación compulsiva. Lo único que se dice es que la internación compulsiva tiene que tener un fundamento apropiado en un equipo profesional que diga, no es que se lo interna porque no quiere a la mamá o no le hace caso a la mamá. El entorno, porque necesita tener las pautas de cuidado suficientes y necesarias, tiene garantizar condiciones mínimas para un tratamiento. Esto se puede hacer con la ley tal como está. No se hace por otras razones. Por fallas en la infraestructura, por fallas formativas, por dificultades concretas en el procedimiento, pero tenés infinidad de casos, en este caso es público ¿Hasta cuándo, por ejemplo, de qué se trata una internación? ¿Hasta cuándo, durante cuánto tiempo? El tiempo promedio de las personas en el hospital son 18 años, eso no es una internación. Eso es gente viviendo en un lugar, que es otra cosa. Una internación es una modalidad de intervención que se debe dar a posteriori de que los tratamientos de otro orden no se dieron, no se han registrado resultados.
El esquema básico es volver a la manicomialización, ¿sería lo que propone la ley?
Entre otras cosas, propone dos o tres cuestiones que son concretas. La ley prohibía la creación de nuevos hospitales monovalentes. Lo que hace en esta propuesta es que se puedan crear clínicas, porque no es que se van difícilmente, se creen en el ámbito del Estado, clínicas privadas de internaciones de pacientes no valientes. Este es un punto.
Es un retroceso claramente. Cuando en el mundo está avanzando hacia instituciones, inclusive instituciones libres de drogas, aparece acá esta idea de volver hacia atrás en algo que está demostrado que no funciona.