La madre de Facundo Astudillo solicitó ser particular damnificada ante la justicia provincial, a la vez que reclamo que esta decline su competencia en el fuero federal. Mientras se define la situación, exigen a la jueza de Garantías, Susana Calcinelli, que aparte a la Policía Bonaerense de la investigación.

Cristina Castro afirmó que no es su hijo el que aparece en cámaras de seguridad, ni está alojado en una pensión o fue visto vendiendo bolsas y medias en Bahía Blanca”.

La presentación contrapone las “contradicciones” y “relatos inverosímiles” de seis policías que detuvieron o dicen haber visto al joven entre Mayor Buratovich y Teniente Origone con lo dicho por tres testigos que presenciaron cómo lo subían a un patrullero en la zona de “la curva grande” cercana a Buratovich el 30 de abril aproximadamente a las 15:30.

“Principalmente echan por tierra los testimonios y actuaciones policiales que para dicho horario lo situaran a Facundo en un escenario distinto temporal y especialmente, lleno de contradicciones, relatos inverosímiles y relatados por agentes de la misma fuerza”, advierten los abogados Leandro Aparicio y Luciano Peretto.

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Por ello, demandaron que independientemente de la resolución de la jueza respecto a su competencia, “se delegue en otras fuerzas (Policía Federal, Aeronáutica, Prefectura, Gendarmería) la investigación sobre la desaparición forzada de Facundo Castro”.

Cristina Castro Alaniz destacó en la presentación:

  • Que he expuesto hasta el cansancio que no es mi hijo el que se muestra en las cámaras de seguridad de la ciudad de Bahía Blanca que han sido expuestas.
  • Que se encuentra totalmente descartado que Facundo esté alojado en una pensión como le explique hasta el hartazgo al auxiliar letrado.
  • Que las personas que han ubicado a Facundo vendiendo bolsas y medias en la localidad de Bahía Blanca no han podido dar precisiones en su descripción.
  • Que todas las declaraciones recabadas carecen de sustento por no poder dar fe cierta de que se trate de Facundo.

Finalmente, el documento cuestiona los operativos “unilaterales” que desde hoy realizan efectivos de la Bonaerense en distintos barrios de la zona sur de Bahía Blanca y denuncia el incumplimiento de resoluciones de la Fiscalía General por parte del ayudante Fiscal de Médanos, Dimas García, por no haberse apartado ante “la posible participación del personal policial que cumple funciones en su jurisdicción”.

Comunicado de Fiscalía

Esta mañana la Fiscalía General informó que la causa está tramitando bajo la órbita de la UFIJ N° 20 a cargo de Rodolfo De Lucía.

Según el comunicado, “se documentó la salida del joven de la localidad de Pedro Luro el 30 de abril y parte de su trayecto hacia Bahía Blanca, mediante dos controles policiales donde se lo identificó, uno ellos cercanías de Mayor Buratovich y otro en inmediaciones de Teniente Origone”.

“Unos 20 días después fue visto en Bahía Blanca por una persona que lo conoce y que afirma haberlo saludado. Hasta el momento no se descarta ninguna hipótesis, se están tomando todas las medidas de prueba y testimonios para lograr dar con Facundo”.

La jueza federal Gabriela Marrón aceptó como querellante en la causa que investiga la desaparición forzada de Facundo Astudillo Castro a la madre del joven desaparecido desde el 30 de abril cuando partió desde Pedro Luro hacia Bahía Blanca.

Cristina Castro Alaniz tuvo el último contacto telefónico con su hijo aquel mismo día, cuando Facundo fue aprehendido en Mayor Buratovich por personal de la Policía Bonaerense por violar la cuarentena.

La familia denunció “serias inconsistencias y contradicciones” en la investigación realizada por la justicia ordinaria en base a la investigación policial.

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Para la jueza federal todo “hace sospechar que los agentes de la citada fuerza de seguridad podrían haber obrado abusivamente en relación a Astudillo Castro, lo que promovió que se lleve adelante una pesquisa en este fuero por un hecho de violencia institucional”.

La querella está acompañada por el Premio Nobel de la Paz y presidente de la Comisión Provincial por la Memoria, Adolfo Pérez Esquivel, e integrantes del equipo jurídico del organismo de derechos humanos.

“Me puse a disposición de la madre para tratar difundir y de hacerle llegar el mensaje a los que tienen la potestad de actuar y que se encamine un poco. Que no caiga en las mismas trampas aunque se van renovando, sin embargo, siempre la matriz es la misma”, afirmó Sergio Maldonado.

El hermano de Santiago dialogó con FM De la Calle luego de comunicarse con la mamá del Facundo Astudillo Castro, desaparecido desde el 30 de abril.

“Ningún familiar tiene que pasar por tener a un hijo desaparecido. A las personas no se las traga la tierra. Cuando hable con la mamá escuchaba a mi viejo y a mi vieja reflejado, con este pedido para que no ocurra más y vuelve a pasar y pasar”, agregó Maldonado.

Sergio llamó a las autoridades a responsabilizarse por el accionar de las fuerzas policiales. “Por suerte aparecieron testigos y dijeron lo que saben. Hay que empezar a investigar a los policías que estuvieron en eso, hay que investigar al Estado porque es una desaparición forzada”.

“Puse un tweet en los que etiqueté a Berni y Kicillof que son los responsables y cabezas de eso, tiene que venir una línea de arriba y que se abra una investigación y se avance. En 15 días hubo dos desapariciones: la de Espinoza que fue el 15 de mayo y la de Facundo que fue el 30 de abril”.

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El nombre de Santiago Maldonado volvió a ser utilizado políticamente por dirigentes de Juntos por el Cambio en el marco de la investigación del homicidio del ex secretario de Cristina Fernández, Fabián Gutiérrez.

Patricia Bullrich respondió declaraciones del presidente Alberto Fernández mencionando que “fue uno de los primeros en vincular a nuestro gobierno con la desaparición de Maldonado” y que “no tuvo ningún empacho en decir que había sido un crimen de Estado”.

“Una de cal y una arena, no es que soy obsecuente, así como digo las cosas de Berni también tengo que salir a darle la razón a lo que dice Alberto Fernández, no porque esté contra Bullrich, sino porque hacen un uso de muertos desde el PRO y la derecha que es asqueroso. Ya viene desde lo de Luis Espinoza, que sacaron un comunicado con una soberbia e hipocresía que me cuesta encontrar personajes que actúen de esta manera, eso es Bullrich”.

“No les importan los familiares, ahora usan a Gutiérrez, no les importó cómo estaba su familia, salen a pisotear cadáveres haciéndose los paladines de la justicia y hablando de investigaciones imparciales cuando justamente no lo hicieron ellos”.

Maldonado comentó: “El año pasado, la madrugada del 8 de julio, murió mi abuela diciéndome que se quería morir para saber que había pasado con Santiago. Uno va quedando con dolores sin saber qué le pasó a sus familiares, no tenemos todo el tiempo del mundo para esperar que con Bullrich sea justicia”.

“Existen elementos en la causa que hacen indudablemente tener que empinar la línea de investigación en la desaparición forzada de Facundo. Facundo no está ausentado ni incomunicado porque quiere ni por enojo, a Facundo algo el pasó”, dijo a FM De la Calle Luciano Peretto.

Se trata del abogado de la familia de Facundo Astudillo Castro, quien desapareció el 30 de abril en cercanías a Teniente Origone, cuando se dirigía a dedo desde Pedro Luro hasta Bahía Blanca.

“Acá hay mucha gente que tiene que dar explicaciones respecto de cuáles fueron los momentos últimos en los que lo vieron. Creemos que la discusión tiene que darse en la justicia federal y que nos da la objetividad y seguridad para poder desplazar de la investigación a la Policía Bonaerense porque son ellos los que tiene que dar explicaciones”, argumentó.

Facundo Astudillo Castro tiene 22 años y está desaparecido desde hace 68 días. La mañana del 30 de abril, el joven emprendió viaje “a dedo” de Pedro Luro hacia la casa de su ex pareja en Bahía Blanca. Nunca llegó. A pesar de los múltiples intentos por comunicarse con él, desde ese mismo día el teléfono de Facundo está apagado.

“Hay un montón de inconsistencias en la investigación en manos de policía, estábamos esperanzados de que sea más rápida la intervención de la justicia federal y a casi diez días de la investigación preliminar y todavía no tenemos número de causa. Pensamos que esto pronto se tiene que resolver, contamos con el acompañamiento de organizaciones gubernamentales y no gubernamentales y queremos llegar a la verdad real. En esa lucha estamos”, señaló el letrado.

A Facundo todavía “lo busca” la Policía Bonaerense

Peretto señaló que “durante cincuenta y pico de días, manejamos la información de que la última vez que se lo vio a Facundo era en un retén policial que lo infraccionó por violación al artículo 205 de Código Penal. Al momento de hacer el rastrillaje con los K9 de Punta Alta -los perros parten del último lugar donde se lo vio-, nos llega que se estaban agregando dos testimonios más que lo habían visto a Facundo”.

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Se trata de dos efectivos policiales, “una policía que lo infracciona por cuarentena que después lo lleva desde Buratovich hasta Origone y, después, otro efectivo policial que lo ve en cercanías de Origone. Nos hablan de cambiar esta investigación por averiguación de paradero, acá Facundo no está escondido, a Facundo algo le pasó”.

Hostigamiento policial

“Facundo es un morochito de clase humilde, laburador, que ha hecho de todo, ha trabajado en un lavadero, ayudante de albañil, mozo, tocaba en una batucada y en su estilo de vida tan simple y humilde tuvo un hostigamiento, particularmente con sus compañeros de Envión. Un día por decirle ‘vos sos igual a tu hermano’ se baja un efectivo policial y le da una cachetada y le cargan una moto a un patrullero y se la rompen toda”, relató el abogado.

Peretto destacó que “todos estos detalles no escapan a la realidad de que nos hacen constituir en esta línea de investigación. Estamos convencidos de que hay que apartar a la bonaerense de la investigación, el hecho de que Facundo no aparezca amerita todo lo que se está hablando”.

El rastrillaje de los perros K9 “dio resultados muy vagos”, comentó el abogado. “Indican la presencia de Facundo en algunos puntos, hay que pensar que la actividad se realizó cincuenta y pico de días después, el día de mayor viento de los últimos meses, la banquina estaba removida porque Vialidad había realizado limpieza, hay rastro de Facundo pero no con la certeza para ser conclusivos respecto de si Facundo estuvo ahí”.

Facundo Astudillo Castro está desaparecido desde el 30 de abril cuando salió de su casa en Pedro Luro, con dirección a Bahía Blanca. Recientemente tres testigos declararon haber visto al joven ese mismo día, cuando era subido a un patrullero en la localidad de Mayor Buratovich.

Esa fue la última vez que alguien lo vio, Facundo nunca llegó a destino ni volvió a comunicarse. La familia denunció irregularidades en la investigación por “averiguación de paradero”, contradicciones en las declaraciones de los policías y realizó una denuncia penal ante la justicia federal por desaparición forzada.

En este caso de enorme gravedad institucional, la Comisión Provincial por la Memoria (CPM), en su carácter de Mecanismo Local de Prevención de la Tortura, se presentará como querellante institucional y ya pidió que se aparte a la policía de la causa que tramita en la justicia provincial.

Facundo Astudillo Castro tiene 22 años y está desaparecido desde hace 65 días. En la mañana del pasado 30 de abril, el joven emprendió viaje “a dedo” de Pedro Luro hacia la casa de su ex pareja en Bahía Blanca. Nunca llegó. A pesar de los múltiples intentos por comunicarse con él, desde ese mismo día el teléfono de Facundo está apagado.

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Tras la denuncia de la familia, se inició una causa por “averiguación de paradero” en la Ayudantía Fiscal de Villarino. La investigación está plagada de irregularidades, inconsistencias y declaraciones contradictorias de los policías que declararon haber visto a Facundo en la localidad de Mayor Buratovich y después en Teniente Origone.

El último de los testimonios policiales es el más contradictorio: primero declaró que una camioneta lo levantó y salió en dirección a Bahía Blanca; cuatro días después, cambió su testimonio y dijo que, en realidad, se fue caminando.

A pesar que la mamá de Facundo y su abogado estuvieron en todo momento siguiendo la causa, sólo conocían el testimonio de los policías que lo demoraron en Mayor Buratovich y le dictaron la infracción por violar la cuarentena. Esa actuación policial ya resulta irregular: a pesar de ser infraccionado por violar la cuarentena y de constatar telefónicamente con la madre el domicilio de Facundo, los policías -segun dicen- no disponen que retorne a su casa sino que lo dejan seguir camino.

Cabe mencionar que, en ese momento, había en la Provincia mayores restricciones a la circulación y un celo muy particular de las fuerzas de seguridad por velar por el cumplimiento de la medida.

Peor aún, ni la policía ni la justicia le notificaron a la familia de las declaraciones de los policías que, supuestamente, ubican a Facundo en Teniente Origone y en una camioneta en dirección a Bahía Blanca. Recién conocieron estos testimonios el 19 de junio, más de 50 días después de la desaparición, durante los rastrillajes en la zona. Ese mismo día, también notaron que la ubicación informada por los policías que lo demoraron no era la misma que figuraba en el acta.

Sin embargo, la última y mayor de las irregularidades se conoció la semana pasada. El 27 de junio, tres vecinos de Pedro Luro se comunicaron con la familia de Facundo y le contaron que el día de la desaparición, alrededor de las 3 de la tarde, después de pasar el ingreso de la localidad de Mayor Buratovich, vieron a Facundo cuando era detenido por dos policías e ingresado a la cabina trasera de un patrullero. Los tres vecinos se habían presentado en la comisaría de Pedro Luro para ofrecer su testimonio, pero nunca fueron llamados a declarar.

La declaración coincidente de los tres ciudadanos echa por tierra los testimonios y actuaciones policiales, identifica otro tiempo y lugar de su desaparición y aporta el principal dato: Facundo fue visto por última vez cuando era detenido por la policía de la localidad de Mayor Buratovich.

Ante las evidentes irregularidades en la investigación y la omisión de la detención de Facundo en la causa, la familia presentó ante la justicia federal una denuncia penal para que se investigue la desaparición forzada y se desplace de la investigación a la Policía Bonaerense.

En la denuncia también señalaron que Facundo era desde hace algunos años víctima de hostigamiento policial. La madre señaló que el joven, cuando era aún menor de edad, había sido golpeado por la policía y que, en otra oportunidad, le habían roto de manera intencional un ciclomotor. En los dos casos, la madre identificó a un agente que, incluso, lo vio participar de los rastrillajes en el lugar de la desaparición.

La Comisión Provincial por la Memoria (CPM) tomó conocimiento del caso por los organismos de derechos humanos de la región que vienen acompañando a la familia y reclamando la aparición con vida de Facundo. El organismo también estuvo en contacto también con la familia del joven y su abogado.

En carácter de Mecanismo Local de Prevención de la Tortura, y tal como lo faculta la ley, la CPM se presentó como querellante institucional en la causa federal que investiga la desaparición forzada. Y realizará presentaciones ante organismos internacionales de derechos humanos.

Al mismo tiempo, la CPM envió una nota al Ministerio de Seguridad de Nación notificando el hecho y a la fiscalía para requerir el cumplimiento de la Resolución 1930 y ordenar el inmediato apartamiento de la Policía Bonaerense en las diligencias investigativas que se realizan en el marco de la causa por “averiguación de paradero”, en trámite ante la fiscalía de Villarino.

La desaparición forzada de persona es un delito de lesa humanidad. La sola posibilidad o sospecha de estar frente un hecho de esta extrema gravedad institucional obliga a actuar de manera rápida y eficaz. Facundo Astudillo Castro tiene que aparecer con vida, es un reclamo no sólo de la familia y de los organismos de derechos humanos, es un reclamo que tiene que atravesar a toda la sociedad.

Sobrevivientes de la Triple A y familiares de víctimas de Río Negro no pudieron seguir la primera audiencia testimonial realizada ayer en Bahía Blanca por la falta de transmisión en vivo por parte del tribunal.

La intención era proyectar los testimonios en la Casona de la Memoria Eduardo “Bachi” Chironi ante la imposibilidad de viajar a nuestra ciudad e ingresar a la sala por la pandemia.

Entre otras familias, tampoco pudo participar desde Chile la de Víctor Oliva Troncoso, una de las víctimas de la causa, de cuyo secuestro y asesinato se cumplieron 45 años este jueves.

“Estamos viendo la nada, intentando ver cosas donde no se pueden ver, muy preocupados por esta situación de desinformación, de incertidumbre, porque no se sabía hasta hoy por la mañana si se iba a transmitir, si se iba a continuar o no el juicio y la situación de los testigos”, dijo a FM De la Calle Julia García. 

La hermana del “Negrito” afirmó que “el juez dijo que dado el tiempo transcurrido iba a continuar con la audiencia. Es cierto, pasaron 46 años, vaya si pasó tiempo. Estamos de acuerdo con que se realice pero el coronavirus no puede ser excusa para desvirtuarlo. Es un juicio significativo para Bahía y el país, habla de una participación de civiles amparados en el Estado matando gente y secuestrando en Bahía Blanca”. 

García y otras integrantes de su familia tendrán que declarar en el transcurso del debate aunque ya manifestaron que no aceptarán hacerlo por videoconferencia. “Tenemos el derecho a declarar en condiciones adecuadas, en el caso nuestro son 46 años esperando este momento, cuidando todo recuerdo y cada detalle para no olvidar. El juicio es una instancia reparadora, es la posibilidad que te escuchen y que los imputados se sientan señalados por nuestros dichos y por nuestro relato, no en sus casas tranquilos”.

A su lado, Verónica Alduvino -hermana de Fernando- agregó: “Tanto yo como mi familia esto lo estamos viviendo con un alto nivel de frustración. Los 46 años no estuvimos sentados esperando que se abriera el cielo y bajara la justicia, hicimos un montón de acciones. Mi papá y mi mamá se cansaron de hacer cosas, incluso en el gobierno militar poniendo en riesgo su vida como la de mi hermano más chico, es absolutamente injusto”.

“Estamos enjuiciando al Terrorismo de Estado que ocurrió en un gobierno democrático legítimamente elegido por el pueblo del ’73 al ’76, amparados por este gobierno mataban personas cuando, si alguien era señalado por algún delito, estaban los resortes del Estado para enjuiciarlo, pero no sacarlo de la casa y matarlo”.

“Esto ocurrió y fue metido debajo de una alfombra durante muchísimos años. Nosotros intentando levantarla y sistemáticamente lo volvían a ocultar. Una vez que pudimos por favor que se haga con la máxima seriedad que nosotros y nuestros hermanos se merecen. Se está buscando que este juicio sea entre cuatro paredes y que la gente no se entere. Lo que no se da a luz, mañana vuelva a pasar”, aseguró.   

El secretario de Derechos Humanos, Duilio Minieri, dijo que “esta causa es importante porque hay familiares de víctimas en Río Negro, la seguimos de cerca, fuimos a la primera audiencia, íbamos a transmitir la audiencia en vivo en la casona ‘Bachi’ Chironi en Viedma. Esta precariedad técnica que impide la transmisión es difícil de comprender que en el siglo XXI, que se dependa de la situación de aislamiento de la ciudad de Buenos Aires”.

Finalmente subrayó la importancia “de la comunicación permanente con los familiares, tener en cuenta su opinión, mirar las audiencias en simultáneo, que no se pierda el carácter oral y público y que se mantengan la declaración presencial por el sentido reparatorio que tiene”.

Se realizó este jueves la primera audiencia testimonial en la causa que investiga crímenes de lesa humanidad cometidos por la Triple A en Bahía Blanca. Por falta de acceso al sistema del Centro de Información Judicial el encuentro no fue transmitido en vivo oficialmente.

Horas después, la Universidad Nacional del Sur puso a disposición del público la grabación de la audiencia en la cual declararon José Luis Santagada, Daniel Esquivel, Marta Bustos y Juan Díaz.

Dante Patrignani pidió la postergación de su testimonio para poder hacerlo con transmisión en directo. Será durante una próxima audiencia, cuya fecha dependerá -según informó el presidente del tribunal Roberto Amábile- de la solución del problema generado en el CIJ y el análisis para permitir el ingreso de público a la sala con las correspondientes medidas de prevención en el marco de la pandemia.

Sin transmisión ni público en la sala comenzó esta mañana la primera audiencia testimonial del juicio que investiga los crímenes de lesa humanidad cometidos por la Triple A.

El primer testigo fue José Luis Santagada. Hubo interrupciones por inconvenientes con la conexión con algunas de las partes que siguen el debate por videoconferencia.

Luego se presentaron Daniel Esquivel y Marta Bustos. Tras una primera negativa, los jueces aceptaron postergar la declaración de Dante Patrignani para que pueda ser transmitida en vivo en la siguiente audiencia.

Más temprano, Patrignani comentó a FM De la Calle que “este es un parche porque seguramente habrá mucha gente que estará esperando ver esto a través del sitio del Ministerio de Justicia y no va a poder escuchar en directo. De todas maneras lo voy a plantear ante el juzgado y seguramente voy a tener que declarar porque si no después no lo voy a poder hacer”.

Consultado respecto a si estos desperfectos condicionan las declaraciones, el testigo mencionó que “seguro afecta, más que nada por el estado de indignación que tengo por esta última “desprolijidad” cuando en realidad si esto lo hubiera comunicado con tiempo se podría haber resuelto de otra manera, pero seguimos con nuestro compromiso con la memoria a través del testimonio”.

En relación a la postura de la CTA, el secretario de Derechos Humanos dijo que pretendían “que el Tribunal decidiera la suspensión para la semana que viene, lunes, martes o miércoles. La Universidad está en condiciones de hacer la transmisión pública y hay tiempo para propagandizar esto para quienes quieran seguirlo de manera directa, esa postura no prosperó”.

Raúl Roberto Aceituno, Juan Carlos Curzio, Héctor Ángel Forcelli y Osvaldo Omar Pallero son juzgados por el delito de asociación ilícita y, en el caso de Aceituno, también por el homicidio del estudiante David “Watu” Cilleruelo.

El Tribunal Oral Federal no garantizará la prometida transmisión en vivo de la audiencia que abrirá este jueves la etapa testimonial de la causa Triple A. Argumentó que el Centro de Información Judicial de la Corte Suprema vio afectadas sus funciones por el cambio a Fase 1 en el AMBA.

Cabe destacar que el reinicio del debate será con una modalidad mixta con presencia de las partes en Colón 80 y la posibilidad de testigos e imputados de participar por videoconferencia. El público no podrá ingresar a la sala, por ende, no habrá alternativas de publicidad en directo.

Algunos de los testigos convocados y la Comisión de Derechos Humanos de la CTA Bahía Blanca reclamaron la postergación de la audiencia. La Universidad del Sur está en condiciones de grabar la sesión aunque depende de permisos del Poder Judicial para transmitir en vivo, es por ello que ofreció subir el material a internet una vez concluida la jornada.

“Teniendo en cuenta que los responsables de la transmisión están en conocimiento de la convocatoria a la audiencia desde hace tiempo y que el cambio de fase en el AMBA fue anunciado el viernes pasado es vergonzoso que no se hayan previsto los inconvenientes técnicos ni la comunicación de los cambios a los testigos convocados”, manifestaron desde la CTA.

La Comisión que tiene como referente a Dante Patrignani, uno de los citados a declarar este jueves, agregó que “los juicios por crímenes de lesa humanidad no solo buscan condenar a los represores con todas las garantías que ellos violaron sistemáticamente durante el terrorismo de Estado sino además cumplen una función reparatoria para las víctimas y educativa para que la sociedad sepa lo que ocurrió en nuestra ciudad y no permita la continuidad y reiteración de las prácticas genocidas”.

Por su parte, desde H.I.J.O.S. Bahía Blanca afirmaron que “rapidamente debería solucionarse y buscar las herramientas adecuadas para ‘garantizar de manera plena el principio de publicidad del debate’ como planteó el mismo tribunal, cuya responsabilidad es la de realizar los juicios de manera oral y pública y con pleno acceso a la divulgación del mismo”.

El inicio de la audiencia está anunciado para las 10 en Colón 80. Raúl Roberto Aceituno, Juan Carlos Curzio, Héctor Ángel Forcelli y Osvaldo Omar Pallero son juzgados por el delito de asociación ilícita y, en el caso de Aceituno, también por el homicidio del estudiante David “Watu” Cilleruelo.

Un nuevo caso de violencia policial ocurrió en Tucumán. Walter Ceferino Nadal fue asfixiado por la policía con una técnica que emula la de los asesinos de George Floyd en Minneápolis, quienes desataron una ola de manifestaciones contra el racismo en Estados Unidos.

“Esto es el último episodio de una larga lista. El 29 de junio pasado a este hombre lo detuvo la policía en la calle y usaron la misma técnica que contra George Floyd. Los testimonios muestran que el policía le puso la rodilla en la nuca y que esta fue la causa de la muerte por la asfixia que revela la autopsia”, comentó a FM De la Calle Pablo Jeger, integrante de la APDH Tucumán.

Días atrás fueron procesados con prisión preventiva más de una decena de policías y civiles por la desaparición forzada seguida de muerte del peón rural Luis Espinoza.

Respecto al caso de Nadal comentó que “en principio están identificados quienes intervinieron pero hasta donde sabemos hay bastante hermetismo por parte de la fiscal. No había, hasta el viernes, detenidos”.

El vicepresidente de la APDH Nacional agregó que “hace pocos días por una causa casi fortuita nos enteramos que el Ministerio de Seguridad, había organizado y había comenzado un curso para formación de penitenciarios dictado por Enrique Stel”.

El ex militar participó durante el genocidio en el Operativo Independencia en Tucumán y luego en la represión en la zona de Bahía Blanca como integrante del Batallón de Comunicaciones 181.

“En estos momentos está esperando juicio por secuestros, desapariciones forzadas y una violación ocurrida en el marco de la última dictadura. Los responsables de la organización del curso no pueden negar su origen. Esto se supo por un informe periodístico que fue tomado por los compañeros de HIJOS, ellos lo denunciaron y finalmente se suspendió”.

Jeger destacó la escasa intervención de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación en estos casos dado que dentro de la dependencia “hay un Consejo de Derechos Humanos de la Nación donde está la representante tucumana que ante estos hechos no ha hecho absolutamente nada. Debería tener un rol más activo”.

Respecto del caso de desaparición forzada seguida de muerte de Luis Espinoza, señaló que es algo que sucede “constantemente en la provincia de Tucumán”. Mencionó que el Consejo de Derechos Humanos de la ONU radicado en América del Sur quiere tomar lo sucedido como un caso testigo sobre la violencia institucional.

“Hemos tenido buenas noticias porque ha intervenido un cuerpo que se llama ECIF, Equipo Científico de Investigación Fiscal, hacen un trabajo muy técnico y específico, con independencia del Ejecutivo, su intervención ha tenido mucho que ver con que se haya podido investigar y dar con el cuerpo de Espinoza, ademas de las pruebas recogidas”, agregó.

Los organismos demandan que la policía provincial no participe en las investigación de los hechos de violencia institucional y, a su vez, “que la policía local tenga una división de asuntos internos que se encargue de investigar el funcionamiento irregular que muchas veces es base de estos delitos”.

“Por ejemplo en el caso de Espinoza se habla de que en el lugar donde lo matan se estaba desarrollando una carrera clandestina de caballos donde se apuesta. Hasta allí llegaron los policías de civil en vehículos propios, con lo cual esto demuestra que por detrás de la muerte había también negocios turbios en los cuales interviene la policía”.

El Tribunal Oral rechazó un pedido de la defensa para suspender el debate oral en la causa que investiga crímenes de lesa humanidad cometidos por la Triple A en Bahía Blanca y reanudará las audiencias el próximo jueves a las 10.

Será mediante un sistema mixto con presencia de jueces, querella y defensa en Colón 80 y permitirá que testigos e imputados elijan participar desde el Aula Magna o por videoconferencias. Deberán respetarse los protocolos de seguridad en el marco de la pandemia. 

Las jornadas testimoniales comenzarán priorizando la convocatoria a quienes no integran grupos de riesgo y residen en Bahía Blanca. Habrá transmisión pública.

Raúl Roberto Aceituno, Juan Carlos Curzio, Héctor Ángel Forcelli y Osvaldo Omar Pallero son juzgados por el delito de asociación ilícita y, en el caso de Aceituno, también por el homicidio del estudiante David “Watu” Cilleruelo.

El fiscal Pablo Fermento aseguró “que son diversas las jurisdicciones en las que se reanudaron los debates por crímenes contra la humanidad” y “afirmó que la utilización de vías de comunicación instantánea, virtual y remota, garantiza los principios de inmediación, publicidad y el pleno ejercicio de los derechos de defensa por parte del imputado (en sentido material y técnico), sin poner en riesgo la salud de las partes intervinientes en el debate”.

Por pedido de la querellante Mónica Fernández Avello y la Fiscalía, el tribunal no recurrirá a las fuerzas de seguridad para trasladar a testigos que no cuenten con los recursos suficientes. Deberán acercarse por su cuenta y reclamar el reintegro de los gastos. Los certificados de circulación se otorgarán cuando sea necesario.

Fermento propuso que “al momento de notificar a los testigos se les haga saber sus derechos, las medida de prevención, distanciamiento, higiene y seguridad adoptadas para su protección. Para cada testigo solicitó la confección de un formulario modelo (homologado por autoridad sanitaria) que sea remitido junto con su notificación, que será completado a modo de declaración jurada sobre su estado de salud, patologías previas y pertenencia a población de riesgo, y que manifieste su voluntad de declarar en forma virtual o presencial”.

Además, requirió que se fijen las declaraciones con intervalos de tiempo para evitar acumulación de testigos; se permita la presencia de un integrante del equipo de acompañamiento psicológico en la sala y que se informe a quienes declaren que la audiencia será transmitida de forma pública.

El abogado de la UNS, Francisco Fuster, pidió participar por videoconferencia por integrar el grupo de riesgo aunque el tribunal recordó que la querella deberá funcionar unificada y que, igualmente, podrá seguir la transmisión o designar un sustituto.

Para el defensor oficial Gustavo Rodríguez “el avance del juicio en las condiciones propuestas conlleva la afectación de posiciones defensivas” y constituiría “asumir un alto riesgo para su salud y su vida” de los represores. A su entender, “la única posibilidad sería que los imputados sigan las audiencias de debate por videoconferencia desde sus domicilios, pero al respecto realizó algunas observaciones”.

“Si se acepta que el desarrollo de una audiencia virtual imposibilita la contradicción de prueba relevante debido a la ausencia de una comunicación rápida y efectiva con los acusados, se llega a la conclusión de que cualquiera de las posibilidades que se han pensado para un desarrollo virtual impide la satisfacción de la defensa en juicio y esa es una garantía que no debe perjudicarse”, respondió el tribunal.

Los jueces Roberto Amábile, Pablo Diaz Lacava y Marcos Aguerrido afirmaron que “el defensor no logra demostrar de modo concreto y efectivo la vulneración de los derechos de sus asistidos”.

Recordaron que los acusados podrán concurrir teniendo en cuenta las condiciones sanitarias de la ciudad y que la sala garantiza ampliamente las condiciones suficientes de higiene. “La concurrencia desde su domicilio hasta la sala y el regreso, no genera un aumento de riesgo para su salud si se cumple con las medidas sanitarias fijadas por las autoridades”.

Un informe de la Procuraduría de Crímenes contra la Humanidad muestra que suman 245 sentencias por delitos de lesa humanidad y que, respecto al año pasado, creció el número de detenidos y la cantidad de prisiones domiciliarias como forma de arresto.

Sobre el estado de las causas, el relevamiento arroja que de un total de 592 causas en trámite, el 45% se encuentra en etapa de instrucción (263), el 41% obtuvo sentencia (245), el 11% está elevada a juicio (67) y sólo el 3% está actualmente en etapa de debate (17).

En cuanto a la condición de los imputados, en comparación con 2019 se verifica un aumento en la cantidad de detenidos y una disminución de las personas investigadas por delitos de lesa humanidad que se encuentran libres. Mientras en 2019 el número de detenidos era de 884, el informe actual destaca que para junio de 2020 ya son 905; y que, por otra parte, mientras el año pasado la curva de personas en libertad mantenía su tendencia ascendente, alcanzando una cifra de 1590, en este 2020, luego de cinco años de un aumento constante, la cifra desciende al número de 1562.

Asimismo, el trabajo de la Procuraduría también refleja un aumento en la cantidad de prisiones domiciliarias en comparación con el año pasado: mientras en el 2019 608 personas estaban arrestadas bajo esa modalidad, este año el número aumenta a 649. Ese incremento se debe, en parte, al contexto de pandemia y a la entrada en vigencia del Decreto 260/20, a partir del cual muchos detenidos solicitaron la morigeración de la modalidad de prisión con arresto domiciliario, de los cuales 22 personas obtuvieron este beneficio.

Por último, el informe indica un total de 3316 personas investigadas por delitos de lesa humanidad según la máxima situación procesal alcanzada, de las cuales 995 están condenadas. La cifra desagregada consta de 605 procesados, 540 imputados, 181 con falta de mérito, 162 absueltos, 91 sobreseídos, 71 indagados y 26 prófugos. Asimismo, fallecieron 645 personas vinculadas al juzgamiento de los crímenes cometidos durante la última dictadura cívico-militar.

H.I.J.O.S. Bahía Blanca repudió que un represor que debe ser juzgado por crímenes de lesa humanidad cometidos en esta jurisdicción dicte cursos de formación al Servicio Penitenciario de Tucumán.

“Nos resulta intolerable que un acusado de los peores delitos que la humanidad puede registrar, sea convocado para ‘formar’ fuerzas democráticas”, manifestó el organismo.

Se trata de Enrique Stel, quien está acusado por “haber planificado y consumado los secuestros, seguidos de tortura, en perjuicio de 51 víctimas y en 2019 se amplió esa acusación, sumándole la de delitos sexuales”.

Con rango de subteniente integró el Batallón de Comunicaciones 181 y fue Jefe de Sección de la Compañía Combate “Mayor Keller”.

Según informó H.I.J.O.S. Bahía Blanca “al momento de ser detenido en 2014, Stel, estaba reciclado en el Ministerio de Seguridad Ciudadana de Tucumán desde marzo de 2007, y llamativamente advertirmos que lo han vuelto a convocar a ocupar un cargo en el mismo espacio institucional, el Ministerio de Seguridad Tucumano, para ‘dictar cursos de formación’ algo inadmisible y repudiable en plena democracia”.

El organismo exigió “se revierta de manera inmediata, la participación de Stel dentro de las fuerzas de seguridad y una vez más, pedimos la celeridad en los juicios de lesa humanidad, que entre todas las impunidades que acarrean más de 40 años de demora, esta también este inaceptable caso”.

Se cumplen 65 años del bombardeo a Plaza de Mayo en el cual la Aviación Naval y parte de la Fuerza Aérea dejaron caer toneladas de explosivos para derrocar a Juan Domingo Perón. Se estima que el ataque a la población civil dejó más de 350 muertos y centenares de heridos.

Alejandro Horowicz, doctor en Ciencias Sociales y autor de “Los cuatro peronismos”, dijo a FM De la Calle que se trató “un fenómeno tan inusitado como bombardear la Plaza de Mayo, fue un objetivo civil que no tuvo más objeto que sembrar el terror directo y mostrar hasta que punto estaba dispuesta, en este caso, la Marina de Guerra a destruir lo que haga falta para conseguir su objetivo”.

“Es un mensaje político, si la sociedad argentina no se anoticia de esto tiene el ’76 para saber cómo la ESMA es la continuación de ese bombardeo”, destacó.

Es necesario entender en qué contexto se inscribe el bombardeo: “Una sociedad que lleva sus conflictos a un punto donde ya no es posible resolverlos sino por vía militar. La oposición al gobierno legítimo del general Perón, no solo por ganar elecciones sino porque de hecho constituye un período que no por tener manchones deja de ser centralmente democrático, no niego el comportamiento del gobierno peronista con la oposición, pero conviene destacar el comportamiento de la oposición con Perón. En la misma plaza, apenas dos años antes, en un acto de la CGT y la presidencia ponen bombas donde murió mucha gente en el subterráneo”.

En relación al rol de la oposición y la Iglesia Católica en aquella jornada, Horowicz recordó que “participó un sector radical -Miguel Zavala Ortíz participó personalmente en el bombardeo, un hombre que fue canciller del gobierno ‘democrático’ del dr. Illia-. La participación de la Iglesia Católica es producto del enfrentamiento que tiene el gobierno peronista desde el ’54, enfrentamiento que llevó a terminar con la educación católica en la escuelas públicas, terminar con la proscripción de los prostíbulos y a establecer el divorcio vincular”.

“Estamos hablando de enfrentamientos delicados. Las buenas relaciones de la Iglesia con el gobierno peronista producen un nivel de enfrentamiento porque se atribuye a la aparición de la Democracia Cristiana como partido y al hecho de que Perón consideraba la constitución de este partido contra su gobierno. En rigor era una política mundial de la Iglesia contra la izquierda”, agregó.

Para el investigador el motivo fundante es que “Perón le pisa los callos a la Iglesia y tiene que ver con la educación de las mujeres. El peronismo plantea la educación física, esto a la Iglesia la sacude, en consecuencia estamos diciendo que la autopercepción que las mujeres jóvenes empiezan a tener de su propio cuerpo empieza a ser distinta a las anteriores. Las mujeres que tienen más de 60 años rara vez sepan nadar y es difícil que las chicas de menos de 30 no lo sepan. estamos hablando nada más ni menos que el uso del cuerpo y la autodefensa”.

Horowicz mencionó que la respuesta al bombardeo existió: “Fue el primer momento donde efectivamente el gobierno se planta pero empieza a quedar claro que esto avanza en una dirección de guerra civil. Perón tiene que decidir si está dispuesto a sostener la guerra civil o se retira. Luego queda claro, en septiembre del ’55, que dispone la capacidad armada para reprimir efectiva y eficazmente y que decide no hacerlo”.

Comienza la etapa de la Revolución Libertadora y esto “impone al movimiento obrero y a los sectores más duros del peronismo, a los que sobreviven. Basta comparar las elecciones de 1951 donde el peronismo gana por paliza, cuando se producen las elecciones constitucionales de 1957 el peronismo gana las elecciones pero obtiene la mitad de votos, de cuatro millones pasa a dos. Es un retroceso es enorme. Estamos hablando del costo político de la derrota de 1955, lo cual le costó 17 años remontar y no fue producto de la estrategia de Perón sino de la crisis política argentina, del Cordobazo y del Viborazo”.

El Tribunal Oral Federal de Bahía Blanca dispuso de las medidas necesarias para la reanudación del juicio postergado, a raíz de la pandemia, a cuatro integrantes de la organización paraestatal Triple A.

Los acusados se encuentran señalados por los delitos de homicidio y asociación ilícita, según cada caso, en el marco del terrorismo de Estado instrumentado a partir de 1974 por las fuerzas armadas junto a civiles.

Según la disposición del Tribunal, las audiencias de debate se realizarán en el aula magna de la Universidad Nacional del Sur, a puertas cerradas, a fin de cumplir con el distanciamiento social entre los presentes, entre otras medidas, con el mismo fin. Previo a fijar la fecha de reanudación, se dio traslado a las partes para que expusieran las objeciones y solicitaran las medidas que consideraran pertinentes. Las audiencias seguirán una modalidad mixta, participando por conexión virtual remota todas las personas pertenecientes a población de riesgo o que opten por dicha alternativa.

A su vez, el Ministerio Público Fiscal -a través de la Unidad de Asistencia para Causas por Violaciones a los Derechos Humanos durante el Terrorismo de Estado, representada por Miguel Palazzani, Pablo Fermento y José Nebbia- compartió las pautas fijadas por el tribunal. Además solicitaron medidas adicionales para reforzar la seguridad y tranquilidad de víctimas, familiares y testigos, y requirieron la fijación de fecha de debate. El juicio había comenzado el 9 de marzo y fue interrumpido por el aislamiento obligatorio.

Entre otras pautas, se pidió que se tenga en cuenta el carácter especial que, en estos procesos, reviste el acto de declaración presencial ante el tribunal, para muchas víctimas sobrevivientes y familiares convocados como testigos; al respecto, marcaron que debe tomarse en consideración su voluntad en cuando a la modalidad de participación en la audiencia. También se señaló la necesidad de asegurar la transmisión pública de las audiencias, en vista de la importancia simbólica que estos procesos mantienen en función de los intereses generales y comunitarios comprometidos en su realización.

Cabe recordar que, al requerir la elevación a juicio de la causa, la fiscalía había calificó los crímenes de los acusados como de lesa humanidad y genocidio. Se encuentran señalados por ellos Roberto Aceituno, Juan Carlos Curzio, Héctor Ángel Forcelli y Osvaldo Omar Pallero. También había sido procesado Héctor Oscar Chisú que murió antes de llegar a juicio y fue declarada extinta la acción penal en su contra.

Aceituno es quien se encuentra acusado “de homicidio agravado por haber sido cometido con alevosía y con el concurso premeditado de dos o más personas”, por el asesinato del militante estudiantil David Hover “Watu” Cilleruelo. La víctima fue asesinada el 3 de abril de 1975 de un disparo en la cabeza en un pasillo del ala de Ingeniería de la UNS (Universidad Nacional de Sur). Se encontraba en una convocatoria a alumnos para la asamblea de delegados de Centros de Estudiantes, que tenía como objetivo revalidar las autoridades de la Federación Universitaria que conducía.

Resolución del Tribunal

En su resolución, los jueces recordaron el pronunciamiento de la Cámara Federal de Casación Penal, en la que recomendaba a “los tribunales orales que tengan en trámite juicios cuyo objeto de investigación fueran hechos calificados como delitos de lesa humanidad, y cuya conclusión fuera posible por vía remota y/o sin gran desplazamiento de participantes, a que procedan en consecuencia, con observancia de las medidas emanadas de la autoridad sanitaria”. También se citó a la Corte Suprema de Justicia de la Nación sobre la instrumentación del “protocolo para la tramitación de causas judiciales durante la feria extraordinaria, el referido a la convocatoria de funcionarios y empleados y lo más importante, el que establece las medidas de higiene y seguridad para el Poder Judicial de la Nación”.

De esta manera, el Tribunal tuvo en cuenta el tiempo transcurrido desde la comisión de los hechos y señaló “la obligación de extremar los recaudos y considerar las alternativas que permitan continuar con los procesos, siempre bajo la condición necesaria de garantizar los derechos de las partes”. Asimismo, el TOF hizo alusión al deber “impostergable e irrenunciable que tiene el Estado de investigar, identificar y sancionar a los autores de las violaciones a los derechos humanos”, en el marco del cumplimiento “de las medidas sanitarias dispuestas por el Poder Ejecutivo Nacional (…), garantizando el cuidado de la salud de todas las personas que se vean involucradas en el desarrollo del juicio”.

En este mismo sentido se había manifestado el Ministerio Público Fiscal, cuando consideró que “están dadas las condiciones para la reanudación del debate oral y público en la presente causa, siempre y cuando se adopten rigurosamente las medidas previstas en el Protocolo de medidas de prevención, higiene y seguridad para el Poder Judicial de la Nación por la pandemia de Covid-19”.

Fuente: fiscales.gob.ar

(Por CORREPI) La noticia pasó inadvertida para la mayoría de los “medios grandes”: “Rodrigo Etchudez, un joven músico y comerciante de la ciudad de Monte Quemado al norte de la Pcia de Santiago del Estero, se encontraba en su casa cuando fue sorprendido por una nutrida delegación policial que, sin orden judicial, lo esposó y se lo llevó detenido a la seccional local. El motivo: una publicación en su cuenta de Facebook rechazando la actitud represiva del gobierno provincial”.

Casi en simultáneo, en plena Ciudad de Buenos Aires, con la firma de la ministra de Seguridad de la Nación, se emitió la resolución 144/2020, que establece en cabeza de las fuerzas de seguridad la facultad de hacer tareas de “prevención sobre plataformas y fuentes digitales públicas que no constituyan violación a la intimidad”.

En términos menos académicos, bien podríamos calificarla como un Manual para el ciberpatrullaje o el “control legal” de la disidencia política e ideológica. Cuantas más facultades suma el aparato represivo del estado, más amenazado se encuentra el cuerpo social que administra.

La decisión de su formulación constituye una inequívoca decisión política: el ciberespionaje, en tanto herramienta de control social, integra el menú de medidas persecutorias que, bajo la apariencia de una necesidad regulada, esconde una limitación inadmisible a derechos elementales de la población. Que la resolución pretenda que no tendrá validez si se vulnera la intimidad de los ciudadanos, no garantiza que no se atropelle su pública necesidad de protestar: Cualquier red social (ése es el nuevo “territorio” a invadir por el estado) es hoy empleada por organizaciones del pueblo para convocar, movilizar, reclamar, denunciar, exigir. El gobierno abrió la puerta para que expresamente ese avasallamiento se realice.

Desde 1983, son incontables las ocasiones en que el estado fue descubierto en tareas como las que ahora viene a regular. Como en los tiempos de Alfonsín, con su DEPOC (Departamento de Protección al Orden Constitucional) convertido luego en División de Operaciones del Departamento de Seguridad del Estado, protegido por el menemato y la misma justicia que invocaba la categoría de “secreto de estado” para legitimar la información mal habida sobre más de 250 militantes del arco de la izquierda, o el despliegue de pinchaduras de teléfonos y seguimientos de la SIDE (hoy AFI) y de la inteligencia propia de la PFA, que fue un clásico de la época.

El año 2001 fue emblemático en materia de espionaje, como ocurrió sobre las organizaciones que se movilizaron ante la Casa de la Provincia de Salta en repudio a los asesinatos de dos piqueteros en un corte de ruta. “En función de tareas de inteligencia previa…” comenzaba cada sumario de detenciones producidas en medio de actos de protestas masivas a lo largo y ancho del país, como en agosto de 2004 o en diciembre de 2005. Infiltraciones, como la sufrida por la Agencia Rodolfo Walsh, listas negras de abogadxs en el servicio penitenciario, y el denominado Proyecto X que, descubierto en 2013, con los cuadros de Gendarmería encargados de escuchar, espiar, seguir e informar sobre todo activista sindical, estudiantil, social y político. En todos esos casos, CORREPI patrocinó junto a otras organizaciones las correspondientes denuncias, incluyendo cuando nos tocó ser víctimas directas. Ni hablar de las escuchas macristas por mano del “Fino” Palacios y Ciro James, causa en la que Mauricio fue sobreseído 12 días después de asumir como presidente.

Hoy se suman las redes sociales con el “ciberpatrullaje”, con un detalle que, sin embargo, no tiene nada de novedoso: La resolución firmada por la ministra Frederic se ampara en la “prevención de narcotráfico y terrorismo”, expresiones propias del andamiaje represivo con el que -desde la caída de las Torres Gemelas y agravada por la crisis capitalista del 2008- se justifican mundialmente todo tipo de persecuciones.

La nota periodística de Santiago del Estero amplía: “La simple opinión de un ciudadano expresada en una red social bastó para que las autoridades activen un importante operativo policial destinado a aprehender a Etchudez, detenido este domingo en su propia casa por una gran cantidad de efectivos que procedieron a esposarlo e ingresarlo a la comisaría de Monte Quemado, donde permaneció durante más de 9 horas.”

La paradoja más grande es que todo esto sale a la luz en simultáneo con la mega causa de espionaje, escuchas y otras canalladas que ponen al descubierto la verdadera naturaleza política y moral del macrismo y sus aliados. Un escándalo mayúsculo, del que nos enteramos –a diferencia de los episodios anteriores, descubiertos por las víctimas- por la denuncia efectuada ante la justicia por la interventora de la AFI, que aportó registros digitales y fichas que prueban el espionaje a organizaciones políticas, como el PTS; gremiales, como el SUTE (Sindicato Único de Trabajadorxs de la Educación de Mendoza); a trabajadorxs de prensa (más de 100 afiliadxs al SiPreBA) y a funcionarios y referentes públicos de la oposición y del propio partido de gobierno.

Lo que parecen no entender es que el problema no está en la legalidad o ilegalidad del espionaje, sino en la naturaleza misma del acto de espiar, que es acechar, amenazar, vigilar. Y que es siempre, en todos los casos, una repudiable decisión política.

Rodolfo Walsh tiene tres fichas personales en el archivo de la Dirección de Inteligencia de la Policía de la Provincia de Buenos Aires (DIPPBA) e integra una nómina de autores con “antecedentes ideológicos desfavorables” por la obra que inaugura el nuevo periodismo: “Operación Masacre”. Del escritor al militante, criptógrafo en Cuba, jefe de inteligencia de Montoneros luego. En plena dictadura militar, desde la clandestinidad, siguió haciendo periodismo hasta el final, hasta su muerte luego de enfrentarse con una patota militar. En un homenaje por el día del periodista, la Comisión provincial por la Memoria (CPM) compartió estos documentos que le fueron entregados a la hija de Rodolfo, Patricia Walsh.

Una noche asfixiante de verano, frente a un vaso de cerveza, la vida de Rodolfo Walsh cambia para siempre. La historia es bien conocida, un hombre le confiesa “hay un fusilado que vive” y Walsh pide hablar con él: “Livraga me cuenta su historia increíble; la creo en el acto”. Menos de seis meses después, entre mayo y julio de 1957, se publicó por entregas en “Mayoría” la investigación sobre los fusilamientos clandestinos en José León Suárez la noche del 9 de junio de 1956.

En lo estadístico, Operación Masacre inaugura el nuevo periodismo, antes incluso de la creación de esa corriente periodística en la década del 60 y con epicentro en Estados Unidos. En lo personal, Operación Masacre es el punto de inflexión en la obra de Walsh que, desde entonces, comenzará a volcarse a temas más políticos, a la denuncia de la violencia estatal y la opresión. Y la obra fue una continuación de la militancia. O viceversa.

A partir de 1973, la Dirección de Inteligencia de la Policía de la Provincia de Buenos Aires (DIPPBA) produjo, recolectó y archivó material de Rodolfo Walsh y su labor como escritor, periodista y militante. Hasta el momento de su desaparición hubo un seguimiento focalizado de sus “antecedentes” e investigaciones sobre las agencias, semanarios y diarios donde trabajó o colaboró. Después de su secuestro y muerte, la persecución ideológica sobre el periodista continuó a través de la incorporación de su obra y de su nombre al corpus de producciones culturales que los organismos de inteligencia aconsejaron prohibir.

Todos los legajos sobre Rodolfo Walsh en la DIPPBA se reúnen en tres fichas personales: la primera se creó el 20 de diciembre de 1973, tiene sólo dos datos: la profesión periodista y Diario Noticias como antecedentes sociales. Esa ficha remite al legajo de Referencia N 16.509, su carátula dice, escrito a mano, Walsh Rodolfo, y tiene una única foja que destaca la pertenencia del periodista al directorio del periódico Noticias y hace un análisis de los “lineamientos ideológicos” del medio y del escritor.

Sobre Walsh, el legajo de inteligencia describe: “Se lo considera de neta extracción castrista. Participó en el “Congreso cultural de La Habana” —1967—, en el que emanaron directivas para el control de los medios de difusión en los países latinoamericanos”.

Lo que sigue no está en los documentos. La relación de Walsh con Cuba se remontaba a 1959, cuando fue junto a Jorge Ricardo Masetti cofundador de Prensa Latina; agencia a la que renunció en 1961. Aquel paso por la isla dejó otra historia muy conocida, una proeza táctica: descifró ocho teletipos de la CIA con información sobre un plan de Estados Unidos para invadir Cuba.

El legajo de Referencia N 16.509 afirma sobre los lineamientos ideológicos del Diario Noticias: “estarían signados por el marxismo-castrismo y seudo peronista, bajo la dirección de las organizaciones subversivas autodenominadas FAR-MONTONEROS, como así también sus periodistas serían elementos insurreccionales”. Según evaluación de la DIPPBA, Walsh compartía directorio con comunistas, castristas y marxistas-maoístas.

Esa primera ficha de Walsh remite a otro legajo también de la Mesa de Referencia, N° 7880, caratulado “Diario Noticias. Editorial Hoy” que se inicia con un memorando del 12 de diciembre de 1973 y se cierra el 29 de agosto de 1974 con dos recortes periodísticos sobre la clausura del diario ordenada mediante el decreto 630/74 del Poder Ejecutivo. Eran ya los tiempos de la Triple A y la interna por la conducción de un movimiento que el 1º de julio había perdido a su líder.

Lo que ocurrió entre 1974 y 1978, cuando se crea la segunda ficha personal de Walsh en la DIPPBA, también es historia conocida: el desmoronamiento del gobierno de Isabel de Perón, la radicalización de la lucha armada, la clandestinidad, el golpe de Estado de 1976 para la ejecución de un plan de exterminio. En ese tiempo, Walsh fue el jefe de inteligencia de Montoneros y creó ANCLA, la agencia de noticias clandestinas para romper el cerco de la censura y el silencio que quiso imponer el poder militar.

El 29 de septiembre de 1976 sufre el primer gran golpe: la muerte de su hija María Victoria durante un enfrentamiento. Walsh le escribe una carta de despedida: “Me quisiste, te quise. El día que te mataron cumpliste 26 años. Los últimos fueron muy duros para vos. Me gustaría verte sonreír una vez más”.

En esa carta también preanuncia, de alguna manera, el círculo que comienza a cerrarse: “Nosotros morimos perseguidos, en la oscuridad. El verdadero cementerio es la memoria”. La muerte, su muerte, estaba cerca. Pero faltaba su última gran obra, un hito en la historia del periodismo argentino: carta abierta de un escritor a la Junta Militar. El 24 de marzo de 1977, al cumplirse el primer año del golpe de Estado, Walsh la envía a las redacciones de los diarios argentinos y a corresponsales extranjeros. La carta no fue publicada en ningún medio local.

Un día después, en la intersección de las calles Humberto 1º y Entre Ríos de San Cristóbal, Constitución, Capital Federal, se enfrenta a tiros con un grupo de tareas. Herido lo cargan y lo llevan a la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA). Tenía 50 años y continúa desaparecido.

En la DIPPBA no hay nada directamente vinculado al secuestro y desaparición. En cambio, un archivo desclasificado del Departamento de Estado de Estados Unidos aporta algo de información: en mayo de 1977, un agente —que firma como Chaplin— informa de la detención y posiblemente muerte de Walsh. Ese cable de la Embajada entrega, además, un dato sobre otra de sus proezas: “según los reportes tenía tres mujeres oficiales de la Policía Federal que trabajaban para él”.

Walsh, después de su desaparición

Como se mencionó, Rodolfo Walsh tiene tres fichas personales en el archivo de la DIPPBA: dos son posteriores a su muerte. La primera de ellas [la segunda con su nombre] se inicia el 28 de julio de 1978 y remite al legajo de Referencia N° 17470, caratulado “Antecedentes ideológicos de artistas nacionales y extranjeros que desarrollan actividades en la República Argentina ”.Walsh aparece en una “nómina de autores de obras teatrales con antecedentes ideológicos desfavorables”.

En la foja 175 de ese legajo, la inteligencia bonaerense desglosa los antecedentes del escritor y periodista. Sobre sus únicas dos obras teatrales dice: La granada —estrenada el 22 de abril de 1965 en el teatro San Telmo— constituye una aguda crítica a las institucionales militares; La batalla señala “se basa en un enjuiciamiento a los regímenes militares”.

El legajo también agrega que Walsh escribió la obra periodística Operación Masacre y fue el libretista del filme homónimo: “Dicha película constituye un alegato a la subversión”, evalúa la DIPPBA.

Esa misma foja se completa con otros tres párrafos donde cuenta de manera apretada un breve repaso de su trayectoria: co-fundador de Prensa Latina, el semanario CGT de los Argentinos, que respondía al sector de Raimundo Ongaro y, por último, agrega integró el jurado del premio “Casa de las Américas 1974”.

Si bien el secuestro de Walsh no se encuentra asentado en el libro de registro de la DIPPBA, hay un informe donde aparece tangencialmente su desaparición. El 3 de mayo de 1977, con el número de orden 1038, el Batallón de Inteligencia 601 realiza un informe de seis fojas sobre los artículos 168 a 171 del “Parte de ANCLA”. Informe que se encarga de distribuir a las distintas agencias de la comunidad informativa.

El último de esos artículos de la agencia es del 25 de marzo y se titula: “Denuncia secuestro de renombrado escritor argentino”. Sobre ese parte, el informe de inteligencia dice: “Lo describe como el secuestro de un escritor y periodista (RODOLFO J WALSH) realizado por las FFSS el 25 Mar 77. El secuestrado sería peronista de izquierda, tal como lo presenta el contexto del artículo”.

Este registro integra el legajo 280 de la Mesa DE (factores religiosos y entidades comunales), caratulado “Agencia Noticiosa Clandestina ANCLA”, que se inicia el 16 de julio de 1976 y se cierra en mayo de 1977 tras ese último informe. El legajo se trata de una investigación “estrictamente confidencial” de la DIPPBA sobre la agencia creada por Walsh.

El informe exhaustivo contiene resúmenes de partes emitidos por ANCLA desde el 6 de julio de 1976. También realiza una apreciación completa de la agencia: la ideología, para quién “opera”, cómo se distribuyen, cuáles son los temas y objetivos políticos. El primero de esos informes que se irá complementando con nueva información, producido por la DIPPBA y la SIDE, señala que ANCLA “constituye un apéndice de la OPM [organización político militar] MONTONEROS, dedicada a la difusión de noticias relacionadas con la BDS [banda de delincuentes subversivos]”.

Epílogo y justicia

La tercera y última ficha personal de Rodolfo Walsh en el archivo de la DIPPBA es del 14 de abril de 1980 y remite a sólo dos legajos que se inician para solicitar información del paradero de personas desaparecidas, entre ellas el escritor. La ficha contiene los siguientes datos: “Walsh, Rodolfo Jorge. 50 años. Matrícula Nº 4380754. Localidad: Vte. López. Antecedentes sociales: sol paradero”.

El legajo 14.274 de la mesa Ds [delincuentes subversivos] se inicia el 29 de junio de 1979 y la solicitud se cierra con respuesta negativa sobre el paradero mediante un radiograma fechado el 8 de octubre del mismo año. El segundo de los legajos, Nº 19.660 y también de la Mesa Ds, comienza con un teleparte del 26 de octubre de 1981 y cierra, una vez más, con respuesta negativa mediante un radiograma recibido casi un mes después, el 25 de noviembre.

Si bien la ficha personal no remite a otros legajos, en el archivo de la inteligencia bonaerense se encuentra más documentación que da cuenta de la búsqueda emprendida por familiares de y organismos de derechos humanos a partir de su desaparición.

Estos documentos de la DIPPBA formaron parte de un informe técnico que la Comisión Provincial por la Memoria (CPM) presentó en la causa Nº 1271, conocida como causa ESMA. El 26 de octubre de 2011, el Tribunal Oral Federal N 5 condenó a prisión perpetua a Jorge “Tigre” Acosta, Alfredo Astiz, Antonio Pernías, Oscar Montes, Raúl Scheller, Ricardo Cavallo, Alberto González, Néstor Savio, Adolfo Donda, Julio Coronel, Ernesto Weber y Jorge Radice por el secuestro y desaparición de Rodolfo Walsh, Azucena Villaflor y las monjas francesas, entre otras víctimas.
Manuel García Tallada, Juan Carlos Fotea, Carlos Capdevilla y Juan Antonio Azic también fueron condenados con pena de entre 25 y 18 años de prisión.

Recordamos la figura de Walsh el día del periodista aunque, como él mismo remarcó, lo que hacía no era periodismo. Fue periodista y escritor como podría haber sido cualquier otra cosa: “He sido traído y llevado por los tiempos; podría haber sido cualquier cosa”, escribió.

Para volver al principio, a la obra que cambió para siempre y por azar su vida. Quizá, como dijo Osvaldo Bayer en el prólogo: Rodolfo Walsh no existe. Es sólo un personaje de ficción. El mejor personaje de la literatura argentina. Apenas un detective de una novela policial para pobres. Que no va a morir nunca.

La titular de la Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional (CORREPI), María del Carmen Verdú, repudió el comunicado en el cual el PRO “condenaba” la violencia institucional ocurrida durante las últimas semanas.

“Que vengan ellos a rasgarse las vestiduras por la desaparición de Luis Espinoza, con Bullrich como presidenta del partido, cuando son los responsables de la desaparición y muerte de Santiago Maldonado, cuando tienen el fusilamiento de Rafael Nahuel y han estado matando una persona cada 19 horas con su gatillo fácil, francamente da asco”, dijo Verdú a FM De la Calle.

“El PRO exige el pleno respeto de las garantías constitucionales y solicita al Gobierno Nacional no se indiferente pues el silencio es cómplice”, dice el texto que no lleva la firma de la ex ministra de Seguridad del macrismo.

Verdú mencionó que Cambiemos “públicamente impulsó el gatillo fácil como política de Estado, generó modificaciones normativas que han sido revocadas parcialmente. Hemos venido reclamando, le llevamos veintipico de puntos al gobierno que son necesarios modificar para volver atrás, por lo menos, lo que nos dejó el aparato represivo y en funcionamiento de política judicial el gobierno de Cambiemos”.

En relación a los hechos de represión, recordó que “el día que se publicó en el Boletín Oficial el decreto del aislamiento preventivo y obligatorio en todo el país desde CORREPI lo primero que dijimos fue: cuidado. Porque para una medida acertada desde lo sanitario en lugar de darle una salida de implementación para políticas sanitarias y asistencia material a quién no podía bancar un aislamiento, pusieron la implementación en el aparato represivo. Esto va a llevar a un incremento exponencial de hechos represivos, tuvimos razón”.

Hay dos aspectos que se repiten en los barrios populares y en las cárceles: “el hacinamiento y la falta de recursos no solo de alimentación sino para lo básico de la higiene. Me mandan a lavar las manos pero no tengo agua en mi casa y quien tiene que garantizarlo es el Estado”.

“Si no se garantiza que haya un plato de comida, si no se garantizan los recursos de higiene y se evita la necesidad obvia de circular en el momento que ingrese el virus esto va a ser una masacre, y ¡cuál es la respuesta del Estado? Mandarlo a Berni con la policía”, finalizó Verdú.