(Por Francisco J. Cantamutto) Se cumple el viernes el 15° aniversario del fallecimiento de Alejandro Olmos, el periodista que dio cuenta del carácter ilegal, ilegítimo y usurero de la deuda argentina.

El día viernes 24 se cumplen 15 años del fallecimiento del periodista Alejandro Olmos, y la mejor manera de homenajearlo no podría ser otra que enfatizar el desmanejo de la deuda. Olmos fue el periodista que reunió sigilosamente las pruebas sobre el endeudamiento, que los sucesivos gobiernos se negaron a investigar. Presentó varias demandas sobre el asunto, pero no llegaría a ver el resultado de su esfuerzo militante: pocos meses después de su deceso, el juez federal Ballesteros resolvió sobre el carácter ilegal, ilegítimo y usurero de la deuda. Corría el año 2000 y los movimientos populares se manifestaban en las calles argentinas contra el ajuste y el pago de la deuda. El neoliberalismo caía en desgracia por la fuerza de la impugnación popular.

Se creaba esos años la Alianza Social Continental,  en el marco de la cual se organizó 3 años después una gigantesca consulta popular, en la que el 88% de los más de 2 millones de votos se expresaron contra el pago de la deuda. El gobierno de Néstor Kirchner, en lugar de auditar la deuda, como se le demandaba, prefirió organizar un canje que garantizara los pagos. Ese 2005, la Contracumbre de los Pueblos en Mar del Plata también repudió la deuda (quinto punto de su declaración). Kirchner, en cambio, definió el pago al FMI a fin de ese año.

Y apareció poco después la idea de una política de “desendeudamiento”, cuyo mérito habría sido pagar todas las deudas posibles, evitando toda investigación sobre el carácter ilegal e ilegítimo de la deuda.  Los “pagadores seriales”, como dijo Cristina Fernández, contaron para ello con el apoyo de Estados Unidos y grandes bancos – buitres, como el Citibank, el Deutsche, el Barclays.

El año pasado, a instancias del enfrentamiento con unos pocos buitres díscolos, se aprobó la mal llamada ley de “Pago Soberano”, donde se aprobó pagar y luego investigar. Contra toda esperanza que pudiera abrigar esa engañosa fórmula, nada ha pasado, igual que con el fallo de Ballesteros. Como Olmos, duerme el sueño de los justos, mientras continúa la expoliación de nuestros recursos, ahora con una retórica progresista.

El Foro Argentino de la Deuda Externa realizará el viernes a las 17 hs. un homenaje a Olmos, su creador, en calle 15 y Diagonal 74, en La Plata.

Reproducimos abajo fragmentos de la declaración de la Asamblea por la Suspensión del Pago e Investigación de la Deuda y por la Defensa del Patrimonio Nacional y los Bienes Comunes.

Acerca de la Comisión Bicameral sobre la deuda externa argentina.

Desde la normalización institucional en 1983, ha sido un reclamo popular el de la constitución de una auditoría de conformación representativa y popular, que investigue y determine sobre la deuda externa en la Argentina, con el fin de establecer su origen, su crecimiento, las maniobras efectuadas a su respecto, particularmente todo lo correspondiente al período de la dictadura cívico-militar genocida de 1976 a 1983,  y decidir sobre lo que se considerara de carácter ilegítimo y por tanto no proceder a su pago. Las instancias institucionales no se hicieron eco de este reclamo y siguieron pagando como si buena parte de esa llamada “deuda” no fuera absolutamente ilegítima de origen y de consolidación.

De esa manera, después de 1983 se continuó pagando, lo que significaba aceptarla en toda su dimensión y sepultar la investigación y decisión realmente soberana. Esto hasta la actualidad.

El 13 de junio del año 2000, y en el marco de la sentencia en el  juicio promovido por Alejandro Olmos (“Olmos Alejandro s/denuncia” (Expte. 14467), ante el Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Federal Nº 2, Secretaria Nº 4), el Juez Ballesteros, a cargo de la causa, resolvió remitir copia de dicha resolución al “Honorable Congreso de la Nación para que, a través de las comisiones respectivas, adopte las medidas que estime conducentes para la mejor solución en la negociación de la deuda externa de la nación que, reitero, ha resultado groseramente incrementada a partir del año 1976 mediante la instrumentación de una política-económica vulgar y agraviante que puso de rodillas el país a través de los diversos métodos utilizados, que ya fueran explicados a lo largo de esta resolución, y que tendían, entre otras cosas, a beneficiar y sostener empresas y negocios privados -nacionales y extranjeros- en desmedro de sociedades y empresas del estado que, a través de una política dirigida, se fueron empobreciendo día a día, todo lo cual, inclusive, se vio reflejado en los valores obtenidos al momento de iniciarse las privatizaciones de las mismas”. Esta resolución abría el paso para la constitución de una Comisión Bicameral. Esta resolución nunca fue ejecutada, a pesar de que en su consecuencia se presentaran varios proyectos en el Congreso que tampoco nunca fueron tratados.

El movimiento popular siguió insistiendo y reivindicando la causa Olmos, pero tampoco tuvo respuesta.

De pronto el 11/9/2014 y en el marco de una ley denominada de Pago soberano (de la deuda) que consagraba el pago y no la investigación, las Cámaras de Diputados y Senadores introducen para inducir a su aprobación el artículo 12, que [crea una comisión de investigación].

Claro que a quienes luchamos siempre por una auditoría popular, por la suspensión del pago de la deuda o por el no pago de la deuda, que la hemos calificado permanentemente como “deuda odiosa” (de acuerdo al significado internacional), no nos satisfizo esa ley que consagraba el pague primero, investigue después y que en definitiva creaba una comisión sólo a nivel del Congreso.

No obstante, tampoco esta vez se constituyó la Comisión aprobada.

Todo esto constituye un verdadero fraude político hacia la ciudadanía, ya que la investigación necesaria sobre el carácter ilegítimo de la deuda se ha pospuesto sistemáticamente, aunque se haya utilizado de forma publicitaria la aprobación de esa Comisión.

Pues bien, aunque no satisfaga nuestras posiciones sobre la formación e integración y atento a que existe ya una ley que la dispone, somos nosotros quienes ahora exigimos su formación.

Nosotras/os, diputadas y diputados, movimientos sociales, sindicales, estudiantiles, culturales, universitarios, profesionales, trabajadores, jubilados y jubiladas, movimientos políticos organizados.

Nosotras y nosotros, los que auspiciamos y promovemos la Conferencia Internacional sobre deuda, bienes comunes y dominación que se llevará a cabo en la Ciudad de Buenos Aires, los días 3, 4 y 5 de junio próximos, a 10 años del No al ALCA.

La artista y gestora cultural Patricia Galassi visitó el estudio Heinrich y Loyola de la FM de la Calle. Fue durante la columna de Astor Vitali en el programa En Eso Estamos. En el transcurso de la entrevista la “Tana” habló de los proyectos teatrales y musicales en los que participa, el estreno de su próxima obra, el viaje que realizará a Europa en los próximos días, la debilidad de las políticas culturales hacia los espacios de arte y cultura y las dificultades para el desempeño del trabajo artístico.

“Любо́вь сильне́е сме́рти и стра́ха сме́рти”. “El amor es más fuerte que la muerte, y que el miedo a la muerte”. I.Turguénev (1818-1883)

Los trabajadores y trabajadoras de la cultura lamentan el fallecimiento de la pianista Elena Juc. La maestra nació en Chisinau, actual República de Moldavia.

Estudió en la Escuela de Música Nº2 bajo la responsabilidad de la maestra Tamara V. Popova y en la Escuela Nacional Especial de Música “Eugeniu Koka” dirigida por la maestra Lubov E. Mezhebovskaia.

Luego de su graduación, concursa y gana el ingreso a la Academia de Música Nacional de Chisinau. Allí se forma junto al maestro Sergei F. Besiadynsky y la maestra Olga Yuhno.

Es en esta última institución donde se desempeña como maestra repertorista y acompañante en la Cátedra de Canto Lírico.

En su país natal, fue invitada a trabajar como maestra interna del Teatro Nacional de Ópera y Ballet de Chisinau (República Moldova) en 1994.

Cuatro años más tarde ingresa a la Orquesta Sinfónica Provincial de Bahía Blanca en l que se desempeñó como maestra interna.

Como solista realizó numerosos conciertos en agrupaciones de cámara y líricas. Últimamente se presentó integrando la formación de Eledia Sonans Trío. Colaboró también en otros proyectos musicales.

Nuestra ciudad tuvo el privilegio de contar entre su plantel de trabajadores públicos una pianista de fuste, sensibilidad musical notoria, estudio claro y seriedad profesional

Sus compañeros y compañeras la despiden con dolor. El público también.

(Por Francisco J. Cantamutto) La semana pasada el grupo francés Suez consiguió el fallo contra Argentina, obligando al país a pagarle 405 millones de dólares. El grupo y el gobierno sonrieron ante la decisión.

La prenda de cambio del régimen económico-político de la Convertibilidad fueron las privatizaciones. Éstas permitieron hacer negocios a tres grandes actores del capital: los acreedores financieros (que cambiaron bonos por acciones), a operadores internacionales (que se hicieron a precio de bicoca de empresas monopólicas), y al capital nacional desplazado (que participó como socio local, realizando grandes ganancias retirándose rápidamente). El proceso tuvo una velocidad y profundidad impactante a escala mundial, al quedar casi todos los activos vendidos entre 1990 y 1993. YPF fue la entrega que tardó hasta 1999 en terminar de enajenarse. Muy poco quedó por rematarse. Las privatizaciones quedarán –y con razón- en el imaginario como el cenit del desguace neoliberal.

Las condiciones de las concesiones estuvieron plagadas de irregularidades. Tanto así que sus ventajas terminaron por jugarle en contra al resto del capital. El emergente Grupo Productivo (comandado por la Unión Industrial) reclamó en el año 2001 por una devaluación, pesificación de la economía y cesación de pagos. Y obtuvo, de la mano de Rodríguez Saá y Duhalde, todo lo que quería. La pesificación, en particular, afectó a las privatizadas: mediante la ley de Emergencia Económica, se pasaron sus tarifas a pesos y se las congeló (¡antes estaban indizadas por la inflación estadounidense!), debiendo renegociar los futuros aumentos con el gobierno. En los hechos, con una devaluación de casi el 200% y una inflación minorista de más del 40%, el cambio de 2002 fue un cambio de las rentabilidades relativas entre fracciones del capital: la industria desplazó a las privatizadas.

Las privatizadas desplegaron la presión por diversas vías. A través del FMI, se insistió sin descanso por un reajuste tarifario. Esta estrategia se acompañó por la apertura de juicios en tribunales internacionales contra Argentina: el CIADI (Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones) del Banco Mundial en primer lugar. El gobierno de Duhalde estaba más preocupado por contener las tarifas que por revisar el negociado, por lo que trató de destrabar el diálogo relajando los compromisos de las privatizadas: éstas pudieron incumplir los objetivos de calidad del servicio, de inversión, de contratación de fuerza de trabajo, de abastecimiento, entre otros. A cambio, además, recibieron subsidios del Estado, que se convirtieron en la partida de gasto de mayor crecimiento desde entonces.

Incluso con estos alivios, las empresas mantuvieron la presión, y algunas de ellas (gas y electricidad) obtuvieron en enero de 2003 un aumento del 10%. El acuerdo con el FMI llegó de inmediato, para “garantizar la gobernabilidad”. Sin embargo, había quedado claro que el negocio de las privatizaciones ya no era lo que fue. Quedaba clara la voluntad de sostener un régimen de acumulación donde ya no eran el centro. Muchas de las empresas, europeas en particular, estaban modificando su estrategia de negocios, y se retiraban de América Latina rumbo a Asia. No obstante, mantuvieron los juicios contra Argentina, por si acaso.

El laudo del CIADI

La semana pasada el Grupo francés Suez ganó su juicio en el CIADI, obligando a Argentina a pagarle 405 millones de dólares. Suez había sido una demandante tardía, pues recién en 2006 acudió al tribunal, cuando el gobierno de Kirchner decidió estatizar la empresa, y crear AySA para abastecer de agua y cloacas en Buenos Aires y 15 partidos del conurbano. Se cerraba así la fallida concesión de 1993. La empresa calificó de positivo el fallo, a pesar de que había reclamado una cifra que triplicaba la que obtuvo.

Es justo por ello que el ministro de economía Axel Kicillof no tuvo reparos en afirmar que el fallo le daba la razón al gobierno, porque “no le reconoció el daño moral, no le reconoció la indemnización, lo único que pretendió reconocer es un monto por lo que ellos estiman que eran las inversiones que había que devolver”. Agregó incluso más que “Es un fallo contra la empresa, porque reclamó por todo”, y obtuvo sólo una parte. Aún así, el ministro anunció que el dictamen se apelará.  La Procuración Nacional del Tesoro se encargaría de ello, lo que podría dilatar hasta 3 años que el fallo quede firme.

Ya en 2013, otro grupo de 5 empresas (Azurix, CMS Gas, Continental Casualty, Vivendi y National) habían ganado sendos juicios en el CIADI, obligando a Argentina a pagar 677 millones de dólares. En esa ocasión, se optó por pagar con bonos públicos, y obligando a hacer algunas reinversiones. Se alegó que esto destrabaría la llegada de fondos por partes de los organismos internacionales de crédito. Se sabe de otros grupos que avanzan sus juicios en este tribunal, como el Grupo Marsans por la concesión de Aerolíneas Argentinas, que está además asociado a otra calaña de buitres del sistema financiero. Se trata de Burford Capital Limited, un fondo creado en 2009 para financiar juicios corporativos, dirigido por sir Peter Middleton, quien durante 30 años formó parte del Ministerio de Hacienda británico, para pasar luego a ser titular del grupo Barclays Bank. Por cierto, la reapertura del canje en 2010 se hizo a pedido de este banco, junto al Deutsche y el Citibank.

Sin embargo, estos organismos nunca fueron para Argentina una fuente central de fondos. Se trata de una puerta de entrada a una ruta de deuda e inversión extranjera más amplia. Como parte de la “hoja de ruta” que anunció allá por 2010 el entonces ministro Amado Boudou, se trata de pagar y destrabar juicios, para volver al mercado internacional de crédito.

El CIADI es un tribunal que resuelve controversias entre países y empresas extranjeras. Una de las instituciones que deleitó a Michael Hardt y Antonio Negri cuando pensaron su obra Imperio. Tiene, sin embargo, una particular tendencia: en ningún caso ha fallado favor de los países, sino que siempre defendió los intereses de las empresas de los países centrales. Como institución judicial, parece faltarle algo de justicia. Por este motivo, Bolivia, Ecuador y Venezuela se retiraron de ese falso tribunal. Argentina decidió quedarse, lo que no era otra cosa que aceptar futuros fallos en su contra. Se trata de una continuidad en la cesión de soberanía que guarda lógica con las reformas estructurales de la dictadura y los noventa: delegar en tribunales externos decisiones políticas. No sólo el CIADI se encuentra en esta línea de continuidad: de los 58 Tratados Bilaterales de Inversión firmados durante la Convertibilidad, 55 se mantienen en vigencia. Igual que con los canjes de deuda, que mantuvieron la validez de títulos públicos emitidos bajo legislación extranjera, lo que permitió a Griesa su prepotencia.

Resulta de máxima importancia que Argentina se retire de estos tribunales y desconozca su autoridad, si quiere recuperar margen de autonomía política frente a la estafa del capital extranjero. Tentarlo y pagarle para que regrese, no es una política nacional y popular.

(Por Francisco J. Cantamutto) Tras la decisión del Citybank de retirarse del negocio de la deuda argentina, el gobierno ha salido a presionarlo para garantizarse su apoyo en la pelea contra el fondo buitre MNL Capital.

La batalla judicial con el fondo buitre MNL Capital y su juez neoyorquino, Thomas Griesa, no cesa. Tras haber conseguido el año pasado los fallos firmes para cobrar el 100% del valor de los bonos comprados a precio de remate, más intereses vencidos y punitorios, el juez se ha dedicado a trabar pagos todas las veces posibles, de modo de forzar a Argentina a cumplir con su fallo. El mes pasado, trabó al Citybank los pagos de bonos regularizados en los canjes. Lo llamativo fue que estos pagos debían realizarse en Argentina, bajo ley argentina, por la sede local del banco. Es que en esta cruzada, Griesa no reconoce límites a su jurisdicción. Detrás de MNL Capital, hay otros fondos buitres que buscan ganar los mismos privilegios que el juez otorga, reclamando pagos por 5.400 millones de dólares. Se ha denominado a estos buitres “me too” (“yo también”).

El gobierno argentino, que capitalizó políticamente el antagonismo con esta fracción de rapiña del capital (“Patria o buitres”), se ha sostenido firme en su postura de no pagar en estos términos. Esto no deja de ser llamativo, ya que la “hoja de ruta Boudou” que venía cumpliendo a rajatabla indicaba el pago de todas las acreencias y litigios (Club de París, CIADI, Repsol, etc.). Al vencerse la cláusula RUFO a fin de 2014, era esperable que el gobierno buscara un arreglo veloz con MNL Capital, dado que disponía de los fondos. Habiendo transcurrido el primer trimestre del año, queda claro que no es la estrategia elegida por el gobierno, que se ha sostenido firme en su batalla en este frente, a pesar de continuar pagando toda otra deuda –y, hay que insistir, negándose a auditarla.

El Citybank trató de destrabar los pagos apelando la medida en diversas instancias, sin lograr  mayores resultados. A fines de marzo, se conoció que la centenaria entidad bancaria había pactado con el fondo buitre que se le habilite la posibilidad de pagar los siguientes vencimientos, a cambio de no volver a apelar y retirarse del negocio de la deuda argentina. Una actividad que le reditúa 17 millones de dólares al año, a pesar de constituir sólo el 2% de sus negocios en el país. De esta forma, abandonaría esta actividad a cambio de ahorrarse problemas.

El ministro de economía Axel Kicillof reaccionó duramente esta semana. “En lugar de plantarse, acuerdan en Nueva York y toman el camino del abandono. Los han abandonado de la Argentina los buitres”, sorprendió en declaraciones el ministro. El increíblemente extraño argumento sería que el Citibank debería ser un camarada en la batalla contra MNL Capital, traicionando su propia naturaleza como conocida ave de presa financiera. El gobierno pretende, continuando con lo que ha sido su estrategia de alianzas hasta hoy, poner buitres (que cobran) contra buitres (que reclaman).

Kicillof señaló que el gobierno está pidiendo ante la justicia que se declare nulo el pacto entre el City y MNL Capital, haciendo nulas todas las acciones que del mismo se derivan. Para ello interpuso una medida cautelar, alegando que el pacto firmado en Nueva York va en perjuicio de Argentina y los propios clientes del City, por afectar tanto la regulación de la deuda pública argentina como los negocios locales. No deja de ser llamativo que el gobierno pretenda que la justicia nacional amplíe su jurisdicción a un trato hecho en el exterior, entre entidades con afinco en otro país. Un fabuloso enredo jurídico.

El City buscó aquietar las aguas, señalando que su decisión de retirarse del negocio fue previa al pacto. De todas formas, sus propios alegatos indican que resultaron posteriores a las resoluciones del juez, indicando que el banco no quiere litigar por este negocio. Señaló que actuó bajo las leyes argentinas en todo momento.

El gobierno argentino ha desplegado un accionar decidido de cumplir sus amenazas. El Banco Central inhabilitó al CEO del Citybank en el país, Gabriel Ribisich, quitándole la licencia para operar en el país. Además, se suspendió al banco como operador bursátil. Le reclama, en definitiva, pagar con lealtad las ingentes ganancias que obtiene.

Al mismo tiempo, ha apelado el fallo ante la Corte de Nueva York. Alega el gobierno que Griesa confunde deuda nominada en dólares con deuda externa. “El juez Griesa piensa que como el dólar es la moneda mundial, su jurisdicción es el mundo”, señaló Kicillof. La deuda en cuestión es deuda doméstica, de acuerdo con su jurisdicción de aplicación, pero nominada en dólares.

Esta misma semana, el gobierno argentino encontró el apoyo explícito de otra gran ave carroñera. El Fondo Monetario Internacional dio a conocer un avance de su Informe sobre Estabilidad Financiera, donde cuestiona severamente la agresividad de los fondos de inversión, que ponen en riesgo al sistema financiero internacional. Pidió por ello mayores regulaciones de los Estados, un reclamo que se empalma de perillas con el proyecto de regulación presentado por Argentina ante la ONU. El FMI, que ya había advertido sobre los hedge funds y ahora incluyó a los fondos comunes de inversión, reclamó por mayor supervisión activa, con más datos y vigilancia. Estos fondos manejan hoy más de 75 billones de dólares, superando todo el PBI del mundo.

El gobierno argentino, pues, no está solo en su batalla. Si bien el camarada Citybank parece querer hacerse a un costado, otros compañeros –como el FMI- salen al cruce. Aislar a Griesa y el MNL Capital es la estrategia. Todos los demás buitres que quieran participar de la cruzada, son bienvenidos.