Yumba resinas: una articulación productiva cooperativa de Bahía y Villa Lugano al mundo
Guillermina Esmoris, fundadora de Yumba resinas, repasó en FM De la Calle el proceso del proyecto que nació ante su curiosidad por el producto utilizado para darle tratamiento a instrumentos musicales de cuerda frotada que hoy se exporta a varios países. Destacó la experiencia de vincularse con una cooperativa porteña.
“En el 2017 empecé a estudiar el contrabajo en el Conservatorio de Bahía y en esa primera clase mi maestro Gustavo me dijo que siempre antes de tocar tenía que pasarle un poquito de resina al arco y que lo mismo se hacía con el violín y el violonchelo, a mí me resultó fascinante. Me pasó una cajita y le pregunté de donde venía”, recordó.
El preparado generó interés en Esmoris y, tras indagar en el tema, descubrió que la mayoría de las marcas de resina eran importadas, resultando costosas para quienes cursaban sus estudios, lo que la llevó a probar fórmulas en su propia cocina sin poder acceder a demasiada información para encarar el proceso de producción.
La materia prima principal con la que trabaja es colofonia, que es la resina que sale del pino y a la cual se le debe hacer un proceso industrial para separar lo sólido de lo líquido.
“La colofonia es como una piedra, es la misma materia prima que se usa para la cera depilatoria que después se mezcla con otras cosas secretas y así salen las resinas Yumba”, explicó.
Para impulsar el proyecto Esmoris inició el camino en 2017 acercándose a un club de emprendedores de la ciudad. Con la colaboración económica de su familia pudo comprar los primeros insumos y contratar una diseñadora para ofrecer su trabajo en redes: “Cuando vi que había una demanda real, porque lo publiqué en Facebook y explotó, empecé a recibir demandas de todo el país. No esperaba que pasara eso”, relató.
En búsqueda de formalizar su emprendimiento aplicó a un fondo Semilla y al año siguiente ya estaba haciendo las primeras exportaciones, pese a que el rubro de la música fue fuertemente golpeado durante la pandemia, mantuvo algunos clientes hasta que la situación mejoró y se reactivó la demanda.
Yumba exporta sus producciones a Australia, Estados Unidos, Noruega, Suiza, Portugal y Taiwán. En 2022 se asoció a Maleza, una cooperativa de cosméticos naturales compuesta por mujeres de la Villa 20 del barrio de Lugano en la Ciudad de Buenos Aires que cuenta actualmente con 46 trabajadoras y una fábrica propia. “Nos gusta decir que es una articulación productiva la que tenemos”, opinó.
“El año pasado experimenté un pico y ahí me encontré con el problema de que ya no podía seguir haciendo todo yo sola como cuando empecé en la cocina de mi casa. Justo había escuchado una entrevista que le hicieron en la radio a la cooperativa Maleza”, por lo que se contactó con las trabajadoras y en una reunión se barajó la posibilidad de que ellas hagan las resinas en su fábrica, mudando las herramientas finalmente en septiembre del año pasado.
“Ya hemos enviado a varias partes del mundo y ahora estamos preparando un pedido para enviar a China”, anticipó.
Esmoris destaca que “hay algo en esta forma de producir, es muy complicado como está planteado el sistema productivo y las normas y las cuestiones impositivas, realmente parece parte de otra época todo”.