“Prende”, apagado por lluvia
Entre las actividades que ofrece el museo público FerroWhite, este fin de semana iba a reiniciar el taller Prende. Sin embargo, el mal estado de la infraestructura hizo que una simple lluvia apague la iniciativa. “Estábamos con ganas de arrancar de nuevo el taller de los sábados Prende, de volver a vernos con lxs chicxs y el equipo de trabajo del Programa Envión Saladero- Bulevar, de encontrarnos por primera vez con Alejandra Santucho y Anahí Junquera de la agrupación H.I.J.O.S. que se habían hecho un hueco en sus agendas para venir a compartir con todxs nosotrxs sus historias de vida”, informa el blog Museotaller.
“Teníamos todo listo. Habíamos ordenado y limpiado el taller, acomodado las estanterías recién terminadas, habíamos puesto caballetes y tablones, traído sillas y trasladado los banquitos. Habíamos preparado los lápices de colores, las tijeras y los cartones. Habíamos dejado listas las galletitas y las leches para que las amigas de la Asociación, que habían confirmado su presencia, prepararan la chocolatada que les sale tremenda”.
Sin embargo, la garúa tenaz que habitó la noche anterior y esa mañana de sábado ahogó las expectativas. “Parte del taller Prende amaneció inundado. Porque aunque esté en la planta baja del castillo, el agua de la lluvia, en teoría arriba, en el techo, por algún lado se va filtrando. Y entonces es en días como este, cuando llegamos y nos encontramos con este panorama, en que nos preguntamos por qué no habrá llegado el subsidio que si bien no alcanzaba para reparar todo el techo, al menos hubiera servido para limpiar las canaletas de este Monumento Nacional y Provincial”.
Además de la situación dentro del establecimiento, “también las calles de tierra del Boulevard y el Saladero amanecieron hechas un barrial. Un lodo patinoso con olor a cereal podrido que hace muy difícil que puedas salir de tu casa sin resbalarte, caerte o ensuciarte. Un barro que con estos días de calor y de humedad, además, se llena de moscas y mosquitos. De modo que, aunque el taller hubiera estado en condiciones, lo que habría fracasado igual, y muy a pesar de la convocatoria, es la asistencia. Porque lxs chicxs y las familias del taller Prende y de Envión no podían salir de sus casas, no podían caminar el barrio, no podían llegar hasta el museo”.
En la misma ciudad donde las autoridades municipales y culturales decidieron por estos días hacer un gasto millonario en contratación de artistas capitalinos para animar la fiesta que organiza la FISA, situaciones como esta evidencian la desinversión en el ámbito cultural y los criterios de prioridad fijados por el estado municipal. Desinversión que, en la esfera pública, implica el incumplimiento de los deberes de preservación de patrimonio público evidenciados en el deterioro sistemático de este “edificio patrimonial y emblemático de esta localidad portuaria”.
“El barro con el que convivimos cada lluvia, el cartel que nos sacaron cuando repararon una sección de cableado eléctrico y no volvieron a colocar, las cloacas que desbordan, el colectivo que tiene que cambiar el recorrido para evitar encajarse en el lodazal… En este museo y en estos barrios de los cuales formamos parte, también los reclamos son históricos”.