Vuelve “El desconcierto” de Quique Pesoa
(Por Astor Vitali) Pocas veces la radio da qué hablar. Más bien la radio habla de la tele, del diario, de otras cosas y, al margen de hallazgos tecnológicos, lejos de renovar su lenguaje está llena de personajes mediáticos que desconocen el lenguaje propio del medio o neófitos que se sientan igual ante un micrófono que ante una cámara. Prima el palabrerío sobre la inteligencia de la palabra. Da igual una música que otra y cómo ponerla al aire. Los silencios aparen más como “bache” que como recurso y los efectos son emulaciones de la estética de programas mediocres de TV abierta.
Por el contrario, uno de los hechos culturales de relevancia para la radiofonía argentina fue la aparición, hace diez años, de El desconcierto. Se trata de un programa de conduce Quique Pesoa desde un estudio montado en San Marcos Sierras, donde erigió una hostería.
A su vez, cada semana las radios que integramos la Red Surcos re emitimos la propuesta en los horarios que nos es conveniente.
“Tengo las pelotas infladas de la polarización porque creo que no nos hace crecer. Nos sentamos a discutir de un lado y del otro. Y nadie escucha al otro. Y nadie está pensando” dijo Pesoa a FM De la Calle.
“Quiero que escuchen cuáles son mis argumentaciones y yo a la vez sentarme a escuchar cuáles son las argumentaciones del otro. No tentemos incorporadas las argumentaciones del otro: nos encerramos y suponemos que estamos respetando al otro únicamente porque esperamos que haga un punto en su frase para meter nuestro bocadillo y no hemos escuchado un pomo de lo que el tipo dijo. No estamos dispuestos a cambiar de esquema de pensamiento. Estamos hechos un hato de pelotudos. Tenemos que empezar a escucharnos”.
En este sentido, Pesoa ejemplificó el problema de la polarización haciendo alusión a un lugar común en los debates de las mesas de café hasta hace no mucho. “No puedo asentar mis argumentaciones en algo que dijo el gordo Lanata, tengo que ser un imbécil. Lo mismo me pasaría si argumento algo que dijo Victor Hugo Morales. Tengo que ser un imbécil para no tener albedrío, pensamiento propio, pensamiento independiente, estoy comprando pescado podrido todo el día”.
Este domingo el aire De la Calle comienza a desconcertarse. De 10 a 13, Pesoa está en De la Calle.
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