¿A costa de quiénes y de qué se sustenta el modelo Vaca Muerta como futuro salvador de la economía en crisis? ¿Quiénes ganan y quiénes pierden? ¿Qué incidencia tiene en la ciudad? ¿Hay vínculo entre el extractivismo y la deuda externa?
Hernán Scandizzo, investigador del Observatorio Petrolero Sur y la economista Mariana Fernández Massi, problematizan la política energética y de explotación de hidrocarburos no convencionales desde la Patagonia a Bahía Blanca.
¿Qué significó para el país el desarrollo de Vaca Muerta?
Sacandizzo: A partir del 2007 se pasa al boom de Vaca Muerta en términos de relato de ‘Argentina: potencia energética’. Si bien se ha incrementado la extracción de carburos a partir de los no convencionales, estamos muy lejos de ese escenario tan exitoso que se presenta.
Fernández Massi: La pregunta es a costa de qué se ha logrado estos niveles de extracción. La ecuación financiera se sustentó a partir de una fuerte transferencia de recursos tanto del Estado como de los usuarios hacia las empresas con dos mecanismos. Por un lado, los subsidios que reciben por la extracción y, por otro, el precio y el modo en que se regula el precio en boca de pozo y eso se traslada a nuestras tarifas.
El primer programa grande de subsidios es el programa GAS que se lanzó en 2003 que garantizaba un precio estímulo a la nueva extracción, que fue el plan con que el último kirchnerismo empezó a alentar la exploración. Ese plan sufre modificaciones, es reemplazado por la Resolución 46 que firma Aranguren, busca acotar los subsidios solamente a las nuevas áreas no convencionales, ahí es donde el plan estuvo enfocado en Vaca Muerta.
En torno a esa resolución aparece otra que evidencia cuan dependiente es este sistema de subsidios: Tecpetrol, la empresa de Techint. Había entrado en este plan en particular con una área que es la estrella de Vaca Muerta, que explica el aumento de la extracción que es Fortín de Piedra. Tecpetrol había declarado un volumen de producción y finalmente lo superó. Eso hizo que sea mayor la cuantía de subsidios a la que el plan original pretendía.
La calve es que cuando surge este problema y se pone límite a los subsidios en Fortín de Piedra. Sin ese esquema de subsidios nadie parece estar muy interesado en Vaca Muerta. Esto evidencia que el fracking y la exploración de no convencionales son caros.
Para el mercado doméstico no nos va garantizar precios bajos de energía, para la exportación aparece cuanta cabida puede tener un desarrollo de un proyecto que está teniendo muchos problemas para financiarse en un contexto de producción a nivel mundial. ¿Hasta qué punto esto va a ser el buen negocio que se plantea desde los discursos oficiales?
¿A costa de qué se está desarrollando Vaca Muerta?
Scandizzo: Son muchas las transformaciones que se vienen dando en la zona a partir de Vaca Muerta y por la escala que tiene esto, Bahía no queda al margen. Vaca Muerta también es acá por el rol histórico que ha tenido Bahía como puerto para todo el norte de la Patagonia. Es un rol de ciudad puerto que se incrementaría con la ampliación del polo petroquímico, en una ciudad donde hay una cantidad de demandas sin resolver socio sanitarias vinculadas al desarrollo del polo, el anuncio de que se incrementaría a partir de Vaca Muerta no sé si es tan buena noticia.
En el modelo actual, ¿existe posibilidad del desarrollo de algún tipo de otra actividad como consecuencia de Vaca Muerta que no sea la exportación?
Fernández Massi: Lo central es que hace falta mucha infraestructura. Una en particular que un poco muestra cuánta incertidumbre hay porque no se ha logrado realizar es el tren que uniría Añelo y Vaca Muerta y que serviría tanto para traer la producción para la exportación como, fundamentalmente, llevar insumos.
Ahí hay una discusión por las arenas silíceas, si ese tren se completa esto implicaría traer desde Entre Ríos las arenas por vía marítima y luego por tren. Ese tren se intentó financiar por PPP (participación público privada), luego por venta anticipada de cargas. No hubo empresas que se presentaran y la pregunta es si se va a financiar con inversión pública.
Dow es una de las primeras que apostó a Vaca Muerta y la razón de ser de Dow es fundamentalmente asegurarse la provisión de gas. Sin embargo, cuando se mira Dow a nivel global, la ampliación del polo en América del Sur está rankeada en el último lugar porque Dow es protagonista de otra gran explosión del fracking que es el Permian en EE.UU.. Entonces, hay sobreproducción de polietileno, Dow ha frenado inversiones en EE.UU. por la sobreproducción.
En tercer lugar, aparece la plataforma exportadora, que significaría buques de licuefacción. Para que tenga cierta correlación free a ese discurso optimista estaríamos hablando a una escala muy superior a la que Bahía conoció con el buque regasificador.
¿Cómo ven lo que viene respecto del cambo de gobierno? ¿Qué propuestas para la política energética ven a este modelo?
Fernández Massi: En primer lugar, hay un consenso que se vio durante la campaña, hay un cambio en términos de para qué. El Frente de Todos vuelve un poco sobre el discurso desarrollista, aparece Vaca Muerta como la gallina de los huevos de oro que nos proveería de dólares para pagar la deuda, por ejemplo. Ahí podemos trazar vínculos entre el extractivismo y el endeudamiento.
Hay algunas alarmas, hay algunos trascendidos que son un poco nefastos, hay un proyecto de ley que no se sabe cuan real es, que otorgaría un montón de exenciones fiscales y liberalización de dólares, es un poco contradictoria.
En términos de alternativas, la principal apuesta es en la Mesa de Transición Energética y Productiva para Río Negro porque creemos que ese es el ámbito territorial para discutir, Vaca Muerta se está llevando puestas actividades productivas del Alto Valle, mostrar que hay alternativas energéticas.
Por ejemplo, la energía eólica…
Scandizzo: Está bien como fuente de menor emisiones pero hay que ver qué modelo de gestión va a tener esa fuente. En Neuquén está el caso de Vientos Neuquinos, en cercanías a Zapala, que es un proyecto que empieza la provincia y después se lo vende a un empresa norteamericana.
Vemos que se replica el modelo de recreación del desierto, de invisibilizar a la población -sea campesina o indígena- y avanzar con los proyectos, no solamente hay que ver las emisiones sino qué modelos productivos vamos a tener.
Hacer parques eólicos para abastecer empresas como Aluar tampoco es la idea. Es complejizar y trabajar sobre las fuentes, hay que ir a una defosilización de matriz energética, hay que pensar en modelos de producción y modelos de consumo. No es solamente poner paneles solares y molinos sino discutir el modelo.