“Se quiere borrar la existencia de determinadas luchas, desplazamientos políticos y subjetivos”

El vocero presidencial Manuel Adorni confirmó la prohibición del lenguaje inclusivo en la Administración Pública Nacional. Colectivas feministas apuntan que abolir la perspectiva de género incurre en una práctica fascista y que existe un intento de producir una fragmentación en el marco de la emergencia alimentaria.

Adorni aseguró que “se ha utilizado como negocio de la política” y explicó que no se va a poder utilizar la letra e, el arroba, la x e instó a “evitar la inclusión innecesaria del femenino”.

“Al hacer un análisis desde varios planos, uno importante es el del contexto en el cual los funcionarios y las personas que tienen algún lugar de poder emiten esos discursos. Pensemos que el proyecto fallido para derogar la Ley del Aborto se dio a pocos días de la caída de la Ley Ómnibus, es una semana donde el gobierno tiene un enfrentamiento muy concreto con gobernadores a partir de la quita de fondos de coparticipación pero también una situación inconclusa que está escalando con los movimientos sociales en relación a la entrega de alimentos para comedores y merenderos y un deterioro muy marcado de las condiciones de vida de la población”, analizó Luci Cavallero.

La socióloga, investigadora e integrante del colectivo Ni Una Menos publicó junto a Verónica Gago un artículo en elDiarioAR titulado “Quieren dividir entre a quienes les importa cómo se habla y a quienes les importa comer”.

“Habla de una necesidad de desviar un malestar en la forma de estigmatizar y criminalizar a determinados movimientos o referentes. Es una provocación al movimiento feminista para generar una reacción que de algún modo termine por mostrar ‘miren, hay un movimiento preocupado por lujos excéntricos como el lenguaje mientras hay una necesidad imperiosa de dar respuesta a la necesidad económica'”.

Cavallero sostuvo en diálogo con FM De la Calle que “hay una lucha que está dando el gobierno de Javier Milei, una especie de batalla cultural en la cual se quiere borrar la existencia de determinadas luchas políticas, desplazamientos políticos y subjetivos que hay en la sociedad, por ejemplo la posibilidad del nombramiento de otras identidades de género. Lo que me parece más grave es que no solamente habla del lenguaje inclusivo sino de la perspectiva de género”.

“Cuando se quiere abolir una perspectiva se está incurriendo en una práctica fascista porque una cosa es decir que no se puede hablar con e en la administración pública pero otra cosa es querer abolir una forma de mirar las cosas”, añadió.

“Cuando se quiere abolir una perspectiva se está incurriendo en una práctica fascista porque una cosa es decir que no se puede hablar con e en la administración pública pero otra cosa es querer abolir una forma de mirar las cosas”, añadió.

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