Se realizarán las primeras actividades de “Polo/Puerto y conflicto social: desarrollo y derechos humanos en Bahía Blanca”. El viernes habrá una charla y el sábado radio abierta, música y un mural en homenaje a Juan Cruz Manfredini y Nicolás Biernat, víctimas de la precarización laboral.

Se trata del “primer encuentro de un proyecto que es un poco más amplio y se propone discutir las diferentes problemáticas y conflictos que en Bahía Blanca se producen al calor del desarrollo del polo y del puerto desde una perspectiva de derechos humanos y a través de un diálogo de saberes que es la propuesta de esta minga”, dijo la economista Mariana Fernández Massi.

Este viernes a las 18:30 en el octavo piso de San Juan y 12 de octubre, hará su aporte académico en un panel que completarán el abogado laboralista del CELS, Diego Morales -quien participó de la Comisión de Apoyo al Juicio por el asesinato de Mariano Ferreyra- y el dirigente de la CTA y el Suteba bahienses, Enrique Gandolfo. “Tercerización, precarización y derechos laborales” será la consigna.

La investigadora explicó a El Mejor Equipo de FM De la Calle que en el polo petroquímico se registraron dos grandes oleadas de tercerización. “Cuando comienza su instalación y funcionamiento en la década del ’80 ya nace en un esquema en el que había cobrado bastante relevancia entre las estrategias empresariales”.

“En particular en un montón de actividades que quizás hoy nos parece naturales que lo sean, sin embargo, previo a la década del setenta, no eran tercerizadas. Eran trabajadores que estaban encuadrados en los convenios colectivos de la actividad, como es el caso de vigilancia, gastronomía, limpieza general”.

Con la privatización, las multinacionales empeoraron las condiciones laborales. “En Solvay hubo un proceso bastante más fuerte de precarización que el que se dio en Dow PBB”. Sobre todo en las áreas de mantenimiento industrial donde los trabajadores se exponen al mayor riesgo.

“Quizás es la parte más relevante para pensar sobre todo la violación extrema de los derechos humanos al punto de violar el derecho a la vida”, propuso Fernández Massi.

Las diferentes modalidades de organización del polo petroquímico tuvieron su contra relato en las diversas formas de fragmentación de los colectivos de trabajo.

La economista destacó como un hito el paro petroquímico del 8 de julio de 2009 “porque es un reclamo que unió a un sector específico, que eran los trabajadores de limpieza, que tenían un salario muy, muy, por debajo del promedio del de cualquier otro trabajador del complejo”.

paro

“Eso fue en el marco de la primera paritaria que negocia la nueva conducción del sindicato que venía de un proceso desde 2008 -bastante escandaloso- de remoción de la conducción, elecciones y asunción de las autoridades que aún lo dirigen”, explicó.

La Nueva Provincia registró el discurso empresarial de la época, el cual argumentaba que no eran trabajadores propios de las grandes transnacionales.

“Por más que desarrollen sus tareas y aporten al proceso de producción de estas empresas principales, consideran que no son responsables de ningún modo de las condiciones de trabajo, ni por los salarios, ni por la estabilidad de esos puestos”. Si bien aquella paritaria no equiparó a los trabajadores, significó una clara mejoría para el sector tercerizado.

La mayoría del personal tercerizado suele estar encuadrado en los convenios de Uocra o Empleados de Comercio y, “en general, tienen menos derechos, menor escala salarial, que casi cualquiera de los convenios de sectores de ramas industriales”.

“Es interesante entender cuál es la lógica, por qué se disputan unos trabajadores y por qué otros no”, se preguntó Fernández Massi quien sostiene junto sus compañerxs de investigación que “los acuerdos intersindicales tienen un peso importante para entenderlo”.

Siempre me matan, me matan

mapa mural

Juan Cruz Manfredini murió tras cuatro días de agonía con el 95% de su cuerpo quemado. El 17 de octubre de 2010 la oficina de Camín Cargo Control donde trabajaba explotó. Allí se guardaban ilegalmente muestras de hidrocarburos, gases, naftas, fertilizantes y distintas sustancias inflamables.

Nicolás Biernat trabajaba en la planta de membranas asfálticas de EG3 Petrobras contratado por Narelco SA. El mediodía del 2 de septiembre de 2004 fue rodeado por las llamas en un espacio cerrado y cuya puerta no tenía picaporte. Dos semanas después falleció en el hospital Alemán de Buenos Aires.

Sus rostros serán pintados este sábado en un mural que coordinará el artista plástico Francisco Felkar en homenaje a las víctimas de la precarización laboral en Bahía Blanca. Desde las 15, en Alfonsina Storni y Manuel Alberti (Paseo de la Mujer – Parque de Mayo), FM De la Calle realizará una radio abierta con el testimonio de sus familiares y trabajadores y luego se presentarán Julián Esquivel y Nativos.

Convocan: Universidad Nacional del Sur, Departamento de Humanidades UNS, Subsecretaría de Derechos Humanos UNS, ADUNS y FM De la Calle.


(Por Astor Vitali) El lunes 31 de agosto habrá un programa de radio menos en el aire de Bahía Blanca y región: La máquina de LU3 conducido por el comunicador, actor y dirigente sindical Ángel Dantagnan y por el periodista y artista plástico Federico Hidalgo. El programa versa sobre actualidad, rescates de archivo, difusión de actividades artísticas, promoción de la defensa de los derechos humanos y hasta dio vida a algunos personajes de ficción.

Hace pocos días anunciaron que La máquina “va a estacionar” y aclararon que la razón es “inicialmente, económica”.

Salvo en las cuestiones de fondo, entre la línea editorial de esta radio y la de aquel programa no hay plena coincidencia. Sus integrantes han adherido, en líneas generales, a las políticas impulsadas por el anterior gobierno. Como se sabe, De la Calle ha sido crítica desde una postura anticapitalista aunque se ha manifestado y trabajado en favor de normas que hacen a los derechos de tercera generación, el derecho a la información, asignación universal y otros temas donde había puntos de coincidencia.

Digo esto porque, estando el vuelo político por el piso, muchas personas suponen que quien algo defiende o cuestiona lo hace desde una lógica de oficialismos y oposiciones, prisma que como vara política empobrece de antemano cualquier debate. Entonces hace falta aclarar que uno se conmueve por la muerte de un programa de radio de esas características aun cuando no comparta en plenitud su línea editorial. La grieta es el prisma de los holgazanes. Más difícil es pensar cosa por cosa, caso por caso.

La máquina representa a una audiencia preocupada por la construcción de derechos, por las cuestiones culturales, por la vida de la democracia, por la participación ciudadana. Pero además de representar, La máquina es un espacio de radio donde trabajan personas que se quedarán sin trabajo.

¿Se puede decir que La máquina hacía periodismo sin objetividad? Por supuesto. Del mismo modo que La Nueva (Provincia) y La Brújula representan hoy los intereses de una nueva burguesía, cuya patria es la especulación en todo tipo de negocios. Negocios que necesitan protección mediática y esto es lo que hace que sea negocio comprar medios deficitarios. Así como nosotros hacemos periodismo con la mayor rigurosidad posible, claramente ubicados en los intereses populares. Acá la cultura no es Profertil.

El problema es que el sector público no tiene ninguna imparcialidad ni objetividad a la hora de otorgar la pauta publicitaria. Por un lado, aplicando el criterio de la masividad (esto es, a mayor audiencia mayor pauta) pone en marcha un mecanismo antidemocrático ya que se supone que si un medio tiene mayor estatus comercial pues debería depender menos de la pauta oficial y esta debería oficiar de equiparadora, ya que la mano invisible del mercado no estaría regulando nada.

Pero este es un criterio formal: lo cierto es que la pauta se va distribuyendo hacia los sectores que comparten negocios y visión de negocios con el oficialismo o para apagar incendios en la lógica de chantaje periodístico –si no me das tanto te publico tal cosa.

Por esto, podemos decir que hoy el gobierno administra el Estado de manera ilegal, ya que no garantiza el derecho a la información a través de la justa distribución de la pauta publicitaria.

Luego está el sector privado. Éste se conforma por empresas pero también por organizaciones. De las primeras no hay mucho que decir: aportan a los medios que reproducen su discurso en la lógica empresarial.

Pero de las organizaciones sociales y sindicales sí hay para decir. ¿Cómo es que hay instituciones progresistas, incluso adherentes al gobierno anterior, que cacarean por izquierda pero los huevos los ponen mensualmente y hace décadas en la canasta sin fondo de Rex Publicidades? Por poner un ejemplo. ¿Cómo es que se lamentan de la pérdida de espacios de comunicación alternativos pero cuando un periodista o productor de ese palo se acerca a ofrecer su medio para difusión publicitaria sólo reciben palmadas en la espalda? No sean hipócritas. Hay mucho empresario progre al que le gusta bañarse de “popu” cantando la marcha pero no se olvida de las reglas de juego a la hora de abrir el facturero.

Por lo demás, en estos dos años de gobierno macrista son varios los puestos de trabajo, por un lado, y espacio de comunicación alternativa, por otro, que van quedando en el camino. Esto es menos acceso a la información y por tanto más formalidad de la democracia.

Lo concreto es que La máquina se rompió y algo de responsabilidad está en el Panorama que describimos. ¿Hacemos algo para repararla? ¿O nos alcanza con mirar las cosas por tv? Aunque la cuenten ellos.