El dirigente de la Watu Corriente Comunista, José Lualdi, declaró días atrás en el juicio Triple A donde señaló las complicidades entre gremialistas, el diario La Nueva Provincia y un sector del peronismo en el accionar del grupo paraestatal.
“Ratificamos ante el tribunal lo que venimos diciendo en actos, escritos, en medios de comunicación, de lo que significaba aquella terrible odisea para el campo popular con la aparición de la Triple A, aquella organización paraestatal que intentó que los militantes no pudiéramos expresarnos y que luego llegó a niveles máximos de tortura de compañeros”, dijo a FM De la Calle.
Lualdi comentó que “intentamos refrescar de alguna manera lo que significó la época y hemos imputado a quienes pareciera que no vieron nada. Hemos dicho que no había ningún sector político, social y gremial que no supiera lo que pasaba, los dirigentes políticos todos sabían, nadie en el PJ y en el sindicalismo peronista dejaba de saber lo que ocurría”.
“Luego hemos ido más lejos en esta controversia, en esto de quién dio aquella orden de la creación de la Triple A para eliminar a los compañeros militantes de izquierda en 1973”, dijo en relación al ex presidente Juan Domingo Perón.
Catalogó de “lamentable” el hecho de que “un sector importante del movimiento obrero y dirigentes del PJ que pueden dar testimonio hayan decidido no hacerlo. Y aquellos que lo hicieron se dan el lujo de no decir exactamente lo que vieron, le manifestaron al tribunal que el movimiento obrero de aquella época, se dividía en tres fracciones”.
“Los que estuvieron de acuerdo y dieron logística y tropa a la Triple A. Nadie puede decir que en Urgara, por debajo de Ponce, tanto Reina como Palacio no sabían lo que ocurría. Nadie puede decir que en Aguas Gaseosas, nadie sabía en qué andaba en Chacho Pérez, o en la construcción qué hacía Coste, o en los trabajadores de la estiba qué hacía Osores”.
“Están los que sufrieron, como los gráficos -Heinrich y Loyola son el testimonios vivo- o los actores que tuvieron presos a sus dirigentes. Después están los otros que en los pasillos y reuniones decían no estar de acuerdo pero que en 37 años de democracia no se animaron a decir lo que ocurría, lo cual los convierte en cómplices”.
El rol de Crisol
Lualdi se detuvo en la actitud del “eterno secretario general” de la Asociación de Empleados de Comercio que tuvo hasta su detención al imputado Héctor Forcelli como parte de su comisión directiva.
“¿No sabía Crisol cuál era la actividad que Forcelli había realizado en todos estos años? Violento antes y después de la constitución de la Triple A. Crisol fue de los que en teoría decía que no estaba de acuerdo, fue el mismo que en una reunión de Empleados de Comercio le dijo a los secretarios generales: ‘Momento que el compañero quiere hablar con nosotros’. El compañero era el almirante Eduardo Emilio Massera. Quien se codea con Massera, uno de los chacales del golpe de Estado de 1976, puede proteger a los integrantes de la Triple A”.
El dirigente mencionó que “la mora por resolver la causa Triple A no hay que buscarla solo en los problemas de la justicia: No solo tuvimos la mala suerte de que cayera en Oyarbide, sino que para nosotros no existen dudas de que quien alienta y crea la Triple A es el entonces presidente de la Nación el teniente general Juan Perón. Ahí habría que buscar las causas de la mora de porqué ningún gobierno democrático en 37 años quiso profundizar la investigación sobre este tema”.
La impunidad de Massot
El viernes la Corte Suprema desestimó una queja contra la falta de mérito de la cual goza Vicente Massot. El ex dueño de La Nueva Provincia está acusado de ser coautor de los homicidios de Enrique Heinrich y Miguel Ángel Loyola y por haber efectuado “aportes esenciales” en los secuestros, torturas y asesinatos de otras 35 personas a través de tareas de acción psicológica desplegadas por su multimedio.
Sobre este punto, Lualdi dijo que “no tenemos ninguna sorpresa de lo que la Suprema Corte puede hacer, no leyó ni siquiera cinco de los artículos de los editoriales de La Nueva Provincia donde avalan el golpe, la muerte y terrorismo de Estado”.
“No tenemos ninguna duda de la responsabilidad de la familia Massot en loa asesinatos de Heinrich y Loyola, tuvieron una participación activa y militante y de ahí al terrorismo de Estado. A los compañeros Heinrich y Loyola los mataron los fascistas de La Nueva Provincia”, sentenció.