Este viernes desde las 20:30 el Centro Cultural La Panadería abre sus puertas para festejar casi una década de existencia y resistencia.

Este domingo a las 20 en el Centro Cultural La Panadería se llevará a cabo el Festival del Laboratorio, un espacio de intercambio y aprendizaje sobre el lenguaje audiovisual. Durante esta primera proyección se compartirán algunos proyectos terminados, otros en construcción y se abrirá a quienes asistan la experiencia de exploración y debate.

(Por Astor Vitali) Es el tercero de canciones propias. Fue grabado junto a Demian Pozzo en guitarra eléctrica, Bruno Milano en bajo y Lucas Trosman en batería. Te presentamos una obra que llena de preguntas, estímulos e ideas.

Suenan a “tangos nuevos para cuarteto de cuerdas”, según sintetizó Katharina Deissler, directora y violinista del grupo, en diálogo con FM De la Calle. Visitarán la ciudad de Bahía Blanca para tocar y compartir saberes. Tienen disco y personalidad musical. Tienen propuesta audiovisual y deseo. Tienen propuesta.

El director del Instituto Cultural se refirió al proyecto enviado por el ejecutivo municipal al Concejo Deliberante para modificar la ordenanza impositiva con el objetivo de reducir a la mitad la tasa que paga el sector privado para la realización de espectáculos, cuya recaudación financia al Fondo Municipal de las Artes.

(Por Astor Vitali) Ayer, sectores representativos de la cultura en Bahía Blanca volvieron a movilizarse. Fue frente al intento del oficialismo de disminuir a la mitad la tasa que nutre el Fondo Municipal de las Artes, a través de un proyecto de reforma de la ordena impositiva. ¿Por qué se impulsó esta reforma y por qué es rechazada?

Tiene 22 años. Su objetivo es registrar y propagar las propuestas musicales que no tienen difusión masiva, en un país en el que los radares no toman las señales que no se emiten desde la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Una placa de sonido, dos micrófonos, una cámara, un maestro y muchas ideas son suficientes para dejar en la retina de las audiencias las marcas de artistas que suenan y sueñan.

(Por Astor Vitali) Luis Salinas se presentará este sábado en el Gran Plaza Teatro junto con Juan Salinas y Alejandro Tula. Durante esta conversación, el músico hizo referencia al repertorio que abordarán, las expectativas a partir del retorno progresivo a la presencialidad, las músicas de los pueblos y las tensiones con el mercado musical, y el enfoque filosófico o vital a partir del cual entiende que es más rico hacer música.

(Por Astor Vitali) Acaba de cumplir 84 años y, luego de bajarse del escenario en la anterior función, uno de los músicos que trabaja con él le dijo: “hoy te escuché cantar mejor que en el ´83”. Llega a Bahía Blanca con Piazzolla Inmortal. En diálogo con FM De la Calle, el maestro explica cómo construyó este espectáculo durante el 2020, mientras no se podían llevar adelante actividades presenciales. Pero además, en esta conversación, exploramos sus ideas acerca de la cultura argentina contemporánea, el machismo, el trabajo de la voz como instrumento y la reivindicación del libro como herramienta para la libertad.

Fue ayer, durante la sesión ordinaria del senado bonaerense. El proyecto fue presentado por la Red de Salas Teatrales. Ahora deberán adherir los municipios.

Alberto Rodríguez, quien integra la red, explicó en FM De la Calle que “si bien en Bahía Blanca tenemos una ordenanza que nos permite funcionar, no nos habilita. Tenés que inscribirte como un comercio. Es la única forma de tener una habilitación para que ante cualquier circunstancia un seguro te reconozca”.

De esta forma, la ordenanza de Espacios Culturales Independientes les “ayuda a estar en el marco de la municipalidad, habilitados. Pero si vas a una organización nacional o provincial y pedís un subsidio te dicen: no, para participar tiene que estar habilitada”.

El actor sostuvo que “tuvo la aprobación a través del Frente de Todos en diputados y a través de Cambiemos en senadores. O sea, que no tendría que tener dificultades en ningún municipio para adherir a esta ley”.

Hasta ahora, “siempre estás dependiendo de que la mirada de los funcionaros sea benéfica y no tiene que ser así. Porque el trabajo de los centros culturales no solo es contención sino semillero de los futuros artistas de las ciudades, de la provincia y del país. Entonces, tenemos que estar tranquilos desde el punto de vista legal, para poder proyectar a crecer, saber que nadie nos puede venir y poner una franja de clausurado”.

La normativa regula la habilitación de salas de teatro independiente, centros culturales y espacios culturales alternativos, definiendo las características de cada uno de ellos y categorizándolos según funciones y cantidad de personas, con un máximo de 300.

La ley prevé que: la actividad de las salas debe ser permanente y su programación debe contemplar la promoción y la difusión del teatro independiente de carácter local; debe contar con infraestructura básica de iluminación y sonido de acuerdo al espacio; reunir condiciones de seguridad, salubridad e higiene, atendiendo a las particularidades y posibilidades edilicias de cada caso, a determinar por el área municipal competente, entre otros requisitos.

Además se permiten los usos accesorios de café, bar, buffet, librería, disquería, sala de exposiciones y todos aquellos comercios minoristas de artículos relacionados con la actividad principal.

La Casa de la Amistad Argentino Cubana de Bahía Blanca cumple tres décadas de solidaridad con la isla y lo conmemora con un encuentro virtual con militantes, autoridades de la Embajada y la próxima publicación de un libro que repasa su rica historia.

“La Casa, como la mayoría de las que se crearon en el mundo, tiene un desarrollo y se dedica a diversas actividades colectivas de solidaridad con Cuba pero no confundir solidaridad con asistencialismo ni ayuda económica”, dijo a FM De la Calle la secretaria de la entidad, Adriana Rodríguez.

La docente destacó el rol del presidente Edgardo Fernández Stacco: “Fue quien dio el puntapié junto a un grupo más grande. La década del 90 es cuando el movimiento de solidaridad comienza a tener una intensidad más fuerte. Esto es solidaridad argentino cubana, un país y una filial de Bahía. La solidaridad es recíproca, después del asalto al Cuartel Moncada, fecha en la que se crea nuestra casa, ya comienzan las acciones de solidaridad hacia revolucionarios, resistentes”.

“Esos actos tienen que ver con un actor importante que es el estudiante. Está bien documentado en el libro de Stacco cómo esos estudiantes de la Federación Universitaria del Sur también iniciaron la solidaridad a través de manifiestos así como todos los movimientos estudiantiles a lo largo del mundo”, manifestó Rodríguez.

La historiadora enfatizó que “hablar de solidaridad e internacionalismo van de la mano. Casas como la nuestra se dirigen a validar y argumentar porque definen toda la acción cubana de la republica socialista. Primero, la defensa de la revolución, respeto por la libre autodeterminación de los pueblos y, a partir de ahí, se planificaron distintas actividades a lo largo del tiempo”.

“Estos 30 años han cristalizado muchas actividades, ente ellas destacamos la reciprocidad con Cuba. Los vínculos se fortalecieron, tiene que ver con vínculos con actores populares. Nuestra casa ha tenido una excelente proliferación de becas y becarios que se están desarrollando ahora con la Escuela Latinoamericana de Medicina y obró como evaluadora de esas becas, han intervenido médicos y médicas”.

En relación a la retroalimentación de ambas naciones en el ámbito cultural destacó que “el hermanamiento con Cienfuegos, una ciudad con una geografía parecida, y también las brigadas propias, grupos de vinculación fuertes, hemos traído muchos artistas e intelectuales desde Cuba. Se ha trabajado mucho en salud gracias a la mano de Horacio Romano, su familia y sus hijos que han ido a estudiar, a dar seminarios, a trabajar”.

“La Casa es la matriz de todas las actividades que hemos elaborado. Tenemos el único centro especializado en el Caribe del país, el CEINA, que depende del Departamento de Humanidades de la UNS, 24 investigadores, todo eso salió de un trabajo voluntario y coherente de la Casa de Solidaridad”, concluyó.

“El maricón de los chilenos” entrelaza la historia personal de su autor, Cristián Prieto, hijo de exiliados nacido en el corazón del barrio Avellaneda, y la de Piti, un reconocido homosexual de los 70 perseguido por el terrorismo de Estado.

“Tiene que ver con el trabajo que llevo sobre los desaparecidos LGBTIQ en la última dictadura, es una invisibilización de más de 40 años, no hay mucho registro ni mucho se habla. Recién este año ha cobrado fuerza la cifra 30.400 que tiene que ver con visibilizar y no con poner en cuestión los 30 mil”, dijo Prieto a FM De la Calle.

En 1985 el presidente de la Comunidad Homosexual Argentina, Carlos Jáuregui, afirmó que según el rabino integrante de la CONADEP, Marshall Meyer, hubo 400 personas homosexuales detenidas.

Prieto trabajó durante 15 años en la Comisión Provincial por la Memoria. Buceando a través de los archivos de la Dirección de Inteligencia de la Policía de la Provincia de Buenos Aires (DIPPBA) fue reconstruyendo la memoria histórica de las marcas de la persecución a gays y lesbianas durante el genocidio.

“Al haber nacido en Bahía siempre tuve alguna insistencia en ver cómo las diversidades sexuales habían transcurrido en mi ciudad y el archivo me devolvió un montón de personas, por ejemplo, el protagonista de “El maricón de los chilenos”. Piti es un seudónimo que utilizo. Es un homosexual reconocido en los 70 en la ciudad, voy cruzando momentos históricos con mi propia historia”, comentó el periodista.

El protagonista “estuvo detenido por un armado en relación al consulado chileno en 1978, cuando estaba el conflicto del Beagle con Chile. Decían que el Piti tenía una red de espionaje argentino chileno. Cuando lo revisa, uno se da cuenta que es una causa armada en la que él puede relatar en declaraciones a la justicia en 3 oportunidades que necesitaban algún chivo expiatorio y fue él. Además, cuenta lo que era ser detenido desaparecido y ser homosexual y con ascendencia judía”.

“El personaje y la ficción me ayudaron a poder contar lo que de otra manera sería difícil. La ficción me sirve para contar casos reales, darles un contexto, armar un personaje. Piti es una invención a partir de entrevistas a familiares, compañeros, legajos y artículos”.

Prieto opinó que “como comunidad nos debemos una discusión en relación al período de dictadura. No sé si podríamos ponernos de acuerdo. ¿Qué sentimos y pensamos de cómo fuimos víctimas de la dictadura? Tendríamos que generar acciones para que el Estado tome cartas en el asunto, no puede ser que el Estado hoy no tenga una lectura en relación a nuestra comunidad, para saldar algo que tiene que ver con la reparación. La reparación no solo es económica, tiene que ver con algo de lo social, decir que eso aconteció”.

Por último, en relación a su infancia en Bahía Blanca, Prieto dijo que la recuerda “con muchos años de terapia. Mucho inmigrante chileno en el barrio Avellaneda. Siempre hubo discriminación, ya eras el hijo de chilenos y imagináte además si eras afeminado y medio maricón y se te notaba”.

“Yo viví mi niñez en los 80. En ‘Fichados’, el libro anterior, menciono el informe psicopedagógico del jardín al que iba. Dice: le proponemos a los padres que lleven a Cristián a un deporte para que asuma su masculinidad porque le cuesta estar con los varones, prefiere estar con las chicas. Esa era nuestra realidad, la de las mariquitas de los 80 en Bahía Blanca. No solamente por la cuestión migrante sino por orientación sexual”.

“Pasaron muchísimos años, hemos avanzado pero siempre están estas discriminaciones por lo que uno es. Si no me hubieran dicho maricón, chilote, negrito capaz que me hubiera identificado con lo que hubiera querido de manera más saludable”, finalizó.

La CTA y un grupo de organizaciones pidieron al intendente Héctor Gay que cumpla con una ordenanza del 2009 que establece que se implemente un sitio de la memoria en la Plaza del Sol/Lavalle/de la Resistencia y la Memoria.

“El municipio debería llamar a las organizaciones de derechos humanos, a los colegios profesionales y hacer una especie de concurso público para establecer de qué manera se iba a establecer para recordar la memoria de los 30 mil desaparecidos. Estamos reclamando que se cumpla con esa ordenanza. Ninguna de las administraciones municipales la ejecutó”, dijo a FM De la Calle, Dante Patrignani, secretario de derechos humanos de la central.

Semanas atrás retiró el cartel de Memoria Verdad y Justicia. “Como son tan exigentes con el cumplimiento de las ordenanzas, como me dijo el secretario de Espacios Públicos en su momento que deberíamos conocer las ordenanzas para poner un cartel”, pretenden que la comuna cumpla con la 15.190 aprobada en 2009 por el Concejo Deliberante.

Patrignani agregó que “vamos a hacer una campaña de firmas personales, además de las organizaciones que acompañan la nota. Mientras tanto consideramos que el cartel que pusimos vino a suplir al falencia por parte de la Municipalidad y pedimos que se habilite para volver a colocarlo”.

“Pedimos una entrevista con el intendente para discutir esto. Históricamente es el lugar de la memoria en Bahía Blanca, desde el primer mural con los nombres de los desaparecidos de la ciudad siempre fue un lugar emblemático”, señaló.

Por último, en relación a la sentencia por el juicio a integrantes de la Triple A por crímenes de lesa humanidad que se conocerá el 2 de agosto, mencionó que “tenemos acordado llamar a quienes quieran participar, los que no puedan ingresar a la sala, hacerlo desde la calle, acompañar esto con las imágenes de víctimas de la Triple A y hacer un acto y reconocimiento. Entendemos que debe haber una manifestación pública”.

Se ha publicado -y agotado, pero no se asusten, ya hay reedición saliendo de la imprenta- un libro que contiene relatos de fútbol de exjugadores e hinchas gallegos.

Esteban Agudo, uno de los autores, dijo a FM De la Calle que “la idea siempre fue hacer algo para el aniversario”, refiriéndose al centenario que transita Bella Vista.

“En principio, era hacer un libro con reseñas históricas. Pero el contexto no ha ayudado para recopilar datos y andar juntándose mucho. Así que decidimos hacer un libro con cuentos de ex jugadores, hinchas y sobre todo de pertenecientes al barrio”.

La antología incluye cuentos y poemas dedicados a los ídolos del club. Escriben: Esteban Agudo, Pablo Duca, Diego García, Nicolás Fernandez Vicente, Matías González, Nicolás Guglielmetti, Gustavo López y Matías Roque. El diseño es de Carlos Mux.

Valorando la riqueza social de esta institución centanaria, el autor señaló que “es fundamental para un barrio tener un club que nos cobije, que nos aglutine, que nos contenga. Cualquiera que haya vivido en un barrio lo siente así. Lo lindo es, después de uno pertenecer, devolverle algo desde el lugar que uno ocupa”.

Si bien la primera tirada se acabó rápidamente, están “preparando una nueva edición del libro, de más ejemplares. Entre conocidos y gente del barrio se ha agotado en seguida la primera tirada. En los próximos días estará llegando la segunda edición”.

“También lo hacemos para dejarlo en la Biblioteca Popular Bella Vista. Es una que se suma a las tantas actividades que tiene que, por cierto, es artísticamente muy activa”.

Para Esteban, la publicación “significa mucho familiarmente. Mi viejo jugó de pibe. Jugar ahí era un sueño cumplido, más allá de llegar o no a primera. Pertenecer además donde uno es hincha significa mucho. En mi caso, es la primera edición de un cuento, así que sueño cumplido por duplicado”.

En el caso de su cuento, “la historia es la excusa, es para darle el hilo conductor. Después lo que se cuenta del barrio y de los personajes, que son reales, es lo que uno quiere contar en sí”.

La tarea de los clubes barriales en contexto de globalización y desigualdades estructurales es crucial para la recomposición de los tejidos sociales. “El tema es no perder la identidad. Se pierde el valor de quién sos y empezás a ser un número o un cliente del consumo. EL barrio está para no perder la identidad, para que te llamen por tu nombre. Es el rol social del vínculo, con las personas, con el vecino, lo que el club y la biblioteca se proponen día a día”.

Los ejemplares están disponibles en la biblioteca popular Concepción Urdinola de Pedernera del Club Bella Vista y en su sede social de Rincón 555.

Las 19 bibliotecas populares de la ciudad coincidieron en demandar el permiso para retomar sus actividades, suspendidas desde el inicio de la pandemia por disposición provincial.

“De un tiempo a esta parte todo se ha reactivado, volviendo a una nueva normalidad, hemos quedado desplazadas porque no tenemos autorización para abrir”, dijo a FM De la Calle María José Prado, integrante de la Biblioteca Popular Simón Rodríguez de Los Almendros.

Explicó le presentaron “una nota a Romina Ayala, la directora de Educación, explicando por qué son necesarias las bibliotecas y la respuesta vino por parte de la jefa de despacho del Instituto Cultural, Marisa Aguirre, diciendo que no, que depende de provincia y que hasta fase 4 no podemos abrir”.

El Municipio se comprometió en las últimas horas a acompañar el pedido ante las autoridades provinciales y a recibir a representantes de las instituciones el próximo martes.

Prado se refirió a la importancia de estos espacios culturales “la actividad de biblioteca es mucho más que la recepción y devolución de libros. Las bibliotecas se forman y arman en función de la impronta del grupo de vecinos, cada una responde a la demanda. Podés encontrar apoyo escolar gratuito, ajedrez, idiomas, es un espacio de encuentro, de pertenencia, para chicos y adultos mayores que han quedado por fuera de todo este tiempo”.

En la nota que presentaron adjuntaron un protocolo por cada biblioteca. “Recibimos un subsidio específico para readecuar espacios y abastecernos de artículos de limpieza, nos falta la autorización. Podemos ir a un bar, ir al cine pero no ir a la biblioteca, no está permitida la circulación de gente dentro de la biblio”.

La bibliotecaria agregó que “hay chicos que van a usar internet y se quedan en la vereda porque no se les puede permitir el ingreso”.

“La visibilización arrancó el fin de semana, el disparador fueron los festejos en el Teatro Municipal (por el triunfo de selección de fútbol). De las 19 bibliotecas la gran mayoría estamos de acuerdo en presentar este reclamo de manera colectiva”, finalizó.

Integrantes del colectivo Abrazo a la Plaza del Sol y representantes de diversas ramas de la cultura bahiense realizaron esta mañana una intervención en el Municipio en defensa de los espacios públicos.

El grupo mostró carteles en el hall de Alsina 65 “advirtiendo sobre las políticas de privatización y apropiación de los espacios públicos en la ciudad, como parte de una campaña de protesta y esclarecimiento, avalada con más de 5000 firmas”.

“La entrega de parques, calles y plazas a emprendimientos comerciales privados dejará fuera a gran parte de la ciudadanía que solo podrá disfrutar de lo que es de todos si consume o paga su permanencia en dichos espacios”, agregaron.

Al grito de “lo público es de todos” las y los vecinos que se encontraban en el lugar haciendo trámites participaron de la performance que luego se repitió en las escalinatas de acceso al edificio.

(Por Astor Vitali) Las decisiones simbólicas en los actos públicos pueden ser solo ceremonial y protocolo o pueden constituir mensajes potentes que apelen a fuentes culturales que mueven elementos del inconsciente colectivo de los pueblos. Nos parece que las elecciones rituales concretadas durante el acto que encabezó el presidente Alberto Fernández el domingo pasado merecen una mirada detenida y la indagación respecto de las posibles implicancias simbólicas –positivas, a nuestro entender–  que se derivan del repaso de la actividad.

Más allá de la elección de representantes religiosos, pueblos originarios y centralmente trabajadores y trabajadoras “esenciales”, que representan lo mejor de la actividad humana ante el terror que implica una situación de catástrofe, en contrapartida con las acciones desesperadas de seres humanos que bien podían evitar actividades superfluas y, con ello, salvaguardar la salud del prójimo, más allá, decía, de las simbólicas flores como ritual vital ante los muertos y las muertas, y del contenido estrictamente político del discurso presidencial, nos detendremos en lo que aconteció sobre el escenario.

El criterio de selección no se basó en modas, estereotipos prefijados por medios masivos de comunicación, que articulan con la industria cultural, cuyos intereses no siempre –o casi nunca- coinciden con los de la cultura de los pueblos; no se basó en un “quedar bien” ante determinado sector. Podría argüirse que el contenido artístico del acto constituye un guiño hacia la mirada cultural progresista. Sin embargo, esta postura soslayaría que tal cosa, el progresismo, no se puede pensar como una masa homogénea que defiende valores culturales estancos. Por el contrario, la progresía capitalina post dictadura, excluyendo excepciones, se ha caracterizado por asimilarse a la cultura de mercado, cediendo terreno en el ámbito cultural, de sus fuentes y tradiciones populares. Terreno que no ha cedido, por ejemplo, en el campo de los derechos humanos. Por lo que, la defensa de la tradición popular se encuentra en un fragmento minoritario de la progresía rioplatense. Pervive, en general, en las acciones culturales de trabajadores del sector y en espacios de resistencia y memoria cultural que se extienden por todo el país.

Retomando, la selección de lo que se puso en escena se articuló en base a diferentes tradiciones culturales constituyentes de la identidad cultural del pueblo argentino –no todas, claramente- en un gesto de construcción simbólica que no merece soslayo.

Comenzó con la interpretación de Erbarme dich, mein Gott de Johann Sebastian Bach en la voz de Susana Moncayo. Allí se encendieron 24 velas en honor a las personas muertas por COVID-19, en cada provincia. Aparece la apelación a la tradición cristiana y europea en la música sacra, que ha acompañado, durante siglos, rituales de estas características. Pero también aparece en la idea del estado, de lo público, una ruptura de la división entre la llamada “música culta” y “música popular”. Sobre todo, por lo que vino después.

Laura Novoa leyó La meta nada menos que de Hamlet Lima Quintana, trabajador de la palabra del pueblo, y luego un músico que representa tanto la erudición como lo telúrico, Juan Falú, interpretó junto a la cantante Nadia Szachniuk, del mismo autor, Zamba para no morir que, fuera de la literalidad de la posibilidad de pervivir en los hijos e hijas, supone la concreción del proyecto de un pueblo en las generaciones posteriores.

Más tarde, la actriz interpretó el poema La canción resuena siempre de Diana Bellessi, docente de filosofía y poeta, quien ha trabajado en los márgenes sociales de las cárceles y desde alguna corriente feminista.

Posteriormente, Nos veremos otra vez de Serú Girán fue interpretada por un grupo de artistas y la cantante Patricia Sosa, incorporando la corriente del rock argentino –que no nacional– a las corrientes anteriormente mencionadas.

También se introdujo Océanos de Juan Gelman, un poeta del pueblo, inscrito en la tradición revolucionaria argentina.

Después de este set, el presidente, Alberto Fernández, hizo uso de la palabra en su carácter institucional. En este artículo no nos centraremos en ello, de lo que hay largo papeleo impreso, aunque podemos mencionar que el tono fue de rito popular en búsqueda de la trascendencia de quienes han caído en medio de una catástrofe.

La ofrenda floral se hizo bajo otra música de sentida despedida: Adiós Nonino  de Astor Piazzolla. Que, aunque no fue anunciado, resonó como una música envolvente de pérdida de lo querido y, su elección, apeló a otra de las tradiciones musicales revolucionarias de la Argentina.

Visto así, puede decirse que el acto tuvo una propuesta cultural meditada, un esbozo de mensaje que apeló a diferentes tradiciones culturales. Esto no ocurre normalmente.

Como siempre, caben las críticas. Había presencia de pueblos originarios entre quienes se sentaron junto al presidente pero no hubo presencia en la expresión estética, de esos pueblos originarios. El grupo que asesora al presidente que dio asilo político a Evo Morales, luego del golpe de estado, debe meditar si a la Argentina no le cabe también el sayo de plurinacional, más allá de enorgullecerse de las tradiciones populares posteriores a la Revolución de Mayo.

Concluyendo, en este acto se ha establecido una propuesta cultural que ha sido muy rica y oportuna, sobre todo en el contenido de las letras y las músicas. Éste fue estrictamente pensado para afrontar las pérdidas, para buscar la trascendencia de dichas pérdidas y para otorgar un sentido a todo aquello, tan doloroso. En ese contexto, si la política del Estado argentino contempla a los pueblos originarios como parte integrante y sustancial de su existencia (y no como un mero relato de corrección política), y teniendo en cuenta que dichos pueblos originarios tienen sus prácticas artísticas, esas prácticas culturales deberían ser tomadas en cuenta como parte del relato cultural que el Estado argentino lleve adelante en sus actos públicos.

(Por Astor Vitali) Cuando murió David Viñas, muchos intelectuales se ocuparon de decir que se había ido un tipo de intelectual que ya no sería posible. Un argentino de corte sartreano propio del siglo XX, en esta América convulsa. Pero ¿Viñas buscaba, con su obra y con su trabajo, convertirse en una pieza de museo (como querían esos intelectuales) o en motor del pensamiento crítico que pueda encarnar en otres pensadores que le vayan sucediendo? Murió Horacio González y, al margen de la partida de un pensado original y único en tanto su obra es suya y su mirada propia, rechazo las posiciones que despiden a un tipo de intelectual que ya no será posible. Que haya vivido Horacio González es motivo suficiente para desear más pensadores de corte gonzalezco.

¿Qué es rendir homenaje? Depende del legado. En el caso de una persona que se dedicó al pensamiento crítico, parado en su tierra y posicionándose en su tiempo, esta pregunta es de fácil resolución: se espera personas inspiradas en el pensamiento crítico que se paren sobre su tierra y se posicionen en su tiempo, a modo de homenaje.

Este es nuestro punto de partida: nada de homenajes que hablen de González con el lamento de la añoranza, con la mirada del atardecer perdido que jamás vuelve. Sí, es cierto: su voz en un espacio público, no vuelve. Pero la voz es un hecho misterioso constituido de muchos más elementos que cuerdas. ¿No está su voz en los libros escritos, en las cátedras dadas, en centenares de alumnos y de alumnas que acudían a sus clases deseosos de saberes, empujados por articulaciones del lenguaje, siempre provocativas y con textura? Podemos encontrar su voz en los miles de escenarios en el espacio público, instituciones, organizaciones en las que el eco de sus pensamientos resuena y resonarán.

Se ha destacado por estas horas, también, su honestidad. Decir que alguien es honesto porque no robó es decir poca cosa. La configuración de los delitos es establecida por quienes tienen algo que perder y, en contrapartida, es interés de los y las intelectuales críticos la política de los desesperados –a quienes todo les fue ya arrebatado, inicialmente. La honestidad intelectual –que González tenía– es una honestidad de otro tipo; es una que cuesta en recursos económicos (altos costos económicos paga quien se atreve a los matices, en ámbitos de pensamientos conscriptos a una causa cerrada), cuesta juzgamientos apresurados de quienes leen hasta el título y prefieren la rápida reacción (que debería ser siempre de derecha) a la profunda reflexión, y por supuesto, se pagan altos costos en el ámbito de la circulación de ideas en un contexto en el que la industria cultural padece el grado de concentración vigente.

Estas horas son, para Horacio González, de enorme reconocimiento y afecto: amigos y enemigos saludan a un pensador crítico, con el que se pudo acordar o disentir pero a quien se puede eludir.

Ayer me dijo alguien: escribía medio críptico, difícil de entender. Hay allí, en el uso del lenguaje (del pensamiento) de González, algo que reivindicar: alguien que piensa complejo, enuncia complejo y al hacerlo, al brindar sus pensamientos a la comunidad, no hace otra cosa más que estar a su servicio, y sobre todo, no subestimar a sus interlocutores.

Hay otros dos modelos de intelectuales: el que “habla difícil” pero su decir no resuena (orador vacuo) y aquel que “se le entiende” pero su diatriba constituye una estafa (el chanta de masas).

Horacio González buscó la profundidad del pensamiento, la complejidad de las ideas, las imbricaciones de las ideologías contrapuestas. Hay una pregunta de verdaderas implicancias políticas: ¿qué hay de verdad en el pensamiento del enemigo?

Me dijo esta persona que, además de sentir que González “hablaba difícil”, de igual modo, cada vez que lo leía sentía que no entendía pero que había algo importante allí en su palabra, y que esto lo llevaba a interiorizarse en su pensamiento hasta comprender. Bravo, Horacio. González seducía con su pensamiento, entonces, podemos decir. González hacía, con palabras y con ideas complejas, que las personas se internaran en la complejidad, en lugar de quedarse en la llanura de la imagen en la era de los likes. ¿Puede haber algo más contrahegemónico que generar en los otros y en las otras una actitud vedada por el mercado, una acción exactamente contraria a la esperada o generada por la maquinaria del poder?

Retomar el asunto de su vínculo con el campo de lo enemigo, en su discurso de despedida de la Biblioteca Nacional (2015), González habló del respeto de los legados como una “pequeña astucia de la historia”. Es decir, estudiar a los conservadores, tanto o más que a los propios. En otras palabras, adentrarse en el pensamiento milenario, dado que los conservadores basan sus sistemas con anclaje helénico, latino, etc.  

“La idea de best seller la conocemos; nos produce el placer que elegimos, bueno o malo. La idea de leer aquello que sostiene nuestro espíritu, también la conocemos, es una idea formidable, la lectura es una lectura amiga, que intercala con nuestros pensamientos otros de los que podemos aprender. Y después hay un ejercicio lectural, que es un ejercicio atrevido, porque invierte esta relación lineal y afectiva de lo que leemos, y se trata de sacar experiencias de lo que no nos gusta o de lo que consideramos demencial o inapropiado, siempre que esté sostenido por un espíritu que nos intereses. Ese espíritu que nos interesa no necesariamente puede decir las cosas interesantes para nuestra vida, y no obsta que lo condenemos, también. Pero, para el lector, condenable o no condenable, nunca cesa la soberanía que lleva hasta las últimas consecuencias de la lectura. Es el lector que lleva hasta las últimas consecuencias de su no gusto, de su no acuerdo, la capacidad de explorar un texto enemigo.

Hay algo en la lectura que al enemigo lo convierte en algo donde cesa la hostilidad, y en un único segundo, en un chasquido, se muestra de alguna manera un mundo asombroso, donde reina a veces casi soberana una palabra, una idea, una forma del genio” (Facultad Libre).

Saber que es preciso reconocer cómo piensa quién me piensa. Porque un enemigo se piensa y piensa al otro. Hay, en rigor, una actitud vanidosa o religiosa en quien se queda con su librito de verdades, únicamente, y no intenta indagar sobre lo diferente. Lo que nos constituye es la otredad: ¿cómo desconocerla, entonces, si nos constituye? Estoy delimitado, y mis límites participan de lo externo, se tocan con lo otro, necesariamente, lo reconozca o no.

Y, como somos pensados, es preciso también, pensar. “Un proceso popular como el que encabezaron Néstor Kirchner y Cristina Kirchner, necesitaban pensamiento”, dijo en la mencionada despedida de su cargo de director de la biblioteca.

Defender el pensamiento es una actitud eminentemente contracultural en el contexto actual, por ende, crítica y revolucionaria.   

Borges y Horacio González compartieron mucho: la pasión por el ser de esta tierra, la Biblioteca Nacional, el amor por la literatura, los deslizamientos de lo que parece fijo y las implicancias concretas y metafísicas de lo que nos es dado. El González maduro estuvo al frente de lo que llamó “una de las viejas maestras de la Historia de la nación argentina” que “no es una única historia”, debiendo considerar además que “nos hace a todos mucho más libres saberse parte de una comunidad”.

Desde posturas ideológicas irreconciliables, el pensamiento puede discurrir en el ámbito de las profundidades de la indagación filosófica y ética: y esto constituye un aporte invaluable a su pueblo. Para en el medio de su pueblo. No arriba: entre.

Por supuesto, es una vida muy larga y este artículo muy corto. Datos biográficos, anécdotas, emociones y saberes se escribieron estos días por doquier. Aquí quisimos dejar sentado que Horacio González es un pensador ubicado en su pueblo, indagando milenios, abriendo puertas entre lo que no quiere verse, tal vez, por temor a reconocerse.