Liliana Granero, titular del Consejo de Enseñanza Media Superior de la Universidad Nacional del Sur, se refirió en FM De la Calle a la violencia mediática padecida por la profesora Helen Turpaud a partir de un error en la entrega de material de lectura a sus alumnxs.
“Más que lo que pasó, voy a empezar por lo que no pasó”, comenzó Granero. “En la escuela del Ciclo Básico no hubo ningún escándalo, el escándalo lo generó La Brújula con su publicación. Cuando salieron esas publicaciones, nosotros ya estábamos trabajando a nivel institucional este tema, que sí había sido planteado por un grupo de alumnos en la dirección de la escuela”.
“Para cuando salió la publicación del escándalo, ya habíamos hablado con la profesora, la profesora de motus propio había ofrecido una disculpa a través de un texto que fue por los cuadernos de comunicados de los dos cursos involucrados en esta situación. El escándalo se generó mediáticamente”, explicó la titular del CEMS.
Respecto a quién pudo haber acudido a los medios, Granero dijo que “como el medio se encargó tan claramente de exponer a la docente pero de preservar –con esta doble vara– a quien hizo la denuncia, nosotros no sabemos quién fue el o la denunciante o si fueron más de uno los que acercaron toda esta información al medio. (…) También sería sumamente violento individualizar al estudiante porque no creemos que haya sido un chico el que llevó esto a los medios”.
Sobre la forma de reparar la situación, afirmó que “están trabajando los directivos de la escuela, le vamos a dar intervención al Departamento de Orientación Educacional que tenemos ahí y será también un trabajo en el que acompañaremos a la docente cuando vuelva a las aulas porque nos parece que ese es el espacio de encuentro que hay que propiciar, el encuentro cara a cara, entre los estudiantes -que es realmente lo que desvela a la profesora- y la docente”.
También aclaró que no se realizó ningún sumario y que “siempre hablamos de que hay que hacer una vía administrativa cuando hay una denuncia porque, además de lo de los medios -porque no sabemos si son los mismos papás o no-, hay un par de notas presentadas en el CEMS, planteando algunas dificultades. A esas presentaciones formales se les va a dar la vía que corresponda”.
Sin embargo, llamó a desmitificar el tema de los sumarios: “El sumario no es necesariamente a una persona, también es una vía para investigar qué fue lo que pasó, juntar todos los elementos y llegar a una conclusión. Puede ser una vía interna que no salga del CEMS”.
Respecto al libro que llegó a manos de, por lo menos, un alumno, Granero dijo que ese “texto no lo dio la profesora de manera intencional. Fue un error, como ella dijo desde el primer momento. Se deslizó en un cúmulo de libros que llevó en un día especial para una actividad casi recreativa de lectura de poesía. En ningún momento lo llevó para trabajar ni para sacar fotocopias, ni estuvo en fotocopiadora, ni es un texto que ella fuera a abordar”.
También opinó “que hay una mirada equivocada sobre la escuela” y que ven a la institución “como una escuela que tiene que estar absolutamente descontextualizada de la realidad, de todos los textos en distintos formatos a los que acceden los jóvenes de esta edad”.
Finalmente, ratificó: “Nosotros nos hacemos cargo como institución de que esto pasó adentro de la escuela y no afuera, no tenemos problema en asumir esto, la primera en asumirlo fue la profesora. Por qué está la mirada puesta ahí [en ella], yo se lo preguntaría a los que generaron todo este escándalo”.