(Por Helen Turpaud Barnes) ¿Por qué no?: aceptemos discutir con el machismo en su propio terreno, el del remanido argumento de que “hombres y mujeres son biológicamente diferentes”, “los hombres son más fuertes”, etc. Concedamos por un momento el peso de la razón a estos planteos tan simplificadores. Pero si realmente aplicamos un criterio biologicista (o lo que entiende el patriarcado que es propio de la biología) estaríamos en serios problemas para sostener el actual sistema de división sexual de la sociedad. Con una simple lista estaríamos en condiciones de reclamar toda una serie de tareas y roles para los que se dice que las mujeres no estamos “naturalmente” preparadas.
Empecemos. No hay ningún impedimento biológico, genético o fisiológico para que las mujeres sean electricistas. No hay ningún impedimento biológico para que las mujeres no sean madres. No hay ningún impedimento biológico para que las mujeres sean futbolistas, carniceras, programadoras, traumatólogas, presidentas, astrónomas, periodistas, novelistas, guitarristas, contadoras, etc. No obstante, en todas estas tareas las mujeres son discriminadas o menospreciadas. Así, quien niega la biología no es el feminismo, sino más bien el machismo, el cual plantea que las mujeres “no pueden hacer” cosas que biológicamente no tienen ningún impedimento para hacer.
Tan solo imaginemos la barbaridad que implicaría defender criterios de “aptitud corporal”, “fuerza física” o “habilidad” a la hora de considerar a personas con discapacidades para un puesto laboral: ya no admitimos (o está muy mal visto) que se discrimine a tales personas por la supuesta “obviedad” de su “diferencia” física, ya que lo físico no se reduce a la capacidad de hacer flexiones de brazos. Sin embargo, en el caso de las mujeres se sigue aplicando alegremente esta idea tan estrecha de “capacidad física”. Una sociedad se indigna hipócritamente cuando se discrimina a una persona no vidente que quiera ser docente o se rechace por no tener piernas a alguien que quiere practicar natación (sabiendo que estas tareas pueden ser desempeñadas por estos sujetos), pero considera imposible (o al menos una extraordinaria proeza) que una mujer cambie el bidón de agua de un dispenser.
En el programa “Miserias de la economía” conducido por Eduardo Lucita (de Economistas de Izquierda), se entrevistó –entre otras- a la economista feminista Corina Rodríguez Enríquez (UBA/CONICET). El conductor, hablando de la explotación de las mujeres en la industria electrónica, dijo que “es un trabajo muy femenino porque se precisan manos más pequeñas”. Aun si concediéramos alguna pertinencia a las sorprendentes consideraciones antropométricas de Lucita, preguntémonos por qué esta “verdad biológica” que haría de las mujeres sujetos más “aptos” que los hombres para trabajar en los sectores más explotados de la industria electrónica (sobre todo las maquilas) no se aplica a la hora de considerar a las mujeres igualmente más “aptas” como técnicas en EDES o especialistas en venta y reparación de aparatos electrónicos.
Igualmente, el criterio de la fuerza como divisoria de aguas se evapora cuando hay que repartir las tareas del hogar. Si los varones son tan exorbitante y homogéneamente fuertes, vendría bien tamaña superioridad a la hora de decidir quién va a llevar en brazos a un niño o niña de quince kilos durante horas y horas por día. Si “por naturaleza” (y comparándolos con vaya a saber una qué felino o primate subsahariano) los hombres serían “más protectores”, los niños, niñas y personas más “vulnerables” deberían quedar a cargo de ellos. Pero aquí los criterios de “fuerza” y “protección” de golpe pasan a ser llamados “cuidado”, “amor”, “instinto materno”. ¿Y a quién le toca “naturalmente” el cuidar, amar, maternar? A las mujeres. La idea del hombre “proveedor” que se usa para justificar la reclusión de muchas mujeres en sus casas o su relegamiento como profesionales, de repente se esfuma si miramos la gran cantidad de hombres que no pasan alimentos a sus hijos/as luego de un divorcio. No es un tema biológico: es un tema de las palabras que elegimos para cada caso.
Queda una carta en la manga del machismo: la extensión del biologicismo en un tándem junto con la psicología. Se dice que las mujeres serían más “sensibles”, “el cerebro de las mujeres es diferente al de los hombres”, etc. Personas que saben que las experiencias de vida, lo ambiental, e incluso cambios socio-políticos imprimen marcas psicológicas muy fuertes en los sujetos, que saben que –por ejemplo- un gran nivel de estrés familiar o laboral, o bien estímulos afectuosos y positivos durante un tiempo prolongado pueden generar cambios a nivel neuronal tan grandes que son observables en un mapeo cerebral, sin embargo se obstinan en negar estos mismos condicionamientos cuando se trata del género. En general, admitimos que veteranos/as de guerra registran cambios psiconeuronales producto de sus experiencias; admitimos que una educación temprana en operaciones matemáticas genera ciertos modos de razonar específicos; admitimos que ciertas idiosincrasias nacionales construyen personalidades más expansivas que otras; admitimos que la práctica sostenida de la meditación produce cambios a nivel cerebral. Entonces, bien podríamos admitir también que una sociedad que educa a varones de un modo y a mujeres de otro dé como resultado ciertas constantes psico-neurológicas que NO SON CAUSA SINO EFECTO de cómo se educa a unos y otras. Tan simple como decir que si se educa a las chicas para permitirse llorar y a los varones para no hacerlo es harto obvio el resultado que obtendremos, con o sin estudio neurológico.
Y tomemos el concepto de “sensibilidad”: lo asociamos con poder mostrar afecto, o bien con “irracionalidad”, irritabilidad, llanto o tristeza fáciles. Se les atribuye estas características a las mujeres, mientras que a los hombres se les atribuye racionalidad, practicidad, capacidad de disociación afectiva, dificultad para mostrar las “emociones”. En un intento válido aunque engañoso por cuestionar este estereotipo se suele resaltar la capacidad de las mujeres de ser “multitasking”, de resolver eficazmente problemas concretos, etc. Del mismo modo, se intenta hablar del “costado femenino” (?) de los hombres, el cual consistiría en “mostrar más las emociones”. Este tipo de planteos lamentablemente deja incólume la idea de que hay ciertas cosas “femeninas” y otras “masculinas”, y propone como solución simplemente un “intercambio de roles”.
Una mirada más radical del tema conlleva necesariamente cuestionar el lenguaje que usamos según se trate de varones o mujeres. Muchas prácticas masculinas implican enojarse, llorar, castigar con silencios, vivir algo “irracionalmente”, etc., siempre y cuando estas emociones no se den en ámbitos entendidos como “femeninos”. Se educa a los varones en una “sensibilidad” inmensa referida –por ejemplo- al deporte (sobre todo el fútbol). Es un ámbito vigilado con tal celo emocional que muchísimos hombres rechazan la presencia de mujeres como periodistas deportivas, árbitras, entrenadoras o incluso una mera opinión en un asado dominguero argumentando que estarían incapacitadas para entender la “pasión” deportiva. Más allá del conocimiento de la cancha que se requiere, el énfasis puesto en el condicionamiento psicológico de jugar de local o visitante y la presencia de la hinchada parecen ser un factor insoslayable en todo partido de fútbol, y es un tema emocional, no técnico (llamado eufemísticamente “folklore”, no sea cosa que alguien piense que los futboleros caen en sensiblerías mujeriles). Usar la expresión “femicidio” en vez de “crimen pasional” implica cuestionar la idea de que los hombres matan porque “no se pueden contener”, “se puso loco”, “es muy celoso”. A la hora de matar mujeres, los hombres que siguen el modelo de la masculinidad hegemónica son los sujetos más “sensibles” del planeta: una minifalda, un “no”, un cuestionamiento, la pérdida del más mínimo privilegio y se dispara la furia machista. Otros ejemplos de sensiblería viril son el nacionalismo, la homofobia, etc.
Sin ir más lejos, quienes dominan la historia y el mercado de las artes y la literatura (lo cual el imaginario cultural asocia bastante con la “sensibilidad”) son mayoritariamente hombres. Quizás las mujeres estamos tan locas que nuestra sensibilidad es incomunicable por medio de lo estético. Es habitual decir que siempre hay algo del orden de lo no dicho en la literatura o el arte… cuando se ocupan de ello los varones. En cambio, cuando es tarea de las mujeres, pasa a haber algo del orden de lo no escuchado o de lo no visto (aunque curiosamente se dice que las mujeres “hablan más” que los hombres).
No, al final no era la biología. Era otra cosa.

(Por Bahiensas Feministas) El 20 de mayo Dayana Gorosito fue obligada a parir en un descampado, con frío y sin asistencia médica por su pareja Luis Oroná en Unquillo, Córdoba. Este arrancó a la beba de sus brazos y se la llevó, sosteniendo que no era de él. Seguidamente inició una movida mediática para generar una coartada, y con la amenaza que no volvería a ver a su hija.

En el transcurso, la joven de tan solo 20 años debió ser internada con una infección severa producto de las condiciones inhumanas en que fue obligada a parir. Tras haber sido incomunicada, intentó irse para ver a su hijo de 3 años y a la recién nacida y fue detenida nuevamente el 30 de mayo. La joven de tan solo 20 años no supo que su hija estaba muerta hasta que la policía, tras cuatro allanamientos, encontró el cuerpo en la casa de Oroná.

La violencia machista que comenzó mucho tiempo atrás contra Dayana por parte de Oroná hoy se continúa al seguir ella detenida por un delito que no cometió. La justicia (corregimos: el Poder Judicial)  dispuso que la joven sea alojada en la cárcel cordobesa de la comuna de Bouwer. Desde hace tiempo, diversas organizaciones feministas, sociales, de derechos humanos y políticas, junto con un gran número de personalidades, se vienen manifestando por su inmediata liberación.

Que Dayana esté presa es una aberración jurídica y una falta de completo sentido de la humanidad.  El estado cordobés ha optado ya no simplemente por creerle a Oroná: ha elegido ser cómplice y hacedor de misoginia, de violencia patriarcal, de criminalización de la pobreza y de pobreza de la justicia.

Hoy se hará un reclamo general para exigir la libertad de Dayana Gorosito. Desde Bahiensas Feministas sumamos nuestras energías en contra de la violencia de género e institucional representada en este caso que nos toca de cerca. Porque si algo hemos aprendido en estos años es que desafortunadamente ninguna de nosotras está exenta de la opresión machista. Pero también aprendimos que unidas le haremos frente.

¡Basta de violencia de género e institucional!

¡Basta de impunidad!

¡Liberación inmediata para Dayana Gorosito!

Foto: Anred.

(Bahiensas Feministas) El jueves 1 de diciembre se produjo lo de todos los días: un acto de violencia patriarcal. En el barrio Noroeste una mujer fue agredida por su pareja en la vía pública. Según se encargó el victimario de señalar a la policía y a “La Nueva” todo fue a raíz de un problema “privado”.

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El reportaje sobre el tema aparecido el domingo pasado en el diario macho-facho local muestra a las claras la cadena opresiva en un contexto creciente de violencia hacia las mujeres. No solo se muestra como un hecho aislado, sino que además legitima la voz de un machista llevado en hombros en el marco de un territorio donde no llega la justicia que no mete los pies en el barro de la pobreza.

Toda la nota periodística está teñida de una violencia (esa violencia de lenguaje “objetivo e imparcial”) que sale no a denunciar un hecho que aparece en la superficie y detrás del cual hay otros hechos igual de violentos, sino que contribuye decididamente a bancar la violencia policial e institucional sobre el cuerpo de la mujer violentada.

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¿Y ahora? ¿Quedará todo esto en la nada? ¿No será hora que definitivamente salgamos a repudiar este y otros hechos de violencia hacia las mujeres? ¿No será hora que no nos olvidemos de Luciana, de Mica, de todas? ¿No será tiempo que salgamos a la calle a dejar que hablen nuestros cuerpos, nuestras memorias, nuestros dolores?

¡Basta de violencia machista!

¡Basta de violencia policial, institucional y mediática!

¡Ni una menos! ¡Vivas nos queremos!

Instrucciones para contribuir a la violencia machista desde los medios

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  1. No sentir ninguna empatía por la mujer violentada.
  2. Ser objetivo: evitar involucrarse.
  3. Obtener unas buenas fotos que ilustren la nota amarillista que se escribirá después.
  4. Investigar: llamar al sujeto agresor. Darle voz a él y cuidar que la mujer permanezca siempre en el lugar de objeto.
  5. Consultar al victimario sobre los motivos que desataron las agresiones. Eso importa muchísimo, porque es necesario sostener la idea de la víctima culpable.
  6. Evitar todo análisis de las cuestiones estructurales que generan que la violencia machista sea un problema colectivo, que en nuestro país una mujer muera cada treinta horas, muchas de ellas con denuncias previas, frente a la inacción del Estado y la sociedad. Muy importante este punto, porque ahí entramos todxs, también lxs que miramos de afuera para tener buenas fotos para ilustran una nota amarillista.
  7. Cerrar la nota diciendo que pegarles a las mujeres es feo y que no pegarles es lindo. Así definitivamente se salda la cuestión de utilizar a una mujer que sufre y está en peligro para que nos den la tapa de un diario fascista y misógino que hace de la violencia hacia las mujeres un circo.

La Escuela de Comunicación Popular de FM De la Calle realizó este sábado un encuentro sobre “Comunicación y perspectiva de género” coordinado por la educadora popular y activista feminista Claudia Korol.

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Para desarrollar una comunicación que abogue por la igualdad de géneros, Korol propuso conocer el feminismo como marco teórico-práctico desde el cual la categoría de género se desprende.

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La integrante del colectivo Pañuelos en Rebeldía explicó cómo se articulan el capitalismo, el colonialismo y el patriarcado. Sin el análisis de las operaciones y estrategias de estos tres sistemas no podemos posicionarnos desde una perspectiva distinta a la hora de comunicar. “Son cinco siglos de historia cultural, política y social la que nos atraviesa, la que ha constituido las relaciones de poder”.

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“Para poder pensar medios feministas, debemos ser activistas” y no solo en la comunicación comunitaria y popular sino también en los grandes multimedios. “Hoy estamos en una situación donde el nunca más, el ni una menos, debe ser multiplicado; acá está nuestro rol como integrantes de una sociedad”, afirmó.

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La Escuela de Comunicación Popular de FM De la Calle agradece a quienes participaron de cada espacio de debate y formación para alcanzar mayor profesionalismo y eficacia en la comunicación comunitaria, alternativa y popular.

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Sonia Sánchez está nuevamente en Bahía Blanca para participar de las actividades del Encuentro de Artistas por la No Violencia hacia las mujeres, niñas y niños. A las 18, en Alem y San Juan, habrá una jornada de debate, cultura y música en la cual brindará una charla sobre “La deconstrucción política y social de la puta” y “la violencia y el lugar de las mujeres en las redes de trata y el sistema prostituyente”.

“Me hubiese gustado que mis maestras o profesoras me dijeran ‘Sonia existe la trata, existe la prostitución, existen los varones violentos y estas son las herramientas que vos tienes para protegerte, para decir basta’. Hoy no hay esas herramientas en las escuelas y tampoco en nuestras casas. Les invito desde mi militancia a que empecemos a hablar en nuestras casas, a que no miremos a Tinelli que es una gran fábrica de putas y de varones violentos, a que nos pongamos a pensar antes de votar qué estamos votando, a que sepamos qué es lo que nos están vendiendo nuestros gobernantes”, dijo en FM De la Calle.

La autora de “Ninguna mujer nace para puta” llegó para “incomodarnos” y preguntarnos qué estamos “haciendo para que otros varones no vayan más de putas, para que no usen a esas mujeres y no las conviertan en un objeto de uso y abuso y también preguntándole a las otras mujeres qué hacen ellas para desdibujar la frontera de la ‘buena’ y de la ‘mala’, porque también somos nosotras las mujeres las que sostenemos esta división que el patriarcado nos ha impuesto, las buenas en sus casas y las malas en los prostíbulos”.

“Seamos todas malas porque si somos todas malas podemos empezar a construir otra sociedad menos violenta para nosotras”, propuso.

Sonia pone en cuestión las políticas públicas nacionales y la restitución de los derechos de las mujeres “porque las que hoy caen en el tráfico de personas, en especial con fines de explotación sexual, son buscando trabajo”.

“A las mujeres en prostitución que están organizadas el gobierno les da desde el Ministerio de Trabajo un programa para que las mujeres que quieren dejar de ser putas, que no quieren que las prostituyan más, se conviertan en promotoras de derechos humanos. ¿Sabes cuánto les pagan? En la ciudad de Buenos Aires hace cuatro meses atrás 400 pesos, en La Pampa les pagan 1600. ¿Quién puede dejar de ser puta con 1600 pesos cuando Pinedo está diciendo que con 83 mil pesos a él no le alcanzan? Pongo en cuestión eso, es mucho más que solamente entrar en la discusión de reglamentar o abolir porque esa es la agenda neoliberalista”.

Afirmó que “el neoliberalismo ha bajado la necropolítica y en eso estamos, en especial las mujeres, nuestros cuerpos pueden ser alquilados, nuestros vientres son alquilados para seguir pariendo hijos para sostener este sistema. No son las mujeres ricas las que alquilan los vientres, son las empobrecidas. No son las mujeres ricas las que caen en el tráfico de personas, somos las empobrecidas”.

“A mí me hicieron puta en mi mejor edad, que fue mi adolescencia, yo fui el resultado de las políticas públicas argentinas (…) ¿Cómo deconstruí eso? Exigiendo los derechos porque nuestros derechos económicos, sociales, culturales y civiles no los debemos pedir, los debemos exigir. Yo pateo las puertas, no te pido por favor, y los denuncio con nombre y apellido”, concluyó Sonia.

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El Concejo Deliberante alcanzaría esta semana el consenso necesario para transformar en ordenanza un proyecto que “regule” los concursos de belleza y las elecciones de reinas. De aprobarse, dichos eventos no podrán contar “con financiamiento, auspicio, apoyo ni promoción del Municipio” y solo podrán participar adolescentes desde los 16 años con consentimiento de “ambos padres” y mayores de 18 libremente.

La agrupación impulsora del debate, Acciones Feministas, e integrantes de otras organizaciones volverán al recinto de Estomba y Sarmiento el jueves a las 14 para presenciar la sesión.

En junio, Integración Ciudadana propuso “la no realización” de concursos “en espacios privados de acceso público” y el desaliento comunal de “toda iniciativa privada que promueva su realización”. La Sociedad de Fomento de Ing. White, que realiza la elección de la reina del Camarón y el Langostino, se manifestó en contra.

“Sin necesidad de llegar a un extremo de la prohibición de los concursos de belleza, en procura de no atentar contra derechos personales e individuales, se propone establecer una serie de condiciones que regulen a los mismos, garantizando que se realicen en el marco de la legislación vigente en materia de igualdad de género y dejando en claro que este tipo de iniciativas no se incluyen entre aquellas que deberían recibir forma alguna de aliento, colaboración o auspicio por parte del Estado”, dice el texto que se votará.

El despacho establece que los concursos de belleza que se realicen en el partido de Bahía Blanca no contarán “con financiamiento, auspicio, apoyo ni promoción del Municipio” y prohíbe la participación de menores de 18 años en certámenes en que “se evalúen atributos físicos” aunque permite una “autorización especial” para mayores de 16 con “consentimiento escrito” de “ambos padres”.

Dispone que los certámenes que se realicen con apoyo comunal no estén “ligados ni asociados a la evaluación del aspecto físico de mujeres y hombres y sean sustituidos por el reconocimiento a personas que en forma individual o colectiva se destaquen en el cultivo de valores ciudadanos, participativos y solidarios, fortalecimiento de la identidad y las tradiciones positivas, superación personal, conocimientos académicos o aptitudes artísticas o deportivas”.

Sus organizadores deberán “simultáneamente” y “por su cuenta” realizar “actividades de promoción de la equidad de género, prevención de la violencia contra las mujeres y la discriminación y concientización sobre los efectos negativos de todos los tipos de violencia”.

La iniciativa prohíbe la participación de “funcionarios municipales y concejales como jurados” o en la entrega de reconocimientos, sugiere la conformación de una comisión asesora dentro del Consejo Local de las Mujeres para monitorear el cumplimiento de la ordenanza y “proponer acciones que acompañen, difundan y promuevan su espíritu”. Asimismo, quienes participen y “verifiquen acciones u omisiones contrarias” a la norma podrán denunciarlas “ante la autoridad que corresponda”.

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Los fundamentos

Los bloques coincidieron en “la necesidad de trabajar en pos de la eliminación de determinados estereotipos de belleza que, sin duda, pueden menoscabar la dignidad de las mujeres, especialmente niñas y adolescentes a partir de su participación en concursos y/o elecciones de representantes”.

El proyecto se inscribe en el trabajo de “distintos sectores” que buscan prohibir dichos eventos para evitar la “cosificación de la mujer” y la “violencia simbólica” impulsadas por “organizaciones feministas e instituciones” y continuada, por ejemplo, por las que integran la Red Local de Violencia de Género.

Si bien considera “que los concursos de belleza son una tradición en fiestas populares” destaca que “se pueden seguir desarrollando certámenes, concursos, fiestas patronales, etcétera, que continúen alimentando la tradición y la construcción de la identidad de las comunidades sin que ello suponga la discriminación o estigmatización de las mujeres”.

Sobre su carácter discriminatorio suma argumentos de la Dirección de Asuntos Legales de la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia (SENNAF), la Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer y la Convención de Belem do Pará, la Ley Nacional 26.485 de Protección Integral a las Mujeres, del Comité de los Derecho del Niño y la Comisión Nacional Coordinadora de Acciones para la Elaboración de Sanciones de la Violencia de Género dependiente del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos.

“La cancelación de estos concursos de belleza debería encontrarse incluida en una reflexión más amplia sobre la equidad de los géneros y el lugar que las prácticas sociales tienen en la búsqueda de ésta y nos plantea un desafío pendiente que deberíamos re-pensar a la luz de los instrumentos jurídicos analizados”, afirma el despacho y agrega que “como lineamiento de mínima, se impone con urgencia la eliminación de todo criterio discriminatorio y lesivo del principio de igualdad que, en los reglamentos de estos certámenes, se estipula en relación a las aspirantes, estableciendo distinciones arbitrarias de oportunidades y de trato que nuestro sistema vigente de protección de los derechos humanos claramente no admite”.

(Por Equipo de acompañamiento al caso) Es adolescente, pobre y víctima de violencias múltiples: el caso de la jovencita madre de Monte Hermoso y su niño abusado son la evidencia de una problemática social a partir de la cual se deben alcanzar soluciones integrales como una necesaria perspectiva de género y de consideración de las intersecciones de opresiones y violencias.

Estamos ante un caso de imposibilidad del acceso a una justicia justa en términos de derechos, esta sería una justicia que considere la perspectiva de las intersecciones de vulnerabilidades y esto debiera manifestarse en las políticas, los programas, los servicios de salud que abiertamente han reproducido en este caso la violencia de género sufrida revictimizando a dos menores víctimas de violencia sexista.

La jovencita tenía 14 años cuando quedó embarazada de Pablo Baldevenito, de 19 años, en ese momento estudiante para el ingreso a la Prefectura Naval en Ingeniero White. Ella fue víctima de violencia de género desde el comienzo de la relación, acrecentándose en el transcurso de la misma, con el embarazo y cuando es trasladado a Capital Federal a estudiar en Prefectura.

Fue una joven violentada antes, durante el embarazo y luego del nacimiento del niño. Recibía golpes, amenazas, hostigamientos, control permanente incluso al punto de dejarla encerrada junto a su hijo días enteros hasta que el llegaba de su trabajo en la prefectura. Su niño fue víctima también de golpes de este hombre y esto ha sido denunciado por su madre. Estas denuncias todas han sufrido el camino que sufren la mayoría de este tipo de denuncias, han sido “cajoneadas” en la comisaría de la mujer de Monte Hermoso.

El círculo de violencia se sostuvo mucho tiempo, con maltratos, amenazas, hostigamiento, violencia psicológica. La familia de la jóven acude a buscarla a Capital Federal en uno de los episodios de violencia y la trae a Monte Hermoso.

Su padre viajaba a verlo desde Capital Federal. El niño llega un domingo luego de la visita con su padre afiebrado, según el padre “estaba insoportable” por eso le pidió llevárselo a su mamá. El niño es llevado al hospital regional, donde en medio de los estudios le preguntan a la madre si ha sido víctima de violencia, ella informa que sí, ella y el niño, de parte del progenitor. A partir de allí se realizan estudios y se detecta que el niño había sufrido abuso sexual de parte de un hombre que no se pudo identificar la identidad por el tiempo transcurrido para los exámenes de líquidos en el cuerpo del niño.

Luego de un mes de internación en el cual la joven recibió hostigamientos de Pablo Baldevenito para que retire las denuncias de violencia de género, amenazas incluso con ostentación de uso de arma reglamentaria, acusaciones del progenitor del niño de que culpa suya de no haber accedido a volver a estar en pareja estaba en esas condiciones el niño.

En todo ese mes el hombre vio al niño, no se restringió desde la fiscalía a cargo del Fiscal Mauricio del Cero a ninguno de los seis hombres de la familia que podrían ser sospechosos ya que se menciona al círculo familiar como suceptibles de ser considerados responsables del abuso. No hubo investigación en el mes en que se conoció el hecho que permita dilucidar o al menos alejar al niño de posibles abusadores, si se condenó a la madre. Recibió maltratos, acusaciones, humillaciones de parte del personal del hospital.

El Consejo Local de Niñez y Familia elaboró un informe basado prácticamente en información proveniente de informes médicos del hospital que no consta ningún peritaje que permita acusar a la madre del abuso, además se basó en entrevistas a la familia del padre, quienes salieron en los medios durante todo el mes en que el niño estaba hospitalizado acusando a la madre del niño de la situación.

El juez de familia Orlando Daniel Mattii (juez suplente), firmó la solicitud del Consejo Local de Niñez y Adolescencia de autorizar una medida de “abrigo compulsivo”. Desde ese día, por autorización de este juez a que se utilice la fuerza policial, el niño fue traslado en un móvil policial a una institución denominada “Casa del Niño” en Punta Alta. La madre se encuentra en Monte Hermoso a 90 km. de distancia y puede ver cada dos días a su hijo, el régimen de visitas favorece al padre quien puede seguir viéndolo con mayor asiduidad que la madre y no se ha restringido la visita a ningún hombre de la familia.

Su abogado Leandro Aparicio está denunciando tanto estas violencias de género que la joven venía atravesando como así también la violencia institucional de la que ha sido víctima. Estamos ante una situación de revictimización, de vulneración de derechos que como madre adolescente le asisten, de una inexistente perspectiva de género en el abordaje del caso en cada una de las instancias de la política pública.

Estamos ante una intersección de opresiones que se consolidan en el acto judicial y policial -ya que fue con la presencia policial que se le retira el niño de sus manos en el hospital- de alejar a la madre de su hijo en una acción acusatoria de la mujer.

Las circunstancias de mayor vulnerabilidad en la que se encuentra esta joven por su edad, su condición social, haber visto interrumpida su escolarización, por ser víctima de violencia de género, son las que justamente obligan al estado a garantizar una mayor protección, a tener un “plus” o “extra” de cuidados y garantías de parte de los actores estatales intervinientes.

Esto no sólo se encuentra consignado en el Código Civil sino que también se encuentra establecido por la Ley de Violencia de Género, por los pactos y tratados de Derechos Humanos que gozan de jerarquía constitucional y supra legal.

Algunos bloques del Concejo Deliberante discuten modificaciones o propuestas alternativas al proyecto de Integración Ciudadana para “dejar sin efecto todo procedimiento administrativo que permita o habilite por parte del Municipio concursos de belleza”. Según la edila Betiana Gerardi, desde el Frente para la Victoria apuntan “a algo mucho más serio y más amplio”.

La iniciativa de Miriam Iantosca (IC) cuestiona las elecciones de reinas por “discriminatorios, sexistas y propiciadores de violencia simbólica” y advierte que el Estado debe velar por “la protección de las mujeres y niñas, quebrando el paradigma de la cosificación de la mujer y promoviendo medidas que eviten la violencia simbólica, en el marco de la ley 26.485”.

El jueves, cuatro meses después de su presentación y luego de escuchar opiniones a favor y en contra desde la Banca 25, las firmas de Integración Ciudadana no alcanzaron para que el tema sea debatido en sesión. Un grupo de militantes feministas -que esperaron tres horas sin ningún tipo de explicación- mostraron su enojo y preocupación ante la falta de compromiso del cuerpo en la toma de medidas contra la violencia machista y para la adecuación de las normas municipales a la legislación nacional.

Mirá “Por tradición los padres llevaban a debutar a sus hijos”

Verónica Bajo de Acciones Feministas dijo apuntando su megáfono a las espaldas legislativas: “No queremos ver a ningún concejal o concejala en las marchas del #NiUnaMenos, no nos vamos a cansar de escracharles porque no pueden dar tantas vueltas para pensar que una piba desfilando en tanga es violencia simbólica o no. Están avalando que se midan mujeres en una fiesta, que les midan las tetas, la cintura y el culo, ¿no les da vergüenza? ¿Qué tienen que discutir?”.

“¿Cómo pueden tener esta cara, las mujeres, cuál es la sororidad, la solidaridad de género? Quiero saber, mujeres, ¿dónde estaban la noche de Micaela? ¿Estaban con las chicas? Tienen que votar esto porque es todo el mismo circuito de violencia patriarcal y machista, gente, se están equivocando muy mal, están equivocando el camino, nos da mucha pena tener que irnos de esta manera de este recinto”, afirmó Silvia Palumbo, integrante de DesBandadas.

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La secretaria de CTA Bahía Blanca-Cnel. Dorrego, Ana Canullo, agregó que “no pueden no sensibilizarse con esto, espero que mañana esto salga en todos los medios, lo que los concejales y las concejalas se negaron a tratar hoy, no se los vamos a dejar pasar y las vamos y los vamos a seguir escrachando porque se trata de la salud, de la salud de niñas, de adolescentes, de mujeres, no es una pavada”.

El día después

Para la autora del proyecto “era innecesario lo que pasó el jueves porque venimos preguntando qué le falta, las organizaciones visitaron los bloques para ver si necesitaban alguna información porque sabemos que esto es un cambio cultural y que se necesita un tiempo”.

“Creo que fue un tiempo prudencial, semana a semana, trayendo diferentes propuestas, llevando herramientas y que el día anterior no dijeron que no lo iban a tratar como el jueves anterior que sí me pidieron que lo bajara. Tienen razón las organizaciones, nadie bajó a explicarles las otras agrupaciones políticas que estaban ahí que sabían cómo son los tiempos legislativos o qué es lo que podía llegar a pasar, eso motivó el enojo, el silencio, e inclusive cuando hablaban no las miraban”, dijo Iantosca.

Mirá “No los eligieron para jurados de adolescentes en tanga”

En diálogo con FM De la Calle, Bajo ratificó que “nadie nos dio ningún tipo de explicación” y calificó la negativa a debatir la ordenanza como “un boicot muy importante”. Destacó que “si hay un proyecto superador se podrá discutir más adelante pero por lo menos debemos desvincular a la Municipalidad de la elección de la reina o de los concursos de belleza”.

La intención de “profundizar un poco más el tema de la cosificación de la mujer, que no quede solo en una prohibición sino que vaya más allá, apuntando a un tema educativo, a una concientización” fue evidenciada por Betiana Gerardi, presidenta de la Comisión de Educación. La legisladora aseguró que el “gesto” de Educación fue despachar el proyecto a la comisión de Legales para mostrar que “seguimos discutiendo el tema”.

“Se le presentó de parte de Cambiemos un despacho alternativo a Miriam Iantosca del cual no aceptó los cambios que se estaban haciendo, pedimos que pase al Consejo Local de Mujeres y que sean las propias mujeres las que charlaran y conversaran tanto del proyecto de Iantosca como de este despacho que había hecho Cambiemos. En el Consejo Local de Mujeres -que fue el día miércoles- no se llegó a un acuerdo, no pusieron ninguna objeción, no hicieron cambios ni nada por el estilo entonces el jueves a la mañana estuvimos trabajando sobre el tema”.

“Como concejales nos enteramos que el tema se iba a tratar el jueves por las redes sociales y no por lo que nos corresponde que es el orden del día”, se quejó.

Para Gerardi “los concursos de belleza llevan a la cosificación de la mujer pero estamos diciendo que eso solo no resuelve el tema de la cosificación de la mujer, queremos ampliar un poquito más lo que tiene que ver con esta ordenanza o armar una distinta si no llegamos a un consenso de un despacho conjunto”.

Ante el pedido de detalles sobre el borrador, la concejala afirmó: “Si nos llamás la semana que viene te presentamos el proyecto conjunto para no poner a discusión algo que lo estamos charlando acá en el seno del Concejo Deliberante”.

(Por Giuliana Crucianelli) “Quiero contarles lo que me pasó. Los medios son un recurso importantísimo en la búsqueda de una nena”, dijo Mónica Cid, la mamá de Micaela Ortega en la charla sobre violencia simbólica y mediática organizada por ¿Quién Te Juna? y el Frente Julieta Lanteri. Además, disertaron Verónica Bajo de Acciones Feministas y la periodista Virginia Calzada Frache.

La violencia simbólica está tipificada en la ley 26.485, aprobada en 2009 y reglamentada en 2011, y es la que a través de patrones estereotipados, mensajes, valores, íconos o signos transmita y reproduzca la desigualdad, discriminación y subordinación de la mujer en la sociedad.

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“Estamos cansadas del doble discurso de lxs concejalxs, se sacan fotos con el cartel del #NiUnaMenos para después aplaudir o avalar la violencia simbólica”, dijo Verónica Bajo, impulsora del proyecto para desalentar la participación del Estado en los concursos de belleza. “Después de más de  cuatro meses desde que la concejala presentó el proyecto no lo quieren tratar. Hay resistencia,  falta de interés y falta de compromiso”, agregó.

Virginia Calzada Frache se refirió al rol de los medios en casos de violencia de género y femicidio. “Como primer paso para que seamos visibles, tenemos que nombrarnos. El lenguaje no es algo menor, es fundamental. Hay que empezar a incluirnos”.

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Señaló que hay que empezar a hablar de todas las violencias además del femicidio, violencia sexual, económica, psicológica y en los diferentes ámbitos tales como el doméstico o institucional.

“¿Para que nos sirve a los medios publicar ciertas cosas? ¿Ayudan? Hay cosas que no, hay cosas que son puro morbo”, concluyó la periodista respecto a la necesidad de preserva r la intimidad de la víctima.

“Siempre tuve bien claro qué necesitaba de los medios, que mostraran su cara, el número de teléfono y que era de Bahía Blanca. Cuando llegaron los medios nacionales me pidieron cosas de Mica, yo las mostré. Y después me pidieron que les muestre el cuarto, yo tenía el pedido de la policía de no dejar entrar por resguardo del lugar. Y la noticia fue que la mama de Micaela ocultaba información. Innecesario”, señaló Mónica Cid.

La mamá de Mica afirmó que “tenía que decirle a mis amigos y familia que no lean los comentarios, que no contesten. Y en uno de los diarios decía ‘“La nena de Bahía Blanca tenía más de cinco perfiles de facebook’, era innecesario. ‘¿Dónde estaba la mamá de Mica cuando ella estaba en facebook’, eso duele”.

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“Cuando publicaron la carta no querían buscar una nena que estaba perdida, querían seguir matando a la familia de Mica y a la nena”.

Parafraseando a Rita Segato, la violencia simbólica es la madre de las violencias y cuanto más sutil es, más efectiva se vuelve.  Es como una gota que cae siempre en el mismo lugar, durante un tiempo no va a hacer nada, pero cuando esa misma gota cae por años en el mismo lugar hace desastres. Por eso es tan importante concluir con los concursos de belleza que ponen como objeto  a las mujeres cada día más, que se entrelazan con montones de actitudes violentas  y terminar de una vez con todas aquellas formas que toma el patriarcado para violentarnos. Porque no queremos otra Katherine, porque no queremos otra Micaela.

La gobernadora María Eugenia Vidal, a instancias de funcionarios de su gabinete militantes del Opus Dei, revocó la resolución de la ministra de Salud Zulma Ortiz que adhería a lineamientos para el acceso a la interrupción legal del embarazo (ILE) de mujeres, niñas y personas trans.

La resolución de Ortiz había sido bien recibida por profesionales de distintas disciplinas porque les “hubiera dado muchísimas más herramientas” y en un contexto de creciente rechazo a la violencia machista, los femicidios y la vulneración de derechos de las mujeres.

Así lo afirmó a FM De la Calle la médica Selva Lamtzev, integrante de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito, quien comentó que “en 2013 más de cuarenta mujeres murieron por abortos clandestinos que consideramos que son femicidios, muertes que pudieron haber sido evitadas si realmente el sistema de salud se hiciera cargo de lo que le toca”.

El aborto en casos de violación o cuando esté en riesgo la salud de la mujer es legal en Argentina desde 1921. Lamtzev sostuvo que “el Código Penal habla de que corra riesgo, riesgo es que pueda ocurrir algún evento que perjudique la salud de la mujer, no habla de que ese evento esté ocurriendo. En el fallo FAL la Corte puntualiza que cualquier mujer que haya tenido un embarazo producto de una violación tiene derecho a realizarse un aborto legal en el sistema de salud público o el privado”.

“En 2015 el Ministerio de Salud de la Nación saca un protocolo de ILE que es muy interesante por dos cosas. En primer lugar por puntualizar algunas cuestiones más específicas en relación a las mujeres que tienen acceso, a cómo realizar la atención, a reafirmar el fallo FAL en relación al acceso al aborto legal en casos de violación y también en comprender lo que decía del riesgo para la salud. Cualquier mujer que se encuentra en gestación ya sea deseada o no tiene un riesgo exacerbado para su salud. Cualquier mujer, incluso previamente sana, por el simple hecho del curso del embarazo puede tener una serie de enfermedades relacionadas con el mismo”.

Lamtzev valoró además que el protocolo de 2015, en línea con la Organización Mundial de la Salud, define a la salud como “un estado de bienestar bio-psico-social”. “Una mujer que se enfrenta a un embarazo que afecta a cualquiera de esas tres esferas estaría dentro del protocolo y podría solicitar la interrupción legal del embarazo”.

“Lo de Vidal es un retroceso increíble, nos lleva a un oscurantismo tremendo que pone la salud de las mujeres en una situación super precaria. También considerando que estamos teniendo dificultades para garantizar los métodos anticonceptivos”.

La profesional declaró que la obstaculización del aborto legal y el recorte en salud sexual y reproductiva “da la pauta de cuál es la visión del rol de la mujer en la sociedad para este gobierno, o sea, tu único camino en la vida es ser madre, lo quieras o no lo quieras. (…) No son hechos aislados sino que forman parte de una política de agresión hacia las mujeres”.

El diputado provincial Santiago Nardelli (PRO) presentó un proyecto de ley que busca “prohibir cualquier tipo de actividad pública que permita y/o apoye y/o promocione y/o cree concursos de belleza y de elección de reinas, princesas y/u otras expresiones similares”. “Lo que buscamos no es prohibir los concursos de belleza sino más bien generar otros parámetros de elección del rey y la reina”, dijo a FM De la Calle y agregó que el debate sobre la violencia simbólica “no aporta nada”.

El Concejo Deliberante bahiense discute una iniciativa similar de la edila Miriam Iantosca (IC) que apunta a desincentivar la participación estatal en dichos certámenes por entender que son “discriminatorios, sexistas y propiciadores de violencia simbólica, donde solo se mira y define a la mujer por sus medidas, atributos físicos y estereotipos de belleza” cuando el Estado debe velar por “la protección de las mujeres y niñas, quebrando el paradigma de la cosificación de la mujer”.

Nardelli aseguró que “pretendemos un premio pero que sea no en base a una virtud estética sino a quien haya presentado un proyecto que elijan los organizadores del concurso. Por ejemplo, a la mejor acción medioambiental o al mejor proyecto de conservación del ambiente, alguna cuestión que sea ponderar algún valor que nos parezca rescatable y no hacer una exaltación de la figura estética que nos parece que, más allá de que en el debate está instalado que cosifica y que pone eso en cuestión, nos da la sensación de que no aporta nada”.

“No es tanto prohibir porque quien lo haga como instancia privada que lo haga, pero me parece que en las fiestas en las cuales el Estado de alguna manera participa o fomenta hay que sostener el concurso porque sirve, porque existe como tal y lleva mucho tiempo, pero ponderar otras virtudes, no caer en la virtud de la figura estética que eso sí lo vemos que no nos sirve como sociedad”, agregó.

En cuanto a la discusión central que promueven las ordenanzas que en distintos municipios ya dieron de baja los concursos de belleza en un contexto de creciente violencia machista, el diputado macrista afirmó que “no es el motor que tiene el proyecto que presentamos en la Cámara”. Quienes impulsan aquel debate sostienen que la violencia simbólica es una escala en la espiral que a partir de la cosificación de las mujeres, en casos extremos, termina en los femicidios de cada día.

“No digo ni que sí ni que no a esa afirmación, supongo que tendrá un fundamento y que quienes la afirman saben por qué lo dicen, lo que ponderamos es correr del simbólico la ponderación de la belleza estética y no de determinadas actitudes que puedan ser ponderadas por una sociedad”, dijo Nardelli y agregó que “la relación que se hace del simbólico estético y el femicidio creo que hoy es un análisis para tener en cuenta pero, si te digo, nosotros vamos por el camino de una cuestión que es más lineal”.

(Por Giuliana Crucianelli) Quizás esto no es muy periodístico, probablemente no me sirva en mi curriculum para entrar a trabajar en algún lugar, pero la verdad no me importa. Mucho ha circulado de la manifestación del miércoles, de las sensaciones.  En mi caso no tuve ni tiempo a pensar, es más, hasta llegué un poco tarde porque hay responsabilidades ineludibles. Pero bueno, la cuestión es que llegué corriendo porque la marcha ya había empezado, me llamaron, hice un móvil toda agitada y me puse a sacar fotos, no tuve mucho tiempo para ver quiénes estaban, qué banderas, cuáles no, cuál era el comentario general, qué medios. Todo eso me lo perdí, así que empecé a registrar.

Foto, foto, que se vea bien la bandera, a ver esta piba si levanta el puño me viene joya, allá hay una nena, las tamboras, a ver si les puedo sacar haciendo ruido, la prima de Kathy, la mamá de Mica. Y acá paro, saqué la foto y bajé la cámara. No le pude sostener la mirada y huí. No porque ella me dijera algo, sino que le vi la cara, por primera vez en todo lo que había pasado me detuve a verle los ojos. Eran tan negros y llenos de dolor, que tuve que salir corriendo.

Y en mi huida con la cámara, las vi a las pibas. Estaban todas agarradas haciendo un cordón y gritando juntas. Y me tape la cara con una mano y lloré como una criatura. Y con la otra me sequé las lágrimas porque siempre me da vergüenza llorar en público y porque me parecía que había que pelear pero no llorar, no les voy a dar el gusto  a que me pregunten si estoy irascible porque me vino o porque viste como son las minas de sensibles. No. Era un día de vindicaciones. Y seguí sacando fotos. Hasta que me miré a mí misma y me dije se va todo a cagar, yo voy a marchar.

Y uso el lenguaje coloquial porque cuando estoy enojada o muy emocionada por algo me sale así y a veces hasta me como las eses. Porque eso es lo que nos pasa, estamos enojadas, tenemos rabia, bronca porque nunca sabemos cuándo nos puede tocar y ser nosotras una nueva Lucía, o Mica, o Kathy, o Lola, o Luciana. Y no es victimizarse no, no. Estábamos más empoderadas que nunca porque sabemos que esto nos corresponde, que es lo que TENEMOS que hacer, y no me importa nada que me digan extremista, que me acusen que siempre cuestiono todo, que me digan pesada, que ya basta con eso, que no tengo humor porque no soporto un chiste de suegras malas o minas incogibles o que por favor tengamos el almuerzo en paz sin que a vos se te ocurran cosas locas como que dividamos las tareas equitativamente. Tampoco me vengas con eso de los extremismos flaca, ¿no te das cuenta que yo no le pegué a nadie? Ay al final vos siempre odiaste a los tipos y no lo querés asumir. Gorda, trola.

Incomodamos tanto que nuestra lucha es el motor de bocha de mezquindades, de planteos absurdos, de sinsentidos. Estamos despertando un monstruo que estaba dormido, que estaba en su lugar de confort, dañando desde las sombras y si ese monstruo se despierta es porque le dolemos, le dolemos las mujeres poderosas, les duelen nuestros cuestionamientos, les duele nuestra deconstrucción, les duele nuestra marcha, les duele la convocatoria, les duele que hayamos terminado en una ronda sinfín con bailes, con abrazos, con sonrisas porque lejos de creernos perros mojados, lejos de volver con la cola entre las patas estamos más combativas que nunca, y nos reímos en la cara de la mierda que venimos bancando. No es poner la otra mejilla, es salir a luchar.

Como la catarsis del miércoles, la catarsis del Encuentro, la de nuestros encuentros en bares con birra de por medio, la del grupo de whatsapp, la de lxs amigxs. La catarsis de las marchas, la catarsis del discurso, la catarsis de mi cuerpo y mi pensar, la catarsis de mi sentir. Organizar esa catarsis en convocatoria nacional e internacional, en una transmisión en vivo, en un abrazo colectivo, en un paro de mujeres, en una multitud, en un grito a todo corazón no es absurdo, es vibrar. Y cuando una vibra, contagia. Y la de al lado también vibra, y la del otro lado también y nos trasformamos en un batifondo que no para, y es una oleada, una marea sonora que no tiene fin y ahí, justo ahí, cuando te estás abrazando con la compañera como si la conocieras de toda la vida, cuando te emocionás con ella,  de repente un velo se corre y ves con claridad todo lo que no  habías podido ver hasta ese momento y todo cobra sentido. De golpe cierran muchas cosas y otras tantas se abren.

Eso es vivir, eso es trascender.

(Por Helen Turpaud Barnes) ¿Será que insistimos demasiado o será que hay algo que no se está escuchando? ¿No será que insistimos precisamente porque no se escucha?

El fin de semana largo del 8, 9 y 10 de octubre tuvo lugar el XXXI Encuentro Nacional de Mujeres (ENM) en Rosario. Las críticas desde fuera se encuentran lamentablemente permeadas de la presentación sesgada que de los ENM dan los medios de comunicación más poderosos. Se hace hincapié sobre las supuestas pérdidas monetarias que causarían algunas pintadas hechas durante la marcha, olvidando el beneficio económico a estas alturas ya exorbitante que implica que haya 70.000 mujeres congregadas un fin de semana en una ciudad. Se preguntan muchas personas qué sentido tiene que crezca el movimiento en una época en que mucha gente cree que “ya hay igualdad” o “ya no se discrimina como antes”.

Sin embargo, retornamos del ENM y nos encontramos con una seguidilla de femicidios acaecida en varios puntos del país. El más resonante es el de Lucía Pérez en Mar del Plata. Un malicioso Juan Terranova señala en una nota que los diarios que publican femicidios tendrían un gesto “rápido de reflejos”, aprovechando la coyuntura encuentrista. Estos crímenes contienen –según sus palabras- todos los “elementos del horror contemporáneo” para acicatear la indignación feminista. Extraño que se hable de aprovechar el ENM para sacar noticias de femicidios siendo que los ENM son cuidadosamente EVITADOS por los medios de comunicación más masivos. El periodista cuestiona la efectividad de la movilización social para disminuir la cantidad de femicidios. Probablemente piense que son algo propio de la naturaleza, como la lluvia o el viento, y por lo tanto marchar contra ellos sería inocuo. Explica que en realidad los femicidios no son nada nuevo. Como si alguna vez se hubiera dicho que lo eran. Además, recolecta algunos casos de mujeres que han asesinado a sus novios o maridos. La desproporción de la cantidad de casos, sabemos, es astronómica, pero con una o dos mujeres que maten a sus parejas varones parece que todo el reclamo por los femicidios puede ponerse en duda. Como cuando encuentran a UNA MUJER que hace un trabajo considerado “de hombres” y dicen que ya no hay discriminación. A eso le llama el machismo “igualdad”.

Rápido de reflejos es más bien el periodismo misógino que velozmente intenta desprestigiar un movimiento tan grande como aquel del que dan cuenta los ENM.

Pero los femicidios y la violencia machista no son “elementos” de un género ficcional que impacta a un público ávido de emociones fuertes. No es literatura, señores y señoras. Los medios construyen las noticias, claro, pero también construyen una imagen del feminismo supuestamente exagerado que parece que solamente se justifica ante casos de violación, empalamiento y asesinato. Y ni eso. Como si nos tuvieran que matar de manera más cruel cada día para que nuestra rabia pudiera ser justa.

Muy oportunistamente, ya que de eso hablamos, el diario local sacó la semana pasada una nota con el capcioso titular de que “2 de cada 3 adolescentes que mueren por causas externas son varones, dice un estudio”, donde se mezclan muertes por asesinatos, suicidios, accidentes de tránsito y otras causas. Por esas cosas de la vida, un asesinato cae en la misma categoría que un choque: es un hecho que parece no tener agente ni intencionalidad, algo como tener la mala suerte de morir por el impacto de un rayo o electrocutarse en la bañera. Mezclar suicidios con asesinatos también nos deja con la pregunta de si los femicidios son algo así como que las mujeres nos matamos solas. La nota, acertadamente, habla de modelos de “masculinidad” muy constrictivos que obligan a los varones a ponerse en situaciones de riesgo (criminalidad, actividades peligrosas, etc.). Pero no avanza más allá de esta mención. El texto pareciera ser un intento de hacer un contrapeso ante tanta efervescencia feminista. Sin embargo, olvida decir que de las personas asesinadas, tanto varones como mujeres son víctimas casi siempre de varones.

Y la responsabilidad de cambiar los modelos de masculinidad que generan este estado de cosas, bien gracias.

Alguna vez un meme que circulaba por las redes rezaba “Cuando un hombre dice NO es el fin de la discusión; cuando una mujer dice no, es el inicio de una negociación”. La palabra masculina está legitimada, es escuchada, es considerada seria, racional, equilibrada, inapelable. La palabra femenina está siempre puesta en duda, relativizada, interpretada por varones, tiene que estar eternamente explicándose: “¿qué quieren?”, “¿para qué hacen los Encuentros?”, “¿por qué un Encuentro de Mujeres y no uno de ‘personas’?”, “¿por qué no se llaman ‘igualistas’ en vez de ‘feministas’?”, “¿por qué no te gusta que te digan cosas por la calle?”, etc. Tipos de preguntas que no se les plantean a otros movimientos son articulados impunemente una y otra vez para interpelar la lucha de las mujeres. No veo tantas veleidades al hablar del modo en que otros movimientos se denominan a sí mismos. Pero si de feminismo se trata, hasta el nombre tenemos que defender con uñas y dientes.

Por eso hay que volver a la calle. Por eso este miércoles se realizará un paro de mujeres de 13 a 14 y una movilización a partir de 17:30 en la Plaza Rivadavia, en consonancia con las actividades que se desarrollarán también en el resto del país contra los femicidios y toda forma de violencia machista.

Porque NO, no se ha escuchado lo suficiente lo que significó este nuevo ENM. Porque femicidios siempre hubo pero es gracias a la lucha que ya no los llaman “crímenes pasionales”, que ya no aceptamos que se diga “pero mirá cómo iba vestida o a dónde fue…”. Porque ya no queremos notas capciosas, medios hegemónicos o periodistas oportunistas que busquen cualquier excusa para deslegitimar un movimiento que –muy a su pesar- crece día a día.

A través de la Resolución 2095/2016, el Ministerio de Salud bonaerense derogó la vieja Resolución 3146/2012 que incorporaba obstáculos al acceso al aborto legal y adecuó los lineamientos para el acceso a la interrupción legal del embarazo (ILE) de todas las mujeres, niñas y personas trans bajo las causales que el marco normativo habilita; esto es, cuando esté en peligro la vida o la salud de la mujer o cuando el embarazo fuese producto de una violación.

De esta manera, la Provincia de Buenos Aires se sumó a las 8 jurisdicciones –Chaco, Chubut, Jujuy, La Rioja, Misiones, Santa Cruz, Santa Fe y Tierra del Fuego– que ya cuentan con protocolos de atención respetuosos de la ley y los estándares establecidos por la Corte Suprema de Justicia de la Nación en el fallo F.A.L. de 2012.

Asimismo, el Programa de Salud Sexual y Reproductiva de la Provincia, a través de la Comunicación 7°, establece que todos los efectores de salud, (incluyendo el personal administrativo y de seguridad) son responsables de garantizar y no obstruir el derecho a la ILE. Además indica que las mujeres y niñas que desean acceder a la práctica, deben contar con información clara, completa, oportuna, veraz, comprensible y en lenguaje accesible; en un espacio de confidencialidad y privacidad.

Las mujeres y niñas que desean acceder a la práctica, deben contar con información clara, completa, oportuna, veraz, comprensible y en lenguaje accesible; en un espacio de confidencialidad y privacidad.

La Comunicación también incorpora avances respecto del grupo de jóvenes y niñas, conforme los nuevos preceptos establecidos en el nuevo Código Civil y Comercial de la Nación, reconociéndolos como sujetos de derecho con capacidad para tomar las decisiones relativas a su salud sexual y reproductiva de manera informada.

“La iniciativa de la Provincia es un paso adelante en el ejercicio de los derechos sexual y reproductivos de las mujeres y niñas. Es imprescindible que los servicios y efectores de salud renueven su compromiso con la vida y la salud de las mujeres. La prevención de abortos inseguros y la consecuente mortalidad materna es una condición necesaria para toda política de estado respetuosa de los derechos humanos”, indicó Mariela Belski, Directora de Amnistía Internacional Argentina.

El Protocolo sancionado en 2015 por Nación establece su “aplicación obligatoria en todo el territorio argentino” e indica que debe ser puesto en práctica “por todas las instituciones sanitarias” públicas, privadas y de las obras sociales. Por ende, todas las jurisdicciones del país deben aplicarlo, adhieran o no a éste. Sin perjuicio de ello, la iniciativa de la Provincia brinda un reaseguro para mujeres, niñas y personas trans que continúan viendo vulnerado su derecho a acceder a un aborto.

Foto: La retina del sabio.

El miércoles las mujeres de todo el país cesarán sus actividades de trabajo y se movilizarán para decir ‘Basa de violencia machista’. En nuestra ciudad la convocatoria se replicará con un paro entre las 13 y 14 y una marcha a las 17:30 que partirá desde Plaza Rivadavia.

Luego de la serie de femicidios ocurridos los últimos días en nuestro país, mujeres de diversos sectores se reunieron en la sede de la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP) en Buenos Aires, para exigir el fin de los asesinatos hacia las mujeres y de la violencia machista. Se resolvió un Paro Nacional de Mujeres; Buenos Aires, Salta, Córdoba, Corrientes, Río Negro, Entre Ríos, Chubut son algunas de las ciudades que se suman a la convocatoria.

El hartazgo, el repudio y la bronca culminó con la organización que también busca poner de manifiesto la reducción del tiempo en que asesinan a mujeres en Argentina: cada 28 horas. Algunas organizaciones como MuMaLa -Mujeres de la Matria Latinoamericana- aseguran que el número se ha achicado aún más, cada 26 horas, si se toma en cuenta el relevamiento que realizaron a través del análisis de medios digitales gráficos, donde se registraron desde el 1 de enero de 2016 al 17 de octubre, un total de 226 femicidios, femicidios vinculados y travesticidios.

“Si mi vida no importa, produzcan sin mi”, es una de las consignas que toma cuerpo este 19 de octubre, mes en el cual las mujeres dicen BASTA y piden al Estado una respuesta por todas las mujeres víctimas de violencia machista; las de ayer y las de hoy.

8 de octubre:

Lucía Pérez, 16 años. Mar del Plata

Viviana Rodríguez desaparecida desde el 26 de septiembre fue encontrada muerta en Entre Ríos.

9 de octubre:

Beatriz Valencia Parra, 22 años, madre de 3 hijxs. Villa Recondo, Partido de La Matanza.

11 de octubre:

Beatriz Cañumán, 51 años.

12 de octubre:

Natalia Padilla, 41 años, madre de 5 hijxs. Barrio Artigas, Córdoba.

13 de octubre:

Marcela Crelz, 54 años. Isidro Casanova, Buenos Aires

14 de octubre:

Samantha Yorg, 22 años. General Cabrera, Córdoba.

María Elisa Acuña, 63 años. Los Hornos, La Plata.

15 de octubre:

Marilyn Méndez, 28 años, embarazada de tres meses. La Banda, Santiago del Estero.

16 de octubre:

Alejandra Noemí Duarte, 49 años, quemada por su esposo días anteriores.

Vanesa Débora Moreno, 38 años. Lanús, Buenos Aires.

(Por Helen Turpaud Barnes) Hace poco ocupó mucho espacio mediático la charla sobre derechos sexuales y aborto en el Colegio Carlos Pellegrini de Capital (la charla incluyó la mención de pastillas abortivas). Presurosa, la buena conciencia adulta condenó la charla invocando la “protección” de tan jóvenes mentes que no tendrían la madurez para estar ante información tan “delicada” que además –opinaban- debería haber sido provista por personal médico (siempre que este estuviera contra la legalización del aborto, porque los y las médicas que abogan por ella no suelen desalentar que se informe sobre el tema desde espacios no médicos). Curiosamente, las múltiples charlas escolares que desinforman pavorosamente sobre el aborto no son denunciadas y mucho menos con los mismos argumentos.

Estas actitudes representan la verdadera desprotección del sector que dicen estar protegiendo tan gallardamente. El paternalismo adulto con respecto a las adolescencias remeda el paternalismo machista respecto de las mujeres: dicen “cuidar” a través de la obstaculización del ejercicio de derechos fundamentales.

El embarazo adolescente es una realidad. Los métodos anticonceptivos pueden fallar y hay miles de factores que llevan a embarazos no deseados. No se trata de hordas de jovencitas inconscientes “embarazándoSE” del Espíritu Santo por ahí. Ante esto, el aborto pocas veces es visto como una opción y se escuchan opiniones de una inusitada crueldad: “si se abrió de piernas que se joda”, “si no se cuidó que se haga cargo”, “ok, la violaron pero el bebé tiene derecho a nacer”, etc. ¿Qué implica decirle a una adolescente que es demasiado chica para recibir cierta información pero a la vez que si queda embarazada “debe hacerse cargo”? Hay un perverso desbalance en creer que una preadolescente es muy “inmadura” para recibir ESI pero no para gestar, parir, reconocer, criar, alimentar, abrigar, educar, proteger, contener, mantener y tutelar a un hijo/a durante los próximos veinte o veinticinco años de su vida. Para la mente machista esto no comporta ninguna contradicción: informarse y decidir requiere de racionalidad e inteligencia, rasgos ausentes en las mujeres ya que estas serían más bien “sensibles” e “intuitivas”; en cambio, la maternidad sagrada en la que se piensa sería algo “natural” que no requiere ni pensar, ni decidir ni saber nada.

El “si se abrió de piernas que lo tenga” muestra un claro y vengativo deseo de CASTIGO: si se “equivocó” debe “pagar”, “aguantársela”. En sintonía con siglos de condena religiosa de lo sexual, tener relaciones sigue siendo visto como un acto inmoral que debe acarrear un peso para quien las tiene (sobre todo si es mujer). En caso de un embarazo, la adolescente o mujer ha de hacerse cargo de la situación por unas dos décadas de ahí en más. Tener relaciones sexuales no es un delito, claro, y sin embargo el tiempo por el cual una mujer debe hacerse cargo de un embarazo indeseado supera con creces a casi todos los “castigos” por lo que pueda cometer una persona adulta y penalmente imputable. Si alguien mata a tiros a tres personas probablemente reciba menos años de cárcel que el tiempo que se espera que una mujer se haga cargo de un hijo/a que la sociedad y el Estado la obligaron a tener como “castigo” a su inmoralidad, su “falta de responsabilidad” o la mera fatalidad de un método anticonceptivo que ha fallado.

Con otros “errores” adolescentes afortunadamente somos más flexibles. A nadie se le ocurriría que si un pibe o piba no estudia para un examen se le debe negar la educación en los próximos veinte años. Incluso si un/a preadolescente comete un delito grave no deberá “pagar” por esto durante tanto tiempo como se espera que “pague” una preadolescente que tiene sexo inseguro, sea por olvido, falta de información o coacción de un varón (a quien rarísimas veces se condenará). Cualquier error, “calentura” o el más mínimo desliz de “la costurerita que dio el mal paso” le implica a una adolescente o mujer “pagar” por más tiempo que ninguna otra cosa en el mundo: el patriarcado no da puntada sin hilo. Si en una escuela o ante un accidente lo más sensato nos parece dar segundas oportunidades, acompañar y no condenar, ¿por qué el único error que no admite la más mínima consideración es el embarazo no deseado? El “no cuidarse” al tener relaciones sexuales es visto como el “error” más imperdonable e irreparable del universo. Las chicas deben ser perfectas o no ser. Y con “no ser” entendemos que deben reducir su vida al servicio de alguien que no desean o ser vistas como salvajes asesinas. Mientras se siga esgrimiendo esta retórica bíblica del embarazo y parto como “castigos” seguiremos preguntando por qué jamás impondríamos “castigos” tan severos para casi ninguna otra cosa, a lo sumo con excepción de la tortura, un asesinato múltiple o un secuestro extorsivo.

Lo que se pretende castigar en una mujer no es el aborto, puesto que el embarazo indeseado YA es visto como castigo por los dedos acusadores. Evitar eso por medio del aborto es volverse prófugas de la “ley natural”. El “crimen” no es abortar, sino sustraernos a la lógica patriarcal de vernos como meras reproductoras. Nada enoja tanto al machismo como ser burlado por las mujeres.

Quienes se quejan de que las/los abortistas restan humanidad a los embriones también los deshumanizan transformándolos en vehículos de una disciplina sexual impuesta a las mujeres. Si muchas personas creen que una adolescente no es capaz de recibir y procesar determinada información, tampoco deberían creerla capaz de criar un hijo/a. Pero aquí de repente las adolescentes son las Chicas Súperpoderosas. El embarazado adolescente sería un “error” pero se espera que las adolescentes sean perfectas y no queden embarazadas. O si lo quedan, deben ser perfectas de ahí en más y criar perfectamente a los hijos e hijas producto de embarazos no deseados. Una sociedad que sacraliza la maternidad hace de ella una manifestación de perfección cuyo incumplimiento constituye un pecado imperdonable. Pero nada es perfecto. Reconocer el aborto como una posibilidad y un derecho es un acto de profunda humanidad.

La obligación de ejercer la maternidad a toda costa, contra el propio deseo y las propias posibilidades, es el verdadero acto de irresponsabilidad. Irresponsabilidad no de la adolescente o mujer, sino del Estado y la parte de la sociedad que la “condenan” y le niegan el pleno ejercicio de sus derechos.

En Bahía Blanca rige la Emergencia por Violencia de Género la cual otorga al municipio facultades y presupuesto para revertir el número víctimas. La medida fue renovada en junio de 2015 y luego de nueve meses del cambio de gestión se presentó el Plan Integral contra la Violencia de Género. Algunos aportes.

El martes 13 se presentó el Plan Integral contra la Violencia de Género municipal; el mismo cuenta con el trabajo  de las áreas de seguridad, políticas sociales e infraestructura. FM De la Calle dialogó con Soledad Monardez, subsecretaria de Promoción y Protección de Derechos, quien comentó que el servicio de asistencia por casos violencia está en el municipio desde hace varios años. El mismo cuenta con profesionales interdisciplinarios que ahora, bajo la impronta de la nueva gestión, “empezaron a tomar un registro de las denuncias y presentaciones espontáneas para poder llevar adelante una estadística”. Antiguo reclamo de las organizaciones que trabajan con esta problemática ya que el Servicio de Prevención de Violencia Familiar y Maltrato Infantil  (PROMOVER) funciona desde el año 1993 asistiendo y asesorando a mujeres víctimas de violencia.

Además se comenzaron a estudiar los protocolos de intervención para analizar cuáles son las herramientas más efectivas, contemplando que “el trabajo rico se verá más adelante”. En la presentación del nuevo Plan se mencionan dispositivos que ya venían funcionando, como grupos de reflexión (2015), atención a la Violencia Masculina (2014) –ahora con modificaciones-, nuevos botones antipánico y el hogar Refugio (2010) con la novedad de la construcción de un nuevo refugio en terreno municipal, promesa que la antigua gestión de Lucía Martínez Zara también había realizado. Para este año el intendente  afirmó a la Red Local de Violencia de Género que la licitación de la obra será sobre fin del 2016.

Respecto a este tema Nora Dinoto, referente de la Red Local, remarcó a FM De la Calle que “el refugio es una necesidad importante que veníamos  advirtiéndole no a esta gestión, sino a la anterior, porque es insuficiente la capacidad del refugio que está funcionando. No hay lugares protegidos para alojar a las personas que son víctimas de violencia, así que esperemos que se logre”. El primer módulo de construcción de la nueva obra tendrá capacidad para cuatro familias, en su segunda instancia “el proyecto general abarcaría cuatro habitaciones más”. Cabe resaltar que según Monardez toda la actividad del antiguo espacio de contención se trasladaría a este nuevo dispositivo.

Quizá una de las apuestas más grandes que propone la presentación del Plan es la apertura de la nueva Oficina de Políticas de Género con Víctor Andenoch como coordinador de esta área, ex trabajador de la guardia de niñez. Los ejes de trabajo que se desarrollarán a partir del 2017 serán, en palabras del funcionario; identidades sexuales, trata y aborto. ¿Cómo se implementarán algunas de estas políticas públicas en un gobierno donde su principal referente Héctor Gay, este año declaró creer “sólo en un orden natural de las cosas” refiriéndose al matrimonio igualitario?

La presentación del Plan Integral contra la Violencia de Género suma la participación del área de seguridad con capacitación a Guardia Urbana y Policía, creación de un equipo especializado para el abordaje en situaciones de violencia de género y la adquisición de un móvil especializado. Estas propuestas se estaban debatiendo en la Red Local de Violencia organismo donde participa la Comisaría de la Mujer, con Liliana Pinedo y Silvia Francisco como referentes de la misma. Dinoto resaltó que para este espacio es “importantísimo formar a la policía para que sepan cómo atender a las personas que atraviesan situaciones de violencia ya que intervienen en operativos bien puntuales”.

Así como muchas organizaciones sociales que trabajan con problemáticas vinculadas a las mujeres, la Red Local colabora con iniciativas desde el 2011, dato que el Intendente Héctor Gay tuvo conocimiento, según Nora Dinoto, en la última visita de la presidenta del Consejo Nacional de las Mujeres, Fabiana Tuñez.

Este año desde la Red planean también formalizar una base de datos con estadísticas de denuncias que ingresan a la Comisaría de la Mujer y de la Fiscalía departamental de la oficina de violencia de género, con la intención de hacer un seguimiento de todas las puertas que las mujeres van golpeando hasta lograr o no resolver su situación. “Es algo pendiente que tenemos como red, porque necesitamos contar con estadísticas que releve la situación de nuestra ciudad para evaluar y optimizar recursos”. Además ya están programando la Cátedra de Violencia 2017 que organizan en conjunto con la Universidad Nacional de Sur.

(Por Astor Vitali) Lo hará mañana a las 19:30 en La Casa de la Cultura de la UNS (Alem 925). La cantautora hablará de su libro La Banda Lavanda. Cuaderno de creación, metodología y experiencias.

“Las mujeres que somos activistas autónomas, autogestivas, que estamos por fuera de las organizaciones y los gobiernos, que no estamos respaldadas por entidades que te den valía sí o sí tenemos que dejar escrito lo que hacemos”, dijo la artista a FM De la Calle, acerca de las motivaciones que dispararon la realización del libro.

“Esto lo podemos trasladar a todas las personas que estamos acompañando a construir un mundo mejor –para decirlo rápida y facilistamente- pero que no hay ningún tipo de visibilizarían que hacemos nosotros y nosotras mismas”, agregó.

Silvia Palumbo trabajó con el proyecto de empoderamiento a través del armado de bandas y dictado de talleres desde el año 2004 recorriendo México, el estado español (País Vasco, Valencia, Asturias) y Francia. En Argentina hay bandas en la provincia de Buenos Aires y la Pampa. La iniciativa está por extenderse a la provincia de Neuquén.

“Era muy importante de que yo, antes de que me agotara del todo, tenía que plasmar la metodología que he creado con varias líneas de trabajo que estudié. Una metodología para poder transmitir lo que yo denomino empoderamiento expresivo y cultural para las mujeres. Podemos transmitir música, textos, voces, movimientos escénicos. Todo esto en función de algo que tiene que ver con el empoderamiento de las mujeres y una ofensiva contra la cultura patriarcal”.

 “El patriarcado es transversal a todos los sistemas”

Los desafíos de construir una metodología

“Me encontré con muchas dificultades y con gente maravillosa que me ayudó. Fuimos avanzando muy lentamente. En realidad yo empecé hace cinco o seis años a escribir este libro en la cabeza. Después empecé a escribirlo. Pedacitos, pedacitos, pedacitos…”, recordó Silvia.

Finalmente, “el 4 de enero de este año me senté en Pehuen Có y dije ‘hasta que no lo termine no me levanto’. Porque me tenía harta. Y además porque es móvil esto. Cada experiencia nueva que tengo de trabajo me va cambiando y sigo construyendo la metodología. Es para decir esto es una parte y dejar marcados los ritmos básicos del proyecto, la historia, las canciones y los fundamentos teóricos”.

Este año, el libro se presentó en seis localidades del estado Español, “amparada por las bandas”.

labanda

¿Hay arte feminista?

“La respuesta no es lineal. La pregunta inicial en talleres de escritura con Diana Bellesi era ¿existe la literatura feminista? Después ¿existe la literatura de mujeres? Primero, los conceptos de todas las artes son conceptos patriarcales. Todo está fundado sobre los diferentes parámetros patriarcales: en la música, en la pintura, en la literatura, en todo”.

“Sí podemos hablar de esto: primero, las mujeres han hecho música desde siempre desde roles opresivos pero siempre reproduciendo los parámetros patriarcales. En la literatura es donde más se despegaron y empezaron a construir su cuarto propio, como decía la Virginia Woolf. La escritura te da esa intimidad, ese tiempo para poder desplegarte. Todo lo que son las artes escénicas viene mucho más lento”.

“Pasando a si hay arte feminista, yo creo que hay una búsqueda. Una búsqueda de una cultura feminista que no es para las mujeres porque es desde una ideología. El feminismo es una filosofía y una ideología. La gente minimiza esto pero hay millones de libros escritos sobre filosofía feminista, sobre historia feminista. Hay todo un basamento poderoso desde lo académico para poder una apoyarse ahí para poder decir ‘podemos construir arte feminista’, si es que el arte tiene que estar abalado por estas estructuras de poder”.

“Yo creo que sí, que cada vez hay más manifestaciones de expresiones hechas por mujeres y varones que están dando cuenta de lo que es el feminismo o de lo que es la opresión de género”.

“En lo personal, yo hago arte feminista. Soy una activista hace 30 años que puedo decir que construyo un montón de cosas totalmente concentrada y clarificada de lo que quiero decir desde ese lugar del feminismo. Ahora, claro, esto va a llevar muchísimos años. Muchísimos años para que haya gente que pueda abrazar este concepto. No solamente abrazarlo… porque hay un abrazo muy superficial. Esto de hablar de género, todo el mundo habla. Esta cuestión de cómo van cooptando, reciclando, rearmando, alivianando estas cosas tan densas y tan profundas”.

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