El diputado nacional Héctor Recalde (FpV) consideró que el titular del diario La Nueva Provincia de Bahía Blanca, Vicente Massot, y el propietario del ingenio azucarero de Ledesma, Carlos Blaquier, deberían ser “los primeros en declarar” en la Comisión Bicameral que investigará la complicidad empresarial con el terrorismo de Estado, y cuya conformación cuenta con media sanción del Congreso.

“Sugerí que sean ellos dos los primeros en ser llamados a declarar por la responsabilidad que tuvieron en hechos represivos. Más adelante, la Bicameral debería citar a los directivos de las empresas Ford y Mercedes Benz”, señaló Recalde en declaraciones que reproduce ayer el diario Tiempo Argentino.

En ese sentido, el legislador apuntó que otro caso de tendría que analizar este organismo parlamentario cuando se ponga en fusiones sería el de la firma cementera Loma Negra de Olavarría, cuyo personal directivo habría estado implicado en la desaparición del abogado laboralista Carlos Moreno, durante la última dictadura cívico militar.

“Hay que poner en marcha las investigaciones porque además de los casos conocidos, seguramente van a ir apareciendo otros más. En los últimos días recibí información de particulares que se ofrecen a declarar”, sostuvo Recalde.

El mes pasado, con 170 votos a favor y sólo 14 abstenciones del bloque del PRO, la Cámara de Diputados dio media sanción al proyecto para crear esta Bicameral y lo giró al Senado para su aprobación definitiva.

El matutino cita también las declaraciones del presidente de la Sociedad Rural Argentina (SRA), Luis Miguel Etchevehere, quien consideró que “cualquier caso” de complicidad civil con la última dictadura “debe ser investigado por la Justicia”.

“No se entiende la conformación de esta Bicameral. Esto es un operativo de un gobierno autoritario que impone operativos de prensa para atemorizar a la población. Ahora, a pocos días de terminar lanzan esto”, fustigó el empresario rural.

En ese sentido, Etchevehere adelantó que el próximo coloquio empresarial de IDEA, que se llevará a cabo en Mar del Plata, la entidad patronal agropecuaria que encabeza intentará “frenar la iniciativa”.

“Si van los candidatos al coloquio sería bueno preguntarles antes de las elecciones qué van a hacer con esto. Deberían tomar un compromiso antes de las elecciones porque eso es calidad institucional”, subrayó.

A modo de réplica, Recalde defendió la puesta en funciones de la Bicameral y las atribuciones del Congreso para impulsar investigaciones, al tiempo que cuestionó el papel de la SRA durante el terrorismo de Estado.

“¿Etchevehere no explicó por qué la SRA le entregó a la dictadura un predio en Junín para que funcionara un centro clandestino de detención? No hay un argumento solvente para impedir la creación de la Bicameral. La Constitución afirma que los legisladores estamos obligados a investigar para ‘afianzar la justicia’”, puntualizó.

(Por Julio Gambina) Mientras sucede la reunión conjunta del FMI y el Banco Mundial en Lima Perú, con presencia de funcionarios gubernamentales de todo el mundo, varios aspirantes al Ministerio de Economía de la Argentina participan haciendo lobby de cara a la nueva etapa que empezará en diciembre próximo.

Uno de los temas claves es el financiamiento para la Argentina, que continúa en default para el sistema financiero mundial mientras subsista el conflicto en EEUU con los hold-outs o fondos buitres.

El endeudamiento externo es clave como mecanismo que puede evitar o postergar la exacerbación del ajuste reaccionario de la economía.

Con ese marco es que esta semana se canceló el BODEN 2015, un título público emitido hace una década. Se pagaron 5.900 millones de dólares, unos 55.755 millones de pesos al tipo de cambio oficial actual (9,45 pesos por cada dólar).

Los fondos fueron aportados por las reservas internacionales que administra el BCRA, las que cayeron a poco más de 27.000 millones de dólares. Muy lejos de los 52.000 millones que se lograron hacia el 2011, dando cuenta de la fuga de divisas en el último turno presidencial (2011-2015).

Si tomáramos el tipo de cambio implícito en los datos del presupuesto 2016, con media sanción en diputados, la cifra (5.900 millones de dólares) alcanzaría a  62.540 millones de pesos (tipo de cambio = 10,60 pesos por dólar).

Consideremos algunos rubros del presupuesto 2016 para mensurar lo que esta cifra representa.

Observemos:

  • en materia de Educación, Ciencia y Tecnología se estima gastar en 2016 un total de 82.900 millones de pesos; o sea que lo abonado para cancelar el BODEN 2015 representa 75% de todo el presupuesto en este rubro para el próximo año.
  • en Seguridad está prevista una asignación de 74.400 millones de pesos; y lo abonado esta semana en un título, supone el 84% de los recursos afectados para seguridad en 2016.
  • en Defensa se estipula una aplicación de 67.800 millones de pesos en 2016; y el pago del BODEN 2015 es un 92% de ese valor.

La cifra de cancelación de deuda es gigantesca, más aún si se la compara con otras necesidades de gasto o inversión social.

Al mismo tiempo que se anunciaba la cancelación de ese título público, la Presidenta de la Nación comentó que desde los gobiernos iniciados en 2003 se cancelaron 145.000 millones de dólares.

Es verdad que en ocasiones anteriores se difundieron otros valores, 173.000 millones de dólares en un caso; y 192.000 millones de dólares en otro caso.

Cualquiera de los tres valores, 145.000; 173.000; o 192.000 millones de dólares, es una inmensidad, y ponen de manifiesto el privilegio a la cancelación de deuda pública asumida en estos años, lo que se define como desendeudamiento.

Nuevo endeudamiento

Al mismo tiempo, esta misma semana se asumió nueva deuda, con títulos en pesos y en dólares, algo que viene ocurriendo en los últimos dos años y que nos hace pensar que el ciclo de desendeudamiento, medido como proporción de la deuda dolarizada con respecto al PBI, se terminó, y que hemos iniciado un nuevo tiempo de crecimiento de la deuda.

Es más, la sospecha es que, asuma quien asuma el nuevo gobierno, una forma de morigerar las políticas de ajuste que se anuncian, sean graduales o con política de shock, devienen de la capacidad de obtener crédito externo, similar a lo acontecido en los años 90.

Por otra parte, vale mencionar que la baja de deuda con acreedores externos tiene su correlato un endeudamiento con entes nacionales, caso de la ANSES, el BCRA o el Banco de la Nación.

Un 60% de la deuda pública actual es con organismos nacionales. Es real que tienen menor nivel de exigencia que cualquier acreedor externo, pero debe asumirse que el Estado nacional tiene deuda con el Fondo previsional, que no son fondos públicos, sino aportes y afectaciones para la seguridad social.

El imaginario reinante en la gestión pública supone que esos financiamientos serán renovados sin límite, pero mientras, condicionan la capacidad de esos propios ámbitos. No se trata de una cuestión neutra.

Preocupan la evolución de los pagos y la nueva deuda

En términos muy generales podemos decir que si hacia el 2001 la deuda pública alcanzaba los 144.000 millones de dólares y desde el 2003 se cancelaron 145.000 millones de dólares, la deuda ya no debería ser un problema.

Sin embargo, el stock de deuda pública reconocido a diciembre del 2014 es de 228.700 millones de dólares, sin contar la nueva deuda asumida en el 2015, ni el eventual pago a los acreedores de la sentencia arrancada por los fondos buitres en Nueva York.

Por lo cual, el stock de deuda pública se elevaría a unos 270.000 millones de dólares.

Se trata de una enorme hipoteca que condicionó y condicionará la política económica de la Argentina en el futuro. Es un tema esencial que requiere de un profundo debate del conjunto de la sociedad para definir los privilegios que deben asumirse desde la política económica.

El reclamo de la Asamblea por la Auditoria y la suspensión de los pagos apunta en otra dirección y exige a la Comisión Investigadora en el Parlamento que asuma el papel acordado por la propia Constitución Nacional para “arreglar” los asuntos de la deuda y disponga la suspensión mientras se investiga la deuda desde 1976.

La realidad es que la Comisión Bicameral de Investigación de la deuda reproduce la hegemonía política parlamentaria y la que se deriva de la situación electoral, donde la mayoría de las propuestas políticas sostienen el argumento de la necesidad del endeudamiento para favorecer la superación de las dificultades del capitalismo local en la coyuntura.

Enfrentar esas concepciones constituye una asignatura pendiente de la lucha y organización popular por construir una propuesta política que desde la suspensión de los pagos aspire a un nuevo imaginario social y económico contra y más allá del capitalismo.

El aumento del empleo luego de la contracción de 2014, que a su vez fue precedida por un período prolongado de estancamiento, y la disminución de la desocupación son los hechos sobresalientes del panorama laboral del aglomerado Bahía Blanca-Cerri (BBC) en el segundo trimestre de 2015.

La conclusión surge de la comparación con igual período del año pasado realizada en el marco del proyecto de investigación “Problemática laboral del aglomerado Bahía Blanca-Cerri” dirigido por Gustavo Burachik, docente de la UNS e integrante del Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales del Sur (IIESS-CONICET).

“La magnitud del aumento del empleo en BBC no deja de ser una sorpresa cuando se tienen en cuenta otros indicadores locales y nacionales. La evolución laboral del aglomerado BBC resultó, según el INDEC, más favorable que la del promedio nacional. El segmento laboral más dinámico fue el de los trabajadores de hasta 29 años. Los datos también muestran un aumento de la subocupación, lo que puede ser interpretado como un indicio sobre las características de una parte de los nuevos puestos de trabajo creados”, afirma el boletín.

En los últimos trimestres, explica el documento, “la tasa de desocupación de la fuerza de trabajo femenina de hasta 29 años en el aglomerado BBC, ha tendido a igualarse con la tasa nacional, situada actualmente en torno al 16%. Esta convergencia ya se había evidenciado para los varones en dicho tramo de edad. Esto explicaría por qué la tasa de desocupación bahiense ya no se sitúa sistemáticamente por encima del promedio nacional, como solía ocurrir. Conviene tener presente que pese al aumento del empleo, la desocupación de las mujeres jóvenes sigue superando al promedio del aglomerado (120% más alta) y lo mismo ocurre con los varones de ese tramo de edad (62% mayor al promedio)”.

“La evolución laboral según sexo y tramo de edad en el promedio de los 31 aglomerados urbanos relevados por la EPH fue muy diferente. En contraposición con el aglomerado BBC, el segmento más dinámico fue el tramo de 30 a 64 años, mientras que el empleo entre los jóvenes de ambos sexos se contrajo. La población activa se movió, como cabría esperar, en sintonía con el empleo: se redujo entre los jóvenes de ambos sexos, donde las oportunidades de empleo disminuyeron y se mantuvo o incrementó entre los trabajadores de entre 30 y 64 años para los que las chances de inserción fueron más favorables”, agrega.

cuadro empeoEn un apartado referido a la situación laboral de lxs jóvenes, Burachik y su asistente Nicolás Saguí repasan las principales actividades de lxs bahienses de entre 18 y 29 años. El comercio destaca como único sector de fuerte peso tanto entre las mujeres como entre los varones. Las demás actividades muestran cierta especialización por género. Entre las mujeres jóvenes predominan los empleos en hoteles y restaurantes, servicio doméstico, enseñanza y sector salud. Entre los varones, en cambio, predominan los puestos de trabajo en la construcción, la industria, el transporte y la administración pública.

En el período 2011/14 la cantidad de mujeres jóvenes ocupadas parece haber disminuido, en especial en los primeros dos rubros principales. En el mismo período el volumen de ocupación de jóvenes varones se incrementó levemente y, a diferencia de lo ocurrido con las mujeres, sin un perfil sectorial definido.

“Los datos permiten observar que la principal forma de precarización o desprotección laboral de los jóvenes no reside en el carácter limitado del tiempo de contratación (empleos con tiempo de finalización) sino en la falta de cobertura de obra social, descuentos jubilatorios y derechos como el aguinaldo y los días por enfermedad. Mientras que 11% de las mujeres y 17% de los varones tienen empleos con tiempo de finalización, un 40% de los varones y un 44% de las mujeres jóvenes ocupadas carece de obra social o de descuento jubilatorio”.

El informe destaca que “una parte sustancial de los puestos de trabajo creados entre 2007 y 2014 para los trabajadores masculinos correspondió a la categoría cuenta propia” y que “la contracción del empleo femenino y joven afectó enteramente a los puestos de trabajo en relación de dependencia; sorprendentemente, en medio de este ajuste, las ocupaciones por cuenta propia se mantuvieron estables”.

Por último, los números indican que el porcentaje de jóvenes que no estudian ni trabajan “se ha estabilizado en un nivel elevado”. Mientras que para el total de los aglomerados se observa una leve disminución tanto entre las mujeres como entre los varones, los indicadores de lxs ni-ni para Bahía Blanca y Cerri “lucen también bastante resistentes a una baja sustancial”.

(Por Francisco J Cantamutto) El lunes pasado el candidato presidencial del FpV presentó su plan de gobierno, acompañado de un extenso libro donde su equipo se explaya sobre el programa económico propuesto.

Parece que la estrategia de Massa de tomar definiciones en sus propuestas llegó al candidato  oficialista Daniel Scioli, quien el día lunes presentó en el Teatro Ópera su plan de gobierno. El mismo está basado en un extenso análisis de la Fundación DAR, plasmado en el libro “Lineamientos para el desarrollo económico y productivo”. Ante la crítica de falta de definiciones del candidato del kirchnerismo, este plan se presenta como una contundente respuesta, de palmaria claridad.

Los cimientos

Naturalmente, el eje de la propuesta es “profundizar lo logrado”, pasar a la etapa del “desarrollo estructural” como segundo momento de la recuperación iniciada entre Duhalde y Kirchner (hay un cuidado sumario de no clarificar este doble origen). El think tank neodesarrollista ha sido la fuente de inspiración para un marco de propuestas con claros fundamentos teóricos y programáticos, tal como se detalla en el texto. El enfoque es una reunión entre la macroeconomía keynesiana y el estructuralismo cepalino, fortalecida por algunos años de debates y formación de técnicos, en lo que se ha dado en llamar neodesarrollismo. La crítica simplista que circula entre medios masivos de que se trata de pura improvisación tiene cada vez menos asidero: es necesario debatir las ideas y propuestas reales.

Esta reunión tiene varios elementos constitutivos, pero su eje central puede presentarse como: la necesidad de intervención permanente del Estado en el estímulo a la demanda agregada –a través de inversión pública e impulso al empleo- es el eje del crecimiento y ulteriormente, el desarrollo. A diferencia de lo que en el debate más ramplón le acusan a su adversario Macri, no se trata de una discusión entre Estado versus mercado. La intervención que promueven no implica desplazamiento del capital privado, sino al contrario, su sostén, guía y respaldo: cómo, a través de “inteligentes” operaciones, se podría tentar al capital de invertir productivamente en el país. Ni abandonar toda la política económica a las decisiones privadas, y reemplazarlas por una lógica burocrática. No hay, en tal sentido, ni regreso al neoliberalismo más crudo, ni horizonte de cambio de las relaciones de propiedad más básicas. Hay regulación y asociación público-privada.

Éste es el origen de la relación histérica entre el kirchnerismo y el capital. El gobierno ha hecho lo imposible por hacerle entender a los dueños de los medios de producción que su mejor opción es invertir productivamente y generar empleo en el país, partiendo de garantizarle elevadísimas tasas de ganancias. Pero el capital se niega a responder a los beneficios, y mantiene sus comportamientos lascivos: fuga de recursos, falta de inversión, desajustes estructurales, empleo informal, etc. La apelación de Kirchner a la burguesía nacional sentía –quizás con convicción- que por nacer aquí a algunos empresarios les importaba más la patria que el negocio. El capital ha reconocido los favores del gobierno, pero se niega a que le digan qué hacer con lo que asume que es suyo. Un gobierno empeñado en convencer al capital de cuál es su mejor negocio.

Si bien algunas organizaciones de base aceptan al kirchnerismo como un espacio heterogéneo, en disputa, las planas mayores muestran una y otra vez un pensamiento sin contradicciones. El balance hasta aquí es: “hay muchos logros, y quedan cuentas pendientes; si nos dan el tiempo suficiente, las iremos resolviendo”. No hay, no puede haber, elementos contradictorios, es decir, que constituyan una relación interna al proceso pero se muevan en sentido opuesto al propuesto. Sólo por dar un ejemplo, que en la última década se haya consolidado la tendencia extractivista y primarizante del perfil exportador del país, no parece hacer mella en el discurso de industrialización.

Las propuestas

La presentación del plan de gobierno tuvo frases contundentes como prometer “pleno empleo y crecimiento”, la llegada de “30.000 millones de dólares de inversión por año”, “las 250.000 viviendas por año”, entre otras. Pero sin dudas la que se llevó el laurel de slogan fue que su gobierno no quiere “un paraíso financiero, ni fiscal, sino que la Argentina sea un paraíso productivo”.

Para ello, lo que dijo y mostró rodeado de gobernadores, intendentes, diputados y militantes fue que le ofrece al capital “gobernabilidad, certidumbre y previsibilidad”. El kirchnerismo garantizó lo primero desde que atajó la crisis del 2001, pero los dos siguientes puntos habrían sido esquivos durante el gobierno de Cristina Fernández, debido a su forma de construcción política a través de antagonismos cambiantes. El capital concentrado le había dejado muy en claro a los candidatos que ésta era su preocupación central, como ya explicamos aquí. Scioli ofrece una “etapa superior” del kirchnerismo en este sentido, al combinar lo conseguido con lo faltante, en una síntesis novedosa.

Scioli enfatizó que resolvería los desajustes de la macroeconomía (inflación y faltante de dólares a la cabeza) sin ajuste. Gradualismo es la palabra clave aquí, y su propuesta está centrada en un eje: movilizar la inversión, local y extranjera. Para impulsar la inversión, además de su garantía de estilo de gobierno, propuso impulsar a partir de la banca pública un banco de desarrollo, al estilo del BNDES brasilero. Asimismo, en relación a las divisas, no desestimó tomar deuda en lo inmediato, dejando muy en claro que –como siempre explicó la presidenta- el objetivo del desendeudamiento era volver a los mercados de crédito en condiciones más razonables.

Asimismo, esa inversión debería estar dirigida en un sentido claro. Si Macri explicó que quería un país lleno de fábricas de pasta y galletitas, el equipo de Scioli hiló mucho más fino. Presentaron el lunes un detalle de 14 cadenas de valor a priorizar, por su impacto en el empleo y en la generación de divisas, entre las que se encuentran la automotriz, alimentaria, textil, química y petroquímica, cuero y calzado, metalmecánica, farmacéutica. Dejó en claro, además que para proveer de divisas a la industria, no debía retacearse gestos al agro, responsable de las exportaciones. Para ello, como había planteado, garantizará la rentabilidad de todos los sectores.

La inversión productiva permitiría incrementar la masa de recursos disponibles, para moderar la disputa distributiva. Pero para impulsar la inversión, no se esperan salarios reales al alza. Este futuro no auspicioso se buscará contener a través de los acuerdos con las dirigencias burocráticas, y las promesas a los movimientos sociales de Ministerios de Derechos Humanos y de Economía Popular. Otros candidatos no pueden prometer esta gobernabilidad al capital, es decir, la contención institucional de las demandas populares.

La pregunta que se sostiene es si estas propuestas de “kirchnerismo ordenado” serán suficientes para tentar al esquivo capital. Y en caso que lo fueran, sigue pendiente saber por qué nos deberían entusiasmar.

(Por Julio Gambina) Allá por el año 1997 desde la Central de Trabajadores Argentinos, la CTA se convocó a discusiones por un Nuevo Pensamiento, generando debates en todo el territorio nacional durante tres años.

La convocatoria confrontaba con el hegemónico pensamiento único que sostenía en los 90 la política neoliberal, de apertura económica, flexibilización laboral y privatizaciones. Las desregulaciones y el aliento a la iniciativa privada, especialmente extranjera era la lógica imperante en los gobiernos previos al estallido del 2001.

No solo el poder ejecutivo impulsaba esas políticas, sino que la burocracia política, sindical, empresaria y mediática estimulaban con argumentación apologética para diseminar un consenso mayoritario en la sociedad.

La hegemonía neoliberal era contundente y explicaba el triunfo del menemismo en el segundo turno desde 1995 sin escamotear argumentos favorables al falso libre comercio, en rigor dominado por monopolios transnacionales. Pero también explicó el triunfo de la Alianza en 1999 privilegiando la estabilidad del tipo de cambio contra la masividad de la miseria extendida, el desempleo y la caída del nivel de vida de la mayoría empobrecida de la población.

En aquella convocatoria de la CTA coincidían los argumentos anti neoliberales y otros anticapitalistas. El mensaje que unificaba apuntaba a derrotar al pensamiento neoliberal, hegemónico y responsable de la situación social de empobrecimiento y un desenlace recesivo desplegado entre 1998 y 2002. Las diferencias se dejaban para otro tiempo.

¿Por qué la evocación?

Porque el Ministro de Economía acaba de sostener en un encuentro de economistas heterodoxos[1] la necesidad de un pensamiento económico nuevo latinoamericano, sobre la base de las experiencias desarrolladas en estos años en buena parte de la región y que tienen en común la crítica al proceso neoliberal de los 90. Señaló Kicillof la necesidad de dar “cuerpo a una teoría económica que corone este proceso de crecimiento que experimentó América Latina”.

Más allá del balance de política económica y la discusión sobre los aspectos estructurales del orden contemporáneo, el debate sigue sustentado en lo discursivo en la crítica al neoliberalismo, sin cuestionar al régimen del capital.

Por definición, la heterodoxia contiene en su seno a diversas corrientes que discuten con la hegemonía neoclásica en sus distintas versiones, monetaristas, ortodoxos, los que imponen más énfasis teórico en el imaginario del libre cambio (como si existiera).

En la heterodoxia confluyen keynesianos, neo-keynesianos, pos-keynesianos y una diversidad de corrientes que disputan la orientación del orden capitalista, pero sin salirse del marco capitalista. Ese colectivo de pensamiento confluye y debate con otras varias corrientes del pensamiento crítico, algunos de los cuales se reconocen en la tradición de Carlos Marx y que asumen como sentido principal de sus enfoques la crítica al capitalismo.

Hace dos décadas, en los encuentros por un Nuevo Pensamiento, se discutía contra el neoliberalismo, hegemónico y en el gobierno. Hoy se vuelve a esgrimir la misma necesidad en un contexto de cambio político en la región, con fuerte crítica discursiva al neoliberalismo pero escasa transformación estructural de la economía, por lo que se asume la reiterada convocatoria a unir fuerzas contra la hegemonía global neoliberal, que subsiste en la orientación principal del orden mundial, aun con el capitalismo en crisis.

Ir más allá de la crítica neoliberal

Por eso, nuestro interrogante apunta a pensar que es lo que ocurre en nuestra región, que pese al cambio político desde el comienzo del Siglo XXI, el cambio económico continúa siendo una asignatura pendiente.

El modelo productivo y de desarrollo, es decir, la extranjerización y transnacionalización de nuestras economías no se han modificado y la característica de la dependencia se profundiza. Claro que hay matices entre los distintos procesos en la región, pero el núcleo de la dominación transnacional mantiene su capacidad de orientar el rumbo.

En un análisis sobre Bolivia se sostiene que “También la economía fue transformada por el proceso de nacionalización de varios sectores estratégicos. La nacionalización de los hidrocarburos del año 2006 generó un enorme flujo de ingresos para el país, resultado de la retención del excedente económico originado en este sector. El Estado, por la vía de nacionalizaciones del capital transnacional, estatizaciones del capital privado nacional y la apertura de nuevas empresas públicas productivas, se ha fortalecido y hoy controla el 35% del producto interno bruto del país. Así hemos dejado atrás el modelo neoliberal en el que, como sabemos, cuanto menos Estado mejor para los capitalistas; hemos pasado a un modelo con decisiva presencia reguladora y redistributiva estatal, aunque todavía dentro del sistema capitalista.” El texto continúa señalando: “Creo que aquí radican las tareas, en lo económico, que deben llevarnos a la profundización de este proceso: seguir fortaleciendo al Estado con nuevas nacionalizaciones, al mismo tiempo que potenciamos al sector social y comunitario de la economía transfiriendo hacia él una parte del excedente recuperado. Ésta será la vía para salir del capitalismo y comenzar la construcción de un nuevo socialismo comunitario y el Vivir Bien.”[2]

Es interesante asumir la hegemonía capitalista, como el rumbo anticapitalista y afirmar que las acciones anti-neoliberales tienen rumbo en el socialismo comunitario y el Vivir Bien; algo distinto a la prédica anti-neoliberal para un capitalismo nacional, serio o normal.

Homenaje a Theotonio dos Santos

Es curioso como el homenajeado en el encuentro de los economistas heterodoxos ha sido Theotonio dos Santos, uno de los iniciadores de la Teoría de la Dependencia en los 60. Una concepción teórica que suponía mirar a la economía mundial desde Latinoamérica y por ende, se intentaba completar a Lenin que había promovido la teoría del imperialismo desde el estudio de los fenómenos expresados en el capitalismo desarrollado.

Cien años se cumplirán el próximo 2016 de la publicación del famoso texto del revolucionario ruso, donde se ejemplificaba con la Argentina al típico proceso de independencia política y dependencia económica. Allí sugería que la tarea de la independencia política requería para completarse de la independencia económica, y con él, nosotros insistimos en superar el cambio político regional con el cambio económico.

Los teóricos de la dependencia en los 60 discutían la posibilidad del desarrollo bajo el signo de la dependencia. Fernando Henrique Cardozo, luego presidente de Brasil con ejercicio de política económica neoliberal, sostenía que si se podía impulsar el desarrollo aún en dependencia. Theotonio dos Santos lo confrontaba y sostenía una posición crítica al orden capitalista y a la dependencia. Otros heterodoxos de la época, como Celso Furtado, también criticarían al desarrollismo, que alentaba expectativas en el progreso basado en las inversiones externas y la industrialización e inserción en el capitalismo de entonces. Eran tiempos de bipolaridad y la discusión incluía a pensadores de fuerte tradición en Marx como Rui Mauro Marini en Brasil, o Agustín Cueva en Ecuador, los que fundamentaban el horizonte socialista como solución para nuestros países.

En nuevas condiciones, el debate ahora vuelve a presentarse, y se convoca a debatir por un nuevo pensamiento económico. Bien vale interrogarse si se trata de una crítica al capitalismo en crisis, o si solamente se trata de recrear la crítica al orden neoliberal y a la ofensiva más descarada del gran capital por la liberalización de la economía. No es que sea poca cosa la crítica a la hegemonía, pero la situación demanda marcar el rumbo más allá del capitalismo.

Sin perjuicio de la articulación diversa de concepciones críticas al neoliberalismo, el problema radica en los instrumentos que se utilizan para resolver los problemas del presente. No se trata solo de enfoques teóricos, sino que desde esos diagnósticos emergen las políticas económicas concretas para materializar objetivos solo anti neoliberales o en la perspectiva socialista.

El comentario apunta a la confianza en la radicación de inversiones sustentadas desde los críticos al neoliberalismo, para impulsar la industrialización y el modelo productivo en nuestro tiempo y por otro lado, el pensamiento crítico alentando las transformaciones de las relaciones de producción en la búsqueda de una lógica económica, social y cultural contra y más allá del capital.

Queda claro que siempre se trata de una cuestión política, de correlaciones de fuerza, pero resulta imprescindible asumir la batalla de ideas por la hegemonía de la heterodoxia. De lo contrario se puede caer en el posibilismo. La lucha cotidiana de trabajadoras/es y sectores empobrecidos demandan enfoques teóricos que potencien la crítica al capitalismo y aporten sustento para hacer realidad la transformación y emancipación social.

(Por Julio Gambina) Las expectativas están puestas en la visita papal a Cuba, recordando que viene de declaraciones públicas realizadas en territorio nuestro americano muy críticas al orden capitalista, y precisamente cuando en San Juan se produjo en estos días un derrame de cianuro que levantó y movilizó al pueblo de esa provincia.

Vale memorar que San Juan es un territorio donde la protesta contra la mega minería a cielo abierto estaba oculta detrás del fuerte consenso electoral que venía logrando el gobierno de José Luis Gioja, cuya familia está directamente involucrada en el negocio minero y en la gestión pública nacional del sector minero.

El tema de fondo es el agua y la contaminación, una cuestión que lamentablemente solo aparece cuando el daño es evidente, ya que la campaña previa se asienta en el efecto riqueza que generan las inversiones y la difusión de un empleo directo e indirecto que “resuelve” en el corto plazo las necesidades de ingreso para satisfacer un determinado patrón de consumo.

Así, el circulo parece virtuoso entre inversiones externas y crecimiento de la economía y el consumo, desinteresando a la sociedad sobre el nocivo efecto de un modelo productivo depredador.

Pero no es solo el derrame provocado por la Barrick Gold en Veladero, sino que también en estos días se cumplen tres años de la campaña No a la Planta de Monsanto en Malvinas Argentinas, Provincia de Córdoba, y dos años del bloqueo.

La movilización popular impide el intento de construir un planta de producción para abastecer el paquete tecnológico del modelo productivo en el campo. Esa iniciativa empresarial era celebrada por los gobiernos locales, el provincial y el nacional, no necesariamente convergentes en el proceso electoral en curso.

Tanto los episodios de San Juan, como el pronunciamiento del acampe en Córdoba, son señales de una opinión en la sociedad que es crítica al modelo productivo que afecta a nuestros bienes comunes y se agiganta con las declaraciones sostenidas desde el Jefe del Vaticano, tanto su encíclica Laudato Sí, como en sus mensajes a los pueblos.

Más allá de las intencionalidades de las protestas y los mensajes del Papa Francisco, lo que aparece como novedad en el debate político y económico, incluso cultural, es la crítica al capitalismo.

Nada relativo a esta preocupación aparece en el proyecto de Presupuesto 2016 presentado al debate parlamentario.

El presupuesto es un instrumento que debiera recoger el sentido de la demanda social en defensa de los bienes comunes y sin embargo persiste en sostener la promoción de la sojización, la mega minería a cielo abierto, las expectativas en los hidrocarburos no convencionales y el sistema de armaduría en la industria.

La lógica del proyecto presupuestario reproduce el sentido del orden económico social que según los propios datos del INDEC, en su Encuesta de Grandes Empresas, se reconoce la tendencia a la confirmación de una lógica de dominación de corporaciones transnacionales que privilegian el objetivo de la ganancia, y en la medida que pueden remiten sus utilidades al exterior, o alientan los mecanismos de fuga de capitales que sostienen la demanda especulativa por las divisas.

Se disputa el liderazgo y el modelo de desarrollo

El tema que pretendemos suscitar remite a las protestas masivas contra el orden neoliberal de las dos últimas décadas del Siglo XX y que motorizaron el fenómeno del cambio político en la región, incluso con gobiernos que asumieron el discurso crítico a las políticas neoliberales y en algunos casos incluso al orden capitalista.

A la cabeza de ese debate estuvo el liderazgo regional del proceso venezolano y Hugo Chávez innovando con la propuesta por un Socialismo del Siglo XXI, que luego estimuló desde Bolivia la propuesta por un Socialismo comunitario. Con Cuba y su experiencia socialista se reinstalaba el debate y la propuesta contra el capitalismo.

Pero más allá de discursos y con el peso de Brasil y la expectativa del nuevo proceso conducido por Lula se habilitó una dinámica de discusión sobre una integración alternativa, con realizaciones que todavía no terminan de materializarse y asociadas a los proyectos de articulación productiva para afirmar la soberanía alimentaria, energética o financiera.

La novedad propositiva y discursiva del Papa Francisco interviene en ese debate sobre el rumbo económico social y cultural de nuestro tiempo, reivindicando las demandas por trabajo, tierra y techo que no figuran en los proyectos del capital transnacional. Este, desde sus inversiones busca fuerza de trabajo barata y opción de saqueo sobre los bienes comunes, lo que define a los países emergentes.

Tenga quien tenga el liderazgo político en la región, lo que se hace evidente es la discusión del modelo productivo y de desarrollo, es decir, el tipo de sociedad que se pretende y quien define la situación es la dinámica social en conflicto por un nuevo orden social.

Pensemos que el neoliberalismo se ensayó en territorio sudamericano y que desde aquí emergieron las realidades del cambio político sustentadas de la lucha popular, que para afirmarse requieren de avances en el cambio económico, una asignatura aún pendiente.

Lo interesante a remarcar, más allá de quien lidere este proceso en la región y en el mundo, es que así como los cambios devinieron de la movilización social en los 80 y 90 del siglo pasado, la emergencia de protestas en defensa del agua, de la tierra, de los bienes comunes, por la soberanía del pueblo, es lo que puede aportar de nuevo a una dinámica de lucha social y si se quiere, de clases, para definir un rumbo contra la lógica del capital y su accionar contra el metabolismo social natural.

(Por Francisco J Cantamutto) Los principios de Reestructuración de Deudas Soberanas aprobados en Naciones Unidas la semana pasada fueron presentados como una victoria moral. Las severas limitaciones de esta victoria pírrica.

El pasado jueves 10 de septiembre se aprobó en la Asamblea General de Naciones Unidas la Convención Multilateral sobre Reestructuraciones de Deuda Soberana a propuesta de Argentina. Hace un año atrás, el gobierno de Cristina Fernández desplegaba su estrategia jurídico-política, enviando este proyecto a discutir a Naciones Unidas y dando impulso a una ley contradictoriamente llamada de Pago Soberano. Ésta última supuso declarar de interés público el pago de una deuda que al mismo tiempo que juzgaba digna de investigación, componiendo una comisión ad hoc cuyos resultados se esperan conocer a la brevedad (contaban con seis meses para presentar conclusiones).

La propuesta de un mecanismo de regulación de reestructuraciones de deudas de los Estados fue una interesante jugada política del gobierno, que sometió a debate en la Asamblea General de la ONU su actual disputa con una minúscula parte del sistema financiero internacional, los fondos buitres. Con el apoyo de China y el G77 a la iniciativa, no fue difícil conseguir una mayoría para discutir el asunto. La votación finalizó con 136 votos a favor, 41 abstenciones y 6 votos en contra de los centros de poder económico (Alemania, Canadá, Estados Unidos, Gran Bretaña, Israel y Japón), lográndose su aprobación. Se espera que algunos países busquen aprobar leyes para incorporar la convención a sus sistemas jurídicos, como ya indicó que haría Bolivia.

El canciller Héctor Timerman festejó la conquista afirmando que las disposiciones “Ponen un límite a los piratas del siglo XXI que aprovechan la falta de legislación global para infringir daño y obtener ganancias extraordinarias.” La resolución fue muy festejada como un logro de política internacional, incluso como una victoria moral. Sin dudas, esta convención convalida la estrategia del kirchnerismo respecto del tratamiento de la deuda; pero eso no significa que se trate de un enfrentamiento abierto al capital financiero.

Dos cuestiones generales dudas sobre esta supuesta victoria, ambas reconocidas por el oficialismo. La primera es que la resolución no tiene aplicación retroactiva, con lo cual no sería de utilidad para el conflicto actual con los fondos buitres. En todo caso, sería de utilidad para una nueva ronda de endeudamiento como la que se espera, tanto si gana Scioli como si gana Macri. La segunda es que en lugar de un mecanismo claro de reestructuración, lo que se aprobó fueron nueve principios generales, de aplicabilidad no coactiva, es decir, a voluntad de las partes.

A estas dos cuestiones generales se agregan algunas dudas puntuales respecto de los principios en sí, que ya han expresado dos expertos en la materia, Héctor Giuliano y Alejandro Olmos Gaona. Más allá de declamaciones como la de inmunidad soberana (principio 6) que no estuvieron nunca en discusión (a menos que volviéramos un siglo atrás, antes de la Doctrina Drago, y permitiéramos invasiones extranjeras para cobrar deudas), la convención genera más bien suspicacias. Entre otros puntos que generan severas dudas, está el taxativo privilegio de los derechos de los acreedores sin referencia equivalente de los de la nación soberana, la obligación de los países deudores de rendir cuentas (sin equivalencia respecto de los acreedores), y la prohibición de discriminar entre acreedores (lo que convalida la práctica de los fondos buitres de comprar deuda a precio de remate para especular luego con juicios) y la obligación de las partes de someterse a negociaciones. De acuerdo con este conjunto de principios, los fondos buitres serían grandes ganadores, puesto que los cuatro puntos anteriores conforman el núcleo de sus demandas en los tribunales neoyorkinos: que, sin importar cómo obtuvieron los títulos de deuda, Argentina debe sentarse a negociar con ellos, dar explicaciones, pagarles.

El principio 9 sería el más favorable a las intenciones de Argentina, que indica que “una minoría no representativa de acreedores (deberán) respetar las decisiones adoptadas por la mayoría de los acreedores”. He aquí la gran conquista del argumento kirchnerista: una vez reestructurada la deuda con la mayoría de los acreedores (93% para el caso argentino post 2001), una minoría (MNL Capital tiene menos del 2% de los bonos) no puede obstaculizar la normalización financiera. El berrinche judicial de Singer y Griesa no tendría sostén de acuerdo con este principio.

Sin embargo, antes de cantar victoria, deberíamos apelar a la memoria –tan cara al oficialismo- y el estudio de la arquitectura financiera internacional. Desde que el siglo XXI comenzó, la posición oficial de Estados Unidos y del FMI ha sido impulsar un sistema de reestructuraciones de deuda soberana semejante a una convocatoria de acreedores. Luego de que el conservador Meltzer presentara su informe en el Congreso estadounidense, fue la temible neoliberal Anne Krueger quien impulsó esta idea justamente a raíz del default argentino de 2001. La razón es sencilla: si se permite que un pequeño grupo de fanáticos obstaculice las reestructuraciones, se impide que el país deudor pueda renovar su voluntad de seguir pagando y tome nueva deuda. Es decir, la avaricia de unos pocos complica el negocio de otros muchos. Los fondos buitres son una lacra del sistema financiero internacional, que ponen palos en la rueda para que el poder financiero real pueda continuar su expoliación.

Fue por este motivo que ni el organismo ni la potencia dificultaron el canje de Argentina de 2005, sino más bien al contrario lo apoyaron. Tenían dos motivos más para esta actitud, y es que la propuesta de Néstor Kirchner renovaba la jurisdicción extranjera en la materia y no cuestionaba el origen de la deuda. Los tres puntos se vieron ratificados con la Convención aprobada en la ONU: no investigar la deuda; mantener la jurisdicción fuera del país deudor; y negociar por mayorías.

Junto al principio ocho que declara abiertamente la intención de estabilizar el sistema financiero internacional, y el segundo que explica que el propósito es “restablecer la sostenibilidad de la deuda y el servicio de la deuda de manera rápida y duradera”, queda palmariamente claro que la preocupación y voluntad de la Convención –al igual que la declarada por el kirchnerismo una y otra vez- es sostener el sistema de endeudamiento permanente de los países dependientes. Garantizar el negocio de deudas ilegales e ilegítimas para todas las partes.

No debe confundir al análisis político serio los votos negativos de las potencias: presentándose como la encarnación misma del mal, dan la excusa perfecta para presentarlo como una conquista. Era evidente que la Convención –insistimos, no coactiva- se aprobaría igual por mayoría; si las potencias hubieran querido bloquearlo, tienen mecanismos políticos y económicos para hacerlo.  La Convención de la ONU es un fiasco que continúa la política estratégica de volver a endeudar al país.

(Por Julio Gambina) Con la celebración del día de la industria resurgieron debates sobre el modelo productivo y de desarrollo en la Argentina.

Por un lado, la vos oficial estuvo a cargo de la Presidenta de la Nación en la celebración realizada en Tecnópolis el 2/9/15. Por otro lado se pronunciaron los agrupamientos patronales.

Más allá de los discursos y opiniones del gobierno y las cámaras empresarias, emerge la compleja realidad del sector industrial, que arrastra casi dos años de caída de la producción.

Es algo que ocurre en el marco de la crisis mundial, que afecta a la demanda de la producción fabril local. Se trata principalmente de la caída económica del Brasil, principal comprador de bienes industriales locales y que parece no resolverse en el corto plazo.

Desde el discurso oficial se sostiene la necesidad de sustituir importaciones y exportaciones.

Sustituir importaciones

Reemplazar importaciones por producción local es una antigua aspiración del sector industrial local, materializada en general en tiempos de cierre de la economía mundial, especialmente propiciada por las condiciones de guerra. La falta de provisión externa motivó el impulso a la producción local, sustituyendo importaciones.

Por eso, la industrialización local estuvo impulsada de manera acelerada entre los años 20 y 50 del Siglo XX, con presencia de capital local y extranjero. La estructura social con mayoría de trabajadores asalariados y extensión de una burguesía local tiene esos antecedentes.

Es cierto que preferentemente se impulsó la industria liviana, productora de bienes de consumo. El motivo remite a la menor inversión de capital original para encarar esos procesos productivos, facilitando la emergencia de una nutrida capa de empresarios pequeños y medianos de capital local en capacidad de producir para abastecer el mercado interno.

Fueron tiempos de expansión del proletariado y florecimiento de una burguesía local, que animaron procesos políticos como el del peronismo, que proyectan su presencia hasta nuestros días. Una lógica destacada de ese fenómeno alude al pacto social implícito y explícito entre el capital y el trabajo, algo que Cristina Fernández enfatizó para este tiempo de crisis.

También hubo desarrollos de la industria pesada, relativa a la producción de medios de producción. Allí, el principal papel se concentró en el capital estatal y el extranjero. Ese proceso tiene distintos momentos para su expansión y con gran visibilidad hacia fines de los años 50 y hasta mediados de los setenta, en el esplendor de las políticas desarrollistas.

Con la dictadura genocida se inicia un paulatino desarme des-industrializador, con impacto directo en el desempleo, la precariedad laboral, la extranjerización y el aliento a la introducción de la producción externa en el mercado local.

Papel del Estado

El sujeto de la industrialización ha sido el Estado, impulsando sucesivamente el despliegue de la industria local, la radicación de capitales externos en el sector fabril, y claro, también se favoreció el sector público industrial y su posterior desarme y desarticulación.

El Estado activó y desactivó la producción local o externa con el fin de abastecer el mercado interno y/o el mercado externo.

Por eso, del mismo modo que el Estado favoreció políticas industriales orientadas a promover el mercado interno, también modificó la orientación para abastecer al mercado mundial, especialmente en tiempos de transnacionalización.

En el mensaje presidencial del 2 de septiembre[1] se alude a una mayor apertura económica de la Argentina construida en los últimos años, con la suma de importaciones y exportaciones del 25,3% del PBI para el 2014, contra un 17,2% en los años noventa. Se pretende demostrar que el país no solo no está aislado, sino que la creciente apertura de la economía es un dato de la realidad y en rigor, es expresión del proceso mundial de transnacionalización.

Es verdad que no solo la Argentina alienta el fenómeno de ensamble o armaduría y que transnacionalización mediante estos mecanismos se expanden por todo el mundo. Claro que se discute la proporción de fabricación local en el armado final, y por eso se insiste en sustituir importaciones.

Lo real es que resulta cada vez más difícil esa sustitución ante la creciente apertura económica y la dominación de las transnacionales en el sistema mundial y con expresión en nuestro país.

En la Encuesta Nacional de Grandes Empresas, ENGE[2], que difunde el INDEC, con datos al 2012, se muestra la dominación del capital extranjero sobre las 500 más grandes empresas de la Argentina. Son datos que excluyen al sector agrario y financiero, por lo que resalta la dominación fabril de la concentración y centralización de los capitales externos en todas las ramas de la producción fabril.

Sustitución de exportaciones

La gran novedad en el discurso presidencial proviene del enunciado de sustituir exportaciones ante el límite de la capacidad de compra del exterior, algo que tiene que asociarse a a su contrario, es decir, a la capacidad adquisitiva del mercado interno.

¿Podrá el mercado interno sustituir las compras externas? Es difícil pensar en el consumo local de la producción primaria, aun cuando operaron restricciones hacia algunas importaciones y que no resultaron en ampliación del consumo local. Pero, el interrogante apunta también a la producción fabril, especialmente asociada al nivel de ingresos de la población y las opciones, según estratos sociales de ingresos, de consumo. ¿Existe capacidad local de consumo del 50% de la producción automotriz destinada a Brasil?

Los estímulos al crédito para el consumo favorecen compras en el mercado interno, a costa de un mayor endeudamiento de las familias, con el límite de los ingresos de la mayoría de la población, entre ellos los asalariados, jubilados, y/o perceptores de planes. Incluso, los sectores de elevados o de medianos ingresos  se asocian a la presión por una devaluación orientando sus excedentes en la compra de divisas, restringidas en el mercado oficial y por ende estimulando el ilegal y con ello la especulación con las monedas extranjeras.

Resulta contradictorio el mensaje favorable a la mayor apertura de la economía con el aliento a una política de sustitución de importaciones y exportaciones.

Lo que no se considera es el carácter mundial de la economía capitalista en crisis, la inserción subordinada de la Argentina en la misma y por ende la necesidad de discutir el propio capitalismo si se pretende un rumbo independiente. Rumbo que requiere discutir no solo la producción local, sino la articulación e integración regional y mundial para un proceso de industrialización no dependiente.

Ello supone una mirada crítica al orden económico social vigente y una mayoría social dispuesta a la confrontación con el poder transnacional y sus socios locales,

No solo se trata de la crítica teórica o discursiva, sino de construir una densidad social y política en condiciones de construir otra realidad sustentada en otro modelo productivo y de desarrollo para beneficio de la mayoría desfavorecida en nuestro tiempo.

(Por Julio Gambina) Con preocupación se conoció en estas horas la suspensión de la producción de General Motors para el 28 y 31 de agosto, y 4 días en septiembre. La explicación se concentra en la menor demanda brasileña, agravado con que el 70% del armado local tiene destino en la exportación. Imposible cubrir en el mercado interno esa producción orientada al mercado externo, por límites en la capacidad de consumo local.

Al mismo tiempo, empezaron a llegar los telegramas de preaviso a los trabajadores de Paraná Metal, también asociado a la crisis automotriz. El comunicado oficial de la empresa señala que “teniendo en cuenta los cambios en el sector automotriz a nivel mundial, y en particular del Mercosur, la empresa toma el desafío de redefinir su plan estratégico al nuevo contexto. Paraná Metal trabaja en el sector de autopartes desde hace muchos años y buscará adaptarse a los cambios que el mundo y el mercado le van proponiendo. Se tomará el lapso de 60 días para evaluar el futuro de la compañía. Durante este plazo, se preavisará a los empleados de la posible finalización del vínculo laboral entre las partes”.

Los preocupados directos con la situación son 205 trabajadores y sus familias, especialmente los operarios, unos 150. La posibilidad del cierre está sugerida por la comunicación de la patronal para fines de octubre.

Son informaciones, ambas, en el mismo momento que las estadísticas oficiales sugieren datos de recuperación de la actividad industrial, que evidentemente no alcanza para estos casos. Hace casi dos años que se procesa una baja de la producción industrial, especialmente en el sector automotriz. La incidencia en la economía fue morigerada por la expansión del sector agrícola y en los servicios. El impacto directo se asocia en el deterioro del empleo y los salarios. Las estadísticas oficiales no reflejan cabalmente el fenómeno y la cruda realidad de estos casos hacen visible el ajuste de la economía y sus perjudicados directos.

Lo real es que la combinación de la situación de crisis mundial se asocia a la lógica empresarial, concentrada en la ganancia presente y escasa vocación inversora, asunto que denuncian los trabajadores para el caso de Paraná Metal. Tampoco se consideran para este caso procesos de reestructuración de una planta con tecnología obsoleta y un contexto recesivo en el ámbito local, regional y mundial. Eso requeriría voluntad empresaria e inversiones en tecnología y preparación de la fuerza de trabajo, tanto como búsqueda de nuevos mercados y disputa asociada a sus propios trabajadores por reorientar el modelo productivo hacia una industrialización no dependiente.

Es mucho pedir para una burguesía con el solo objetivo de ganar y acumular. En ambos casos y como siempre, los perjudicados son los trabajadores. Las empresas tuvieron su fuerte expansión en el ciclo de bonanza económica entre 2002 y 2007, incluso en 2010 y 2011 y no promedian años en alza con otros en baja. La preocupación es por el rédito actual y la resolución siempre pasa por el eslabón más débil.

La crisis la pagan los trabajadores

Por eso, resulta interesante en este marco leer a David Harvey, que en su libro “El enigma del capital y las crisis del capitalismo” publicado en 2010 y en alusión a la situación de crisis mundial vigente remite a que “Fábricas, altos hornos, panaderías y cervecerías, en otro tiempo rentables y llenos de vida, se ven obligados a cerrar. El capital fijo incorporado a ellas se ve así devaluado, y las crisis locales enturbian la vida de los habitantes de esos lugares caídos en desgracia. Durante la década de los ochenta las acerías de Sheffield perdieron alrededor de 60.000 puestos de trabajo en solo cuatro años. La enorme acería de Bethlehem en Pensilvania ahora no es más que una concha vacía y silenciosa en la ciudad que en otro tiempo dominaba, aparte del edificio que se ha convertido en un estridente casino de juego.”

Esa mención al casino de juego puede asociarse a la situación de la empresa situada en Villa Constitución y cuyo propietario está fuertemente vinculado al rubro del juego. Pero más allá de ello, la cita es importante, porque el geógrafo británico nos pone en situación de los antecedentes de la crisis capitalista contemporánea, visible desde el 2007 con epicentro en EEUU y que se generalizó a escala global. Son escritos del 2010, en pleno despliegue de la lucha de los trabajadores de Paraná Metal en crisis, ante el cambio de proveedor de la Ford Brasil.

En ese tiempo, entre 2008 y 2010, más de 900 trabajadores de la autopartista impulsaron un plan de lucha en demanda de la continuidad de la empresa y lograron la solidaridad de la comunidad. Por esos tiempos, el imaginario gubernamental ejercía un discurso que colocaba al país afuera del escenario de la crisis mundial, algo similar a la percepción del gobierno brasileño y otros en la región. Eran los tiempos en que Sudamérica crecía por encima de la media mundial, bastante distante del 0,4% previsto por CEPAL para este 2015 y con Brasil en un retroceso previsto del -1,5%.

Todo apuntaba a localizar la crisis en ciertos países o regiones, sin comprender que el propio crecimiento de la región era parte de la búsqueda de rentabilidad del gran capital y por ende, el fenómeno del crecimiento regional integraba a su modo la crisis mundial. Las automotrices acumularon grandes sumas de dinero y ante la menor dificultad, cargan contra los trabajadores.

Vale recordar que en el plan de lucha de hace un lustro, entre los trabajadores y la dirigencia de la UOM Villa Constitución se analizó la posibilidad, derivada de conversaciones con funcionarios y técnicos del INTI, de una reingeniería de la empresa ante la obsolescencia tecnológica y la pérdida del comprador monopólico. La condición de posibilidad era desde la autogestión, algo que vuelve a rondar en los debates asamblearios de estas horas.

La opción en aquellos años de crisis fue por la expectativa que generaba en los trabajadores la perspectiva de nuevos titulares de la empresa. Leandro del Greco, delegado de los trabajadores y de la CTA Autónoma relata que “luego de la lucha de 34 días continuos de corte de autopista sobreviene la extorsión de Cristóbal López para despedir a 500 trabajadores y bajar en promedio el 50% del sueldo sino no reabría la Planta. 18 meses después de haberla cerrado abrió cuando logró esas dos condiciones.”

Agrega del Greco que “no falta producción, todo viene de Brasil, entre el 75 y el 80% del “auto nacional” del relato viene de Brasil. El sector fundición de autopartes está en crisis, Paraná Metal es el más visible porque nosotros lo hicimos visible con la lucha”.

Si se recorre la realidad de otras metalúrgicas se encuentra una situación similar. La información señala un déficit comercial de más de 3.000 millones de dólares para las autopartistas, que se triplica para el conjunto del sector automotriz, con un déficit de 9.000 millones de dólares. La aspiración sería que la lucha visible sea asumida por el conjunto de los trabajadores, no solo del sector automotor, sino por el movimiento de trabajadores, algo que desafía al sindicalismo clasista, anticapitalista y antiimperialista.

La fuerte reducción de personal se asocia a despidos y chantaje de la patronal. Por eso ahora el conflicto se concentra en los 205 trabajadores actuales. El cambio de titular de la firma no se propuso la reingeniería. La apuesta fue al desgaste con futuro de cierre y sus consecuencias en cesantías. El empresario amigo del gobierno, Cristóbal López, conocido por sus acciones en el juego es responsable directo junto a una política económica de afirmación del ensamble y la dependencia en el sector industrial. Por eso no sorprenden los telegramas que empiezan a llegar y se frustran las expectativas esperanzadas de una salida laboral tradicional.

Crisis y propuestas más allá del capitalismo

No es nueva nuestra consideración sobre la crisis capitalista, que en estas horas se exacerba y especialmente cuando al comienzo de la semana se habló de lunes negro ante la caída de las bolsas en China y su generalización en el ámbito mundial.

La preocupación viene por los ajustes que tienden a generalizarse en países que hasta hace muy poco parecían afuera de la crisis mundial, caso de China y Brasil, principales socios comerciales de la Argentina.

Reiteremos que se trata de una crisis mundial, y la Argentina es parte del mundo, sin perjuicio de sus especificidades y problemas propios.

El debate actual entre los trabajadores de Paraná Metal apunta a pensar en soluciones más allá de la lógica de la empresa, situación a la que se enfrentaron los trabajadores en la crisis del 2001 y 2002 y que dieron lugar al proceso de ocupación y recuperación de empresas.

Quizá, el gran aporte teórico y práctico del fenómeno de ocupación y recuperación de empresas consistió en hacer evidente el carácter innecesario del organizador capitalista, el empresario. Además, la cuestión en sí misma, supone propuestas que intentan ir más allá de la lógica de la ganancia que sustenta el orden del capital.

(Por Francisco J Cantamutto) Aprovechando los números que arrojaron las Primarias, otros números mostraron su pronóstico: el mercado está contento con los que pican en punta.

Pasaron las Primarias Abiertas y dejaron un nuevo panorama de claridad respecto del horizonte electoral. Esta gran operatoria funciona como censo corrector de las encuestas difíciles de creer, dando tendencias constatables sobre el futuro político del país. Y, sin perjuicio de otras precisiones, el resultado mostró, primero, que casi un tercio del electorado (entre blancos, impugnados y ausentes) no optó por alguna alternativa; y segundo, que los tres candidatos que promueve el establishment concentran la mayor parte del voto positivo: un 60% respecto del total de votantes (90% de los votos válidos), pero distribuido entre sí.

Esto le ofrece al capital las dos prendas que más ansía: previsibilidad y un poder político más débil. Y el mercado hizo saber su alegría, mostrando una importante alza de las acciones en la Bolsa de Valores local e incluso en las cotizaciones en Wall Street de empresas con asiento en el país, así como bajando el precio del dólar ilegal.

Si se mantiene la tendencia de los votos, el próximo gobierno enfrentará un escenario de mayor distribución del poder político, que lo obligará a negociar en el Congreso. Esto se enfatiza, dado que en el Poder Legislativo se renueva la votación de 2011, donde el kirchnerismo obtuvo el 54% de los votos válidos, lo cual le dio la mayoría que aprovechó hasta ahora. Como hemos dicho antes, en el Congreso, las fracciones del capital tienen mejor representatividad, y toda negociación allí favorece los acuerdos básicos del capital, morigerando cualquier privilegio que obtengan las fracciones que logran hacerse del Ejecutivo.

En tal sentido, saber que el próximo presidente sale de esa terna también ofrece seguridades al capital, con diferentes sesgos, como ya explicamos. En ese sentido, Mauricio Macri es el candidato esperado del capital agropecuario, acorde a su impronta liberal: sus declamaciones sobre quitar de un día al otro los controles de cambios, arreglar con los buitres, o eliminar las retenciones son una melodía a los oídos de Sociedad Rural. Daniel Scioli, en cambio, se apoya sobre sectores del capital industrial y la construcción, prometiendo la continuidad del modelo actual: la “segunda fase de reindustrialización”, la promesa de Techo y Trabajo, son expresiones del actual pacto social. Por su parte, Sergio Massa intentó una extraña combinación de discurso de tercera posición, sin lograr convencer del todo a ninguna fracción (como le pasara a Alberto Rodríguez Saá en su breve interinato), aunque enfatizando sus sesgos conservadores. Los tres provienen de la clase que buscan representar, aunque Macri y Scioli se encaraman en lo más alto de ella: para el capital, cualquiera de ambos “es uno de los nuestros”.

Moderando el discurso, conquistando al Capital

En las últimas semanas Macri mostró un giro discursivo, moderando sus posturas, prometiendo conservar las políticas más progresistas (emulando la estrategia política de Capriles en Venezuela, cuando en 2013 arañó la mitad del electorado). Sus ambigüedades con respecto a YPF o Aerolíneas, por ejemplo, no le ganan cariños en su base dura empresarial, aunque puedan engañar a más de un desinformado. El “festejo” post-PASO del mercado no estuvo ligado a ilusiones sobre sus chances, sino en que distribuyera el voto y condicionara al primero.

En tal sentido, Scioli hace también un tiempo que busca conquistar al electorado del capital. El voto de las organizaciones kirchneristas populares y/o progresistas lo ganó con Carlos Zanini de vice, o sus recientes anuncios de Ministerios de Derechos Humanos y de Economía Popular. El discurso ahora se orienta al capital y a los sectores medios que adoptan sus problemas y soluciones. Scioli se ha cansado de repetir que va a dar continuidad al modelo actual, pero también dio otras precisiones. “Vamos a salir al mundo a buscar inversiones”, dijo, en referencia al área energética en especial. Respecto de los holdouts, señaló: “Soy un dialogador empedernido y una persona que busca en el tiempo encontrar las soluciones en todos los problemas”. No casualmente, las acciones que más aumentaron su valor post-PASO fueron las energéticas, las petroleras y la banca. Prevén un ajuste a su favor: aumentos de tarifas, vuelta a los mercados de crédito, liberalización del mercado.

Por otro lado, Scioli, y sus economistas de referencia, Mario Blejer y Miguel Bein, han explicado que el principal problema de la Argentina es la falta de dólares y la pérdida de competitividad. Para resolverlo, hablan de poner fin a los controles de capital y reducir retenciones, pero avisan que hay que hacerlo gradualmente. Por esta vía, aseguró que todos los sectores van a tener garantías a su rentabilidad: “No voy a esperar que vengan las inversiones, las voy a buscar. Nadie se va a quedar sin sembrar, nadie se va a quedar sin producir, nadie se va a quedar sin fabricar por falta de rentabilidad”. El plan Scioli es volver al primer duhaldokirchnerismo: altas ganancias que aseguren inversiones, que permitan contener la fuerza de trabajo mediante empleo y, por esta vía, contener la inflación. Música para el poder empresarial.

Mientras tanto, la perspectiva de arreglo entre Grecia y la Troika, así como el fallo de la corte de apelaciones contra los embates del juez Griesa, mejoraron el humor de los mercados financieros e impulsaron al capital a aprovechar el río revuelto para ir por ganancias. No obstante, la devaluación del yuan puso temprano fin a esta perspectiva y alteró las bolsas de valores del mundo el resto de la semana.

En ese sentido, Darío Epstein, operador de Bolsa en Nueva York, dijo: “Los precios de los activos financieros están castigados por demás. Notamos que hay fondos internacionales interesados en entrar al país, ya que avizoran una ganancia por corrección del mercado”. Y agregó que “la sensación es que tanto Scioli como Macri o Massa van a implementar políticas promercado. Probablemente sus tiempos sean distintos, pero los tres tendrán una postura más amistosa hacia los inversores, en comparación con la de Cristina Kirchner”. En sintonía, desde la dirección del Mercado de Valores local, Nicolás Scioli afirmó que “nadie podría estar comprando acciones o títulos si creyera que con Daniel Scioli la economía del país va a empeorar. Todo lo contrario: la respuesta positiva del mercado es la respuesta de la gente que ve un hombre previsible, coherente, de diálogo, con un perfil propio de unir y construir puentes, siempre con respeto, con humildad”.

El capital, como lo ha venido haciendo, sigue aclarando sus gustos: gane quien gane de la tríada, sea con gradualismo o con shock, sabe que el programa de políticas es el suyo.

Fuente: marcha.org

Foto: Mas

(Por Julio Gambina) Las inundaciones y su consecuencia en familias evacuadas trae nuevamente a la discusión el modelo productivo, ya sea por la situación derivada del cambio climático a escala global, o por efecto directo de las características de la producción en el sector primario en la Argentina.

Con la ampliación de la frontera agrícola, especialmente sojera y transgénica aparecen variadas consecuencias.

Una es la expansión económica expresada en las cuentas nacionales como incremento del Producto bruto Interno, PBI. El crecimiento es algo que se lee como positivo, y termina siendo un fetiche, como si cualquier crecimiento fuera para festejar, del mismo modo que se instala un clima de preocupación con el bajo crecimiento, la desaceleración o la baja del producto. Para nosotros, el problema es discutir qué tipo de producción es la que se necesita y para satisfacer que necesidades. Se puede crecer sobre la base de actividades no productivas, por ende innecesarias, como la producción de armas, drogas o la especulación financiera, y sin embargo, esas actividades y lo que suponen en circulación monetaria, medidas en la contabilidad nacional (en forma directa o indirecta) alimentan el fetiche del crecimiento.

Otra remite al uso del excedente generado por la actividad primaria, especialmente orientado en las inversiones en la construcción residencial y la especulación financiera, incluida la fuga de capitales; todo lo cual incide en las cuentas nacionales y la evolución de la economía, considerado como factor favorable. El resultado es una creciente urbanización no planificada que incorpora mayores problemas al modelo de desarrollo y a la política de población, radicación y orientación de la actividad productiva soberana. Surgen así barrios cerrados y grandes edificios que demandan inversiones públicas y agudizan los problemas de servicios, al tiempo que restan recursos fiscales a las necesarias obras de infraestructura rural. La urbanización en las condiciones del capitalismo en el país agiganta la fractura entre lo rural y lo urbano, con un Estado subordinado a la lógica del capital. Por eso no sorprende que ante la ausencia de las necesarias obras de infraestructura para aliviar y recuperar aguas, la solución del mercado apunta a canales aliviadores clandestinos, que resuelven la rentabilidad inmediata del inversor en desmedro del suelo, las aguas subterráneas y los cursos de agua que recogen en conjunto los tóxicos de la forma de producción privilegiada en el campo argentino.

Debemos adicionar que se trata de una producción para el mercado mundial, principalmente China, que ahora pone de manifiesto su crisis con la devaluación del yuan, su moneda nacional.

Ello impacta en el comercio exterior y por lo tanto a la Argentina, sea por compras o ventas. La devaluación del yuan hace más competitiva la producción china y puede generar dificultades para la producción local. Es creciente el déficit comercial de Argentina respecto de China, derivado de nuestras exportaciones primarias y de importaciones de bienes manufacturados en ese país. La dependencia comercial con China es grave, sea como gran comprador que induce al monocultivo de soja, como por el tipo de productos que China vende a la Argentina, contribuyendo a complicar el proceso industrial, agravando la recesión productiva que lleva ya casi dos años. La dependencia comercial se agrava con la dependencia tecnológica del paquete productivo en manos de las transnacionales de la alimentación y la biotecnología.

Los defensores del modelo productivo agrario y la siembra directa culpan a la política económica por la ausencia de inversiones en infraestructura y por no alentar en mayor medida la ampliación de la frontera agrícola sojera y sus derivados en materia de agro energía. Sostienen que hay posibilidad de estímulo a la producción de etanol, asociando soja y energía, sin discusión relativa a otros modelos productivos, por ejemplo sustentados en la concepción de la soberanía alimentaria y la agricultura familiar y comunitaria. Es más, sostienen que más que pensar en hidrocarburos no convencionales y la recreación de explotación para energía no renovable, caso del yacimiento de Vaca Muerta, la apuesta debiera asentarse en más producción agraria y energética derivada de la industrialización de la ruralidad, un concepto que asume la proyección del Plan Agro Alimentario 2020 formulado desde el gobierno. No se trata de hidrocarburos sí o no, de agro energía sí o no, sino de discutir energía para quién y qué modelo productivo y de país.

Son todos temas que merecen un gran debate y que pocos relacionan en la discusión política electoral en curso. Existe abundante crónica periodística de lamentación por las inundaciones y sus consecuencias sociales, e incluso uso política de la dramática situación, pero escasa vinculación del fenómeno con el modelo productivo. Del mismo modo que se analiza la situación en China como un problema externo, sin asociarlo a la situación de dependencia que Argentina viene desplegando con el gigante asiático, y no solo en materia comercial, sino y crecientemente con demanda de inversiones y préstamos provenientes de ese país.

Hay que discutir este modelo productivo, base del crecimiento de estos años, que asocia al país al ciclo de expansión regional por la explotación de comodities. Este modelo generó excedentes que sirvieron para la mayor concentración de las clases dominantes y también para la ampliación de la política social para frenar el conflicto y disputar consenso político. Esta vinculación de producción primaria con política social masiva permitió un ciclo de crecimiento económico en toda la región sudamericana con fuertes consensos políticos, que empiezan a deteriorarse al ritmo del impacto de la crisis mundial capitalista en nuestros países.

Las tendencias son de agravamiento de la crisis y con lo cual, la ecuación de expansión económica y de la política social puede encontrar límites y hacer crecer el conflicto social. Con matices, es lo que ocurre en la región y demanda la necesidad de la crítica de la política económica aplicada en estos países, y que el cambio político gestado desde el comienzo del Siglo XXI requiere de nuevos rumbos en materia de modelo productivo y de desarrollo. La retórica del neo-desarrollismo contra el neoliberalismo no es suficiente, por lo que se necesita ir contra la lógica del capitalismo, que en definitiva sostienen las concepciones neo-desarrollistas y claramente las neoliberales. La crisis capitalista mundial y su expresión en países emergentes, que parecían inmunes a los efectos de la crisis, recrean la necesidad de la crítica de la economía política, es decir, al orden capitalista y a las políticas, aun matizadas que pueblan la experiencia de los Estados nacionales para superar la crisis mundial.

(Francisco J Cantamutto) A medida que se acercan las elecciones, la potencia de fuego económico acrecienta el termómetro del tipo de cambio: el dólar nuevamente en boca de todos.

Pocos precios tienen en Argentina el peso económico, político y periodístico del tipo de cambio: el dólar es noticia, es herramienta política, es dato económico. Erigido casi en fetiche de la prensa masiva, las variaciones cotidianas de la moneda norteamericana marean hasta a más de un avezado. En este espacio no apostamos a contribuir a ese oleaje de datos, ni a hacer predicciones de ilusorio rigor, sino a desbrozar algunos elementos básicos para entender sus movimientos.

Primero y principal, el tipo de cambio representa la relación de intercambio de capital en sus diversas formas (mercancías, servicios, préstamos, etc.) entre una economía nacional y el resto del mundo. A través de él se realiza la conversión de precios nacionales a internacionales, y por lo tanto, debe tener alguna relación con el valor producido y apropiado en ese espacio de valorización respecto del valor mundial. La perspectiva marxista más difundida entiende que el tipo de cambio se establece a un nivel que permite la convergencia de las tasas de ganancia entre capitales reguladores (los “líderes” en sus ramas), pero existe aún debate al respecto. Lo que queda claro es que su nivel no es un puro capricho: el gobierno tiene, sin dudas, capacidad para modificarlo, pero debe hacerlo en la perspectiva de su inserción en el mercado capitalista mundial.

En ese sentido, el segundo dato es que Argentina es una nación dependiente, es decir, ocupa un lugar subordinado en la organización del capital mundial. Podría discutirse en otra ocasión respecto de la disputa política internacional, pero en relación específica a la economía, la última década sólo ha consolidado esta dependencia. El agro y la minería siguen siendo los principales abastecedores de divisas por ventas al exterior, y las escasas exportaciones industriales se explican por procesamientos básicos de recursos naturales y por el régimen especial automotriz que nos ata a la demanda brasilera. De conjunto, el resultado del comercio exterior depende de agudizar el sesgo extractivista y una serie de variables ajenas a nuestro control (como la demanda y los precios internacionales).

De 2003 a 2014, la producción de soja, cebada, girasol y maíz pasó de 65,2 millones de toneladas a 102,4 millones, acorde las expectativas del Plan Alimentario Nacional y más allá de la bulla del enfrentamiento agro-gobierno. Por eso, es noticia cuándo las cámaras agroexportadoras deciden liquidar la cosecha. Las exportaciones industriales se estancan ante la recesión y devaluación de Brasil, y la respuesta automática es reclamar a gritos una devaluación, como hizo el presidente de la Bolsa Adelmo Gabbi. El argumento es que si el único mercado donde exportamos bienes industriales devalúa, nosotros debemos seguirle el paso para poder continuar con el comercio. No hacerlo, según este examen, nos llevaría a una situación del tipo 1999-2001. La omisión del argumento es que Brasil enfrenta un problema de estancamiento asociado al escándalo político y nada garantiza que con precios más baratos comprase más.

Un industrial y pensador de la etapa sustitutiva, Marcelo Diamand, a quien los economistas del gobierno leen asiduamente, señalaba que la estructura productiva del país está profundamente desequilibrada. Esto significa que establecer un único tipo de cambio somete a todas las actividades a la misma competencia, cuando no todas están en las mismas condiciones de enfrentarla. Su recomendación: desdoblar el tipo de cambio tantas veces como fuera necesario. Esa es la idea detrás de la existencia de un dólar oficial para el comercio, otro más caro para invertir en inmuebles, otro más caro para ahorrar. Es la misma lógica que llevó a poner retenciones a las exportaciones agropecuarias en 2002, pues se trata de uno de los sectores de mayor productividad. Multiplicar los tipos de cambio según la actividad económica, a pesar de la dificultosa gestión burocrática de este desdoblamiento. Quitar estos controles, como proponen algunos candidatos, tendría el efecto de volver a unificar el tipo de cambio, facilitando el trabajo a la prensa, pero no generando ningún efecto positivo para las clases populares. El más probable sería una mega devaluación que pulverice los salarios. En todo caso, para políticas dentro del régimen del capital, correspondería agilizar y clarificar los procedimientos de los controles.

Otros dos rubros afectan el intercambio de capital entre Argentina y el mundo. Se trata del impulso a la inversión extranjera y la rehabilitación de la ruta de la deuda –motivos comunes de la campaña kirchnerista y antikirchnerista-, que no son sino mecanismos alternos de sostener esta dependencia. En lugar de cuestionar las vías de transferencia de valor al exterior –el pago de deuda e intereses, la remisión de utilidades, los pagos de patentes, por ejemplo- se esfuerzan mostrar quién garantizaría mejor su continuidad. El único esfuerzo relevante que el kirchnerismo ha promovido en los últimos meses en sentido contrario ha sido la disputa por frenar la fuga de capitales: investigación de cuentas ilegales en el exterior, controles de cambios, allanamientos de cuevas. Este esfuerzo ganó un nuevo nivel cuando el mes pasado se promulgó por el decreto 1311 se reguló el funcionamiento de la Agencia Federal de Inteligencia, permitiendo vigilar “grupos económicos y/o financieros que lleven a cabo acciones tendientes a la desestabilización de gobiernos democráticos”. Esto puso a la prensa del capital a hablar espantada de “espionaje”.

Todo lo anterior permite insistir en que la salida de recursos del país en moneda fuera no se trata de un problema cultural, sino una expresión de la dependencia del país. El proceso de valorización del capital en la economía argentina requiere constantes fugas a moneda fuerte que retengan el valor. No se trata tanto de “cambiar la manera de pensar”, sino de alterar los fundamentos de esa dependencia. Acorde con la progresiva tendencia del kirchnerismo a asumir toda disputa política como una disputa intelectual y cultural, “el proyecto” se enfrenta a los límites de la alianza de clases que lo sostiene.

Después de las elecciones, cualquiera de los candidatos mayoritarios (Scioli, Macri, Massa) va a devaluar; la diferencia –no trivial- es a qué tasa o velocidad lo hará. En el gráfico adjunto se puede ver que el dólar sube a un ritmo poco superior al de la inflación oficial, que subestima los precios reales. El cálculo del Congreso, que sobreestima la inflación real, muestra que el tipo de cambio se viene apreciando desde hace unos años. De acuerdo a qué estimación crean los candidatos, la tasa de devaluación que podemos esperar. Pero todos ellos están atados a las necesidades de valorización de un capital dependiente, y por ello deben incrementar su competitividad en el mercado mundial. Y esto sólo saben hacerlo intensificando la explotación de la fuerza de trabajo.

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“¿Sabés cuánto estuvimos peleando por eso?”, preguntó Enrique Garaggiola, presidente de la cooperativa del Frigorífico INCOB, al ser consultado sobre el anuncio del gobernador Daniel Scioli sobre la creación del Ministerio de Economía Popular si llega a la presidencia.

El trabajador aseguró a FM De la Calle que “planificamos todo lo que podíamos hacer y estar fuera del Ministerio de Trabajo que maneja plata de las Naciones Unidas. ¡Nosotros queremos plata del presupuesto nacional para hacernos cargo de la producción! Para pedir plata a las Naciones Unidas les tenés que presentar las manos de Perón y las manos de Perón no las van a encontrar, no las tenemos nosotros ni las tiene nadie”.

“Hace seis años de estas reuniones que hemos tenido con (el secretario de Agricultura Familiar y dirigente del Movimiento Evita, Emilio) Pérsico para que se genere un Ministerio de Economía Popular pero que intervengan los laburantes, no los vivos de siempre. Como fue en su momento el MNER, Movimiento Nacional de Empresas Recuperadas que se generó por necesidad pero se dividió tanto porque después empieza el ego, todos tenemos alma de líder. Se desarmó el MNER, algunos hicieron federaciones, otros confederaciones, otros están en el gobierno nacional, ¿quién quedo? Murúa”, dijo.

Garagiola afirmó que el referente de IMPA, Eduardo “Vasco” Murúa, dejó tiempo atrás la conducción del MNER y ahora reapareció junto a Scioli. “Cuando se va a generar algo, otra vez vienen como para ver”, afirmó el titular de INCOB y concluyó que “en ese ministerio tienen que participar los laburantes, que sea regional, que lo hagan como lo hagan, pero que no comentan el error de que sea otro ministerio privatizado”.

Jóvenes en conflicto con la ley penal en el frigorífico

Quince jóvenes en conflicto con la ley penal tutelados por el Centro de Referencia de Bahía Blanca son capacitados por trabajadores del Frigorífico INCOB. La actividad inició con una recorrida por la planta del ex Paloni y el acompañamiento de algunos de los fundadores de la cooperativa.

Durante el paseo, los chicos recorrieron las instalaciones del establecimiento y se interiorizaron sobre la cadena de producción del frigorífico. Además, compartieron con los trabajadores sus experiencias sobre el proceso de recuperación de la fábrica y el funcionamiento de las cooperativas de trabajo.

“El único camino que es viable es el del trabajo, ser buena persona, buen hijo, buen padre, buen hermano. Entonces, le dimos oportunidad al chico de que pueda venir a trabajar acá. (…) Nos pusimos a disposición, algunos chicos está bárbaro que les haya pasado esto porque empezaron con la disciplina del horario de entrada, hay uno que sale cinco menos cuarto de la mañana para llegar seis menos cuarto acá, a pie se viene desde Spurr. Ese chico quiere cambiar, ese chico vio que hay alguien que le puede dar una mano y es la salida que necesita”, manifestó Garaggiola.

La iniciativa surgió por la necesidad de encontrar espacios de inclusión laboral para los chicos que se encuentran cumpliendo medidas alternativas a la privación de la libertad. Los jóvenes asisten una vez por semana en grupos reducidos para conocer y aprender el oficio. El espacio de formación está coordinado por los trabajadores de la planta y los pibes asisten al establecimiento acompañados por operadores socio-comunitarios.

Además, Garaggiola se refirió durante la entrevista a la situación del frigorífico INCOB y las gestiones para reabrir el ex Villa Olga bajo control de sus trabajadores y con la denominación “Fortín Cuatreros”. Escuchá la nota completa:

El órgano reactivado en el año 2004 sesionó fijando el Salario Mínimo, Vital y Móvil, con la presencia de las CGT y CTA oficialistas, la UIA y otras cámaras empresarias. El Ministerio de Trabajo decidió no convocar a las centrales sindicales críticas. La definición del encuentro fijó un aumento en dos etapas: 18,5 por ciento a partir de agosto y el 10 por ciento restante desde enero de 2016, momento en que alcanzará los $ 6060 mensuales.

El Secretario Adjunto de la CTA Autónoma, José Rigane, dijo a FM De la Calle que “es una historia repetida, lamentablemente. El gobierno sólo habla con los amigos y con los que le dicen a todo que sí. Tiene incapacidad para llevar a la práctica lo que a veces dice en la tribuna de que hay que hablar con todo el mundo, respetar a todo el mundo y escuchar todas las opiniones. Este gobierno nunca lo hizo, y esta es una nueva demostración de que no está dispuesto a sentarse en una misma mesa con aquellos que no comparten o que le discuten distintas problemáticas. Hablemos de salario, hablemos de precarización, hablemos de modelo productivo, hablemos de soberanía o cualquiera de los temas que interesan, preocupan y hacen a la esencia de nuestra sociedad y sobre todo de los sectores populares”.

Hoy a las 16 horas las centrales opositoras ofrecieron una conferencia de prensa ante la imposibilidad de participar del Consejo del Salario dada la decisión del gobierno argentino involucrar sólo a las entidades mencionadas. “¿Con quién se sentó? Con los gremios que están de acuerdo con que el aumento del año no supere el 28 o el 28,5 por ciento que es la base que terminó aceptando el gobierno. Y se sentó con los que se viene sentando todos estos años que rápidamente se ponen de acuerdo para establecer el salario mínimo vital y móvil: la UIA, los bancos, el sector agrario. O sea que en la tribuna aparece confrontando con estos sectores y a la ahora de acordar el salario mínimo, vital y móvil no necesita más que cinco minutos para ponerse de acuerdo y establecer, precisamente, un salario que no alcanza para vivir con dignidad, un salario que no te alcanza para cubrir la canasta básica alimentaria imprescindible para una familia tipo, un salario que además se va a cobrar en dos etapas. Por lo tanto, digamos que no hay nada nuevo bajo el sol, más allá de que uno reivindica, rescata y reconoce la puesta en marcha del Consejo del Salario, pero el Consejo del Salario no es esto. Es mucho más amplio por ley, mucho más significativo y ojalá que las nuevas autoridades nacionales no sólo mantengan sino que lo pongan en otro nivel”.

Sobre la política del Ministerio de Trabajo de no reconocimiento de la CTA Autónoma, Rigane sostuvo que “es la demostración del uso político de las facultades que establece la (Ley) 23551 respecto del poder del gobierno a través del Ministerio del Trabajo que hace lo que quiere por decisión política no por aspectos técnicos. Somos reconocidos, somos reconocidos a nivel internacional, en organismos internacionales de trabajo y tantas otras entidades internacionales. Y también estamos reconocidos por quienes forman parte de nuestra organización. Sin embargo, el que trata de ocultarnos y precisamente no darnos ninguna legitimidad es el gobierno. Y me parece que para esto no hay que demostrar absolutamente nada. Simplemente ver lo que sucede después de 23 años de existencia de la CTA”.

Consultado acerca de cuáles temas hubiera incluido esa central al debate dentro del Consejo, el dirigente dijo que “desde el 2006 que no se modifica el pago para un desocupado, que está en el orden de los $400. Otra de las cuestiones que hubiéramos planteado es la necesidad de estudiar a fondo es cuál es la canasta básica que necesita una familia tipo en la Argentina, que se dejó de hacer hace mucho tiempo. A partir de allí podríamos establecer los criterios del Salario Mínimo, Vital y Móvil”.

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Foto: stadaym.org

Ante la posibilidad de que el gobierno de Mendoza y la minera Vale reactiven el proyecto “Potasio Río Colorado” el presidente de la fundación pampeana Chadileuvú, Héctor Gómez, dijo a FM De la Calle que “este emprendimiento, si bien no es una minera de esas que usan cianuro y ese tipo de sustancias, deja un pasivo ambiental muy importante”.

Días atrás la empresa evaluó el estado de sus bienes desplegados entre Malargüe y Bahía Blanca para intentar reactivar las obras con nuevos inversores o desprenderse de la concesión ante el vencimiento de los plazos de paralización permitidos.

Por su parte, las autoridades provinciales y nacionales ratificaron en los últimos meses que se avanzó en el financiamiento de la primera etapa del acueducto que pretende abastecer de agua a Bahía Blanca y localidades de Villarino. “En este momento el río está erogando 50m3 por segundo, por debajo de lo que debería hacer para esta época del año. Hoy en día tuvieron que dejar de regar porque el agua no alcanzaba. Realmente es un problema muy importante”, alertó Gómez.

El dirigente recordó en cuanto al emprendimiento minero  que “al principio el problema era muy grave porque se hacía a cinco kilómetros sobre una pendiente que daba al río. Esto en una zona que es sísmica, donde el viento es muy fuerte y las tormentas, si bien son escasas, son de mucha violencia. Se movilizó la ciudadanía en general por el tema de que no se hiciera el repositorio de cloruro de sodio en ese lugar y se logró que la compañía lo haga a 15 kilómetros”.

“El Río Colorado es un muy buen río pero no es el Río Negro ya que tiene un contenido salino importante. Más o menos casi un gramo por litro de sal. Cualquier cosa que pase que aumente el contenido salino plantea más dificultades para el agua. Sobre todo porque es la que consumen todas las localidades rivereñas. De ahí se extrae el agua para potabilizar”, explicó.

Por otra parte, “en el caso de La Pampa hay un acueducto muy importante que lleva agua a todas las poblaciones del sur de la provincia y a Santa Rosa y está en anuncio la obra de continuar el acueducto para el resto de la provincia. Cualquier cosa que pueda afectar el agua no solamente afecta los aspectos productivos sino humanos”.

Gómez también hizo referencia al “proyecto de sacar agua del Río Colorado para hacer otro acueducto para llevar agua hacia Bahía Blanca”. En ese caso “también puede llegar a tener problemas. Hay que estar muy atentos a todo lo que pase con respecto al río”.

Además, “hay un convenio que regula el Río Colorado y cómo se distribuyen los cupos en las cinco provincias. Como el río tiene asiento en Mendoza prevé que esta provincia pueda extraer 24m3 por segundo más 10. Es aproximadamente un cuarto de lo que es el río. Lo quieren trasvasar al Río Atuel. Entonces el río alguna vez puede tener un cuarto menos de agua”.

“Hay otro aspecto del convenio muy importante y es que, cuando se firmó, la provincia de Buenos Aires autorizó a hacer un trasvaso de las aguas propias del Río Negro al Río Colorado de hasta 50m3 por segundo para compensar la salinidad del río cuando entra a la provincia de Buenos Aires. Es muy significativo porque mejoraría la calidad del agua de Bahía Blanca. Está muy claro para muchos pero no tanto para la provincia de Buenos Aires”, sostuvo y agregó que “tenemos la dificultad de que la provincia de Río Negro prohibió por ley el trasvase. Es una ley que trata de pasar por arriba el convenio de los cinco estados provinciales”.

Respecto del uso del agua, el titular de Chadileuvú aseguró que “la empresa Potasio Río Colorado va a extraer 2m3 por segundo del río, sumado a los otros usos que mencioné. Su caudal medio está en 145m3 por segundo. Es una cifra importante. Estamos hablando de obras que hacen un uso importante del agua”.

“Tenemos que estar muy atentos con lo que pase con Potasio Río Colorado para que no contaminen el río. También a que la trocha de ferrocarril que va a Bahía Blanca se haga de tal manera que no produzca dificultades en las localidades donde pasa”, advirtió.

Finalmente, Gómez afirmó que las obras que se realicen “deben estar sometidas al COIRCO” y ser controladas por una ciudadanía movilizada. “Requiere de un estudio de impacto ambiental muy importante en todas las cuencas del río con respecto al tema del potasio. La salinidad tiene que ver con la cantidad de agua que traer. En este momento el rio está en un 50 por ciento de lo que tiene que llevar. Tenemos una crisis hídrica sumamente importante que es de todos los ríos cordilleranos”.

Durante la jornada de hoy el pueblo griego decidirá mediante referéndum si aprueba o no la propuesta de los acreedores. El economista y analista internacional Julio Gambina habló con FM De la Calle sobre las intenciones de los organismos financieros, la factible salida o no de Grecia de la eurozona y el efecto dominó que podría significar en otros países europeos la indisciplina financiera del país helénico.

El titular de la FISyP, en principio, encuentra en la situación actual de Grecia pasajes similares con la Argentina del 2001. “Nos remonta a nuestra historia de la crisis del 2001 porque hubo una cesación de pagos y estuvieron las restricciones bancarias”, sostuvo. Sin embargo, haciendo una lectura más profunda encuentra dos grandes diferencias. Por un lado, “el gobierno griego llegó al poder con un programa contra el ajuste. Y la otra gran diferencia es que el gobierno está convocando a un plebiscito para que sea la población la que diga si quiere o no quiere el ajuste. Este gobierno se juega por el no al juste y no es un gobierno que dice ‘bueno, que la sociedad elija lo que quiere y listo’, sino que es eso pero acompañado de una campaña por el no”.

El contexto en el cual el gobierno renegocia su deuda para recuperar el equilibrio macroeconómico del país se caracteriza por una fuerte influencia ejercida por los organismos internacionales de crédito hacia la toma de decisiones públicas. “Grecia renegocia su deuda presionado por la Unión Europea (UE), el Fondo Monetario Internacional y la autoridad del Banco Central Europeo que sostienen que la población tiene que inmolarse pagando más impuestos ‘tipo IVA’. En verdad la población, de aceptar, pagará una crisis financiera y fiscal e incluso disminuirá las jubilaciones. Ahí aparece otra similitud con la Argentina de la crisis porque los sueldos y las jubilaciones se redujeron”, explicó el referente.

Por otra parte aclaró que las probabilidades de que Grecia abandone la eurozona debido al no acatamiento de las imposiciones financieras son mínimas. En este sentido, “el plan de ayuda es para los bancos, de ninguna manera el FMI está pensando en un plan de desarrollo para el país. El plan no está pensado para ocuparse del 60 % desempleados jóvenes sino para que el sistema financiero siga funcionando, ¡para el salvataje de los bancos! Por eso, políticamente, la situación es otra con respecto a la nuestra, aparte hay un intento de desafiar la autoridad económica y política europea, por eso hay tanto temor de que si Grecia no paga se va ir la UE, eso no es cierto, no hay decisión política de Grecia de irse y jurídicamente tampoco puede”.

A su vez, el economista remarca la posibilidad de que Grecia evite los efectos de la crisis activando nuevas alianzas estratégicas con socios extraeuropeos como Rusia, China y países de América Latina. “Grecia está atrapado en las redes del capitalismo griego, europeo y mundial. El tema es que con el ‘no’ en las manos, Grecia se anima a un camino de autonomía lo que va significar después del feriado bancaria avanzar con la nacionalización del sistema bancario y, buscar una reinserción en otro plano, ya no solo dentro de Europa sino que tendrá que buscar vínculos con Rusia; también puede establecer otros vínculos, en términos de potencia puede ser China y en término de regiones puede ser América Latina”, sostuvo.

Antes de cerrar su análisis, Gambina señala que una de las mayores preocupaciones de los líderes que promueven este nuevo ciclo de endeudamiento es que el incumplimiento financiero de Grecia se convierta en un modelo a imitar para otros miembros de la Unión Europea que también presentan altas tasas de desempleo y pobreza. De esta forma, “el gran temor del poder mundial es que lo de Grecia actúe como efecto dominó sobre España, sobre Irlanda, en fin sobre otras situaciones de Europa, que se reoriente una posición en favor del cambio. Si bien Grecia es una economía marginal de Europa, lo que preocupa al poder es el efecto contagio”.

El ministro de la Producción bonaerense confirmó que analiza un proyecto de explotación carbonífera en miles de hectáreas del sur provincial. Lo hizo ayer en una reunión con el legislador Ricardo Vago.

El diputado socialista dijo a FM De la Calle que durante el encuentro el funcionario de Scioli “confirmó la existencia del pedido de prospección y cateo para la cuenca de Claromecó por 600 mil hectáreas”.

Frente a esto, sostuvo que expresaron sus diferencias y entregaron firmas que avalan la “inconveniencia del método de prender fuego bajo tierra el carbón, ya que queda permanente encendido y va generando Syngas, que sirve, por ejemplo, para el Polo Petroquímico de Bahía Blanca. Los gases que genera se pueden diluir dentro de los acuíferos y el agua pasa a ser envenenada”.

A su vez, el dirigente del FAP también verificó que las firmas involucradas son Delmo Patricios,  Claromecó Energy y Delpo PTY, todas de origen australiano. El Código de Minería autoriza sólo 200 mil hectáreas por razón social y el área a explotar sería de 600 mil. Esto hace sospechar acerca del vínculo existente entre las distintas empresas. El Ministerio expresó que les pidieron que demuestren que no se trata de los mismos socios.

Para Vago, “antes de autorizarse el cateo tiene que informarse y debatirse en audiencias públicas con los distritos de las comunidades afectadas”.

Por otra parte, también preocupó al referente político que “afirmen que no hayan mirado las páginas donde las empresas dicen que ya tienen en explotación las hectáreas y que piensan instalar una usina”.

De esta forma, el ex intendente de Bahía Blanca, sin brindar mayores informaciones, confirmó que la explotación a través de métodos contaminantes de la Cuenca Claromecó es parte de las medidas que analiza en su planificación política.

A través del Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo se hicieron estudios sobre la potencialidad de la cuenca en cuanto a la explotación del carbón.

Finalmente, el dirigente del PS aseguró que Cristian Breitenstein afirmó que “se evalúa la posibilidad de utilizar el carbón para generar energía o para realizar un gasoducto con destino al Polo Petroquímico de Bahía Blanca”.

Este sábado Bahía Blanca será sede de la “Segunda jornada sobre el uso de agroquímicos: opinión, diálogo y reflexión”. La actividad se desarrollará desde las 8 en el Salón de Actos de la Universidad Nacional del Sur, Alem 1253 1º piso.

El Centro de Estudiantes de Agronomía de la UNS propone un espacio de intercambio de conocimientos y experiencias de realidades urbanas y rurales que promueven a la agroecología como el modelo sustentable para una producción sana, redituable, identitaria y fortalecedora de vínculos políticos, socioambientales y culturales en defensa de la soberanía alimentaria de las comunidades.

La jornada, que ofrece distintas conferencias y materiales, tiene un valor de inscripción de 50 pesos para estudiantes y 100 para el público en general. Para más detalles e inscripciones escribir al correo: [email protected] o ingresar al sitio de comunicación del Espacio de Trabajo por la Soberanía Alimentaria en Bahía Blanca: http://www.etsa.org.ar

Parte del cronograma contempla la participación del ing. agónomo Gustavo Almassio, miembro de la Regional Aapresid Necochea, quien disertará sobre la “Experiencia en el manejo de la producción agropecuaria actual”; el dr. Daniel Gómez, jefe del Servicio de Toxicología del Hospital de Urgencias de Córdoba para explicar sobre la incidencia de los plaguicidas en la salud; y el ing. agrónomo Eduardo Cerdá, vicepresidente del Centro de Graduados de la Facultad de Ciencias Agrarias Y Forestales de la UNLP, quien abordará la “Agroecología como la agronomía de los próximos años. La Aurora, una experiencia con 15 años de producción sin agroquímicos, rendimientos estables y menores costos de producción”, entre otros destacados profesionales.

Adhieren a la actividad el Departamento de Agronomía de la UNS y el Ateneo Rural Bahía Blanca.