A 40 años del secuestro y desaparición de Raymundo Gleyzer

“Nosotros no hacemos films para morir, sino para vivir, para vivir mejor. Y si se nos va la vida en ello, vendrán otros que continuarán... “

Raymundo Gleyzer, 1974

I

(Por Luis Ponte) “Raymundo Gleyzer ha desaparecido. La historia de siempre. Lo arrancaron de su casa, en Buenos Aires, y no se sabe más. Había hecho películas imperdonables”.

Así arranca “Se los traga la tierra”, de Eduardo Galeano, escrito en junio del ’76, días después del secuestro de su amigo el cineasta argentino que había nacido en Buenos Aires 35 años antes.

Sus padres ruso-ucranianos, Jacobo y Sara Aijen, fueron los fundadores del IFT, el teatro popular judío, en el barrio del Once.  Allí, Raymundo comenzó a entender la idea del arte como manifiesto de lo político. Militante del Partido Comunista, lo abandonó para sumarse al Partido Revolucionario de los Trabajadores, brazo político del Ejército Revolucionario del Pueblo.

En 1964 se inscribió en la carrera de cine en la Universidad Nacional de La Plata. Ese mismo año, con la filmación de “La Tierra Quema”, un documental sobre los campesinos del Nordeste de Brasil, comenzó a forjar su estilo de trabajo, su forma de entender el cine. Entre el registro de las actividades partidarias y  su filmografía artística con su impronta militante.

Fue también camarógrafo de los noticieros de Canal 7 y Canal 13 -en éste, junto a los debutantes  Mónica Cahen Danvers y Andrés Percivale- y de los primeros reporteros argentinos que filmó en las Islas Malvinas. En 1974, fue uno de los cuatro cámaras que registraron “Adiós Sui Generis”, la mítica despedida del dúo de rock argentino formado por Charly García y Nito Mestre.

En 1971, filmó “México, la revolución congelada”, donde aborda el inicio de la lucha campesina que lideraron Francisco Villa y Emiliano Zapata, en el inicio del siglo XX, y que concluyó con el surgimiento del PRI en la nación azteca. Para este proyecto consiguió permiso y apoyo para la filmación – con helicóptero personal y todo- del por entonces candidato a presidente Luis Echeverría, que estaba en campaña política.

Cuando éste asumió la presidencia, advirtió al estrenarse el filme que no era el elogio a la “revolución hecha institución” que esperaba, sino una feroz crítica a un ideal traicionado. Se enfureció y mediante su embajador en Buenos Aires exigió y consiguió que el gobierno argentino prohibiera el documental, que sólo duró un día en cartelera, en tanto en México su prohibición hizo que el filme recién se exhibiera en 2007. Ante su reclamo, en la embajada mejicana en Argentina, a Gleyzer le reconocieron “todo lo que se dice en la película es verídico y cierto. Lo que pasa es que hace que México se vea mal…”

II

La gran convulsión social que América latina vivía desde mediados de los ’60 con luchas obreras y campesinas, dio origen en la región al surgimiento de un movimiento cinematográfico que intentó retratarlas.

En Argentina, esa tendencia se expresó en dos corrientes: por un lado, el grupo Cine de Liberación, que proponía una visión desde el peronismo y que tuvo en “La Hora de Hornos”, de Fernando Pino Solanas y Octavio Getino, realizada en 1968, su obra más representativa. Por el otro, la iniciativa colectiva del Cine de la Base, de la cual Gleyzer fue uno de los fundadores, partía desde elaboraciones sustentadas en concepciones de la izquierda revolucionaria.

En 1973, Gleyzer materializa “Los Traidores”, acaso, la obra cumbre de su intensa trayectoria. La película narra la historia de Barrera, un sindicalista que pasa de defender los intereses de sus representados a transformarse en un ariete de la patronal. Para muchos, una parábola sobre José Ignacio Rucci. Sorprende el filme por su ritmo sostenido de narración, por el manejo de cámaras, para la época en que fue realizada; por entrar y salir de la ficción y el documental; con hallazgos para la época, como la escena donde Barrera sueña su propio entierro; y sobre todo porque la vigencia de su guión, nos hace dudar si fue escrito hace cuatro décadas o cuatro días atrás…

 

III

 

La tensión entre el contenido de sus obras y la situación política imperante en nuestro país durante la mayor parte de la década en la que Gleyzer produjo casi toda su filmografía (1964 a 1974) lo obligó a ingeniárselas por fuera del sistema para filmar, producir, escribir, elegir actores, buscar locaciones y también proyectar y difundir sus trabajos. En ese contexto produjo varios mediometrajes que daban cuenta de las luchas sociales como “Swift”, “Ni olvido ni perdón”, y la “Masacre de Trelew”, en la cual son entrevistados los líderes de Montoneros, FAR y ERP.

Muchas veces el grupo, proyectaba las películas en salas improvisadas de barrios obreros o fábricas, con un auto afuera preparado para cargar el pesado proyector y salir disparados en caso de que vinieran las fuerzas de seguridad. Tampoco le era fácil la realización. Como había una sola empresa que revelaba los celuloides en Argentina, el sólo hecho de llevarlos implicaba que las autoridades se enteraran de sus contenidos. Para eso Gleyzer había hecho amistad con unos pilotos de Aerolíneas Argentinas, que le llevaban las valijas de forma oculta a Nueva York en donde un empresario americano amigo se las revelaba y devolvía para el viaje de vuelta.

Las páginas del libro de su vida pasaban a un ritmo vertiginoso. El que imponían su impronta de rebeldía, la militancia y su pasión por filmar. Pero su prematura última hoja ya estaba a punto de ser arrancada. La actividad de Cine de la Base determinó que el grupo fuera puesto en la mira de la banda de asesinos parapoliciales, la Tripe A.

En 1976, ya en plena dictadura, Gleyzer viajó a Nueva York por motivos de trabajo. Tenía un contrato para la UNESCO por dos años para filmar documentales en Africa. Pero, aún sabiendo que estaba en la mira de los represores,  retornó a Argentina. El 27 de mayo de 1976, fue secuestrado y trasladado al centro clandestino de detención conocido como El Vesubio, en el que ya estaba también Haroldo Conti, y donde se lo vió por última vez.

Tras su desaparición, sus compañeros partieron al exilio para denunciar la situación de represión que se vivía en Argentina, y en 1979 filmaron desde Perú “La Triple A son las tres armas”.

IV

 

Y como una alegoría a su vida, la misma brutalidad de sus secuestradores y asesinos, es la que salva el legado artístico de Gleyzer. Tantos años corrido él y su obra para protejerla, la realidad le dicta a la ficción su último guión. En la audiencia realizada en agosto de 2010, por los crímenes de lesa humanidad cometidos en el centro clandestino de detención El Vesubio, su compañera Juana Sapire, declara: “A Raymundo lo secuestraron de su departamento en la calle Federico Lacroze. Se llevaron todo. Arrasaron. Hasta la cucharita de la azucarera se llevaron. Todo se afanaron.  Como eran incultos e ignorantes se robaron el televisor, pero la obra de Raymundo no la tocaron…”

V

Buenos Aires, junio de 1976: se los traga la tierra*

Raymundo Gleyzer ha desaparecido. La historia de siempre. Lo arrancaron de su casa, en Buenos Aires, y no se sabe más. Había hecho películas imperdonables.

Yo lo había visto por última vez en febrero. Fuimos a cenar con nuestros hijos, cerca del mar. En la trasnochada, me habló del padre.

La familia de Raymundo venía de un pueblecito de la frontera entre Polonia y Rusia. Allá cada casa tenía dos banderas diferentes para izar y dos retratos para colgar, según marchaban las cosas. Cuando se iban los soldados rusos, llegaban los polacos, y así. Era una zona de continua guerra, infinito invierno y hambre sin fin. Sobrevivían los duros y los pícaros, y en las casas se escondían los pedazos de pan bajo los tablones del piso.

La primera guerra mundial no fue novedad para nadie en aquella comarca sufrida, pero empeoró lo peor. Los que no morían empezaban el día con las piernas flojas y un nudo en el estómago.

En 1918, llegó a la región un cargamento de zapatos. La Sociedad de Damas de Beneficencia había enviado zapatos desde los Estados Unidos. Vinieron los hambrientos de todas las aldeas y disputaron los zapatos a dentelladas. Veían zapatos por primera vez. Nunca nadie había usado zapatos en aquellas comarcas. Los más fuertes se marchaban bailando de alegría con la caja de zapatos nuevos bajo el brazo.

El padre de Raymundo llegó a su casa, se desató los trapos que le envolvían los pies, abrió la caja y se probó el zapato izquierdo. El pie protestó, pero entró. El que no entró fue el pie derecho. Lo empujaban entre todos, pero no había caso. Entonces la madre advirtió que los dos zapatos tenían la punta torcida para el mismo lado. Él volvió corriendo al centro de distribución. Ya no quedaba nadie.

Y empezó la persecución del zapato derecho.

Durante meses caminó el padre de Raymundo, de aldea en aldea, averiguando.

Después de mucho andar y preguntar, encontró lo que buscaba. En un lejano pueblito, más allá de las colinas, estaba el hombre que calzaba el mismo número y que se había llevado los dos zapatos derechos. Los tenía, brillantes, sobre una repisa. Eran el único adorno de la casa.

El padre de Raymundo ofreció el zapato izquierdo.

-Ah, no -dijo el hombre-. Si los americanos los mandaron así, así debe ser. Ellos saben lo que hacen…

*Eduardo Galeano

“Soy Mónica Cid, la mamá de Micaela Ortega. A Mica la mataron por su condición de ser mujer. A Mica la mataron porque no se pudo defender. Hoy no es la marcha de Mica, es la marcha de todas. Y vamos a pedir que se haga justicia por todas esas mujeres que son víctimas. Víctimas de la mano de un hombre o de la mano de un ser aberrante. Me conmueve mucho ver a muchos hombres acá porque esta lucha tiene que ser de todos”.

La mujer abrió la histórica jornada del segundo #NiUnaMenos bahiense, parada en una tarima frente a la Municipalidad, con frente alta y puño apretado. Mica sonreía en su remera que anunciaba “otro ángel” en el cielo y el recuerdo eterno. Atrás, acompañaban familiares de Ivonne Gallardo, de Leticia Cayuli, de Kathy.

“Como saben, el caso de Katherine Moscoso todavía sigue impune, hace un año y once días que venimos luchando, mi familia y compañeros de Justicia por Kathy seguimos reclamando justicia y verdad. Seguimos viviendo con asesinos en Monte Hermoso, seguimos con impunidad. Siguen mujeres asesinadas. Las matan por ser mujer. Queremos justicia por Micaela. Por ella. Pero a diferencia de Mica, que sabemos quién es su asesino y tiene que pagar por lo que hizo, por Katherine todavía no. Hay mucha mugre bajo la alfombra de Monte Hermoso”, dijo la prima Wanda Banegas.

wanda monica efemedelacalleCuatro mil. Cinco mil. Siete mil. Diez mil. Más que el año pasado. Menos. Las que sean que entren en más de cuatro cuadras hasta las manos. Así fue el reclamo por “ni una muerta más” y contra la violencia machista en Bahía Blanca con la consigna “El Estado es responsable”.

Daniela Epuñan, leyó un comunicado de las Mujeres Originarias por el Buen Vivir: “Mari mari pu peñi, mari mari pu lamgen. Con la Conquista del Desierto las mujeres originarias pasamos una situación de esclavitud que a lo largo de la historia de este país se fue sosteniendo y perpetuando. Esa conquista significó la esclavitud física, sexual y doméstica de las mujeres. Estas violaciones sistemáticas fueron impulsadas por el sistema colonizador y mantenida por el Estado argentino. En la actualidad los pueblos originarios vivimos un genocidio por omisión ya que se intenta invisibilizar la realidad que vivimos hoy en las ciudades y zonas rurales”.

“Utilizamos el término feminicidio porque entendemos que es una planificación intrínsecamente vinculada con las corporaciones, los asesinatos no han terminado”, dijo. Y habló de sus cuerpos-territorio enfermados y asesinados por las corporaciones el extractivismo. De Diana Itatí Piñeiro, guaraní de 17, en Puerto Esperanza, Misiones. De Juana Gómez, qom de 15, que no volvió de un festival: “Fue abusada sexualmente y brutalmente asesinada, dos días después la encontraron semidesnuda colgada de un árbol. Fueron dos hombres que creyeron como tantos otros que pueden dominar por su género”.

ni una menos efemedelacalle 2Las organizaciones que realizaron la convocatoria local destacaron el aumento de los femicidios desde el primer #NiUnaMenos. “Muchos de ellos continúan impunes, como es el caso del crimen de Katherine Moscoso. Hace pocos días, se cumplió un año de su asesinato y la principal línea de investigación en este caso toca a allegados al ex intendente K de Monte Hermoso, Marcos Fernández. En Pehuén Co, desapareció Andrea Esnaola, quien prácticamente dejó de ser buscada. Luciana Moretti fue descuartizada e incinerada, sin embargo la justicia decidió darle a Cuchán, su femicida, la libertad”.

“Se cumple una semana desde que se encontró el cuerpo de Micaela Ortega. Los gobiernos municipal y provincial fracasaron estrepitosamente en encontrarla y demostraron permanentemente que intervinieron sobre la base de responsabilizar a la propia Mica y su entorno familiar, reproduciendo e instalando prejuicios aberrantes, incluso en declaraciones a través de los medios, lo cual explica las enormes irregularidades de todo el proceso de investigación”, opinaron.

furh aborto efemedelacalleEn el documento consensuado plantearon que “en todos estos hechos, confluyen todo tipo de violencias hacia las mujeres y las niñas: institucional, simbólica, mediática. Las trabas y las desviaciones del foco de atención hacia la culpabilización de las víctimas y su entorno son moneda corriente, y las legitiman los propios funcionarios públicos, los medios de comunicación, y la sociedad en general. Son muestra más que suficiente de este sistema patriarcal que se pone de manifiesto y continúa instalado como reproductor de un régimen social que está putrefacto”.

Explicaron que el Estado es responsable porque “cuando hablamos de femicidios, no se trata de un conflicto privado entre dos personas, ni tampoco de un crimen pasional, está basado en una desigualdad sistemática en la que el Estado tiene responsabilidades, no sólo para penalizar al femicida, sino fundamentalmente para evitar los femicidios”. Y es poco lo que se hace para cambiar esta realidad: por ejemplo, los fondos del Consejo Nacional de las Mujeres, responsable de implementar la ley de protección integral contra la violencia de género, representa “tan sólo el 0,0055 por ciento del total del presupuesto nacional, lo que equivale a 4,50 pesos por mujer para prevenir la violencia machista”. En la ciudad “el presupuesto otorgado a política de género es nulo”.

moretti efemedelacalleEl texto fue firmado por: Suteba, CEHUM, Colectiva Feminista, CTA, Kumelen Newen Mapu, Comunismo Revolucionario PMLM, Acciones Feministas, Socorristas en Red, Desbandadas, ATE, Mujeres Originarias por el Buen Vivir, Plenario de Trabajadoras-PO, Partido Solidario, Cardumen, Puño y Letra UNS, Artistas por la no Violencia, Watu Corriente Comunista, Colectivo Pueblo en Lucha, FM De la Calle, Pan y Rosas- PTS- Tesis XI, Subcomisión de Mujeres del Sindicato Químico y Petroquímico, Asociación Judicial Bonaerense, G83 en solidaridad + igualdad, Biocentro, CEIA avanza.

Las demandas: basta de violencia hacia las mujeres y de vaciamiento de políticas de protección a la mujer; por el derecho al aborto legal, seguro y gratuito; basta de impunidad, que aparezcan con vida ya Andrea Esnaola, María Cash, Marita Verón y todas las mujeres víctimas de las redes de trata; por el respeto de la cosmovisión y filosofía de vida de los pueblos originarios; por los derechos de las mujeres trabajadoras. Basta de femicidios. “Ni una menos! Ni una muerta más… Nos queremos vivas!”.

El documento completo y galería de imágenes de FM De la Calle AQUÍ.

desbandadas efemedelacalle

(Por Alfredo Grande) Varias veces he insistido en la extrema disociación entre democracia y estado benefactor. O sea: el terrorismo de estado anula la democracia, aún la más superficial. Pero la democracia no anula todas las formas de estado terrorista. Creo que es necesario definir el concepto de Terror. León Rozitchner escribió mucho sobre como el terror construye subjetividad. He tomado mucho de sus ideas e intento amplificarlas en lo que he bautizado como “psicoanálisis implicado”.

Mi primer libro publicado por la Agencia de noticias Pelota de Trapo se llama: “Crónicas de Trapo desde el psicoanálisis implicado”. Lo he definido como un “analizador del fundamento represor de la cultura”. La cultura represora tiene su máxima expresión en el terrorismo de estado, pero tiene múltiples expresiones en las democracias superficiales. Desde la masacre de Budge hasta los tarifazos.

Sobran los ejemplos y no hay organismo de derechos humanos que no haya denunciado y combatido estas formas del fascismo camuflado. Democracia o dictadura es una fórmula encubridora. Puede haber democracia y dictadura. Después de todo, hasta un asesino serial puede ser tierno con su familia. Pero creo que los globos de la democracia han impactado demasiado como un bien en sí mismo. Es decir: a un dispositivo lo hemos clonado en un valor. Y la democracia no es un valor. No es el bien y mucho el menos malo. El posibilismo, la resignación, el minimalismo fundamentalista de los demócratas, los meritócratas, los burócratas, tiene como uno de sus orígenes la idealización del voto y la entelequia de la voluntad y el poder popular.

“En la cultura represora
siempre el remedio
es peor que la enfermedad.”
(Aforismo implicado A. G.)

Para ilustrar: desde la conadep, el juicio a las juntas, los juicios de lesa humanidad lo que está en el banquillo de los acusados son personas. O sea: conductas concretas tipificadas como delitos. Menos el de genocidio. Creo que la única excepción es un fallo no fallado del juez Rozanski. Lo que nunca se juzgó políticamente es a las fuerzas armadas para asesinar. Si los bancos salieron airosos de todas las crisis, las fuerzas armadas, como institución, también.

Se han abierto delivery del ejército, marina y aeronáutica. Gendarmería, policías municipales, barras bravas, las “batatas” del sindicalismo ocre, etc. El monopolio de la fuerza pública tiene muchas sucursales, pero la casa central sigue siendo el Estado Represor y Democrático. Como éramos pocos, parió la abuela fascista. El decreto 721/2016 publicado en el boletín oficial por el gobierno nacional deroga el decreto 436/84 firmado por el ex presidente Raúl Alfonsín que determinaba un control civil sobre las Fuerzas Armadas para la democracia. Control relativo pero control.

Gradualmente, o de golpe, las fuerzas armadas volverán a ser el brutal ejército de ocupación que, desde Roca al menos, siempre fueron. Y serán. Pronto le pedirán perdón por los juicios de lesa humanidad. Y habrá una estatua a Videla. Ya empezó Prat Gay pidiendo perdón por el sufrimiento de los capitales españoles. No sabía que los capitales sufren. Ese perdón es una forma nada larvada de traición a nuestra patria. Es el mismo espíritu que ordenó amputar nada menos que nuestro himno nacional.

Para mayor penuria, el abrazo de Hebe de Bonafini con el General Milani anticiparon estos males. Hebe, la gran luchadora contra la dictadura militar, indultó a las Fuerzas Armadas al abrazarse con su jefe mayor. La agrupación HIJOS de La Plata fue duramente cuestionada al quemar dos muñecos que simbolizaban ese abrazo siniestro. Hasta remover esa yerba mala de nuestra democracia, mucha sangre será nuevamente derramada. Ya lo está siendo porque desocupación, tarifazos, inflación, amenazas laborales, es anticipar la muerte. Es la muerte en vida. Mantengo una profunda convicción: a las fuerzas armadas el pueblo no las abraza.

Desde la Colectiva Feminista de Bahía Blanca convocaron a “encontrarnos para gritar y denunciar que no queremos Ni Una Menos”. Desde las 16:30 sonarán en la Plaza Rivadavia las cuerdas de candombe llamando a la movilización que comenzará a las 17.

“Un año pasó de la histórica jornada del 3 de Junio de 2015, donde centenares de miles, en todo el país, expresamos en las calles el grito profundo de #NiUnaMenos. Sin embargo los casos de femicidios no cesan y por el contrario, aumentan. En todos estos hechos, confluyen todo tipo de violencias hacia las mujeres y las niñas: institucional, simbólica, mediática. Las trabas y las desviaciones del foco de atención hacia la culpabilización de las víctimas y su entorno son moneda corriente, y las legitiman los propios funcionarios públicos, los medios de comunicación, y la sociedad en general”, aseguraron desde la Colectiva.

Agregaron que “son muestra más que suficiente de este sistema patriarcal que se pone de manifiesto y continúa instalado como reproductor de un régimen social que está putrefacto. El Estado tiene responsabilidades fundamentalmente para evitar la situación en la que miles de mujeres nos encontramos hoy; aún seguimos esperando que las promesas se materialicen”.

Por todo esto volvemos a decir:
Basta de violencia hacia las mujeres
Basta de vaciamiento de políticas de protección a la mujer
Por el derecho al aborto legal, seguro y gratuito
Basta de impunidad! Que aparezcan con vida ya Andrea Esnaola, Maria Cash, Marita Verón y todas las mujeres víctimas de las redes de trata
Por el respeto de la cosmovisión y filosofía de vida de los pueblos originarios
Bastaa de feminicidios
Por los derechos de las mujeres trabajadoras
EL ESTADO ES RESPONSABLE
NI UNA MENOS, NI UNA MUERTA MAS, VIVAS NOS QUEREMOS

niunamenos

(Por Francisco Tavaglione) La violencia de género es la cosa más instituida y quizá una de las más arraigadas y antiguas de nuestra cultura. Ya en la biblia, en la que todavía se basan muchos valores actuales, la mujer es concebida como inferior al varón, condenada por haber comido de la manzana a parir con dolor y a someterse al hombre (Genesis. 3; 16-17), y a él, por haberla escuchado a ella, lo condena a tantos sufrimientos más.

El paso del tiempo conoció a muchas revolucionarias, pero casi todas las obras de aquellas libertadoras fueron absorbidas por el contexto, tras lo que sus grandes cambios, fueron asimilados por la moral, el machismo y las “buenas costumbres” patriarcales  (no todas, claro está, y por suerte).

En consecuencia, entre diez mil y dos mil años después de que empezara a forjarse nuestra cultura, la mujer sigue ocupando un mismo lugar en la estructura social, a pesar de todas las luchas y los movimientos que hombres y mujeres ponemos en acción para cambiar esta situación. Aunque hoy la sociedad (aparentemente) intenta tomar conciencia de la injusticia en que tuvo relegada a la mujer, sin embargo el resabio sigue presente en nuestra cultura, y se deja ver en todas las opiniones de aquellos que justifican un feminicidio, en base a las actividades o los gustos de la víctima. Sigue presente en los medios de comunicación, en todos aquellos periodistas aberrantes y blasfemos que ante un asesinato, preguntan a los familiares si tenía novio, si aquel día se había ido enojada, o si se drogaba.

Ante esta situación, me llama muchísimo la atención dos cosas.

En primer lugar, el hecho de que se le dé más importancia, y más vuelta, y más trascendencia, a cómo iba vestida, qué costumbres tenía, de dónde y hacia dónde iba, etc., que el hecho mismo de que la hayan secuestrado, violado y torturado. Es como si la sociedad dijera: que la maten no es lo curioso, eso pasó siempre, lo curioso es lo que ella estaba haciendo antes –para que- la maten.

Eso da asco, y asco deberían sentir los periodistas, y los medios de comunicación que transmiten esos valores, porque todos lo sabemos, la pantalla genera cultura, y los valores que transmiten son, precisamente, los mismos que respiramos hace diez mil años con respecto a la mujer. En este sentido, los medios se oponen a una evolución, a un cambio de perspectiva, perpetuando los valores de antaño que casi nadie se hace cargo de todavía sostener.

En segundo lugar me llama la atención que la prensa, sabiéndose que es una industria de opinión, costumbres, tendencias y cultura, sin embargo siga transmitiendo los feminicidios como si se tratara de un apasionante e intrigante caso de Sherlock Holmes o su maestro Dupín. Periodistas ávidos por resolver el misterio, aparentan estar investigando a fondo el caso; reconstruyen con imágenes y escenas virtuales la escena del crimen, y de ser posible lo relacionan con asesinatos anteriores que en su momento despertaron la atención de la gente –entiéndase: dieron rating-. Entonces, ¿cómo puede ser, que sabiendo que la prensa produce tendencias, sigan profesando con tanto gusto, con tanto agrado, un asesinato, un secuestro, una violación?  ¿No constituye el machacar y machacar un feminicidio, una legitimación del crimen? No es la noticia en sí lo que legitima el feminicidio, es el modo en que lo hacen, siempre igual, siempre dándole importancia a los mismos puntos: tras un asesinato, se busca una responsabilidad en la víctima. Si todos aceptamos la corrupción y esta circula en la tele con mayor comodidad que la justicia –y esto no es casualidad: es, precisamente, una movida política para legitimar la corrupción-, ¿por qué no sucedería lo mismo con los feminicidios? Si los suicidios no se transmiten porque genera “imitación”, ¿cómo es posible que no rija la misma prohibición para los feminicidios?

Implícitamente la televisión nos pone en contra de la mujer. Nos dice que la mataron, pero lleva nuestra atención a otro hecho, al hecho de que algo de responsabilidad debe haber tenido para que la maten, o la violen, y si en ella no se encuentra responsabilidad, entonces algún familiar o amigo, o las drogas. La televisión legitima una y otra vez el feminicidio, y solamente nos hace prestarle atención a cuestiones que no tienen nada que ver con el tema, un tema tan amplio como su historia: el machismo.

Nos va a costar muchísimo más trabajo, y más tiempo, y más víctimas, cambiar nuestra perspectiva si no somos conscientes de la información y la prensa que consumimos, que nos forma la opinión y, lo que es peor, educa a nuestros chicos.

La sociedad no puede seguir presumiendo que evolucionó en un tema tan sensible, si ante la aparición de un cuerpo ultrajado y sin vida, se sigue preguntando por qué había ido a comer un helado antes de que la maten.

(Imagen realizada por Francisco Tavaglione)

En línea con la lucha contra los “enemigos” que integran “grupos perfectamente organizados que no tienen patria ni bandera, pero que sí quieren subvertir valores y adueñarse fundamentalmente de nuestros ideales y de nuestra juventud”, declarada por el intendente Héctor Gay en su arenga del 25 de mayo, el municipio convocó a un espía del servicio de inteligencia de la dictadura como jurado de un concurso fotográfico.

Se trata del ex “agente de reunión” del Destacamento de Inteligencia 181 del Ejército, Gustavo Jorge Lobos, quien “debido a su trayectoria y prestigio”, brindó “su colaboración de manera gratuita” en la iniciativa “Retratando mi ciudad“, avalada por el Instituto Cultural a cargo de Ricardo Margo. El funcionario ya le había abierto las puertas del palacio comunal para que el ex espía organizara la muestra “30 años 30 fotos”, una retrospectiva de su maestro Pedro Luis Raota.

El Destacamento de Inteligencia, en el marco de la “lucha contra la subversión“, reglamentariamente realizaba tareas de reunión de información, contrainteligencia, sabotaje, subversión, y actividades psicológicas secretas respondiendo órdenes del Departamento II Inteligencia del Comando del V Cuerpo de Ejército. Varios de los jefes del ex fotógrafo de La Nueva Provincia fueron condenados a prisión perpetua por su participación en crímenes de lesa humanidad.

La pertenencia de Lobos al sistema central del genocidio quedó en evidencia con la publicación de la “Nómina del Personal Civil de Inteligencia que revistó en el período 1976/1983” publicada por el Archivo Nacional de la Memoria en 2010. El docente de la diplomatura de Arte Fotográfico de la Universidad Salesiana compartía el prontuario con los ex Triple A Miguel Ángel y Héctor Oscar Chisu, el ex presidente de la Cámara Federal de Apelaciones Néstor Luis Montezanti, el todavía juez de faltas Ricardo Antonio Germani y el “periodista” del diario de Vicente Massot, Jorge Soldini.

lobos muni efemedelacalleRespecto a la existencia de civiles de Inteligencia en el staff de La Nueva Provincia, el fiscal Miguel Ángel Palazzani dijo meses atrás a FM De la Calle que “es simbólico por lo que significa un fotógrafo como PCI, la posibilidad que da ese disfraz de trabajador de prensa pero cumpliendo otro rol claramente criminal porque estaba colaborando con el secuestro y las muertes posteriores”. La investigación de la Unidad Fiscal de Lesa Humanidad probó que LNP y los servicios de inteligencia de las fuerzas armadas mantenían “una relación fluida y justamente hacían operación psicológica e inteligencia, incluso más, los reglamentos marcan esa relación”.

“Dice que el oficial de inteligencia y el oficial de operaciones psicológicas forman un equipo. Y que por momentos incluso en la sala de torturas, para dejar los eufemismos de lado, el oficial de inteligencia requerirá de la acción psicológica para que le indique qué interrogar. Porque el que hizo acción psicológica sabe en otro plano dónde estaba situada la víctima, en qué lugar -la universidad, el gremio, el barrio, la parroquia- las personas de acción psicológica tenían por lo menos que abastecer a la inteligencia de ese tipo de información para saber qué preguntar”, explicó Palazzani.

El verdadero corazón del plan de exterminio fue el Batallón 601 ubicado en la esquina porteña de Callao y Viamonte. Como señaló el abogado y ex preso político Jorge Pedraza, de “la totalidad del Personal Civil de Inteligencia que revistaba en el organismo, unos 800 lo hacían como Agentes de Reunión (como Lobos o Germani) y Agentes de Producción, que eran quienes se infiltraban en sindicatos, universidades, y organizaciones políticas y sociales para recabar información (buchones)”.

“Los encargados de analizar y clasificar estos informes eran los Agentes de Apoyo y Procesamiento, 475 en total, repartidos en distintas especialidades: agentes, asesores generales, asesores informáticos y asesores universitarios (como Montezanti). Estos últimos eran en su mayoría docentes que monitoreaban los contenidos académicos en busca de posibles ‘mensajes subversivos’ camuflados. Se los consultaba además sobre las distintas actividades estudiantiles que se desarrollaban en sus universidades.

“La información clasificada era la base sobre la cual se definían los ‘blancos’ para los Grupos de Tareas. Por último estaban los Agentes de Seguridad, el grupo más numeroso con alrededor de 900 hombres, que podían ser eventualmente utilizados en los operativos”.

“Nuestra idea era plasmar en fotografías cómo los jóvenes ven los distintos paisajes urbanos y naturales de la ciudad. Próximamente vamos a repetir el concurso”, dijo la directora de Juventud pro, Florencia Bustelo. Tiempo de “argentinos que queremos restaurar valores”, “argentinos de bien”, diría el intendente.

No sean tibios. Digan whisky!

lobos

(Por Helen Turpaud Barnes) Hagamos por un momento un ejercicio mental. Pensá en todas las veces que –si te identificás como mujer- un varón “te tiró onda” y vos lo rechazaste, o bien en las veces que decidiste cortar con un hombre, o cuando pretendiste sentar posición sobre cómo y cuándo tener relaciones sexuales o no con un hombre.
O pensá en las veces en que le cuestionaste a un familiar o compañero de trabajo un comentario machista o le tuviste que poner los puntos por ocupar tu espacio personal a un varón en un transporte o la cola del supermercado. Pensá en todas las veces en que te enfrentaste a ALGO que dijera un varón sobre las mujeres. Recordá si se puso a pensar y te reconoció algo de razón. O si no hizo nada de eso. Pensá en cómo reaccionó, recordá si se empezó a reír de vos, si te insultó, si dijo que él sí estaba a favor de la igualdad entre varones y mujeres (mientras desautorizaba tu palabra como mujer). Recordá si te empezó a sobrar, si buscó una carcajada cómplice entre sus amigos, si te “ensució” en las redes sociales, si te la siguió, si se hizo el que no entendía, si te hostigó, si se victimizó, si te siguió camino a tu casa, si te mandó al frente, si siempre hace chistes sobre vos aun cuando sigas siendo su amiga, novia, hermana o colega. Recordá si se enojó, si te pasó factura, si te tiró el cuerpo encima, si te golpeó, si se hizo el ofendido o el resentido de ahí en más por toda la eternidad, si te castigó con el silencio, si se muestra siempre incómodo con vos, si dice que sos una amargada. O si simplemente siguió tratándote como siempre o incluso empezó a plantearse su lugar como varón.
Todas las personas tenemos una cuota de narcisismo, no siempre aceptamos tranquilamente cuando nos dicen que no a algo. Pero hay subjetividades en que esta cuota de narcisismo se fomenta con creces. La subjetividad masculina es particularmente sensible a que se le diga que no. En cambio, a las subjetividades femeninas se nos forma en el desapego, la abnegación, la renuncia, la culpa por no satisfacer al otrO. AMBAS subjetividades son un problema y deben ser puestas en cuestión.
A partir del descubrimiento del cuerpo de Micaela Ortega el pasado fin de semana cientas de personas salieron a la calle en Bahía Blanca. Sin tener aún demasiados datos, aparentemente una de las “razones” aducidas por el femicida confeso para asesinar a la niña fue que esta no habría querido “tener relaciones sexuales” con él. Las reacciones de la opinión pública repiten a menudo un mismo patrón: la tendencia a llamar al femicida “monstruo”, “enfermo”, “inhumano”. El femicida es nombrado desde la subjetividad “indignada” en términos que lo destierran del terreno de lo humano. El femicida para muchos/as excede los límites de lo comprensible en nuestra sociedad, aparentemente tan ajena a su existencia.
Cuando a principios de 2007 una compañera feminista me dijo “el violador no es un enfermo, sabe muy bien lo que hace” me sonó casi a justificación de la violencia machista. Yo frente a esos hechos en cambio me “escandalizaba”. El escándalo es la reacción de la pretendida supremacía moral: me “horrorizo” ante lo que es demasiado malo para mí, que soy buena, que no tengo ninguna responsabilidad en lo que pasa.
Sin embargo, esa compañera feminista tenía razón, y ahora me toca intentar explicar eso que en su momento me pareció increíble: el violador, el femicida, el golpeador, no son enfermos, no son monstruos, no son inhumanos. Son más bien SANOS HIJOS DEL PATRIARCADO: son los elegidos por la sociedad patriarcal para ejercer el terrorismo machista que “hace falta” para controlar a las mujeres. Los femicidas son simplemente las fuerzas armadas de un sistema que intenta en primer lugar doblegar a las mujeres “por las buenas”, pero que cada dos por tres debe hacer un despliegue de poder asesino para “mostrar quién manda” (cada vez más seguido, porque se está notando que ya no nos creemos las “buenas” intenciones de los “protectores”, los “caballeros”, los “proveedores”, los “progres que se unen a la causa” solo en la superficie). El femicidio es simplemente un modo más de la pedagogía machista.
Y no es que todo femicida sea consciente de su rol “pedagógico”. Pero si hoy te da terror lo que le pueda pasar a tu hija o amiga o alumna, es porque el mensaje del femicida llegó. Un método educativo de una eficacia envidiable. Por eso hay que luchar por otro mensaje. El mensaje de la rebeldía, la justicia, la autonomía de niñas y mujeres.
Un femicida no “nace” así: es un producto social. No es un enfermo. Son muy pocos los casos en que coincide la conducta femicida con la patología mental. La antropóloga argentina Rita Segato hizo un trabajo de investigación con agresores sexuales de una población carcelaria brasileña. (El trabajo se titula “La estructura de género y el mandato de violación” y se encuentra en el libro Las estructuras elementales de la violencia.) Su estudio apuntaba a verificar si había alguna condición patológica común a los abusadores sexuales, fueran o no además femicidas. El resultado fue negativo. Sin embargo, encontró con que sí había otro elemento en común: la concepción sobre las mujeres que tenían. En todos los casos, los violadores pensaban que las mujeres eran sujetos que ellos tenían derecho a considerar de su propiedad, que debían someterse a sus designios, y que debían “castigar” si no lo hacían. Y, oh, casualidad, esta es una concepción extendida en la gran mayoría de la población sin solución de continuidad entre el o la machista que conocemos de todos los días y el femicida (quizás conozcamos a ambos). Y el cuerpo femicida por excelencia es el cuerpo del varón: la gran mayoría de las mujeres asesinadas mueren a manos de varones, lo mismo que la gran mayoría de los hombres asesinados.
El femicida (así como el violador) es un sujeto profundamente moral. Digo esto en el sentido de que su función social es la de “enseñar”, “disciplinar” y “servir de ejemplo” para las demás mujeres, para que “aprendan” a vestirse “modestamente”, para que la única capacidad en el planeta que reconozcan sea la fuerza física (así ellas se olvidan de todas sus propias capacidades), para que subordinen su sexualidad a la del macho.
¿Y cómo “se hace” un femicida? Un femicida “se hace” gracias a muchas instituciones que hoy siguen sin ser mayormente cuestionadas. La familia les enseña a los varones que estos deben creerse fuertes, campeones, importantes, racionales, invulnerables, “ganadores”. La familia machista educa “machos” (descarados o camuflados), no varones de masculinidades deconstruidas. La escuela reproduce esto. Las/los docentes hablan de los cuerpos de las chicas en los colegios como algo que deben “patrullar” porque “ya sabemos lo que pasa”. Un sobreentendido que ubica a las/los docentes misóginas/os en el lugar del “sentido común”: se autoadscriben un saber ancestral de lo “inevitable” que ¡quiénes somos las docentes feministas para venir a cuestionar! Y si la escuela no logra “disciplinar” a las chicas que desean libertad, ya vendrá un violador o un femicida a disciplinarla para que los sectores educativos conservadores tengan el secreto placer de poder decir “¿viste?, no justifico, pero así terminan” y recordárselo pedagógicamente a las chicas cada vez que renuevan un código de vestimenta sexista por enésima vez. Una teleología escolar machista.
Los medios de comunicación, lo sabemos, refuerzan todo esto sin dudar: hipersexualización de las niñas, exposición de los cuerpos de las mujeres como adorno u objeto a comentar, ridiculización o farandulización de las trans, etc. El hallazgo del cuerpo de Micaela antecede amargamente por pocos días al momento en que Tinelli vuelve con su programa a la televisión argentina.
Un femicida no viene de Saturno ni es un niño feral: aprende lo mismo que el resto de los seres humanos. Pero tiene una misión un poco más arriesgada: matar niñas y mujeres de vez en cuando. Hacen el trabajo sucio que resulta “lamentable” pero aleccionador para la misoginia social que ostenta la gran mayoría de la gente. Son los señores de “seguridad” que llaman en un casino cuando las mujeres ya no queremos hacerle caso al circunspecto mafioso de guantes blancos quien a veces hasta nos “trata bien”. Los femicidas cumplen una función sagrada frente a nosotras las brujas profanas: son los verdugos de una Inquisición de machos que nos dice que nos quiere “proteger” del mal (que son ellos mismos). Y para la “disciplina cotidiana” ya están el resto de los varones y mujeres machistas de todos los días.
Entonces, ¿recordaste la reacción de los varones a quienes rechazaste, cuestionaste o remplazaste en algo? ¿Conocés las risotadas, los chistes, los silencios, las calumnias, el hostigamiento, la invisibilización, el resentimiento o los golpes de quienes se “ofendieron”? ¿Ya conocés sus “castigos”? Y por otra parte, ¿conocés a los que NO reaccionan así, a quienes se cuestionan sus privilegios, a quienes no vienen a explicarte cómo es el mundo, a quienes saben que NO ES NO? Bueno, ya sabés entre quiénes “se forman” los femicidas. El femicida se parece mucho a tu patrón cuando te subestima por ser mujer, al tío que hace chistes machistas en los asados, al que jamás acepta que una mujer “le” haga el asado, al que acosa a una alumna, al que se siente humillado si su esposa maneja y él va al lado, al operario que le dice a una mujer que algo mecánico es “peligroso” solo para asustarla y divertirse con su susto, al señor mayor que invade tu espacio personal en el colectivo. Las mujeres también tienen estas ideas, ya lo sabemos. Pero los cuerpos que matan son los de las masculinidades hegemónicas, no los de las mujeres, y hasta la mujer más machista puede ser víctima de un femicida: acordate. Y no hace falta decir “no todos los hombres”. Quienes no sean ese “todos” están ocupados cuestionando sus privilegios, sumándose a la lucha feminista.
El femicida es, simplemente, un machista común y corriente que un día mató. No me agrada usar metáforas médicas para describir realidades sociales, pero si hay alguna enfermedad en el femicida esa enfermedad se llama machismo. Casi todo el mundo tiene gripe, pero en algunos casos se vuelve mortal, no son dos enfermedades diferentes. Lo mismo con el machismo.
Por Micaela Ortega, por todas. Por las que están, por las que no están. El 3 de junio volvemos a la calle. Por justicia y por otro NI UNA MENOS.

Este fin de semana se estrenó la obra Criollos. “La idea surgió a partir del hallazgo de un parte policial del año 1909 donde una mujer va a denunciar a su marido por haberse escapado con la hija menor y haber dejado embarazada a la hija mayor”, dijo a FM De la Calle el actor, docente y director, Jorge Nayach, quién formuló la idea y adaptación.

“En el parte está la resolución que tomó el comisario. En el parte está la denuncia y el resuelve: toma la decisión de dejar las cosas como están. Manda las actuaciones a su jefe y el jefe aprueba”.

Utilizaron el contenido del texto como texto de la obra. “Lo rico de la propuesta de Jorge era poder volver a los tiempos de antaño en que se habla y escribía así”, contó el actor Marcelo Koth, quien interpreta al comisario. “Lo que denuncia el acta encierra violencia de género, engaño, poligamia, muchas cosas”.

Desde el punto de vista del trabajo interpretativo, realizaron un trabajo de investigación acerca de las prácticas de la época. A su vez, proponen una mirada sobre la gauchesca y utilizan el humor como recursos expresivos.

Nayach explicó que quisieron recuperar “estas reuniones que se daban en los fogones, donde aparecían las historias. Surgió un recuerdo que tengo muy fuerte del Pato Spaltro y Alberto D’Amico, dos grandes actores de Bahía: en todas las reuniones aparecían con cuentos de Wimpi. Estos cuentos que muestran a estos paisanos medio bolaceros, muy creativos. Ahí cerró todo para combinarlo con lo del comisario, tomando alguno de los cuentos”.

La obra puede verse este domingo a las 20 en la sala ATS (Garibaldi 310) y allí continuará en cartel antes de realizar una gira por la zona.

(Por Astor Vitali) Decenas de miles de páginas están dedicadas al Cordobazo. Militantes populares, historiadores, sociólogos e ideólogos de la “lucha antisubversiva” analizaron los hechos que sacudieron al gobierno de Ongania y varias conciencias adormecidas.

Algunos elementos de aquella gesta son excepcionales: conduce la revuelta un conjunto de organizaciones sociales y sindicales clasistas, reivindicando las libertades como trabajadores y trabajadoras a través de la lucha, a diferencia de otras estructuras sindicales con “dirigentes” que actuaron más como delegados de las empresas o de los partidos políticos sin hegemonía obrera, que como representantes de la clase organizada.

Pero la música también puede contar historias y el Cordobazo tiene su narración poético musical.

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Desde Bahía Blanca, el Maestro Alberto D´Alessandro editó una serie de discos que forman parte de la serie Lenguajes. “Comencé con la serie Lenguajes cuando empecé a tomar conciencia de que la música que yo abordaba en guitarra, justamente, se refería a diferentes leguajes: la música popular, la música folclórica, la música clásica”, dijo a FM De la Calle.

El tercer volumen, Guitarra y Cuarteto de Cuerdas. Música Argentina (EPSA), contiene entre otras la obra “El Cordobazo”, de Jorge Cardoso. D´Alessandro conoció al autor “a través de su famosa ´Milonga´ que hemos grabado con el cuarteto Troverías. Varios años después, el azar o el destino hicieron que viniera Jorge Cardoso a Guitarras del Mundo (en la edición bahiense). Cuando comencé a perfilar la idea de hacer una retrospectiva de su obra, me entero de ´El Cordobazo´. Hacía mucho tiempo que buscaba una obra de ese tipo porque siempre me sensibilizó el tema de las luchas de las clases sociales, por la libertad, de los pueblos originarios. Enseguida pedí la partitura. Jorge Cardoso la tenía manuscrita y me la dio”, explicó el guitarrista.

Además del Maestro D´Alessandro en guitarra, el cuarteto de cuerdas que grabó la obra está integrado por Leonardo Rubin (violín), Besa Aliaj (violín), Paolo Miserocchi (viola) y Mario Peralta (violonchelo).

Los movimientos*

  • “El amanecer”. El día señalado es el 25 de mayo. Las fábricas abren sus grandes fauces… Una sirena sacude la mañana. Estudiantes muertos en Rosario y, anteriormente en Corriente (dos ciudades retiradas entre sí pero unidas por el mismo objetivo…) Las máquinas se silencian… A las 10 de la mañana se produce el “paro activo”
  • “La manifestación”. La policía comienza la represión… La manifestación crece y se producen violentos enfrentamientos con los obreros y los estudiantes… Matan a un estudiante… Vuelven las sirenas de las ambulancias… La policía huye por la presión de los manifestantes y, además, porque le habían acabado los medios antidisturbios…
  • “El ejército” – Requiem… Son las 5 de la tarde (como en las palabras de Federico)… Oficialmente, 16 muertos; la verdad es otra y muy distinta: se han llegado a contar más de cien personas muertas.
  • “La historia se repite”. Un canon que refleja cómo se va repitiendo como una gota de agua junto a otra, la historia de un pueblo, en este caso, el de Córdoba… Al final de este movimiento aparece como un perfil del aire, el tema de la manifestación… Luego, la caída de Onganía, “El Tucumanazo”… “El Rosariazo”… Etc., etc. y así esta historia interminable.

*Extracto de booklet del CD.

* La violenta historia de América Latina de los últimos años ha venido generando un importante hecho cultural que se podría denominar “el arte del exilio”, con obras pertenecientes a las diversas categorías creativas.

El artista exiliado interroga a la tierra que ha dejado, su historia más reciente, busca signos que la expresen, que la mantengan viva y cotidiana en su memoria para que no se convierta en un recuerdo, en una pura nostalgia.

El 29 de mayo de 1969 un hecho sangriento modificó en Argentina los planes inmediatos de un proyecto de país impuesto. Históricamente se le conoce como “el Cordobazo”, sucedió en Córdoba de allá. Ese día 50.000 obreros abandonaron las fábricas, armaron barricadas y tomaron la ciudad de casi u millón de habitante. Derrotaron a la policía, que tuvo que huir, y, finalmente, cedieron ante el ejército con un elevado número de muertos. El hecho permitió que posteriormente cedieran las altas instancias del poder y hubo salida democrática.

El Cordobazo parece hoy un suceso remoto, perdido en el vértigo histórico de América Latina.

Jorge Cardoso le ha puesto música a esa parte del vértigo. Lo que para él como testigo allá y entonces fue un estruendo en las calles de Córdoba, se ha convertido en sonido testimonial aquí en Madrid y ahora. La música también puede contar la historia.

Las notas se acomodan en el pentagrama divididas en cuatro momentos de aquel hecho: por un lado amanece con presagio, con chirridos de sierra y de máquinas en las fábricas; por el otro, hay una manifestación enfrentada policías y caballos que, finalmente, huyen derrotados; en el tercer movimiento llega el ejército y llega la muerte como el poema de Lorca: “A las cinco de la tarde”, termina con un réquiem. El último movimiento es una pregunta, un comienzo o un futuro, no se sabe. Y en todos ellos las dulces melodías de la tierra, sus viejos ritmos mezclados a los ruidos de la historia.

*Daniel Moyano. Escritor

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El rectorado de la Universidad Nacional del Sur emitió una resolución este miércoles para “adherir e invitar a toda la comunidad universitaria a participar activamente de la marcha convocada por amplios sectores de la sociedad civil organizada bajo el lema #NiUnaMenos a llevarse a cabo el próximo 3 de Junio a las 17”.

La disposición, registrada bajo el número R 440/2016 y firmada por el rector Mario Ricardo Sabbatini, se fundamenta –entre varios considerandos-, en que “la Universidad Pública tiene la insoslayable responsabilidad de poner en la agenda pública ésta y otras problemáticas sociales y, en particular, el accionar de la Universidad Nacional del Sur debe estar orientado por el compromiso pleno con los derechos humanos a través de su respeto y promoción”.

También en que “en esa línea de trabajo, la UNS fue pionera en abordar esta problemática, desarrollándose desde hace 4 años en el ámbito de la Secretaría General de Cultura y Extensión Universitaria, en articulación con la Red de Violencia de Género de Bahía Blanca, la Cátedra Abierta de Violencia de Género y otras tantas iniciativas de formación e información que han concitado gran interés de la comunidad bahiense y de la región”.

El objetivo de la adhesión e invitación a participar encuentra su argumento también en la importancia de concientizar a la sociedad sobre este flagelo que se cobró 286 femicidios en 2015 y 66 más en los primeros cien días de este año, a lo que se suma el reciente y conmovedor caso de Micaela Ortega.

(Por Mauro Llaneza) La escritora Alicia Partnoy presentará tres de sus libros esta tarde, durante la celebración del cumpleaños de La Masmédula. Será a las 18 en Rondeau 29. Venganza de la manzana y los flamantes Las ramas hacia el mundo y Escuchá son los títulos que compartirá la autora del emblemático La Escuelita, en el cual reúne relatos testimoniales sobre su cautiverio en el centro clandestino de detención bahiense.

“Rompe totalmente con el exilio”, dijo en los estudios de FM De la Calle sobre Escuchá, cuentos y versitos para los más chiquitos, escrito junto a su hija Ruth e ilustrado por su madre Raquel. Lo editó la cooperativa pampeana 7 Sellos con el impulso de la periodista Yanina Lofvall, fallecida días atrás en un choque de autos.

Los libros y la lectura de algunas de sus líneas coparon la charla aunque bastaron unos segundos para poner en caja al intendente PRO y su lucha contra los enemigos que quieren “subvertir valores y adueñarse de nuestros ideales y de nuestra juventud”. “Creíble pero tremendo, ¿seguirá a sueldo de La Nueva Provincia?”, se preguntó.

El primer puente que le tendió Yanina fue a partir de La Escuelita. Buscaba información sobre su primo Andrés, primero desaparecido en el campo de concentración que da nombre al libro y luego asesinado por los terroristas de Estado. Mientras hablaban del pibe del apellido difícil de retener cuando te lo susurran en cautiverio, Alicia le comentó que tenía los relatos que escribió a su nena en el penal de Devoto.

“Yanina además es una heroína, haber denunciado su cautiverio con una secta católica, ella fue víctima, es sobreviviente. Viene desde esa perspectiva y se acerca mientras hace su investigación para la tesis de maestría que estaba haciendo en la Universidad de La Plata el año pasado. Se trataba de recuperar la memoria porque en su familia no se hablaba de Andrés. Se trataba de recuperar la memoria de Andrés y de Nancy Cereijo, su compañera, de ella sí tenemos toda una familia movilizada, hablando durante décadas”.

Juntas materializaron Escuchá, cuentos y versitos para los más chiquitos, publicado por la editorial cooperativa 7 Sellos de La Pampa. “Yanina era un sol de energía y esto que podría haber sido una fiesta, que estaba programado por ella como una fiesta, se convirtió en un luto tremendo pero también en un homenaje a su labor”.

El último 24 de marzo la obra de Alicia llegó a varias escuelas de Santa Rosa. “A pesar de lo que algunos académicos me habían señalado de que esto no parece un texto testimonial, los chicos recuperan el valor testimonial a través del contexto. Se conmueven mucho, me han escrito, tenés que ver las cartas (…) cosas maravillosas. Y después fila para que les firme autógrafos”.

La cooperativa, como homenaje a Yanina, regaló un libro a cada pibe, a cada piba. “Me decían sí, los dibujitos suyos son horribles pero son tiernos. Como dijo una de las maestras: ‘No te idealizan, te ven como esa mamá y lloran, se conmueven porque se colocan en el lugar de la nena'”, dijo Alicia.

La nena es Ruth, la poeta que le dio tres nietos. El año pasado vino a Bahía Blanca y leyó lo que escribió para abrir Escuchá. “Todos lloramos porque es la perspectiva de la nena que extraña a su mamá desaparecida. Los demás son los poemitas y cosas que mandábamos en las cartas”. En Devoto se veían cada 45 días a través de un vidrio. Se hablaban por un tubo. Escuchá “es el eco de un poema” para “desafiar esa comunicación”.

Su visita a La Pampa fue declarada de interés legislativo. “Fue un evento muy reparador este reconocimiento por parte del Estado de nuestra labor y lo recibí en nombre de las madres presas en Villa Devoto, en las cárceles de la dictadura, que peleábamos por tratar de romper el aislamiento y resistirlo y comunicarnos con nuestros chicos a través de este tipo de textos muy censurados, no siempre salían, a veces volvían, dibujitos que no se podían sacar porque alegaban que eran planos para escaparse de la cárcel, cosas así”.

“Cuando salí de la cárcel no me pude llevar un cuaderno, no estaba permitido. Pero de pronto estaba en el exilio y alguien me trae un libro de México publicado por un Comité de Derechos Humanos, me parece que era la APDH de aquí que publicó poemas escritos en las cárceles, y ahí estaba mi Julita la mariposa, alguien lo había sacado, no tenía mi nombre pero ese era el objetivo en aquel momento, que sirviera para comunicarnos”, recordó.

La memoria familiar

El aniversario de La Masmédula tendrá a Alicia presentando Escuchá y también Venganza de la manzana y Las ramas hacia el mundo. La venganza es su primer poemario, editado en 1992 en versión bilingüe y recuperado en 2010 por Diego Rosake de Hemisferio Derecho. El más reciente “es una aventura muy loca” que reúne textos de la familia Partnoy. Del padre contador que cuenta cuentos, de la madre que escribió Ciudad de Rojos Horizontes, una tapa “muy zarpada” de su primo Mauricio, textos del otro primo Gustavo y de sus tíos.

“Denuncias, cosas regionales, de Bahía, de la historia de la ciudad, hay un relato y algo que escribí de chiquita, dibujos de mi hermano que se suicidó apenas terminada la dictadura, dibujos de mi nieta que tiene seis años. Es un librito muy querido y creo que todos encontrarán algo aquí que les va a gustar”, detalló.

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Foto: Editorial 7 Sellos.

Otro silencio estridente para la música universal: Mariano Etkin falleció el 25 de mayo de 2016. El Departamento de Música de la Facultad de Bellas Artes de la UNLP expresó su “profundo dolor por el fallecimiento de nuestro querido. Compositor de reconocida trayectoria nacional e internacional, referente de la música académica contemporánea. Sus trabajos han enaltecido a esta institución habiendo formado a generaciones de compositores, así como sus enseñanzas nos dejan huellas para seguir trazando la formación de los estudiantes”.

El Departamento permaneció cerrado con suspensión de actividades académicas y administrativas durante todo el día de hoy.

“Schönberg dijo que la composición en realidad no podía enseñarse porque componer es inventar. Lo único que se puede enseñar es lo que hicieron los otros. Feldman dijo que en realidad la enseñanza de la composición fue un invento de los compositores para ganarse la vida”, respondió Etkin a una periodista acerca de qué se enseña cuando se enseña composición.

“Era un gran maestro. Tuve la oportunidad de conocerlo, de invitarlo a Bahía Actual, de interpretar y programar obras suyas”, dijo a FM De la Calle el músico Leandro Mantiñán, coordinador del mencionado festival.

“Como compositor es de una escuela de otras generaciones, tal vez, que seguía con la atonalidad, con la exploración del timbre. Tenía unas características minimalistas también. De repente agarraba una nota y la pasaba por todos los instrumentos. Eso es jugar con el timbre”.

“Como maestro, ibas a tomar un café con él y siempre de terminaba enseñando algo. Citaba a grandes maestros”, agregó.

En 2015, Etkin dio dos conferencias: una acerca sus obras y otra sobre Schönberg, más precisamente, del Pierrot Lunaire que se estrenó en la ciudad dentro del ciclo Bahía Actual.

El maestro dejó obras en esta bahía, que podrían integrar futuros programas del encuentro de música contemporánea.

“Su legado musical va a quedar, por suerte, para estudio, para análisis, para programarlas, para escucharlas”, finalizó Mantiñán.

Foto: www.fundacionmusicaantiquanova.org 

(Por Alfredo Grande) La cultura represora comienza antes del nacimiento. Por la deuda externa e interna, ningún bebé llega hoy con un pan bajo el brazo. Ni siquiera migas. Lo que sí tiene es: endeudamiento y enculpamiento. La deuda no es una foto. La culpa tampoco. Y la culpa de no pagar la deuda es una película mala pero larguísima.

La deuda no es estática. A lo largo de la vida se va incrementando, segundo a segundo. La culpa no es estática: aumenta segundo a segundo. Y tanto la deuda como la culpa son artificios de la cultura represora para legitimar diferentes formas de castigo. La deuda: en realidad es estafa. Serial. Agravada por el vínculo entre gobernantes y acreedores.

La culpa: es amputar el deseo. Agravado por el vínculo entre familia y represores. La trampa está armada y bien armada. Pocas y pocos logran romperla y atravesar los mandatos para encontrar sus deseos.

Si detrás de cada necesidad hay un derecho, como dijo Eva Perón, delante de cada necesidad hay un deseo. Es notable la poca importancia que en el campo de la izquierda se le da al sujeto del deseo. Incluso al sujeto. Hay apelaciones abstractas al “sujeto” pero sin adjetivarlo. Es conveniente poner en superficie tres registros: sujeto del deseo, sujeto del mandato y sujeto del deseo del mandato. La derecha opera en los tres registros. Su logística es la publicidad.

“Solamente podemos
cambiar el pasado”
(Aforismo implicado A. G.)

Ya escribí por qué todos unidos no triunfaremos. Pero en los tiempos de nuestro alucinatorio social y político, las épicas liberadoras han sido reemplazas por una empanada. O sea: el presidente nos explica que una empanada exige que nos tenemos que juntar para estar cada día mejor. “Todo es posible juntos”.

Como siempre, la derecha tiene razón. Aunque es una razón represora. Lo posible no es un abstracto. Lo posible está atravesado por la lucha de clases. Y entonces lo posible deviene reaccionario. Lo revolucionario es lo imposible. Lo imposible en el sarcófago de los actuales modos de producción de bienes, mercancías, personas, política y cultura, deviene posible cuando el horizonte de lo posible se adelanta al generar el acontecimiento.

Ser realistas es pedir lo imposible. O sea: subvertir ese sarcófago, ese ataúd cultural en que estamos enterrados. El todo es menos que la suma de las partes en una cultura deseante. Porque no hay un todo que pueda abarcar lo infinito de las partes que en forma constante se van produciendo.

La metáfora de la empanada es encubridora, represora, reaccionaria. Porque las relaciones de producción están ocultas, sepultadas, disociadas. Cambalache liberal donde trabajadores y empresarios están dentro del mismo repulgue.

Lamentablemente, ese cambalache no es sólo liberal. También es de la socialdemocracia, del socialcristianismo y del progresismo. O sea: no se trata de unirse, sino apenas de juntarse. Que el viento los amontone, y si es un viento de derecha, que de paso los barra.

Por eso es necesaria a toda épica reaccionaria sostener la idea delirante de Patria. Otra empanada. Patria a secas. Sin adjetivar. Patria sí. Otras cosas no. Pero la Patria es también un sujeto histórico, político, social. Hay una Patria del mandato, hay una patria del deseo, y hay una PATRIA que organiza el mandato de nuestros deseos. Jurar la Bandera. El desfile. Cantar un himno amputado de sus estrofas emancipadoras. Y encima pasarlo a las 0 hs por los medios de comunicación.

“No dejes para mañana
lo que puedes hacer hoy.
La cultura represora
sabe que no habrá mañana.”
(Aforismo implicado A. G.)

Como recuerda mi compañera Alicia Susana Gómez: Quizá mi única noción de patria sea esta urgencia de decir Nosotros escribió Mario Benedetti. Por eso pienso que tenemos que adjetivar a la cosa para que la cosa no termine siendo otro absoluto represor. Patria Liberada. Patria Socialista. Patria Rebelada. El adjetivo da el sentido.

Hoy nadie (bueno, casi nadie, bueno, algunos pocos) habla de familia. Siempre adjetivamos. Familia patriarcal. Familia monoparental. La cosa familia no es una sola y absoluta cosa. Cuando la parte y el todo se fusionan, entonces es la muerte. Muerte en muerte o muerte en vida. Pero muerte. Estatuas en vez de bailarines. Aullidos en vez de cantos. El “nosotros” que exige Benedetti es un nosotros clasista. Donde no entran los “ellos” de las clases dominantes. Hegemónicas. Saqueadoras. Corruptas. Mafiosas.

Y desde el “todos unidos” a la empanada, la insistencia en que la fuerza es sumar puede ser suicida. Porque cuando sumamos lo negativo, en verdad os digo que restamos. Nos juntamos pero no nos unimos. Nos apelmazamos. Por eso la coyuntura es traicionera. El aliado de hoy será el enemigo de mañana. Lo ayudamos a construir poder y luego nos pagará con falsas monedas. O sea: todo antimacrismo que no sea anticapitalista, socialista y libertario, es una empanada. Por eso: Patria o Vida. Vida Liberada.

El senador provincial Federico Susbielles (FpV) presentó un proyecto para crear el Régimen Provincial de Protección, Promoción y Regularización de Clubes de Barrio y de Pueblo, con el objetivo de dar una respuesta efectiva a la compleja situación por la que atraviesan dichas instituciones.

“Los clubes dinamizan la vida de los barrios y brindan contención a los distintos sectores sociales. Por ello, debemos proteger a estas instituciones, verdaderas tejedoras de lazos comunitarios. Los clubes son un lugar de igualación social, de contacto y entrecruzamiento de realidades. El club de barrio no debe ser un anhelo del pasado, sino que debe ser el motorizador de las dinámicas barriales; un lugar de contención social que brinde a los grupos desventajados espacios de recreación e inclusión”, afirmó Susbielles.

Para el legislador “resulta propicio implementar un régimen provincial que apunte al fomento, promoción, regularización y sostenimiento económico y financiero de los Clubes de Barrio y Pueblo. Así, esta iniciativa legislativa pretende otorgar subsidios a fin de asistir a estas instituciones en cuestiones ligadas a su situación registral e impositiva, como así también reforzar su infraestructura y el desarrollo de las actividades deportivas, culturales y sociales que se realizan”.

La norma prevé el otorgamiento del “Subsidio Anual Ordinario de Fortalecimiento y Promoción de los Clubes de Barrio y Pueblo”, que tiene por objeto asistir a las instituciones en lo atinente a la infraestructura, las actividades sociales y las cuestiones vinculadas a la regularización y resolución de situaciones de personería.

Por otra parte, otorga el derecho a Tarifas Sociales en los Servicios Públicos, la eximición del pago del Impuesto de Sellos y la invitación a los Municipios a adherir en la reducción de las cargas contributivas locales.

En cuanto a los fondos del Régimen, Susbielles plantea la creación de un impuesto al ingreso a los Casinos, Bingos, Hipódromos y Agencias Hípicas, cuyo hecho imponible queda configurado por el ingreso de visitantes y/o apostadores a las salas de juegos de azar en el ámbito de la provincia de Buenos Aires.

Foto: Club Sixto Laspiur.

 

“Viva el St. Pauli. Rendirse no es una opción”

I

(Por Luis Ponte) St. Pauli es reconocido como uno de los barrios portuarios más pintorescos del mundo. Es el centro de la vida nocturna de Hamburgo, Alemania. Y es célebre por su calle Reeperbahn – donde allá por los 60s, iniciaron su carrera Los Beatles –  también llamada ‘la milla del pecado’, por sus numerosos clubes de striptease, sex shops y discotecas. En los últimos años se convirtió además en símbolo de la diversidad cultural, sede de numerosos museos, salas de teatro, residencias de artistas y espacios de música rock y punk.

Allí, en ese sector de la ciudad pegado al segundo puerto más grande de Europa, nació en 1910 el FC St. Pauli. Un club de fúbtol con vitrinas flacas en logros deportivos, salvo un segundo puesto en la Bundesliga de 1977. Pero que desde mediados de los años ‘80s y a partir de una serie de circunstancias poco relacionadas con la pelota en sí, su fama y estrella comenzó a trascender todas las fronteras.

El FC St. Pauli, que guarda una relación de identidad con su barrio tan estrecha y de ida y vuelta con sus vecinos como sería aquí la Boca y el equipo xeneize,  es el primer club del mundo en autoproclamarse según sus estatutos “antifascista, antihomofóbico y antirracista”.

A esa reputación de compromiso social y posición política y contracultural tan atípicas en el presente de este deporte, se le suma una rara concentración de hinchas y aficionados  anarquistas, comunistas, socialistas y fanas del punk.

Consignas y compromisos identitarios y colectivos que los hacen valer con todas las letras a la hora de ponerse en debate. Como cuando Corny Littman, director de teatro y ex presidente del club, no tuvo drama en autoconfesarse militante gay, en un ambiente donde predomina el sexismo, la homofobia y el racismo.

O cuando en los años 70, el club retiró el nombre del estadio en honor de su ex presidente Wilhelm Koch, al descubrirse que había pertenecido al Partido Nazi. Hoy el estadio Millerntor, tal su nombre desde entonces, se encuentra en el centro geográfico del barrio St. Pauli, la “zona roja” de Hamburgo, y por eso ningún club mejor para ser patrocinado por Orion, una empresa de artículos eróticos en Internet, quien para celebrar el ascenso, elaboró  20.000 condones con el escudo del club.

En 2002, la Comisión Directiva del club decidió retirar la publicidad de la revista Maxim del estadio por considerarla sexista, al cosificar a las mujeres en sus avisos. Por algo, es el club alemán con más socias y con más simpatizantes femeninas de Alemania, aún siendo de la división de ascenso.

II

¿Cómo es que un club de segunda división de fútbol, en riesgo a veces de caer más bajo, llegue a tener dos millones de socios y fanas, cuente con 12 millones de simpatizantes en su país, y cerca de 500 club de fans repartidos por todo el planeta?

A mediados de los 80 una serie de situaciones que sólo podían darse en Hamburgo, consolidaron esa identificación del barrio con el club y con ideales muy a contramano de lo que marca el común en este deporte.

En primer lugar, el paisaje urbano alrededor del estadio, abandonó su fisonomía industrial portuaria; luego, el crecimiento de grupos neonazis dentro de la hinchada del club más poderoso de la ciudad, el Hamburgo, hizo que muchos simpatizantes dejaran de seguirlo y se sumaran al St. Pauli: “Aquí se puede ver futbol en paz”, decían algunos entonces.

Pero el hecho que generó la cristalización de la identidad y del mito contracultural del FC St Pauli, fue el caso denominado “las casas de Hafenstrasse”. Llamado así por un conjunto de edificios de apartamentos vacíos en la calle que lleva ese nombre en pleno corazón del barrio St Pauli, que fueron ocupados desde principios de los ‘80s por familias sin vivienda.

A mediados de esa década, y en contra de los intentos de las policía local (a los que se sumaron grupos neonazis y hooligans), de desalojarlos por la fuerza, surgió un movimiento solidario de vecinos del barrio, en defensa de los okupas de esos edificios y asociados con el movimiento de izquierda con el que se identificaban.

Las manifestaciones callejeras de apoyo y contra la presión política fueron creciendo año a año, e involucraban hasta a 20 mil personas por las calles del barrio, víctimas de refriegas durísimas por parte de las fuerzas de seguridad. Lo que hizo que ese movimiento de resistencia trascendiera el barrio, la ciudad y alcanzara a ser noticia en toda Alemania.

Hoy ese fenómeno social incluso es motivo de algunos trabajos académicos, y es conocido como el Proyecto de Vida Alternativa y fue el crisol donde se amalgamó la relacion barrio- club, detrás de determinados ideales que representan al club y a sus  hinchas y vecinos.

III

Tampoco es común la relación que tiene el club y sus hinchas con la música. El estadio entero es avisado que está por saltar su equipo a la cancha cuando suenan las campanas del tema “Hell Bells”, del mítico grupo de rock australiano AC/DC. Y en cada festejo de gol se suma el delirio de “Song 2” de Blur, banda de rock británica. No por nada, esa legión de fans de rock y punk que los siguen a donde vayan.

Como Dave Doughnan, músico del grupo punk los Swearing at Motorists, nacido en Ohio (USA) quien llegó de gira con su equipo de fútbol hace 10 años, y vió esas tribunas repletas de hinchas luciendo banderas y atuendos con calaveras y huesos, toda la simbología punk, al tiempo que le explicaban palabras poco familiares en el ambiente del fútbol como antirracismo, antifascismo ydecidió que St. Pauli iba a ser su lugar en el mundo de ahí en más.

O Sven Brux, quien llegó desde Rhinelnad, en el extremo oeste de alemania, a Hamburgo a cumplir con “la mili” en 1986. A quien sus nuevos amigos fanas del punk como él,  lo llevaron un día a la cancha a ver un encuentro del St Pauli. Desde entonces, no se perdió un solo partido. Y hoy, además de ser leyenda del punk alemán es responsable de la organización y seguridad de los partidos como local.

Y como no podría faltar un lugar de encuentro ícono de la cultura del club nada mejor que un pub, el Jolly Roger. Nombre con el que se conoce también a la bandera pirata. Porque este barco que zarpa de un puerto atípico y navega a contracorriente del “fútbol haciendo equilibrio entre lo impuesto y las consignas que defiende, qué otro emblema que la bandera pirata iba a tener, para identificarse como ícono contracultural.

La misma que flamea en los cuatro corners del campo de juego, con sus típicos banderines marrón y blanco, colores del club. La misma que nació por azar cuando Doc Mabuse, seguidor del equipo desde hace 50 años, compró un día a la salida de un partido y por 10 marcos de entonces, un trapo negro con la calavera y los dos huesos cruzados. Borracho como estaba, la ensartó en un palo de escobas y la comenzó a agitar. De ahí al próximo encuentro del St Pauli con la bandera flameando en la tribuna, hubo un solo paso. El equipo del barrio tenía ya su mística y ésta su propia bandera. Aunque Doc esté decepcioando por cómo ese acto de rebeldía devino en una especie marca registrada, que es explotada comercialmente.

IV

El St Pauli, no se convirtió en un club de culto gracias a sus éxitos, sino porque sus ideales y el de sus hinchas están siempre presentes y en debate frente a los intereses del fútbol. Es la bandera que enarbola la insurgencia y rebeldía de lo establecido. Un ejemplo de las voces críticas existentes en este deporte para acabar con el fútbol   mercantilizado, donde priman los intereses de las Federaciones y los acuerdos televisivos inciden en el juego y desvirtúan la competición. Un barco muy especial el de este FC St. Pauli. Que zarpa desde el barrio portuario de Hamburgo orgulloso de navegar contra la corriente.

(Por Helen Turpaud Barnes) En el año 1991 fue tema bastante difundido en los medios de comunicación el debate por la llamada Ley de Cupo Femenino que finalmente estableció la obligatoriedad de un mínimo de 30% de mujeres en toda lista de candidaturas para funciones públicas. La ley pretendía compensar legislativamente el hecho de que la presencia de mujeres en cargos políticos tenía una legitimidad muy inferior a la que se le reconocía a los hombres. Más allá de que la ley finalmente se aprobó, el debate en verdad está lejos de haber sido zanjado porque el problema de las desigualdades sociales de base incluye no solo la cuestión de género sino muchos otros aspectos que exceden por mucho el ámbito de la aspiración a cargos públicos estatales.

Fue lanzada en Argentina una publicidad de Chevrolet llamada “Meritocracia”: el spot apela a la idea de que el mero esfuerzo y la superación personal son ingredientes suficientes para el “éxito” social y económico. Sin embargo, las desigualdades estructurales en la sociedad vuelven ilusoria toda noción de que la prosperidad económica y el reconocimiento laboral son solo producto del esfuerzo individual.
¿Y qué sucede con las mujeres en este escenario? Cuando se habla de los estereotipos de género se olvida que esto implica también diferencias económicas grandes, lo cual acarrea una distribución diferenciada en el arco social según estemos hablando de hombres o de mujeres. Hablar de “feminización de la pobreza” tiene que ver con que, por un lado, las mujeres suelen tener trabajos menos remunerados, y por el otro lado, también suelen tener a su cargo las obligaciones familiares. Por eso la mayoría de las personas pobres son mujeres(alrededor del 70%).
Cuando se habla de los estereotipos de género, también se olvida que el mero cuestionamiento de estos roles estereotípicos por parte de cada mujer no implica necesariamente un cambio de lugar en la sociedad. Es cierto que es preciso ampliar las representaciones sociales de lo que puede ser hecho por mujeres, valorizar el trabajo que habitualmente es realizado por mujeres y dejar abierta en las escuelas la idea de que la propia condición de mujer puede sufrir corrimientos de acuerdo con los modos de identificación de género. Sin embargo, todo esto no necesariamente trae aparejadas mejoras materiales, porque las mujeres siguen teniendo muchas dificultades para acceder a determinadas oportunidades laborales más allá de las decisiones personales que ellas realicen. El hecho de que ingrese una cantidad masiva de mujeres en el mercado laboral “masculino” implicaría una amenaza radical para la hegemonía de los varones en ciertos trabajos. Hegemonía que incluye privilegios económicos que de haber mayor competencia estarían en peligro. Y el patriarcado no tiene ninguna intención de ceder espacios.
Hay una rápida comprensión de las dificultades que tiene un obrero o un campesino. Sin embargo, otras circunstancias completamente habituales pasan desapercibidas para la gran mayoría de la población. Es el caso de la ausencia casi total de mujeres como conductoras de camiones, albañiles, taxistas, colectiveras, traumatólogas, cirujanas, gerentas de empresas internacionales, lideresas sindicales, gobernadoras, plomeras, electricistas, pilotas de avión, empleadas municipales de manutención de arbolado público, etc. Quienes no ven el elefante en el bazar de la discriminación sexista en ese tipo de trabajos ostentan sin embargo una capacidad de observación increíblemente aguda a la hora de registrar el casi invisible porcentaje de mujeres que se desempeñan en trabajos considerados “de hombres”: saben de la existencia de UNA plomera que trabaja de modo independiente (jamás empleada por Camuzzi) en Villa Mitre. La mención de excepciones con el solo objeto de invalidar la denuncia revela un fuerte conformismo con la desigualdad: un solo ejemplo es“suficiente”: “ahora mujeres y hombres hacen lo mismo”, “¿qué más quieren?”. Hasta la extrañeza frente al propio lenguaje da cuenta de estas ausencias: “chofera”, “lideresa”, “peona”, etc. Y cuando sí encontramos mujeres en estos ámbitos poco “comunes” para ellas, es probable que cobren menos.
Ahora bien, la mención de estas excepciones como modo de visibilizar posibilidades laborales “diferentes” para las mujeres sí es importante. (La científica argentina Andrea Gamarnik, internacionalmente galardonada por sus trabajos de investigación sobre el dengue, ha comentado de la dificultad que tienen las mujeres para posicionarse en los ámbitos de investigación científica.)
Sorprendentemente, se sigue apelando al argumento tan inadecuado de la diferencia de fuerza física entre varones y mujeres para justificar estas desigualdades laborales cuando en muchos casos lo físico no es un tema prioritario. Curioso que cuando incluso en los casos en que sí lo es no parecen preocuparse por la fuerza física a la hora de recurrir al trabajo infantil en muchas obras en construcción o campos, ni de emplear varones visiblemente “pequeños” o de asignar tareas excesivamente pesadas, lo cual lleva a accidentes y problemas de salud (basta con ver una clínica de rehabilitación de ART). De hecho, es este argumento sexista de la “diferencia de fuerza entre los sexos” uno de los principales legitimadores del trabajo infantil. Nuevamente no parece ser un problema la fuerza física a la hora de asignar a las mujeres pobres la “maternal” tarea de tener que cargar en brazos con un crío de unos quince o veinte kilos durante varias horas al día.
Por otra parte, no hace falta aclarar que entre trabajadores varones existen grandes diferencias físicas que sin embargo no son evaluadas en casi ningún trabajo. Además, buena cantidad de trabajos que hace décadas requerían de una gran capacidad física, hoy con los avances técnicos son más fáciles y livianos. Se podría argumentar que pocos hombres suelen ser empleados en tareas “femeninas”: en el trabajo doméstico o el magisterio. Pero estos ámbitos no son precisamente bien remunerados con respecto a otros trabajos que piden igual calificación a uno u otro caso. Y el ingreso en la docencia no tiene impedimentos administrativos ni simbólicos para los varones. Más bien al contrario: un maestro de escuela es llamado “profesor” mientras que su colega mujer es llamada desprofesionalizantemente “señorita”, y la mayoría de los dirigentes sindicales de la docencia son hombres.
La cuestión de la calificación académica no parece ser más alentadora. Diarios como The New York Times o The Guardian han dado cuenta de un creciente fenómeno mundial: quienes obtienen las mejores notas en todos los niveles educativos incluyendo el universitario son mayoritariamente mujeres. Sin embargo, esto no se expresa en mejores oportunidades laborales. Se suele argüir que esto es a causa de que muchas mujeres en algún punto renunciarían a sus carreras profesionales para “hacerse cargo” de una familia o de que los hombres serían más “ambiciosos”. Nos preguntaríamos si esta “renuncia” y esta “ambición” deben tomarse como un mero dato de la realidad, o si más bien deberíamos combatir semejantes mandatos sociales que ponen a las mujeres claramente en una desventaja profesional respecto de los varones. Se suele menospreciar la calificación profesional de las mujeres más allá de su currículum o se cambia el eje al tema del “aspecto personal”. Cabe agregar la hostilidad del acoso sexual o la consideración de que las mujeres son “sensibles” e “irracionales” (lo cual mina su credibilidad). Lamentablemente, el imaginario social prefiere reproducir la idea de que “las mujeres son muy competitivas” o “muchas mujeres en un trabajo son problemáticas” (curioso que estos estereotipos convivan con la idea de que los hombres son “agresivos” y “competitivos”). En cambio, la discriminación sexista, el acoso sexual o la desautorización de la palabra femenina no parecen ser problemas demasiado graves.
Por último, se encuentra el tema de la transmisión de los conocimientos. El hecho de que habitualmente se presenten los conocimientos técnicos y las tareas pesadas como “cosa de hombres” lleva a problemas materiales concretos. ¿Qué sucede cuando una niña decide que quiere adquirir conocimientos técnicos de electricidad o jugar al fútbol? Sucede que esa niña o mujer NECESITARÁ APRENDER aquello que se le había dicho que no debía interesarle. Y es este eslabón de la trasmisión del conocimiento donde habitualmente entran en juego otros métodos de imposición del sistema patriarcal: en mi experiencia como docente he observado incontables veces que los varones (tanto adolescentes como adultos) suelen negarse a “explicarle” a las mujeres cómo hacer ciertas tareas que creen que son solo “masculinas”. A veces, de darse la trasmisión, esta se realiza acompañada de comentarios descalificadores o sexuales que buscan incomodar o desalentar a las mujeres. También hay una fuerte resistencia masculina a pedir asistencia física de las mujeres, por lo cual muchos hombres prefieren irse a la otra punta del colegio a buscar a otro varón o romperse la espalda antes que pedir ayuda de una mujer. Si es una mujer quien agarra una herramienta o se dispone a realizar una tarea física pesada, es muy habitual que los varones que no tienen su masculinidad deconstruida intenten sacarle de las manos la herramienta, estorbarla o “ponerla a prueba” (“a ver, hacelo sola si sos tan orgullosa…” es el tono habitual). O bien los varones dicen “dejar” ciertas tareas a las mujeres, y luego adoptan el lugar de “corregir” lo que estas hayan hecho en vez de hacer una evaluación conjunta con ellas. No es nada habitual (sobre todo de parte de adultas) ver una resistencia paralela a trasmitir conocimientos de tareas consideradas como “femeninas” a los varones. Sí en cambio es muy fuerte la resistencia de los varones a aprender de parte de mujeres tareas consideradas “de hombres”.
Todos estos mecanismos de obstaculización y monopolización de prácticas y saberes difícilmente sean realizadas conscientemente por la mayoría de los varones: no hablamos de “malas intenciones” sino de prácticas sociales específicas que forman parte de un sistema. Pero no hay que olvidar que el proceso de deconstrucción de la masculinidad hegemónica que han de hacer los varones no basta con mostrarse “abierto” sino que incluye hacer suya la tarea de disminuir y cuestionar los obstáculos que ellos u otros habitualmente generan para las mujeres.
Así, se habla de la “carrera hacia delante” en materia académica que obliga a tener cada vez más títulos universitarios para poder sobrevivir. Pero también existe una “carrera hacia delante” en el tema de la división sexual del trabajo asalariado que reserva todas las ventajas de los avances técnicos para los varones, excluyendo a las mujeres de estos cambios. Esta expropiación material y simbólica no es una “falencia accidental” en la educación de las mujeres: es parte estructural del sistema capitalista y patriarcal, y por eso no se cambia con que haya algunas mujeres que simplemente decidan estudiar Ingeniería Eléctrica o ser taxistas pensando que llegarán “por mérito propio”. Como dice la pensadora feminista Eve Sedgwick, “la ignorancia no es neutra”, no es un estado “original”, sino que es “el producto de un modo particular de conocer”.
A modo de apéndice, querría aclarar una cuestión. Silvia Federici, autora del libro Calibán y la bruja, advierte que la incorporación de las mujeres al mercado laboral asalariado no es una “liberación” para las mujeres sino que es funcional al desarrollo del capitalismo. Su advertencia no implica, por cierto, que la solución sea seguir marginando a las mujeres de muchos puestos laborales (cosa que tan solo acentúa el poder patriarcal), sino que nos recuerda en qué sistema vivimos. Un cambio social no se hace pidiendo “sacrificios” a los sectores oprimidos sino reconociendo las potencialidades que están a mano para realizar el cambio de sistema que diluya toda opresión. Y si vamos a criticar el clasismo del ideal meritocrático, bien vale criticar su machismo, su racismo, su colonialismo también. 

(Plan B Noticias) La periodista pampeana Yanina Lofvall (35) falleció este mediodía en la ruta nacional 205, cerca de la localidad bonaerense de Roque Pérez, cuando por causas que se tratan de establecer, el Chevrolet Corsa en el que viajaba chocó de frente contra un Chevrolet Ágile.

El siniestro se produjo en el kilómetro 142 y fallecieron además otras 2 personas que iban en el otro vehículo. Las demás víctimas fueron identificadas como Rodolfo Cardoso (73 años) y Liliana Noemi Pesaresi (54 años de edad). En ese mismo auto viajaba Aldana Pereyra (22), quien resultó con heridas de gravedad.

La periodista pampeana se movilizaba junto a un amigo, Pablo Ramos (35) que resultó con heridas. Recorrían el trayecto de Santa Rosa a La Plata.

Yanina Lofvall fue una de las víctimas del Instituto Católico Servis Trinitatis y la experiencia fue contada en el libro “Siervas Trinitarias” donde denunció los casos de servidumbre y humillaciones que debió soportar en su permanencia durante siete años en la institución católica.

Era docente de Educación primaria, periodista y licenciada en Comunicación Social, con Orientación en Periodismo en la Universidad Nacional de La Plata. Trabajaba en 7 Sellos Editorial, fundada por la Cooperativa Gráfica Visión 7 de Santa Rosa.

Estuvo en situación de virtual detención en la “secta católica” por lo que la justicia pampeana investigó y exculpó, por considerar que se trataba de un acto de entrega de fe, a los curas Antonio Martínez Racionero y Ricardo Latorre.

Junto a Yanina hubo decenas de jóvenes que ingresaron a la secta que les retenía todos sus ingresos, las obligaba a realizar ayunos extendidos y las conminaban a no mantener relaciones con la sociedad porque aseguraban que habían elegido el camino de “entrega a Dios”.

Aunque fueron absueltos, la Iglesia pampeana tomó nota de su situación y desplazó al obispo Bredice por Poly, actual Arzobispo de Buenos Aries tras la asunción de Bergoglio como Papa.

Más información:

Siervas Trinitarias: otra forma de trata

 

Escuchá cuentos que liberan

 

Una de las necesidades del ámbito musical en Bahía Blanca y la región se expresa en la demanda de luthiers para realizar los trabajos que surjan del natural funcionamiento de la orquesta estable y las orquestas escuela e infanto juveniles.

“Con el objetivo de extender a la zona periférica de la ciudad las actividades culturales, la Escuela de Luthería adquiere una importancia trascendental”, sostienen desde el Teatro Municipal ya que además “proporcionaría formación académica y laboral a mediano plazo”.

La formación de la Escuela está destinada a jóvenes y adultos que deseen acercarse a alguna rama del arte de la luthería, con la intención de aprender un oficio con salida laboral y poco explotado en la zona.

Actualmente se está dictando en el Subsuelo del Teatro Municipal, donde ya se realizan tareas vinculadas al proyecto.

Este es un proyecto que estudié hace mucho tiempo. En estos años hemos hecho pequeños encuentros. Sobre todo está orientado a instrumentos de cuerdas frotada. Sobre todo para las orquesta escuela que hasta hace un tiempo no tenías quién arregle los instrumentos”, dijo a FM De la Calle Quique Agesta, director de la institución.

A partir del taller serán “20 violines que van a salir sonando”, agregó.

Desde el viernes, Sergio Nievas (Fabricando Futuro, Quilmes) se estará dictando un taller intensivo de fabricación social Minka. El diseño está pensado en la necesidad de llevar a lxs alumnxs de las orquestas escuela un instrumento de bajo costo y buena calidad. Apunta a la sustitución de importaciones y generar empleo. Es un instrumento argentino en todas sus partes: diseño, mano de obra, tecnología aplicada y maderas que utiliza, todas autóctonas provenientes de distintas provincias de nuestro país.

Los días sábado y domingo habrá continuará en el encuentro durante las horas de la mañana y de la tarde. En agostó habrá una nueva instancia.

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