(Por Astor Vitali) Esta mañana el intendente Héctor Gay tuiteó “¿Sabés cuánto invertimos en obras en escuelas?” Días después de que la comunidad se enterara del cierre de salas maternales, el jefe comunal prefiere desplegar tácticas duranbarbistas a buscar recursos genuinos para solucionar los problemas que su propio gobierno genera.

Su publicación continúa diciendo: “En los últimos tres años realizamos construcciones y mejoras por 262 millones de pesos, con fondos del Municipio y del gobierno de la Provincia, en 123 escuelas y jardines de infantes” .

La propaganda barata estuvo acompañada además de un grafico en el que se discrimina a qué sectores fueron destinados los recursos.

Así, el dinero habría sido utilizado para  refaccionar 19 escuelas secundarias, 27 jardines de infantes, 9 escuelas especiales, 66 escuelas primarias, 2 establecimientos de educación superior.

Pongamos en contexto. Paro docente de 72 horas. Denuncias de pésimo estado de infraestructura a nivel provincial. Oferta única de cláusula gatillo sobre un salario devaluado y aumento relativo del 5 por ciento para enero próximo. A nivel local, cierre de talleres barriales por decenas, puestas en escena de inauguración de salas refaccionadas al lado de otras que se caen a pedazos, cierre de salas maternales, cierre de orquesta infanto juvenil y por si fuera poco la preocupación aguda de que quienes han realizado este daño serán las mismas personas encargadas de administrar los comedores en la ciudad.

¿Cómo responde el jefe comunal? Con publicidad. No con política.

En primer término, decir que en 3 años se invirtieron 262 millones de pesos a secas es apenas señalar un número que no hace referencia a cuál sería la cifra que muestre cuál es la necesidad. Si la necesidad fuera de 200 millones, entonces habrían invertido más que con justicia. Pero a juzgar por el estado de situación de los establecimientos es claro que esa inversión es insuficiente.

Si yo digo que compré un millón de sachets de leche para la niñez argentina podría parecer significativo y generar un golpe de efecto. Pero si compré un millón y lo que se necesitaba para cubrir la necesidad eran tres millones de litros entonces mi compra de apenas un millón deja afuera a dos tercios de los niños y de las niñas. Es decir, un número a secas, por grande que parezca, si no hace referencia a la cifra que hace falta para solucionar el problema, no me dice nada. Más bien, me habla de la manipulación política sobre un tema sensible para miles.

Es al menos desagradable que en este contexto el intendente haga uso proselitista de un dato abstracto como si ese dato hubiera servido para revertir una situación gravísima.

Aún no han respondido por el daño realizado en el sistema de educación informal para Bahía Blanca.

Para colmo de males, la publicación fue acompañada del hashtag #EmpezaronLasClases

Probablemente el intendente sienta, cuando publica esta publicidad proselitista y maniquea, que está disputando contra su oposición en contexto de año electoral. Sin embargo, quienes van a las escuelas públicas son los hijos y las hijas de los y las laburantes. De esta parte de la ciudadanía se está burlando publicando un número que parece grande pero que resulta claramente insuficiente.

Si el #DesastreCambiemosEnEducaciónBahíaBlanca busca reconciliarse con la comunidad debe comenzar por reconocer el perjuicio realizado a miles de niños y niñas de la ciudad y por supuesto reparar el daño.

Claro está que para esto no deberían ser las mismas fórmulas aplicadas y mucho menos las mismas funcionarias quienes se pongan al frente del proceso.

(Por Astor Vitali) Mañana será una nueva jornada importante para el movimiento de mujeres a nivel internacional. Habrá su capítulo argentino y también local. Para ello millones de mujeres en el mundo han construido sus propios escenarios de debate y de organización.

Habrá compromiso e hipocresía. Compromiso de las de siempre y de las nuevas voluntades cuyas conciencias han logrado sacudir los distintos feminismos. Hipocresías de funcionarios, organizaciones y personajes cuya verborragia y selfies temáticas sólo expresarán una puesta en escena, acorralados por un tema que, gracias a la acción política del movimiento, hoy les resulta ineludible.

Día de la mujer. Día de la mujer trabajadora. Día internacional de la mujer.

El 8 de marzo de 1857, miles de trabajadoras textiles decidieron salir a las calles de Nueva York con el lema ‘Pan y rosas’ para protestar por las míseras condiciones laborales y reivindicar un recorte del horario y el fin del trabajo infantil.

En 1910, durante la Segunda Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas se decidió proclamar el Día Internacional de la Mujer Trabajadora.

Como es claro, los sectores de poder buscan siempre disciplinar a través del terror y es así que el  25 de marzo de 1911, cuando se incendió la fábrica de camisas Triangle Shirtwaist de Nueva York 123 mujeres murieron.

Recién el 1975 la ONU proclama, modificando el carácter, el día internacional de la mujer. Pocos años más tardes sería “de la Mujer y de la Paz”. Como sea, han sido siempre las mujeres protagonistas de esta reivindicación y han sido los gobiernos y las empresas lobistas del lavado de cara de una fecha que muestra las desigualdades de género y de clase.

La asamblea de mujeres, lesbianas, trans, travestis y no binaries de Bahía Blanca comunicó que se ha resuelto que en la movilización del 8M no se convoquen varones. En caso de que asistan, deberán marchar al final de toda la columna. Y que los varones que hayan sido denunciados pública o penalmente de violencia machista, no deberán concurrir.

Si sos varón y te preocupa más esta resolución soberana de una asamblea –la compartas o no- entonces ponés en un plano secundario la discusión principal que pasa por cuáles son las políticas públicas destinadas a confrontar con las desigualdades de género y la violencia en el mismo sentido. Cualquiera puede acordar o no. Pero lo que resulta complicado es no bancarse las decisiones discutidas en asamblea. Asamblea que, por otra parte, es de mujeres en el marco de su día internacional.

Lo mismo ocurre con las organizaciones y con las organizaciones populares. El 8M es una fecha que surge de la lucha de las mujeres y es un buen momento para evaluar cuánto accionó concretamente cada uno de los espacios en los que participamos o trabajamos. Porque ahora que es políticamente correcto reivindicar el día, toda institución emite sus flyers al respecto y alguna declaracioncita pero ¿Qué hicimos? ¿Qué hicimos concretamente?

En el ámbito gremial, ocurre que la lógica cómoda de “los temas de género son un problema de las compañeras” va justificando una postura de no hacer mucho y de no accionar en sentido feminista. El problema del patriarcado es un problema político cultural y de ejercicio de poder que no puede quedar restringido sólo a las secretarías de género sino que debe ser abordado por el conjunto de cada institución u organización. De otra manera, las secretarías ofician de sector estanco que no hace a la totalidad de una política. Sin perjuicio de la necesidad de secretarías específicas que trabajen el tema.

Mañana habrá un comentario editorial realizado por un flamante y necesario colectivo de comunicadoras. En el editorial del día de hoy dejo sentado que es preciso evaluar con sintonía fina qué se hace entre 8M y 8M en cada ámbito. Revisar a fondo porque en lo concreto se evidencia la acción política. En lo discursivo se dibuja. La palabra es un pincel que puede trazar líneas elocuentes sobre datos escritos en lápiz. En primer término, revisar el ámbito público, donde sobra la hipocresía y no abunda la asignación de recursos. Y por otra parte, auto dimensionar cada una de nuestras organizaciones donde aún prima lo políticamente correcto, la autocensura, el ocultamiento o la complicidad.

La violencia machista es ahora evidente, visible e ineludible para cualquier observador desprejuiciado. Por ende, en cada rincón hay tareas por hacer al respecto. Más allá de las selfies y de los comunicados ¿En qué lugar estamos? ¿Y cuánto hacemos sistemáticamente?

(Por Astor Vitali) La jornada de hoy estuvo signada por la articulación sicótica y fantasiosa de los principales responsables de la política económica nacional, provincial y local. Asusta. El intendente Héctor Gay no pudo sostener un discurso macro y se limitó a decir que cierran las cuentas, dar algunas cifras y prometer que ingresarían algunas ordenanzas. Mientras aduce que su preocupación es la vivienda y la situación de quienes menos tienen, la incontrastable realidad arroja datos que no pueden cimentar esa mirada idílica. Mientras promete que ahora el gobierno municipal garantizará, a través de la gestión de comedores, la alimentación de los niños y de las niñas, la realidad concreta espeta el sistemático cierre de lugares de educación pública formal e informal, por decisión de su propio gobierno. Mientras promete que arrimará un proyecto con algunas ordenanzas para fomentar la radicación de empresas (con esa vaguedad) los datos publicados por las consultoras locales contrastan una realidad de perjuicio para quienes intentan la aventura productiva en medio de la jungla financiera.

El Concejo Deliberante sesionó a puertas cerradas por decisión de su presidente, Nicolás “Doble Voto” Vitalini. En una escena patética, el cubículo de sesiones, cerrado con llave, vallado, era la caja insonorizada de unos funcionarios incapaces de dar la cara a su comunidad sin encontrar repudio social. El cuadro fue completado por el montaje de una solitaria pantalla mediana sobre la esquina del recinto, en la vereda de la plaza Rivadavia, transmitiendo a nadie una sesión que no fue capaz de seducir a ningún ciudadano.

Una vez terminado el discurso, el intendente Gay fue al lugar donde más cómodo se siente: entre sus pares de clase, los empresarios. Con la apertura de la Banda Militar Puerto Argentino del Batallón de Comunicaciones 181, comenzó el acto de bienvenida de la FISA 2019. Allí estaba parte del funcionariado y empresariado local, responsables del actual estado de cosas de la ciudad. Estado de cosas que, claramente, no es favorable para la mayoría de la comunidad.

Hace tiempo que el municipio fuerza la realización de la FISA junto a eventos importantes del propio estado municipal. Por caso, aquel 11 de abril de 2017, momento en que se intentó articular además con la Unión Industrial de Bahía Blanca.

Se manifestaron desde el Consorcio de Gestión del Puerto que habló de “una señora maligna que se llama coyuntura” y desde la Corporación del Comercio y de la Industria prefirieron evitar referirse a dicha coyuntura. Claro, mejor no hablar de ciertas cosas.

Más tarde, la Asociación de Industriales de la provincia de Buenos Aires, se refirió a los sueños y esgrimió “qué lindo cumplir 100 años”. Agregaron que hay que tomar a la Corporación como ejemplo. Luego hablaron otra entidades gremiales empresarias.

Una vez concluidos los preámbulos, el jefe comunal hizo desuso de la palabra. Desasiéndose en halagos arremetió con lo que hacen desde siempre: prometen bienestar, inversiones y compromiso con la comunidad. Las estadísticas no mienten: en la ciudad donde económicamente ellos se benefician los índices de pobreza y desempleo son feroces. El repertorio está un poco gastado y se articula en una ciudad imaginaria.

Luego, elogios también a los principales actores del puerto. No es novedad. Es lo que hizo primero desde los micrófonos de LU2 y luego desde la gestión comunal. Dijo que gracias a esos sectores estamos “un poco mejor que otros lugares del país”. ¿Quiénes están mejor, Gay? ¿Las miles de familias que están sin techo o las cuentas de las grandes empresas? ¿Las miles de familias bajo la línea de pobreza o los gerentes advenedizos de un puñado de empresas? ¿En qué colaboran con la comunidad? ¿A quiénes dan trabajo? ¿Cuánto tiempo más van a sostener el mito de que crean trabajo cuando los estudios específicos de profesionales universitarios arrojan la lapidaria conclusión de que no son ellos sino las asfixiadas PyMES las generadoras de laburo principales? ¿En qué ciudad viven?

La enajenación de la realidad que mostraron hoy sólo puede explicarse porque concretamente estas huestes del fallido discurso del progreso viven en otra dimensión económica. Su realidad nada tiene que ver con la del ciudadano o la ciudadana comunes. Gobiernan para sí mismos y se representan a sí mismos. El Concejo sesiona a puertas cerradas y entre los de la misma calaña porque es claro que su proyecto nada tiene que ver con el de las mayorías.

Hoy, ni siquiera repudio recibieron. Sesionaron en el marco de una realidad paralela.

Otro tanto podría decirse de los discursos de Macri y de Vidal. Según el mandatario bajó la inflación, la pobreza y creció la economía. ¿En qué país? ¿Macri toma decisiones de estado con este prisma enajenado de la realidad argentina?

El discurso de Vidal es más de lo mismo con sus especificidades. No voy a ocupar más tiempo de esta columna en la apertura de sesiones. Porque, en rigor, es probable que todos los discursos donde gobierna el macrismo hayan sido más de lo mismo y esto es porque efectivamente Cambiemos tiene una clara política que lleva a cabo con disciplina y trabajo.

En cambio, quienes vivimos la realidad desde abajo a diario, aquí, en la dimensión terrestre y fangosa, estamos un poco resistiendo y otro poco sufriendo. La única pregunta que me surge de todo el palabrerío de hoy, la puesta en escena y la dimensión paralela de quienes nos gobiernan es ¿hacía dónde? ¿Hacia dónde vamos rumbeando? ¿Y hasta cuándo vamos a seguir depositando nuestra suerte a un conjunto de irresponsables incapaces de percibir lo que sucede en su entorno?

(Por Astor Vitali) La propuesta salarial ofrecida el miércoles por el gobierno de María Eugenia Vidal a la planta docente vislumbra el ensayo de una estrategia política articulada por el universo Cambiemos para este año. Ofrecieron cláusula gatillo (sobre salarios depreciados al menos 20 puntos) y un 5 % a cobrar en enero de 2020 (¡!).

De más está decir que se trata de una cifra que no sólo no alcanza a recuperar lo perdido sino que pone el 5 % prometido en manos de una gestión que no será la actual. Enero de 2020 para la política argentina es poco menos que futurismo y ciencia ficción.

Nadie en su sano juicio puede pensar que esta propuesta sea aceptada por los y las docentes en asambleas. Por supuesto, siempre hay las conducciones sindicales que cambian salario por favores. Pero las organizaciones que consulten a sus bases encontrarán resistencia a aceptar, como es razonable y como definió ayer CTERA.

Porque sigue siendo un salario a la baja. Porque no toma en cuenta la realidad económica concreta y porque a tres años de gestión nadie cree en las estimaciones económicas de la coalición de gobierno. Todo el mundo hace compras. Todo el mundo conoce el valor de las cosas.

Realizar una oferta salarial a sabiendas de que no será aceptada es, en términos políticos, una provocación. ¿Por qué hacerlo en contexto de año electoral? Simple: para hacer campaña. Los sectores que han levantado las banderas de negociar sin tener al alumnado “de rehén” llevan una propuesta inaceptable bajo todo punto de vista para imponer un conflicto sobre el cual basará varias campañas.

Por un lado, la continuidad de la campaña antisindical. Entusiasmados con la gesta emprendedurista, Cambiemos, desde el primer día, lleva adelante una campaña que intenta desprestigiar las herramientas sindicales. Lo viene haciendo con algún grado de éxito. Por otra parte, el mojigatismo facial de Vidal es especial para lanzar una campaña donde intente argumentar que “el gobierno quiere dialogo y a los chicos en la escuela” y “los docentes feos y malos no piensan en los niños”.

En un país donde la hegemonía cultural va palo a palo pero puede observarse un claro fenómeno de derechización; en un país donde una ministra de Seguridad avala disparar por la espalda a pibes pobres y se la postula para vice (porque mide); en un país donde hay amplios sectores que creen que se salvarán con el ventajismo, abandonando prácticas historias de solidaridad entre pares: la mejor estrategia electoral de una coalición de derecha es entretener la agenda mediática encontrando un enemigo aberrante, como aquellos a quienes acusarán de tener de rehén a los niños y a las niñas. Estigmatizar, acusar y perseguir.

Cualquier persona que quiera entender se dará cuenta de que el reclamo docente es más que lógico. Se dará cuenta además de que el discurso oficial es mentiroso porque sabe que, además de docentes mal pagos, las escuelas se caen a pedazos. Pero el más común de los sentidos no siempre es razonable. Es sentido común, muchas veces, elije enemigos a su alcance. En general, aquellos que les propone el poder. Macri queda lejos.

El gran desafío docente es, sin abandonar los métodos de lucha que quienes trabajamos tenemos a mano y son nuestras herramientas, cómo estar lo más cerca de la comunidad posible para contrarrestar con el cuerpo y con la palabra, con las manos y con las miradas, el discurso que Vidal garabatea desde su cuartel, en el que se siente como en casa.

(Por Astor Vitali) Durante los meses de marzo y abril tendrán lugar las negociaciones paritarias de los gremios más importantes del sector productivo. El punto de partida es pésimo. La pérdida del poder adquisitivo durante 2018 fue de al menos entre 15 y 20 puntos, según datos oficiales. En términos absolutos, el valor actual del Salario Mínimo Vital y Móvil ($ 11.300) representa menos de la mitad de la Canasta Básica Total que el INDEC utiliza para determinar la línea de la pobreza de un hogar de cuatro integrantes.

A esto se suma la sensación de inseguridad de un gobierno que, para el mismo período, prometió 15 puntos de inflación, número que se alejó del casi 50 por ciento que arrojó la realidad. Y con la realidad me refiero a las políticas económicas del gobierno. Es necesario aclarar que, a tres años de ejercicio ejecutivo, los resultados de la economía argentina son exclusiva responsabilidad de las medidas tomadas por Macri y sus funcionarios.

Esto se da en una economía que no sólo no creció los tres puntos prometidos por Cambiemos sino que decreció dos. Se sabe que es un círculo vicioso.

Para este año, el equipo económico de Cambiemos pronosticó inicialmente un 23% de inflación. Al día de hoy, las consultoras privadas ya advierten un número más cercano a los 30 puntos. Es decir, terminando el segundo mes del año nada hace pensar que se cumplirán las metas oficiales.

La coalición que levanta las banderas de la cacareada “seguridad jurídica” hoy es emblema mundial de su único pulso constante, su rasgo distintivo: la inseguridad económica. Con excepción del mundo financiero, único sector de renta ininterrumpida.

Sobre este escenario se llevarán a cabo las negociaciones paritarias. Además, en el contexto de un año electoral.

Sobre el tema se expresó hoy el ministro de Producción y Trabajo, Dante Sica. Dijo: “A pesar de que con muchos de ellos podemos llegar a tener diferencias es un dialogo constructivo. Pensamos que va a ser una discusión paritaria donde no vemos situaciones conflictivas. Tanto gremialistas como empresarios están teniendo en cuenta la situación actual y no estamos viendo tensiones todavía”.

Más allá del archiconocido recurso Cambiemos de articular un discurso ajeno a la realidad concreta, yeite sobre el que Macri ha dado cátedra, surge la pregunta lógica: ¿Por qué está tan tranquilo Sica? Con el contexto que acabamos de enunciar: ¿Por qué está tan tranquilo Sica?

El movimiento obrero argentino se encuentra fragmentado, desarticulado y con su central más importante en número y tipo de gremios cooptada por un grupo de empresarios y burócratas que han vestido de “prudentes” posiciones absolutamente funcionales a las políticas económicas de Cambiemos. Han llegado hasta las ridículas fotografías con el FMI. Selfies sindicales con los ajustadores.

Los sectores que aún mantienen una perspectiva de genuina en defensa de los intereses de los trabajadores y de las trabajadoras se encuentran casi absolutamente desarticulados. En ocasiones por diferencias políticas y en otras tantas por carga de historias y de desencuentros personales que poco favor le hacen a sus representados.

¿Qué hace pensar que esta situación estaría por cambiar? ¿Qué acciones se toman en otro sentido? El dato objetivo que modifica las reglas de juego es el escenario electoral. Esta coyuntura podría ayudar a arrinconar a los ajustadores. En cambio, pinta para que muchos de los principales dirigentes pongan a jugar sus estructuras gremiales en función de los intereses particulares de los partidos en los que participan o a los cuales tributan.

El problema de las paritarias es que esos dirigentes negocien con los sueldos de terceros otros tipos de acuerdos que se cobran en política electoral.

Lo lógico para cualquier dirigente gremial en este contexto es que al menos se reclamen tres cosas básicas: recuperación salarial respecto de la tasa inflacionaria 2018; recuperación de lo perdido durante 2019; recuperación de la cláusula gatillo que muchos entregaron durante la negociación anterior a cambio de una cláusula llamada de revisión, que no obligaba a las patronales.

Esto es lo mínimo que se puede reclamar y son reivindicaciones que ni quiera implican crecimiento salarial, sólo recuperación y perspectiva de que no nos duerman con la brecha inflacionaria. Por debajo de esto, todo es pérdida.

Las próximas semanas definirán qué ocurrirá. Se me hace que es un buen momento para participar de tu gremio en sus asambleas y en lo que se pueda. Parte de la cosa está también en no regalar estos instrumentos a quienes han dado sobradas muestras de ignorar la suerte de sus pares.

Esos explican, de alguna manera, por qué está tan tranquilo Sica.

(Por Astor Vitali) Durante las últimas horas se dio a conocer un montaje de la campaña de Cambiemos, encabezado por la mickynainellezca, María Eugenia Vidal. Sí, la que hizo de un cuartel su hogar. La otra pata de la puesta en escena la completó Patricia Erazo, según se escribió, a cargo de un comedor en Escobar.

El intento fue mostrar una supuesta visita sorpresa en un barrio popular cuya referente sonríe y adula a la funcionaria provincial. Como publicó Página 12, “un usuario descubrió que también la ministra de Desarrollo Social, Carolina Stanley, y el ex subsecretario de Juventud de Cambiemos, Peter Robledo, habían grabado spots de recorridas-sorpresa en las que se encontraron con la misma mujer, y en la misma casa”.

Es posible que esto no sorprenda a nadie. Que genere una sensación de “que truchos” o “qué impresentables”, pero sin mayores miramientos. Porque que la política de propaganda de campaña de Cambiemos no se modificado sustancialmente. Siempre fue una puesta en escena de supuesto interés por los pobres que no figuran en ninguna agenda de los ricos que nos gobiernan.

Pero, si bien no sorprende, cabe preguntarse, por ejemplo, si pese al gran volumen de distribución en materia social, acordado con el FMI ¿no consiguen más personas capaces de poner su cara “color esperanza” ante las cámaras? ¿Les falta creatividad? ¿Por qué repiten este uso de la figura de Erazo en su contexto?

Otro aspecto –que habla mal de sus capacidades o de su atención real a las tareas de persuasión social- es el de la torpeza inaudita que representa para los equipos de comunicación quedar expuestos con estas apuestas de pésimo resultado. ¿O no les importa, directamente?

Está claro que el macrismo no hace nada por fuera guion. Todo está guionado. La nueva política se encarna en la práctica como el ejercicio de la censura previa por los jefes de campaña y asesores de imagen y la contrapartida de políticos profesionales de baja estofa, incapaces de improvisar y de interactuar fuera de su burbuja con custodios.

“Hace cuatro años que vivo en un país realista… ahora sí puedo decir que hace cuatro años que vivo en la realidad, que me están diciendo la verdad (…). Yo creo en ustedes, creo ciegamente (…)”, son algunas frases dichas por Erazo. Para culminar contrargumentando los fundamentos de su fe ciega, al afirmar que sus hijos “salen a buscar laburo y no tienen”.

Lo lamentable del episodio es que muestra dos dramas para la política contemporánea. El primero es el consabido problema de que mayoritariamente nadie encuentra verdad en documentos de este tipo, que confirman una farsa absoluta acerca de la preocupación sobre la pobreza y evidente manipulación de la pobreza, sino que no importa qué cosa es cierta o no sino en cuál quiero creer. Y de eso me nutro. O por el contrario, me desnutro.

Y la segunda es que poco más o poco menos, gran parte de la militancia política contemporánea es de hecho una puesta en escena para las pantallas. Incluso desde los progresismos y las izquierdas. Sí, doy mi discurso y lo llevo a Instagram, Twitter y Facebook. ¿Y con quién discuto? ¿A quiénes convenzo? ¿O vamos a seguir hablando siempre al 30 por ciento de un lado y de otro mientras que los mass media y la economía resuelven el segmento oscilante del electorado?

La acción política ha pasado a un segundo plano en materia de planificación política. Paradójicamente, dirige la pantalla pero reformulando la conocida frase: luz, cámara ¿Acción?

(Por Astor Vitali) Desde que asumió el gobierno de Cambiemos, con la intendencia de Héctor Gay en Bahía Blanca, éste puso en marcha una apuesta en materia educativa. Desde entonces, se instrumentó la sub Secretaría de Educación, en cuyo cargo nombró a Morena Llanca Rosselló, Licenciada en Letras.

No puede perderse de vista que, bajo las reformas observables en cada partido de la provincia, subyace el debate de la municipalización de la educación pública. También se la ha llamado descentralización. Con la supuesta idea de “agilizar” trámites y que los establecimientos educativos funcionen bajo autoridades de mayor cercanía con la comunidad, se van llevando adelante estos intentos.

Lo cierto es que bajo esos pretextos lo que ocurre es que se reduce concretamente el presupuesto general asignado a educación y las autoridades centrales van descansando en la atomización de responsabilidades. Si todos son responsables, nadie lo es.

A tres años de gestión municipal de algunos aspectos de la educación, es posible realizar un diagnóstico de las supuestas virtudes del enfoque de municipalización. O sea: ¿funciona? ¿A quién le sirve?

Con el comienzo de la gestión, la sub Secretaría informó que concentrarían todos los talleres barriales desperdigados anteriormente en varias dependencias. El criterio, a priori, parecía razonable. Sin embargo, los resultados son nefastos. Por empezar, desde la Audiencia Pública Popular realizada en diciembre pasado, distintas organizaciones denunciaron el cierre de al menos cien talleres barriales. Esto tendría un impacto sobre unos dos mil a tres mil niños, niñas y adolescentes. Es decir pibes y pibas que se quedaron sin sus talleres. Un verdadero desastre, ya que no hubo una oferta que los reemplace.

Los datos concretos ofrecidos por la propia sub secretaria son aberrantes. Durante el mes diciembre, en ocasión de la defensa del proyecto de presupuesto presentado por el Instituto Cultural, área sobre la cual orbita hoy la dependencia, consultada por el impacto que tuvieron en 2018 los talleres barriales cultuales, Rosselló reconoció -sin inmutarse- que ese universo de beneficiaros era de apenas 168 niños, niñas y adolescentes. ¿Te das cuenta? La política de talleres barriales en una ciudad de gran índice de pobreza, con más trescientos mil habitantes, alcanza a poco más de 150 pibes. Y esto no es herencia porque fue el gobierno de Gay el que cerró decenas de talleres.

El caso de la Orquesta Infanto Juvenil del Barrio Miramar es paradigmático. Brutalmente, de un plumazo, dejaron a sus 30 integrantes sin orquestita. Hace algo más de un mes, con alto grado de cinismo, en el contexto del año electoral, hicieron un anuncio de reapertura sin sustento concreto y sin expresión presupuestaria clara.

Esta semana se conoció el cierre de las salas de los talleres maternales. Noticia que tuvo amplio eco y generó gran indignación popular. Cierran, cierran y cierran.

No quiero imaginar qué harán ahora que además tendrán a cargo la situación de los comedores.

En 2017 hicieron campaña con el proyecto NIDO en Villa Nocito y Vita Alegre. Hicieron campaña Gay y Frigerio. A principios de 2018, de la mano de Luis Tonin, desarticularon casi completamente el plantel docente al que le habían prometido continuidad unos días antes. El tema lo conozco de primera mano porque yo mismo me desempeñaba allí en el taller de música. Les comuniqué a unos 30 pibes y pibas que daríamos continuidad en febrero, tal como me informaron. En marzo, por mensaje de WhatsApp, me preguntan cómo me fue en las “vacas” y me anunciaron “malas noticias”. Diez docentes, afuera. Y esos 30 pibes que tocaron Smoke on the Water como muestra de fin de año (batería, bajos y guitarras) y que se entusiasmaron con seguir haciendo música en febrero y hacer a la música parte de su vida, fueron criminalmente estafados por esta política y por los funcionarios que la encarnan. A Tonin, la tarea sucia le valió sus méritos para ascender dentro del área de Políticas Sociales. El costo lo pagó el barrio.

Pese a cerrar, cerrar y cerrar, una de las áreas que mayor aumento presupuestario recibió durante el presente período de gestión es la de Educación, lo que pasó a engrosar las partidas cobijadas bajo la dependencia del Instituto Cultural.

Sin lugar a dudas, la gestión de la sub Secretaría de Educación, que además se ha mudado de secretaría en secretaría (¿nadie quiere pagar el costo?), no ha mostrado un solo resultado positivo. Las únicas “iniciativas” que puede mostrar son algunos programas que ya existían y otros que les bajan de provincia o nación. Es decir: nada propio.

Y todo esto sin analizar el perjuicio laboral del que esta gestión es responsable damnificando a cientos de docentes a través de despidos, baja del salario real, precarización de condiciones laborales y contratos basura.

Si todo laburante que marca tarjeta en el ámbito privado –del que tanto se enorgullecen de pertenecer los funcionarios C- tiene que mostrar “resultados” para sostener su cargo y salario, la más laxa de las evaluaciones sobre la gestión Cambiemos en educación arrojaría un resultado irrefutable: desaprobado… y a marzo.

(Por Astor Vitali) El tema Venezuela es un tema manoseado. Uno de esos asuntos donde ya importa más lo dicho y publicado que lo ocurrido realmente. Según quién lo mire y cómo decida mirarlo de antemano sacará sus propias conclusiones. Pero lo hará a pesar de lo que ocurre: lo hará porque quiere verificar en lo que lee y escucha un concepto acuñado por intereses ajenos a las necesidades del pueblo de ese país.

Todo el mundo se está llenando la boca con Venezuela. Todo el mundo se horroriza por derecha y por izquierda y menciona a un pueblo que no conoce y cuya suerte les tiene bastante sin cuidado. Porque al discutir Venezuela se busca imponer una discusión acerca de un tipo de gobierno determinado y sus supuesto efectos nefastos para el resto de los países de América.

Pero lo más llamativo y novedoso de todo este proceso es que se puso en marcha una suerte plan de acción abiertamente dirigido por Estados Unidos y comandado en línea. Los funcionarios abocados a América Latina del país del norte hablan sin censura y le dicen a la oposición de ese país en tiempo real qué tienen que hacer y cómo.

Por ejemplo, el domingo casi me ahogo tomando un mate, al abrir las primeras páginas del diario Clarín con la nota de tapa titulada: “Los venezolanos deben recurrir a la desobediencia civil frente a la dictadura”. Por dictadura se refería al gobierno de Maduro. Foto que ocupa un tercio de la página con el rostro del declarante. Se trata de Luis Almagro, secretario general de la Organización de Estados Americanos.

En este caso, un funcionario uruguayo a cargo de este órgano claramente alineado con Washington.

La pregunta es ¿cuál es tu límite para discutir política? Supongamos que tu posición sobre la autodeterminación de los pueblos no es absoluta. Pero este asunto es anterior a una posición a favor de la autodeterminación. Se trata de si cualquier habitante de cualquier país del mundo que aspire a ser libre y soberano está dispuesto a tolerar que Estados Unidos y sus herramientas geopolíticas dictaminen abiertamente qué hacer en cualquier país. Sobre todo en aquellos donde tiene intereses económicos.

Este es una primera discusión sobre la que no se puede mirar para otro lado. Es antes de discutir qué ocurre en Venezuela, si estamos dispuestos a aceptar una gendarmería mundial con sede en Casa Blanca. Si esto es aceptado, cerremos todo y vamos: ya no tiene sentido la discusión política democrática.

Venezuela y qué ocurre con su proceso político y económico es otra discusión aparte, sobre la que nos ocuparemos en otra oportunidad. Pero antes que ello ¿cuál es tu límite?

(Por Astor Vitali) Comenzamos un ciclo con la esperanza de hacer algún aporte al debate político general y a la libertad de prensa en particular. Porque convengamos que no se estaría publicando mucho de lo importante que ocurre. Mucha pauta y poca idea.

Este es un país en el que, afortunadamente, en política todo puede pasar. Pero de antemano podemos señalar una paradoja: será uno de los años con mayor cantidad de elecciones realizadas y, sin embargo, pinta para ser uno en el que menor intensidad de debate político habrá.

De qué habla, don Vitali, te preguntás. Bueno, es sencillo. Sin duda habrá campaña por aquí y por allá, spots publicitarios y las imágenes de los candidatos atravesarán tu vida. De hecho, como señala un informe de Perfil del 10 de febrero, muchas referencias políticas han decidido migrar del Twitter al Instagram. Es decir, verlos los vas a ver.

Pero el hecho de que haya mucha campaña y mucha publicidad no implica necesariamente que esas campañas tengan contenido interesante para el debate político. Más bien, serán una serie de declaraciones cruzadas sobre superficialidades de todo tipo. Ni que hablar de las operaciones y contra operaciones judiciales que están a full. Ya nadie entiende si la razón asiste a algún sector o si dentro de esas operaciones hay verdad codificada.

A tres años del gobierno de Cambiemos no sólo no hubo segundo semestre sino que tampoco inversiones y se sabe que las promesas de campaña fueron ampliamente incumplidas. A esto se suman las enormes dificultades de carácter económicas que atraviesa el país. Inflación, parate de consumo y vencimientos de deuda espectaculares para 2020 y 2021 nos llevan a una encrucijada financiera de resultado (positivo) imposible.

Asimismo, todo esto ocurre bajo la espantosa sensación de estar vigilados nuevamente por el FMI y sometidos a sus misiones de control que van por las reformas laboral y jubilatoria, entre otras.

Este cuadro debería llevar a la dirigencia a hablar del modelo político, económico y cultural para salir del laberinto histórico del endeudamiento y desendeudamiento y sobre todo para proponer hacia adelante un modelo que sea capaz de no depender de la timba financiera y poner a producir los cuantiosos recursos argentinos. Cuantiosos recursos en tanto cuestión material y territorial sí pero también -elemento olvidado-, la gran capacidad de materia gris. No hay que olvidar que los países llamados desarrollados no son aquellos donde se produce tecnología, por decir, celulares, sino donde se producen las ideas y la planificación de desarrollo tecnológico.

Si vos leés la agenda publicada de hoy, no se ve ninguno de estos debates a la vista. Hay sí titulares espectaculares como “Pepito destrozó a Menganito”, “Escándalo por tal cosa” y yerbas similares. Pero ¿y para dónde vamos? ¿Quién pone esto en agenda? Los mejores asesores políticos que guían a unos y a otros sectores tienen plenamente presente que una elección no se gana por la virtud de los argumentos expuestos sino por las sensaciones que generan a las mayorías. Por ello es que nada de esto se discutirá.

Y, por supuesto, este prisma se aplica a nuestra ciudad donde las principales referencias tienen por objetivo no sacar los pies del plato de la agenda económica impuesta por algunas cámaras industriales y las gerencias locales de mega empresas trasnacionales con sede en el Polo. ¿Qué esperás del debate local?

Lo único que puede sacudir la comodidad de la política profesional, de ir pivoteando sobre los temas planteados por los sectores de poder, es que la agenda social logre imponerse. Que los dramas vividos en cada barrio, los desastres ambientales, las desigualdades, las víctimas de una economía local que jamás contempló las necesidades laborales existentes, el espantoso déficit de vivienda, la política criminal del cierre de talleres culturales en los barrios, la inacción sobre la violencia machista, los manejos económicos y sus correlatos en la corrupción del sistema jurídico y policial converjan en una agenda común de reclamos y propuestas desde abajo que sacuda la comodidad mediocre expresada en el debate político.

Habrá que ver. Este grillo cantará todas las tardes con la esperanza de que, del otro lado, el viento vespertino le devuelva el canto sordo de los de abajo.