INCOB: juicio civil a Garaggiola y su patota

El 7º aniversario del ataque de la patota de Enrique Garaggiola a trabajadores y trabajadoras del frigorífico recuperado INCOB coincidió este jueves con el inicio de un nuevo juicio. Es por la demanda de un resarcimiento económico por los daños sufridos el 17 de noviembre de 2015.

Se trata de una acción civil derivada de la causa penal en la que el primer presidente de la cooperativa Enrique Garaggiola y su hijo Ezequiel fueron condenados en 2019.

“Lo que se está buscando es el resarcimiento económico por los daños sufridos tanto físicos como morales. Willy -Guenemil- es el que más recibió la agresión, le pegaron un palo en la cabeza y le rompieron un dedo, fue el que más recibió agresiones en ese contexto de violencia”, contó al móvil de FM De la Calle Leandro Aparicio, defensor de los damnificados.

Las imputaciones recaen además sobre el sobrino de Garaggiola, “que los amenazó con un arma de fuego, una carabina y le pegaron a dos mujeres que están de testigos acá. Lo que se pide es la cuantificación de ese daño, llevarlo a dinero”.

Integrantes de la cooperativa de trabajo se manifestaron con un corte de calle frente a Estomba 34, a la espera de las declaraciones y una posterior sentencia del Juzgado Civil y Comercial Nº2 a cargo de María Selva Fortunato.

“En ese momento la cooperativa estaba dividida porque en septiembre empezamos a exigir el estado actual de la cooperativa, balance, sabíamos que estaba mal. De tanto insistir él -Garaggiola- se fue, abandona la cooperativa y nosotros nos hacemos cargo”, contó Guenemil a En Eso Estamos.

“Nos hicimos cargo hasta noviembre, y cuando él quiso venir de vuelta no lo hizo por las buenas, vino por las malas y pasó lo que pasó. Nosotros lo que queríamos era tener una asamblea general y volver a tener gente de confianza en la cooperativa y no se pudo lograr porque el apareció ese mismo día a golpear y con armas de fuego”, agregó.

Como resultado del ataque, “hubo mujeres golpeadas, chicos jóvenes, gente mayor. Fue un momento horrible y hoy toca volver a recordar todas esas cosas”.

En este sentido, manifestó que la situación le resultó dolorosa ya que “con Enrique Garaggiola compartía el vestuario. Éramos cuatro, soñábamos parecido. Cuando formamos la cooperativa el sueño era arrancar a trabajar y soñar con tener faena propia, hacer cosas juntos. Él era un compañero más”.

Sobre la actualidad del frigorífico que funciona en el kilómetro 693,5 de la Ruta 3 Sur, relató que “ahora tenemos dos carnicerías, hemos progresado. Es muy satisfactorio, hemos logrado mucho. No dependemos de nadie, hoy en día nos autogestionamos solos, tenemos mucha faena propia y medianamente nos está yendo bien”.

“Es como haberlo vivido ayer. Durante el año en la cooperativa no se toca el tema y es casi prohibido hablarlo porque mueve emociones muy fuertes que están totalmente abiertas”, relató Orlando Acosta, otro de los miembros de la comisión.

“Con INCOB realmente tenemos un sentimiento de apego muy grande. Haber visto que atacaban así a los compañeros y como salieron lesionados y que en ese ataque no retrocedieron, encaraban y seguían encarando y seguían recibiendo palos y se levantaban, resistiendo para que no tomen la cooperativa a la fuerza. Imagínate si no hay un sentimiento de apego, casi de hermandad”, especificó.

“También es una fecha que se debe de celebrar para la cooperativa porque ese día políticamente a él -Garaggiola- le soltaron la mano, INCOB pudo empezar a gestionarse y a crecer, parece que desde ese momento hubiera nacido la verdadera autogestión”.

“Al día de hoy hemos crecido en un 100%, se automatizó la empresa, se levantan los retiros, se abren nuevas fuentes de producción, se abrieron dos carnicerías, se había abierto una y hace dos meses se abrió la segunda a boca de expendio de INCOB, se habilitó la parte de chacinados con rotulados propios y ahora estamos viendo de abrir todo el sector que es producción de sebo y hueso que es subproducto de la faena, generando ingresos y trabajo”.

Según otra de las trabajadoras, Lorena López, que fue quien tomó las imágenes en el atentado, hay aproximadamente 80 personas realizando tareas laborales.

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