A las 20:30 familiares, amigues e integrantes de la comunidad de Pedro Luro se reunirán en la estación del ferrocarril para encender velas en memoria de Facundo Castro al cumplirse cinco meses de su desaparición.

Será en vísperas de la entrega de los resultados de la autopsia realizada al cuerpo del joven, encontrado a mediados de agosto en Villarino Viejo. En el marco de la causa por desaparición forzada seguida de muerte el trabajo está a cargo del Equipo Argentino de Antropología Forense.

La audiencia comenzará a las 9 de la mañana y a su término el Juzgado Federal N°2 difundirá un comunicado con las conclusiones. La querella estará representada por la perito Virginia Creimer.

Por otra parte, este miércoles el bloque de concejales/as del Frente de Todos propuso poner el nombre de Facundo al predio del ferrocarril de Pedro Luro.

El edil Ignacio Dallavia dijo a FM De la Calle que el lugar “significó mucho para Facundo, era su casa, donde él pasaba gran parte de su tiempo, era un lugar de aprendizaje, de encuentro, de lectura, de trabajar por el otro, de trabajar por verdad y justicia, por la memoria. Facundo era un comprometido con la causa”.

“Hemos trabajado con vecinos de Pedro Luro y con compañeros en esta iniciativa, nos parece importante marcar ese lugar y que sea el símbolo de encuentro de todos los villarinenses con Facundo”, agregó.

Dallavia destacó que “es un proyecto muy completo, con todo el trabajo que realizaba y cómo se veía reflejado en el otro: un pibe bueno, alegre, de familia, murguero. Creemos que es en estos casos donde tenemos que visibilizar estas tareas que hacía Facundo como un montón de pibes más que trabajaban en el Semillero Cultural con un objetivo claro que era mantener viva la memoria del pueblo”.

Les concejales pretenden realizar un mural en uno de los galpones del sector para que “cuando nos acerquemos todos los vecinos a tomar un mate o compartir una actividad física estemos más cerca de Facu compartiendo ese mate”.

“Con todo el tiempo que tuvimos no se le dio la suficiente preparación a la cuestión sanitaria”, dijo a FM De la Calle el párroco de La Piedad, Héctor Arismende. Afirmó que más de seis meses después del inicio de la pandemia tenemos un “sistema sanitario estresado y con dificultad para responder”.

En cuanto a las consecuencias sociales y económicas en los barrios del sur de la ciudad contó que la comunidad está “entre la necesidad y la responsabilidad”. La Municipalidad está cambiando la entrega de bolsones por el depósito de dinero en las tarjetas aunque las organizaciones “no estamos en condiciones de afirmar que toda la gente que lo necesita lo esté recibiendo”.

Las instituciones barriales se movieron rápidamente para asistir a las familias que perdieron sus ingresos con el establecimiento del aislamiento obligatorio. Tiempo después, llegaron algunas ayudas municipales.

Arismende comentó que la organización fue “cambiando” con el correr de los meses. “Hubo un cambio de delegado que parece que habilitó ampliamente los recursos. Desde entonces no nos faltan bolsones pero el Municipio adoptó la medida de entregar la tarjeta celeste en lugar del bolsón, para que la gente pueda comprarse el bolsón con 800 pesos”.

El cura manifestó que el cambio de modalidad “nos fue dejando de lado porque ya no pudimos accionar en el mecanismo que se necesita para verificar que a todos les llegue. No estamos en condiciones de afirmar que toda la gente que necesita esté recibiendo la tarjeta. Nos fueron corriendo de esta toma de decisiones, estamos en la incertidumbre, recibimos llamados de gente que no recibió la tarjeta y ahí tenemos que iniciar el reclamo”.

“Formalmente no nos hemos ido de la Mesa de Noroeste pero en concreto las decisiones las toman otros”, enfatizó.

Arismende destacó que estos seis meses de pandemia podrían haberse aprovechado como “un buen tiempo de planificación de política social que tenga en cuenta las particularidades cuando la emergencia fue contenida”.

Sin embargo, “cuando llegó el momento en el cual los bolsones se habían administrado y había que ver qué más se podía hacer, no hubo una progresión en la política social para seguir viendo cuál era la necesidad particular de la gente”.

Agregó que “a las familias más numerosas un bolsón no les alcanzaba y por lo tanto los 800 pesos tampoco. Nos parece importante que las familias puedan decidir qué comprar. El corte lo da el delegado, él es que nos responde a nosotros y no eleva los pedidos a otras instancias a menos que él lo desee, el diálogo se corta, no hay posibilidad de plantear en instancias superiores medidas diferenciadas”.

Respecto del aislamiento, sostuvo que “es cierto que en los barrios se depende más de la buena voluntad de los vecinos, han habido focos de contagio, la gente aprendió de algún modo a cuidarse y está tratando de sobrevivir con eso. Está entre cuidarse y sobrevivir como puede. Están tratando de hacer changas porque si no no pueden vivir, no hay bolsón de 800 pesos que pueda solucionar eso”.

Por último, mencionó que “no se planificaron espacios de aislamiento territoriales, habíamos hecho la propuesta acondicionando un sector de la parroquia para esto, la Municipalidad lo descartó porque dijo que no era necesario”.

“Es cierto que hasta ahora no han sido necesarios los usos masivos de las UCMAS. Por otro lado, si no se puede trasladar en los medios habituales, con una persona de nuestro barrio en el Dow Center, se tiene que cruzar toda la ciudad para acercarle una muda de ropa a un familiar aislado. Por eso pensábamos una política territorial, que estén más distribuidos”.

Un joven de 20 años fue golpeado por la policía y estuvo tres días detenido en la DDI acusado de un robo calificado que no cometió. La Bonaerense lo levantó el 24 de agosto en Barrio Universitario. Su madre habló con FM De la Calle sobre el episodio de similares características al ocurrido en El Pinar con la detención de un joven imputado por un robo con armas que no cometió.

“Mi hijo iba caminando por 12 de octubre, lo intercepta un patrullero, lo detiene, le preguntan nombre y apellido, le piden DNI. Les comenta de dónde viene, le dicen tenemos ahí a tu compañero con el que vos cometiste el delito. Lo acusaron de un robo con un menor de edad”, comentó a FM De la Calle su madre, Liliana.

La mujer relató que al día siguiente recibió un llamado desde la sede policial: “Me dicen que mi hijo estaba detenido por un robo agravado. No lo podía creer porque mi hijo es un pibe trabajador, tiene una hija, es tranquilo, no tiene junta”.

“Fueron dos o tres días de angustia, desesperación, por no saber a dónde acudir. Cuando lo pararon en la calle hubo abuso de autoridad, el trago amargo no te lo saca nadie. Mi hijo todavía sigue con la causa, jamás tuvo una entrada de una comisaría. A mi hijo le arruinaron la vida”.

“En el momento que lo detienen uno de ellos le pega cachetazos, le dijo decí la verdad, confesá, obligándolo a que el diga yo fui y robé”, apuntó Liliana.

Dos días después del hecho, mientras el joven todavía estaba detenido, le tomaron declaración. “Coincidió con la declaración de la prima porque él estaba tomando mates con ella a la hora del hecho. Ese mismo día le dieron la libertad”.

“El es albañil, jamás en mi vida imaginé que iba suceder. Me lo traje a vivir conmigo, está con mucho temor de salir a la calle, ya a una cierta hora no quiere salir, sale de trabajar y va derecho a ver a su hija”.

-¿Temor a la policía?

Sí, la verdad que sí.

(Por Astor Vitali) La actividad económica se ve afectada en contexto de pandemia. Hecho que resulta evidente. Entonces, una situación especial requiere medidas especiales. Sin embargo, desde el oficialismo local la única medida que proponen es la apertura de la actividad comercial de manera indiscriminada como si no hubiera una situación particular. Es la locura de actuar con normalidad en una situación completamente anormal. Sin perjuicio de esto, es claro que el reclamo por la caída de la actividad económica debe ser atendida. Pero ¿la reapertura como si nada es la única posibilidad?

Al día siguiente del decreto que pone a Bahía Blanca nuevamente en fase 3, Juntos por el Cambio emitió un comunicado en el que cuestiona la medida por arbitraria y estipula que hay que tener en cuenta a los sectores comercial y empresario. Asume de manera temeraria, además, la postura de que no sería la apertura de la actividad económica la causante del exponencial aumento de contagios.

Desde el punto de vista científico, semejante afirmación carece de todo sustento dado que sí está comprobado que a mayor circulación mayor contagio; que las personas en situación social tienden a relajarse y por ende exponerse y exponer a otros al contagio del virus; y que a medida que el gobierno municipal decidió entregar “permisos precarios” los casos en la ciudad fueron en aumento hasta poner al sistema sanitario en situación límite, tal como lo han expuesto las asociaciones de profesional.

Es decir, “volver a la normalidad” implica necesariamente mayor cantidad de contagios (y por ende de muertes) y el colapso del sistema sanitario. En otras palabras, ninguna postura razonable aconseja actuar como si no pasara nada y abrir a la actividad “normal” si no que todos los consensos sanitarios están puestos en la idea de que hasta que no haya vacuna las únicas medidas posibles son distanciamiento, aseo de manos y uso de tapa boca y nariz. Se expresó con toda claridad la necesidad de disminuir los índices de movilidad.

Ahora bien, el hecho de que sea desaconsejable la reapertura de las actividades significa que esas actividades no podrán solventarse y con ello, no sólo aumenta el endeudamiento, sino que se pone en riesgo la continuidad de muchos comercios y PyMES. Este aspecto requiere de políticas activas para asistir a esas actividades.

De más está decir, por otra parte, que reapertura económica no es en este contexto sinónimo reactivación. Apenas podría significar disminución de la caída.

A nivel país, se establecieron algunas medidas como por ejemplo pagar la mitad de los salarios desde el estado a más o menos la mitad de los trabajadores y las trabajadoras. Para el sector informal se articularon los IFES –espaciadas e insuficientes-. A nivel local ¿qué medidas se establecieron para asistir a aquellas actividades impedidas de llevarse adelante por razones sanitarias? ¿Cuáles?

La única idea que se le cae a Juntos por el Cambio es “volver a la actividad”. Esto implica, además de la inconciencia de las consecuencias sanitarias ya expresadas en estas líneas y por profesionales de la salud, una actitud totalmente ausente por parte del estado. El mensaje es: “abran su comercio, rebúsquensela como puedan y expóngase a la enfermedad. Eso sí, cumpliendo todos los protocolos (sic)”.

Lo que hace la conducción amarilla es tomar el consejo sanitario para la acción política: se lava las manos.

No es cierto que no podrían buscarse alternativas para asistir a los distintos sectores. No es para nada cierto. El precisamente el estado aquel que tiene la capacidad para obtener los recursos necesarios para garantizar dignidad de vida a toda la población. No puede ser “abrí tu negocio, no más” concebida como una política económica en contexto de pandemia.

Deberían instrumentarse los mecanismos para que cada sector pueda cuidar su salud, la salud de sus trabajadores y de sus trabajadoras y no sucumbir en este contexto de difícil tránsito.

Bahía Blanca tiene un presupuesto de más de nueve mil millones de pesos de los cuales se ha destinado un número ínfimo en materia de emergencia sanitaria. ¿Por qué no reorientear recursos para asistir a los sectores que reclaman por la caída de la actividad?

Podrían decírsenos dos cosas en contra. La primera es que hubo menor recaudación por lo que el presupuesto votado no cuenta en sí con los recursos previamente estipulados. La segunda, que no alcanza para todos los sectores.

En ambos casos y en una situación de emergencia sólo cabe responder lo siguiente: si hubiera voluntad política, el gobierno tiene las herramientas para obtener recursos a través de gravámenes especiales o excepcionales que se aplican, por sentido común, a esta situación especial.

Hubo sectores que nunca pararon. El puerto no para y la economía de las firmas trasnacionales emplazadas en el polo petroquímico tampoco. ¿Por qué nadie está discutiendo una tasa especial para poder afrontar la situación y asistir a los sectores afectados de la economía local?

A esto hay que sumar el siguiente elemento: la crisis sanitaria la estamos pagando todos los sectores menos quienes han continuado con su proceso de obtención de riqueza. ¿Cuánto dinero estás aportando vos, por ejemplo, a una asociación civil, a una organización social, a un comedor, a los cada vez más frecuentes vendedores que tocan el timbre a toda hora, a través de tus impuestos a los que te cuesta más pagar, a través de alguna actividad laboral secundaria que tuviste que dejar de hacer para disminuir la movilidad y preservar tu fuente central, a través de dejar de hacer la changa para no enfermar, a través de tu endeudamiento personal, a través de millones de formas de subsidiar la política sanitaria que todo ciudadano o ciudadana de a pie está llevando a cabo? ¿Cuánto dinero estamos aportando?

En cambio ¿el único sector que no pierde económicamente es al mismo tiempo el único sector al que no se le pide que ponga algo para tamaña emergencia humanitaria? Esta situación representa un absurdo total y representa también qué tan dañado está nuestro sistema de ideas y de valores que en lugar de pensar en primer lugar en haber instrumentado algún mecanismo de esta naturaleza nos estamos peleando entre quienes contamos monedas (en moneda nacional) para ver quién sufre un poco más o un poco menos el impacto económico, al mismo tiempo que exponemos nuestra salud tontamente.

No es cierto el planteo que lleva adelante el oficialismo basado en que la única posibilidad es otorgar “permisos precarios” para “abrir la economía”. Se pueden instrumentar mecanismos (como ya lo hicieron muchos municipios sin que en ninguno se haya por ello establecido un estado soviético, es sólo sentido común) que permitan que el estado municipal se nutra de recursos para abonar a que no se derrumbe la actividad al mejor estilo darwinista.

No se discute nada de esto porque el gobierno central no está emplazado en Alsina 65 sino en otras mesas de negociosos poco interesadas en la orientación pública de la práctica política.

La licenciada en psicología Adriana Taboada, integrante del Centro de Investigación sobre el Genocidio de la Universidad de Tres de Febrero, que dirige Daniel Feierstein, analizó en FM De la Calle las diferentes respuestas sociales frente a la pandemia. Sostiene que es necesario construir políticas flexibles que se basen en las necesidades de cada etapa, difundir mensajes claros que no relativicen la situación sanitaria y comprender que el virus impacta en el cuerpo pero la enfermedad es social.

Estamos inmersos en una situación planetaria. Nuestro mundo, todo el mundo está atravesado por una situación, por un problema que trae aparejado un vivir bajo estado de amenaza, sufrimiento, pérdidas –no solamente tiene que ver con las muertes, sino en un sentido general, de trabajo, de afectos, de proyecto-, hay niveles de frustración enormes y además todo esto se extiende en el tiempo. No es una situación puntual, intensa, pero que pasa. Llevamos meses y no sabemos cuánto tiempo más vamos a tener que estar viviendo de esta manera.

No todo el mundo puede enfrentar una situación como esta con las conductas más adaptadas, que son las que permitirían poder cuidar y cuidar a otros. Se ponen en juego mecanismos sicológicos que son inconscientes pero el resultado es este, atravesado por la negación, va de un abanico de conductas que pueden resultar locas -como ir y quemar un barbijo- a otras que uno llamaría, como sicólogo, conductas maníacas -como no pasa nada y se abrazan, y agarran la cerveza y toman todos del mismo pico-.

Hay un mecanismo del que niega “este virus no existe y es una cosa conspirativa” a otro mecanismo que es un sí pero no: “existe, pero a mí no me va a pasar”. Ahí entra a jugar un pensamiento mágico. ¿Por qué no me va a pasar a mí? No se sabría. Los seres humanos funcionamos de esa manera pero aquí se masifica una conducta como esa y el resultado es que no se puede cumplir con absolutamente las únicas medidas que se pueden poner en juego para protegernos del virus. No existe otra, no es que a alguien se le ocurrió que esto caprichosamente. En ninguna parte del mundo es posible cuidarse del virus salvo que uno mantenga la distancia, use tapaboca y mantenga la higiene de sus manos. Hasta tanto no haya vacuna que sería una barrera material no existe otra manera que estas.

El tapaboca, la gente cree, en general, que está protegida y en realidad protege al prójimo: no me protege a mí. Yo estoy protegida por el tapaboca del otro. Aquí hay una matriz de la relación con el otro que tiene que ver con la solidaridad, con la colaboración con la cooperación. Cómo yo tengo la posibilidad de cuidar que otro no se contagie. ¿Cómo? Con el tapaboca. “No es salgo sin el tapaboca porque de última si me enfermo, me enfermo yo”. No, no es así. Salir sin tapaboca es exponer al prójimo. Y esa información no logra ingresar.

Respecto de la información. Hay actitudes irresponsable, sí. Pero también hay muchas actitudes no solo responsables sino solidarias. Los y las profesionales de la salud haciendo horas con salarios que no representan su esfuerzo. Comederos que llevan a delante sus actividades con medidas de cuidado. Gestos simbólicos, artistas. Una enorme parte dela comunidad que sí cumple con las medidas de distanciamiento. ¿Dónde debería centrarse el mensaje para que influya positivamente desde el punto de vista de la sicología social? ¿En aquellos mensajes censurables (y evidenciar su carácter reprochable) o centrarse en aquella agenda positiva que refleje todo ese universo que está pensando en el prójimo?

No tengo la respuesta y no hay nadie que la tenga. Es una respuesta a construir porque estamos ante una situación nueva y desconocida, compleja. Uno va ensayando y a veces las respuestas son correctas -por lo menos por un tiempo- y luego hay que ajustarlas. Y hay respuestas que no sirven.

Efectivamente hay comunicadores, políticos y personas interesadas que no trabajan para la vida.

Lo otro que diría es que el mensaje debería ser diferenciado. Yo tengo que pensar en a quién me dirijo para tratar de construir ese mensaje. El problema hoy no son los adultos mayores. Entonces, al adulto mayor yo le tengo que hablar como a cualquier ciudadano pero ese no es el problema que yo tengo hoy en términos sanitarios porque el adulto mayor está cumpliendo. Entonces, quienes no están cumpliendo, de lo que uno ve, es la gente más joven.

Hay que ver también cuáles son los comportamientos en función de las clases sociales. Hay que adaptar el mensaje a quién se lo dirijo.

En cuanto al tema de la solidaridad, hay cantidad de cosas que han podido funcionar en estos seis meses porque hay mucha gente que ha puesto el cuerpo, cuidándose. Los comedores siguen funcionando, la gente sigue alimentándose, cuidándose porque todo ese trabajo social y militante se sostiene. Los profesionales de la salud están pidiendo a gritos el cambio de conducta pero la tarea la cumplen y a veces el riesgo que corren es enorme.

Sí es bueno poder mostrar todo esto pero también creo que hay que poder mostrar -y que no se muestra claramente- la gravedad del problema en que estamos metidos. Porque cuando uno escucha este mensaje: “hay un nivel de contagio alto, amesetado. Se amesetó. Es alto pero se está manteniendo estable”. Lo que la gente escucha no es que el número es alto, lo que la gente escucha es que está controlado. ¿Está mintiendo? No, no está mintiendo. Pero hay algo ahí que está faltando o no está dicho correctamente porque la gente en el marco de la angustia y la negación escucha que hay algo que está controlado.

En Bahía Blanca contrastaron, hasta el regreso a fase 3, ese mensaje claro desde las asociación de profesionales que decía “estamos al límite de la capacidad de internación” y el mensaje del gobierno municipal que decía “está al límite pero está controlado”. Eso da una sensación de no estamos tan mal…

El mensaje es: está controlado. Y no es cierto, no está controlado nada porque tenemos trescientos muertos diarios. ¿Cómo va a estar controlado? Hay que mirar los muertos. Hay un montón de personas que se han recuperado y eso es muy bueno. Pero tenemos trescientos muertos diarios y quién sabe a quién le toca. ¿Quién dice quién va a morir? Si es grande, es cierto, se ha mostrado que hay una situación que facilita la complicación de la enfermedad, pero no solamente eso. La gente cree ahí, nuevamente la negación, como bien lo definió Bolsonaro, la “gripezinha”…

O aquello de que “hay mucha más gente que muere por gripe”…

Todo eso que en un punto es falso. No es que es falso que puede morir mucha gente por gripe. Pero la gripe es una enfermedad conocida. Si requiere terapia intensiva, demanda mucho menos al sistema de lo que demanda esta patología donde se necesita mucha gente para atender a alguien por largos períodos de tiempo. Hay características propias. Es esto que están diciendo los médicos que preferirían una terapia intensiva llena de otros enfermos que de esto. Por el nivel de exigencia. Hay que cuidarlos, hay que estar, no puede ser cualquiera, si ellos no están no puede ir alguien a reemplazarlo.

Y tienen que cumplir un estricto protocolo, además…

Además, con todo el miedo. Y van a su casa. Hace unos pocos días aquí en Buenos Aires falleció una docente. El marido es médico en terapia intensiva y la que falleció fue ella. La enfarmedad circula, el virus hoy está dando vueltas por la patria. Está de paseo por todos lados.

Uno asocia negación con los bares llenos de pibes, la cerveza. Pero hay situaciones de negación mucho más acotadas que no parecerían negación, que tienen que ver con los pequeños encuentros. Uno dice: “bueno somos cuatro, cinco, siete, nos mantenemos a distancia, usamos tapaboca”. Lo que ahí no estamos viendo es que los seres humanos somos gregarios y estamos viviendo hace meses solos, aunque podamos vivir con una familia o con una pareja. Estamos hablando de otra cosa, esta posibilidad de encuentro con otro distinto. Cuando nos pasa esta posibilidad de encuentro tan deseado uno se pone contento. Cuando uno está feliz hace chistes, se ríe, aparece la carcajada, eleva la voz, se empieza a exaltar. Eso es algo natural y espontáneo no es que uno se prepara por estar así. Es una conducta que se nos despierta junto con los otros. Y en ese intercambio espontáneo lo que se va a producir posiblemente en algún momento también tenga que ver con la exposición al virus a través de la saliva porque te bajaste el tapaboca, hiciste un chiste, te reíste, la carcajada. Ahí empieza a circular el virus. Entonces, no hace falta irse al bar. Hay situaciones donde cualquiera de nosotros, en las que yo supongo nos estamos cuidando, podríamos de cualquier manera llegar a una situación de exposición.

Claro y cada encuentro se multiplica por cientos de miles…

Y como estoy contento me acerco porque nosotros necesitamos eso. “¿Y qué nos va a pasar?” Y ahí viene el sí pero no. “Somos poquitos, el tapaboca, la distancia”. Bueno, los encuentros con los afectos no funcionan así.

Se habla mucho de salud, tanto en medios como en mensajes de gobierno, pero no tanto de salud mental. ¿Cuánto se ha hecho y qué se podría hacer, desde el punto de vista de las políticas públicas, para no sólo centrar el mensaje en lo que es el cuidado de salud física sino también al acompañamiento en lo referido a la salud mental de la población?

Para mí hay un gran déficit. Yo llego a esta entrevista a partir de cierto movimiento que se generó por una publicación de Daniel Feierstein con quien trabajo en el Centro de Estudios sobre el Genocidio de UNTREF. Cosas que decimos desde las ciencias sociales pero que hasta aquí no se pudo escuchar que es que el virus es un tema médico –biológico- pero no la enfermedad. Porque el virus impacta en un cuerpo y el cuerpo no es solamente un cuerpo biológico. El virus es uno pero la gente no se enferma igual.

El virus es uno pero acá parece que el problema está en el tipo de conducta social que desarrollamos. Entonces, no es sólo un tema médico. Cuando prendes la televisión o la radio no escuchás a alguien que no sea médico. Sé que ahora entre el grupo de asesores del presidente y en algunas jurisdicciones empiezan a haber otras profesiones. Gente que viene de las ciencias duras porque aquí hay que hacer proyecciones. Están los cientistas sociales, los sicólogos. Ha costado.

Efectivamente, por un lado, hay un tema hoy que es la necesidad de estas otras disciplinas para pensar cómo lograr ser más efectivos en esa prevención que hoy está fracasando en algo. Es parte de eso que fracasa y es tratar de mejorar la respuesta para eso. Pero hay otro tema que es, para poder darle pelea al virus además tenemos que vivir en determinadas condiciones que hacen al aislamiento. Entonces, de eso también hay que ocuparse. No solamente porque lleva a negaciones, por ejemplo, sino por lo que venga después también. Entonces es muy importante poder desarrollar alternativas, propuestas, miradas mucho más integradoras que es un déficit. Porque no solamente el mensaje debería ser diferencial sino ir identificando cuál sería la propuesta para cada momento. En abril estábamos de una determinada manera y ahora en setiembre emocionalmente estamos de otra. Porque llevamos muchos meses así y vamos a tener que estar muchos más. Yo no sé cómo vamos a estar en noviembre o en diciembre.

Las respuestas de abril pudieron ser unas. Las que tendríamos que tener ahora tal vez son distintas. Y tal vez para diciembre deberíamos pensar alguna otra cosa también. Esto es muy complejo y no hay una respuesta o dos respuestas. Hay que estar con mucha flexibilidad y todo el tiempo observando si lo que pasa hoy es lo que estaba pasando el mes pasado.

Cuando lleguen las fiestas y el verano ¿te imaginás? A mí hoy me parece un delirio esto de ir de vacaciones. Uno ve las playas en el mundo y decís: es una locura. Es como si estuvieran viviendo un tiempo normal, que no lo es. Ahí está Europa de nuevo con serios problemas.

Creo que hay que pensar que el tema es complejo, que no hay una sola respuesta, que si se encuentra alguna es ahora y habrá que ver después si sigue sirviendo y seguir pensando junto con otros.

Carolina Ojeda dijo a FM De la Calle que hace 30 días vive una pesadilla. Contó que su hijo Axel está detenido desde el 31 de agosto por un robo con armas que no cometió.

“Precisaban llevar a alguien, agarraron a un pibe y le arruinaron la vida”, afirmó. Intervienen la fiscala Claudia Lorenzo y la jueza de Garantías Marisa Promé.

 

Ojeda relató que suele salir a caminar con su hija por la zona de El Pinar. Ese día no tenía ganas y le pidió a Axel que acompañe a su hermana.

Según comentó, salieron 15:56 del domicilio ubicado en el barrio Sánchez Elias: “Suben por Bermúdez, los capta una cámara de vecinos, los capta una cámara del SIPREVI frente a la leñera, cruzan al cementerio y son interceptados por policías en moto. Lo revisan a Axel, mi hija me llama y me dice que vaya, escucho cómo la policía intenta sacarle el teléfono”.

“Me dicen que hubo un masculino que circulaba con un arma entre sus prendas, me dicen que me quede tranquila, que no tiene absolutamente nada. Me tienen 25 minutos demorada, me dicen que bajemos a la Comisaría Cuarta para ver antecedentes. Terminamos yendo, cuando baja mi hijo, entra a la comisaría, me saca un oficial y me dice que mi hijo queda detenido por robo agravado por uso de arma”, afirmó la mujer. 

Axel estuvo arrestado durante cinco días en la Cuarta, lo trasladaron al Destacamento de Palihue hasta el 7 de septiembre y al día siguiente lo llevaron a Coronel Suárez donde permanece detenido. Desde la Fiscalía informaron que la causa ya fue elevada a juicio. 

Ojeda mencionó que su hijo es asmático, que tuvo que llevarle la medicación personalmente y que solo puede comunicarse con él dos veces por semana.

Axel está acusado de robo a mano armada. La familia ofrece testigos que vieron a dos hombres en moto robar las mochilas a un grupo de adolescentes que circulaban por la zona. A partir de la identificación de una joven, la policía persiguió a uno de los implicados que volvió al lugar y finalmente escapó.

“La descripción de los delincuentes no coincide con la de mi hijo, me allanaron mi casa, buscaban pertenencias de los chicos, las mochilas, gorras, ropa y no encontraron nada. La policía cuando redacta la denuncia dice que la chica es la novia y  que estaba tres cuadras, en realidad es su hermana. Me tomé todo el trabajo que la justicia no hizo”, agregó Ojeda.

“La fiscal me denegó varios testigos que presenté. No me da explicaciones, mi hija y yo pedimos muchas veces poder declarar, estoy pidiendo el rastreo de la localización del teléfono de mis hijos, eso demuestra que nunca estuvieron en el sector del robo. Si acudo a los medios es porque no me dan respuesta. Hace 30 días que tengo a mi hijo encerrado y lo único que hace es llorar”.

“Precisaban llevar a alguien, agarraron a un pibe y le arruinaron la vida. Llevo 30 días sin ver a mi hijo, Axel está estudiando, es un chico alegre, en casa hay valores y principios, son mis únicos dos hijos, me desvivo por ellos. Acaba de cumplir 20 años en julio. Yo siempre creí en la justicia y ahora no me dejan demostrar que mi hijo es inocente”, concluyó.  

Las familias de la toma en Altos de Independencia no pudieron llegar a un acuerdo con los dueños de los terrenos porque es “impagable lo que están pidiendo”.

Se trata de 150 familias que permanecen en las tierras ubicadas en Fragata Sarmiento y Fournier . “Habíamos pedido contactarnos con los dueños, hablamos y resulta que lo que pasó fue una locura. Nos dijeron que nos iba a dar cuotas y precios accesibles y fue todo lo contrario”, señaló Yanina a FM De la Calle.

“La mayoría de acá depende del día a día, son jornaleros, albañiles, amas de casa, nos dijeron que la propuesta iba a ser accesible, nos pidieron una entrega de 120 mil pesos y 18 cuotas de 22 mil pesos y si no nos pedían lo que sea que tuviéramos a nuestro nombre en forma de pago”, comentó.

Agregó que “acá nos vamos a quedar hasta que tengamos una respuesta. Se nos rieron en la cara. Le dijimos el monto que podíamos pagar y se nos rieron en la cara. Nos bloquearon en WhastApp cuando le dijimos la propuesta”.

El acuerdo que ofrecen los vecinos es pagar el terreno a 10 años. “Podemos pagar 5 mil pesos por mes. Estamos todos cuidando nuestro lugar porque lo queremos, lo necesitamos, hay chicos, hay personas con chicos con discapacidad que no pueden pagar el alquiler”.

Por último, destacó que “sabemos y tenemos en claro que esto está mal pero necesitamos. Esto está hace años acá, esto es un basural. Nos tomaron el pelo, se nos rieron en la cara y fue una locura. Queremos llegar a un acuerdo al que todos podamos acceder”.

(Por Astor Vitali) Por estos días pudo escucharse la sorpresa de comunicadores en medios locales frente a un cambio de actitud por parte de la población. Se esperaba que para el día de la primavera, y los siguientes, las calles bahienses estuvieran detonadas de circulación. ¿Qué ocurrió? Se preguntan. Si bien toda explicación sociológica es compleja y multicausal, hay un elemento clave que devela la responsabilidad política del gobierno municipal en los desajustes anteriores: hubo un mansaje claro del estado, a pesar de quienes gobiernan en la ciudad.

Las semanas anteriores, el gobierno salía a debilitar públicamente los desesperados mensajes de los y las profesionales de la salud. La principal tarea de comunicación de Juntos por el Cambio fue la de relativizar cada uno de los comunicados de todas las asociaciones gremiales y científicas que decían con claridad: el sistema colapsa si no paramos la circulación. En cambio, los funcionarios oficialistas insistían en la apertura de actividades y en decir que todo estaba controlado.

Algunas de esas actividades, por su parte, estaban previstas para para fase 5 y Bahía Blanca nunca salió de fase 4. Lo cual denota en sí mismo el grado de irresponsabilidad que se observa en el otorgamiento de “permisos precarios” a troche y moche.

Debido a la presión de los directores de los hospitales públicos y privados, recién el día viernes 18 Héctor Gay se sienta a leer un comunicado que le escribieron para cortar con el mensaje relativizante. Literalmente rodeado por profesionales de la salud, el jefe comunal debió reconocer que se estaba al límite.

Esto ocurrió en las vísperas de que se decretara el retroceso a fase 3. Es decir, se llegó al extremo de apertura y fueron las instancias nacionales y provinciales las que debieron decretar el paso atrás en la fase para evitar que la situación desborde.

El domingo 20, sobre la tarde noche, comenzó a circular la versión de que se tomaría la decisión de decretar el retorno a fase 3 por los riesgos concretamente existentes -antes relativizados- y finalmente el lunes a la mañana el equipo local de gobierno anunció el retroceso de fase.

Ese día, el 21, el día de la primavera, la circulación fue mucho menor a la esperada y los días siguientes también. ¿Qué cambió? A todas luces lo que cambió fue que la población recibió un mensaje concreto de sus autoridades reconociendo que la situación es grave y a partir de allí actúo de manera más responsable. Las semanas anteriores había recibido el mensaje laxo de que todo estaba controlado y hasta la relativización de lo que las organizaciones de profesionales de la salud sostenían.

Es decir, es claro que hay un segmento de la sociedad que se considera afectada en sus libertades individuales, que no respeta el derecho a la salud de otros y que insistirá en comportarse de menara maniática. También es cierto que hay otra parte de la sociedad que actúa siempre o casi siempre de manera responsable. Ahora, hay un enorme segmento que se me mueve influido según el mensaje oficial y este mensaje oficial es pura y llana responsabilidad de las autoridades locales. Cuando se dijo claramente: “miren, hay peligro” la población respondió con los cuidados pertinentes. Cuando se dijo hay virus pero está controlado, la población salió como si nada, abonando a los mecanismos de “a mí no me va a pasar”.

En otras palabras, se encuentra en el cambio de actitud social un fuerte elemento modificatorio de las conductas en cuál es el mensaje oficial que se transmite. En las semanas previas al 18, en que el intendente debió reconocer la situación debido a la presión de las autoridades sanitarias, el mensaje del gobierno fue irresponsable y abonó a los altísimos índices de movilidad.

Haber apuntado a la responsabilidad individual y marcar la responsabilidad en cada habitante es no hacerse cargo de una agenda de gobierno municipal que no tiene entre sus prioridades los cuidados sanitarios sino la recepción de los lobbys empresarios.

La responsabilidad central de los mensajes de cuidados no está en cada individuo: está en el mensaje oficial, en la expresión de lo público.

A los pocos días del paso atrás en la fase, el bloque de concejales oficialistas salió a cuestionar el regreso a fase 3 y su mensaje tiende a dar rienda suelta a la interpretación y a que cada quién haga lo que quiera, como si la fase 3 no tuviera claras demarcaciones de lo que está permitido y de lo que no. Nuevamente, el mensaje oficialista tiende a abrir y favorecer los índices de movilidad. Como se sabe: mayor movilidad, mayor contagio. Y ya se sabe que un porcentaje de contagiados, muere.

La responsabilidad de que haya personas que se sientan libres de realizar actividades no permitidas está en que hay un sector político que representa esas aspiraciones y que en lugar de llamar al cumplimiento de las medidas sanitarias encarna la representación de un discurso que no está dispuesto a ver de qué maneras su actividad no decaiga por impacto pandémico sino que busca apertura a como dé lugar.

A mensajes claros, la sociedad responde con claridad. El gobierno municipal volvió a partir de ese comunicado a enrarecer el mensaje, a partir del comunicado en voz del boque de Juntos por el Cambio. La responsabilidad política del aumento de circulación y de contagios es del oficialismo, que impulsa a los cruzados del “a mí nada me toca”.

Mensajes claros: la responsabilidad individual se manifiesta de manera más solidaria si las autoridades que encabezan la sociedad comunican que debe actuarse de esa forma. Si el mensaje es “hagan lo que quieran” se fomenta esa respuesta individualista. Se paga con vidas y con el desgaste del trabajo de los equipos sanitarios.

(Por Suteba Bahía Blanca) En la provincia de Buenos Aires 1.240.000 familias tienen problemas de vivienda. El 50% porque necesita una vivienda y el otro 50% porque necesita mejorarla o ampliarla para vivir dignamente.

En cuanto a villas y asentamientos hay registrados 1807 barrios con graves problemas sociales, urbanísticos, ambientales y de servicios públicos.

La contracara de tantas necesidades es que el Estado ha avalado las ocupaciones ilegales y la violación sistemática de las normas cuando las llevan adelante grandes emprendimientos privados de urbanización bajo la lógica del negocio inmobiliario. En los últimos años en la Provincia se han construido 500 barrios privados sin permiso pero cuentan con apoyo estatal para grandes inversiones en infraestructura que proveen los servicios y la pavimentación de calles de acceso.

Son habituales también las excepciones a los Códigos de planeamiento urbano que promueven las intendencias y respaldan Concejos Deliberantes para facilitar la construcción de lujosas propiedades horizontales y barrios cerrados sobre áreas de humedal. En Bahía hace poco se aprobó una excepción al Código para habilitar la construcción de una torre de 20 pisos en Sarmiento al 1300 donde estaba la fábrica de colchones Fabra Fons. La ganancia para los inversores inmobiliarios por estos pisos de lujo se estima en 9 millones de dólares.

La triste paradoja del capital coloca en situación de “derecho” a los grandes negocios con la tierra mientras las necesidades de miles para que se cumpla con el derecho constitucional a la vivienda son estigmatizadas como delitos.

La pandemia, además de los padecimientos que origina sobre la salud pública, ha profundizado estas desigualdades. La pérdida de trabajos estables y temporarios y el aumento del precio de los alquileres agravan las penurias del déficit habitacional.

Entre docentes muchas de nuestras compañeras y compañeros deben trabajar al menos un cargo para poder pagar el alquiler, desempeñando el segundo para lograr la subsistencia diaria sin poder llegar a tener una vivienda propia que impida el desgaste cotidiano al que se ven sometidas. El derecho a la vivienda les está literalmente negado. Y esto se evidencia cuando en promedio se necesitan 362 sueldos mínimos de $16875 para acceder a un terreno de U$D 60000. Básicamente 30 años de sueldos mínimos.

SÍ AL DERECHO A LA VIVIENDA.

En la entrega de bolsones en las escuelas los y las docentes verificamos día a día cómo se multiplican las necesidades más acuciantes.

Por citar sólo un informe alarmante la Unicef estima que a diciembre 2020 la cantidad de niñas y niños pobres pasaría de 7 a 8,3 millones. Pertenecen a familias que tienen que resolver minuto a minuto cómo subsistir y entre las penurias cotidianas está muchas veces, el techo que los ampare y la posibilidad de cumplir con los resguardos frente al coronavirus.

Sin dejar de repudiar a todo aquel o aquella que quiera lucrar con las necesidades de las personas, sí decimos con toda nuestra fuerza que criminalizar la lucha por la tierra va de la mano con la negación de derechos.

Los mismos políticos que en campaña enarbolan discursos sobre la igualdad ahora compiten en declaraciones amenazantes y discriminadoras.

La estigmatización y criminalización, parecen ganarle a aquello que nuestra legislación garantiza como derechos.

Por ejemplo el artículo 36 de la Constitución provincial marca con toda claridad: “la Provincia promoverá el acceso a la vivienda única y la constitución del asiento como bien de familia; garantizará el acceso a la propiedad de un lote de terreno apto para erigir su vivienda familiar única”.

Tampoco se acuerdan, claro, de la ley provincial 14449 de Acceso Justo al Hábitat que define el derecho a la vivienda y a un hábitat digno y sustentable.

Por contrapartida la apropiación de tierras públicas por parte de quienes más tienen ha sido norma en la historia nuestro país comenzando la que se llevó adelante sobre la base del genocidio primero, seguido del reparto entre pocos propietarios de centenares de miles de hectáreas de tierras comunitarias indígenas y campesinas.

Nuestra ciudad también es y ha sido testigo de estas apropiaciones de tierras fiscales para la especulación inmobiliaria y el lucro privado, contando en estos casos con las complicidades políticas y judiciales Si las pandemias del siglo XXI creadas por el capitalismo exigen distanciamiento, luchemos y exijamos al estado la tierra y la vivienda para vivir dignamente y para producir nuestros alimentos.

Exijamos nuevas escuelas y hospitales públicos, nuevos barrios y planes de construcción de viviendas Y rodeemos de solidaridad y apoyo a las genuinas recuperaciones de las familias que reclaman por el derecho a la tierra junto a las facilidades para poder pagarlas.

La tierra es de lxs que la habitan y la trabajan.

“Con respecto a las dos áreas de Covid, tanto clínica médica como terapia, estamos completos. Al momento que se libera una cama inmediatamente se ocupa por otro paciente. Esto es de hace 15 días”, dijo el vicedirector de la Clínica Raúl Matera, Pablo Casella, a FM De la Calle.

Agregó que realizan el seguimiento domiciliario de cien pacientes: “Sabemos que entre cinco y siete van a requerir el hospital y hoy no tenemos cama. Esto es a corto plazo. Hay que bajar la circulación, sé que genera en muchos sectores una insatisfacción pero el panorama, si esto no se cumple, es mucho peor.

El Hospital Privado del Sur, desde este domingo y por diez días, no recibe pacientes con coronavirus o casos sospechosos porque tiene “rebasada” el área Covid. Solo atienden urgencias.

Con respecto al personal, Casella mencionó que “los trabajadores de la salud estamos en más de un hospital, cualquier cosa que sucede en uno repercute en nosotros, tenemos algunos aislados por contactos estrechos, pero no se ha dificultado el trabajo”.

“Es un problema porque no hay reemplazo, tenemos abierta la inscripción para tomar personal de enfermería y no hay gente porque están ocupando lugares en otros hospitales”, agregó el médico.

En el caso de la Clínica Matera, la mayoría de les pacientes destacó “son empleados de comercio que están en edad de actividad de trabajo, están en el rango de 40 a 55 años, son adultos jóvenes. Todos nuestros pacientes son sintomáticos, en este momento cuatro de ellos están en terapia, tenemos otros cinco que están en área de clínica médica que son para casos moderados”.

Casella agregó que además hay “71 personas positivas en seguimiento domiciliario y 30 pacientes sospechosos a la espera de hisopados. El número de pacientes fuera del hospital es 101”.

En relación a las medidas tomadas a nivel nacional mencionó que “al inicio, cuando se hizo la cuarentena, fue fundamental si no no nos hubiésemos podido armar en esta situación”.

“Cuando empezamos no teníamos áreas para Covid, áreas de aislamiento, prácticamente se armó una nueva terapia intensiva. Veo un quiebre grande cuando en julio empezaron las aperturas y ahí, inmediatamente, se disparó el número. Septiembre fue un momento álgido y complejo que coincide con la mayor circulación”.

En tanto, sobre gestión local, el médico afirmó que “si bien las herramientas que tenemos, por ejemplo las fases, no son las que uno quisiera, son las únicas que tenemos. Entiendo que el dueño de un restaurante esté preocupado y cómo no estarlo, tienen que traernos otra alternativa. Estamos intentando evitar un problema futuro a corto plazo. La política, sobre todo la que tiene que ver con la salud, tendrían que ver qué hacen”.

“Hay que bajar la circulación, sé que genera en muchos sectores una insatisfacción pero el panorama, si esto no se cumple, es mucho peor. Tenemos cien pacientes en seguimiento domiciliario y sabemos que entre cinco y siete van a requerir el hospital y hoy no tenemos cama. Esto es a corto plazo”, sentenció.

Por último, y respecto a los testeos a nivel local mencionó que “no tenemos acceso a la cantidad que se realizan. Creo que cuando uno más encima esté sobre la población realizado testeos inmediatamente puede aislar a los pacientes asintomáticos que dieron positivo y evitar el contagio horizontal. Además, evita que las consultas se multipliquen por pacientes sintomáticos que llegan a la guardia de los hospitales”.

El comunicado del Hospital Privado del Sur

“Se comunica a la población que la capacidad de respuesta de nuestro personal de salud, la disponibilidad de camas y de recurso humano y tecnológico para asistir pacientes afectados de COVID-19 se encuentra colmada y comienza a afectar la asistencia de pacientes portadores de otras enfermedades que también requieren atención especializada y de alta complejidad.

El HPS, un hospital históricamente preparado para asistir problemas cardiovasculares agudos y complejos, afecciones cerebrovasculares y quirúrgicas en general, descompensación de enfermedades clínicas, pediatría, atención integral del parto y neonatología; desde los inicios de la pandemia y cumpliendo con los protocolos emanados de las máximas autoridades sanitarias provinciales, dispuso un amplio sector para asistir pacientes contagiados de SARS-Cov2 que supera lo recomendado y sugerido por las mismas.

Hoy dicha capacidad instalada se encuentra rebasada, la concurrencia de pacientes sospechosos o contagiados a nuestro servicio de emergencia es cada vez mayor y la asistencia telefónica por el equipo del hospital aumenta día a día en forma alarmante, se suma a ello nuestro recurso humano disminuido por aislamientos, licencias, por enfermedad y al límite de su respuesta física y psicológica pese a la intensa y prolongada preparación previa.

En virtud de esta situación nos vemos obligados a informar que, a partir de mañana y por el término de 10 días, se limitará la atención por guardia a sólo urgencias quirúrgicas, traumatológicas, pediátricas, cardiovasculares, partos y recién nacidos”.

Hoy se conmemora el Día por la Legalización del Aborto en América Latina y el Caribe. La Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito lleva adelante una acción virtual para exigirle al Gobierno nacional la aprobación del proyecto de ley.

“El movimiento feminista y de las disidencias sexuales seguimos pidiendo al Ejecutivo que apruebe el proyecto. Es urgente y esencial el acceso al aborto desde una práctica segura y el Estado es el garante para que eso ocurra. Sobre todo para que los sectores vulnerados tengan acceso a la información y a una práctica segura”, comentó Sandra Di Seri, integrante de la Campaña y del Frente Popular Darío Santillán Corriente Nacional.

Agregó que “desde el Ejecutivo plantean que el sistema de salud está estresado. Decimos que aprobar la Interrupción Voluntaria del Embarazo descomprimiría el sistema de salud, sabemos por datos duros que al año ingresan 50 mil mujeres al hospital por haber tenido prácticas inseguras que generan diferentes tipo de infección, muchas de ellas graves y muchas ocupan camas de terapia intensiva”.

El proyecto de la Campaña está vigente y con estado parlamentario: “Modifica el sujeto al cual favorecería la ley, ahora incluye a todas las personas con capacidad de gestar. Retira un artículo donde considerábamos la objeción de conciencia, no corresponde al menos en nuestro proyecto esa posibilidad para los antiderechos”.

También propone “no penalizar ni el acceso a la práctica ni a la persona que la garantiza. Es hasta las 14 semanas, sería importante que el Estado respete después de esas 14 semanas no penalizando, que busque otros mecanismos para sortear la decisión de las personas con capacidad de gestar en ese sentido”.

En un comunicado oficial, la Campaña señala que “nuestro proyecto de Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo, impulsado por más de 700 organizaciones de diversa índole, debe aprobarse de manera urgente. Apelamos a los poderes públicos a que esta necesidad sea una realidad y un derecho efectivo. No queremos más muertes ni cárcel por abortar, niñas torturadas ni abortos inseguros. Exigimos el reconocimiento de nuestro derecho a decidir”.

“Los trabajadores y las trabajadoras de la música transitamos esta situación agobiados por una política criminal por parte de las autoridades municipales”, afirmó la Unión de Musicxs del Sur.

El gremio sostiene que el intendente, Héctor Gay, y la directora del Instituto Cultural, Morena Roselló, el 11 de agosto aprobaron “de manera irresponsable permisos precarios para actividades que involucran el quehacer musical”. Aunque según indicaron “no estaban autorizadas según el protocolo provincial” salvo para localidades en Fase 5.

“¿Quién se haría responsable de la situación de salud de nuestros compañeros y de nuestras compañeras? ¿Qué ART se haría cargo de su suerte? ¿Quién iba a suministrar los instrumentos sanitarios? ¿Dónde el transporte seguro que prevé la normativa provincial? ¿Qué protocolos específicos según el instrumento musical del cual se trate? ¿Cómo se aprueba un protocolo si no se consulta a la organización gremial del sector en cuestión?”, se preguntaron.

El reclamo del sector estaba previsto en el plan de contingencia presentado al inicio de la pandemia, “que se ejecutara el presupuesto vigente en actividades que no requirieran la presencialidad y, a su vez, que los contenidos generados acompañaran a las políticas sanitarias en materia de salud mental de la población”.

Por último, mencionaron que no están pidiendo “ningún privilegio: se pide simplemente que se ejecute el magro presupuesto previsto en actividades que son necesarias y que pueden llevarse adelante de manera no presencial”.

“No es cierto que no hay presupuesto dado que se amplió la planta política del Instituto Cultural y se designó a un nuevo funcionario, Rubén García, en un organismo que no existía hasta entonces como es la Dirección de Cultura en el Espacio Público”.

Uno de los policías de la localidad bonaerense de Mayor Buratovich que retuvo en la ruta a Facundo Astudillo Castro el día en que fue visto con vida por última vez recibió un mensaje a su celular de parte de otro efectivo de esa jurisdicción en el que le dijo “si se hace el pajero, que lo bajen”, informaron este domingo fuentes de las investigación.

“Mensaje recuperado de un policía (si se ase el pajero vajalo –sic-) asesinos hijos de p—a”, publicó esta tarde en su cuenta de Twitter Cristina Castro, la madre de la víctima, aunque la mujer no dio precisiones sobre el emisor ni el receptor de ese mensaje.

Leandro Aparicio, uno de los letrados que representa a la madre de Facundo, confirmó a Télam la existencia de esa frase recuperada a través del análisis de las comunicaciones entre los policías investigados pero también se excusó de brindar mayores detalles para preservar el avance de la pesquisa.

Sin embargo, una fuente de la investigación explicó a Télam que ese mensaje fue recibido por el oficial Mario Sosa cuando se encontraba en la ruta el 30 de abril último, (día en que desapareció Facundo), alrededor de las 10.11 y luego de hacer una consulta a la Subestación Comunal de Buratovich.

De acuerdo a la investigación, Sosa y la oficial Jana Curuhinca fueron los dos efectivos que retuvieron al joven cuando transitaba por la ruta hacia la ciudad de Bahía Blanca aunque ellos afirmaron que luego de infraccionarlo por violar el Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio (ASPO) lo dejaron seguir.

Según la fuente consultada, a partir del análisis de las comunicaciones que realizó Dirección General de Investigaciones y Apoyo Tecnológico a la Investigación Penal (DATIP) de la Procuración, cuando los efectivos que estaban en la ruta consultaron a la Subestación, una oficial que se encontraba allí le mandó luego un mensaje a Sosa en el que le indicó que otro oficial pedía que le pasaran a él “los datos completos y la foto” y un segundo en el que señaló “y si se hace el pajero que lo bajen”.

Mientras que Sosa, estando el móvil aún detenido en la ruta, le respondió minutos después con un “dale”.

Fuente: Télam.

Despojarnos del derecho a informarnos es sepultar una necesidad social que reduce el acto de informar al capricho de una guerra ideológica alienante. Despojados de nuestros derechos, nos hacemos parásitos de generalizaciones abstractas que obran como “verdades” placebo. Es la  burocratización de la verdad.

Fernando Buen Abad Domínguez

(Por Ricardo Vicente López) Vuelvo a un tema sobre el cual ya he escrito  unas cuantas notas en esta columna [[1]]. Me obliga a ello la publicación de algunas notas sobre lo que denominan la imposibilidad de lograr la manipulación de la opinión pública. Éstas, que exhiben una gran ignorancia sobre la historia de los temas de la comunicación pública, aparecen como conclusiones de algunas manifestaciones de periodistas. Por diversas razones, en las que no quiero entrar aquí, los defensores de su profesión, a quienes les importa más su salario que la verdad, argumentan que el ciudadano de a pie es libre de leer o escuchar lo que mejor le parezca. Sólo deben cambiar de canal utilizando el instrumento libertario: el control remoto. Este instrumento lo convierte en amo de sí mismo y lo protege de cualquier intento de restringir su libertad de elección.

Tal vez, una primera aproximación nos la pueda ofrecer la RAE, dice que «Elegir: es escoger o preferir a alguien o algo para un fin», además dice que «Optar: es escoger una posibilidad entre varias». El problema es cuántas son las varias de las que se habla. Es evidente que elegir una de las muchas que existan no es el mismo que hacerlo entre dos o tres.

Agrego acá la repercusión que tuvo, en su tiempo, la publicación del libro Apocalípticos e integrados (1964) del Profesor universitario Umberto Eco [[2]] (1932-2016). A treinta años de su publicación el Blog cultura.wordpress.com (23-3-2016) le dedicó una larga nota reivindicando la tesis que sostenía el autor respecto de lo que denominó la “guerrilla semiológica”:

«A más de tres décadas de la publicación de su libro Apocalípticos e Integrados, se retoma el debate en torno a la influencia de los medios en el cual sostuvo su tesis ya célebre sobre la imposibilidad de controlar la opinión pública, defendiendo el protagonismo de la recepción. “Es el público quien re-construye los mensajes a partir de sus propios códigos que varían según los diversos contextos sociales y las variables psicológicas de cada individuo”. Es interesante observar cómo reformula conceptos de uno de sus ensayos más lúcidos sobre el problema de los medios y la cultura de masasUna guerrilla entendida como un llamado a la responsabilidad individual y comunitaria frente a los avances de la cultura de masas: propicia el análisis, agudiza el sentido crítico, para evitar la recepción pasiva, éste sería el principal desafío de la cultura mediática».

Amigo lector, voy a reproducir y comentar sus tesis para después ofrecerle mis opiniones críticas. Con un sorprendente título El público le hace mal a la televisión Umberto Eco publicó en el diario La Nación (mayo de 2004), una nota en la que recupera y reformula la tesis de su libro de 1964:

«Tal vez ése es el asunto. En los años sesenta y principios de los setenta se decía en diversos lugares que sin duda la televisión (y en general los medios de comunicación masivos) es un instrumento potentísimo, capaz de controlar aquello que entonces llamábamos el “mensaje”, y que al analizar ese mensaje era posible ejercer influencia sobre la opinión de los usuarios y hasta directamente moldear su conciencia».

Es evidente que el Profesor comenta, con mucho escepticismo, que esto que “se decía” era una simple opinión de personas asustadizas y de poca confianza en la capacidad analítica sobre la información pública: la sola mención de la posibilidad de manipular la opinión pública era una mera fantasía. ¿Por qué podía sostener esto con tanta certeza?:

«Pero se observaba que aquello que el mensaje decía intencionalmente no era necesariamente lo mismo que leía el público. Los ejemplos más obvios eran que la imagen de un corral lleno de vacas es “leída” de manera diferente por un carnicero europeo que por un brahmán de la India; que la publicidad de un automóvil Jaguar despierta el deseo de un espectador adinerado y provoca frustración en un desheredado. En suma, un mensaje apunta a producir ciertos efectos, pero puede chocar contra situaciones locales, con distintas disposiciones psicológicas y deseos, y producir un efecto boomerang».

Dice un poco más adelante, dándole mayor peso argumentativo:

«Y en ese punto se introdujo el segundo fenómeno, que en su momento fue definido como “guerrilla semiológica”. Se explicaba así: si alguien tiene el control de la emisión, no se puede ocupar esa silla ante la cámara, pero idealmente sí puede ocupar la silla ante cada televisor. En otras palabras, la guerrilla semiológica consiste en una serie de intervenciones y actuaciones producidas, no desde el sitio de partida del mensaje, sino en el lugar al que llega, induciendo a los usuarios a discutirlo, a criticarlo, a no recibirlo pasivamente».

Un primer comentario: amigo lector, ¿puede Ud. imaginarse el regocijo del viejo diario de la oligarquía, pudiendo publicar, con la pluma de un famoso y acreditado académico que los grandes medios de información están incapacitados para manipular la opinión del público, (uso este verbo “manipular” porque es el que utiliza Noam Chomsky en la nota Nº 1).

Y es nada menos que el Profesor Chomsky, Emérito del Instituto Técnico de Massachusetts, (el famoso MIT), Lingüista, Filósofo, Politólogo estadounidense, quien sostiene lo contrario. La diferencia que yo observo entre estos dos importantes académicos es su posición ideológica. En el caso de Chomsky es clara su rechazo a la Guerra de Vietnam; sus marchas por la defensa de los derechos humanos y políticos de los pobres y los negros; sus denuncias contra la prepotencia militar estadounidense. Por el contrario, el pensamiento, las actitudes y los compromisos del Profesor Eco no estuvieron siempre del lado de los explotados.

Sin embargo, me sorprende la ignorancia de Eco respecto de los estudios e investigaciones que comenzaron en los EEUU en la segunda década del siglo XX. Para dar algunas aproximaciones al tema cito un párrafo del libro de Chomsky El control de los medios de difusión – Los espectaculares logros de la propaganda, (Editorial Crítica – 2000):

«El papel de los medios de comunicación en la política contemporánea nos obliga a preguntar por el tipo de mundo y de sociedad en los que queremos vivir, y qué modelo de democracia queremos para esta sociedad… Hay dos conceptos distintos de democracia. Uno afirma que la gente tiene a su alcance los recursos para participar de manera significativa y los medios de información son libres e imparciales. La otra idea de democracia es la de que no permite esa  libertad de la gente y los medios de información están fuerte y rígidamente controlados. Quizás esto suene como una concepción anticuada de democracia, pero es importante entender que ésta es la democracia que hoy tenemos».

Amigo lector: lea los periódicos, escuche la radio, mire la televisión, después haber prestado atención a todo esto, descubrirá que estamos sumergidos en un medio cultural dominado por las diversas variantes de la propaganda de las multinacionales. Es, en realidad, lo que consumimos. El Doctor Eduard Bernays (1891-1995) fue publicista, periodista e inventor de la teoría de la propaganda y las Relaciones públicas. Fue sobrino de Sigmund Freud del cual utilizó, en los EEUU, las concepciones sobre el inconsciente y la posibilidad de la persuasión del self (el sí mismo) en el ámbito publicitario masivo. En el libro La Propaganda (1927), escribe:

«La manipulación consciente e inteligente de los hábitos y opiniones organizados de las masas es un elemento de gran importancia en la sociedad democrática. Quienes manipulan este mecanismo oculto de la sociedad constituyen el gobierno invisible que detenta el verdadero poder que rige el destino de nuestro país. Quienes nos gobiernan, moldean nuestras mentes, definen nuestros gustos o nos sugieren nuestras ideas. Son en gran medida personas de las que nunca hemos oído hablar».

Otro investigador importante fue George Gerbner (1919- 2005) Licenciado y Doctorado en Periodismo por la Universidad de California, Berkeley, un estudioso de la Teoría de la Comunicación; se especializó en los efectos que produce la televisión en la sociedad. Escribió:

«Los medios comerciales de comunicación están provocando, al menos, tres efectos principales. El primero, tiende a reforzar la despolitización de la gente; segundo, tiende a desmoralizar a la población convenciéndola de que es vana toda esperanza de cambio: aceptando la realidad tal cual es. Tercero, es la producción de realidades paradójicas. Se verifica un mayor, y creciente, acceso a la recepción de medios y, los medios están cada vez en manos de menos. Son los grandes medios los que exaltan la importancia de la libertad de expresión en la vida de la sociedad, especialmente porque son ellos los que poseen los mayores centros de información. La libertad de expresión se ha ido convirtiendo en la libertad comercial para conducirla».

Amigo lector, para mí es todo un desafío responder a un intelectual de la importancia de Umberto Eco, pero estoy obligado por el compromiso asumido con Ud. Tal vez, una hipótesis que puede intentar explicar lo que dice el Profesor Eco es que ha pertenecido a un medio académico, alejado del ciudadano de a pie. Agrego a ello las importantes diferencias culturales entre el ciudadano promedio europeo y el ciudadano medio estadounidense. Le sugiero, para este tema, la lectura de mi trabajo La cultura Homero Simpsonel modelo que propone la globalización, en la página www.ricardovicentelopez.com.ar, Sección Biblioteca.


[1] Debo citar, una vez más, un trabajo mío publicado en la página www.ricardovicentelopez.com.ar El control de la opinión pública, o el trabajo de Noam Chomsky, El control de los medios de comunicación, que puede leerse en www.voltairenet.org/article145977.html. Debe agregarse las notas publicadas en la columna Reflexiones Políticas de la página kontrainfo.com.

[2] Hoy está un poco olvidado por lo que voy a recordar sus antecedentes: se doctoró en Filosofía y Letras en la Universidad de Turín; fue Profesor en esa universidad, además de la Florencia y la de Milán; en la Universidad de Bolonia ocupó la titularidad de la cátedra de semiótica; autor de la novela El nombre de la rosa.

La Cámara Federal ordenó a la jueza Gabriela Marrón convocar a una audiencia para escuchar a Cristina Castro y a un grupo de testigos de la causa por la desaparición forzada de Facundo que son hostigados por la Policía Bonaerense.

Es en el marco de un habeas corpus presentado por la Comisión Provincial por la Memoria. La medida fue rechazada “in limine” por Marrón e involucra a cuatro amigues de Facundo, a Cristina Castro y a sus abogados Luciano Peretto y Leandro Aparicio.

“Estamos esperando la audiencia que corresponde, ver cuáles son las medidas que las personas quieren pedir, no todas prefieren tener custodia. Nos costó bastante llegar a una medida de protección”, dijo a FM De la Calle la abogada de la CPM, Margarita Jarque. 

La Cámara revocó el fallo de primera instancia con los votos de Silvia Fariña y Pablo Candisano Mera, quienes se opusieron al primer voto de Roberto Amábile.

Jarque mencionó que los hechos que originan el habeas corpus configuran “hostigamiento con una metodología bastante conocida en la policía que son rondines, pasada de patrulleros, parar el patrullero detrás de las casas, pegarle los patrulleros sobre sus autos a su círculo íntimo”.

También se contemplan los episodios sufridos por los abogados y “la muerte del perro de Facundo, en el caso de Cristina. Son prácticas conocidas en las causas donde la policía está imputada y desea cubrir de un manto de impunidad lo que pasa”.

La abogada destacó que no entienden el porqué de la decisión de la jueza dado que “ ha habido un caso, el de Marcelo González, en el que interpusimos un habeas corpus a su favor, rápidamente se avocó a eso y se dictaron las medidas de seguridad”.

En relación a las novedades de la semana, mencionó que “sabemos que se realizaron algunas pruebas respecto del hallazgo de la mochila y del móvil Etios, eso generó pruebas de laboratorio que estamos esperando. Ha llegado una parte importante de la prueba telefónica que estamos analizando”. 

Jarque destacó que “teníamos un informe de Policía Federal que era muy parcial respecto de teléfonos policiales, se insistía en un informe que cruce el contenido telefónico con los AVL y algo de eso es lo que ha llegado con un análisis más profundo que el de la Federal y sin consideraciones”.

Por último, respecto de la autopsia señaló que el informe final tiene fecha para el 1 de octubre. “Sabemos que por el estado en el que se encontró el cuerpo puede ser que arroje información acerca de la data de muerte y el medio y puede ser que eso tenga cierta debilidad por que es mucho el tiempo y el deterioro. Tendremos que ver qué dicen los expertos y la doctora Creimer que podrá adherir a ese dictamen o hacer el propio”.

(Por Astor Vitali) Dicen desde oriente que la mente debe ser como el agua y adaptarse a los cursos de la montaña para vencer los obstáculos. A uno se le ocurre que la cultura, tal vez, sea como el aire. De esta forma introdujimos la conversación con el artista y docente Juan Falú, quien transmitió a FM De la Calle los conceptos que guiarán su gestión en la Dirección de Asuntos Culturales de la Cancillería argentina, cargo público en el que transitará los próximos años.

Cuando pusiste la zamba, Como el aire, y dijiste que el tema de la cultura también sea como el aire, yo asocié con algunas experiencias que yo tuve como músico en otros lugares del mundo. He tocado una zamba, pero también tocando una milonga o una vidala, en definitiva música de raíz de nuestra tierra, recordé que en algunos momentos se dieron situaciones de una comunicación y de una devolución del público que para mí fueron las experiencias más gratas de esos viajes, que fueron muchos. Consistía en que alguien del público se arrime y me diga: usted me hizo conocer su tierra, su país. Eso tienen un valor impresionante porque uno no está mostrando el país desde el estereotipo o desde la expectativa que se tiene de un determinado país sino sobre lo que no está visibilizado. Y si eso puede emocionar y eso puede ser una carta de presentación de las múltiples expresiones culturales de un país, bienvenida sea.   

Lo que estoy contando es como una metáfora que me guía a mí como un norte en cualquier accionar, sea ocupando un cargo o tocando. Esta es mi carta de presentación.

Es un país con diversidad cultural, ritmos, matices que el mercado en general ya no registra. ¿Eso implica una complejidad?

Sí, hay pertenencias que no las registra el mercado pero están registradas en el colectivo de nuestros pueblos. Están ahí, son marcas muy fuertes, son huellas de la memoria y están vivas esas pertenencias. Desde el estado hay que hacer todos los esfuerzos para que, si el mercado no lo pone visible y en valor, lo va a tener que hacer el estado.

En otras épocas había una industria discográfica que editaba y exportaba determinada cantidad de producciones de raíz folclórica y hoy no. Recuperar ese rol del estado resulta fundamental, sobre todo en un continente donde hubo progresismos que no siempre repararon en la cuestión cultural como una cuestión de primer orden.

Yo la comparto porque nosotros tenemos una marca extraña cultural. Lo que se refiere a la tradición fue apropiado por la derecha y el conservadurismo. Y el progresismo se encargó de la modernidad pero se olvidó de la tradición. Ahí hay un tema muy serio sobre el cual es necesario debatir y reflexionar porque para mí no se puede aspirar a transformaciones sociales y objetivo libertarios ignorando los orígenes de la cultura, de los territorios, de los tiempos, de los pueblos. Es algo muy inimaginable para mí. Pero también sé que apegarse a la tradición de un modo conservador, defendiendo el estatus quo de la tradición, que no se mueva, eso tampoco es un camino transformador, menos aún.

Entonces ese es un dilema de la cultura nacional. El progresismo yo creo que adolece de una cierta ignorancia y el tradicionalismo se ha apropiado de las pertenencias, las usa como símbolo, las defiende, pero al defender eso defiende lo viejo y se opone a todo lo nuevo. Así que es un tema muy serio de la cultura nuestra. Hay que pararse en un lugar donde se puedan establecer términos de unidades, síntesis, a partir de valores que sean indiscutibles.

Yo me imagino en esta gestión, si una va defender un federalismo o visibilizar las culturas provincianas –no como un eslogan, porque yo eso lo defiendo en serio y además incluyo a la provincia de Buenos Aires y a la ciudad de Buenos Aires con un fuerte protagonismo en la cultura nacional, por supuesto-, va a tener que hacerlo desde la excelencia. Y hay mucho ejemplos que uno puede dar y no sólo de la música porque mi obligación va a ser velar por todas las manifestaciones. Yo te puedo mencionar escritores admirados en el mundo y que acá no son conocidos como Daniel Moyano. Para citar un ejemplo, hay mucho más. Ni hablar de los poetas que están por todos los rincones de la patria, de los pintores, del teatro.

Yo me acuerdo de la gloria que tenía el teatro de Tucumán, con unas figuras tan extraordinarias. La plástica que yo vi en mi provincia con maestros como Spilimbergo, Alonso, Timoteo Navarro enseñando allí, formando.

Es un país de una diversidad cultural que hay que aprovecharla. Me parece que la diversidad entre las regiones nuestras tienen, al mismo tiempo, una semejanza con culturas de países vecinos. El nordeste forma parte de una unidad cultural con Brasil y Paraguay, parte de Uruguay. Ni hablar de nuestro noroeste con todas las culturas andinas. Me parece que más allá de lo que uno pueda hacer, esas cuestiones son cuestiones muy serias, muy importantes, que tienen que estar en la agenda no solo de una dirección de cultural de una cancillería sino de la clase política.

¿Tomaste contacto con tu antecesor, Sergio Baur? ¿Qué balance hacés?

Muy positivo, muy amable. Con una disposición absolutamente solidaria para recibirme y yo tengo que retribuir en ese sentido diciendo que hay profesionales en serio en esa área con una vocación por valorizar y defender la cultura nacional. Yo espero apoyarme en esas capacidades y al mismo tiempo ir sugiriendo algunas líneas que tienen que ver con lo que estamos conversando.

En general estos cargos los ocupan quienes hacen la carrera diplomática. En tu caso se trata de alguien que viene de la práctica cultural

Las expectativas no son que, como tituló un medio, venga un ´folclorista´ –yo a esto me lo imagino con comillas- a ocupar un área que pareciera que requiere de un glamur especial. Es como si hubiese un estatus en las manifestaciones artísticas. ¿Qué viene a hacer un folclorista donde se espera un cineasta, un plástico, un especialista en arte que se consideran más aptas para hacer vitrina de un país ante el mundo? Cuando uno elige qué pone en la vitrina también está dirimiendo ahí cómo lo vive al país, cómo le duele, cómo lo siente, cómo lo conoce. Yo estoy ahí para llevar mis vivencias, mis pensamientos y no voy a generar tensiones con lo que se hizo sino que voy con una idea de sumar a lo que se viene haciendo. Una mirada de poner en valor todo lo que se pueda poner de un país tan rico culturalmente.

No estás desligado de la militancia política ni de la gestión con eventos como Guitarras del mundo, la carrera docente, el trabajo en el Fondo Municipal de las Artes.

Ya lo vengo pregonando y haciendo. En ese sentido me siento absolutamente jugado en determinados roles. Lo más parecido a lo que voy a encarar ahora ha sido en todo caso integrar el directorio del Fondo Nacional de las Artes, que lo hice durante once años. Yo renuncié cuando ganó el macrismo las elecciones, a pesar de que me habían propuesto que continúe. Decidí renunciar, no es necesario explicar por qué.

Fueron once años en una institución de cultura que se parece bastante solo que esta otra muestra al afuera lo que hay adentro y el fondo muestra hacia adentro lo que hay adentro. Pero hay una dirección común que es fomentar, poner en valor, visibilizar, dar oportunidades, igual en derechos a las ayudas del estado a toda la población que está trabajando en el campo de la cultura. Espero poder coordinar con el fondo algunas cosas.

Ya estoy pensando en algunas propuestas que las tengo que conversar con el ministro de Cultura. Yo sé que vamos a tener un buen diálogo, no me cabe la menor duda de eso. Pero también sería bueno abrir esos diálogos a los organismos de cultura de las provincias y de los municipios para ver si podemos encolumnarnos a través de algunos ejes temáticos de tal manera que las políticas sean más certeras y tengan mejores resultados.

Con los municipios también…

Sí, yo creo que hay que hacerlo. Por lo menos trasladar las inquietudes y las propuestas. Yo tengo mucho respeto por los organismos de cultura que se debaten generalmente en tremendas limitaciones presupuestarias y están a cargo de personas muy comprometidas del quehacer cultural. Terminan siendo militantes en cargos públicos y haciendo muchas cosas importantes.

Me parece que hay que, en medio de la crisis o de las limitaciones económicas, lo mínimo que habría que hacer es establecer esas comunicaciones.

Foto de portada: Telam

(Por Astor Vitali) Por estos días se escucha en conversaciones personales o mediatizadas más o menos el siguiente esquema de diálogo:

– ¿Cómo estás?

-Y… viste. Con esto de la pandemia ando medio mal.

-¿Qué te pasa? ¿Qué sentís?

-Me siento mal, estoy angustiado porque no puedo ver a mis amigos. Tuve que dejar de hacer actividades que venía realizando. Extraño ir a jugar al fútbol o juntarme a hacer un asadito.

En las entrevistas que brindó a distintos medios Alejandro Dolina estas últimas semanas, el artista se ocupó de dejar sentada una posición al respecto: “Prevalecen las angustias individuales por sobre la angustias colectiva. Hay una pregunta que le hacen siempre a todos los ñatos que se entrevistan por ahí en medios de una y otra orientación. Es esta: ¿cómo va llevando la pandemia? ¿Qué es lo que más lo angustia de la pandemia? Entonces, todos contestan: lo que más me angustia es que no puedo encontrarme con mis amigos o que no puedo jugar al golf o que no puedo ir en bicicleta. Son situaciones individuales, algunas de ellas molestas. Pero la verdad que una respuesta honesta a esa pregunta –¿qué es lo que más le angustia a usted de la pandemia?-sería: que se muera gente y que se enferme gente. Y en tercer lugar, que haya gente que no pueda trabajar o que no sepa cómo subsistir. Esos son los problemas. Ahora, si el tipo quiere ir a Monte Hermoso para ver cómo anda el lotecito… son angustias de segundo orden, me permito señalar. Y sin embargo, las respuestas son todas por ese lado: a mí, a mí. Tengo un poco de depresión porque estoy encerrado. ¿Eso es lo que te molesta de la pandemia, que tenés un poco de depresión porque estás encerrado? ¿Eso es lo que te molesta a vos? Pero… ¡es una pandemia! ¡Hay gente que se muere! ¿No te angustia para nada lo que esté pasando en general?”.

Creemos que este es el centro de la cuestión. La respuesta social a la pandemia está centrada en la reacción individual. Más, está centrada en la idea de la libertad individual. Pero es una libertad como sinónimo de capricho. No puedo hacer lo que yo quiero. Y eso tiene que ver con la ideología de un sector social que está acostumbrado a hacer lo que quiere cuando quiere.

Las libertades, en un mundo material, están estrechamente vinculadas a la capacidad económica para ejercerlas. Hay personas que sienten que se atenta contra su libertad de ir a Monte Hermoso o a Miami. Para ellos, “todo el mundo es libre de viajar”. Sin embargo, ¿todo el mundo es libre de viajar? Una mayoría de la población no es libre de elegir porque en un esquema de desigualdad estructural jamás tendrá los recursos para concretar esas decisiones. La libertad es así asequible sólo para un sector social como la antigua democracia era para los ciudadanos libres pero legitimaba la esclavitud, cuya población no gozaba de ningún derecho.

Yo no soy libre de hacer lo que quiera por la sencilla razón de que no podría concretar materialmente ningún anhelo por fuera de lo que mi economía personal me permita.

En medio de una situación de guerra, uno se angustia por las personas que van a morir, por lo que costará reconstruir la vida y la economía, por una serie de circunstancias que afectan a un conjunto social. Uno en una guerra no pone en primer plano que no podrá comprar la latita de atún que se importaba del país con el que se litigia bélicamente y ahora no se importa por cuestiones geopolíticas.

Podríamos imaginar la siguiente conversación:

-¿Cómo se siente con la guerra?

-Y… aquí estamos.

-¿Qué le afecta?

-Bueno, es que desde que empezó la guerra no he podido comprar el atún que venía de aquel país.  

Esta posición sería censurada porque en un conflicto bélico se acentúan los sentimientos nacionalistas y todo el mundo debería mostrar su congoja por “los héroes” que dan la vida por su patria.

Ahora, hoy, una pandemia azota el mundo y se ha pedido a la comunidad compresión de que más allá de todo la enfermedad es muy contagiosa y, si bien la tasa de mortalidad es de una cifra, ese porcentaje representa un alto número de personas a las que no podrá dar atención el sistema de salud, es decir, quienes no podrán acceder al derecho a la salud y no serán libres de elegir pelear por su vida. Es tan simple como eso y como la consigna menor movilidad, menor contagio. Se ha pedido comprensión.

Frente a una pandemia, es decir, un hecho que afecta a la humanidad, una parte de esa humanidad no se ve interpelada por un suceso de estas características y no tiene mayor ocurrencia que destacar lo que le pasa a él mismo, y justifica todo tipo de acción que pone en peligro a otros y a otras por su condición de clase, porque no es de riesgo (pero arriesga a otros), por su historia personal o simplemente porque a él no le van a decir lo que tiene que hacer.

Impresiona la disociación cuando se contrasta con datos como la cantidad de muertos por coronavirus en Estados Unidos –sociedad campeona de las esas libertades de cartón-, país en el que la cantidad de muertes por esta enfermedad supera la de sus víctimas en la I Guerra Mundial y duplica la de Vietnam.

El hecho de que ante una pandemia, nuevamente, un hecho que afecta a la humanidad, pese a los esfuerzos de los y las profesionales de la salud, motive respuestas individuales, representa la verificación concreta de lo que hace ya tiempo se llama victoria cultural capitalista o del individualismo: un pensamiento primitivo, chiquito, de corto aliento, simplista, holgazán, contrariado ante lo complejo y ante la complejización del pensamiento (porque si tiene que sostener sus posturas verá que se derrumban ante cualquier planteo lógico o, de otra forma, debe reconocer la brutalidad de su ideología). Es la constatación de la derrota de los pensamientos socialistas, humanitarios, democráticos, durante este período de la Historia.

Cabe destacar que esa derrota no elimina la solidaridad, la entrega, la inteligencia, la ciencia. En la actualidad hay millones de personas que trabajan en un sentido responsable, solidario, etc. Parte de la necesidad de ese pensamiento individualista está en no mostrar todo aquello –la solidaridad, la ciencia, la inteligencia- porque representa un “mal ejemplo” mostrar a quienes viven su vida entendiendo que se vive en sociedad y que es inviable para cualquier pueblo que busque un modelo vivible no desarrollar personas con capacidad de empatizar socialmente, de contactar con el otro, porque la guerra de la salida individual sólo conduce a la violencia interna. Nos muestran, en cambio, la militancia de la estupidez organizada que por puro capricho sale a joder la vida al resto, y sobre todo, a los que pierden la vida, su salud o su trabajo.

Hace falta una respuesta colectiva. Hace falta si se busca una sociedad vivible. Y hace falta hacerlo con medidas concretas que apunten a la transformación ideológica y cultural de raíz: el progresismo debe aceptar que no es con más capitalismo, que instaurando la idea de consumo extendido y la búsqueda de movilidad social ascendente se obtiene sólo mejoramiento de condiciones económicas pero con una conciencia pequeño burguesa –individualista de lo poco y reaccionaria por temor de perder su nuevo pequeño estatus pagado en cuotas-, una competencia que termina anteojeras sociales y más rencor y más movilidad social y más miedo.

Hace falta una respuesta colectiva. Lo ha demostrado la reacción social ante la pandemia. Pero es la cultura. Es la cultura. Es la ideología. Mejorar la economía para combatir la pobreza, sí. El hambre es un crimen. Pero construyendo pueblo consciente de su carácter colectivo en lugar de gente que busca mejorar su situación. “Yo quiero estar bien yo” es el camino al abismo, garantizado.

¿Me permiten contarles qué me angustia? Me angustian las muertes, las saludes afectadas, las personas pobres que son más pobres y los y las profesionales de la salud denunciando su soledad. Pero más me angustia la posibilidad de que esta respuesta social basada en mirarse el ombligo, incapaz de involucrarse en la humanidad como concepto y como realidad, sea el último escaño antes de nuestra extinción. Me angustia pensar que no podremos revertir este mundo de islas dependientes.

Es una angustia que funciona como motor para buscar cada día, todos los días, alguna manera de interpelarme y de interpelar.   

Imgaen de portada: Oswaldo Guayasamin

La semana pasada, un grupo de especialistas expusieron de manera virtual frente a representantes de la Comisión de Salud del Concejo Deliberante para avanzar hacia el tratamiento de una ordenanza que regule el acceso al cannabis con fines medicinales y terapéuticos.

Actualmente, hay tres proyectos de ordenanza presentados sobre el tema: uno por parte del oficialismo, otro de parte de la Red de Profesionales para el estudio del Cannabis (REPROCANN) y, por último, la propuesta de Cultivo mi Propia Medicina.

La defensora oficial Fabiana Vannini señaló a FM De la Calle que la principal diferencia entre los tres proyectos existentes es que el del oficialismo no contempla el autocultivo.

“El autocultivo, por muchísimas razones, no es delito y que la Municipalidad lo regule trae beneficios: en primer lugar, proteger el derecho a la salud y acceso a la medicina y, en segundo lugar, que el Estado no derroche recursos persiguiendo este tipo de casos”, apuntó. 

Entre los argumentos por los que el autocultivo no debe ser considerado delito, la profesional enumeró: “Por el marco legal constitucional que es el derecho a la salud. En segundo lugar, porque esta el marco legal nacional con la ley 27350, que -si bien prevé un solo caso de epilepsia refractaria-, lo cierto es que reconoce el fin medicinal y paliativo de la planta. Y por último, hace 11 años la Corte Suprema declaró la inconstitucionalidad del artículo 14, que pena o persigue a quienes consuman o hagan uso de estupefacientes para uso personal”.

“Si vos estás en un registro de cultivadores, vas a estar protegido en caso de un allanamiento. Y el órgano perseguidor, el Ministerio Público Fiscal, sabrá que tu finalidad es el autocultivo y que no tiene destino ilegítimo, y no es delito para la ley de estupefacientes”, argumentó.

Vannini agregó que si no es por la vía del autocultivo el Estado debería igualmente garantizar el acceso medicinal de la planta. “Hay proyectos que miran esa cuestión y tal vez en un futuro sea el propio Estado el que provea el medicamento. Hoy el Estado no esta preparado para fabricar. Tenés que importarlo y está previsto solo para el caso de epilepsia refractaria. Y es carísima, es un frasquito que sale 250 dólares por mes”.

Por último, resaltó “la mirada de género es muy importante. Somos las mujeres las que tenemos el rol de cuidadoras, somos las que nos ponemos esta lucha al hombro y también me gusta destacar que la primera organización que se hizo famosa en Argentina es Mamá Cultiva. Son las que ponen el cuerpo cuando les toca la detención. Es la mujer la que se pone en riesgo porque son las mamás las cultivadoras”.