En los últimos días se incrementaron las protestas ocurridas en distintas cárceles bonaerenses ante la demora del Poder Judicial en la resolución de pedidos de prisiones domiciliarias y la falta de medidas de prevención del coronavirus.

La docente y doctora en Letras de la UNS, Mariela Rígano, reflexionó en FM De la Calle sobre el rol que ocupan en la sociedad las personas privadas de su libertad y sus representaciones mediáticas.

Durante el año pasado, Rigano junto a un grupo de estudiantes realizaron un taller dentro de la Unidad Penal de Saavedra. El viernes a las 17 compartirán las conclusiones a través de una transmisión en vivo por Facebook.

“El proyecto apuntaba a fomentar la lectura y después lo ampliamos a través de la generación de la palabra propia, trabajamos con herramientas del teatro del oprimido y estuvimos trabajando una serie de encuentros para hablar, reflexionar y pasar por el cuerpo esas reflexiones. También los internos produjeron una serie de textos publicados en un librito”, comentó.

Destacó que “la gente común solo piensa en las cárceles cuando ocurre algún hecho violento. La vida en los penales es muy dura, la situación de las personas dentro de los penales es muy precaria, en muchos sentidos. Sobre todo cuando hablamos de salud mental, física y también afectiva. Es importante empezar a trabajar los prejuicios que hay en torno a la población penal, que ademas están alimentados por la ficción que normalmente es lo único que se conoce”.

La docente comentó que “una mirada punitivista solo sostiene situaciones que llevan a la agente a contextos de encierro. Si queremos cambiar esto tenemos que apuntar a otras herramientas sobre todo que tengan que ver con la dignidad de las personas. Muchos estamos en una situación de encierro, y mucha gente está utilizando este tiempo también para pensarse y transformar su vida”.

A través del taller, internos de la UP19 pudieron “reflexionar sobre ellos individualmente, reflexiones de todo tipo, que tuvieran que ver con circunstancias político sociales y sus vivencias en las infancias, las formas en las que habían educado a sus hijos. Fueron días donde había mucha emoción porque se trabajó en serio y en profundidad”.

Compartimos el link de la charla el próximo viernes: https://msngr.com/mjjbr-yhfsNnRayQ

“En los barrios donde yo trabajo hay un 12% más de desocupados, aproximadamente. Se ven jóvenes de 18 años hasta abuelos de 65 años o más haciendo changas de lo que sea, desde cortar pasto, limpiar vidrios y cualquier cosa que se puedan hacer con las manos. Lo que pasó en estos cuatro años es que se redujo cualquier ayuda social en un 70%”, afirmó el coordinador de Envión, Jorge Cascallar.

Lo hizo en el marco de la investigación sobre endeudamiento en los sectores populares realizada por Francisco Cantamutto, Aldana Benedetti, Julieta Giovannini y Nicolás Pérez. El informe destaca que “el deterioro de las condiciones sociales se conjugó con el impulso a la financierización de las necesidades”.

Si bien las condiciones en la periferia de la ciudad es estructuralmente mala, en los últimos cuatro años el panorama se volvió aún más dificultoso.

“Hemos visto gente cazando liebres o loros para poder comer, cosa que no habíamos visto nunca, ni en la crisis del 2001”, relató Cascallar.

Argumentó que “los que cobraron asignación se pudieron endeudar, hay gente que ha podido endeudarse en el 2016 con empresas de electrodomésticos y que después les han retirado todos los bienes. Por ende, se han quedado sin el dinero que pagaron por las cuotas y sin los bienes. Con respecto a estos créditos, se sacaron en montos muy pequeños con dificultades para pagarlos y cuando pudieron abonarlos les exigían montos muy superiores”.

Esta realidad comienza a generar conflictos vecinales: “Hay situaciones legales de ejecución de las deudas. Esto pasó en menor medida que el endeudamiento endógeno que perjudicó a todo el barrio, es mucho más vulnerable que hace cuatro años atrás.”

“El comerciante entiende que no le puede pagar y que es un vecino que le va a seguir comprando. La alimentación diaria comenzó a ser un problema desde hace dos o tres años. Hace tres años hay familias que no te pedían y hoy en día vienen a pedirnos con una vergüenza de que se les cae la cara”, dijo Cascallar.

Las Abuelas de Plaza de Mayo informaron que si bien sus sedes se encuentran cerradas para el cumplimiento de la cuarentena dispuesta por el Gobierno Nacional frente a la pandemia, la búsqueda de sus nietos y nietas no para.

Mientras #NosQuedamosEnCasa, nos piden que ayudemos a que otros y otras #VuelvanACasa:

Es un hecho comprobado que cada apropiación de niños y niñas por razones políticas durante la última dictadura fue acompañada por un manto de silencio del entorno que facilitó su ocultamiento y luego les impidió, ya mayores, decidir sobre la búsqueda de su propio origen.

Con cada restitución aparecen diversos relatos: que un familiar lo vio llegar; alguien que recuerda rumores sobre la llegada de un primo sobre la que no se podía preguntar; murmullos en el vecindario sobre la aparición intempestiva de un bebé que no se esperaba; o la sorpresa sobre la compañera o compañero de trabajo que de un momento a otro, y sin muchas explicaciones, se convirtió en papá o mamá.

Muchas personas tienen la certeza de que conocen a un hijo o hija de desaparecidos. Esa información es fundamental para terminar con una búsqueda de cuatro décadas pero, además, lejos de hacer daño, le da la posibilidad de conocer la verdad sobre su origen a aquellas personas a las que se les negó.

Hoy, a pesar del aislamiento social seguimos buscando, con la esperanza de que se produzca un nuevo encuentro.

Aprovechemos este momento para escribir el mail que nunca nos animamos a enviar.

Cada restitución reafirma lo que las Abuelas supimos desde que comenzamos esta búsqueda: la verdad sana.

Toda la institución se encuentra recibiendo consultas e información, que será de gran importancia cuando se ponga fin a la cuarentena.

Por eso, insistimos, si conocés a alguien que podría ser uno de los nietos o nietas que estamos buscando, escribí a [email protected] y si necesitás que te orientemos en el proceso de búsqueda, para que estés listo cuando finalice la cuarentena, mandá un mail a [email protected]

Que estar en casa nos ayude a que otros también puedan volver a casa.

(Por Fernando Romero Wimer*) “¡ESTAMOS EN GUERRA!” Es marzo de 2020, Emmanuel Macron -el presidente de Francia- se dirige a su nación ante un escenario de honda preocupación por la propagación del nuevo Coronavirus (llamado SARS-CoV-2 y su enfermedad como Covid 19): “Estamos en guerra. Es una guerra de la salud, está claro”. Donald Trump y Ángela Merkel coincidirán en sostener que es “el mayor desafío desde la Segunda Guerra Mundial”.

El norteamericano, después de que días atrás bromeara sobre la enfermedad, juega ahora a la reelección con tono épico: “Soy un presidente en tiempos de guerra”. En el resto del mundo se repiten argumentos similares, tanto de políticos de derecha como de izquierda. Se agrega otra idea que se expande tan rápido como la pandemia: “la lucha contra un ejército invisible”.

En nuestras tierras latinoamericanas, el general César Astudillo -jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas de Perú- lanzó un emotivo discurso: ¡Esta guerra la pelea nuestro pueblo y la vamos a ganar!”.

¿Es así nomás?

EL CONCEPTO DE GUERRA

Todos podemos entender que se trata de una metáfora frente a un escenario dramático y un horizonte sombrío. Es una respuesta a la necesidad de acciones de excepcionalidad.

Sin embargo, la reiteración del cliché puede hacernos olvidar que se partió de una frase poderosa para llamar la atención. La guerra es el intercambio político hecho por los medios más violentos, y que accesoriamente necesita de la suspensión de los derechos de los ciudadanos, leyes de excepción, justicia sumaria y censura. Además, los grupos sociales reorganizan el conjunto de su actividad, cierran y abren espacios, mueven o inmovilizan enormes masas de población y recursos. En ese sentido, la metáfora bélica es un instrumento fundamental de la gestión de las relaciones de producción capitalistas.

 Sobre el uso actual del término ha llamado la atención el periodista, sociólogo y geógrafo Demétrio Magnoli: “No declaremos una guerra al Coronavírus, cuyas víctimas [principales] serán los que no tienen patrimonio, ni tarjeta de crédito, ni inversiones.” Así, Magnoli sugirió que periodistas y políticos hablen de “emergencia sanitaria”. En simultáneo, buena parte de los y las panelistas de los medios de prensa repiten “guerra” y “enemigo invisible”. Las redes sociales se hacen eco.

LA ENCRUCIJADA DE LA PANDEMIA

La pandemia nos coloca, además, en una encrucijada donde se oponen dos alternativas: priorizar la sobrevivencia del mayor número de personas o mantener la actividad económica para que -en palabras de Trump y otros- “el remedio no sea peor que la enfermedad”. Para los empresarios se impone la necesidad de mantener los beneficios capitalistas. Para los desempleados, precarizados y otros trabajadores emerge el miedo y el peligro de no contar con bases de subsistencia y reproducción de la vida cotidiana. Para muchas mujeres, personas de las disidencias sexogenéricas y otros grupos en situación de vulnerabilidad implica aislarse con sus agresores o exponerse a riesgos por actividades de cuidado (tareas mayormente desarrolladas por mujeres).

En diferentes latitudes, el desconocimiento o la subestimación de la gravedad ha estimulado decisiones políticas y corrientes sociales de opinión que reniegan de las medidas restrictivas.

Giuseppe Sala – intendente de Milán- apoyó la campaña “Milán no para” para estimular a los habitantes de la ciudad a continuar con sus actividades económicas y sociales. Cerca de 4.500 muertos en un mes sólo en la Lombardía lo han llevado a retractarse.

Al comienzo de la pandemia, en Gran Bretaña, el gobierno de Boris Johnson apostó por la estrategia de “inmunidad de grupo (o de masa)” donde se continuaría la vida con normalidad, la mayoría pasaría la enfermedad y se inmunizaría. El sistema de salud comenzó a saturarse, el propio primer ministro contrajo la enfermedad, y en estos días -ante el informe de Imperial College London- recomendó el distanciamiento social.

En Brasil, el presidente Jair Bolsonaro incita a sus seguidores mediante la campaña “Brasil no puede parar”, consiguiendo apoyo de numerosos empresarios. La mayoría de los gobernadores y las presidencias de la Cámara de Diputados y Senadores han repudiado estas iniciativas.

Tanto la violación del distanciamiento por algunos, como la subestimación por otros (¿o los mismos?) refuerzan los reclamos de tomar en serio la emergencia sanitaria. El miedo y la preocupación estimula las voces de quienes no ven otra salida que el “quédate en casa”. No obstante, también despierta voluntades que romantizan el control social y la denuncia del vecino.

El grito de “mano dura” corre en las redes sociales y algunos miembros de las fuerzas armadas y de seguridad tienen internalizado que ese es el camino (y lo aplican). En Asia, países como Japón, Corea del Sur, China, Taiwán y Singapur han optado por la vigilancia digital, y el uso masivo de cámaras y drones. En esas tierras, el modelo de la “supervigilancia” parece haber llegado para quedarse.

Con foco en la necesidad de controlar la actividad humana, un discurso similar arguye que nuestro planeta se está limpiando de nuestra presencia y que ya se empiezan a sentir los beneficios en el aire, en el agua, en la flora y la fauna. Una aproximación ecológica que romantiza la naturaleza y mistifica su relación con lo humano, sin decir una palabra del capitalismo. Esta visión idealizada nos describe que las emisiones de dióxido de carbono disminuyen, y los animales y las plantas avanzan sobre la ciudad despoblada. El ser humano “a secas” se presenta como responsable.

¿Mayor control para no morirnos? Bien, si estamos en guerra y hay un enemigo invisible, ya es hora que asumamos que esa es la salida.

LAS CLASES SOCIALES Y LA SOLIDARIDAD

Espero que hayan notado que anteriormente despojamos de manera intencional de las comillas a los términos “guerra” y “enemigo invisible”. El pasaje de una metáfora a la internalización de la necesidad de una sociedad autoritaria y controlada puede ser realizado también de forma sutil. Por eso hay que mantenerse despiertos.

En este escenario, ¿quién no tiene dudas sobre la situación que afrontamos? La duda es bienvenida. Si dejamos de interrogarnos pasamos a creer u obedecer acríticamente, pasamos a aceptar la “verdad” que nos fue dada.

Elijamos nuestras propias preguntas, hagámonos otras, reflexionemos y esbocemos posibles respuestas.

La ciudad de Wuhan -centro industrial que ha impulsado fuertemente la producción de hierro y acero de la economía china- no sólo fue el epicentro de la pandemia, también su situación conllevó a la emergencia de los discursos belicistas y orientalistas que caricaturizan desde el exterior la realidad de China. Todo tipo de conspiraciones se sucedieron a nivel mundial: desde la liberación accidental o deliberada del virus por parte del Instituto de Virología de Wuhan u otros agentes (incluidos los servicios de inteligencia estadounidense) hasta la propensión cultural de los chinos a consumir murciélagos, serpientes o pangolines. La reflexión al respecto de la naturaleza atravesada por el capitalismo es marginada, se prefiere hablar de una cultura particular o de la actividad humana en general.

La crisis epidemiológica le está ofreciendo al capitalismo una excusa de peso para incrementar los sistemas de control de la vida cotidiana. En estos días somos testigos del ensalzamiento de la delación policial, la celebración de la presión judicial y la criminalización de aquellos componentes que no se ajustan a los ordenamientos instituidos. Este renovado culto a la autoridad pareciera que es una de las cosas que van a quedar.  A la vez, la crisis brinda a muchos capitalistas una especie de laboratorio laboral:  el trabajo remoto desde el hogar (“home office”) les otorga una solución práctica y eficiente. En paralelo, se justifica la reducción de costos de la fuerza de trabajo (es decir, despidos o reducción de salarios). Subjetivamente permite internalizar que todo esto es necesario o que “así son las cosas”, y, como consecuencia, este escenario comienza a asumirse como una “verdad” incontestable.

En la mayor parte de América Latina, África y los países pobres de Asia, las masas marginales (incluidos campesinos pobres y pueblos indígenas) y el proletariado desocupado o dependiente de trabajos temporales no están en condiciones de practicar las políticas sanitarias tal como se plantean. Es decir que quedarse en casa (que es efectivamente lo que debemos hacer si podemos) es que​darse en un ambiente donde faltan alimentos y se hacinan varias personas, eventualmente sin agua potable, cloacas, etc.

En este terreno habría que exigir políticas diferenciadas para estas condiciones de desigualdad de las masas populares. Allí hay un núcleo duro, desde una perspectiva crítica del capitalismo, que -muy probablemente- estallará en conflictos en la medida que avance la pandemia y sus resultados imprevisibles. Aunque, de no presentarse circunstancias extraordinarias, eso puede ser más capitalizado por la derecha que por la izquierda. La situación en el centro de la economía mundial tendrá (ya las está teniendo) profundas repercusiones globales y en la disputa interimperialista (bélica o “pacífica”).

Además, con los intereses capitalistas al mando, el COVID 19 emerge como una sentencia espantosa para los adultos mayores. Cuando Bolsonaro, Trump, Johnson, y otros se resisten a las cuarentenas, argumentan considerando una letalidad concentrada en la franja etaria de mayores de 60 años. Es decir, no habría una afectación de grandes dimensiones sobre la mano de obra activa y sí sobre la población pasiva. El valor humano de los ancianos entra en contradicción con su valor para el capital.

Otro punto de reflexión, debería tener en cuenta que la transmisión de enfermedades de animales a humanos (salto de barrera entre especies) ha encontrado un terreno propicio para su reproducción dado por las condiciones en que se desarrolla la agricultura, la industrialización y la urbanización dentro de la actual dinámica capitalista global. Todos deseamos que esta situación de distanciamiento sanitario que hoy vivimos sea también la última. La historia de las pandemias en el marco del régimen capitalista de producción, la etiología de las recientes epidemias y su continuidad en el futuro no se presentan como escenarios muy alentadores. No se trata de un “cisne negro” sino del desarrollo del capitalismo (en relación intrínseca con la naturaleza) y sobre cómo se concibe y se configuran los sistemas de salud y la salud pública en general. La respuesta no puede ser menos seres humanos para más naturaleza (olvidando que las personas somos naturaleza), sino encontrar nuevas relaciones sociales de producción que impliquen nuevas formas de relacionarnos y reduzcan los impactos.

De este modo, empatía, solidaridad, y reflexión crítica de nuestra condición humana y de clase son nuestras herramientas de base para construir el futuro. El discurso dominante de “guerra” y “enemigo invisible”, oculta la lucha de clases (y otros sistemas de opresión) y las contradicciones de la economía capitalista con nuestras necesidades humanas y con la naturaleza. No se trata sólo de una representación, sino de una construcción social con consecuencias prácticas.

* Doctor en Historia y Magister en Desarrollo y Gestión Territorial. Director del Grupo Interdisciplinar de Estudos e Pesquisas sobre Capitais Transnacionais, Estado, classes dominantes e conflitividade na América Latina e Caribe (GIEPTALC) de Brasil y del Colectivo de Estudios e Investigaciones Sociales (CEISO), Argentina. Actualmente actúa como profesor de grado y posgrado en la Universidade Federal da Integração Latino-Americana (UNILA), Brasil.

La directora de Políticas de Género del Municipio, Ana Meceratesi, habló con FM De la Calle sobre la situación que atraviesan las mujeres que conviven en aislamiento con sus agresores. Además, se refirió al abordaje de la oficina en casos puntuales y al funcionamiento de los dispositivos existentes.

“Tengo la información de que aumentaron los casos (en provincia), no nos consta que acá en la ciudad hayan subido. Manejamos un número bastante grande de consultas, en los últimos tiempos va en aumento. Si el momento de emergencia fuera en un horario de 9 a 14 se puede llamar a nuestros teléfonos, le vamos a brindar esta contención, si es en otro horario hay que llamar al 144, nos van a informar a nosotros y la vamos a poner en contacto”.

“La situación de violencia es un proceso, va a pasar por varias instancias, es importante la contención, es fundamental que la persona pueda tener este contacto, tener un espacio de escucha, un nombre, un referente”, comentó Maceratesi.

No hay política específica para atender los casos de reparto de alimentos y asistencia municipal a mujeres jefas de familia. “Entra dentro de la red que se armó en relación a la entrega de bolsones, se trabaja desde las trabajadoras sociales del equipo, que se ocupan de estas cuestiones y, por ahí, ver con qué recurso cuenta cada mujer. En esos casos donde hay personas que tienen menos recursos, ahí están las trabajadoras sociales haciendo el nexo, como para que esa ayuda llegue”.

En relación al funcionamiento del refugio, apuntó que “siempre es mucho mejor contar con alguien, recurrir a algún referente, irse a la casa de alguien que no sea una institución, un amigo, un familiar alguien que pueda contener en esta situación. Lo que sugiero es que la persona que conviva con algún agresor es que pueda tener agendado el nombre de alguien de confianza y que esa persona pueda hacer el puente. Que cuente con alguien y que sea una manera rápida que tenga esa persona de conectarse con ese referente ante la emergencia”.

Respecto de la situación de contratación del personal del refugio comentó: “Hay diferentes situaciones. No me parece que sea un tema para tocar en esta nota, sería un tema para plantearlo en otro espacio”.

Sobre los botones antipánico mencionó que hay 46 funcionando: “Está la posibilidad de adquirir nuevos botones, la posesión es dinámica, las personas lo tienen en un momento y pasado un tiempo, pasada la situación de violencia ya no es necesario porque no es tal la gravedad de la situación. Hasta ahora nos manejamos bien con el número de botones que tenemos.

Consultada por la intervención en casos como el femicidio de Susana Melo, el caso de Rosalía o la denuncia de abuso sexual realizada por dos chicas contra soldados del ex V Cuerpo de Ejército, Maceratesi señaló que “es prudente no hablar de casos puntuales, por una cuestión de resguardo de privacidad por ahí preferiría no hablar, me parece importante hablar de generalidades”.

“Atendemos y abordamos todos los casos que nos puedan llegar por demanda directa de la persona afectada o de familiares y allegados que nos demandan,la persona que pasa por una situación de violencia puede no reconocerlo. En estos casos de violencia de género en el ámbito familiar o no, como puede ser violencia sexual, que sean en el ámbito familiar o no, vamos a tener intervención si nos piden. En ese sentido vemos el acompañamiento”.

El presidente Alberto Fernández declaró hoy un “aislamiento social preventivo” desde esta medianoche hasta el 31 de marzo, al término de una reunión que mantuvo con gobernadores, ministros y funcionarios, en la cual se analizaron medidas a implementar con el objetivo de contener la pandemia del coronavirus.

Compartimos el mensaje completo leído esta noche desde la Quinta de Olivos.

Querido pueblo argentino:

El mundo atraviesa una amenaza. Y la Argentina también está en riesgo. La pandemia del Coronavirus se expande a gran velocidad en muchos países. Es el problema de salud más grave que hemos tenido en toda nuestra vida democrática. Acabo de decretar el aislamiento social, preventivo y obligatorio para toda la población. Una decisión excepcional en un momento excepcional. Nuestra máxima responsabilidad es proteger a la sociedad argentina. Por eso, después de escuchar a los expertos, las fuerzas políticas, a los gobernadores he decidido: Restringir la circulación.

Cada uno y cada una se quedará en su propia casa. Nadie tiene que entrar en pánico. Necesitamos serenidad. Pero todos deben asumir la responsabilidad de cumplir con la obligación de aislarse.

Todos podrán proveerse en los comercios de cercanía de la alimentación, de los medicamentos y de los artículos de higiene y limpieza. Quienes concurran a esos establecimientos deben recordar guardar las distancias mínimas.

He decidido adelantar el feriado del 2 de abril, un día tan importante para nuestro país, al 31 de marzo. Ese día culminará un aislamiento temporario que comenzará a las 12 de la noche de hoy.

La circulación estará restringida tanto en las rutas nacionales como dentro de las ciudades de todo el país. Sólo se permitirán traslados por cuestiones excepcionales, además de toda la circulación que continuará para garantizar la producción imprescindible, el abastecimiento, los servicios de salud y todos los servicios esenciales.

Se mantendrá el transporte público de pasajeros sólo para uso de quienes están exceptuados de cumplir el aislamiento.

Se mantendrá el sistema de cajeros electrónicos y el traslado de caudales.

Desalentaremos que la gente se suba a automóviles y circule por la vía pública.

Se harán verificaciones y constataciones sobre los motivos por los que cualquier persona o automóvil está transitando. Quien no pueda justificarlo será sancionado.

La evolución de la situación será evaluada por expertos, sociedades científicas y el gobierno de modo constante. Nos manejamos con la sabiduría de ese dicho popular que dice: “más vale prevenir que curar”. Todas las medidas más temprano que tarde. En los últimos diez días nos hemos anticipado tomando unas 30 medidas y acciones clave para abordar esta crisis, reducir la velocidad de los contagios, para reforzar el sistema de salud, atender a los trabajadores, jubilados y grupos más vulnerables, proteger a las Pequeñas y Medianas Empresas.

Todas estas medidas también han sido complementadas por disposiciones de intendentes, gobernadores, empresas privadas, organizaciones sindicales, organizaciones no gubernamentales y voluntariado en general, que apuntan a dos frentes prioritarios: garantizar al máximo posible la salud pública de la población.

Y mitigar los efectos sociales y económicos adversos sobre la producción. La lucha contra la expansión del Coronavirus tiene en todo el mundo a dos protagonistas: al Estado y a las poblaciones. El compromiso de los ciudadanos y ciudadanas es decisivo, ya que está científicamente comprobado que el seguimiento de las recomendaciones de higiene y aislamiento impactan significativamente en el crecimiento o no de la cantidad de contagios.

En esta pandemia cuidarnos es aislarnos. Reducir al máximo el contacto social y la circulación. Es una lucha contra un enemigo invisible, para salvar vidas. Si la sociedad fuera indiferente ante esta amenaza, según los científicos la mayoría de los argentinos se contagiaría de coronavirus. Ante esta crisis no hay lugar para actitudes individualistas, necesitamos mantener el distanciamiento social evitando salir de nuestras casas. Ninguna medida logrará el impacto que deseamos si no se comprende la necesidad de cumplir las recomendaciones y esta nueva normativa. Ante esta amenaza somos co-responsables. Nuestro destino depende de cada uno. Y de todos.

Los estoy convocado a todos a extremar su propia responsabilidad. Mi propia responsabilidad es garantizar que el Estado cuide la salud y la vida de los argentinos. Por eso, las fuerzas de seguridad harán cumplir estrictamente toda la normativa vigente para proteger a toda la población argentina. Con aquellos que pongan en riesgo la salud de los argentinos, el Estado será implacable.

Haré cumplir la ley con rigor para salvar vidas. Seremos muy estrictos en asegurar que cuidamos a nuestra gente. En Argentina todavía estamos a tiempo de evitar que esta pandemia sea incontrolable. Para eso necesitamos el compromiso de todos. El mensaje es claro: menos traslados, menos contagios. Menos contacto, menos contagio. Cuidémonos entre todos y todas. Vamos a ser extremadamente responsables. El aislamiento implicará un cambio enorme en nuestra vida cotidiana. Desafiará nuestra capacidad de convivencia y permanencia en el hogar. Tenemos un desafío de comunicación y encuentro.

Esta decisión es fuertemente democrática. Es una democracia que apela a medidas de excepción en base a su propia legislación para estos casos. Es una democracia que une a fuerzas políticas, sociales, gremiales, productivas y religiosas. Es una democracia que une a las autoridades de todas las jurisdicciones. Es la Democracia que busca reducir el daño en el pueblo y salvar la mayor cantidad de vidas posibles. Esta decisión no es una vacuna, ni una solución milagrosa. Quizás algunos esperan un milagro del estado de emergencia y que todo se resuelva en un minuto, un día, una semana, un mes.

Yo no vengo a hacer ninguna promesa imposible ante la emergencia. Nosotros nos apoyamos en el conocimiento de nuestros científicos, los expertos de todo el mundo, la Organización Mundial de la Salud, la información que nos brindan todos los países. Sabemos, como dije, que en las próximas semanas los casos aumentarán. Pero también sabemos que nuestro objetivo es que el contagio no se dispare de modo exponencial. Nuestro objetivo es que el daño sea el menor posible. Salvar la mayor cantidad de vidas. Y movilizaremos toda nuestra energía y nuestras capacidades para lograrlo. Esta decisión no reemplaza a nuestra lucha diaria, al Sistema Nacional de Salud, a las capacidades de las familias para tratar de limitar el contagio. Será una lucha de meses y estaremos evaluando permanentemente.

En el próximo mes hay mucho en juego respecto de cómo va a evolucionar el contagio en el país. Es una lucha desigual contra este enemigo invisible. Hay un desafío logístico inmenso: tenemos que lograr la mayor cantidad de camas, respiradores, personal médico y paramédico, alimentación, higiene y lugares de albergue para tener los instrumentos que nos permitan combatir esta pandemia global.

Las vidas y la salud exigen también atender la economía. Por eso, hemos tomado medidas para apoyar a las empresas más afectadas, para proteger a los trabajadores y a las personas más vulnerables. Vamos a seguir produciendo. Nadie debe entrar en pánico. Las medidas para reducir el contagio son compatibles con el mantener nuestro abastecimiento y nuestra economía. Además del coronavirus, hay otros enemigos invisibles. El desánimo social frente a una lucha larga. Puede haber desánimo cuando los casos detectados suban en los próximos días. Los expertos ya nos informaron que subirán. Pero debemos tener presente que las medidas que tomamos hoy tendrán efectos positivos más adelante. El objetivo es que la pandemia sea gobernable, que el incremento de los contagios sea compatible con nuestro sistema de salud.

En ciertos momentos, las batallas parecerán difíciles de ganar. Pueden estar seguros que hoy el Estado argentino asume un compromiso: nada podrá debilitar nuestra lucha colectiva. Nada. Esta emergencia sanitaria nos exige a los argentinos reconocernos y valorarnos como comunidad. Valorar a los enfermeros, los médicos y todo el personal sanitario que ya está abordando la pandemia. Valorar a quienes con su trabajo construyen nuestros hospitales. Valorar a quienes producen alimentos y quienes trabajan para que haya viandas suficientes para los niños y las familias más necesitadas. Valorar a los miembros de las fuerzas militares y de seguridad que hacen cumplir la ley y cooperan con las tareas logísticas. Valorar a las organizaciones gremiales y empresarias que brindan soporte para incrementar la atención en el sistema de salud de emergencia. Valorar a los comunicadores sociales y a los emprendedores tecnológicos y científicos que están buscando maneras creativas de hacer frente a esta situación inesperada. Valorar a cada uno y a cada una.

Cada uno de nosotros depende del otro, del vecino, del comerciante, de los trabajadores del transporte, de quienes hacen trabajos domésticos remunerados y no remunerados. Somos una sola comunidad. Y vamos a dar esta lucha, vamos a movilizar todas nuestras fuerzas como comunidad argentina.

Será una lucha que nos exija esfuerzos, templanza, tolerancia, solidaridad y cooperación. Y mucha responsabilidad. Esta será la prueba más exigente que la Argentina haya tenido en lo que va del siglo. En esta lucha necesitamos producir cambios culturales. Tenemos que cambiar hábitos. Muchas cosas que disfrutamos, como el mate o el abrazo, las suspenderemos por un tiempo. Y otras cosas que en realidad sufrimos, quizás podemos cambiarlas para siempre. Ahora nos ponemos todas las fuerzas sociales, religiosas y políticas a trabajar juntos para el mismo lado. Sólo la unidad permitirá vencer en este momento. Somos una comunidad. El coronavirus nos ataca a todos, sin distinciones. Responderemos sin distinciones. Una Argentina unida para enfrentar este desafío. Responsabilidad, solidaridad y comunidad son las consignas.

Esta es la palabra del Presidente de todos los argentinos. Me eligieron para ser el primer responsable, en los momentos buenos y malos, de todos los argentinos.

Nos aislamos por un tiempo para salvar a cada uno, para salvar a nuestros hijos, a nuestros abuelos. Para salvar a otros. Quiero confesarles algo. Cuando veo médicos, enfermeros, obreros, trabajadores, profesionales, personal administrativo haciendo esfuerzos para enfrentar esta situación, innumerables veces en estos días he sentido muchas ganas de abrazarlos. No sólo no pude hacerlo, tampoco podré hacerlo pronto. Enfrentemos esto como una sociedad responsable. Sabemos que nos va a golpear. Trabajemos para amortiguar y reducir los daños. Si lo logramos, podremos mirarnos a los ojos, estar orgullosos de nosotros como sociedad y entonces sí, darnos ese abrazo. Somos la Argentina. Y superaremos este enorme desafío que nos impone la Historia.
Muchas gracias.

19 de marzo de 2020

Nora Cortiñas, integrante de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, tenía previsto estar en Bahía Blanca este viernes. No pudo por la emergencia sanitaria. Entre las actividades programadas, contaba con una visita a Rosalía, la mujer condenada a ocho años de prisión por la muerte de su bebé en 2005.

“Íbamos a ir a visitarla y a decirle a los jueces que queremos la libertad y que tengan en consideración que es una mujer trabajadora, pobre, con cinco hijos. Separarla de su familia injustamente e inculparla de algo que ni remotamente ella iba a hacer, que sería matar a su bebita. ¡Por favor, de ninguna manera!”, dijo en diálogo con FM De la Calle.

Norita criticó a la justicia bahiense por “machista y patriarcal” y por su mirada clasista: “Todos saben que trabajaba de sol a sol, que llegó a su casa agotada, hasta perdió el conocimiento de ese momento supremo que es el de parir un hijo. Los jueces tienen que mirar también a su entorno familiar, si tiene hijos, si tiene mamá. Creo que el juez cuando se propone para ser juez tiene que saber que tiene que tener humanidad, no la puede perder nunca. A veces los códigos de la justicia dicen una cosa pero la vida diaria dice otra, no perdamos la humanidad, eso es lo que pido”.

El próximo 22 de marzo cumplirá 90 años, se esperanzó en poder participar de la Marcha en Defensa del Agua y pidió “algo especial” para festejar: el no pago de la deuda odiosa. Ante las restricciones por el coronavirus mostró su temor a “que tengamos un control social hasta para los abrazos. ¡No, por favor!”.

“Ahora nos abrazamos con gel. Este es el país de los abrazos y los besos, es el país de la calidez humana, nos encontramos en la calle, en algún lugar para mirarnos, sonreírnos y abrazarnos. No perdamos eso. Que los protocolos y todo lo que se imponga ahora no sea para tener que mirarnos y hacer como los chinos o los japoneses, una inclinación y no tocarnos. ¡Qué horror! Yo que cada jueves llamo a la plaza ‘la Plaza de la Magia’ porque nos encontramos, nos abrazamos, nos miramos a los ojos y nos transmitimos la fuerza para seguir luchando, para tener el país que soñamos todos juntos”.

Libertad a Rosalía

“Seguimos luchando por Rosalía, seguiremos pidiendo que realmente la justicia actúe con un poco más de humanidad, esta mujer ya tiene que estar en su casa con sus otros hijos. Vamos a llegar hasta donde haya que llegar”, dijo Norita horas después de la entrevista, luego de conocer que el fiscal Jorge Viego apeló la prisión domiciliaria que había otorgado el Tribunal Criminal Nº3. Ahora será la Cámara de Apelaciones y Garantías la que deba definir la situación.

Por la mañana, había señalado que “los jueces tienen que absorber un poco de humanidad y pensar muy bien porque últimamente las mujeres somos las castigadas. La mujer, con el femicidio que nunca se termina de sancionar como corresponde, está siempre amenazada. Está amenazada por todos lados: en su vida doméstica, en su trabajo, todos los días desde que amanece cada mujer no sabe qué le puede pasar”.

“Con el caso de Rosalía no hay dudas. Yo hago un llamado a los jueces, a los fiscales, hago un llamamiento para que tengan en consideración que no se puede echar culpas sobre una persona que estaba desprovista de toda protección. Hay que darle la libertad y si hay que darle la domiciliaria que sea pero que sea pronto. No dejen pasar más, no dejen que la gente sufra por algo que no tiene culpa sino dolor. Ella lo que tiene ahora es un gran dolor por lo que le ha pasado. La pérdida de un hijo es un gran dolor”.

La contraparte de la persecución judicial a Rosalía es la liberación de los genocidas condenados: “Hace pocos días fui a la protesta, al escrache, contra este José Maidana (ex guardia del CCDTyE El Vesubio) en Lomas de Zamora. Hicimos un acto de repudio a la libertad de este hombre. Es irrisorio y algo que no podemos soportar, que a un genocida que tiene una condena le digan que cuando cumplió los dos tercios lo dejan libre o con domiciliaria o con una especie de libertad. Los desaparecidos que él desapareció siguen desaparecidos y él está libre, es una justicia mal barajada, una justicia aggiornada a los genocidas”.

Argentina sin impunidad y con justicia social

Ante el reciente inicio del juicio a integrantes de la Triple A en Bahía Blanca, comentó que el accionar de la banda paraestatal “fue el comienzo de una gran persecución a los militantes políticos y sociales. Fue un llamado de que se venía lo peor, un principio de la gran represión y de la gran pérdida de vidas y el exilio de golpe para mucha gente que ya sabía que si se quedaba acá iba a irle muy mal”.

“Queremos que se ahonde toda la justicia desde que empezaron estos crímenes de lesa humanidad. No tiene que haber en Argentina impunidad. Somos un país de luz, de brillo, que dimos el ejemplo al mundo, hasta el Estado de bienestar tuvimos y queremos que vuelva, sin impunidad y con justicia social. Queremos todo lo que nos corresponde para poder vivir en una Argentina como soñaron nuestros hijos e hijas y otras generaciones que pelearon por esa justicia social”, afirmó.

Los primeros 90

Consultada sobe el próximo festejo de su cumpleaños, Norita comentó: “Tengo mi ilusión de que a lo mejor podamos estar juntos un ratito en la Plaza. Es el Día de Defensa del Agua, hubiéramos querido esta manifestación que se quería hacer desde las provincias, donde falta el agua, se nos mueren los chiquitos por falta de agua y la gente es cada vez más pobre. Ese día 22, que es universal, poder estar juntos y decir queremos que en Argentina no falte nunca el agua”.

“Voy a festejar mis noventa pidiendo algo especial, vamos a ver si me pueden escuchar: que se termine la exigencia del pago de la deuda a los países empobrecidos por esa deuda, que se condone, que se suprima y que puedan empezar con su producción, con sus vivencias, sin esa deuda infame e ilegal, ilegítima, odiosa, usurera, una deuda que no tenemos por qué pagar”.

La Madre de todas la batallas destacó que “la deuda no es solo la de Macri, cuando empieza la dictadura cívico militar eclesiástica, viene plata para armar los campos de concentración, para pagarles a los oficiales que torturaban a nuestros hijos e hijas, para pagar los aviones que construía Israel, los pasaban vía Francia para hacer los vuelos de la muerte. La deuda tiene sangre, tiene dolor, tiene mucha muerte. No tenemos por qué pagarla, que devuelvan lo que nos robaron, que le incauten lo que robaron Macri y sus secuaces y vas a ver cómo se termina el hambre en Argentina”.

“Lo que se lee entrelíneas de la sentencia es que se tendría que haber dejado morir. Es la única manera de que no hubiera ido presa. Si ella hubiera muerto y sus cuatro chiquitos hubieran sido desparramados en distintos hogares junto a la recién nacida, ahí sí sería ‘R. la heroína’: qué madre, cuánto amor, murió por sus hijos. La exigencia es esa”, señaló en FM De la Calle la defensora oficial Fabiana Vanini.

R. fue condenada por el Tribunal Criminal Nº 3 a ocho años de prisión por no haber auxiliado a su bebé en el parto tras haberse desmayado. Fue un fallo unánime a partir del voto de la jueza Daniela Castaño, con la adhesión de sus pares Eugenio Casas y Alfredo D´Empaire. R. está presa desde junio del año pasado en Azul.

“Utilizaron la declaración de ella para condenarla. Usaron las partes que les servían a los jueces para condenarla y desecharon aquellas partes que eran exculpatorias”, dijo Vanini y agregó que “claramente el reproche es moral, ético y clasista”.

En el 2005. R. dio a luz a su hija en la soledad de su casa y luego de una jornada de trabajo extenuante. Desesperada, llamó a sus hijos menores de edad quienes la asistieron y luego se desmayó. Permaneció inconsciente durante varias horas y cuando despertó la bebé había fallecido.

Desde la defensa pidieron la prescripción de la causa por el tiempo transcurrido desde los hechos. “A ella la juzgan en 2006 y se va un día antes de que concluya el juicio porque el riesgo de la prisión perpetua en ese entonces era absoluto. Tenía 4 hijos menores de edad, se va, le dictan una orden de captura. Ella creía que ya estaba, que la justicia se había olvidado de ella. En junio del año pasado por un reconocimiento de rostro de una cámara de Retiro, se detecta que tenía pedido de captura y, a partir de allí, comienza esta pesadilla”.

Vanini afirmó que “el fiscal (Jorge Viego) la acusa por no haber atado el cordón de la recién nacida y haber atado el suyo. En la sentencia hay un pasaje curioso que muestra la absoluta falta de perspectiva de género: que la defensa no puede plantear que ella no sabía qué tenía que hacer porque R. es una mujer que tuvo 4 hijos y que ya estaba bastante experimentada en el tema. El planteo es un disparate: ¿cómo una mujer madre de 4 hijos no sabe qué hacer en un parto?”.

“El fiscal decía que decir que se había desmayado era ponerse en una mejor situación cuando él no pudo probar lo contrario. Los jueces concluyeron que sí  -lo que es aun más grave- que el desmayo existió pero que de todas formas ella debía haber auxiliado a su hija”.

La hermana de R, Andrea, dijo en FM De la Calle: “Soy enfermera profesional y no sé cómo hacer para atar un cordón. En ese momento que nace el bebé no sé qué te provoca un parto, me parece muy machista lo del fiscal. Yo como profesional no sé hacerlo, me parece muy injusto”.

La víctima trabajaba más de 12 horas por día, con un contrato precario en el frigorífico La Gleba de Argerich, dependiente de la Universidad Nacional del Sur.

“R. tenía 4 nenes, siempre estuvo sola, la luchó, trabajaba un montón de horas, oculto su embarazo por miedo a perder su trabajo. Cuando tuvo a uno de sus hijos le dieron 15 días, no tenía licencia por maternidad y, de repente, de nuevo embarazada. Ella se fue por miedo a que la condenen. Ella nunca se olvidó lo que había pasado, tuvo a su nena, que tiene ahora nueve años y la está pasando muy mal”, contó Andrea.

La defensora agregó que “la pericia decía que era muy probable que ella no pudiera comprender la criminalidad del acto ni dirigir sus acciones. Solicitamos al Tribunal que la sobresea en virtud del art. 341, que dictamina esta posibilidad antes del juicio si surge una nueva prueba”.

“El Tribunal nos dijo que no porque de las pruebas no surgía evidente el estado de inimputabilidad sino que era probable. Sumado a que la pericia no se expedía sobre la peligrosidad y que el Código Penal exige que antes de la declaración de inimputabilidad se tiene que analizar si la persona es peligrosa o no”.

Vanini adelantó que apelarán la condena ante la Cámara de Casación. “Vamos a insistir y solicitar el arresto domiciliario. Estamos recibiendo mucho apoyo de organismos y redes feministas para colaborar en la presentación. Nos contactaron desde el Ministerio de la Mujer de la provincia. Conseguir la libertad de R. es el próximo paso. Vamos por eso”.

“Que se haga justicia”, reclamó Andrea.

Con la participación de varias organizaciones y militantes, se constituyó el Comité de Solidaridad con Chile, Bolivia y Pueblos Latinoamericanos. El objetivo fundamental es denunciar y visibilizar lo que está sucediendo en los dos países vecinos y la represión que se vive en otros territorios como respuesta a los reclamos y las luchas populares.

Este viernes a las 18:30 el Comité realizará una reunión abierta en la sede de ADUNS, Pasaje Tres Arroyos 538.

Desde la instauración de la dictadura de la autodesignada presidenta Janine Añez, con el apoyo de la derecha vernácula, los Estados Unidos y el Estado de Israel, los hermanos bolivianos han sido víctimas de masacres, desapariciones, detenciones y torturas. Sin disimular su racismo, descargan su violencia sobre los originarios y, en especial, sobre las mujeres “de pollera”.

La persecución a opositores y las arbitrarias detenciones sobre militantes y apoderados del MAS muestran la hipocresía del régimen convocando a unas elecciones que prometen ser fraudulentas.

Planteamos nuestro rechazo a un gobierno ilegítimo surgido a punta de fusil, considerando un grave antecedente el haber sido reconocido por las fuerzas políticas bolivianas y gobiernos de la región, acordando un proceso eleccionario que intenta consolidar el golpe en base al posible fraude y proscripción a la fuerza política mayoritaria.

El estallido de la rebelión del pueblo chileno contra las políticas heredadas de la dictadura pinochetista y continuada por todos los gobiernos de la Concertación y la derecha, ha mostrado la verdadera cara del “modelo” capitalista: innumerables muertes y desapariciones, miles de detenidos, torturas y abusos contra las mujeres, ceguera parcial o total provocadas deliberadamente como método represivo, etcétera.

Ante la inoperancia e impotencia del sistema político encorsetado por la constitución pinochetista, el pueblo se levanta en las calles, desde hace meses, por un cambio radical. Acompañamos el reclamo de “Fuera Piñera”, alertando sobre el intento de acallar el profundo reclamo del pueblo chileno con la convocatoria a una asamblea Constituyente proscriptiva que deja afuera a amplios sectores que se expresaron en las calles.

La complicidad de la Organización de Estados Americanos, el silencio de la mayoría de los gobiernos de nuestro continente y el apoyo explícito de algunos de ellos, hacen imprescindible la solidaridad de los pueblos.

Vemos con preocupación el avance de la injerencia imperialista, principalmente de EE.UU., en la región. El ingreso de un portaaviones y 5 mil marines a nuestro país, o mediante la puesta en marcha del mecanismo de dominación económico e histórico, que vuelve a nuestros países dependientes ante la formación de deudas externas impagables, ilegítimas y fraudulentas desde el FMI e inversores privados.

Es en este sentido que constituimos el Comité y hacemos una convocatoria a la incorporación de otras organizaciones que, mas allá de sus posturas políticas, coincidan con lo expresado.

Abajo el golpe en Bolivia, Fuera Piñera, solidaridad con los pueblos boliviano y chileno.

No a la injerencia imperialista, fuera las tropas yankis de América Latina.

No al ahogo económico de nuestros pueblos. No al pago de la deuda, fuera el FMI de América Latina.

El director general de Cultura municipal, José González Casali, dialogó con FM De la Calle respecto a las obras que se proyectan para el Teatro Municipal. También se refirió a los cambios que pretende instrumentar el oficialismo con la derogación de las ordenanzas del Instituto Cultural, Fondo Municipal de las Artes, Espacios Culturales Independientes y Eventos Permanentes.

“Hay dos licitaciones, una de mayor monto que es electricidad y acondicionamiento actualización de sistema de sonido y equipamiento del teatro. Otra licitación es por el acondicionamiento del sistema de incendio, son 5 millones 800 mil pesos. Se abrió la licitación el 14 de febrero y, por pedido de las empresas, se prorrogó 15 días. La nueva apertura es el 4 de marzo.  Esos dos son los puntos más contundentes del informe de la UTN, sería dentro de este año la apertura”, señaló González Casali.

Respecto a las ordenanzas que pretenden derogar, el funcionario manifestó que “en el HCD se está trabajando dentro de la Comisión de Cultura. La idea es congeniar un formato que convenza a todos. Se están evaluando varias alternativas. El objetivo es el de mayor apertura y descentralización que dimos a conocer como Cultura Abierta y llevar adelante actividades a los distintos barrios”.

Consultado sobre las “nuevas voces” que buscan sumar al debate sobre las políticas culturales, el funcionario dijo que se están haciendo relevamientos y teniendo reuniones con sociedades de fomento. “A través de los delegados se concretan reuniones, antes de ayer estuve en Villa Olga y ayer en Millamapu. De esas reuniones lo que se hace es recavar información, no imponer un taller sino que manifiesten qué quieren, son intereses disimiles entre los distintos barrios, consultar qué les parece, qué tipo de público, armar y pasarles distintas propuestas”.

Respecto del presupuesto de  la ordenanza de Eventos Permanentes comentó que “es de 3 millones 100 mil pesos y es el que está determinado por ordenanza”.

En relación al Fondo Municipal de las Artes comentó que “en la última reunión terminamos de entender cómo es el sistema, el año pasado hubo una mora de algunos productores. Es financiado por un porcentaje de las entradas, hubo una mora, en la última reunión se informó que se ha llegado a un arreglo con esa persona”.

Milita en la Asociación de Docentes de la Universidad Nacional del Sur. Eligió a Pedro Saborido en Una historia del peronismo porque le resultó “un acercamiento muy dúctil y muy divertido” ya que “es muy profundo entender el peronismo”.

En una país en el que –según Saborido- “Perón estaba ahí, del otro lado de la puerta”, el dirigente elije un autor peronista, crítico de la cultura peronista. El contexto de la entrevista fue previo a las elecciones de las que resultó victorioso el Frente de Todos.

“Acá el que es Perón es Macri: es el que los une. Funciona como un Perón”, dice Zaninelli, señalando que la agresividad de las políticas encarnadas por ese grupo de cuadros del rancio empresariado argentino (Cambiemos) resultaron de tal nivel de violencia hacia las clases populares que evidenciaron la necesidad de generar la unidad posible para -al menos- garantizar su no continuidad a través de las urnas.

Si es cierto que “la única verdad es la realidad” es dable pensar que la realidad es tan variable como interpretaciones existan. Dicho de otra forma, hay tantos Perones como visiones de la Argentina pugnen. La realidad arrojó los perones posibles para cada época. Las ilusiones, siguen delirando perones y Argentinas suspendidas en los sueños de millones.

Leímos junto a nuestro invitado: “Cada uno que vea y escucha a Perón tiene que ver y escuchar al Perón que más les guste. Esa es la idea. Si todos ven al Perón que quieren se sentirán felices. ¿Cuál es el Perón ideal? El que dice lo que quieren escuchar, es decir, lo que ya piensan…”.

A su vez, en esta charla abordamos una revisión biográfica, su mirada en torno de la situación del movimiento obrero argentino, el rol de la universidad pública, la primavera democrática, el menemismo, la izquierda roja, el kirchnerismo, el rol del Estado en la transformación social, lo electoral y lo político, su paso por la política partidaria, las complicaciones de la política real,

“Entre lo tierno y lo patético” transcurre nuestra Historia popular, donde finalmente el héroe no devino el sueño colectivo de Oesterheld sino un militar de raíz originaria y proyección capitalista.

*Lecturas compartidas es un segmento del programa Un grillo en tu almohada conducido por Astor Vitali, de lunes a viernes de 18 a 20 horas.

Jardín de pulpos de Arístides Vargas fue el texto que eligió el actor, director y comunicador Lucas Sánchez. Resulta además, una de las primeras obras que trabajó en sus estudios universitarios.

Ya en la primaria coordinaba las muestras escolares. En el Gran Buenos Aires, su madre hace un esfuerzo para enviarlo, junto con otros compañeros, a talleres barriales. Un remis colectivo viajaba todos los miércoles para hacer teatro. Un papelito reza: “actor municipal”. Meses antes, mamá lo enviaba a cuanto taller artístico hubiera “para que yo no callejeara”. Claro está, que no es lo mismo callejear con inquietudes en la cabeza que con el vacío o la violencia rebotando sordo contra las paredes del cráneo.

Luego vino el estudio de la electrónica en Buenos Aires. La técnica. “Los primeros dos años me absorbió la militancia en el centro de estudiantes pero aprendí a tocar la guitarra. La música fue muy importante. Estaba en capital con trece años. Podía ser peligroso”.

Lucas condujo Crónicas de la escena, por FM De la Calle durante 2019. Por allí pasaron laburantes del teatro y dejaron testimonio de sus concepciones artísticas y de vida, además de difundir la actividad sobre los tablados en la región.

Las experiencias teatrales. Lo grupal. La transformación a través del arte. La tarea del espectador. El teatro de calle. Un actor que dirige. La radio. La organización política. Las changas. La Comedia Municipal. Son algunos de los temas abordados en esta conversación.

Lucas ha trabajado en muchos lugares y casi podría considerárselo un nómada. Sin embargo, es sólo apariencia. Porque Lucas Sánchez siempre tiene los pies en la tierra y la cabeza en el aire. Por ende, su corazón vuela embarrado.

*Lecturas compartidas es un segmento del programa Un grillo en tu almohada conducido por Astor Vitali, de lunes a viernes de 18 a 20 horas.

Ángel Dantagnan es un apasionado por la comunicación en sus distintas expresiones. Redacta guiones de radioteatro. Conduce ciclos radiales de actualidad. Se aboca a la dramaturgia. Explora en el periodismo a través de redes sociales. Es caricaturista. Actúa. Actuar, tal vez, sea una característica fundamental de la conciencia sobre la existencia terrestre.

Crónicas del Ángel Gris y su Refutación del periodismo fue el texto que inició la conversación. “tiene mucha actualidad y es de los noventa”, explica. Piensa que a la hora de hacer comunicación, en lugar del lenguaje a veces incomprensible y careta, es preferible “no forzar la poética de la que por ahí se carece”.

Su último trabajo como director interpela la conciencia comunitaria respecto de la memoria histórica en un país en el que la reivindicación de los derechos humanos se hizo carne en sus organizaciones populares. “Una de las cosas más fuertes que nos pasaron es que vino una mujer llorando después de la función, abrazó a Elisardo (Tunessi) –actor- y nos dice: gracias porque ustedes contaron mi historia”.

Ángel comenzó a dibujar desde su primera infancia. Su madre, gran lectora, lo acercó al teatro. En Médanos, los talleres lo acercaron al estudio sistemático de este arte. “Mucho tiempo de entender quién soy para poder prestarle el cuerpo a un personaje”.

La poesía y la militancia son sinónimos, al menos para la militancia por la dignidad humana. Por eso seleccionó una obra de Alicia Partnoy. Historia que “puede ser cualquiera de las que conocemos”.

La represión y la autocensura. Las divisiones por lo pequeño frente a los grandes monstros. Las experiencias populares. Desafíos del campo popular y de nuestra cultura. Y para terminar su poema Cambio de bar.

*Lecturas compartidas es un segmento del programa Un grillo en tu almohada conducido por Astor Vitali, de lunes a viernes de 18 a 20 horas.

Las periodistas Mariela Dobal y Virginia Calzada Frache, integrantes de la Red de Comunicadoras de Bahía Blanca, realizaron un balance del primer año de la colectiva durante la transmisión especial de FM De la Calle en defensa de la Plaza del Sol.

“Estábamos atomizadas, dispersas en nuestros lugares de trabajo, y lo que hicimos fue amalgamarnos. No somos iguales, no pensamos todas iguales, sin embargo eso no hizo que no podamos juntarnos. A partir de la encuesta pudimos contar lo que nos sucede, lo que nos pasa puertas adentro de los medios, eso que es privado, eso que poco se sabe a propósito de las agendas periodísticas. Casi no tenemos poder de decisión de los contenidos que se ponen al aire”, comentó Frache. 

Dobal destacó “lo que significa el espacio público para mujeres, diversidades, adolescentes e  infancias. Cómo han ganado el espacio público para visibilizar tantas cosas. Acá estamos, mírennos, esto de salir a la calle, de ocupar estos espacios nos puso en un lugar de mucha disputa en todas las agendas”.

Señaló, además, la importancia del uso de lenguaje: “No es casual, por eso nos denominamos red, esto de empezar a tejer las historias individuales para formar una trama colectiva. Era parte del desafío. Es una apuesta, dejo de lado lo que soy conmigo y veo qué pasa con otros y otras y eso me permite tener una perspectiva más amplia y con compromiso de una construcción más amplia que el espacio propio”.

Agregó que “con el paso de las generaciones hay personas que continúan oprimiendo y haciendo uso y abuso de esa violencia intrínseca para seguir perpetuando el silenciamiento de muchas compañeras. También ahí como sociedad tenemos que estar presente. Hay un medio que elige a sus trabajadores, hay un Estado que elige financiar a esos medios de comunicación y también hacer uso de las presencias – ausencias”.

“El Estado municipal no está ausente, está presente en su lista de prioridades de la mirada del mundo, de la mirada de la réplica del capital y beneficios para pocos. Destruir este espacio (la Plaza del Sol)  para privilegios de algunos bolsillos es una manera de elegir y estar presente. Si no nos manifestamos es muy difícil de incidir en nuestras agendas. Ahí está el servicio de la comunicación, ahí es donde tenemos que ser un vehículo para poder tener esas representaciones”.

Frache dijo que “hay como una marca de lo que tenemos que decir o hacer como políticamente correcto para el afuera. Todo lo que nos tenemos que bancar puertas adentro y si decimos quiero este tema te cuestionan, bastardean. Nosotras hicimos deconstrucciones para volver a construirnos juntas. Cuando nos dicen, a ver enséñame… No. No tenemos porqué ir a enseñar nada, busquen su propio camino y herramientas como aliados verdaderos”.

En el mismo sentido, Dobal apuntó que “discutir esto trajo ruido, preocupaciones, las famosas listas, hasta dónde puede ser tan chiquitita la mirada. No pasa por ahí, pasa con que cada uno se haga cargo y que las compañeras sepan que no están solas y que esto tiene que frenar y podemos hacerlo juntas”. 

(Por Noemí Giosa Zuazua – Fotos: Magalí Agnello) En su casa del barrio Juan López, en Bahía Blanca, Mónica Dambolena, costurera, 49 años, no para de dar vueltas. Hace menos de 24 horas enterró a Juan Cruz, su hijo, tras cuatro días de agonía. El 17 de octubre del 2010 había tenido un accidente en el trabajo y, cuando lo ingresaron a la guardia, su vida estaba prácticamente concluida. “¿Su hijo se quemó con gas?”, la interrogó la médica. “Tiene el 95% quemado”. Mónica no podía entender: ¿se refería al 95% del brazo, de la pierna? “Hablo del cuerpo completo, señora”, le dijo la médica. “Lo único que no tiene quemado son las plantas de los pies porque llevaba zapatos, y el lado del bolsillo donde tenía la billetera”. Juan Cruz murió el 21 de octubre.

Tenía 25 años, era el segundo de una escalera de seis hermanos, tres varones y tres mujeres. No bien consiguió trabajo en la empresa Camin Cargo Control SA, en 2008, se independizó y se mudó con un amigo de la escuela técnica donde estudiaba Seguridad e Higiene. Juan Cruz tenía gustos de pueblo: se juntaba con amigos los sábados, salía a guitarrear por los bares de Bahía. Y, los domingos, no faltaba a los almuerzos familiares.

Mónica, en verdad, conocía pocas cosas del trabajo de su hijo -sería, se dijo, por un pacto de confidencialidad que firmó al entrar-. Sabía que tomaba muestras de hidrocarburos de barcos que llegaban al Puerto de Ingeniero White. Que los guardaba en un dúplex que Camin Cargo Control alquilaba en un barrio residencial de Bahía. Que prestaban este servicio a empresas de El Polo Petroquímico de Bahía Blanca, un concentrado de corporaciones trasnacionales que producen hidrocarburos, fertilizantes y resinas plásticas. Empresas que cotizan entre los primeros puestos de facturación del país, que generan 1700 empleos estables, contaminación, y también muertes laborales.

***

¿Qué es un Polo?

Un polo petroquímico suena, además, poderoso. Este lo es. De los siete polos del país, es el más importante. Se instaló entre mediados de los años 70 y los 80, con empresas de propiedad estatal o mixta financiadas por el Banco Nacional de Desarrollo. De la región de América Latina, después de los dos brasileños en Salvador de Bahía y en Río Grande del Sur, ocupa el tercer lugar.

A diferencia de los polos de los Estados Unidos, que deben alejarse de las ciudades por lo menos 100 kilómetros, este queda a ocho de la ciudad de Bahía Blanca, con 300.000 habitantes, y a escasos 100 metros de los barrios de Ingeniero White, un pueblo portuario de 12.000 vecinos que hace años era de pescadores artesanales.

Durante una década de búsqueda de justicia por su hijo, Mónica Dambolena reconstruyó una historia atravesada por contaminación de alto riego, muertes laborales, inspecciones silenciadas y expedientes que se esfuman alrededor de El Polo Petroquímico de Ingeniero White, el más importante del país.

Su ubicación no es casual. En Ingeniero White confluyen los tres gasoductos que vienen de las cuencas Austral y Neuquina. Por sus serpientes de acero viaja la principal materia prima de las petroquímicas: el gas natural.

Desde la Ruta Nacional Nº 3, entrando al pueblo por la Avenida 18 de Julio, un cartel con el título “Polo Petroquímico”, y el nombre de seis empresas, da la bienvenida al complejo. Entre olores a cloro, a azufre o a putrefacción de los hidrocarburos, descansan, trabajan y, sobre todo, resoplan las antorchas y las chimeneas de ese dragón inmenso apodado El Gigante.

Excepto YPF, hoy las plantas que lo habitan son de capital privado transnacional. Ahí, dos grupos empresarios producen las resinas para la industria plástica. Uno es Petroquímica Bahía Blanca PBB-Polisur, propiedad 100% de la americana Dow Chemical. Es una de las petroquímicas más importantes del mundo la que compró estas plantas al Estado argentino, cuando el gobierno de Carlos Menem las privatizó. La llaman “La Dow”. La recuerda la historia como la empresa que, junto a Monsanto, fabricó el herbicida que usó Estados Unidos para matar a tres millones de vietnamitas y dejar medio millón de chicos con malformaciones: el famoso Agente Naranja.

El otro grupo, también privatizado, hoy es de capitales brasileños: Unipar Indupa. Sus plantas productivas son enjambres de cañerías de distintos diámetros que se entrecruzan y forman torres de destilación, por donde fluyen líquidos y gases.

Buena parte de nuestra vida moderna depende de lo que sale de aquí. Las resinas que produce El Polo son en polvo, o en millones de globitos livianos de color blanco – pellets- que compran las empresas plastiqueras y que funden a alta velocidad o con calor. Los pasan por grandes máquinas con moldes que escupen botellas de lavandina, cepillos de dientes, cajones de recolección de frutas, juguetes, armazones de anteojos, ropa de cuero sintético, paragolpes de autos, jeringas, tarjetas de crédito. El plástico de la vida misma.

Hasta las prótesis para el cuerpo humano, las válvulas para el corazón o los vasos
sanguíneos vienen de este lugar. El plástico convive con nosotros mucho más cerca de lo
que pensamos.

Otras cuatro empresas completan el escenario. Las plantas de TGS y de Mega SA, que producen etano, el insumo que usa Dow para las resinas. La empresa Profertil -mitad canadiense y mitad de YPF- fabrica fertilizantes de urea granulada. Y, al final del recorrido, a 30 cuadras de la ciudad de Bahía, está la refinería de la ex-Petrobras, que hace dos años compró el grupo holandés Trafigura. Allí se hacen las naftas, en la planta ubicada frente al barrio de vecinos Loma Paraguaya, y al Jardín de Infantes Nº 926.

Para quienes todavía trabajan en sus empresas, pertenecer a El Polo tiene sus beneficios. En mayo de 2019, un operario que entraba a Unipar Indupa sin antigüedad ganaba en bruto $70.000. Los beneficios son el 60% del salario básico. Son solo para los empleados estables. Los subcontratados -“los otros”- cobran menos, comen en otros comedores, tienen ropas y herramientas de seguridad de menor calidad, hacen las tareas de mayor riesgo. Los “unos” pertenecen al sindicato de Petroquímicos, los “otros” pertenecen a Uocra.

***

¿Cuando El Polo paga, qué paga?

Al igual que el plástico, El Polo está metido en todas partes. Quien quiera conocer las intimidades del pueblo que vocifera contra El Polo, una de las personas señaladas para visitar es María Rosa – Tití – Sedrani.

Nativa de White, Titi inauguró en 1982 un salón de peinados -Mari Mau- en la calle Guillermo Torres, donde solo corta a caballeros: “Los varones son más fieles -dice, ajena a la corrección política-. “Si están conformes, no te abandonan”.

Alta, flaca, corte biselado con mechas rubias, Titi es mucho más que peluquera. Hoy, con 67 años, hijos, sobrinos y nietos, es una de las que luchan contra el avance de El Polo en el barrio. Para que nadie dude de sus ideas, en la puerta de la peluquería, Titi ató una sábana blanca con letras rojas que da la bienvenida: “Pan y trabajo, el Fondo al carajo”.

Con voz de cigarro, habla sin pelos en la lengua: “Cuando empezaron a llegar las empresas, no teníamos idea de lo que iba a pasar”. Lo primero que notaron en el barrio fue una rajadura en las casas por la obra de la central termoeléctrica, que hundió las napas de agua subterránea de baja profundidad -napas freáticas-. Dicen que succionaron agua, secaron las napas, y se deprimieron.

 

Lucharon muchos años. Soportaron leer informes técnicos que explicaban las grietas por la forestación y el asfalto, cuando no había calles pavimentadas. “A mi casa, la grieta la quebró en dos. Recién hace ocho años, después de pelearla 26, me dieron dinero para arreglarla”, se indigna Titi.

El gigantismo de El Polo llega hasta el Hospital Menor, al que le dona algún instrumento; avanza en las escuelas, en las que entrega material escolar a los chicos, y entra en el deporte: en el Club Huracán financió la cancha de pasto sintético, y la infraestructura de las canchas de inferiores. “Ellos, con esos programas de Responsabilidad Empresaria, se meten en todas las instituciones que pueden”, se lamenta Titi, y remarca que los aportes de El Gigante son arbitrarios: “Nosotros necesitamos que hagan en el hospital una sala para quemados, porque esto es una bomba de tiempo”.

No todos los vecinos están dispuestos a luchar como Titi. Muchos no quieren problemas: “Entre la radio LU2 -de la que fue muchos años periodista el intendente actual Héctor Gay- y el periódico La Nueva Provincia, les lavan la cabeza”, se lamenta la peluquera.

***

“¿Señora, cómo podemos arreglar esto?”

En la familia de Juan Cruz Manfrendini, el joven que murió en el 2010 producto de una explosión, varios están vinculados a El Polo. Su papá Federico, hoy jubilado, trabajó en Indupa durante treinta años. El cuñado de Juan Cruz trabaja en una de las empresas de El Polo. Su hermano y su hermana trabajan en el restaurante de El Consorcio del puerto, vinculado a El Polo. Su primo político -Maximiliano Metz-, era jefe zonal de Camin Cargo Control, la empresa a la que El Polo subcontrata servicios, y es quien le consiguió el trabajo. En la práctica, su jefe.

Ese domingo 17 de octubre, el día de la tragedia, los Manfredini y los Metz almorzaban como festejo del Día de la Madre: Mónica y su hermana -esposa de Metz- agasajaban a su mamá. A las cinco de la tarde, un llamado telefónico paralizó la reunión: le avisaron a Maximiliano Metz que su primo había tenido un accidente.

Una hora antes, al dúplex de la calle Cuyo 1388, llegaba Juan Cruz en búsqueda de garrafas. Su primo y jefe, Maximiliano Metz, en pleno almuerzo familiar, lo mandó a tomar muestras de hidrocarburos a un buque que había amarrado en el puerto. Juan Cruz entró al departamento con el recorrido habitual: subió la escalera, abrió la puerta del cuarto donde almacenaban garrafas llenas y vacías, encendió la luz y, en una décima de segundo, una explosión lo envolvió en una sola llama. Consiguió bajar a la calle y un policía lo auxilió: “Me dio su celular y me dijo que llamara al jefe y le avise”, declaró después el oficial.

En la vida de Mónica todo cambió. Cuatro días de agonía de su hijo, en los que no se movió del hospital esperando un milagro. Por allí pasaron amigos de Juan Cruz, familiares, compañeros de trabajo. Todos opinaban: que en el dúplex había concentración de gases; que los vecinos se venían quejando del olor a podrido; que la culpa era de Metz; que el presidente de la empresa, Marcelo Camín, lo alquiló para vivienda y no estaba habilitado. Juan Cruz, decían, era una víctima de la tercerización y la precarización laboral.

Mónica discutía con ella misma. De todo eso, ¿qué era verdad?

El mismo día del entierro, Marcelo Camín, presidente de la empresa, viajó desde Buenos Aires a Bahía Blanca y la citó a Mónica en un hotel. Buscaba convencerla de que Juan Cruz había manipulado incorrectamente una garrafa, y no se había puesto las ropas reglamentarias. Al final, la pregunta que faltaba: “¿Señora, cómo podemos arreglar esto?”. Mónica mareada de dolor, y también indignada: “¿Arreglar, qué cosa?”, le dijo, “solo se puede arreglar si mi hijo vuelve a la vida”. En ese momento, juró pelear hasta conocer la verdad.

***

Mónica Dambolena sabía que llegar a la verdad dependía de ella. ¿Podía su sobrino, Maximiliano, ser el culpable de la muerte de su hijo? ¿Por dónde empezar a investigar?

Las redes sociales le abrieron el camino. Un antiguo compañero de trabajo de Juan Cruz, por Facebook, la ayudó a entender. La casa matriz de Camin Cargo está en Texas, Estados Unidos, y tiene filiales en 15 países de América Latina, como se constata en la página web de la empresa. En Argentina, el presidente, Marcelo Camin, es sobrino del presidente general, Héctor Camin, de los Estados Unidos. Como se probó luego en el juicio, ese dúplex era un depósito clandestino. La empresa se ocupa de extraer y de guardar muestras de los hidrocarburos que venden Petrobras, TGS, Mega y Profertil, en resguardo de la calidad, por si los compradores reclaman. Cuando había que analizarlas en Buenos Aires, las mandaban por la empresa de pasajeros Plusmar, mintiendo sobre el contenido, para abaratar costos.

En los mails que estaban en la computadora de su hijo y que involucraban a Marcelo Camin, presidente de Camin Cargo Control SA, Mónica descubrió que para ahorrar dinero la empresa enviaba muestras explosivas de hidrocarburos en los micros de pasajeros.

Así empezó Mónica a descifrar los mails que estaban en la computadora de su hijo y que Maximiliano Metz mandaba a Marcelo Camin y a otros integrantes de la empresa: “En los últimos meses se han roto varias muestras de hidrocarburos, tanto en la terminal de Bahía Blanca como en el micro, como en Retiro; hasta aquí hemos tenido suerte, porque los operadores de encomiendas siempre me han creído cuando les digo que se trata de “agua de perforaciones contaminada”. Si en algún momento nos toca alguien con la más mínima idea de olor a nafta o textura de un gas-oil, sonamos. Ningún surveyor envía muestras por micro, todos tienen servicio privado para esos movimientos. Sin llegar a pensar en el incendio de un micro y todo eso, si nos hacen una denuncia, ni Cúneo Libarona nos salva”. Firmado: Maximiliano Metz.

El rompecabezas de responsables que Mónica empezó a armar llegaba al Consorcio de Gestión del privatizado Puerto de Bahía Blanca y a la Municipalidad. En la causa civil que luego iniciarán los Manfredini contra el Consorcio y contra la Municipalidad, patrocinada por el doctor Hugo Fernández, que todavía no tiene fallo, se les adjudica responsabilidad por no haber cumplido con su obligación de controlar el destino de las muestras de residuos peligrosos.

Más de 20 años llevaba El Polo en Ingeniero White. Otros trabajadores habían muerto en estas empresas. En septiembre de 2004, murió Nicolás Bernat, de 24 años, estudiante de Ingeniería Mecánica. Trabajaba para la contratista Narelco SA prestando servicios en la planta de Petrobras. La chispa de una amoladora alcanzó los productos con los que Nicolás limpiaba las piezas. En el 2010, murió Fabián Monterroso, a los 46 años, al caer en una pileta de agua caliente en la empresa ex Solvay-Indupa. Prestaba servicios para la tercerizada Desler SA. Murió con el 90% de su cuerpo quemado. En el 2011, Cesar Benítez, de 24 años, paraguayo, trabajaba para la subcontratista IGM. Murió sepultado en un pozo de más de 13 metros de profundidad prestando servicios en la empresa Louis Dreyfus. En el mismo año, murió Ariel Quinteros, de 40. Trabajaba en un tablero en la terminal Bahía Blanca del Puerto de Ingeniero White y recibió una descarga eléctrica que le provocó quemaduras en el 40% de su cuerpo. En enero de 2012, murió Pablo Díaz, con 32 años: trabajaba para la empresa contratista Vale. Un rayo cayó en una zona sin pararrayos. Dos operarios
sufrieron quemaduras; Díaz murió quemado. En el 2017, le siguió Darío Marillan. Trabajaba para una contratista de Cargill. Se dijo que murió por causas naturales.

Nadie se había metido con estas empresas hasta que Mónica Dambolena y la familia Manfredini decidieron pelear por justicia.

***

El controlador que terminó quitándose la vida

En uno de los cuartos de su casa chorizo de la ciudad de Bahía Blanca, el 14 de octubre de 2012, un ingeniero agrónomo de 40 años, llamado Martín Negri, se pegó un tiro.

Trabajaba como inspector del Organismo Provincial para el Desarrollo Sostenible (OPDS), del que depende la habilitación, supervisión, penalización o clausura de las empresas contaminantes. Martín Negri estaba encargado de los controles ambientales a las empresas de El Polo. En sus funciones, instruyó la clausura de la empresa Dow Chemical por escapes, registró denuncias contra Indupa, también contra Petrobras por sus deficiencias y por trabajar con una habilitación vencida hacía ocho años. El OPDS las desestimó.

La denuncia contra Petrobras anticipó una tragedia. En esa refinería de petróleo, el 10 de agosto de 2011, a la una de la mañana, murió Adrián Valente, con 44 años, por una explosión en la sala de descanso de los empleados. El accidente fue por una de las irregularidades denunciadas por Martín Negri, por la que había dictaminado la clausura de la empresa. Después de esta explosión, Negri fue relevado de su cargo, y más tarde despedido.

En marzo de 2012, el ingeniero agrónomo publicó una carta levantada por la red social Taringa! y por el blog Corrupción Argentina; algunos de sus fragmentos también fueron reproducidos por medios digitales locales y blogs. Allí, Negri denuncia el maltrato laboral que sufrió de su jefa, en el OPDS. A los siete meses de esa carta, Negri, que según dicen se sentía perseguido, se suicidó.

El ingeniero dejó grabadas en un celular Nokia las conversaciones que mantuvo con su jefa durante dos años. Ese material hoy lo tiene Leandro Aparicio, el abogado que llevó el caso de la muerte de Adrián Valente: “En las grabaciones queda claro cómo opera el OPDS. Martín Negri habla de los “cieguitos”, como los inspectores que, intencionalmente, pasan por alto irregularidades, y también de los “caranchos”, los inspectores que aplican a las empresas un sistema de presiones para no sancionarlas, a cambio de la entrega de sobres con dinero”, explica el abogado.

El caso de Martín Negri en poco tiempo estará en los cines. Aparicio se lo tomó muy a pecho y se transformó en el realizador integral de un documental ficcionalizado que se estrenará en las salas en el año 2021. El caso de la muerte del trabajador Adrián Valente fue archivado por el fuero penal: la ART determinó que Valente no estaba en su lugar de trabajo, por lo que no le correspondía indemnización. La Justicia encontró que la empresa no era responsable.

Las muertes laborales registradas en esos años tienen rasgos parecidos: los trabajadores prestaban servicios para alguna empresa tercerizada por El Polo y las condiciones de seguridad laboral no eran las adecuadas. Todas las demandas se cerraron antes de llegar a juicio. Algunos juicios fueron evitados por los acuerdos monetarios de las empresas con las familias obreras de los trabajadores muertos. Otras demandas fueron desestimadas y archivadas por los fiscales que encontraron al trabajador culpable por su muerte.

***

Aguas que no has de beber

A las empresas, además, se las acusa de otros daños. Por ejemplo, de contaminar las aguas de la ría y de destruir el recurso pesquero. En los últimos tiempos, es común en la bahía pescar lenguados con manchas, peces sin ojos, sin aletas, monstruos marinos deformados por los desechos del mar. El abogado Lucas Beier es el patrocinador de las demandas judiciales de 51 pescadores: “En el 2009, iniciamos cuatro demandas contra las empresas Dow Chemical, Profertil, Petrobras, Mega, TGS y Cargill. Una de las demandas también es contra el Consorcio del Puerto de Bahía Blanca, contra Aguas Bonaerenses SA –ABSA– de la Municipalidad de Bahía Blanca y contra el Gobierno de la Provincia de Buenos Aires, todas por la contaminación de la ría”, aclara el abogado.

En septiembre de 2018, se publicó el veredicto de la pericia que encargó el juez a la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires (Fauba). Ratifica que las especies no son aptas para consumo humano por la cantidad de fenoles, hierro, cromo, zinc, plomo y mercurio. Muchos valores exceden hasta 140 veces los permitidos.

Recomienda a la Justicia prohibir inmediatamente la captura y el consumo de especies del estuario y, en un corto o mediano plazo, prohibir que se continúe arrojando al estuario cadmio, cromo, plomo y cobre.

El aire también está enrarecido. Los vecinos de White viven con miedo por los desastres químicos. Las nubes tóxicas de cloro, los escapes de amoníaco y las explosiones de las petroquímicas alteraron sus vidas. El censo de salud del año 2012, organizado por la comunidad y dirigido por profesionales médicos y psicólogos, mostró una tasa de enfermedades respiratorias mayor de lo esperado, sobre todo en chicos de 6 años, que también tienen un mayor índice de diarreas. La frecuencia de abortos espontáneos resultó 14 veces mayor de lo esperado. Los médicos registran un aumento en los casos de cáncer en la ciudad, y en edades más tempranas. Para monitorearlo, están construyendo una plataforma para georreferenciar el cáncer.

A raíz del escape de gas cloro del 20 de agosto del 2000, producido por la empresa Unipar Indupa, los vecinos de White se organizaron para presentar demandas judiciales. El abogado patrocinante es el doctor Manuel Sáez: “Entre los años 2001 y 2003 se abrieron alrededor de 240 causas judiciales que demandan a las empresas PBB-Polisur, Solvay-Indupa y Profertil. Se reclama una indemnización por la desvalorización de las viviendas y un resarcimiento económico por el deterioro en la calidad de vida a causa de las enfermedades, los ruidos, los olores y los temores cotidianos”, pero todo va muy lento, aclara Sáez.

***

“Lucho por justicia para Juan y para todos los juanes”

Durante nueve años y seis meses, el eje de las vidas de la mamá de Juan Cruz, de su papá, Federico, y del resto de su familia giró en torno al reclamo de justicia.

El primer acto público que marcó el camino fue a los 10 días de su muerte. El 1 de noviembre de 2010, en el cumpleaños 26 de Juan Cruz, Mónica y la familia llamaron a una misa, y convocaron a una marcha de silencio. Más de 300 personas recorrieron el centro de Bahía con pancartas que decían: “A Juan Cruz lo mató la precarización laboral”.

Desde que hablaron con el primer fiscal de la causa, Emilio José Marra, se dieron cuenta de que la pelea no sería fácil. “El fiscal nos dijo: «Manfredini, la justicia no es para los pobres, lo importante es lo que van a cobrar»”, recuerda Mónica. El mismo fiscal recomendó que el juicio fuera abreviado para los principales acusados: Maximiliano Metz y Marcelo Camin. Cuando la carátula es de Homicidio Culposo, la Justicia recomienda a los fiscales el debate oral. Un juicio abreviado evita el debate público y puede resultar en menor condena.

Mónica y Federico lucharon para cambiar de fiscal y encaminar la causa penal. Ellos se ocuparon de la investigación. Buscaron testigos, compañeros de trabajo, vecinos, policías, bomberos, secretarias, médicos y expertos en sustancias peligrosas que declararan en la causa. Recorrieron abogados, tribunales, expedientes. Mandaron cartas a la prensa. Se entrevistaron con funcionarios. Dieron notas a periodistas. Pidieron pericias. Presentaron informes.

Hasta el papa Francisco llamó a Mónica por celular para darle fuerza, después de que ella le mandara una carta.

En Bahía Blanca, organizaron más de 60 marchas. Homenajearon a Juan Cruz en la puerta del dúplex. Pintaron un mural en la esquina de Alfonsina Storni y Manuel Alberti, de Bahía. Empapelaron la ciudad con sus afiches. Lo que le había pasado a Juan Cruz les pasaba a tantos otros, en muchas empresas: “Yo lucho por justicia para Juan y para todos los Juanes que están precarizados como él”, dice Mónica.

Aunque no lo sabían, ellos también luchaban por un juicio emblemático. Al parecer, no se encuentran antecedentes. El director del Departamento Jurídico de la Central de Trabajadores de la Argentina Autónoma, el abogado laboralista Horacio Meguira, afirma que no existen en el país empresarios privados condenados penalmente por muertes laborales.

El abogado laboralista Eugenio Biafore reconoce, al menos hasta el año 2014, un solo caso de Homicidio Culposo con condena efectiva por una muerte laboral, aplicada a las autoridades de la Universidad de Río Cuarto por la muerte de un trabajador estatal al explotar un laboratorio. En el caso de Camin Cargo Control, se trataba de llevar hasta el banquillo a un empleador privado acusado de una muerte laboral. A un empleador que, además, era contratista de El Gigante Polo Petroquímico de Bahía Blanca.

***

El juicio y el veredicto

Según Fernández, abogado patrocinante de los Manfredini, un mes antes del juicio y por intermedio de sus abogados, Marcelo Camin le ofreció a la familia Manfredini US$70.000, que rechazaron. El 6 de mayo de 2019, a las 9.30 de la mañana, en el Palacio de Tribunales de la calle Estomba de la ciudad de Bahía Blanca, se abrió el juicio oral.

En la puerta de los Tribunales, un afiche lo hacía presente: “A Juan Cruz lo mató la precarización laboral: Pedimos justicia”. En la sala judicial del tercer piso, la mirada de Juan Cruz se proyectaba desde una pancarta y varias remeras. En el centro de esa sala, estaba el juez José Luis Ares dispuesto a abrir el juicio. A su espalda, una cruz y una bandera. A la izquierda, el acusado Marcelo Camin y sus dos abogados defensores. A la derecha, estaban los Manfredini, su abogado Hugo Fernández y el fiscal Gustavo Zorzano. Frente al juez, 30 asistentes que querían oír y acompañar. El cargo era por Homicidio Culposo.

Había citados 67 testigos por los Manfredini, parte querellante. Por la defensa de Marcelo Camin, un solo testigo: un perito.

Se declaró, se argumentó, se preguntó, se repreguntó. Los peritos, los policías y los bomberos fueron contundentes: en ese dúplex, había almacenadas garrafas con sustancias peligrosas e incompatibles; su mezcla era letal. Las garrafas no parecían cerradas herméticamente. Lo que se produjo la tarde del 17 de octubre de 2010 fue una deflagración: se mezclaron nitrato de amonio y fuel-oil, la misma fórmula química de la bomba que hizo estallar la AMIA. El oxígeno que entró al abrirse la puerta y el calor de la chispa al prender la luz produjeron la explosión seguida de llama incendiaria, que levantó una temperatura de 1200 grados.

La defensa de Marcelo Camin argumentó que todo había ocurrido porque Juan Cruz manipuló una garrafa incorrectamente y sin las ropas reglamentarias. El testigo que citaron lo respaldó con el análisis de su pericia: Juan Cruz estaba agachado, manipulando la garrafa. Los responsables eran Juan Cruz y su jefe directo, Maximiliano Metz. Pero el médico que trató a Juan Cruz fue claro: por la forma y la cantidad de quemaduras, se descartó que estuviese agachado, estaba parado.

Después de una semana de declaraciones, el 20 de mayo de 2019, a las 11 de la mañana, se leyó el veredicto que declaró a Marcelo Camin culpable del homicidio: por su responsabilidad en la empresa, por la imprudencia con la que actuó poniendo en riesgo al vecindario, por priorizar reducir costos antes que la seguridad de los trabajadores y por llevar a la muerte a Juan Cruz Manfredini.

Sin embargo, por no tener antecedentes y por haber dado la cara frente a los padres de la víctima, se le aplicaron 3 años de prisión, por lo cual así se dejó su ejecución en estado condicional. Además, 5 años de inhabilitación, 30 horas de cursos de seguridad e higiene y 50 horas de trabajos no remunerados a favor del Estado. También, el pago de una multa por $50.000.

Al mes fue condenado Maximiliano Metz, a 2 años y 9 meses de prisión, también con ejecución condicional, y 7 años de inhabilitación.

Los abogados de Marcelo Camin y de Maximiliano Metz apelaron a los fallos judiciales.

El empresario Marcelo Camin era contratista de las empresas de El Polo. Sin embargo, en todo el proceso penal, ninguna de estas empresas fue juzgada. Queda todavía por resolverse una causa civil en contra de ellas, del Consorcio del Puerto y de la Municipalidad de Bahía Blanca.

Para Mónica, la mamá de Juan Cruz, el resultado no fue justo: “Veo que las empresas tienen más poder que el Poder Judicial. Yo, al perder a mi hijo, perdí la paz. Confiaba en que los culpables recibirían condena efectiva, pero la Justicia me quitó la esperanza. Lo que no pudieron quitarme es la fe: en algún momento, los culpables van a caer”.

 

Nota publicada originalmente en Revista Brando.

Acabás de leer una versión reducida de la crónica de Noemí Gioza Zuazua.

Lee el texto completo acá

 

Dos días antes de finalizar su mandato, el ministro de Educación Gabriel Sánchez Zinny dispuso que los jardines municipales bahienses pasen a la órbita provincial. La resolución modifica el funcionamiento de las instituciones educativas que atienden a la primera infancia.

“Quien se hacía cargo de la salita de 2 años era el Municipio, de las otras salas se hacía cargo la provincia a través de la subvención de las docentes. Ahora directamente deja de ser municipal para ser un estatal provincial”, dijo a FM De la Calle la concejala Lucía Martínez Zara.

Agregó que “esto hace que cambie el horario y tengan otras prioridades. Antes se habilitaba el jardín para que se pudieran quedar más allá de las 12, ahora no. Hubo un compromiso de (la titular del Instituto Cultural Morena) Roselló que van a seguir manteniendo la extensión horaria, no se cómo porque las docentes ya han sido reubicadas. La sala de dos años, va a ir a acto público y se van a abrir nuevos cargos”.

Los considerandos de la normativa evidencian que el Municipio solicitó este cambio “en razón de las condiciones económicas que le impiden continuar con la prestación del servicio y el personal involucrado”.

La concejala del Frente de Todos destacó que el desembolso económico no es representativo debido a que “el Municipio solamente tenía a cargo once docentes”.

“Al cerrarse las salas maternales, hay un retiro del Municipio en términos económicos y de política pública para la primera infancia. En Bahía hay un cupo muy pequeño para maternales públicos y la mayoría lo cubren jardines privados que sabemos son muy costosos”.

“Estas salitas eran muy importantes porque permitían el desarrollo de los chicos y le permitían a los padres y madres trabajar. Al ingresar a la educación estrictamente provincial pierden la finalidad que tiene los jardines municipales cuando nacen que es atender las infancias más vulnerables”, finalizó.

Trabajadoras y trabajadores de la Cooperativa EcoPlanta pidieron la Banca 25 del Concejo Deliberante luego que la Subsecretaría de Gestión Ambiental les comunicara que se sumará otra cooperativa. A fin de año se vence el contrato con el Municipio.

“Quieren traer a la cooperativa Manos Argentinas. Esto se estaba gestando desde agosto y a nosotros nos comunican hace una semana. No queremos perder la identidad, hace 20 años que estamos acá. Si no dejamos que nos absorba Manos Argentinas, dejarían en la calle a 22 personas”, señaló a El Diario de Cerri, Silvana Viana, presidenta de la Coooperativa EcoPlanta.

El delegado de Cerri, Raúl Martín, señaló que “el 31 de diciembre finaliza el contrato que tiene la cooperativa para prestar servicios. La EcoPlanta tiene capacidad para 70 personas, están trabajando aproximadamente 20. La intención es que convivan las dos cooperativas”.

Desde el 2000 el reciclado funciona bajo contratos que se renuevan cada seis meses. Viana comentó que la entidad está conformada por “fomentistas, gremialistas, gente del pueblo, que vieron nacer la EcoPlanta”.

“Queremos defender la EcoPlanta junto con la cooperativa. La cooperativa la ha peleado muchísimo, no fueron años fáciles. La situación es crítica porque más allá de que defendemos lo nuestro, somos 22 familias sin trabajo. La respuesta va a ser se quedan sin trabajo porque quieren, no queremos perder nuestra identidad que es la cooperativa EcoPlanta”.

Talleristas e integrantes del Programa Envión continúan en lucha por la regularización de las condiciones laborales y el pase a planta permanente. Durante la mañana organizaron una manifestación frente al Palacio Municipal.

Continúan con retención de tareas y concentraciones en el hall de Alsina 65, tras la negativa del intendente Héctor Gay a atender sus demandas.

“Es muy difícil hablarle a un gobierno municipal que se enorgullece de haber reducido su planta municipal en 100 personas. Es muy difícil hablarle a un Estado municipal que cercena todos los días los derechos de niñas y niñas, no solo con los Enviones sino con los cierres de comedores, sabemos la pelea de docentes que trabajan en esos lugares. Yo no seria la misma como los pibes no son los mismos cuando pasan por el Envión”, señaló una ex trabajadora del barrio El Saladero.

Una de las participantes del taller en Villa Harding Green expresó: “Me emociona y me entristece ver la situación en la que nos encontramos, pasando por tantos reclamos sin que nos escuchen. Ojalá puedan escuchar la voz de los jóvenes que les estamos diciendo que es importante para nosotros, más allá del reclamo laboral, doy fe del esfuerzo que hace cada equipo, puedo hablar por mi equipo, le ponen garra día a día para seguir adelante. Ver las fotos de esta semana, como todos los días entraban en la Municipio y eran ignorados, y aun así siguen insistiendo, ojalá que a partir de este reclamo empecemos a ver cambios”.

“Es lindo ver a todos los enviones que están apoyando esta lucha para que estemos de vuelta, Envión no está solo y es para sacar chicos de la calle, ayudarlos con los estudios. Ellos se levantan todos los días, nos preparan cosas, nos esperan todas las tardes con la merienda y con propuestas. Es lindo estar con ellos pero no es lindo que las sedes estén cerradas. Ya muchos no nos podemos ver, espero que el intendente nos escuche y nos den una razón para que Envión siga”, comentó un adolescente que participa de los encuentros.

“Yo trabajé durante muchos años en este programa, Envión de Saladero. Me formó como profesional de la educación, no hubiese sido la misma. Uno está feliz porque están todos los actores sociales y políticos, pero me gustaría que esta lucha no se tuviera que dar. Estamos hablándole a un Estado municipal que está sordo, que no le interesan nuestros jóvenes, no le interesan los niños y niñas de barrios con vulnerabilidad social. Los Enviones están ubicados en barrios estratégicos, los equipos técnicos están conformados por profesionales que creen que solamente se puede recuperar la juventud, que solamente son posibles los derechos si existe la justicia social”.