“Me querían obligar a decir que Facundo estaba en Bahía Blanca”
Marcelo González es el hermano de la ex novia de Facundo Castro. Efectivos de la Policía Bonaerense lo detuvieron, lo amenazaron, intentaron allanarle la casa, le revisaron las redes sociales y lo persiguieron para que diga que Facundo está en Bahía Blanca o se haga cargo de algún delito en contra del joven desaparecido.
Esta tarde contó a FM De la Calle que su hermana, Daiana, “sufrió dos allanamientos ilegales, le rompieron todo. Me enteré que perdió su trabajo. La está pasando peor que yo. Cuando iba a tomar el colectivo la seguían, de la bajada del colectivo a la puerta de la casa, no tiene ninguna libertad”.
“Esto afectó mi vida normal, psicológicamente estoy mal, no me siento seguro, no salgo a la calle, no quiero cruzarme al negocio de enfrente a comprar por miedo a lo que me pueda suceder. Estoy aterrado”, afirmó.
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Días atrás la fiscalía federal trasladó los hechos a la justicia ordinaria donde se abrieron dos causas para investigar los apremios y amenazas.
González agregó: “Me gustaría que esto se resuelva pronto, que la mamá de Facundo pueda llegar a la verdad, que me dejen vivir en paz, porque soy una persona de bien. No tengo por qué estar atravesando esta situación ni yo ni ningún miembro de mi familia. No nos merecemos esto”.
El hombre de 37 años relató desde su casa que en junio lo fueron a buscar en el marco de la búsqueda de Facundo. “Vinieron dos agentes, le dijeron a mi señora que me tenía que presentar en la comisaría. Llegué de trabajar, llamo a la comisaría para preguntar por qué me buscaban, me dijeron que no me podían dar información, que me tenía que presentar”.
“Me acerqué, me hacen esperar en la sala de la parte de adelante, me ingresaron a un cuarto cerrado con un escritorio. Ingresó el jefe de Pedro Luro, (Fernando) Grilloni. Lo conozco, es una persona alta, de porte grande, usa lentes, morocho, lo reconozco muy fácilmente. Su cara no me la olvido más porque fue uno de los policías que me amenazó todo el tiempo, que me quería obligar a decir que Facundo estaba en Bahía Blanca, que tenía que decir dónde estaba porque me iba a pegar, que si hace falta pegarte unos sopapos para que hables lo voy a hacer. Todo adentro de la comisaría de Burato”.
González agregó: “Me quería involucrar con tema drogas, que consumía cocaína, que Facundo vendía, todo el tiempo queriéndome culpar a mí y a mi hermana, a mi hermano, queriendo desviar la investigación para el lado nuestro, que nosotros nos culpemos de algo que no teníamos nada que ver. Fue un momento muy duro para mí estar encerrado con cuatro policías y que te amenacen y hostiguen, fue una pesadilla”.
“Uno de los policías tenía algo debajo del escritorio, tenía una grabadora, veía que movía la mano, donde yo diga que a Facundo lo vi en Bahía, que Facundo consumía o que yo consumía ya quedaba como una prueba”.
“Había una computadora en el escritorio. Mi teléfono también lo agarraron pero como no tenía datos no pudieron entrar desde ahí, sí desde mi computadora. Abrieron mi facebook entraron al perfil de mi hermana, empezaron a revisar y sacar fotos sin autorización, yo vi cuando los agentes las descargaban”.
González comentó que ante la amenaza entregó los datos de su cuenta “y, desde ahí, ingresaron, buscaron entre mis amigos si estaba Facundo. A Facundo no lo tenía en facebook, lo tuve en whatsapp, después perdí contacto y perdí el número, ahora solamente lo tengo en Instagram”.
“Después me pasaron a otra sala, me tomó declaración un oficial. Separado a eso, me tomó declaración un oficial que fue muy amable, fue el único que estuvo a la altura del caso, me trato bien. Y de ahí me dijeron ‘espera un ratito que le vamos a presentar la declaración al jefe, firma y te vas’. En eso aparece el jefe en la puerta: ‘Llegó una llamada de Bahía que te compromete, vamos a tener que allanar tu casa’”, dijo.
González accedió: “Les abro la puerta de mi casa, revisen todo, no tengo ningún problema, revisen mi vida entera, no tengo nada que ocultar. Me trajeron hasta mi domicilio como un delincuente. Abrí la puerta de mi casa, al ver que estaba mi señora, mi yerno, mi hija y mi sobrino no quisieron entrar”.
“Nunca lo conté por temor, por miedo, por seguridad. De que me pueda llegar a pasar algo a mí, es muy incómodo tener que atravesar esta situación. Tengo dos números de teléfono agendados de Burato, me mandaban mensajes preguntándome si sabía dónde estaba Facundo, que tenía que hablar, después las patrullas pasan todo el tiempo por la puerta de mi casa, me siguieron dos veces con las luces apagadas. Es incómodo, ya no salgo de mi casa por temor a lo que me pueda llegar a pasar, es feísimo tener que vivir así, es lamentable”.
“La única persona que siempre estuvo apoyándome, que admiro y respeto, es el dr. Leandro Aparicio y la mamá de Facundo, Cristina, se mostró siempre preocupada por lo que me estaba sucediendo a mí, a mi hermana, y nos dieron todo su apoyo y gracias a ellos puedo contarlo y hacerlo público”.
Para González el accionar ilegal de los policías está motivado en “encontrar un culpable, sacarse el problema de encima, culpar a una persona inocente, que vive de su trabajo, que nunca tuvo problemas con la justicia, manotear cualquiera al azar y decir ‘este es débil, lo culpo’”.
Por último, manifestó que Facundo es “un pibe bueno, alegre, muy trabajador. El tiempo que conviví nunca tuvimos ningún conflicto. Me da mucha tristeza que no se pueda saber qué pasó con él, impotencia, bronca”.
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