Solo están exceptuadas de la prohibición de circular las personas involucradas en las actividades y servicios declarados esenciales en la emergencia, y sus desplazamientos deberán limitarse al estricto cumplimiento de esas actividades y servicios.

  • Personal de Salud, Fuerzas de seguridad, Fuerzas Armadas, actividad migratoria, servicio meteorológico nacional, bomberos y control de tráfico aéreo.
  • Autoridades superiores de los gobiernos nacional, provinciales, municipales y de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Trabajadores y trabajadoras del sector público nacional, provincial, municipal y de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, convocados para garantizar actividades esenciales requeridas por las respectivas autoridades.
  • Personal de los servicios de justicia de turno, conforme establezcan las autoridades competentes.
  • Personal diplomático y consular extranjero acreditado ante el gobierno argentino, personal de los organismos internacionales acreditados ante el gobierno argentino, de la Cruz Roja y Cascos Blancos.
  • Personas que deban asistir a otras con discapacidad; familiares que necesiten asistencia; a personas mayores; a niños, a niñas y a adolescentes.
  • Personas que deban atender una situación de fuerza mayor.
  • Personas afectadas a la realización de servicios funerarios, entierros y cremaciones. En tal marco, no se autorizan actividades que signifiquen reunión de personas.
  • Personas afectadas a la atención de comedores escolares, comunitarios y merenderos.
  • Personal que se desempeña en los servicios de comunicación audiovisual, radial y gráfica.
  • Personal afectado a obra pública.
  • Supermercados mayoristas y minoristas, y comercios minoristas de proximidad, farmacias, ferreterías, veterinarias y provisión de garrafas.
  • Industrias de alimentación, su cadena productiva e insumos; de higiene personal y limpieza; de equipamiento médico, medicamentos, vacunas y otros insumos sanitarios.
  • Actividades vinculadas con la producción, distribución y comercialización agropecuaria y de pesca.
  • Actividades de telecomunicaciones, internet fija y móvil, y servicios digitales.
  • Actividades impostergables vinculadas con el comercio exterior.
  • Recolección, transporte y tratamiento de residuos sólidos urbanos, peligrosos y patogénicos.
  • Mantenimiento de los servicios básicos (agua, electricidad, gas, comunicaciones, etc.) y atención de emergencias.
  • Transporte público de pasajeros, transporte de mercaderías, petróleo, combustibles y GLP.
  • Reparto a domicilio de alimentos, medicamentos, productos de higiene, de limpieza y otros insumos de necesidad.
  • Servicios de lavandería.
  • Servicios postales y de distribución de paquetería.
  • Servicios esenciales de vigilancia, limpieza y guardia.
  • Guardias mínimas que aseguren la operación y mantenimiento de Yacimientos de Petróleo y Gas, plantas de tratamiento y/o refinación de Petróleo y gas, transporte y distribución de energía eléctrica, combustibles líquidos, petróleo y gas, estaciones expendedoras de combustibles y generadores de energía eléctrica.
  • S.E. Casa de Moneda, servicios de cajeros automáticos, transporte de caudales y todas aquellas actividades que el BANCO CENTRAL DE LA REPÚBLICA ARGENTINA disponga imprescindibles para garantizar el funcionamiento del sistema de pagos.
  • Industrias que realicen procesos continuos cuya interrupción implique daños estructurales en las líneas de producción y/o maquinarias podrán solicitar autorización a la Secretaría de Industria, Economía del Conocimiento y Gestión Comercial Externa, para no discontinuar su producción, reduciendo al mínimo su actividad y dotación de personal.
  • Producción y distribución de biocombustibles.
  • Operación de centrales nucleares.
  • Hoteles afectados al servicio de emergencia sanitaria. También deberán garantizar las prestaciones a las personas que se hallaren alojadas en los mismos a la fecha del dictado del Decreto N° 297/20.
  • Dotación de personal mínima necesaria para la operación de la Fábrica Argentina de Aviones Brig. San Martín S.A.
  • Las autoridades de la Comisión Nacional de Valores podrán autorizar la actividad de una dotación mínima de personal y de la de sus regulados, en caso de resultar necesario.
  • Operación de aeropuertos. Operaciones de garages y estacionamientos, con dotaciones mínimas.
  • Sostenimiento de actividades vinculadas a la protección ambiental minera.
  • Curtiembres, con dotación mínima, para la recepción de cuero proveniente de la actividad frigorífica.
  • Los restaurantes, locales de comidas preparadas y locales de comidas rápidas, podrán vender sus productos a través de servicios de reparto domiciliario, con sujeción al protocolo específico establecido por la autoridad sanitaria. En ningún caso podrán brindar servicios con atención al público en forma personal.
  • Venta de insumos y materiales de la construcción provistos por corralones.
  • Actividades vinculadas con la producción, distribución y comercialización forestal y minera.
  • Curtiembres, aserraderos y fábricas de productos de madera, fábricas de colchones y fábricas de maquinaria vial y agrícola.
  • Actividades vinculadas con el comercio exterior: exportaciones de productos ya elaborados e importaciones esenciales para el funcionamiento de la economía.
  • Exploración, prospección, producción, transformación y comercialización de combustible nuclear.
  • Servicios esenciales de mantenimiento y fumigación.
  • Mutuales y cooperativas de crédito, mediante guardias mínimas de atención, al solo efecto de garantizar el funcionamiento del sistema de créditos y/o de pagos.
  • Inscripción, identificación y documentación de personas.
  • Obra privada de infraestructura energética.
  • Actividad notarial.

Fuente: https://www.argentina.gob.ar/coronavirus/aislamiento/exceptuados

Solicitar certificado único habilitante para circulación – Emergencia COVID-19

Lo gestionás en línea y está destinado solo a determinados grupos de exceptuados. Consultá si te corresponde tramitarlo.

(Por Autoconvocatoria x la suspensión del pago e investigación de la deuda) Nuestro pueblo se encuentra atravesando una situación dramática por la pandemia del coronavirus. Junto a los demás pueblos del mundo, está transitando un hecho sin antecedentes contemporáneos y de consecuencias impredecibles, que requiere la toma de medidas de fondo, basadas en esta situación excepcional. Ante esta realidad y a modo de fortalecer las respuestas populares para enfrentar la crisis sanitaria y socioeconómica, la Autoconvocatoria por la Suspensión del Pago e Investigación de la Deuda quiere compartir las siguientes reflexiones y propuestas.

El gobierno declaró el aislamiento forzoso y lo prorrogó hasta el 12 de abril. Es una medida necesaria para frenar la expansión del virus y evitar el colapso del sistema de salud, aun sabiendo que no afecta a todes por igual. Millones de personas están imposibilitadas de hacer cuarentena, por ejemplo, porque hay hacinamiento y ausencia de ingresos. Deben salir diariamente a resolver la vida cotidiana, lo que incluye acciones colectivas de prevención, caso de los comedores o merenderos. Ante esta realidad, son muchas las denuncias de abusos y represión de parte de fuerzas policiales y gendarmería, camino que debe quedar descartado igual que cualquier participación de las fuerzas armadas en el control interno. El parate de importantes sectores de la economía repica contra los ingresos de tantes trabajadores precarizades y la capacidad de muchas cooperativas, empresas recuperadas, trabajos autogestionados y PYMES a sostenerse. Estas situaciones vulneran aún más a las mujeres, niñas, niños, adolescentes y disidencias, y la violencia machista se sigue ejerciendo, con 12 femicidios en apenas 10 días de cuarentena.

Por otra parte, los formadores de precios aumentan día a día la canasta básica a pesar de la disposición gubernamental de retrotraer alimentos y medicamentos a los precios del 6 de marzo pasado. El poder económico presiona contra el empleo y los salarios, aunque en el fondo buscan el levantamiento de la cuarentena. Ponen la ganancia, sus ganancias, por delante de la vida. Un caso evidente es el del grupo Techint que pretende despedir a 1450 trabajadores. Desde varias provincias llegan denuncias de la continuidad de los desmontes, las fumigaciones y el avance de la megaminería, aumentando la vulnerabilidad de los pueblos y comunidades, pese a las restricciones establecidas.

En este contexto, y ante la perspectiva de un agravamiento de la situación social, destacamos la urgencia de priorizar la atención de las necesidades de los sectores populares más vulnerables. Hoy todos los recursos deben orientarse a satisfacer derechos, incluyendo en primer lugar la salud y la alimentación.

Por eso, ahora más que nunca reclamamos al gobierno nacional y los gobiernos provinciales que suspendan todo pago de deuda pública. Rechazamos que en medio de este brutal agravamiento de la situación de crisis que ya se venía sufriendo, continúen los pagos al FMI, fondos de inversión y otros especuladores, co-responsables de esa realidad.

Con los U$S 250 millones que el gobierno nacional pagó en intereses el 31 de marzo, por ejemplo, se podría haber multiplicado por 9 el fondo especial establecido para reforzar el sistema de salud, o aumentado en forma sustancial el Ingreso Familiar de Emergencia que prevé otorgar $10.000 a hogares sin otro sostén. O se pudo haber prescindido de la toma de nueva deuda, como el préstamo de U$S 300 millones recién acordado con el Banco Mundial, perpetuando el sistema de expoliación y dominio de la cual la deuda forma parte central.

No se debe destinar un solo peso o dólar más al pago de esta presunta deuda, sabiendo además que lo que nos exigen pagar, más que una “deuda”, es una verdadera estafa al pueblo y los intereses de la nación. Reclamamos que se dejen sin efecto la ley 27.544 y el decreto 250/2020, que habilitan las actuales negociaciones de pago, y que se realice una investigación independiente y participativa de los pagos pendientes para anular directamente los que son ilegítimos, ilegales y odiosos.

Estamos igualmente convencidos que, por más necesario que es en este momento, no alcanza con no pagar. Es el momento para que paguen los beneficiarios del saqueo provocado con la estafa de la deuda, como los bancos, entidades financieras, monopolios, el agro negocio y el conjunto del modelo mercantilista, extractivista, especulador y transnacionalizado.

La situación de emergencia que se ha configurado exige un conjunto de políticas soberanas que defiendan la vida y el futuro del país. Algunas de ellas las veíamos como un escenario estratégico, pero la crisis y la pandemia las hicieron necesarias ahora. La prioridad debe ser sostener la economía popular, sostener e inyectar recursos al sistema público de salud, a los subsidios para quienes no pueden trabajar, y sostén a las empresas recuperadas, cooperativas y Pymes para producción de todo aquello que la sociedad requiera.

En ese espíritu ponemos a consideración de toda la sociedad, al igual que a los gobiernos, las siguientes propuestas:

1. Inmediata suspensión de todo pago de la deuda pública, incluyendo intereses, amortizaciones y comisiones. Investigación de su origen, usos y consecuencias para anular directamente. NO al inicio de un nuevo ciclo de endeudamiento.

2. Repatriación de los casi 350.000 millones de dólares de activos de argentines en el exterior. Auditar los posibles fraudes y evasión fiscal en la fuga de divisas que les dieron origen. Aplicación de un fuerte impuesto de emergencia sobre las grandes fortunas.

3. Ningún despido, suspensión o rebaja salarial. Garantizar el cumplimiento del DNU N°329/2020. Que sean los grandes grupos económicos los que ganen menos para sostener a les trabajadores.

4. Multiplicar las partidas de alimentos, barbijos, alcohol en gel e insumos en las salas y centros de salud de los barrios populares y hospitales. Asegurar adecuada protección de todos los trabajadores de “sectores esenciales”.

5. Aumento del subsidio de emergencia para todos les trabajadores informales, monotributistas, cooperativistas. Asegurar el abastecimiento básico en los territorios más empobrecidos.

6. Asegurar la no suba de precios.

7. Supervisión del cumplimiento del aislamiento forzoso en manos de autoridades civiles y organizaciones populares, desmilitarizando los barrios, pueblos, ciudades y rutas del país. Facilitar las denuncias y asegurar la sanción de todo comportamiento abusivo por parte de las fuerzas policiales y de gendarmería.

8. Reforzamiento integral de las políticas públicas contra la violencia machista.

9. Declarar de interés público en manos del Estado el sistema de salud, incluyendo la medicina privada, prepagas, y monopolios farmacéuticos que controlan los medicamentos, camas e insumos hospitalarios, como acaba de hacerse en Irlanda.

10. Nacionalización de la banca y el comercio exterior, para tener pleno control de las divisas del comercio exterior y del crédito que es necesario para el desarrollo productivo del país.

11. Restablecimiento de una Junta Nacional de Granos y de Carnes para que el Estado, con control popular, maneje toda la cadena de alimentos. Asegurar que el monopolio agro exportador Vicentín pague sus deudas fraudulentas a la banca pública y que su capacidad de producir alimentos para millones de personas pase a control estatal.

12. Declarar como servicios públicos esenciales controlados por el Estado los recursos, transporte y comercialización de la energía.

13. Tierra para quien la trabaja, hacia una reforma agraria integral.

14. Rechazo a las medidas de bloqueo y hostigamiento sobre países que repercuten en la salud de la población -como en los casos de Cuba y Venezuela-. Por vinculaciones entre países solidarias y cooperativas, en favor de los pueblos.

La solidaridad del pueblo se viene manifestando de diferentes maneras ante esta emergencia, incluyendo a los sectores de la clase trabajadora que salen a cumplir y garantizar la salud y los recursos para el pueblo, aún desde sus realidades que muchas veces son de gran precariedad.

Estas propuestas buscan reforzar y complementar esa solidaridad desde abajo con acciones imprescindibles desde el Estado por lo que invitamos al pueblo trabajador a debatirlas y bregar por su implementación. Seguramente habrá otras que aporten a la orientación política y recursos necesarios para superar esta emergencia y avanzar con las transformaciones estructurales necesarias para lograr una economía, un país, al servicio de los pueblos y no de los intereses del capital. Juntes podemos asegurar una salida popular a esta pandemia.

-Argentina, 1 de abril de 2020

AUTOCONVOCATORIA POR LA SUSPENSIÓN DEL PAGO E INVESTIGACIÓN DE LA DEUDA

Este 2 de abril se cumplen 38 años de la guerra de Malvinas. La Comisión Provincial por la Memoria (CPM) realizará una mesa debate virtual “Las Malvinas son argentinas, los torturadores también”, que se transmitirá en vivo por la página del facebook oficial.

La causa que investiga los crímenes de lesa humanidad cometidos en las islas tiene 13 años; en febrero cuatro militares fueron procesados por las torturas a soldados.

Otros 20 esperan el llamado a indagatoria. En el marco de la conmemoración por esta fecha, la CPM también lanza recursos virtuales para trabajar en el aula la causa Malvinas desde una perspectiva en derechos humanos y presenta un adelanto del documental sobre el histórico viaje a las islas.

De la mesa debate virtual -que será transmitida en vivo desde las 17 horas- participarán los ex combatientes Edgardo Esteban y Silvio Katz, Norma Gómez, hermana de Eduardo, uno de los 123 soldados que habían sido enterrados como NN en las islas, y el integrante de la CPM y ex combatiente de Malvinas Ernesto Alonso.

A 38 años de la guerra, la conversación propone un balance de la causa Malvinas que, desde una perspectiva en derechos humanos, retoma los reclamos históricos de los ex combatientes: memoria, verdad, justicia y soberanía. Y, en particular, el estado actual de la causa que investiga los crímenes de lesa humanidad cometidos en las islas.

En febrero pasado, el juzgado federal de Río Grande procesó a cuatro militares por torturar a los soldados bajo sus órdenes durante la guerra de Malvinas: Miguel Gardé, Belisario Affranchino, Eduardo Gassino y Gustavo Calderini. Otros 20 militares deben ser llamados a indagatoria.

La causa se inició en 2007, tiene más de 120 denuncias y 95 represores imputados. El Centro de ex Combatientes de las Islas Malvinas La Plata (CECIM) impulsó desde el primer momento este reclamo de justicia; hace varios años, con el objetivo de apoyar ese pedido, la CPM también se presentó como querellante.

Los ex combatientes que participan de la mesa tienen una larga trayectoria en la defensa de la causa Malvinas y se comprometieron, desde siempre, en la denuncia de estos crímenes perpetrados por las Fuerzas Armadas contra sus propios soldados. Silvio Katz es querellante en la causa y su testimonio forma parte del expediente judicial; Ernesto Alonso, integra desde 1986 el CECIM La Plata, del cual fue presidente y desde donde impulsaron la causa en la justicia federal; Edgardo Esteban tiene un destacado recorrido como periodista, fue guionista del film “Iluminados por el fuego” y en enero fue nombrado director del Museo Malvinas e Islas del Atlántico Sur, convirtiéndose en el primer ex combatiente en ocupar ese cargo.

Los tres estarán acompañados en la mesa virtual por Norma Gómez, hermana de Eduardo, uno de los 649 soldados que murieron en la guerra y uno de los 123 que fueron enterrados como NN en el cementerio de Darwin. Norma fue una de las principales impulsoras de este reclamo y referente de las familias organizadas por la identidad de los 123; en diciembre de 2017, se identificaron los restos de Eduardo. Hoy ya son 112 los soldados enterrados como NN que lograron ser identificados.

Previo al inicio de la mesa debate, se proyectará un adelanto del documental sobre el viaje a las islas que realizó la CPM en 2017, un viaje histórico porque fue la primera vez que un organismo de derechos humanos pisó suelo malvinense.

Además, en el marco del 38° aniversario, la CPM también difunde una serie de recursos y materiales virtuales para visitar y utilizar de manera online. Se trata de una propuesta pedagógica para trabajar Malvinas desde una perspectiva en derechos humanos, que inscribe la guerra en el régimen militar que la produjo.

Estos recursos plantean un recorrido por diferentes dimensiones de la guerra de Malvinas acompañados de fotografías de los archivos de Télam, del Centro de ex combatientes Islas Malvinas de La Plata (CECIM) y de documentos de la Dirección de Inteligencia de la Policía de la Provincia de Buenos Aires (DIPPBA) -gestionado por la CPM- y de las Fuerzas Armadas que dan cuenta del espionaje ejercido por el Estado sobre la organización y las demandas de los ex combatientes.

En estos archivos no sólo están las pruebas de la estrategia de la dictadura militar para encubrir lo ocurrido en las Islas sino también la resistencia de los que siguieron inscribiendo la cuestión Malvinas como parte de los reclamos por memoria, verdad y justicia.

La pedagoga, militante por los derechos humanos y sobreviviente del genocidio, Patricia Chabat, falleció el viernes pasado en La Plata, donde vivía desde su juventud. En la década del 70 fue secuestrada en una visita a Bahía Blanca y sufrió el cautiverio en el CCDTyE La Escuelita y la cárcel de Villa Floresta.

Plasmó su testimonio en diversas obras literarias como “Asuntos Pendientes”, “Cuatro Tiros y Té de Maracuyá”, “De Cuerpos Ausentes” y “No siempre se puede entrar y salir por la misma puerta”. Integró Justicia YA!, la Asociación Ex Detenidos Desaparecidos y la Unión Por Los Derechos Humanos.

Más de una década después de cruzarse con uno de sus torturadores, Julián “Laucha” Corres, en el marco de los Juicios por la Verdad, declaró ante el Tribunal Oral bahiense en el primer juicio por crímenes de lesa humanidad cometidos desde el V Cuerpo de Ejército.

En aquel entonces, recordó que fue secuestrada en diciembre de 1976 en casa la de sus padres de calle Enrique Julio. “Tengo la imagen de una persona que no pude ver. Un empujón, un golpe y lo demás es un recuerdo confuso”, comentó a los jueces.

En el asiento trasero de un coche con la cabeza entre las piernas fue trasladada a lo que luego supo era La Escuelita. “En ese lugar nos sacaban a torturar a un espacio que le decían el quirófano, ahí fui torturada, fue el 15 de diciembre, pasé a estar con otras personas, siempre vendada y las manos atadas, en un catre”.

Afirmó que en el centro de detención el suboficial Santiago “Tío” Cruciani cumplía el rol de “autoridad máxima, más allá de si lo era se comportaba de esa manera, te hacía saber que él iba a decidir sobre mi vida o muerte”.

Mencionó la visita que le realizó tiempo después en la cárcel el cura católico Aldo Vara a quien “había conocido cuando iba al secundario” y dijo que el religioso arremetió contra sus padres: “Me dice que me olvide de lo que pasó en La Escuelita y que todo lo que pasaba era responsabilidad de las personas que nos cuidaban, o sea nuestros padres”. Supuso que el sacerdote sabía de su paso por La Escuelita y confirmó que al menos estaba al tanto de su secuestro.

En la misma audiencia, su mamá Doris Lunsky de Chabat dijo respecto a la búsqueda de su hija: “Al día siguiente yo armé un bolsito, mi hija estaba haciendo un tratamiento, y me fui al Comando. No fui por la entrada principal sino por la lateral donde se hacía verificación de motores, ahí en la guardia le di el bolsito y le dije que le hiciera llegar a mi hija. Tomó el bolso, levantó un teléfono, después se puso muy mal y me dijo que no estaba en ese lugar”.

“Después me voy en el auto con un bolsito a la casa del padre Vara. Cuando llegué estaba su madre, le dije a la señora que le haga llegar el bolso. Al día siguiente se aparece el padre Vara en mi casa con el bolso para decirme que me quede tranquila que la chicas estaban bien cuidadas, yo le contesté con algo que no voy a repetir aquí”, agregó Doris.

Además dio detalles de su primer encuentro con el represor Delmé: “Había mucha gente conmigo en la cola, él me presenta una carpeta, empecé a leer y él me dice ‘Su hija estuvo en tal lugar en un atentado’. Le digo ‘No siga lo que tiene ahí, jamás se lo voy a creer. Todo eso que tiene ahí es mentira’. No me contestaba nada. Le digo ‘Mire señor, yo sé de dónde saca usted esa información que es de tercera personas’. Él me dice que sí. O sea las acusaciones eran cosas que querían hacerme creer a mí”.

Doris relató cómo se decidían las liberaciones de personas secuestradas a partir de la información que le acercó un amigo de la familia, Juan Amerio, que era retirado del Ejército. “El que tenía mayor poder de decisión era Tejada en las reuniones de ese cónclave, que integraban los oficiales y jefes de área. Se reunían una vez al mes y ahí se decidía a quiénes iban a liberar”.

Fuente: FM De la Calle – El Juicio desde la Calle.

Foto: Gabriela Hernández.

En el marco del 44º aniversario del golpe de Estado del 24 de marzo de 1976 la Procuraduría de Crímenes contra la Humanidad difundió el estado de situación de las causas que se tramitan en el país. Son más de 968 los genocidas condenados y 156 los absueltos entre los más de 3000 investigados. Se destaca la continuidad del incremento de las excarcelaciones y los arrestos domiciliarios desde 2015 hasta la actualidad.

En Bahía Blanca, días atrás comenzó el séptimo juicio por delitos de lesa humanidad el cual involucra por primera vez a civiles que integraron la Triple A. Para esta semana se esperaba el inicio de las declaraciones testimoniales aunque las audiencias fueron suspendidas por la pandemia de coronavirus.

El organismo a cargo de la fiscal federal María Ángeles Ramos informó que de un total de 592 causas en trámite, el 45% se encuentra en etapa de instrucción (266), el 41% obtuvo sentencia (241), el 11% está elevada a juicio (65) y sólo el 3% está actualmente en juicio oral (20).

Los datos muestran que la mayoría de las causas se encuentran en la etapa inicial o intermedia del proceso judicial y que hasta la fecha sólo 20 causas se encuentran en instancia de debate oral y público.

En este sentido, con respecto a la temporalidad del proceso de juzgamiento, el documento muestra que para que una sentencia quede firme se necesita un promedio de 5,3 años desde su radicación ante un tribunal oral, la realización del juicio y el veredicto definitivo de la Corte Suprema de Justicia de la Nación (CSJN).

Las cifras muestran que continúa reduciéndose el número de personas detenidas

En cuanto a la condición de libertad o arresto de las personas investigadas, las cifras muestran que continúa reduciéndose el número de personas detenidas, con el descenso a un total de 913 a marzo de este año.

Si bien se observa un leve descenso del arresto domiciliario como forma de detención, que desde 2015 venía en aumento año tras año, esto se debe a la baja general de las detenciones y no a un cambio en la modalidad.

Cabe destacar que éstos datos son anteriores a la entrada en vigencia del Decreto 260/20, a partir del cual muchos detenidos solicitaron en los últimos días la morigerarción de la modalidad de prisión con arresto domiciliario.

Por otra parte, el 47% del total de 3161 personas investigadas en causas penales por delitos de lesa humanidad se encuentran libres (1563), mientras que el 28% están detenidas (913) y el 24% fallecieron (811).

Sobre un total de 3315 personas investigadas por delitos de lesa humanidad -según la máxima situación procesal alcanzada- 968 están condenadas. Hubo 156 absoluciones.

Por último, el informe de la Procuraduría especializada indica una totalidad de 3315 personas investigadas por delitos de lesa humanidad según la máxima situación procesal alcanzada, de las cuales sólo 968 están condenadas. La cifra desagregada consta de 637 procesados, 544 imputados, 182 con falta de mérito, 156 absueltos, 91 sobreseídos, 70 indagados y 28 prófugos.

(Por Astor Vitali) Este 24 de marzo encontró a las organizaciones populares en una situación para la que nadie se preparó. Este 24 de marzo encontró además al conjunto de las instituciones de la sociedad civil argentina en una situación para la que no está preparada. Lo virtual y las herramientas de comunicación alternativa y comunitaria son los únicos ámbitos en los que se puede ejercer la memoria de manera militante. Sin contacto físico. Sin movilización. En democracia sí, pero con un estado que no garantiza la justicia social sino que –por períodos- apenas es capaz de asistir a los hambrientos y las famélicas, a los malnutridos y las analfabetas.

La paradoja de la jornada es que, en el contexto de marzo, del 24 de marzo, a 44 años del golpe de estado cívico militar del 24 de marzo de 1976, son las fuerzas armadas del estado argentino aquellas que custodian las medidas de aislación por las barriadas populares y son además, tal vez, junto al sistema de salud (fragmentado en lo público y parcialmente privatizado) las únicas instituciones preparadas en términos de disciplina y despliegue territorial a las que una autoridad democrática puede acudir en este contexto.

Si bien es cierto que hubo reformas durante la democracia, también es cierto que no ha sido la vocación de servicio hacia su pueblo aquello que caracteriza a las armas argentinas sino más bien su formación en doctrinas redactadas en Washington, su tendencia al direccionamiento clasista de la violencia y, en el último período, es decir, durante la etapa Bullrich, la lisa y llana parodia de lucha contra el narcotráfico haciendo videos ridículos en los que combaten contra plantas de marihuana y, por otro lado, disparando a personas indefensas por la espalda (Nahuel) o persiguiendo ciudadanos hasta la muerte (Maldonado).

Y en este punto no hay ninguna paradoja: la pandemia nos toma en las circunstancias concretas en las que encontramos, es un espejo perfecto y por tanto doloroso. Porque, a 44 años del comienzo del último golpe cívico militar, nos muestra cada aspecto de nuestra sociedad de manera clara y sin falsos reflejos.

Somos un país con democracia ininterrumpida en el que las intentonas golpistas fueron superadas. Sí, somos ese país. Nos vemos democráticos.

Somos un país que, en democracia, ha naturalizado que la mitad de su población trabaje en condiciones precarias (con víctimas fatales, personas que mueren por ir a buscar el mango). Sí, somos un país precarizado. Allí ganó Martínez de Hoz. ¿Estamos mejor que otros países, en términos de índices de participación gremial? Sí. Pero ¿deben ser parámetros de referencia unos países más corroídos por el miedo que el nuestro o debe ser parámetro nuestro propio país antes del golpe? Si fuera el nuestro, la comparación es un tanto menos favorable: del otro lado de la Historia, la imagen del espejo del tiempo nos muestra el Cordobazo como referencia de lo que fuimos. Una foto que muchos progresistas han sacado de sus mesas de luz para confinarla en los manuales de Historia.

Somos un país que, en democracia ininterrumpida y con un feriado por la memoria, ha aceptado como un hecho natural, casi maldito, que un tercio de su sociedad sea población de descarte, con derechos nominales pero imposibilidad concreta de ejercerlos, subalimentadas, desnutridos, analfabetos o analfabetas funcionales, marginales, sujetos a los que la política apela de una u otra forma –para votar o para movilizar- pero a quienes les está vedado superar su condición estructural y, cuando ocupan algún lugar público, es desde el sitio de la excepción y hasta de aval filosófico meritocrático.  El país de los y las 30.000 es también el país que no tolera el 2×1 para los genocidas pero  que –contra el mandato histórico de justicia social de los caídos y de las caídas- acepta sin mayor inmutación que vociferaciones formales en misceláneas (un “qué barbaridad, no se puede creer en el hambre en este país” alcanza para tirar unos días con la culpa de clase) la pobreza estructural como condición para garantizar la paz social. Porque si las víctimas económicas de este sistema -que es estructuralmente heredero de Martínez de Hoz, es decir, de la política económica que vino a imponer en Nuestra América el Plan Cóndor- se rebelaran, otro sería el cantar de la paz social de la que disfrutan los que acumulan a costa de la pobreza ajena.

Somos un país en el que las capas medias progresistas matan su culpa de clase con algún consumo cultural y la lectura del diario que fundó el actual vocero de Clarín, pero en el que los ricos gozan de total inmunidad e impunidad, caminando absolutamente libres de condena social concreta por sus delitos económicos y por sus actuales negocios que requieren de un tercio de la población “caída del mapa” para que las cosas sigan como están.

Somos el país que juzgó a la herramienta de aplicación del terrorismo de Estado. Da orgullo decirlo. Hicimos mucho más que otros países que declaman pero concilian con sus genocidas.

Somos el país que apenas se atreve a comenzar a juzgar a los miembros de la sociedad civil que cultivaron el escenario político, económico y cultural que devino terrorismo de Estado. Ojalá las instancias judiciales contra la triple A y los empresarios que llenaron sus arcas con dinero sangriento sean el comienzo de la construcción de un relato que aclare quién es quién en un país donde la culpa siempre es de “los que no quieren trabajar” y sin embargo se la llevan en pala los que nunca trabajan y viven del trabajo ajeno.

La situación de aislamiento obligatorio evidencia también qué grado de capacidad de acción tenemos las organizaciones populares, saliendo de las pompas virtuales del Facebook, el Twitter y el Instagram. Algunas ocupan su tiempo escribiendo comunicados despegados de una situación concreta de emergencia sanitaria y otras apenas pueden dedicarse a la ayuda en un pequeño comedor.

¿Qué rol político juegan las organizaciones populares en este contexto en el que el estado debe necesariamente centralizar las acciones en función de llevar adelante con el mayor éxito posible las estrategias de las oficinas de salud pública? Es público el trabajo que realizan las organizaciones populares en materia de organización barrial en circunstancias normales pero en cuarentena la capacidad de iniciativa política se ve moderada por la pista que otorgue cada gobierno municipal en cada lugar, cada gobierno provincial y el gobierno nacional, con la particular carga de mezquindades y rencillas locales que complica las cosas –no habiendo en los gobiernos locales cuadros de fuste que comprendan la necesidad de articular en pos de la emergencia con todos los sectores y no solamente con los amigos.

La memoria en contexto de aislamiento opera como una foto espejada: somos el país del Nunca Más, del Juicio y Castigo y de las Madres y Abuelas. Pero aún nos debemos la memoria del proyecto político de nuestros caídos y de nuestras caídas. Un proyecto que no acepta los términos de vida del capitalismo autóctono y mucho menos resiste la pobreza estructural naturalizada como sinónimo de democracia.

Si es cierto, como dice el presidente, que luego de esta pandemia “nada será lo mismo” y habrá que discutir las condiciones de desigualdad de nuestra sociedad, pues habrá que prepararse para interpelar cada conciencia por cualquier rincón de que así no va y de que así no vale: la estabilidad institucional a costa del hambre estructural no es digna de ninguna memoria histórica popular.

¿Puede darse esta discusión sin afectar intereses que nadie que hasta el momento haya gobernado estuvo o está dispuesto a afectar realmente? Si no se conmueve la conciencia social desde lo más profundo de las entrañas ideológicas, no hay manera de que nadie banque los cambios violentos que deben operar sobre los violentos que nos hambrean.

A diferencia de otros años, y por la responsabilidad que nos cabe por los riesgos a que nos somete la pandemia, no estaremos en la calle ni en nuestra Plaza de la Resistencia y la Memoria. Pero a 44 años del golpe con el que se inició la dictadura cívico-militar-eclesiástica, hundiendo a nuestro país en la etapa más oscura de su historia, rendimos homenaje a lxs compañerxs detenidxs desaparecidxs. Y volvemos a decir:

SON 30.000 – FUE GENOCIDIO! 
NO OLVIDAMOS, NO PERDONAMOS, NO NOS RECONCILIAMOS!

Las FF.AA. ejecutoras del plan diseñado por los sectores dominantes y el imperialismo, se propusieron cortar de cuajo el auge revolucionario abierto por el Cordobazo y remodelar la sociedad en beneficio de esos sectores. Con el accionar previo de la Triple A, bajo la Doctrina de Seguridad Nacional y siguiendo los dictados del Plan Cóndor, la dictadura desplegó el más cruel engranaje represivo jamás visto en la Argentina. Su objetivo fue barrer la organización de la clase obrera en todas sus expresiones, encarnada en una generación que resistió con toda su fuerza y convicción revolucionaria, el empobrecimiento de los sectores populares y la sumisión a los poderes multinacionales. El blanco principal fueron las organizaciones armadas, los sindicatos combativos, los grupos de base, centros de estudiantes y partidos políticos, donde millares de militantes trabajaban para la construcción de una sociedad más justa sin explotadorxs ni explotadxs. Pero el disciplinamiento por el terror alcanzó a toda la sociedad.

El genocidio perpetrado por la dictadura empobreció brutalmente al pueblo trabajador y sumió al país en la más extrema dependencia económica a través del endeudamiento externo con los organismos financieros internacionales. Una deuda ilegal e ilegítima, que venimos denunciando como parte de las políticas principales que implementó la dictadura para someter a nuestro pueblo, su soberanía y profundizar así un modelo de dependencia y dominación. Todos los gobiernos democráticos que sucedieron la dictadura genocida reconocieron la legitimidad de la deuda y se sometieron a tribunales extranjeros.

Más de 500 campos de concentración instalados a lo largo del país fueron el escenario donde se aplicó minuciosamente el plan sistemático de aniquilamiento. El secuestro, la tortura, el asesinato, las violaciones y el robo de bebés nacidos en cautiverio, fueron las herramientas para aterrorizar y disciplinar a la sociedad.

El reclamo y las denuncias, nacionales e internacionales, de familiares, amigxs y organismos de DD.HH. combatieron el silencio cómplice de la Iglesia, los medios de comunicación hegemónicos y el Poder Judicial que denegó miles de hábeas corpus. En la lucha contra la impunidad de los genocidas conquistamos la derogación de las leyes de Punto Final y Obediencia Debida que permitió el juzgamiento y condena de un número, todavía reducido, de los genocidas. Los obstáculos y la lentitud en los Juicios de Lesa Humanidad, acentuados por el negacionismo de Cambiemos, favorecieron la impunidad biológica de los acusados mientras que, por razones naturales, algunas Madres fallecen sin ver concretado su anhelo de saber el destino de sus hijos y nietos.

Según las estadísticas oficiales, proporcionadas por la Procuraduría de Crímenes contra la Humanidad, son apenas 200 los genocidas presos en el sistema penitenciario. Entre los condenados, otros 600 cumplen -supuestamente- “prisión domiciliaria”. Se estima que hay 1.590 represores en libertad. Solo una mínima parte de ellos fueron juzgados o se encuentran en proceso.

En esta oportunidad también queremos reconocer a aquellos compañeros y compañeras sobrevivientes del terrorismo de Estado que, con invalorable coraje, aportaron y aportan su testimonio en los juicios y permitieron la condena de genocidas. No podemos dejar de mencionar a Julio López y su segunda desaparición después de haber testificado contra Etchecolatz como ejemplo de esto. Seguiremos reclamando para saber de su destino.

El avance en los juicios impone la inmediata apertura de los archivos de la dictadura para esclarecer definitivamente la identidad de todas las personas involucradas en el genocidio, como, asimismo, la exigencia por el enjuiciamiento y condena a los civiles que participaron activamente.

Desde el retorno a la democracia el movimiento popular ha impulsado infinidad de actos, escraches, denuncias y movilizaciones para enfrentar la impunidad: la teoría de los dos demonios, las leyes de Obediencia Debida y Punto Final de Alfonsín, los indultos de Menem en los 90. La crisis y rebelión popular del 2001 y la lucha del movimiento de DD.HH. en ese marco, empujó la etapa de los juicios de lesa humanidad, enfrentando las dificultades para el inicio de las causas y las excarcelaciones en nuestra ciudad.

Nos reconocemos en la tradición de la imprescindible autonomía e independencia de todos los gobiernos en la exigencia de juicio y castigo a todos los genocidas. En ese sentido denunciamos la impunidad en torno al caso de César Milani, jefe del Ejército en el gobierno de Cristina Fernández, quien fuera absuelto en la causa por la desaparición del Alberto Agapito Ledo, ocurrida en 1976. Nuestro pueblo nunca dejó de luchar, el último ejemplo fue la impresionante movilización popular contra el intento de 2×1 a genocidas del gobierno de Mauricio Macri, quien intento poner un manto de olvido y perdón a los genocidas a través de una ofensiva cultural negacionista, con el objetivo de clausurar los juicios, obturar la memoria y fomentar la impunidad, intentando negar el plan sistemático de exterminio.

Que quede claro, no estamos dispuestxs tanto con dar “vuelta la página” como enunció el actual presidente Alberto Fernández, como con la mirada que plantean algunos organismos cercanos al gobierno de “que en algún momento hay que parar con los juicios; dar vuelta la página porque desde hace 43 años estamos haciendo juicios”. Estos procesos de enjuiciamiento son una demanda histórica, los concebimos como parte de la reparación por memoria, verdad y justicia, que definitivamente no es otra que la reparación al cambio económico, político, cultural y social que se instaló con la tortura y con la sangre de los compañerxs. Como dice el canto popular “Adonde vayan los iremos a buscar”.

En nuestra ciudad celebramos el comienzo del juicio contra algunos de los integrantes de la Triple A. El juicio se realiza después de más de 45 años de sucedidos los hechos. Sus principales responsables: el diputado nacional del FreJuli y secretario de la CGT bahiense, Rodolfo Ponce, y el rector interventor de la Universidad Nacional del Sur, Remus Tetu, fallecieron impunes. Estos juicios para nosotres son de vital importancia y necesidad porque nos permiten poner de manifiesto varios engranajes que fueron necesarios para construir la antesala de la dictadura. En primer lugar, el accionar de la Triple A y su rol. En segundo lugar, señalar a aquellos que fueron parte de la patota con nombre y apellido. Y, por último, el entramado de responsabilidades que desarrollaron y garantizaron la impunidad de estos matones. López Rega desde el Ministerio de Bienestar Social, bajo el mando de Juan Perón, y los sectores enrolados en la CGT identificados con la derecha peronista, dieron forma y sustento a una política de amedrentamiento y persecución a los sectores del campo popular, sean peronistas, marxistas o del tercermundismo.
Tenemos un compromiso ético con la memoria de las más de 600 víctimas a nivel nacional y alrededor de 40 en nuestra ciudad. Creemos que es imprescindible esclarecer ese momento histórico, por ello reafirmamos que LOS CRÍMENES DE LA TRIPLE A SON DELITOS DE LESA HUMANIDAD.

No podemos olvidarnos que en nuestra ciudad la IMPUNIDAD tiene nombre y apellido: Néstor Luis Montezanti y Vicente Massot, quienes han sorteado la justicia hasta el día de hoy por su complicidad y participación en los crímenes de la AAA y la dictadura. A dos años de su indagatoria, el juez Walter López da Silva todavía no ha resuelto la situación procesal de Montezanti. Mientras que la investigación sobre la responsabilidad de Massot fue diluyéndose bajo una declaración de falta de mérito que aún debe definir la Corte Suprema.


TENEMOS MEMORIA: NO AL PAGO DE LA DEUDA

En la actualidad la decisión que se tome en torno a la deuda externa es fundamental para el destino del país: con un tercio de la población en la pobreza, una desocupación que supera los dos dígitos y salarios y jubilaciones por debajo de la canasta básica, no hay nada que negociar con el Fondo Monetario Internacional. A esto se suma la necesidad de fortalecer el sistema de salud frente a la pandemia de coronavirus, con inversiones que reparen el estado de abandono que dejó el macrismo. Afrontar los gastos para proveer los insumos y equipos necesarios, incrementar el número de trabajadores de la salud y regularizar las condiciones de precariedad laboral es una razón más para abandonar la consigna de “voluntad de pago”, privilegiando los intereses populares a las ambiciones de bonistas, bancos y FMI.

En el último tiempo la deuda externa fue incrementada brutalmente por el gobierno de Cambiemos, asegurando ganancias a los grupos más concentrados de la economía y generando pérdida de derechos para las grandes mayorías populares. La aprobación de la llamada Ley de Solidaridad Social, con los votos del Frente de Todos y Juntos por el Cambio, esconde detrás del título la decisión de “crear condiciones para la sostenibilidad de la deuda pública” y se traduce, entre otras cosas, en el ajuste a los jubilados. En este marco de ajuste y crisis reafirmamos que el único camino posible es la decisión soberana de no pagar una deuda ilegitima, ilegal y odiosa. No debe ser el pueblo trabajador quien la pague, sino quienes se beneficiaron de ella.

¡No al pago de la deuda! ¡Fuera el FMI!

El modelo extractivo es una de las claves de los gobiernos de nuestro país: privatización de la economía, utilización de métodos altamente contaminantes para nuestros territorios como el fracking, la ampliación del monocultivo de soja, la utilización del agua para el desarrollo de intereses privados sobre el uso social del recurso, la contaminación absolutamente insostenible de los grandes emprendimientos como el polo petroquímico, son solo algunos ejemplos de un modelo de desarrollo que prioriza las ganancias de las multinacionales por sobre los derechos de los pueblos.

Los primeros afectados por el modelo extractivista son los pueblos originarios. Las muertes que se vienen produciendo en las comunidades wichis por la pérdida del bosque nativo que los alimenta y la represión que terminó con la vida de Rafael Nahuel y Santiago Maldonado no son más que la continuación del genocidio iniciado hace 500 años. Decimos que la Pacha pertenece a quienes la ocupan desde épocas ancestrales. Como nunca resulta imperiosa la lucha por el derecho a la tierra y la conservación del medioambiente, por esta razón exigimos a los gobiernos la preservación de nuestros bosques, ríos y montañas. El fracking, los agrotóxicos, la deforestación y la megaminería contaminante provocan su destrucción.

La movilización del pueblo mendocino nos marca una impronta a seguir en el marco de una crisis socioambiental sin precedentes: la movilización y organización popular para defender los bienes comunes como parte sustancial de los derechos humanos.

Cada 24 de marzo hacemos memoria sobre lxs caídxs de ayer y de hoy, contra la impunidad en todas sus formas.

En este sentido, reafirmamos que, para garantizar este modelo de acumulación y desarrollo del capital, la represión a los pueblos originarios, desplazándolos de su territorio ha sido fundamental. La militarización de zonas de nuestro país ha sido parte de la estrategia de los sectores dominantes, el asesinato de Rafael Nahuel y Santiago Maldonado se inscriben en esta política de represión e impunidad. Antes de ayer Patricia Bullrich como cara visible de esta política, hoy de la mano de Sergio Berni en nuestra provincia, por ejemplo, se sigue reforzando una impronta represiva, de mayor poder de fuego a las fuerzas de seguridad en un escenario de crisis social.

Esta impronta represiva toca muy de cerca también a los pibes y pibas de los sectores más empobrecidos, ellos y ellas son víctimas de un discurso racista y estigmatizador donde las policías nacionales y provinciales tienen un rol fundamental en su implementación. Son estas mismas fuerzas las que también siguen estando al servicio de los negocios más espurios de nuestra sociedad, como la trata y el narcotráfico.

Denunciamos el sostenimiento de personal nombrado por la dictadura en la justicia y en los servicios de inteligencia, como muestra del intento de sostener una política represiva sobre la clase obrera. Hace pocos días, una asamblea de trabajadorxs del INTI descubrió que estaba siendo espiada por un personal policial. También denunciamos la criminalización de la lucha social, reflejada en los casos recientes de César Arakaki, Daniel Ruiz, Sebastián Romero, y lxs trabajadores de Kimberly Clark. Denunciamos la represión sobre lxs trabajadores de Cresta Roja y lxs docentes de Salta. Exigimos el desprocesamiento de todxs lxs luchadores y denunciamos la utilización de la prisión preventiva como mecanismo represivo.

La llamada “justicia” ha mostrado su carácter de clase, en los recientes casos que sacudieron a Bahía Blanca, como el encarcelamiento a Rosalía Reyes por haber tenido un parto en su casa, y el encubrimiento y los nulos avances en el asesinato de Ángel Almada.

El movimiento de mujeres, lesbianas, travestis, trans y disidencias a través de la masividad de sus reclamos, han interpelado a toda la sociedad política y culturalmente. Hace 44 años atrás la dictadura en el desarrollo de su plan sistemático, ideó torturas y mecanismos específicos sobre los cuerpos de las compañeras y comunidades disidentes; producto de la lucha hemos logrado la tipificación del delito sexual en los crímenes de lesa humanidad.

En el transcurso del 2020 han sucedido más de 70 femicidios en nuestro país, cada 23 horas matan a una mujer y la violencia machista no cesa. El patriarcado se materializa también en la prolongación del mandato de la maternidad obligatoria, los abusos y violaciones y el sometimiento a la clandestinidad del aborto. Acompañamos el proyecto de ley de la campaña nacional por el Aborto, legal, seguro y gratuito.

No queremos dejar de mencionar un hecho que fue silenciado por los principales medios de la ciudad, que es la denuncia realizada ante la justicia por la ex pareja de Ricardo Pera, por lesiones agravadas y amenazas del ex concejal y titular del gremio de la UTA. Toda nuestra solidaridad con la denunciante y repudiamos el cerco que realiza el poder para garantizar la impunidad.

En el ámbito local, queremos destacar algunos hechos: la ofensiva del gobierno de Héctor Gay y la directora del Instituto Cultural de Bahía Blanca, Morena Llanca Rosselló, sobre las normativas que regulan diferentes actividades culturales en nuestra ciudad, construidas y sostenidas por trabajadores y trabajadoras, quienes denunciaron el desguace sobre los derechos culturales y construyeron su defensa colectiva. También en los últimos meses el gobierno de cambiemos en una escandalosa sesión a puertas cerradas del Concejo Deliberante, aprobó un tarifazo de colectivos que ataca directamente al bolsillo a lxs laburantes. No son hechos aislados, es parte de una política para desarticular el tejido social y profundizar un modelo económico excluyente.

En el marco de la pandemia que se está desarrollando, el despliegue de las FF.AA. en las calles habilita todo tipo de arbitrariedades. Si el estado no garantiza las condiciones de subsistencias de los sectores populares, estos se verán forzados a buscar alternativas para la supervivencia económica cotidiana y la respuesta NO puede ser la represión contra aquellos que más padecen la precariedad de la vida. En este sentido, el sábado 21 de Marzo por la noche, un matrimonio, sus tres hijas y su padrino, residentes del barrio Villa Libre, fueron brutalmente agredidos y detenidos en forma completamente arbitraria por efectivos de la policía bonaerense. Denunciamos estos hechos de arbitrariedad y brutalidad policial. Es imprescindible para que el virus no se propague el resguardo en las casas, más allá de actitudes irresponsables de pequeños sectores de la población, es fundamental implementar medidas como el aumento de presupuesto de emergencia para los/as más vulnerables.

En este 24 de marzo, reafirmamos la defensa de todos los derechos de los humanos y las humanas: libertad, trabajo, vivienda, educación, salud, cultura y justicia.

La crisis mundial capitalista hoy es noticia en paralelo con el desarrollo de la pandemia por el coronavirus. Las rebeliones en todo el mundo contra el sistema, lejos de cesar, aumentan y avanzan en conciencia.

El estallido de la rebelión del pueblo chileno contra las políticas heredadas de la dictadura pinochetista y continuada por todos los gobiernos de la Concertación y la derecha, ha mostrado la verdadera cara del “modelo” capitalista. En Bolivia, desde la instauración de la dictadura de la autodesignada presidenta Janine Añez, con el apoyo de los Estados Unidos y el Estado de Israel, lxs hermanxs bolivianxs han sido víctimas de masacres, desapariciones, detenciones y torturas. La persecución a opositores y las arbitrarias detenciones sobre militantes y apoderados del MAS muestran la hipocresía del régimen convocando a unas elecciones que prometen ser fraudulentas. Rechazamos el Golpe de estado y el intento de consolidación en base al posible fraude y proscripción a la fuerza política mayoritaria.

En este marco de avance del imperialismo norteamericano, denunciamos que el Congreso Nacional habilitó las operaciones militares con el ejército yanqui y el rol del Grupo de Lima en la región que pretende asegurar los dictados del norte para Latinoamérica. Rechazamos cualquier tipo de escalada militar sobre Venezuela, junto con el bloque económico impuesto por Trump y el reciente rechazo del FMI a auxiliar a Venezuela para combatir la pandemia.

Una vez más ratificamos que la lucha contra la impunidad de la dictadura, es la lucha para retomar los sueños de los 30 000 basados en un proyecto político anticapitalista. Nos expresamos contra la represión y el hambre, contra la impunidad de ayer y de hoy. Construimos memoria por los caídos y, sobre todo, por el ejemplo y el compromiso que nos legaron. Exigimos Verdad sobre el entramado del terrorismo de Estado y sobre quienes se han reciclado en democracia. Justicia y cárcel común a los responsables militares y civiles del genocidio.

30000 COMPAÑERXS DETENIDXS DESAPARECIDXS PRESENTE!!!!!
MULTISECTORIAL POR LOS DERECHOS HUMANOS

(Por Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional) La pandemia del COVID-19 y las medidas adoptadas por los gobiernos nacional y provinciales para contener su propagación nos confrontan con múltiples desafíos. Por una parte, es necesario que todxs aportemos a la que parece ser, de acuerdo a la experiencia internacional, la mejor vía para contener la circulación del virus, que es limitar al máximo posible el contacto entre las personas para reducir la posibilidad de circulación comunitaria del virus.

Por la otra, el aislamiento social obligatorio dispuesto en el decreto de necesidad y urgencia 297/2020, tiene graves consecuencias para un enorme universo de personas (trabajadorxs precarizadxs, en negro, quienes dependen de changas, personas en situación de calle, etc.), que, si obedecen la medida, no pueden garantizar una subsistencia diaria. Es decir, para atravesar la cuarentena con dignidad es imprescindible que se contemple la situación de ese 40% de la población que vive en la informalidad. Sabemos, también, que hay muchísimxs trabajadorxs que aún se encuentran yendo a trabajar porque sus patrones no otorgan las licencias correspondientes.

En tercer lugar, quienes por una u otra razón transiten la vía pública, se encontrarán con un despliegue de las fuerzas de seguridad ante quienes deberán dar cuenta de las razones de su desplazamiento, bajo amenaza de imputación penal por los delitos de los artículos 205 (incumplimiento de las medidas tomadas por las autoridades para impedir la introducción o propagación de una epidemia) y 239 (desobediencia) del código penal.

No podemos desconocer que, si bien hoy, el motivo esgrimido es preservar la situación sanitaria, son las mismas fuerzas de seguridad que vienen cumpliendo su rol represivo frente a los sectores más castigados de nuestro pueblo, responsables de los miles de casos de gatillo fácil y torturas que desde esta organización denunciamos sistemáticamente.

Frente a las disposiciones generales contenidas en el DNU, sugerimos tomar los siguientes recaudos:

•    En cualquier caso que debamos salir a la calle, incluso para pasear al perro, llevar el DNI.

•    En caso de estar exceptuados del aislamiento por razones laborales, llevar un certificado o constancia en el que conste lugar de trabajo y actividad (cada empleador debe proveerlo).

•    En caso de concurrir a asistir personas mayores o enfermas, llevar copia de su DNI.

•    En caso de salir para comprar alimentos o medicamentos, hacerlo en comercios de proximidad al domicilio y elegir zonas con la menor circulación posible.

•    En cualquiera de los casos, avisar a alguien que saliste y para qué, y luego avisar el regreso al domicilio.

•    En caso de ser interceptadx por miembros de las fuerzas de seguridad, mantener la calma y responder clara y tranquilamente el motivo de la salida, exhibiendo la documentación que justifique la salida (pueden ser útiles fotos en el teléfono del lugar de trabajo o del pariente o amigx que se está yendo a cuidar). No nos expongamos a ninguna situación conflictiva innecesaria que habilite la reacción de los uniformados. No les demos excusas para que nos lleven detenidxs.

Seamos conscientes que nada facilita más la implementación del control social que una situación de excepción como la que estamos viviendo, y que de nosotrxs depende que, como escribió Albert Camus en La Peste, la solidaridad prevalezca sobre la especulación y el autoritarismo.

Nos parece sumamente importante que establezcamos redes de comunicación entre las organizaciones del campo popular para estar atentxs ante cualquier situación de arbitrariedad o represión.

CORREPI estará alerta para denunciar cada hecho represivo, porque ante la pandemia las medidas deben ser para cuidar al pueblo y no para someterlo y reprimirlo.

Cuidémonos colectivamente, del virus y de la represión.

La salida es la organización colectiva y popular.

(Por Silvana Melo – APe) El individualismo a ultranza, la alimentación ultraproteica del gendarme que opera en cada sujeto social, la salvación personal a costa del naufragio del resto, el asomo de lo peor de todos, como asoman las hormigas cuando huelen la lluvia. Con esas maletas llegó el virus, una probable arma bacteriológica que el capitalismo utiliza para la limpieza de frágiles. A los niños los matan de hambre, de venenos, de gatillo fácil y de paco. A los viejos los dejan morir en el primer mundo sin atenderlos: el virus los arrasa y no vale la pena gastar. Es la clase dominante la que tiene la manija de la supervivencia. La que compra a rabiar, la que viaja, trae el virus y no se pone en cuarentena, total el problema es para los demás. El virus desnuda el capitalismo en su peor revés. En el dorso más cruel. En la nuca de un sistema que suele mostrar el rostro de emoji sonriente para conceder eso del capitalismo de rostro humano. Pero cuando se da vuelta está el leviatán. Y están los dueños del mundo colocando y sacando a gusto y placer para que los desgraciados sean más desgraciados y los propietarios del privilegio lo escrituren para siempre.

Capitalismo de desastre, lo llama Naomi Klein. Que es posible porque el basamento humano de ese capitalismo es numeroso. Muy numeroso. Demasiado. Y maneja los medios de producir, de comunicar, de sentir. De amar y de odiar. El resto, consume o resiste.

“El hambre incide cada año en la muerte de 2.400.000 niños menores de 5 años. Pero, no siendo contagiosa, las clases medias y altas mundiales de ningún modo sienten que sus vidas estén amenazadas. Por ende ‘el mundo’ sigue su curso y no toma medidas extraordinarias para impedir semejante número anual de muertes evitables”, dice Marcelo Giraud citado por Darío Aranda.

El hambre no es contagiosa y la pobreza tampoco. Sin embargo, se escapa de ellas como de las peores pestes. Escapan las clases dominantes y los vecinos de los apestados. De vez en cuando aparecen los virus limpiantes. Los troyanos de las orillas más débiles de la humanidad. A veces son los mosquitos. Y las enfermedades viejas que asoman, felices del regreso en una tierra que cultiva para ellas.

Sólo en Misiones hay decenas de miles de infectados de dengue (4.000 oficiales, número al que el propio ministro de Salud provincial le agrega un 0 a partir del notorio subdiagnóstico).

Son 56 los infectados de coronavirus.

Muchos podrán quedarse en su casa. Otros muchos podrán irse a su casa.

Los más de ocho mil que viven en la calle sólo en la ciudad de Buenos Aires, no. Apenas podrán aterrizar con sus huesos en la vereda ocasional. En el hall del banco que pintó esa noche. No hay cuarentena para la infancia que se refugia en Constitución ni para la doña que aguarda que se desocupen las butacas de esperan en Retiro a las dos de la mañana para dormir su sueño de duras penas. Su sueño de madrugada.

En catorce días sin clases muchos chicos de inicial, primaria y secundaria estarán de cuarentena con madres y/o padres que pueden irse a casa. Que tienen casa. Que tienen trabajo. Y posibilidad de hacerlo desde casa. Los chicos tendrán conectividad y posibilidad de cubrir on line la ausencia de presencialidad escolar.

Otros tienen apenas madre, que no sabe cómo hará para salir a trabajar en negro con los pibes en casa. Porque no puede limpiarle on line la casa a la señora, que le paga por día y si no va no cobra. De conectividad no tiene idea porque en casa no hay wi fi ni ella tiene datos en el celular.

Suerte que a las 12 podrán hacer a la cola en la escuela, separados por un metro veinte, distanciados socialmente entre ellos mismos, para llevarse la vianda y comer en casa. Solos y aislados porque las plazas estarán cerradas.

Mientras tanto, más olvidados que nunca, siguen muriendo los niños wichí en la Salta de los confines, allí donde se cierran las fronteras, en la Santa Victoria Este donde se muere de hambre y de sed, donde se desmontó la vida y los bordes de la muerte dibujan huesitos como lluvias ajenas.

Pero ya nadie los conoce más. Nadie los vuelve a ver. Porque los que sí se ven arrasan con las góndolas de los supermercados y compran lo que no les hace falta, lo que no comerán, el alcohol que no usarán, el papel higiénico con el que no se limpiarán.

Sacan su gendarme y denuncian al primero que les estornude cerca.

Y cuando llegan a su casa cierran la puerta con llave, prenden el televisor y se abrazan a sus pertenencias. A su comida y a su papel higiénico.

Y los niños en la Salta bella y ferozmente injusta se seguirán muriendo. No precisamente de coronavirus. Es el capitalismo del desastre que hace su trabajo en exquisita eficiencia. Corta, separa, desecha. Profundiza la brecha. Anancha el dolor. Desnuda lo más áspero de la condición humana. El virus como causa de esta calamidad es una pobre causa, pensaría Ramón Carrillo.

Mientras Cuba produce el interferón beta, un antihéroe que en China y en España ya está poniendo al virus de nalgas al norte.

Y unos cuantos pertinaces insisten en creer que la única salida es colectiva.

De otra manera, no hay cómo sostener esta obstinación en la esperanza.

El juicio está en marcha. 45 años pasaron de los crímenes cometidos por muchos más que quienes están sentados en el banquillo. Rodolfo Ponce y Remus Tetu son los grandes ausentes. El ex diputado nacional del peronismo ortodoxo y secretario general de la CGT y el rector interventor de la UNS fueron los jefes de las bandas que asolaron las calles bahienses. Murieron impunes.

Este lunes el fiscal Pablo Fermento leyó la acusación contra Raúl Aceituno, Osvaldo Pallero, Héctor Forcelli y Juan Carlos Curzio. Los otrora bravos tripulantes de “la fiambrera” se pusieron el traje de pobres viejitos “sorprendidos” por “esta porquería” que les está pasando.

“Como todos los bahienses de esa época saben, eran los hombres de Ponce que manejaban la fiambrera, patrullaban la ciudad, decidían quién vivía, quién no, quién podía andar por las calles por las noches, quién podía opinar y quien no, imponían su forma de pensar e intimidaban y asesinaban a los que pensaban diferente. Eran agentes de este grupo paraestatal cuya historia vamos a tratar de reconstruir en este juicio”, dijo el fiscal a FM De la Calle.

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Se les reprocha haber sido parte -entre 1974 y 1975- de una asociación ilícita para cometer crímenes de lesa humanidad como parte de un plan sistemático y generalizado de eliminación de opositores políticos, amparada y provista de recursos materiales y de información por parte del Estado argentino. Aceituno está imputado, además, por el asesinato de David Cilleruelo.

“Son las 10 hs, comienza el circo”, escribió Curzio mientras escondía su rostro al flash de nuestra cámara. Minutos después, el presidente del tribunal, Roberto Amábile, provocó el aplauso del público al abrir el debate: “En lo personal, como representante de un poder del Estado, siento la necesidad de pedir disculpas por haber tardado 45 años en hacer este juicio”.

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En sus manos y la de sus pares, Marcos Aguerrido y Pablo Díaz Lacava, está la posibilidad de demostrar su pesar con hechos concretos y retomar el camino de Justicia que alguna vez conoció Bahía Blanca. El primer paso podría incluir la escucha atenta a quienes tendrán que repetir una vez más sus testimonios, garantizar la agilidad del debate, la regularidad de las audiencias y la presencia de los imputados, evitando el escándalo de verlos más libres que a las propias víctimas.

Un buen inicio fue la aceptación sobre la hora de dos querellas que se sumaron a la de la Agrupación H.I.J.O.S.. La Universidad Nacional del Sur retomará la acusación por el homicidio de Watu -ocurrido en sus propias instalaciones-. El rector Daniel Vega participó de la audiencia junto al abogado Francisco Fuster. Por otra parte, Leandro Aparicio representará a la familia del obrero Luis Jesús “Negrito” García.

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La próxima audiencia marcará el inicio de las declaraciones testimoniales. Será el miércoles 25 de marzo a las 9:30 en Colón 80.

La lentitud garantiza la impunidad

“Llegó el día de poder ver a esta gente en el banquillo de los acusados, después de tantas suspensiones y de cuarenta y pico de años del crimen de Watu”, dijo el testigo y secretario de Derechos Humanos de la CTA bahiense, Dante Patrignani.

Mostró su ansiedad por decir lo que tiene para decir: “Sobre todo de las barbaridades que hizo esta gente en Bahía, de denunciar a los responsables. No solamente son los que están en el banquillo de los acusados sino la connivencia del poder sindical de la época, de Rodolfo Ponce, del rector de la universidad, Remus Tetu”.

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Mencionó a aquellos que continuaron su tarea represiva durante la dictadura como Personal Civil de Inteligencia. Es el caso de los hermanos Chisu o del ex presidente de la Cámara Federal: “Néstor Montezanti está en la etapa de instrucción de la misma causa y el juez, después de dos años, todavía tiene que definir su situación procesal. Hay de parte del Poder Judicial una lentitud que garantiza la impunidad”.

Un juicio para ver más allá

“Este juicio nos va a llevar a mirar más allá, la Triple A era simplemente el brazo ejecutor de los blancos y objetivos que otros marcaban”, dijo Julia, hermana de Luis Jesús “Negrito” García.

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Recordó que “hay una declaración del Consejo Superior del PJ de septiembre del 73 donde declaran la guerra al pueblo argentino. Después de que matan a Rucci, cerca de las elecciones que Perón gana con el 62 por ciento, ellos declaran la guerra al pueblo diciendo que había que poner orden, en un país que venía desde la dictadura anterior luchando, resistiendo”.

“Por otra parte abren una batalla campal en contra del marxismo. Marxismo para ellos era todo lo que no siguiera los lineamientos de este grupo del PJ incluyendo a los propios compañeros peronistas”.

Julia comentó que el Negrito “era solidario, en un momento se planteó ser cura, se identificó un tiempo con la Federación Juvenil Comunista y después dejó de estudiar y se proletarizó, se insertó en el sector de la construcción en la Interamerican de White”.

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“Prontamente fue delegado. En una oportunidad lo echan, la gente hace paro y si no lo reincorporaban iban a sumarse otras empresas de alrededor. Eso habla del conocimiento de la gente del lugar. Era un pibe que quizás se exponía mucho, hablaba, discutía, peleaba, no se quedaba nada que decir”.

El dilema del PJ

José Lualdi aseguró que “la Triple A fue creada por el teniente general Juan Perón. Por eso tal vez la mora tenga que ver con la complicidad que ha tenido el conjunto de la dirigencia del PJ de ocultar esta cuestión. El PJ se debate entre aceptar que Perón ideo, creó y desarrolló la Triple A o que Perón era tan irresponsable que llegó a la Argentina enfermo y no podía conducir ni el país ni su fuerza política. Esta hipótesis la descartamos porque Perón condujo el país hasta el día de su muerte”.

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El testigo que relató en la causa cómo fue la interna de la UOCRA en tiempos de la banda paraestatal afirmó que “a los jóvenes parece que le estamos contando algo novelesco, pensar que los autos de la CGT patrullaban esta ciudad como si fueran fuerzas de seguridad, intimidaban, golpeaban, mataban, mandaron al exilio a cientos de compañeros. Si todo esto se ventila, estos 45 años de porfía habrán valido la pena, más allá de la condena que los jueces decidan sobre los cuatro imputados”.

Los crímenes debajo de la alfombra

Verónica, hermana de Fernando Alduvino quien fuera asesinado la noche del 21 de marzo de 1975, dijo a FM De la Calle: “La única expectativa que tengo es que por primera vez se diga que fueron terrorismo de Estado los crímenes ocurridos en un gobierno democrático, legítimamente elegido por el pueblo, con todos los recursos para hacer las cosas dentro de la ley. Que nos hagamos cargo de esto trae luz a muchísimas muertes que han ocurrido durante gobiernos democráticos que se guardan debajo de la alfombra”.

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“Mi hermano era un librepensador, estudiaba Filosofía y Letras, le encantaba enseñar a pensar. Era un militante de la vida y un militante de la vida no puede ser muerto sacado de la cama a las dos de la mañana, por la espalda, arrodillado.  Era tan alto que lo hicieron arrodillar y le dieron 13 tiros en la nuca. Había un mensaje mafioso para el resto de la militancia: si hacés algo podés terminar como él”.

Más información en juiciobahiablanca.wordpress.com

 

 

 

Comenzó el juicio a cuatro represores civiles que actuaron en Bahía Blanca durante el terrorismo de Estado. Raúl Aceituno, Osvaldo Pallero, Héctor Forcelli y Juan Carlos Curzio integraron las patotas de Rodolfo Ponce y Remus Tetu.

En la primera audiencia, el fiscal Pablo Fermento leyó la acusación y los imputados se negaron a declarar. El juicio continuará el 25 de marzo a las 9:30 en Colón 80.

Más información, mañana en juiciobahiablanca.wordpress.com

Este lunes a las 10 comenzará el juicio contra integrantes de la Triple A de Bahía Blanca, a 45 años de sus crímenes contra más de cuarenta militantes políticos, estudiantiles y gremiales.

Para seguir el desarrollo del Juicio Triple A, desde FM De la Calle actualizamos nuestro blog juiciobahiablanca.wordpress.com y pusimos a disposición de nuestra audiencia el detalle sobre LA CAUSA, los IMPUTADOS y las VÍCTIMAS.

La audiencia pública será en Colón 80. Es el séptimo juicio por crímenes de lesa humanidad que se realiza en la ciudad y el primero contra civiles que actuaron en el terrorismo de Estado.

La Multisectorial por los Derechos Humanos convocó una concentración desde las 9:30.

Para unos minutos después hicieron lo propio H.I.J.O.S., Red por la Identidad y la Mesa x el Juicio y Castigo.

La banda paraestatal estuvo en nuestra región al mando del secretario general de la CGT y diputado nacional del FreJuLi, Rodolfo “Fito” Ponce, y del rector interventor de la Universidad Nacional del Sur, Remus Tetu.

Los acusados que llegarán al banquillo son Raúl Roberto Aceituno, Juan Carlos Curzio, Héctor Ángel Forcelli y Osvaldo Omar Pallero. Héctor Oscar Chisu falleció a fines de 2019. Se les imputa el delito de asociación ilícita y, en el caso de Aceituno, el homicidio en un pasillo de la UNS del estudiante David “Watu” Cilleruelo.

La actividad de la patota paraestatal dejó como saldo más de cuarenta homicidios, la proscripción de los centros de estudiantes, el cierre del comedor universitario, la expulsión de alumnos y cesantías masivas de docentes por razones políticas, entre otros aspectos.

Desde este lunes serán juzgados cuatro represores civiles que integraron la Alianza Anticomunista Argentina en nuestra ciudad. Será el séptimo juicio por crímenes de lesa humanidad en Bahía Blanca y el primero contra civiles que actuaron en el terrorismo de Estado.

Si bien el tribunal definirá el horario este viernes, se estima que será entre las 10 y las 12 en la sede del rectorado de la UNS de Colón 80. La Multisectorial por los Derechos Humanos convocó una concentración desde las 9:30.

La banda paraestatal estuvo en nuestra región al mando del secretario general de la CGT y diputado nacional del FreJuLi, Rodolfo “Fito” Ponce, y del rector interventor de la Universidad Nacional del Sur, Remus Tetu.

Los acusados que llegarán al banquillo son Raúl Roberto Aceituno, Juan Carlos Curzio, Héctor Ángel Forcelli y Osvaldo Omar Pallero. Héctor Oscar Chisu falleció a fines de 2019. Se les imputa el delito de asociación ilícita y, en el caso de Aceituno, el homicidio en un pasillo de la UNS del estudiante David “Watu” Cilleruelo.

La actividad de la patota paraestatal dejó como saldo más de cuarenta homicidios, la proscripción de los centros de estudiantes, el cierre del comedor universitario, la expulsión de alumnos y cesantías masivas de docentes por razones políticas, entre otros aspectos.

En una etapa anterior de la misma causa, el juez federal Walter López da Silva demora la definición de la situación procesal del ex presidente de la Cámara Federal de Apelaciones, Néstor Luis Montezanti, indagado en febrero de 2018.

El Comité de Solidaridad con Chile, Bolivia y Pueblos Latinoamericanos presentó una denuncia penal contra la dictadura boliviana por crímenes de lesa humanidad. Lo hizo invocando el principio de jurisdicción internacional ante el Juzgado Federal Nº1 de Bahía Blanca a cargo de Walter López da Silva.

Las organizaciones que integran el comité afirmaron que “desde la instauración de la dictadura de la autodesignada presidenta Janine Añez, con el apoyo de la derechas locales, los Estados Unidos y el Estado de Israel, los hermanos bolivianos han sido víctimas de una innumerable cantidad de violaciones a los derechos humanos, dejado un triste saldo de personas muertas, heridas y desaparecidas, agresiones físicas, manifestaciones racistas y odio fomentado por los medios masivos de comunicación y las autoridades”.

El secretario de DD.HH. de la CTA, Dante Patrignani, dijo a FM De la Calle que “se presentó la denuncia en mesa de entradas, estuvieron revisándola y se aceptó la demanda. Ahora esperaremos qué respuesta hay. El objetivo principal que teníamos era avanzar con algunas cuestiones para visibilizar esto y por eso nos damos por satisfechos”.

“Sabemos que se presentó en Córdoba por parte de una asociación de ex detenidos políticos y en Buenos Aires por parte de la comitiva que viajó a Bolivia en la que participaron compañeros de distintas organizaciones. Sería bueno que esto se replique para que algún juez le de trámite. Es nuestro aporte, modesto pero nos parece que teníamos que hacerlo”.

En la demanda se propone una serie de testigos que padecieron el accionar de las fuerzas golpistas, encabezados por el ex presidente del Estado Plurinacional, Evo Morales. “Esperamos aporte al conocimiento de los hechos, el señalamiento y juzgamiento de los culpables y la reparación a las víctimas”.

Hoy, el movimiento obrero internacional despide con honor, tristeza y esperanza a uno de sus referentes más honestos y comprometidos con la causa de la justicia social. José Rigane, secretario general del Sindicato de Luz y Fuerza Mar del Plata, responsable de la Federación de Trabajadores de la Energía de la Argentina, apagó su luz, dejando una estela inexorable en el firmamento de los justos.

Durante la dictadura, aprendió a reconocer en sus dirigentes las mejores tradiciones de lucha del movimiento sindical, uno de los ámbitos sociales que más suele castigarse, sin jamás destacar las luchas de quienes no tienen tanta prensa pero dejan su vida en cada pequeña pelea por la dignidad humana. Habría que revisar si los directorios empresariales resisten los sesudos análisis a los que los medios de –al decir de Walsh- “los dueños de todas las otras cosas” suelen poner bajo examen a nuestra clase.

Decimos Rigane y decimos clase trabajadora. Muchos intelectuales, incluso progresistas, nos han intentado convencer –como coreutas demorados que llegan tarde y quieren ingresar a las mieles del banquete- de que “la clase obrera ha muerto” y de que “la lucha de clases ya no es un prisma para observar la realidad”. Según ellos, sería demodé. Se trata de una de las batallas culturales centrales: la lucha por las categorías del pensamiento. ¿Pensamos la sociedad como elegimos pensarla lxs trabajadorxs o asumimos mansamente las categorías de nuestrxs opresorxs? Tránsfugas de ideas, tristes vencidos y peores traidores, serán apenas olvido, eco de un coro fantasmal, agónico y prescindible.

José Rigane, en cambio, jamás ingresará a las sombras de la historia del olvido. José tenía muy en claro la necesidad de la lucha cultural. Cuando él hablaba siempre había dos o tres dimensiones de cada tema de análisis: hablar de la energía era referirse a las inversiones, pero también al derecho humano a la energía, a la soberanía, al debate de qué proyecto de país podía contener un modelo que nos liberara y con ello qué tipo de sociedad debíamos ocuparnos de construir como laburantes organizadxs.

José Rigane tenía conciencia del pasado, actuaba con certeza sobre el presente y siempre que hablaba se dirigía a la Historia. Cada día de construcción en el movimiento obrero argentino era una acción hacia el futuro, un legado concreto.

Decíamos que tenía plena conciencia de la necesidad de la disputa de ideas. Por eso escribía y cuando no, arbitraba los medios para que un profesional de la comunicación le entrevistara o escribiera un comunicado sobre tal o cual cosa. Toda cuestión era discutible y requería la opinión de nuestra clase. Por eso la obra de Luz y Fuerza Mar del Plata está registrada sistemáticamente en la revista 8 de Octubre y por eso su página web estaba traducida a otros idiomas. La construcción de la Historia y sobre todo una con voz propia era central en su percepción.

Cada lucha iba a acompañada de una reflexión y de la respectiva comunicación. Se tratase de una reincorporación de un compañero en una pequeña empresa de la costa bonaerense o de un gran logro que implicara un avance en materia de acceso al derecho a la energía, José pedía que fuera contado. Había un mensaje subyacente en cada pequeño comunicado, en cada entrevista o en cada pieza audiovisual: “somos la clase trabajadora, somos capaces de organizarnos y tenemos una propuesta de sociedad digna de ser vivida. No somos un objeto de descarte del capitalismo. Tenemos conciencia, ideas y un mundo por construir”.

Ese mandato de José Rigane es como una voz inconsciente por todos los rincones donde el mensaje llega: “organicémonos”, “depende de nosotros”. Las palabras liberación y soberanía son claves para comprender su enfoque.

A partir del regreso a la democracia, fue reconocido por sus compañeros y compañeras como dirigente. No lo esperaba. Le tocó una enorme tarea: sacar a su gremio de las conducciones oscurantistas que –aún en la primavera democrática- perseguían a sus propios afiliados por “zurdos”, “marxistas” y otros tantos calificativos que la violenta burocracia sindical, esos infiltrados de nuestros enemigos de clase, han utilizado para estigmatizar a quienes se juegan la vida por la vida digna.

Una vez recuperado el sindicato a mediados de los ochenta, las tareas para un cuadro destacado como él comenzaron a ser más desafiantes. La ola neoliberal acechaba con devorarse todo y las sobras que la bestia vomitaba eran deseadas por corruptos dirigentes enquistados en algunas estructuras sindicales. La propaganda del “compre importado” y de la “corrupción de los servicios públicos” que sería solucionada a través de la apertura de importaciones y la “liberalización de los mercados y la libre competencia (que no fue más que oligopolización y consumidores rehenes de precios acordados) era feroz y los relatos del “Fin del Historia” dominaban la prensa y las producciones culturales. La disputa de sentido era estratégica.

Había pues que dar una batalla a nivel país por la defensa de las empresas estatales y de los puestos de trabajo. Hay que destacar, en este sentido, que toda acción de la línea Rigane suponía dos ámbitos: derechos de la comunidad en su conjunto y derechos laborales de su gremio. Para él, no había luchas “sectoriales” sino que había una mirada integral. Para acceder al derecho a la energía hacían falta empresas bajo el dominio de lo público y esto supone mayor y mejor mano de obra para garantizar el acceso.

Luz y Fuerza Mar del Plata, heredera política de la Luz y Fuerza de Córdoba, es decir, de aquella sintetizada en la figura de Agustín Tosco, observaba con tristeza que la FATLyF, la federación que nucleaba al conjunto de laburantes de la energía del país, no sólo transaba con el mandato privatizador sino que algunos de sus dirigentes se convirtieron en accionistas del nuevo modelo.
Una nueva lucha por la conciencia y una nueva estrategia: crear una federación que respondiera a un proyecto popular, no al de las empresas privadas. Es así que con un conjunto de valiosísimos compañeros y de valiosísimas compañeras emprenden la tarea: se construyen los cimientos de la Federación de los Trabajadores de la Energía de la República Argentina (FeTERA). En buena medida, la resistencia a la privatización de los servicios en Argentina se encuentra explicada por el espíritu de esta iniciativa y la gran labor tanto de acción política concreta como de disputa ideológica por parte de estas herramientas.

Al mismo tiempo, casi en coincidencia, el conjunto de la clase obrera argentina estaba dando otra gran pelea: ¿democracia sindical o burocracia sindical? ¿Sindicatos por la liberación de sus pueblos o gremios aliados a los proyectos patronales de país? En medio del complejo proceso de ruptura con la CGT y la creación de la CTA, José participó activamente. Actualmente, se desempeñaba como secretario adjunto de la CTA Autónoma. Repetía sin cansancio: “autonomía de los patrones, de los partidos y de los gobiernos”. Es decir, un proyecto propio la clase trabajadora.

En la provincia de Buenos Aires, tuvo un rol central en la lucha contra los despidos y la privatización de ESEBA (Empresa Social de Energía de la provincia de Buenos Aires) a manos del por entonces gobernador Duhalde. José Rigane peleaba con la misma intensidad por la reincorporación de un compañero en una pequeña empresa o por un reclamo masivo. Un paso adelante o un retroceso siempre puede ser importante en tanto jamás es un paso adelante o un retroceso individual: debe significar algo para el conjunto de la clase y para sus organizaciones.

Un jubilado de una pequeña empresa de la costa contó: “En el año 86 me despidieron sin causa. No sabía qué hacer. Llamé al sindicato en Mar del Plata. A las tres horas estaba José con un conjunto de compañeros y de compañeras y no levantó las medidas de acción ni se fueron hasta que lograron mi reincorporación. Lo digo ahora que no está –se había retirado al baño-, porque a él no le gusta que hablen de él. Eso es un dirigente sindical”.

Comenzamos diciendo que hoy el movimiento obrero internacional despide con honor, tristeza y esperanza a uno de sus referentes más honestos y comprometidos con la causa de la justicia social. Decíamos honor, porque toda vida de lucha honra al conjunto de la humanidad. Tristeza, porque era un gordo lindo y luchador al que ya no podremos abrazar. Esperanza, porque en su recuerdo se yergue una senda por donde reconocer nuestros próximos pasos, del mismo modo que él encontró otros en luchas previas.
Tal vez sea éste su gran legado: no hay lucha aislada de las otras y, al fin de cuentas, hablar de él es hablar de la historia de una clase. Por eso en estas líneas no hay culto a la personalidad; hay un justo reconocimiento a un ser humano tan excepcional como posible; ojalá se nos llenen las sedes de Josés, humildes para comprender a los suyos, firmes para enfrentar a los opresores.

En ocasión de recordar a su gran referente, José Rigane dijo: “Pero no es una cuestión de recordar a un líder de manera solitaria. Tosco fue parte de una generación de trabajadores y trabajadoras que expresaron las ideas de la clase, las ganas de encontrarse y organizarse. La lucha por una vida mejor, una vida digna. Una vida nueva. Las ideas del sindicalismo que llevó adelante y propuso Tosco y su generación es la de un modelo de sindicato nuevo, un tipo de organización gremial pensada para que cada trabajador y cada trabajadora sienta que la lucha no es individual, sino colectiva. Sienta que su sindicato le pertenece realmente y que luchar y organizarse sirve”.

“Podríamos estar días y días recordándolo. Pero seguir su ejemplo y sus ideas no tiene que ver con trasladar automáticamente sus discursos. No se trata de copiar ni de repetir lo que exactamente decía Agustín Tosco. No se trata de hacer historia por la historia en sí misma. Llevar adelante las ideas de Agustín Tosco y su generación no es mirar hacia atrás. Pensar en Tosco es mirar hacia adelante. Es construir hoy la lucha concreta por la unidad del movimiento obrero organizado; es creer genuinamente que la única forma que tienen los trabajadores/as para tener futuro es la unidad de la clase obrera; es construir un nuevo modelo sindical de lucha, participativo, democrático y transformador; es combatir contra el patrón pero también tirar abajo la burocracia sindical; es la unidad entre los trabajadores/as pero también la unidad con otros sectores sociales golpeados por el sistema; es pensar en el país desde la soberanía y no desde la dependencia”.

“En definitiva, pensar en Tosco es construir un país con los trabajadores/as como protagonistas”.
Aquí está el centro de su pensamiento, de su acción y casi todas las horas de su vida. Hoy, como laburantes, como parte de esa clase, estamos tristes por la muerte de uno de los nuestros. Mañana, con la conciencia de que hay lugares concretos que ocupar, requeridos por las luchas de nuestro tiempo, nos toca revisar qué estamos haciendo para que nuestras herramientas contengan a nuestra clase y que ésta sea capaz de convertirse en protagonista de nuestra Historia.

Por último, cabe saludar y enviar nuestro cálido abrazo especialmente su familia, partícipe de esa lucha, y sus queridxs compañerxs lucifuercistas.

José Rigane, hasta la victoria siempre.

La Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito convocó a una Jornada Federal y Mundial a dos años del pañuelazo que dio inicio al debate legislativo en 2018. “El proyecto está en la calle”, es la consigna de cara a la apertura de sesiones legislativas del próximo 1 de marzo.

En más de 100 ciudades del país se exigirá el tratamiento urgente y la aprobación del Proyecto de Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE) que presentaron el 28 de mayo de 2019. En Bahía Blanca el pañuelazo será a las 18 en Plaza Rivadavia.

La iniciativa de la Campaña es resultado del consenso de las más de 700 organizaciones feministas, de mujeres y disidencias, políticas, sindicales, artísticas, académicas y de Derechos Humanos, que confluyen en la Campaña. Recoge el debate parlamentario y social de 2018, cuando la marea verde salió a las calles a exigir aborto legal ya.

“Este 2020 la Campaña cumple 15 años. Hemos presentado 8 veces consecutivas nuestro Proyecto de Ley. El más reciente garantiza la interrupción voluntaria del embarazo hasta la semana 14 y consagra derechos constitucionales, adecuándose a las exigencias de Organismos Internacionales de Derechos Humanos de los que Argentina forma parte”, aseguraron.

Desde la campaña agregaron que “con el pañuelo en alto y las manos unidas, seremos millones exigiendo la aprobación de una Ley en sintonía con la equidad en el acceso a la salud integral, la atención igualitaria, la Educación Sexual Integral y el Estado laico”.

“El aborto legal es una deuda de la democracia. Un reclamo de la lucha feminista que ha marcado el devenir de millones de jóvenes en la región, que reclaman más derechos, libertad y autonomía. Nuestro reclamo trasciende fronteras, porque los abortos inseguros son un problema de salud pública que provocan muertes evitables. Nuestra demanda es por nuestro proyecto de vida autónomo y por el derecho a decidir en libertad. Por eso, ¡nuestro proyecto está en las calles!”, concluyeron.

El juicio contra cuatro represores civiles que integraron la Alianza Anticomunista Argentina en nuestra ciudad debía comenzar este miércoles. Sin embargo, trámites sobre la prueba que se admitirá en el séptimo debate por crímenes de lesa humanidad en Bahía Blanca provocaron su postergación.

“Pareciera que no hay audiencia pero no nos llegó ninguna notificación de la suspensión”, dijo esta mañana a FM De la Calle el fiscal auxiliar Pablo Fermento. En horas de la tarde el secretario del tribunal confirmó verbalmente a Fiscalía que el debate no iniciará.

La banda paraestatal estuvo en nuestra región al mando de los fallecidos Rodolfo “Fito” Ponce y Remus Tetu, en época de los hechos diputado nacional del Frente Justicialista de Liberación y rector interventor de la UNS, respectivamente (foto).

Los acusados que llegarán al banquillo son Raúl Roberto Aceituno, Juan Carlos Curzio, Héctor Ángel Forcelli y Osvaldo Omar Pallero. Héctor Oscar Chisú falleció a fines de 2019.  Se les imputa el delito de asociación ilícita y, en el caso de Aceituno, el homicidio en un pasillo de la UNS del estudiante David “Watu” Cilleruelo.

La actividad de la patota paraestatal dejó como saldo más de cuarenta homicidios, la proscripción de los centros de estudiantes, el cierre del comedor universitario, la expulsión de alumnos y cesantías masivas de docentes por razones políticas, entre otros aspectos.

El juez federal Walter López da Silva continúa demorando la definición de la situación procesal del ex presidente de la Cámara Federal de Apelaciones, Néstor Luis Montezanti, indagado en la misma causa.

Días atrás, el Tribunal Oral comenzó la evaluación de la prueba que admitirá en el debate, presentó dudas respecto de algunas de ellas y dio lugar a las partes para que brinden su opinión en un plazo de 48 horas. “Nosotros contestamos el viernes y la defensa pidió una prórroga que entiendo que la van a conceder porque era un plazo muy breve. Esto en principio perjudicaría el inicio mañana”, manifestó Fermento.

“Es importante la voz de los familiares. Por más que puede parecer redundante o superfluo, siempre es necesario que cuenten cuáles son las consecuencias de estos hechos, cómo se vivieron, qué produjeron. Son pertinentes para definir la existencia de la asociación ilícita y cuantificar la pena que, para nosotros ya desde este momento, consideramos que es la máxima”.

El fiscal auxiliar destacó que el Tribunal no comprende al Juicio Triple A en el marco de las otras causas de lesa humanidad que se tramitan en la ciudad. “Para nosotros forma parte de la causa madre, la 05/07. Hicimos la imputación en la Causa Ejército, que es la fuerza con la que encontramos las mayores vinculaciones por parte del grupo paraestatal”.

“Consideramos que toda la prueba de la Causa Ejército y las audiencias del juicio, las víctimas -la mayoría de las cuales eran militantes de Bahía Blanca y sufrió la persecución por parte de este grupo-, forman parte de la misma causa. Esto no es visto en el mismo sentido por el tribunal y nos pidió, entre otras cosas, que justifiquemos porqué habría que incorporar esos testimonios”.

Fermento ejemplificó: “Sobre la comunidad informativa que integraban todos los organismos de la ciudad y la región, en todas las causas se mostró cómo la actividad de inteligencia sobre las víctimas se remontaba a diez o quince años y, particularmente en los años 74 y 75 fue muy intensa. En este juicio hablamos de que uno de los jefes de la asociación ilícita, que era Remus Tetu, participaba de las reuniones de la comunidad informativa. Toda esa inteligencia, esa actividad de espionaje y de fijación del blanco, fue utilizada durante la dictadura. El rector interventor de la universidad iba a señalar gente, militantes políticos de determinada tendencia o ideología, con las consecuencias que eso tenía”.

“Varios de los miembros de esta asociación ilícita, por ejemplo los hermanos (Héctor y Miguel Ángel) Chisu, que en el 74 o 75 operaban dentro de este grupo paraestatal bajo la órbita del Destacamento de Inteligencia 181, en el 76 se incorporan como Personal Civil de Inteligencia del Destacamento y hay numerosos testimonios, sobre todo de conscriptos, que mencionan a este grupo de civiles reclutados como el grupo de confianza que utilizaba (el general Adel) Vilas para los trabajos nocturnos, cuando no utilizaban uniformes o a la tropa”, detalló el fiscal.

“Watu” Cilleruelo y el “Negrito” Jesús García.

En cuanto a la tarea investigativa sobre el accionar del terrorismo de Estado antes y después del golpe de marzo del 76, Fermento comentó que “hay grandes diferencias”.

“Cuando hablamos de la estructura burocrática del Estado directamente implementada para la tarea represiva, como fue a partir del golpe, podemos hablar de coautoría mediata y descansar en la organización reglamentaria del Estado, de las fuerzas, de las unidades militares, las cadenas de mandos. Acá tenemos un grupo paraestatal. Esto significa que el Estado no está asumiendo una tarea sino que la está delegando en un grupo que no reconoce como propio o cuyo vínculo oculta. Es el Estado actuando sin reconocer que lo hace. Se hace mucho más difícil probar o explicar las relaciones orgánicas”.

Por ello, la pesquisa apuntó a la figura de la “asociación ilícita” y su relación con los hechos juzgados y con el Estado. “Las dificultades son enormes, estamos hablando de un período histórico que no se encaró, en cuanto a la investigación, con la misma intensidad con que se hizo con el período posterior al golpe de Estado”.

“El laburo con las víctimas es más delicado, más traumático. Hay familias que nunca hablaron de esto. La impunidad genera un velo muy difícil remover para saber qué pasó, quiénes operaron. Jurídicamente es una valla para avanzar en las imputaciones directas. Sin embargo, el propósito de la Fiscalía fue no quedarse con ese impedimento sino empezar a avanzar sobre lo que solicita la asociación ilícita que es la finalidad de una empresa criminal, constituirse para hacer determinada cosa”, afirmó.

La Fiscalía probó que “la finalidad de este grupo, además de amedrentar, perseguir, hacer inteligencia, también era asesinar personas. En varios de los casos, al menos en tres de los operativos, pudimos acreditar la participación de algunos de los miembros de la asociación”.

“Se constituyó con un fin concreto en el marco de un programa que tenía alcance nacional y se estaba instrumentando a través del Batallón de Inteligencia 601 y las distintas unidades de inteligencia del país, con grupos operativos de carácter civil en el plano operativo”.

Ante la vacancia del Tribunal Oral bahiense quienes deben realizar el juicio son subrogantes. El presidente Roberto Amábile, integra la Cámara Federal local y Pablo Diaz Lacava y Marcos Aguerrido vienen del TOF de La Pampa. “Aguerrido está pronto a que se le venza la designación”, explicó Fermento, “si arranca el juicio ahora queda conformado el tribunal y si se posterga y arranca luego del vencimiento tienen que designar a un tercer juez. Además está pendiente el nombramiento del cuarto juez”.

(Por Comisión de DD HH – CTA Regional Bahía Blanca)El miércoles 12 debería comenzar el Juicio por Crímenes de Lesa Humanidad conocido como causa Triple A (Alianza Anticomunista Argentina). Pero sufre una nueva postergación por requerimientos de la defensa.

Es el primer caso, en nuestra ciudad, donde las acusaciones no recaen sobre personal militar sino sobre integrantes del grupo paraestatal liderado y armado por Rodolfo Ponce y Remus Tetu. En este caso por el crimen de David “Watu” Cilleruelo, estudiante de la UNS, secretario de la Federación Universitaria del Sur y militante de la Federación Juvenil Comunista.

Los imputados son: Raúl Roberto Aceituno, con prisión preventiva, directamente involucrado en el crimen secundando al ejecutor material “Moncho” Argibay, ya fallecido. Y, como integrantes de la “asociación ilícita”, Héctor Angel Forcelli, Osvaldo Omar Pallero y Juan Carlos Curzio.

Otro imputado, Héctor Oscar Chisu, falleció impune y queda pendiente que el Juez Federal Walter López da Silva resuelva la situación procesal de Néstor Luis Montezanti, también señalado como parte de la patota, habiendo transcurrido dos años desde la indagatoria.

Pesan también, sobre los acusados, otros veintitrés crímenes, entre ellos el de Luis Jesús “Negrito” García, preludio de los que, después del 24 de marzo de 1976, cometería la dictadura cívico-militar-eclesiástica.

El asesinato de Watu tiene una especial connotación ya que, a diferencia de otros crímenes, se cometió a plena luz del día, en presencia de testigos, y los imputados fueron formalmente contratados como “personal de vigilancia y seguridad” por el interventor Remus Tetu en la UNS (Resoluciones132, 159 y 165 de marzo y abril de 1975).

Durante los últimos cuatro años, y por decisión política del gobierno de Cambiemos, los Juicios de Lesa Humanidad sufrieron un freno favoreciendo la impunidad biológica de los represores. El compromiso permanente de los organismos y militantes de DD. HH. junto a los familiares de las víctimas, seguiremos reclamando por las condenas que merecen los responsables.

No olvidamos, no perdonamos, no nos reconciliamos!!
30.000 compañerxs detenidxs-desaparecidxs, PRESENTES!