El Tribunal Criminal Nº 1 condenó a Fernando Benítez (27) a 48 años de prisión por secuestrar, violar, drogar y torturar a dos jóvenes de nuestra ciudad en Güemes al 3700. Como partícipes necesarios recibieron 13 años de cárcel su hermano Gonzalo (26) y su madre Nélida Llanos.
Viviana Lozano, abogada de una de las víctimas, comparó los hechos con una película de terror: “Lo definí así muchas veces, es de terror que estas criaturas hayan tenido que atravesar semejantes atrocidades. Es un caso típico de violencia de género bien marcado que uno cree que solo lo ve en las películas”.
“Es muy difícil entender la cabeza de alguien que llega a perpetrar semejantes actos, semejante violencia hacia otro ser humano”, aseguró a FM De la Calle y destacó que “no cabe duda que no tiene cargo de conciencia, nunca pidió disculpas, ni cuando tuvo derecho a la última palabra habló. Estará en ellos entender algún día el daño que han ocasionado socialmente”.
La fiscal de delitos sexuales, Marina Lara, había solicitado 50 años de prisión para Fernando Benítez por tentativa de homicidio agravado por el vínculo y por mediar violencia de género, abuso sexual con acceso carnal reiterado, privación ilegal de la libertad agravada y suministro de estupefacientes a título gratuito agravado respecto a Aldana García y Andrea Santa Cruz. En cuanto a Gonzalo y su madre pidió 11 años y 6 meses de cárcel. Ambos seguirán en libertad hasta que la condena quede firme.
Si bien los tres imputados hicieron uso de su derecho de rechazar pericias psicológicas y psiquiátricas, para Lozano “no hay dudas que (Fernando) es un psicópata”. “El perfil que nos demuestra por las actitudes y demás es de un psicópata de manual. Esta no es una conducta aislada que tuvo una sola vez en su vida, es reiterado con distintas víctimas. Tuvimos víctimas declarando en el debate sobre hechos de hace seis años y temblaban como una hoja”.
“Lo de ellas era calcado a esto en cuanto a las atrocidades: dejarlas encerradas, no darles de comer, no dejarlas bañar, no tomar líquido, no comunicarse con el mundo exterior, no poder irse, los golpes, las quemaduras, todo es calcado. Con Aldana y con Andrea llegó más lejos, estuvieron a horas de morir. Si Aldana no escapaba moría en horas, moría ella y moría Andrea porque las dos estuvieron muy grave”, comentó la abogada.
Lozano explicó que Llanos y el menor de los Benítez “eran partícipes necesarios respecto a la privación ilegítima de la libertad agravada. Eran quienes quedaban a cargo de vigilar a las chicas cuando Fernando no estaba, eran quienes cuando les pedían agua les decían que no, cuando la madre de Aldana quería ver a su hija le decían no está, eran quienes facilitaban a Fernando que pueda llevar adelante estas atrocidades”.
Hoy las chicas “están tranquilas de que se hizo justicia, se las escuchó, se probó el calvario que vivieron y pudieron hablar. Les costaba muchísimo. Lo dijo el psicólogo de la Asesoría Pericial: tenían la psiquis arrasada. Fue una frase impactante para todos, explicó que no esperen un detalle pormenorizado con detalles de día y hora y fue así, los recuerdos son fragmentados, van apareciendo de a poco”.
“Antes del debate las habíamos juntado. Ellas no se veían desde que estaban encerradas y cuando se vieron se reconocieron como víctimas y afloraron los recuerdos. Entre las dos se fueron acordando lo que vivía la otra porque ellas eran testigo de lo que le pasaba a la otra. Fue fructífero ese encuentro porque sirvió para que pudieran recordar lo que estaba bloqueado, el cerebro bloquea los malos recuerdos, contar todo eso es revivirlo. Pero ahora están más tranquilas”, dijo Lozano.