“No es capital vs. trabajo, es capital vs. la vida”
¿Son la explotación de Vaca Muerta y el modelo sojero las únicas salidas? La economista y columnista de FM De la Calle, María Julia Eliosoff, analizó el impacto del extractivismo en la vida de las mujeres.
“La economía feminista dice que la tensión a la que nos enfrenta el capital no es capital vs. trabajo, o capital vs. salario: es capital contra la vida toda. En los casos de extractivismo queda claro. Podemos decir que estos modelos necesitan sí o sí de la violencia para sostenerse, que no solo la ejercen las corporaciones sino el Estado. Esa violencia se ejerce de distintas formas en los territorios y en los cuerpos de las personas que los habitan”.
En primer lugar, la violencia en términos de territorio “porque el saqueo que implica de la naturaleza, la expulsión de las poblaciones, el despojo de los bienes comunes, los bosques, el agua, la tierra, la biodiversidad, todo esto es violento en sí mismo”.
Como segundo eje, Eliosoff mencionó “la patriarcalización en los territorios: cómo se profundiza las división sexual del trabajo cuando llegan estos grandes proyectos. Se masculinizan las tareas vinculadas a la producción, varones trabajando en minas, campos, pozos, represas”.
“Por otro lado, la violencia sobre los cuerpos de las personas. Son entendidos como una forma más o como un recuso más que se puede explotar, saquear y violentar. Esto ocurre disciplinando a los cuerpos, la violencia es una herramienta que tiene el capital para despojar de recursos y acá las mujeres son el cuerpo que es arrasado y expropiado en los territorios”.
“Las consecuencias del extractivismo en los cuerpos tienen que ver con los cuidados, tienen una recarga en cuidar niños o personas que se enferman por culpa de la contaminación o tienen mayor impacto en sus cuerpos porque están en contacto con ríos y alimentos contaminados. Asimismo, la instalación de estos mega proyectos viene asociada directamente al tráfico de personas, la prostitución infantil, el trabajo adolescente. No solo tiene que ver con las corporaciones sino con el rol del Estado”.
La economista agregó que “es el Estado el que necesita brindar marcos legales para que se establezcan estos grandes proyectos y quien posibilita las exenciones impositivas, flexibiliza los límites de la contaminación y, por otro lado, la militarización de los territorios. El Estado pone las fuerzas de seguridad para garantizar estos proyectos”.
“Y de la mano de eso está la resistencia. Así como la violencia está feminizada la resistencia también. Son las mujeres las que toman las riendas para la resistencia y se dan estrategias para vivir una vida digna de ser vivida”.
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