A pesar de todo les hicimos el Encuentro

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(Por Giuliana Crucianelli) El Encuentro Nacional de mujeres, lesbianas, trans y travestis es un evento único. Único en su dimensión, único por la cantidad de personas que asisten, único por el nivel de debate y organización, único por la marcha multitudinaria. Diversas, llenas de gliter, más femeninas, más camionas, de distintas clases sociales, negras, aborteras, mujeres, tortas, travas y trans nos unimos en este movimiento que tiene tantas divergencias como puntos en común.

El de este año tuvo la particular presencia del reclamo de pueblos originarios para que se declare el encuentro plurinacional, proponiendo contemplar la autodeterminación de los pueblos y naciones originarias de Latinoamérica.

Los reclamos por el avance de los gobiernos de derecha en todo el territorio latinoamericano también se escucharon. La tierra, el agua, los recursos y los cuerpos de mujeres lesbianas y trans sufren en primer término los embates económicos, los recortes de derechos y garantías.

El pañuelo verde se levantó para seguir exigiendo la legalidad del aborto, la puesta en marcha de los protocolos para las interrupciones de embarazos contempladas por el Código Penal y la implementación total de la Ley de Educación Sexual en las escuelas.

El clima de Trelew estaba enrarecido. Parecía haberse creado una falsa idea de las feministas y la gente no salía de sus casas. Todo se revirtió el día de la marcha, cuando caminamos durante más de dos horas por los barrios populares de la ciudad y mujeres grandes, adolescentes y niñas nos saludaban desde los balcones, terrazas y veredas con pañuelos verdes. Muchas se sumaban a participar de la movilización y eran recibidas con ovaciones y abrazos.  Luego se recorrieron la feria y participaron de las actividades en la plaza, llena de cantos, bailes y puestos de comida.

Nunca pasan desapercibidos los encuentros y menos para las fuerzas de seguridad que estuvieron durante todo el fin de semana y culminaron, para no ser menos, con una fuerte represión a un grupo de manifestantes y periodistas y esparciendo falsos rumores con bombas molotovs y perros quemados por feministas.

La sede elegida para el próximo año fue La Plata. Será una semana antes de las elecciones presidenciales, en la capital de la provincia que gobierna María Eugenia Vidal.