“Micaela, volá alto. Mamá te desató”, dijo Mónica Cid luego de escuchar la condena a prisión perpetua para Jonathan Luna. El imputado fue encontrado autor penalmente responsable “por homicidio triplemente calificado por haberse cometido sobre una mujer mediando violencia de género, por alevosía y para ocultar otros delitos y por no haber logrado el fin e intención que guiaba su conducta de cometer un delito contra la integridad sexual en concurso real con los delitos de acoso sexual tecnológico y robo”.

Se probó que “Luna comenzó a hablar con Micaela a través de Facebook, usando una cuenta falsa, la Rochi de River, con la clara intención de abusar la integridad sexual de la menor”.

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Este modus operandi era utilizado por Luna con cientos de chicas menores de edad y haciendo uso de múltiples cuentas de facebook -tanto de hombre como de mujer-. En el crimen de Micaela “aprovechó la vulnerabilidad de su situación luego de haber discutido con su familia, para ofrecerle –haciéndose pasar por la Rochi de River- alojarla en su domicilio, [supuestamente] ubicado en Villa Rosas”, continuó la lectura.

Estamos frente a un masculino aprovechándose de la situación de indefensión en la que había colocado a la menor, así como su superioridad física. Luna intentó completar su objetivo, pero “ante el rechazo de la menor, ante la imposibilidad de concretar su deseo sexual, […] y para evitar que Micaela lo denuncie e identifique, agredió físicamente a la víctima, teniendo en cuenta su condición de género y edad”.

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También quedó establecido que Luna había utilizado el mismo modus operandi, contactar a chicas menores de edad mediante el chat de Facebook, en más de una ocasión, según varias menores que dieron su testimonio la semana pasada; más un caso que salió a la luz este martes (pero que no formó parte del juicio).

La jueza María Elena Baquedano dijo en la sentencia: “Sin duda estamos ante un homicidio triplemente calificado por haberse cometido sobre una mujer, mediando violencia de género con alevosía y para ocultar otros delitos; y por no haber logrado el fin e intención que guiaba su conducta de cometer un delito contra la integridad sexual, en conjunto con el delito de acoso sexual tecnológico (grooming) y robo”.

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Para el tribunal “Luna se ha aprovechado de una situación de indefensión de la víctima, caminando hasta una zona descampada. […] Generó así las circunstancias necesarias para asegurarse la ejecución del hecho, disminuyendo las posibilidades de defensa de la menor, colocándola en una situación de inferioridad y descartando riesgos para sí”.

“Además, se valió de la sorpresa de su acción a traición por aprovechamiento de la confianza que en él se había depositado. […] La edad, las características físicas de la víctima, la confianza que se había depositado a partir de la información falsa que él había dado, fueron el conjunto de elementos que establecieron esa situación de inferioridad de Micaela Ortega”.

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“Está probado que Luna mató para tratar de ocultar otros delitos: acoso sexual tecnológico y robo.

“Estamos ante un femicidio, como señaló el fiscal en los casos Mangieri y Recalde: no se requiere un vínculo preexistente, relación laboral o vínculo de algún otro tipo para que pueda existir violencia de género”, afirmó el tribunal en contraposición al alegato de la defensa.

Respecto a la violencia de género, una de las juezas dijo que “lo esencial es que la violencia sea motivada en el género, en ese rol que el autor le asigna a su víctima: mujer dominada e inferior; cosa; que se debe hacer lo que el pretenda; no puede decidir libremente sobre su libertad sexual; no importa su consentimiento o no para la práctica de un acto sexual; debe estar a su servicio”.

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“El imputado usó todo un marco de mentiras para posicionarse en una situación de superioridad estratégica al generar que la víctima se alejara de su círculo familiar”. Luna quiso demostrar su “condición de hombre dominante, un claro acto de discriminación hacia la mujer, como no lo logró, ejecutó su acción letal”.

Se estableció que a Micaela la mataron “por no haberse sometido”, “se ha mostrado rebelde ante él”. Sobre Luna al momento de dejar la escena del crimen, las juezas y el juez dijeron que “previo a retirarse parece que quiso dejar un macabro mensaje, el atar sus pies y sus manos como reafirmando que la mujer no puede hacer ni andar si él no lo permite”.

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“Está claro el rol que se le asignaba a Luna dentro de la sociedad y el rol que le asignaba a las mujeres”. Esto quedó evidenciado la semana pasada cuando varixs vecinxs del barrio y amigas de Eliana Espinoza –ex pareja de Luna–, aseguraron que el imputado no trabajaba y se la pasaba acostado con el teléfono en la mano.

Mónica Cid, luego de abrazarse con Claudio –padre de Micaela– y su abogada Fernanda Petersen, tomó el micrófono y dijo: “Micaela, volá alto, mamá te desató”. El público dentro y fuera de la sala cantaba: “Mica querida, Mica querida, tu madre la leona encerró a tu femicida”.

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La docente Helen Turpaud se refirió en el programa ¿Quién te juna? De FM De la Calle a la violencia mediática padecida a partir de la errónea entrega de un texto inapropiado para la edad de lxs alumnxs de uno de los cursos a su cargo en el Ciclo Básico.

Comentó que hace varios años que en la institución se realiza un proyecto de lectura silenciosa y sostenida en el cual suelen faltar textos de poesía. Por eso, decidió llevar decenas de sus propios libros para que lxs jóvenes eligieran.

“Además llevé mis carpetas de trabajo y cosas que yo llevo para ir a hacer algo que me queda después del trabajo, mi mochila es un objeto personal. Y en ese material, se deslizó un libro, ‘Fixture, un picadito astral’, que tiene un texto que escandalizó la moralidad de algunas personas. Quizás fue un poco chocante para algunxs estudiantes, pero como yo no me enteré en el momento sino semanas después, no se le pudo dar un abordaje pedagógico al tema” explicó.

La profesora, actualmente de licencia, detalló cómo había procedido después de esta situación: “Ni bien me anoticio decido mandar una nota por el cuaderno de comunicados, en primera instancia explicando la situación, que había sido una confusión, pidiendo disculpas y poniéndome a disposición de las familias para lo que hiciera falta hacerme cargo, por supuesto. Y para que hubiera alguna instancia reparatoria si alguien hubiera salido dañado”.

“Hay un montón de posibilidades de pensar esto de otros lados que no sea el daño, o la persecuta, un escándalo a la moral. Al día siguiente alguien lleva esto a los medios y no cualquier medio sino el más amarillista de esta ciudad. Ahí si con claras intenciones lesivas hacia mi persona”.

Turpaud respaldó las palabras del comunicado del Departamento de Humanidades de la Universidad Nacional del Sur en el cual se menciona la persecución ideológica.

“Contextualizan esto en el marco de que yo vengo militando en cuestiones de derechos humanos y sobre todo de feminismo hace años y he estado en organizaciones de militancia vinculadas con los derechos de las diversidades sexuales, LGTB.  Hablan de persecución, si empezás a sumar una serie de cosas, sabemos que estamos en un contexto político de clara exacerbación de la derecha y ataque a principios democráticos, esto no es casual, ¿a quién le importaría si no el libro que se le pasó a la profesora?”.

“Esto no es un ataque solamente a mí sino que con esto están atacando a toda la comunidad educativa de la UNS, de todos los niveles, y también a una docente que se considera muy consciente de su trabajo en las escuelas públicas de la provincia de Buenos Aires. No hay que perder de vista eso, el abordaje clasista y verticalista, amarillista, la exposición de mis estudiantes, pareciera ser como una especie de cortar lazos con la comunidad educativa”, afirmó.

Turpaud dijo que sus alumnas y alumnos “no saben muy bien qué pasó” y opinó que “hay que hacer un trabajo importante de comunicación: justamente esto arranco con poesía y palabras, desde qué manera entendemos a la comunicación, así que  estamos empezando a responder”.

Liliana Granero, titular del Consejo de Enseñanza Media Superior de la Universidad Nacional del Sur, se refirió en FM De la Calle a la violencia mediática padecida por la profesora Helen Turpaud a partir de un error en la entrega de material de lectura a sus alumnxs.

“Más que lo que pasó, voy a empezar por lo que no pasó”, comenzó Granero. “En la escuela del Ciclo Básico no hubo ningún escándalo, el escándalo lo generó La Brújula con su publicación. Cuando salieron esas publicaciones, nosotros ya estábamos trabajando a nivel institucional este tema, que sí había sido planteado por un grupo de alumnos en la dirección de la escuela”.

“Para cuando salió la publicación del escándalo, ya habíamos hablado con la profesora, la profesora de motus propio había ofrecido una disculpa a través de un texto que fue por los cuadernos de comunicados de los dos cursos involucrados en esta situación. El escándalo se generó mediáticamente”, explicó la titular del CEMS.

Respecto a quién pudo haber acudido a los medios, Granero dijo que “como el medio se encargó tan claramente de exponer a la docente pero de preservar –con esta doble vara– a quien hizo la denuncia, nosotros no sabemos quién fue el o la denunciante o si fueron más de uno los que acercaron toda esta información al medio. (…) También sería sumamente violento individualizar al estudiante porque no creemos que haya sido un chico el que llevó esto a los medios”.

Sobre la forma de reparar la situación, afirmó que “están trabajando los directivos de la escuela, le vamos a dar intervención al Departamento de Orientación Educacional que tenemos ahí y será también un trabajo en el que acompañaremos a la docente cuando vuelva a las aulas porque nos parece que ese es el espacio de encuentro que hay que propiciar, el encuentro cara a cara, entre los estudiantes -que es realmente lo que desvela a la profesora- y la docente”.

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También aclaró que no se realizó ningún sumario y que “siempre hablamos de que hay que hacer una vía administrativa cuando hay una denuncia porque, además de lo de los medios -porque no sabemos si son los mismos papás o no-, hay un par de notas presentadas en el CEMS, planteando algunas dificultades. A esas presentaciones formales se les va a dar la vía que corresponda”.

Sin embargo, llamó a desmitificar el tema de los sumarios: “El sumario no es necesariamente a una persona, también es una vía para investigar qué fue lo que pasó, juntar todos los elementos y llegar a una conclusión. Puede ser una vía interna que no salga del CEMS”.

Respecto al libro que llegó a manos de, por lo menos, un alumno, Granero dijo que ese “texto no lo dio la profesora de manera intencional. Fue un error, como ella dijo desde el primer momento. Se deslizó en un cúmulo de libros que llevó en un día especial para una actividad casi recreativa de lectura de poesía. En ningún momento lo llevó para trabajar ni para sacar fotocopias, ni estuvo en fotocopiadora, ni es un texto que ella fuera a abordar”.

También opinó “que hay una mirada equivocada sobre la escuela” y que ven a la institución “como una escuela que tiene que estar absolutamente descontextualizada de la realidad, de todos los textos en distintos formatos a los que acceden los jóvenes de esta edad”.

Finalmente, ratificó: “Nosotros nos hacemos cargo como institución de que esto pasó adentro de la escuela y no afuera, no tenemos problema en asumir esto, la primera en asumirlo fue la profesora. Por qué está la mirada puesta ahí [en ella], yo se lo preguntaría a los que generaron todo este escándalo”.

(Por  Larisa Cumin) Me despierto como puedo, dormí poco, pero estoy feliz, el madrugón me lleva al festejo de una biblioteca que cumple 10 años en el delta. No conozco a nadie, pero voy confiada de tener buenos encuentros. Un encuentro con la literatura es siempre un encuentro con gente, con el amor de esa gente hacia la literatura y hacia los otros. Ni bien abro los ojos y abro el celular el día se me amarga un poco, en las noticias de Google aparece como destacada una nota con la cara de una mujer conocida. Que también encontré así, por la literatura, siete años atrás en Santa Fe en un encuentro de estudiantes de letras y lenguas, cuando éramos más jóvenes y teníamos el mismo amor. Conocí a H. en la cola del baño de mujeres (Lacan explica el poder significante mostrando como dos puertas sustentan la segregación urinaria) sé que crucé apenas cuatro frases con ella, no sé bien de qué hablamos, o sí: hablamos de literatura y hablamos de amor. Y sé que ella venía de lejos y acarreaba consigo en ese encuentro todo un contingente de otra provincia, incluida su novia, y recuerdo que limpiaba un mate. Ella no se acuerda de ese encuentro, yo tenía siete años menos y una capacidad entrenada de ser invisible. Hace tres semanas la vuelvo a encontrar en una lectura de poesía, ella venía de lejos otra vez, y yo también. Cruzamos algunas palabras más, supe enseguida que tenía ese mismo motor que le adiviné la primera vez: la literatura y el amor. Me entero de que es poeta, que es militante y feminista ya lo sabía, me entero de que es profe de lengua y literatura también, y que hace rato recorre las aulas. Sé, no por mucho hablar, sino por sentirlo, que hablamos la misma lengua, que creemos y confiamos en las mismas cosas, y que posiblemente también sean parecidas las que nos hagan sangrar. Nada más, y nada menos.

H me escribió hace unos días, para pedirme un poema, el que me escuchó leer esa tarde (a lo mejor de este lado aprendimos a no ser tan invisibles, pero en todo caso esa es una decisión). Le debo el poema pero a cambio le mandé el link de estas crónicas (casualmente, o no, esta nota). No pensé ese día que Ladelengua iba a seguir, como tampoco que la siguiente crónica iba a ser sobre ella. Esta nota es por H, por todos los que creen en la literatura y en el amor. Que son, muchas veces, lo mismo.

Hoy la cara de H. está en los medios, en los de Bahía Blanca y en los nacionales, y esa no es su decisión.  Su cara y su nombre. Una historia que habla de ella sin conocerla. De su trabajo sin conocerlo, y de la literatura sin saber de qué se trata. Me atrevo a hablar de H., aunque la vi dos veces y me atrevo a decir: yo la conozco. Y esa historia que cuentan hoy los medios además de confusa y parcial, errónea política y periodísticamente, sé que no habla de H. A H. la acusan de un “escándalo”. Ese escándalo tan importante como para ocupar primeras planas (lo digo con ironía) fue repartir a sus alumnos de secundario entre decenas de libros un libro por confusión que contenía de groserías. Las “noticias” además están acompañadas de una foto de su cara, una foto borrosa de una (sí una!) página del libro con las groserías, la mayoría misóginas y machistas.

Del libro no se dice nada más, no está la portada, ni quien lo escribió, ni la temática ni nada, pero sí se trascriben las “groserías”, y se cita el nombre y apellido de H. Hay un testimonio, pero no se sabe el nombre del testimoniaste.  Crónica titula la nota así:  Escandaloso libro para nenes: “Callala de un vergazo”.  Abajo del titular está la foto de H. Minuto Uno titula: “Escándalo con una docente que le dio a los alumnos un texto con groserías sexuales”. Cómo no vi el libro, sólo esa página pixelada en la foto no debo decir nada sobre éste. Pero como creo conocer a H más que estos medios, decido cagarme en el deber e ir hacia el poder. Un poder no machista, no periodístico, sí literario: el de imaginar. Siendo yo también profe de lengua y literatura, dramática y novelera me atrevo a decir que esa página fotografiada con apuro borroso desde un celular posiblemente es una larga lista de ejemplos de frases machistas, que por algún motivo están en ese libro, y ese motivo no es reproducirlas, cómo sí lo hacen los medios que hablan de H, sino analizarlas y cuestionarlas. Quiero preguntarle esto a H, y se lo pregunto, pero no me responde aún porque no está conectada, entonces sigo ficcionalizando e imagino a H en este momento, lejos otra vez de su casa, abrazada entre las 500 mil mujeres que hoy pueblan Chaco. Y espero que eso sea realmente así. Como también espero que el poder de la literatura, el de los docentes comprometidos y el de todas las mujeres feministas sea más grande que el que tiene ahora esta muestrita ejemplar del patriarcado. Esta exposición alevosa de una compañera. Más que el de una foto borrosa de una sola página de un solo libro x. Más que el de un solo testimonio de un solo padre de un solo alumno de los cientos que ya deben haber conocido la literatura a través de los ojos de H.

Hoy muchos alumnos, ex alumnos, poetas, colegas salieron a apoyar a H, a tirarle buena onda. entre ellos el poeta y docente Mario Ortiz, que puso en palabras lo que yo sentí esa mañana al despertar: Amarga sensación de vulnerabilidad al pensar en qué momento y porque causas pueda aparecer nuestro propio rostro en medio de un escrache y de sumario.

Espero que la literatura tenga más poder que el todo el mal periodismo junto. Espero que la literatura tenga más poder que esa verga que nos quiere callar. Por prudencia y respeto H. aún no dijo nada sobre el asunto.  Pero, si hoy no es la voz de H, ni son sus notas periodísticas, ni sus posteos de Facebook reclamando la buena aplicación de las ESI, y muchos menos su poesía la recorre los medios de Bahía Blanca y del país es porque H es un cuerpo y una voz disidente. Y eso, sabemos molesta, y es por eso que “hay que callarla de un vergazo”, por torta, por poeta, por creer en la literatura y en el amor. Guardala, chabón, guardala.

Fuente: http://www.pausa.com.ar

“Sres. Jueces, el patriarcado nos atraviesa. Basta de contar muertas, basta de contar abusadas sexualmente, basta de contar a las muertes como moscas. Podemos hablar mucho de leyes pero mientras no cambiemos a la sociedad, muchísimos Jonathan Luna van a pasar por estos tribunales”, dijo la abogada Fernanda Petersen durante su alegato por el femicidio de Micaela Ortega.

La querella, al igual que el fiscal Rodolfo De Lucía, pidió perpetua para Luna (28) quien llegó a juicio imputado por homicidio calificado agravado por alevosía, violencia de género, robo y grooming. El defensor Sebastián Cuevas solicitó 20 años de prisión y tratamiento psicológico.

La sentencia se conocerá el jueves a las 9:30 en Estomba 34.

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Micaela estaba convencida que se comunicaba con una mujer que se hacía llamar La Rochi de River, nombre que Luna utilizaba para captar niñas vía Facebook, destacó el fiscal al comenzar su alegato.

Contó que existen pruebas en donde la nena de 12 años le pidió lugar en su casa y que la respuesta de “La Rochi” en el chat fue: “No hay drama gorda, te banco en todas”.

De Lucía repasó datos de los peritajes y agregó que la muerte se produjo el mismo día de la desaparición y las causales fueron traumatismo de cráneo y asfixia mecánica.

“No hay duda respecto de las pruebas que demuestran la autoría de Jonatan Luna (…). No quedan dudas que conversaba con Micaela por Facebook”, dijo.

Respecto a la agravante por alevosía el fiscal sostuvo que tiene fundamento en: el lugar al que se traslada con la nena, que ella era menor de edad, la contextura física de la víctima y que estaba atada. “No había posibilidad de defensa por parte de la víctima”, enfatizó.

En relación al femicidio, el fiscal hizo hincapié en la situación de vulnerabilidad en la que se encontraba la víctima. “Micaela era una nena de 12 años que creía que hablaba con una chica de 12 o más, pero en realidad hablaba con otra persona”.

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Tomó como antecedente la sentencia del caso Ángeles Rawson y mencionó las similitudes entre ambos crímenes en cuanto a las características de la víctima y el victimario y el motivo por el cual se produjo la muerte. “Luna mentía sobre su edad para captar la confianza de las víctimas. Es suficiente la prueba para decir que el móvil que motiva a Luna era un abuso sexual”.

De Lucía reveló datos de una conversación entre Luna y otra menor ocurrida la semana previa a la desaparición de Micaela. En este caso el imputado pidió encontrarse con la víctima en dos oportunidades: la primera supuestamente para venderle un celular, encuentro que finalmente no ocurrió y, la segunda, por un tema laboral en la cual le pide que la va a encontrar en la parada del colectivo en Villa Rosas. En ese momento, la víctima fue hablándole desde el colectivo y se comprobó que hubo abuso sexual no denunciado.

De Lucía concluyó que está probado el robo y el grooming por lo cual pidió prisión perpetua y que Luna sea declarado reincidente por el robo por el cual fue condenado en 2012.

La abogada de la familia Ortega, Fernanda Petersen, manifestó que “para Jonathan Luna un celular en sus manos es un arma” y que este “es un caso de libro en lo que se denomina grooming. Pero en el caso de Micaela Ortega fue más allá”.

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“¿Quién puede creer que un simple ladrón haga caminar a su víctima más de 10 kilómetros?”, se preguntó Petersen y agregó que “Luna no es inimputable, Luna comprende lo que hace”.

Mirando fijamente al acusado, la abogada de Mónica Cid afirmó: “Luna es un sano hijo del patriarcado. Luna responde a todos los patrones culturales y misóginos en donde se entiende a la mujer como una cosa. Micaela no sabía que ese era el camino al infierno que Jonathan Luna le proporcionaría”.

“Sres. Jueces, el patriarcado nos atraviesa. Basta de contar muertas, basta de contar abusadas sexualmente, basta de contar a las muertes como moscas. Podemos hablar mucho de leyes pero mientras no cambiemos a la sociedad, muchísimos Jonathan Luna van a pasar por estos tribunales”.

“Acá no estamos todos, falta Micaela Aldana Ortega. Jonathan Omar Luna es un delincuente con todas las letras, es un criminal. No podemos seguir pensando sin perspectiva de género”, enfatizó Petersen.

La querellante pidió pena de prisión perpetua e insistió: “Para Jonathan Omar Luna las mujeres somos cosas. Estamos ante una bestia. Jonathan Omar Luna tiene que ser condenado ejemplarmente y, por último, en nombre de Micaela: Ni Una Menos, Ni Una Muerta Más, No más femicidios, no más machos violentos que se creen con derechos, Jonathan Luna tiene que estar en el lugar que le corresponde”.

Al finalizar el alegato, Mónica Cid gritó “Ni Una Menos. Jonathan Omar Luna, a mí también me mataste”. El público respondió con insultos y la presidenta del tribunal pidió orden para dar la palabra al dr. Cuevas.

El defensor argumentó que no negaba la autoría de los hechos y disintió “con cuestiones técnicas y legales”. Explicó que “la contactación de menores tiene que ver con la falta de contacto con gente par”.

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Para Cuevas el caso no es un femicidio porque Luna no era la pareja de Micaela. “No estoy diciendo que no existen los femicidios. Yo creo que no basta una decisión súbita”. Trató de contrarrestar la motivación planteada por la fiscalía y la abogada de la familia al sostener que el delito anterior al asesinato de Micaela fue un robo.

Mencionó que “si no entendemos la estructura psiquiátrica de Luna no vamos a poder entender el desenlace fatal de este hecho”.

Sobre el final, el defensor opinó que la motivación de Luna fue el robo y que el modus operandi del imputado era el mismo por el cual fue apresado años atrás. “No estaba en la mente del autor lograr la impunidad porque no fue meticuloso. (…) La calificación correcta debería ser homicidio agravado en ocasión de robo”. Por ello, pidió que su defendido sea condenado a veinte años de prisión con adecuados tratamientos psiquiátricos.

Petersen se refirió a la “misoginia exagerada” invocada por Cuevas: “Se es misógino o no se es misógino; se tiene odio hacia las mujeres o no se lo tiene; se está dentro de las características y de la estructura patriarcal o no se está”.

“Habla de su estructura psiquiátrica y se su estado mental: no contamos en ningún estadio de la causa con la historia clínica del imputado, lo único que podemos tener son referencias a un supuesto golpe y el estudio que le hizo en el Hospital José Penna”.

“No estamos ante una persona que no puede determinar y no puede planificar lo que quiere hacer. Luna sabe perfectamente lo que quiere hacer, a Luna se le cayó el gorro en el lugar del hecho. Luna escapó cobardemente y dejó a Micaela en un lugar donde nadie la iba a encontrar. Luna, durante 35 días, siguió contactando menores en las mismas condiciones en las que lo hizo con Micaela y Luna es misógino”.

La abogada subrayó que “Luna odia a las mujeres y considera que somos objeto para satisfacer todas sus necesidades, por lo tanto, creemos que este tipo de defensa no hace a la posibilidad de escapar a la calificación de violencia de género”.

La lectura de la sentencia será el próximo jueves 19 de octubre a las 9:30 en los tribunales de Estomba 34.

Tres testigos se presentaron en la cuarta jornada del juicio que tiene como único imputado a Jonathan Luna por el femicidio de Micaela Ortega. El acusado no declarará antes de los alegatos que se desarrollarán este viernes. Mónica Cid pidió acompañamiento desde las 8:15 en Estomba 34.

Hoy fue el turno de tres mujeres menores de edad quienes relataron cómo conocieron a Luna a través de las redes sociales. El imputado se hacía pasar por un chico de 18 años bajo los perfiles de Facebook “Yoni de River” y “Yoni Moya”.

“Ma, este chico me habló hoy a la mañana”, dijo M.F. (14) a su madre el día que transmitían en la televisión la captura de Luna como supuesto autor del femicidio.

La misma testigo relató que aquella jornada le contó a su mamá las conversaciones que tenía con el imputado. “Estás re partible”, comentó Luna en las fotos de la adolescente, a quien además le escribía reiteradas veces por la red diciéndole “hola linda”, “hola hermosa”. Insistía en pedirle el whatsup, pero ella le decía que no tenía.

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Según los testimonios recabados en esta instancia del juicio, Jonathan Luna citaba a todas las menores a las vías del Saladero o les proponía encontrarse a la salida del colegio.

Durante cuatro meses aproximadamente, Luna inició conversaciones esporádicas con M.S. (15), “¿quiénes son tus amigos? ¿tenés hermanos mayores?”, eran algunas de las preguntas que le hacía. La testigo recordó que el imputado intentó venderle una planchita de pelo “a toda costa”, pero nunca recibió las fotos de la misma.

La última joven en declarar reveló situaciones similares, agregando que Luna le preguntaba si tenía relaciones sexuales y si quería que se vieran en White o en su escuela.

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Pasadas las 10:30 la defensa y la querella desistieron del resto de los testimonios. El defensor oficial, Sebastián Cuevas, entregó al el Tribunal copias originales de los estudios que le hicieron a Luna días atrás.

Este viernes se realizarán los alegatos y Luna volverá a la sala de audiencias. Mónica Cid, madre de Micaela, convocó a acompañarla desde las 8:15 en la puerta de Tribunales –Estomba 34- para exigir una condena ejemplar para su hija.

Durante la tercera jornada del juicio a Jonathan Luna, imputado por el femicidio de Micaela Ortega, declararon 10 testigos.

Luego de la sorpresiva tomografía que le realizaron a Luna a pedido de su defensor, se especuló con la posibilidad de que se lo declare inimputable por un golpe que tuvo en la cabeza cuando tenía 12 años. Peritos de ambas partes descartaron que aquel hecho haya afectado su capacidad para entender sus actos y desbarataron la estrategia defensiva.

El doctor Enrique Gabriel Grimi, perito de la Asesoría Pericial, entrevistó a Luna dos veces. Las pericias buscaron evaluar si el acusado estaba en posición de enfrentar un juicio penal y si entendía la importancia de sus actos. “Descartamos cualquier tipo de trastorno mental que le impida actuar libremente”, señaló. A su vez, destacó que “sabía que lo que había hecho era grave”.

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Luna tiene trastorno antisocial de la personalidad, lo que se denomina psicopatía. Se trata de personas con un profundo desprecio hacia los derechos de los demás, narcisistas, egocéntricos y manipuladores, según coincidieron Grimi y Rocío Cirigliano, peritos ofrecidos por la Fiscalía y Emiliano De Prada y Daiana Kolman, propuestos por la defensa.

Grimi argumentó que la psicóloga que realizó la evaluación para otorgarle la libertad condicional en Rio Negro “dijo que había que darle una oportunidad”. Como dicho análisis es “muy subjetivo” se decidió realizar un estudio denominado “Riesgo de Violencia”. Se evaluó la capacidad para comprender los actos, la capacidad de empatía, su conducta. Se analizó también el riesgo socioambiental, problemas psicológicos, abuso de sustancias. “Concluimos que tiene alta posibilidad de cometer un acto criminal”.

Luego, declararon una psicóloga y dos licenciadxs en criminalística de la Delegación Departamental de la Policía Científica de Mar del Plata. Infirieron que era posible que Micaela haya sido víctima de abuso, que ante la negativa a tener relaciones sexuales, Luna la golpeó, la mató y la ató de pies y manos. “La víctima tenía el torso descubierto. El lugar apartado, la distancia entre el encuentro y el lugar del hecho, nos hacen pensar que no fue con intenciones de robo sino de abuso, porque lo podría haber perpetrado el robo en los primeros metros”, destacó Gisela Gripopalma.

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Destacaron que Luna utilizaba un modus operandi, se acercaba a sus víctimas por redes sociales utilizando nombres falsos, siempre comenzaba las conversaciones con “Hola, hermosa”, “Hola, bonita”. Luego concretaba un encuentro. Más tarde publicaba los objetos de valor sustraídos a la víctima, como hizo con la planchita de pelo de Micaela. Peritos de la Policía Científica señalaron que existió por parte de Luna un predominio físico, psicológico y de contexto con respecto a Micaela.

Pedro Fullone, vecino de Luna y padre de las chicas que declararon ayer,  comentó que le dijo al imputado: “Vos me tocás a una de las nenas y yo te limpio”. También se presentó, Damián González Carro, dueño de la empresa ubicada en Bolivia 1250 cuyas cámaras de seguridad registraron a Luna caminando junto a Micaela.

Daniel Gustavo Constantini, médico legista y forense de la Policía Científica, confirmó que la data de muerte se trataba de entre 25 y 35 días antes de ser encontrado el cuerpo y que la víctima había sido golpeada en la cabeza. Fabián Pachecho, Subcomisario de la Policía Bonaerense, certificó haber encontrado las pertenecías de Micaela en el allanamiento en el domicilio de Luna.

El juicio continúa mañana a partir de las 9.30 en el quinto piso de los Tribunales de Estomba 34.

En la segunda jornada del juicio por el femicidio de Micaela Ortega declararon la ex pareja del imputado Jonathan Luna, Eliana Espinoza; el secretario de Seguridad municipal, Emiliano Álvarez Porte; policías que intervinieron en la investigación y tres menores de edad del entorno de Luna.

Pablo González, jefe de la División de Delitos Complejos de Policía Bonaerense relató que junto a su equipo se presentaron en nuestra ciudad un mes después de que Micaela desapareciera, el 23 de mayo de 2016. Dos días después aportaron información del Facebook de la nena a una ONG.

Dicha pesquisa incluía chats con “una mujer grande que parecía protegerla”. “Esta persona le decía que si estaba mal vaya a su casa”. “Ella vivía en Villa Rosas”, supuestamente, por lo cual el equipo de González intentó durante dos días ubicar las fotos de la cuenta en ese barrio.

“Estábamos a merced de las escuchas telefónicas de los celulares asociados” con las cuentas de Facebook. La División de Delitos Complejos llegó a Eliana Espinoza, ex pareja de Luna, mediante una escucha telefónica donde decía que iba a buscar un trabajo en la ruta Sesquicentenario.

“Llovía mucho, había cuatro efectivos en el auto. La mujer bajó del colectivo y la interceptamos”, declaró González. Espinoza fue trasladada a la Fiscalía para declarar. “Había entrado un mensaje de su marido que decía ‘desbloquéame que te cuento la verdad’”. La mujer se puso nerviosa y empezó a llorar.

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Cuando la interrogan y le preguntan qué había pasado con Micaela, Espinoza dijo: “Yo creo que la mató y la violó”. A través suyo dieron con Luna.

“Llegamos y él estaba adentro. Cuando registran la casa encuentran la planchita y un porta SUBE con stickers”. “Yo no la maté, le robé las cosas”, dijo el imputado en ese momento.

González afirmó que “[A Micaela] la puso en un lugar de desprotección donde sabía que si pedía ayuda no iba a ir nadie”.

El segundo testigo fue Marcos Herrera, instructor de caninos de la policía de Río Negro, adiestrador de K9.

“Recibí un llamado telefónico directamente de Mónica, para que busque a su hija. Me presenté a la policía y empecé a trabajar. El día que resguardaron la habitación de Mica comenzaron la búsqueda. Cerca de las 21 horas nos encontramos cerca de las vías y la estación de servicio donde habían visto a Mica. El perro hizo seis kilómetros por las vías hasta llegar a un puente y quiso seguir otros seis kilómetros”.

Herrero dijo que tuvieron que cruzar un alambrado. El perro empezó a olfatear y siguió hasta un vagón. “Luego hasta una manga y al lado estaba el cuerpo de la nena. El lugar era muy difícil de acceder”. Se perimetró hasta que llegaron la policía y los bomberos.

Después de varios meses, el 18 de marzo, Herrera ayudó a Mónica Cid a encontrar más cosas. El testigo expresó que estaban haciendo un ejercicio con los bomberos de Punta Alta –Mónica les había dado una prenda de Micaela para que hagan la prueba– y buscando entre los pastizales, hallaron una billetera de cuero marrón.

Eliana Espinoza, ex pareja del acusado, fue la tercera en declarar. Comentó que conoció a Luna cuando estaba detenido. “Hace dos años salió con la condicional y no quiso volver más”. Al llegar a Bahía Blanca se quedaron un mes en casa de una amiga, Nancy, hasta que consiguieron un terreno donde construir la propia en El Saladero. “Sólo con mi esfuerzo, él no hacía nada”, afirmó la mujer, “yo lo mantenía, él se dedicaba al teléfono”.

“Yo sabía que tenía dos cuentas de Facebook. Cada vez que yo le decía algo, [Luna] se enojaba. Me trataba mal y a veces me pegaba”.

Cuando Micaela desapareció, Espinoza volvió a su casa y vio a Luna sacándose la ropa mojada, que quemaría al día siguiente. “Me dijo ‘me fui a robar un teléfono, se lo robé a una piba’”. Discutieron.

Cuando la mujer vio la noticia sobre Micaela, le dijo a Luna: “Ese sos vos, hijo de puta. Si vos le robaste, sabes con quién se fue”. Discutieron nuevamente. “Quemó la ropa cuando lo reconocí en la cámara [de seguridad]”, afirmó la testigo. “Cuando no aparecía la nena yo le pregunté y me dijo que me calle que ‘iba a ser boleta yo y mis hijos’”.

“Es muy agresivo. Discutíamos, me pegaba. Tenía temor, mucho temor. Daiana, una amiga, se hizo cargo de mí cuando me pegó; llamó a la ambulancia. Se juntaba con gente de 16, 12, 13 años”.

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Daiana, una adolescente amiga y vecina del barrio, fue la siguiente testigo. “[Luna] empezó siendo amigo de mis hermanas (16, 14 y 6 años)”. Respecto a la relación del acusado con Espinoza declaró que “tenían una mala relación, peleaban mucho y él le pegaba”.

Agregó que el acusado se mandaba mensajes con chicas. “Ella le pegó y después él le empezó a pegar [a Espinoza]. Él no la quería a ella, estaba con ella porque lo mantenía”. Sobre los objetos que el acusado le sustrajo a Micaela comentó que le quiso regalar la planchita “pero no la quise porque la mujer era muy celosa, para evitar problemas”. Daiana reconoció el gorro con el que se ve a Luna en las cámaras de seguridad y al propio imputado en el video.

Respecto al día que Mica faltó de su casa, la joven dijo que Luna “apareció con la planchita, el celular y con la ropa embarrada”. “Estaba atento a lo que decían las noticias del caso”. “Él estaba enamorado de mi hermana Ana (15)”.

Luego fue el turno de Emiliano Álvarez Porte, secretario de Seguridad del Municipio, quien participó de la búsqueda el día en que encontraron el cuerpo y aprehendieron a Luna. Recordó que caminaron dos horas y media con el perro K9 adelante. Le preguntó al femicida si había matado a Micaela. “Bueno sí, la golpeé, ella se defendió y se golpeó con algo”, respondió Luna. El secretario agregó que le dijo que “le quiso robar”. “Me zarpé un poco, pero la pibita se defendió”, concluyó.

Ana (16), hermana de Daiana, declaró que se llevaba bien con Eliana Espinoza y que iba a la casa a tomar mate. Sobre el acusado dijo: “Ella trabajaba, él estaba todo el día acostado con el celular. Luna maltrataba a Eliana, una vez le pegó delante mío. Yo no me metí”.

Luego añadió que “cuando pasaban noticias del caso de Micaela nos hacía callar a todos”. “Apareció con una planchita y me dijo que la había robado”. “Cuando le estaba pegando a Eliana nos dijo ‘ustedes de acá no se van’”.

La testigo ratificó que las amistades de Luna eran de 15-16 años y que dejó de ir porque “me enteré que estaba enamorado de mí”.

El último testimonio de la jornada fue el de Ezequiel, un vecino de 15 años, a quien Luna le mostró la planchita de pelo y le preguntó si se la cambiaba por un equipo. Sobre la relación de Luna y Espinoza el joven declaró: “Se llevaban mal. Se cagaban a palos. Una vez ella le tiró el cenicero, y después él la cagó a palos”.

Las audiencias continuarán este miércoles a las 9:30 en Estomba.

Esta mañana comenzó el juicio por el femicidio de Micaela Ortega en los tribunales de Estomba 34. Jonathan Luna, de 28 años, es el único imputado en la causa acusado por homicidio calificado agravado por alevosía, violencia de género, robo y grooming.

El dr. Sebastián Cuevas, defensor oficial, reconoció los hechos que se le achacan a Luna pero cuestionó la calificación legal de los mismos. Expresó que Luna pedía retirarse y no formar parte de los debates hasta lectura de los alegatos, beneficio que le concedió el tribunal.

Las juezas Claudia Fortunatti y María Elena Baquedano y el juez Eugenio Casas escucharon las declaraciones de lxs testigos: Mónica Cid y Claudio Ortega, madre y padre de Micaela; Axel, supuesto novio de Micaela, y su hermana Ludmila. También fueron convocadas Alicia Acuña y Verónica Coleffi, vecina y maestra del colegio de Micaela respectivamente. Se espera que alrededor de 90 personas testifiquen en el transcurso de la semana.

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Las preguntas fueron realizadas en su totalidad por el fiscal Rodolfo de Lucía y por la abogada de la familia de la víctima, Fernanda Petersen. Por su parte el defensor oficial, decidió no formular interrogantes para lxs testigos.

La jornada comenzó a las ocho de la mañana con una conferencia de prensa realizada por la familia en el recinto del Concejo Deliberante. Ante la mirada atenta del público, concejales y medios, Mónica Cid leyó un documento en el que retoma todo lo sucedido a su familia a partir del 23 de abril de 2016 cuando Micaela desapareció. Al mismo tiempo, agradeció a aquellas personas que la acompañaron y siguen acompañando desde el primer día.

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El inicio del juicio por el femicidio de Micaela Ortega contó con intervenciones  en las calles y en la plaza Rivadavia, la presencia de activistas feministas de todo el país y de funcionarixs locales, provinciales y nacionales.

Silvia Lomi, subsecretaria del Instituto Nacional de las Mujeres, explicó que “nosotros estamos presentes para apoyar, no solo en términos emocionales, sino en toda una cuestión técnica que viene trabajando el equipo de casos desde hace ya bastante tiempo”.

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Respecto a las expectativas que tienen por la resolución del juicio, Lomi comentó que “la justicia es un poder independiente pero que por supuesto tenemos expectativas. El caso tiene muchas dudas para plantear dificultades, suponemos que sí. Nosotros estamos solamente trabajando desde un equipo de expertxs que han hecho todo para acompañar este caso. Suponemos que va a tener una resolución favorable”.

Las audiencias continuarán mañana y hasta el viernes 13 de octubre a partir de las 9:30 en el quinto piso de los tribunales de Estomba 34.

Desde las 9:30 de este lunes y hasta el viernes se desarrollarán en los tribunales de Estomba 34 las audiencias del juicio contra Jonathan Luna por el femicidio de Micaela Ortega. La nena de 12 años desapareció el 23 de abril de 2016. Luna la engañó a través de las redes sociales, la sacó de su casa, la hizo caminar 13 kilómetros bajo mentiras y la mató cuando no pudo abusar de ella.

En diálogo con El Mejor Equipo de FM De la Calle (martes de 10 a 14), su madre, Mónica Cid, afirmó que “desde la justicia me explican que puede llegar a quedar como un homicidio. Con Fernanda Petersen vamos a luchar porque esto es un claro femicidio, por el cual vamos a pedir perpetua”. “Con el fiscal hemos trabajado codo a codo y tenemos más que suficiente para este femicida se pudra en la cárcel. Nos sobran pruebas”.

Días antes de comenzar el juicio Cid y su abogada dieron con una cuenta de Facebook que Luna administraba desde el penal de Florencio Valera donde estaba encerrado. “Es como dejarle a un homicida un arma. Él mató a mi hija a través de las redes sociales, a través de un celular y no puedo creer que siga con tanta impunidad, manejándose como quiere. El Jonatan Luna que conocimos, el que vivía en El Saladero, él que mató a mi hija está cada vez mejor. Nosotros estamos cada vez peor, mi hija muerta y él haciendo una vida completamente fácil”.

La madre de Micaela sostuvo que siente que la justicia le toma el pelo: “Desde el penal deberían estar sabiendo que mató a una niña a través de la redes sociales. Ningún compañero que tenga celular, porque él atenúa que el celular era de un compañero, tenía 160 mujeres captadas, había muchísimas niñas, hacía el mismo trabajo que hacía afuera”.

“Yo confío en la justicia, voy a ir por esa resolución que se merece él. No puede tener más acceso a la tecnología de por vida, ese es un trabajo que voy a tener que hacer yo, más allá de que ahora confío en que va a salir todo bien”.

A poco más de un año del femicidio, Cid compartió un camino con otras mujeres que la acompañan y, además, asumió el compromiso de concientizar a lxs más jóvenes. “Mi vida cambió. Yo era una persona común, una persona que pasaba desapercibida en cualquier lado: tengo mi trabajo desde hace 20 años, mi casa, mis hijos. Mi hija, sobre todo, porque mi hijo ya es mayor. Era mi vida y me ha quedado ese vacío que he empezado a llenar. Hoy soy Mónica Cid, mamá de Micaela”.

Por otro lado, hizo referencia al acompañamiento de que viene recibiendo: “Mi vida anterior no tenía un registro del movimiento de mujeres y hoy soy quien soy y le debo mi vida a un movimiento que es Desbandadas, ellas son las que me mantienen en pie. Cuando sonaban los tambores cuando buscaban a Micaela, yo sentía que Micaela me podía escuchar y hoy siento lo mismo. Hoy, a través de Desbandadas, siento que mi hija se acerca y me da la misma fuerza que me daba para buscarla”.

En el inicio de las audiencias, se espera la llegada de referentas de otros puntos del país: “Tengo la promesa de la Mesa de Femicidios del Congreso, gente del Consejo Nacional de las Mujeres que va a mandar una comitiva. Va a ser un movimiento grande”.

En cuanto a las respuestas del Estado a sus demandas, Cid manifestó que “desde el Municipio se está trabajando, desde Nación no he tenido respuestas de nada, en algún momento yo no entré en agenda, como me dijo el secretario de Macri, y cuando él me pidió ir a Buenos Aires para la foto del 25 de noviembre, del Día de la No Violencia hacia las Mujeres, Niñxs y Adolescentes, yo le dije que no entraba en mi agenda. Quizás también un poco es eso, que no me tengan en cuenta”.

La gobernadora María Eugenia Vidal en una de sus primeras visitas a la ciudad la visitó y abrazó en su casa: “Todo quedó en esa foto, no hubo más respuestas de nada. Yo necesito hablar con ella, yo necesito que intervengan en ese penal. Cuando Jonathan Luna elige, porque encima tuvo el privilegio de elegir dónde estar. Y necesito que Ferrari tome intervención porque ese hombre no puede volver a tomar contacto con la tecnología, porque es un potencial asesino a través de las redes sociales”.

“Espero que me acompañen, que no me dejen sola. Que haya podido demostrar también que le podría haber pasado a cualquiera y con esto que Jonathan Luna sigue haciendo, nos sigue demostrando que podemos seguir cayendo como moscas todos los días y que Bahía tome conciencia”.

Luego del femicidio ocurrido el viernes en Villa Mitre y a días de que comience el juicio a Jonathan Luna por el caso de Micaela Ortega, la abogada Fernanda Petersen habló con El Mejor Equipo de FM De la Calle.

Sobre la muerte de Mónica Esteban afirmó que no avanza el cambio de actitud y respuesta de lxs agentes del Estado.Empieza con la violencia verbal y terminamos con la institucional. Después de más de diez denuncias no podemos estar hablando de que la justicia no tomó ninguna medida, que este hombre no pudo ser notificado o que no se presentó”.

Y aseguró que “si a una de sus ex parejas le robó el botón antipánico estamos ante la presencia de una persona que evidentemente no va a cumplir ninguna ley, ninguna restricción que se le imponga, se tendrían que haber tomado otras medidas”.

“Obviamente que el Estado es responsable por esta inacción y por la falta de preparación en perspectiva de género: de entender la problemática de las denuncias por violencia, lo que es un círculo de violencia, y por qué muchas veces las mujeres vuelven con los violentos. Esta mirada errada de la situación hace que, lamentablemente, el viernes hayamos tenido que sufrir otro femicidio en Bahía Blanca”, aseveró la abogada.

Petersen consideró que para transformar esa mirada del Poder Judicial “la capacitación es fundamental. Y es una regla de oro creerle a la víctima. Si una mujer denuncia en diez o quince ocasiones violencia (verbal, física, económica, etc.), y tenemos como antecedente otra pareja que también había hecho denuncias. La medida de ‘no acercamiento’ está comprobado que no sirve. Como jueces o como parte de un sistema de justicia, pidámosle a lxs legisladores que lo modifiquen. Evidentemente este tipo de delitos tendría que tener otro tipo de abordaje”.

A raíz de estas situaciones, en el Colegio de Abogados están armando un consultorio gratuito para las víctimas de violencia y van a disponer un día de atención específico con abogadxs de la matrícula que trabajen esta temática. “Para tener también otro lugar porque, lamentablemente, la consulta es cada vez mayor”, afirmó Petersen, quien ya confirmó su participación.

El fin de semana también se supo que Jonathan Luna, femicida de Micaela Ortega, contaba con una cuenta activa de Facebook desde el penal de Saavedra. Al respecto, la abogada de Mónica Cid aseguró que “es una provocación”.

“El Estado está ausente en muchísimos espacios y nos toca a lxs particulares en cada situación hacer la denuncia y llevar adelante las acciones que tienden a corregir esto. Nosotras no estamos pidiendo que a Jonathan Luna no se le respeten los derechos, estamos pidiendo que las medidas de seguridad y de conducta que tiene que cumplir, las cumpla.

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“En las manos de Jonathan Luna, un dispositivo tecnológico con acceso a internet, es un arma. Es una persona que está imputada del delito de femicidio, de grooming (captación de menores por redes sociales), y que ha tenido otros intentos de captación antes y después del femicidio de Micaela. Me parece que, como mínimo, se debe tomar alguna medida al respecto”.

“Desde lo legal, es inentendible. Desde lo personal y particular, hay que decirle a la familia ‘este sujeto tiene una cuenta activa de facebook y publica fotos de él, con su compañero de celda, etc’. Se genera una situación de mayor vulnerabilidad para los familiares de las víctimas, que sienten que el Estado, como muchas veces estuvo ausente en temas de la búsqueda o recursos de la fiscalía, también está ausente en la supervisión de estas medidas particulares”, explicó.

Petersen también representa a la artista Olga Corrales, quien fue detenida el último Ni Una Menos (3 de junio), luego de realizar pintadas en Punta Alta. Si bien tuvieron tres instancias para reunirse con la persona que representa al Municipio de Coronel Rosales, optaron por ir a juicio “porque lo único que hacía era dilatar una situación que, consideramos, no era la intención de ninguna de las chicas pedir disculpas”.

Y reflexionó al respecto: “Una puede compartir o no la decisión de pintar un monumento –que no fue un monumento, sino la arcada de la entrada a la plaza de Punta Alta–, pero eso en media hora y con una lata de pintura se solucionó. Las mujeres que faltan, no vuelven más. Las mujeres abusadas tampoco vuelven a vivir una vida como la que tenían antes”.

“Cada vez que una mujer hace una denuncia y Tribunales no la escucha, eso no vuelve para atrás. El Estado está presente, pareciera, en el respaldo al femicida, al violento, y da mensajes violentos. Esto envalentona a cualquier machista que ande suelto, a sentirse con derechos para hacer lo que se le antoja”.

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(Por Helen Turpaud Barnes) Mariquita, Merceditas, Juana, Eduarda, Victoria, Evita, Isabelita, María Julia, Adelina, Lilita, Mirtha, Susana, Cristina, Margarita, Dilma, Michelle, Keiko, Hillary, Gabriela, Lucha, la “Peque”, Blacky, Magdalena, Hebe, Norita.

Los escenarios de la política, el espectáculo, las artes, el deporte o el periodismo a menudo presentan a las mujeres que los pueblan solo por su nombre de pila. Sin apellidos ni especificaciones. ¿Qué sentidos conlleva esta ausencia de apellido? ¿Qué significará que con la sola mención de ciertos nombres de pila femeninos sepamos de quiénes se habla?

Hace ya un par de años empecé a notar cierta regularidad en algunas tareas escolares hechas por mis estudiantes. Cuando deben referirse a autores varones, utilizan indefectiblemente el apellido del escritor en cuestión, esté precedido o no por el nombre de pila. Pero cuando se refieren a autoras mujeres, un porcentaje nada despreciable del curso lo hace tan solo por su nombre de pila. Por ejemplo, para referirse a textos de Roberto Arlt, Arthur Conan Doyle y Agatha Christie, varias personas escribieron hablaron de “Arlt, Conan Doyle y Agatha”. Otro curso debía leer unos relatos de terror, y se referían a “Edgar Allan Poe, Horacio Quiroga y Ana María” (por Ana María Shúa). La misma situación se repite invariablemente cuando trabajamos algo relativo a mujeres científicas. Al menos tres o cuatro estudiantes por tarea suprimen el apellido de alguna mujer. Al principio no notaba el sesgo de género que revestían tales inexactitudes: simplemente las atribuía a una excesiva informalidad en la escritura. Sin embargo, al ver que se trataba siempre de mujeres, se imponía la necesidad de un análisis diferente.

El nombre de una persona es algo profundamente complejo e importante. Ningún ejemplo más claro que las implicancias de la supresión del nombre y la identidad de los niños y niñas que se secuestraron durante la Dictadura Militar de 1976.

No siempre han existido los apellidos, al menos no con el sentido que le damos actualmente, que es el de la filiación. Sin embargo, ya hace miles de años en lugares como China se podía tener cierta “identificación de clan” en el nombre, el cual en ese caso era matrilineal. Y a la lo largo de los siglos, para los pueblos latino, judío, árabe, visigodo, castellano, normando, escocés, etc., el sentido del apellido era señalar la filiación de una persona con el nombre del padre o progenitor. Otros apellidos derivaban del nombre de un oficio, región o ciudad, pero siempre remitían a una comunidad de la que se era parte.

Así, el apellido es una especie de anclaje general más allá de la particularidad del nombre de pila. Con todo lo patriarcal que tenga el hecho de que los apellidos se hereden por línea paterna, es algo que a menudo nos identifica a lo largo de toda nuestra vida. Carecer de apellido es quedar remitida al particularismo, desgajada de algo mayor que te contenga. Y sí: suprimir un apellido es suprimir parte de un nombre.

Todo depende del peso que se ponga en cada elemento, claro está. Muchas personas afrodescendientes son conscientes de que su apellido deriva del de los amos de sus ancestros y ancestras. Muchos apellidos de personas indígenas son los de los conquistadores que violentaron sus pueblos. En esos casos, el apellido es la marca de la opresión y el silenciamiento de otros nombres previos. Por eso, renegar de ciertos apellidos, cambiarlos o suprimirlos puede ser rebeldía. Pero no parece ser el caso que tratamos aquí.

Por cierto, la lucha también puede consistir en hacer valer un nombre que viene a subvertir la lógica nominativa binaria. En el libro La gesta del nombre propio, la activista travesti Lohana Berkins da cuenta de una batalla específica: la de visibilizar el nombre en femenino de las travestis y mujeres trans. Para una trans, para una travesti, usar el nombre de pila elegido es un modo de re-existir frente al machismo transfóbico.

Más allá de esto, llamar por el nombre de pila puede implicar sincera confianza o gesto confianzudo, puede ser informalidad o descuido. Llamar por el apellido puede significar frialdad, distancia, ironía o formalidad. Existen además cuestiones vinculadas con las diferencias de clase. Los matices son a menudo difíciles de evaluar, pero es probable que la diferencia entre usar o no el apellido de una persona sigue aproximadamente cierta línea divisoria entre la formalidad y la informalidad, y –por tanto- entre lo atinente a los asuntos públicos y lo relativo a la domesticidad.

¿Por qué casi todos los medios de comunicación nombran diferente a políticos varones y a políticas mujeres? ¿Por qué nadie nombra a la ex presidenta solamente por su primer apellido? ¿Por qué al hablar de las últimas elecciones presidenciales en EE.UU. se mostraba el mismo sesgo a la hora de distinguir entre un muy apellidado Trump y una muy doméstica “Hillary”? Se objetaría que decir “Clinton” generaría una confusión con el anterior presidente de USA. Pero nada costaba decir el apellido precedido por el nombre, y para el caso no hemos visto que se llamara simplemente “Donald” al candidato y ahora presidente republicano. Más aún: que hubiera dos Bush presidentes nunca implicó que el segundo se viera despojado de su apellido por la sola existencia del primero.

Podrían citarse excepciones conocidas: Víctor Hugo, Evo, Fidel, Diego. Pero no va más allá de eso y habitualmente los diarios y boletines informativos reponen el apellido faltante. En el caso de Néstor Kirchner vale una aclaración: antes del fallecimiento del ex presidente ocurrido en 2010 era totalmente inusual usar solamente “Néstor” para nombrarlo. Fue el periodista Lanata una de las primeras voces que empezaron a llamarlo por su nombre de pila en los medios una vez fallecido. Y hasta el día de hoy el tratamiento del ex presidente por su nombre de pila coexiste con el nombramiento de su figura solo por su apellido.

Designar con nombre completo a una persona es hacerla parte de una comunidad amplia e inscribirla en el ESPACIO PÚBLICO. Nombrar con apellido a alguien es un gesto de reconocimiento por fuera de una única familia. Es suponer que puede haber otra gente con otros nombres y que una tiene derecho a ser nombrada claramente. Es admitir a esa persona por fuera del ámbito doméstico. Al hablar en familia, no nombramos con apellido a una tía, una abuela o un primo. En casa, no usamos apellidos. Solo lo hacemos cuando ingresa la alteridad de “familias/casas otras” frente a las cuales nos nombramos. Es decir, en la arena pública, en la polis.

No por nada una de las aspiraciones más ancestrales de todos los tiempos y de todas las culturas es la de perpetuar el linaje y el apellido. Pero es una aspiración masculina. Las mujeres, ni en vida tenemos apellido. Muertas mucho menos. Menos que menos las víctimas de femicidios, quienes siempre son nombres de pila sueltos, dispersos, desmembrados, apilados.

Es que es en el espacio público donde las mujeres no tienen lugar, o si llegan a tenerlo, deben conservar ciertas marcas de domesticidad y reclusión a lo privado. Hay que “recordarles” de dónde vienen (o a dónde “deberían” volver). La mujer política, la que triunfa en deportes, la conductora periodística ejerce una tarea pública, pero no por casualidad “hombre público” tiene un significado muy diferente a “mujer pública”. Para las mujeres, a lo sumo admitimos un nombre con un apellido agregado, pero casi nunca un apellido solo. Un Cristina Fernández, pero nunca un Fernández; un Susana Giménez, pero nunca un Giménez. Y no por temor a confundir con otra gente apellidada igual. Hombres con esos apellidos no requieren de su nombre de pila todo el tiempo. Esos apellidos son prerrogativa de los varones: conservan el derecho a usarlos como “propiedad” de la que son titulares. En el nombre del padre. Las mujeres no son dueñas ni de su apellido.

Vale una aclaración para las simpatías políticas. Que la militancia kirchnerista (sea feminista o no) denomine a una de sus referentas por el nombre de pila tiene un tinte positivo: es señal de simpatía política, confianza y cariño, lo cual es homologable con el tratamiento que se le da a diversas figuras políticas, tanto hombres como mujeres, desde los distintos sectores que les brindan su apoyo.

Pero este no sería el sentido de la nominación usada por sectores no kirchneristas, mucho menos si además son feministas. Sería interesante preguntarnos por qué reproducimos este modo de remitir una y otra vez a las mujeres de alta exposición política y mediática al ámbito de lo doméstico y del particularismo.

Por último, este modo de nominar da cuenta de otra cosa más. Si se usara tan solo el nombre de pila de los varones funcionarios públicos, deportistas famosos, periodistas, etc., rápidamente se repetirían muchos nombres. Que esto no sea tan probable en el caso de las mujeres tiene que ver con la cantidad abrumadoramente menor de mujeres que de hombres que logran visibilidad en política, literatura, periodismo o deportes. Son tan pocas, que parece que ni necesitan el apellido para que sepamos quiénes son. Debemos apostar a usar el lenguaje de otra manera. Pero también debemos apostar a cambiar un sistema que si fuera más justo de por sí cambiaría nuestro modo de nombrar.

“Las mujeres nunca van a tener la libertad de elegir entre cuidar o no cuidar. Tenemos una responsabilidad y somos responsables en el cuidado de la vida, pero no queremos ser las únicas”, dijo la economista Cristina Carrasco en FM De la Calle.

La profesora de Teoría Económica de la Facultad de Economía y Empresa de la Universidad de Barcelona (UB) en el Master en Estudios de Género participó de la Catedra Abierta de Violencia de Género de la UNS y la Red Local junto al Espacio Feminista de la Sociedad de Economía Crítica (SEC).

“No somos algo más a la economía oficial porque planteamos un objetivo distinto. La economía debe ser una disciplina que resuelva el problema de las necesidades de las personas y que intente dar la vida más digna posible con los recursos disponibles y, por tanto, el objetivo no puede ser el crecimiento y la acumulación de capital por parte de unos pocos”, explicó.

Carrasco afirmó que desde el siglo XIX, aunque desconocidas, hay mujeres que discuten con los grandes clásicos. “A principios del XX hay un retroceso y a mediados surge la segunda ola del feminismo, el marxismo renovado y una enorme cantidad de movimientos sociales a lo largo del mundo”. Aquel debate marxista-feminista de las décadas del 60 y 70 derivaron en lo que en los `90 empieza a denominarse economía feminista.

Desde entonces se reconoce al trabajo doméstico como trabajo y se subraya su relación “directa” y “oculta” con el empleo. “El doméstico, aparte de dar calidad de vida en los hogares, entrega fuerza de trabajo muy barata a la industria, con lo cual aquí está jugando un papel importante en el incremento de la obtención de beneficios a la empresa capitalista”.

“Hace falta otra economía. No somos algo más a la economía oficial porque planteamos un objetivo distinto. La economía debe ser una disciplina que resuelva el problema de las necesidades de las personas y que intente dar la vida más digna posible con los recursos disponibles y, por tanto, el objetivo no puede ser el crecimiento y la acumulación de capital por parte de unos pocos”, dijo.

La investigadora aseguró que la idea del trabajo como sinónimo de empleo surge a partir del proceso de industrialización. “Antes la palabra trabajo para designar un conjunto de tareas no existía. Por ejemplo en la época en que la gente vivía en el campo había la actividad de la cosecha, la de la pesca, eran actividades diferentes pero no existía una sola palabra que las agrupara a todas”.

“Son los grandes clásicos, empezando por Adam Smith, que empiezan a llamar trabajo a esta actividad que aparece en la industria y le dan una serie de características con lo cual solo miran la producción industrial y la distribución. A partir de ahí todo lo que queda afuera de ese campo no tuvo la característica de trabajo”.

Carrasco agregó que “estos clásicos eran personas muy educadas, muy leídas, muy inteligentes, que dijeron muchas cosas sensatas. Sin embargo, aquí hay una ceguera patriarcal enorme que no pueden ver los otros trabajos que no sean los de la industria”.

“Adam Smith llegaba a decir que el trabajo que hacían las mujeres en casa era muy importante para tener obreros para que el día de mañana le den riqueza a la nación, pero nunca le da categoría económica. Pensemos que estamos en la revolución industrial en Inglaterra, una mortalidad infantil brutal, entonces el papel de las mujeres en la alimentación, en el cuidado de los niños era fundamental para que sobrevivieran”.

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Cuando la teoría neoclásica desplazó al marxismo la economía quedó “dentro de los márgenes de los mercados”. “En esta división del trabajo por sexos, el trabajo reconocido y valorado, el que da más poder se le asigna a los hombres y el otro a las mujeres. Pues los hombres también mantienen su papel privilegiado”.

Tiempos modernos

Respecto a la importancia del tiempo para la economía feminista, Carrasco advirtió que existen muchas dimensiones: “Hay unas más objetivas que se pueden contar y otras muy subjetivas, emotivas, etcétera. Estas más objetivas surgen básicamente en la industrialización. El reloj existía antes pero, a partir de aquí, el tiempo de trabajo empieza a medirse por el reloj”.

“Empieza el tiempo reloj, tiempo cronómetro, todas las horas son iguales porque las horas de la máquina son iguales pero no la de las personas. Lo que interesa es que la máquina sea cada vez más rápida, que se produzca cada vez más, la velocidad, la eficiencia, todo esto es un valor porque produce más dinero”.

“Nos preparan para eso, toda la disciplina que existe desde las escuelas en adelante es preparar para que estés dispuesto a trabajar unos horarios, unas jornadas que cada vez las impone más la empresa capitalista”, explicó.

La economista comentó que las encuestas sobre uso del tiempo permitieron medir algunos aspectos como las horas que se trabajan en casa o fuera de ella, pero no registran los aspectos subjetivos.

“Si en el hogar es importante la relación entre las personas, si yo lavo los platos con mi hijo y aprovechamos a conversar, a lo mejor tardé una hora. Me dicen: ‘Eres muy ineficiente’. No, el objetivo no era lavar los platos, el objetivo era la conversación. Si cambio el objetivo me cambia el tema. ¿Por ganar más tiempo voy a sacar a pasear al abuelo con Alzheimer más rápido? No tiene sentido”.

Carrasco afirmó que el “tiempo de la empresa capitalista es imperialista, ha invadido todo”, por ejemplo, los ritmos de la naturaleza. “Tendríamos que buscar fórmulas. Ir hacia nuevos sistemas donde se respetaran los tiempos de relación, los tiempos de reproducción, y si producimos un poco menos tampoco es tan importante, ¿no?”.

Conciencia contra el patriarcado

La economista feminista criticó las políticas sociales que suelen implementarse frente a las crisis porque “no atacan al patriarcado”. “Relaja muchas veces la tensión o ayuda. Por ejemplo, si me dicen ‘las madres que han tenido un bebé ahora tendrán en el trabajo una hora más libre’, me parece estupendo antes que no tenerla. Ahora, eso no resuelve nada del problema de fondo”.

“Una política que puede no atacar pero ir creando una conciencia distinta son los permisos paternales”, reconoció Carrasco. En algunos países las licencias son intransferibles y se dividen entre la madre y el padre. “Si el padre no lo toma se pierde. Claro, son países que te mantienen el 60 u 80 por ciento del sueldo”.

“Que el padre durante seis meses se quede en casa con la criatura, que falte a la empresa, bueno, empieza a ser como un modelo diferente, puede empezar a cambiar algo a la empresa porque padre y madre se le pueden ir unos meses cuando nazca la criatura y al padre supongo que algo también le puede empezar a cambiar cuando deja de estar en el empleo y está seis meses en casa cuidando a su criatura”, opinó.

Fotos: Sandra Lázaro, eldiario.es

María Cecilia Bravo es chofer de transporte urbano e interurbano. Hace años que busca un empleo estable y las empresas locales se niegan a contratarla sin darle explicaciones. Cansada de golpear puertas, recurrió a la justicia para que San Gabriel, Rastreador Fournier y la estatal Bahía Transporte SAPEM cesen “en las medidas discriminatorias” en su contratación  y la de mujeres en general.

“El trabajo es un derecho fundamental de las personas, y en particular la actora es sostén de familia, y no encuentra otra vía que la legal para obtener igualdad de condiciones en su búsqueda de trabajo”, escribió su abogada Fernanda Petersen.

Agregó que en el sistema local “ha sido imposible ingresar ante las diferentes postulaciones en dicho puesto de trabajo, habiendo contratado en diferentes oportunidades personal con menor capacitación que la que posee la actora, considerando esta parte que se trata de un hecho discriminatorio por el hecho de ser mujer”.

En Rio Grande, Tierra del Fuego, buscan sumar conductoras al transporte público mediante una ordenanza municipal tal como sucedió en Córdoba y Rosario.

María Cecilia visitó esta semana FM De la Calle y contó su historia a El Mejor Equipo (martes de 10 a 14).

“Yo arranqué en el 2010 en lo que era la ex empresa Micro Sur, con traslado de personal a la termoeléctrica, al Arsenal Aeronaval, a la minera Vale. No tuve problema, más que cara de susto al principio de parte de los pasajeros. En el 2013, una empresa de transporte de acá de Bahía, que tiene larga distancia, me dio la oportunidad de manejar los doble piso. Me tomaron una prueba sabiendo que yo no tenía mucho conocimiento más que de colectivo urbano; ahí arranqué con larga distancia y esto lo voy haciendo hasta el día de hoy. Soy una chofer libre, no tengo contrato con nadie. Si hay viajes me llaman, si no hay viajes no me llaman”, relató Bravo.

La trabajadora comentó que “mientras hay viajes más o menos la vas piloteando, pero cuando no hay viajes he ido a limpiar casas, he estado haciendo encuestas en las casas. No tengo problema. Yo alquilo, tengo un hijo a mi cargo, el más chico, y hay que hacerle frente al alquiler, a los impuestos, a la comida y es muy difícil cuando uno no tiene un trabajo fijo”.

“En diciembre de 2013, salgo en tapa de La Nueva Provincia, pidiendo trabajo. El titular era: ‘una mujer colectivera (que no es colectivera, es conductora de última), busca trabajo y no se lo dan’. El único que me dio más o menos un poco más de bolilla, por decirlo de alguna forma, fue Raúl Woscoff y se pidió desde el Concejo Deliberante un pedido de informe a las empresas por que yo había llevado los curriculums. Pero para asegurarnos de que los recibieran, Raúl Woscoff me hizo llevarlos de vuelta y hacer que me firmen un comprobante que yo los había entregado y eso quedó en la nada”, aseguró Cecilia.

El pedido de informe solicitaba información directamente a las empresas Bahía Transporte SAPEM, Rastreador Fournier y San Gabriel: “San Gabriel en ese momento sacaba la 513ex, entonces yo sabía que se tomaba personal y dije bueno, esta es mi oportunidad”.

“A veces es peor que no te digan nada, a que te digan: ‘Tenes el pelo corto’, no sé, por decirte algo, no me gusta y listo. Sé que tengo la capacidad, sé que puedo hacerlo, entonces eso es lo que más indigna”, enfatizó.

Respecto a su capacidad para manejar colectivos, Bravo explicó que “el carnet profesional que utilizan los conductores o los choferes acá en bahía, es el municipal que tenemos todos ampliado a la categoría de profesional. Nosotros en larga distancia, aparte, tenemos que tener otro carnet que te habilita. Yo, por ejemplo, hice temporada en Camboriú este verano. Para salir del país, para sacar la unidad es otro carnet, que tiene todo un psicofísico mucho más completo de lo que es el local”.

“Yo conozco muchos choferes de hace 25 o 27 años. La mayoría de ellos ya se han jubilado. O sea, no me pueden venir a decir a mí, que en cinco años no se tomó personal, es imposible. Pero yo quiero dejar en claro esto: yo no estoy peleando porque soy mujer y tengo que tener el trabajo. No parte por mi condición sexual, sino, parte porque estoy capacitada. Entonces, dame la oportunidad de demostrarlo, porque sé que lo voy a poder cumplir con creces”.

El caso de Cecilia no es el único en nuestra ciudad: “Hay otra chica, que se puso en contacto conmigo, que también entregó curriculum y nunca nada. Hablamos la semana pasada y me dijo que los iba a volver a llevar”.

“Al principio cuando recién entré yo era el bicho raro –dijo la conductora al ser consultada por la relación con sus compañeros-. Yo digo que muchos lo tomaron como herir el orgullo de hombre y me han hecho cuestionamientos de lo que se te ocurra. Por ejemplo: ‘Vos estás manejando y te viene tu período, ¿podés manejar?´. Vos te lo quedas mirando como diciendo: ‘¿Me estás cargando?’. Eso como mínimo”.

“Yo como mujer aprendí a cambiar correa; a cambiar cubiertas, gomones que son más grandes en los colectivos de larga distancia, siempre con mi compañero. Si yo pretendo una igualdad, en la misma igualdad me tengo que comportar yo. No voy a decir: ‘Ah no, porque yo soy mujer no puedo’. No, yo estoy en las mismas condiciones que vos”.

Finalmente, sobre el trámite del amparo presentado ante la justicia afirmó que se demoró con el paro de los trabajadores y las trabajadoras judiciales pero debería tener resolución en los próximos días. “Tengo la suerte de que si hay viajes me llaman, pero la angustia de necesitar una estabilidad y de estar acá es muy importante. He llorado mucho”.

(Por Julieta Revelli) Katherine Gabriela Moscoso tenía 18 años el 23 de mayo de 2015, día en que apareció su cuerpo sin vida semienterrado en un médano en Monte Hermoso. Tras estar seis días desaparecida luego de ir a un boliche, la familia recibió la peor noticia. A más de dos años, aun no hay personas detenidas por el crimen.

Ezequiel Moscoso, tío de la joven y querellante de la causa que investiga su muerte, aseguró que hay evidencias contundentes para detener a quienes fueron responsables. El fiscal a cargo es Mauricio Del Cero, y según la familia no ha trabajado en el caso.

Si bien en diciembre del año pasado pidieron la remoción de su cargo, fue rechazada. Lo cierto es que han declarado más de treinta personas gracias al trabajo en conjunto de la familia de Katherine y Leandro Aparicio, su abogado.

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Investigación

Ante un caso de estas características, la primera duda que surge es por qué ni la policía de Monte Hermoso ni la Unidad Fiscal de Investigación N°5 de Homicidios, a cargo de Mauricio Del Cero y en la que se encuentra el crimen, avanzaron en la investigación.

El único trabajo fue realizado por cuatro investigadores los tres primeros meses. Pese a haber logrado avances, abandonaron la investigación por falta de recursos: la nafta para viajar a la localidad balnearia salía de su bolsillo, al igual que cualquier gasto que necesitaran. El alquiler del departamento para tomar declaraciones, sin embargo, corrió por cuenta de la familia Moscoso.

Después de esos tres meses y hasta el momento, ningún representante de la fiscalía a cargo del caso se acercó a Monte Hermoso a investigar. Mauricio Del Cero, sólo fue dos veces.

Según explicó a Ezequiel, el fiscal tiene “muchas fiscalías a cargo que lo mantienen ocupado”, por lo que no ha podido ocuparse de la causa.

“Todo va al mismo lugar, siempre se nombran a las mismas personas. Entonces si a esas personas no las citas a declarar es muy difícil avanzar”, indicó el tío de Katherine respecto a los autores del crimen.

Irregularidades

El caso cuenta con innumerables interrogantes: el incendio de una camioneta en la que se había encontrado ADN de la joven, el lavado del cuerpo que evitó obtener pruebas, la falta de imágenes de las cámaras de seguridad ubicadas en el centro de la localidad balnearia y la aparición de Katherine en un lugar donde ya se había rastreado, entre otros.

Quizás la más reconocida de ellas sea el linchamiento de Juan Carlos “Canini” González, que ningún policía pudo evitar.

Hasta el sábado 23 de mayo, día en que apareció el cuerpo de la adolescente, González era apuntado como el único sospechoso. Esa misma noche, fue agredido por nueve individuos. Su hermano denunció en reiteradas oportunidades la desprotección de policías que debían ir a custodiarlo y la familia Moscoso afirma que efectivos arengaron la violencia contra “Canini” y permitieron que el crimen ocurra.

Por estas razones, desde el primer momento la familia habló de una complicidad política y policial en Monte Hermoso, que evitó que hasta el día de hoy haya novedades.

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“En Monte nos conocemos todxs, somos ocho mil personas. No se sabe nada porque no se investiga, porque no se trabaja, investigaron tres meses y no hubo más nadie. A nosotrxs Triches, que era el secretario de Seguridad de Monte nos dijo que él no podía hacer nada, que era un ciudadano más del pueblo. Es más, nos quisieron poner psicólogxs para ver si nosotrxs habíamos matado a la nena. Fue una tomada de pelo”, manifestó Ezequiel.

Incluso, la familia sabe qué personas están ligadas al caso.

Hay gente muy poderosa atrás de todo esto sino el caso ya estaría resuelto. La línea investigativa más fuerte vincula al hermano del intendente Marcos Fernández, y si lo ves por ese lado te cierra todo. Tiene más lógica que hayan lavado el cuerpo. La policía de Monte Hermoso es comunal, la maneja el intendente. Tuvieron tiempo para todo. Si querían trasladar el cuerpo decidían que a esa camioneta no la paren y listo. Se llevan el cuerpo, después lo traen, lo plantan ahí, hacen y deshacen como quieren porque tiene todo el poder, manejan todo”, destacó.

Respecto al accionar de lxs funcionarixs de Monte Hermoso ante el caso, Ezequiel afirma que lo minimizaron desde un primer momento, e incluso nunca mostraron interés.

“Cuando apareció el cuerpo no se acercó nadie, ni siquiera para disimular. De ellxs nadie le fue a dar el pésame a mi mamá. Lo único que fueron a hacer, durante la búsqueda, fue llevarle ocho colchones, que mi vieja nunca pidió nada. Y estuvo el intendente dos minutos hablando con ella, y le dijo que estaban a disposición y no sé qué más. Durante los siete días que estuvimos buscando a la nena estuve en la comisaría, anduvimos de acá para allá. Nunca vi al intendente, nunca vi al senador Alejandro Dicchiara, nunca vi a nadie. A los seis meses tuvimos la reunión con el intendente, que dijo que había que dejar que la justicia actúe y recalcó que ponía las manos en el fuego por su familia”, contó.

Cada quince días, la familia Moscoso lleva adelante marchas en la que sólo participan familiares y allegadxs, porque, según afirman, la comunidad de Monte Hermoso les da la espalda. En total llevan 106 y en una de ellas, la número 91, Ezequiel realizó una denuncia a Martín Fernández, hermano del actual intendente que denuncia como uno de los implicadxs.

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“Cuando veníamos subiendo la loma del casino en el recorrido que hacemos de la marcha, venía el hermano del intendente con el camión y nos amagó a tirarnos el camión encima y se nos reía en la cara. Yo lo denuncié y a los dos días me llegó que la causa quedaba en el archivo por falta de méritos. El hermano es el que estaba encargado del boliche Arenas, donde fue Katherine antes de desaparecer”, subrayó.

En cuanto a la “hipótesis” en la que cree la familia Moscoso, la muerte de Katherine se produjo en la madrugada del domingo 17 de mayo de 2015, día en que desapareció.

“Fue todo bien armado. Para mí a la nena la matan el mismo día que desaparece. Y han armado incluso testimonios falsos. Hay una mujer, Blanca Danuncio, que dice que la vio a Katherine el lunes, el martes, y que la pudo haber invitado a tomar mate y la salvaba”, afirmó.

“Katherine debe haber visto algo que ellos no esperaban que viera. O ha participado de alguna fiesta en la que no quiso, la han llevado a tener relaciones y ella no ha querido y al negarse la han matado. Era muy espontánea, si ella vio algo ha dicho que lo iba a denunciar y pasó lo que pasó. Yo en un momento pensé que no la han querido matar a propósito pero le han pegado, la nena se desmayó, la han creído muerta y cuando la enterraron muere de asfixia. O puede ser que la hayan enterrado apropósito”, finalizó Ezequiel Moscoso.

(Por Paula Ércoli) El Concejo Deliberante, a través de la presentación de la concejala María Laura Biondini (Cambiemos), prorrogó la Declaración de Emergencia Pública en materia social por violencia de género. ¿Cuál es la situación actual de las políticas públicas que buscan atender esta problemática? ¿Cómo interviene la declaración de la emergencia?

Balances y análisis, herramientas necesarias.

2012. Manuel Mendoza (GEN) presentó ante el Concejo Deliberante el proyecto de ordenanza “Declaración de Emergencia Pública en materia social por violencia de género”. El objetivo principal, según el texto, era “revertir el número de víctimas”. El objetivo principal, según lo manifestó el edil en la sesión, era habilitar la reasignación de partidas presupuestarias para el real cumplimiento de la Ley Nacional 26.485. La iniciativa se aprobó. El mismo año se creó por la Ordenanza 16.687 la Mesa Local de Violencia de Género, conocida como Red Local de Violencia de Género e integrada por distintas instituciones gubernamentales y no gubernamentales que trabajan en la temática.

2015. Manuel Mendoza presentó nuevamente la declaración de emergencia con los mismos objetivos que el 2012 y mencionó en sus argumentos el trabajo que ya realizaba la Red Local construyendo indicadores por consultas por denuncias por violencia de género en la Comisaría de la Mujer, la Secretaria de Salud, Promover, Región Sanitaria, Nido y otros; sumados a los datos del Observatorio de Género de la Fiscalía, dos organismos que hoy dan cuenta estadísticamente de la situación de violencia que viven las mujeres.

Agosto de 2017. María Laura Biondini pidió la prórroga de la emergencia sin consulta o preaviso a ninguna de las instituciones que trabajan con la temática de violencia, por ejemplo, al Consejo Local de las Mujerescreado por iniciativa de funcionarias de su propia gestión. El Presidente del Concejo Deliberante, Nicolás Vitalini, luego de lo que suponemos se trabajó en comisión, proclamó: “en consideración ingreso fuera de término de despacho”, miró a sus pares y dictaminó: “aprobado por unanimidad”. En menos de 20 segundos tenemos una nueva Declaración de Emergencia en materia de Violencia de Género.

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Todos estos esfuerzos ya mecanizados por darle un carácter de emergencia a la violencia que sufren las mujeres y las sexualidades disidentes, confluyeron en la pregunta: ¿Cuál es el presupuesto que maneja la Dirección de Género para intentar revertir esta situación? No hay datos certeros.

Según Soledad Monardez, Directora de la Secretaría de Políticas Sociales, y Leticia Tamborindeguy a cargo de la Secretaria de Promoción y Protección de Derechos, dicho presupuesto se nutre de partidas otorgadas por sus áreas y de la Secretaria de Seguridad, la cual destina parte de sus ingresos para llevar adelante el Plan Integral contra la Violencia de Género presentado en septiembre de 2016. No hay balance ni planificación posible sin conocer datos, porcentajes que determinen cuál es la situación presupuestaria actual de una oficina que maneja recursos públicos.

La Dirección de Políticas de Género lleva un año en funciones y tiene prometida la planificación de presupuesto propio a partir de octubre. Como marca la Ley 26.485, las organizaciones e instituciones que trabajan con la temática deberían ser parte de este proceso, con acceso real a los datos que permitan hacer un seguimiento de las acciones de gestión.

Si se analizan los datos, parte de la emergencia de la que tanto se habla puede argumentarse con la falta de accesibilidad que las mujeres tienen a los dispositivos propuestos por el Estado: botones antipánico, residencia en el Refugio, solo por mencionar aquellos que se proponen ante una situación de riesgo.

Por falta de accesibilidad no sólo entendemos “que el dispositivo exista”, como lo plantea Soledad Monardez, sino que el Estado analice y observe porqué si en el último trimestre de este año la Red Local cuantificó 632 consultas por denuncias -55% por violencia verbal/psicológica y 30% por violencia física- y la Fiscalía obtuvo en junio de este año 160 denuncias, la gran mayoría por lesiones agravadas (72%) y amenazas (55%), ¿qué sucede con los dispositivos estatales si hay sólo quince botones antipánico en uso y una persona refugiada? Es responsabilidad del municipio intentar determinar las causales de esta situación, que también amerita caracterizarla como de “emergencia”.

A lo largo de la gestión 2016-2017, el presupuesto proveniente de Seguridad se utilizó para capacitar a la Policía Local y a la Guardia Urbana y proveer protocolos para cada patrullero, crear un equipo especializado de la Policía Local en materia de violencia de género, comprar botones antipánico y construir el Primer Refugio Municipal (aún no inaugurado), según el Plan presentado en septiembre de 2016.

Promover, servicio municipal de contención y asistencia a la víctima; los seminarios del 2016; el Proyecto “Querernos tanto”, taller de cuatro encuentros que se realizó en el pabellón de mujeres de Villa Floresta; la inauguración del Consultorio de Diversidad que funciona todos los martes en el Hospital Municipal; y la llegada de 200 cupos del Programa Nacional Ellas Hacen, son algunas de la políticas que se suman a la gestión y que, según las declaraciones de las funcionarias, se supone que son sustentadas por las dos secretarías mencionadas anteriormente.

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¿Para qué utilizarán la prórroga de la Declaración de Emergencia por Violencia de Género? ¿Qué mecanismos disponen para que las organizaciones e instituciones que abordan la temática puedan ser parte de los procesos de decisión, ya que si bien es sumamente importante la implementación de propuestas, también lo es que los/las agentes sociales no gubernamentales puedan aportar su visión?

Parte de dicho aporte es el que mencionan Corina Rodríguez Enríquez y Gabriela Marzonetto en su texto “Organización Social del Cuidado: el déficit de políticas públicas de cuidado en Argentina”,  donde resulta central observar:

-“La falta de sistemas de información unificados generando la superposición de esfuerzos y recursos, y la demanda insatisfecha y desprotección en otras”. Esto puede observarse en la necesidad de la unificación del presupuesto de una Dirección y en la falta del estudio del “laberinto burocrático” que las mujeres se encuentran cuando van a hacer la denuncia por violencia. Esta última cuestión no es sólo responsabilidad del Poder Judicial, como plantea Soledad Monardez, sino también del municipio proponiendo los caminos necesarios para que la información se unifique según la Ley 26.485.

– “Las diferencias en el nivel educativo del recurso humano (las autoras lo plantean respecto a los Centros de Desarrollo Infantil Comunitarios, pero se traslada a cualquier dispositivo) que imposibilita la paridad del servicio, reproduciendo las diferencias socio-educativas”. Si bien se promovió la formación del personal de salud a lo largo del 2016, las trabajadoras del refugio de mujeres no han recibido en los últimos años instancias de formación con perspectiva en violencia de género, cuestión central para lograr el sostenimiento y seguimiento de las mujeres que se encuentran en este dispositivo, más allá de la presencia del equipo técnico.

-“La remuneración del recurso humano que varía por provincia, en el marco general de bajos salarios para esta actividad, cuestión que también afecta la calidad de los servicios”. Las dependencias de políticas sociales de los municipios al no ser ´económicamente productivas´ siempre han sido aquellas con los sueldos más reducidos, Bahía Blanca no es la excepción. A esto se suma que tanto en la gestión anterior y actual, las/los trabajadoras son vinculadas bajo la modalidad de contrato, obligándolas/os a convertirse en monotributistas, perdiendo así todos los derechos laborales.

En consecuencia, resulta necesario debatir y discutir la situación actual de todas las políticas e iniciativas públicas, garantizar el real acceso a la información y la efectiva participación de la ciudadanía. En caso de que esto no suceda la gestión puede transformase en un vector que se suma a la reproducción de las desigualdades y que deja por fuera el derecho de las personas a elegir la manera en que desean satisfacer sus necesidades y atender su problemáticas.

Verónica Bajo, integrante de Acciones Feministas, conversó con ¿Quién te juna? a raíz de las amenazas recibidas luego de emprender una campaña para que el espectáculo de Yayo no se presente en Bahía Blanca debido a que reproduce violencia simbólica, tipificada en la ley 26.485 de Protección Integral de las Mujeres.

“Cuestionar el arte porque, como una actividad humana más, no está exenta de reproducir patrones racistas, antisemitas, misóginos, sexistas, y en ese sentido con la llegada de este personaje, sencillamente lo que hicimos es escribir una visibilización de la violencia simbólica que viene irradiando en sus espectáculos hace ya más de veinte años, escribimos unas líneas  en la página”.

“A partir de ahí las Mujeres Autoconvocadas de Punta Alta tomaron esto, ellas agregaron algunas cosas, porque también Yayo se presentaba allí,  formalizaron este pedido enviando una carta al municipio de Punta Alta y después ya es conocido que la productora de este espectáculo y el teatro Don Bosco, anunciaron que por razones de agenda  se suspendían los shows”, relató Bajo.

Desde ese momento la agrupación comenzó a recibir amenazas en su página de Facebook: “Nos dijeron que íbamos a terminar como Ángeles Rawson. Más allá que un perfil sea falso o trolls, hay un ser humano atrás escribiendo estas cosas. Hay una persona que esta tipeando detrás de un teclado eso”.

Bajo aseguró que el director del Instituto Cultural, Ricardo Margo, “hizo unas lamentables declaraciones, vinculándonos a los grupos feministas y autogestivos como somos las Mujeres Autoconvocadas o Acciones Feministas, a la censura. Subirse a esta ola de agresiones, que censuramos, que somos extremistas, con el panorama que tenemos en Argentina de violencia hacia las mujeres, es lamentable”.

Desde la agrupación creen que el descargo de Baby Etchecopar en su programa de radio también tiene que ver con las amenazas recibidas: “Él enseguida salió a decir barbaridades en su programa en una radio, que tiene una audiencia muy grande. Entonces, a partir de ahí también se ha desatado esta ola de ataques”.

“La comedia también puede ser violenta, racista, antisemita. Yo siempre me hago una pregunta: ¿qué sucedería si un humorista dijera esto en relación a la colectividad judía? ¿Saldría Radagast rápidamente a decir “es comedia”? Bueno, habría que ver si no se cuidarían un poco más”, afirmó Verónica.

María Julia Eliosoff es economista de la Universidad Nacional del Sur y expuso sobre el rol de las mujeres en la economía social en el marco de las 11º Jornadas de Economía Solidaria Bahiense organizadas por el Corredor Productivo y Cultural.

Eliosoff es investigadora de FLACSO, trabajadora municipal en la oficina de Estadísticas Sociales y docente de Economía Social en la carrera de Trabajo Social. Integra además el Espacio de Economía Feminista de la Sociedad de Economía Crítica y es activista por los derechos de las mujeres.

Destacó la coincidencia entre la economía social y la economía feminista en la construcción de una crítica a las actuales formas de producción y a la búsqueda de caminos que las alejen de la lógica de acumulación capitalista.

“No nos guía la ganancia en nuestros proyectos productivos sino poder reproducir nuestra vida lo más satisfactoriamente, lo más decentemente, sin que signifique estar ganado dinero por el solo hecho de hacerlo”, afirmó.

La economista explicó que lo que aporta la economía feminista es una mirada sobre la esfera de la reproducción. Es decir, todo lo que hacemos en nuestra vida por fuera de la producción para poder volver a trabajar al otro día.

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Son las tareas de “gestión del hogar”: comprar, cocinar, limpiar, cuidar niños, niñas o personas mayores. Gran cantidad de horas destinadas a trabajos invisibilizados y no remunerados que si fuesen tercerizados o abonados por los empleadores harían colapsar el sistema económico.