(Por Giuliana Crucianelli) “Yo te voy a enseñar cuantos pares son tres botas”. “Déjamelo a mi una semana y te lo devuelvo derechito”. “En mi época le llegabas a gritar a mi viejo y con un bife lo soluciona” “.Yo cuando tenia tu edad estudiaba, trabajaba y pagaba el fiado del almacén”. ¿Quién no ha escuchado alguna vez una de esas frases?
Se utiliza el término “Ni ni” para referirse a los pibes y pibas que por alguna razón no están insertos en el sistema educativo ni en el mercado laboral. Son los “revoltosos”, son los de la birrita en la esquina, las que “se embarazan por un plan”, los faloperos de la cortada, las “fanáticas de los boliches” o la “mala junta” que el Servicio Cívico Voluntario viene a corregir, diciplinar y “darles un objetivo de vida”.
“No existen los jóvenes ni ni. Es un modo antiguo en desuso que se usó para denominar en forma marketinera, en forma fácilmente comprensible a un conjunto de jóvenes que no tenían empleo registrado y que no estaban incluyéndose en el Sistema Educativo formal. Hace varios años que no se usa más. Naciones Unidas tiene estudios que demuestran que es una etiqueta que en realidad oculta condiciones sociales mucho mas importantes. Este ocultamiento es peligroso sobretodo si se lo toma para pensar políticas publicas”, comentó a FM De la Calle Pablo Vommaro, doctor en Ciencias Sociales.
¿Por qué se sigue utilizando entonces? El investigador mencionó que “en el caso de personas que tienen los medios económicos y los recursos humanos para informarse, como el caso de un ministro, creo que es o por ignorancia, desconocimiento o conveniencia. Le conviene hacer de cuenta que no sabe. En el caso de algunos medios o personas que creen de buena fe que existen creo que es porque sigue siendo una etiqueta efectiva, ´ni ni´ rápidamente demuestra el imaginario social que di ce que hay jóvenes vagos sin hacer nada, es efectivo”.
Pensar el tratamiento de la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo sin organizaciones de mujeres y disidencias sería imposible. Pensar en discutir una nueva Ley de Movilidad Jubilatoria sin convocar a personas de la tercera edad, también. Entonces ¿por qué las voces jóvenes no son tenidas en cuenta a la hora legislar y tomar decisiones sobre la vida adolescente?
El sociólogo señaló que “está naturalizado que los adultos piensen en políticas para jóvenes y lo hacen entonces como los adultos quieran que los jóvenes deben ser, esto es lo que se llama adultocentrismo. No dar una participación genuina a las juventudes sino someter las decisiones solo a lo que el mundo adulto define como decisión legitima”.
Además hay una segunda cuestión bastante grave que es que “los organismos de juventud a nivel nacional y provincial se enteraron por los diarios. Ninguna agencia pública de juventud fue ni siquiera consultada e informada previamente del anuncio del Servicio Cívico Voluntario en Valores. Esto es grave porque habla de una descoordinación entre las áreas de gobierno. Esta medida muestra que los funcionarios no se comunican entre si, toman decisiones inconsultas y peligrosas. No solo ejecutan políticas públicas condenadas al fracaso sino que también es un mal uso del dinero publico porque lo utilizan para fines que no son eficaces”.
Propone pensar alternativas para incluir a las juventudes en la agenda pública como “la creación de un espacio nacional que articule o reúna a diferentes organizaciones juveniles, lo que se llama Consejo Nacional de Juventudes. Organismo público que reúne a organizaciones representantes de juventudes, centros de estudiantes, clubes de barrio, centros culturales, juventudes de sindicatos, juventudes partidarias. Juventudes que se encuentran y sirve como un espacio de deliberación, de decisiones y consulta”.
Por otra parte, la segunda opción, que “en Argentina se hizo en el 2014 y luego no se hizo más, es realizar lo que se llama encuesta nacional de juventud, que sirve para recavar algunos datos sobre la situación especifica pero también sirve” para detectar “necesidades-, intereses, anhelos. Esto no se hace. En Chile, Paraguay, Colombia y México se hacen en forma periódica, porque las juventudes varían rápidamente”.
¿Alguna vez algún funcionario se molestó el preguntarles a los pibes, las pibas qué querían hacer, qué intereses tienen, con qué sueñan?. Ya lo decía Luca Prodan en Viejos Vinagres: “para vos lo peor es la libertad”.
Foto: FFyH