El juez en lo Contencioso Administrativo de La Plata Luis Arias, quien se encuentra suspendido en su función, debía ser juzgado a partir de este martes por un Jury de Enjuiciamiento en el que se le imputan 21 cargos.

En diálogo con FM De la Calle, Arias explicó ayer que 11 de esas imputaciones son “no haber remitido el expediente a la Receptoría General de Expedientes, es decir, un trámite burocrático que se hace para que la Corte tome conocimiento de que existe una causa de Fulano contra Mengano. Además, yo ordené eso. Lo que pasa es que las partes no lo pidieron, no impulsaron el movimiento y me atribuyen a mí responsabilidades de no haber mandado el expediente”.

“Son todas las causas urgentes en donde, remitir un expediente a una oficina administrativa de la Corte puede implicar una pérdida del derecho a las personas que están litigando”.

Respecto al resto de las imputaciones, el magistrado sostuvo que “son todos conflictos de competencia con los jueces penales o con la propia Suprema Corte de Justicia, donde los jueces penales, por ejemplo, frente a un desalojo masivo dictan medidas arbitrarias, ilegales; generalmente porque no cumplen con los estándares internacionales. Y por otro lado, esos ocupantes viene al fuero Contencioso Administrativo a pedir que se les garantice el derecho a la vivienda digna, el derecho a la tierra y muchos otros derechos que están establecidos constitucionalmente”.

“Esto que hace la Corte, que hace el Jurado de Enjuiciamiento, que hace el procurador (Julio) Conte Gran, es querer eliminar la diversidad de pensamiento, es como si obligáramos a todos los poetas a escribir la misma poesía, a todos los escritores a escribir la misma novela. Digamos, si trabajamos sobre textos hay visiones diferentes, hay interpretaciones diferentes siempre dentro de un rango de racionalidades posibles. Los magistrados no podemos estar condicionados por nuestra manera de pensar, por nuestra manera de ver el mundo”, manifestó.

Finalmente Arias destacó que “no tengo denuncias de ninguna persona particular, no tengo denuncias de abogados matriculados, por el contrario, nos eligen todos los años como mejor juzgado Contencioso en la encuesta que hace el Colegio de Abogado y las puntuaciones que nos dan en todos los aspectos están entre los primeros juzgados de todos los fueros. Las denuncias son de los jueces penales y de algunos funcionarios de la Corte”.

Fueron las palabras de Natalia Acosta, abogada del matrimonio igualitario que consiguió mediante un fallo sin precedente que la obra social se haga cargo del tratamiento de fertilización asistida al que no querían acceder.

En el año 2013 se dictó una ley nacional para todas las obras sociales que incluye el tratamiento de fertilización asistida en el programa médico obligatorio y, según la abogada, “hasta el momento no había ningún caso en que se hubieran negado a cumplir con esto”. En este caso, el matrimonió se presentó en el estudio “con el deseo de poder formar una familia y se encontraron con el obstáculo de la obra social. Iniciaron los pasos procesales correspondientes, y ante la negativa tuvimos que recurrir al procedimiento de amparo”.

No trascendió de qué obra social se trata ya que es un fallo de primera instancia, en caso de que haya una apelación “esperamos que la Cámara confirme el fallo pero sí sienta jurisprudencia en primera instancia”. Acosta aseguró que el fallo habla de “la inclusión, la evolución de la sociedad, el hecho de la mujer de poder disponer de su cuerpo y elegir cómo formar una familia”.

Los argumentos de la obra social para negar la cobertura del tratamiento se refieren a “que es una obra social chica, cuestiones económicas, cuestiones en relación al ámbito familiar, que la cónyuge tiene otra obra social. Cuestiones que no hacían que fuera un impedimento […]. Entonces, si la ley no establece limitaciones la obra social tampoco tiene por que hacerlo”, explicó la abogada.

El gobierno anunció que tomaría medidas para bajar el precio de mil drogas requeridas por afiliadxs de PAMI a partir de abril. Desde el Colegio de Farmacéuticos de la provincia, la presidenta María Isabel Reinoso, aseguró que esta decisión será a costa de las farmacias y que beneficiaría a Farmacity.

La titular de la Confederación de Farmacéuticos Argentinos aseguró que “al día de hoy no tenemos el listado de esas drogas y mucho menos de los medicamentos que va a cubrir PAMI. Tenemos que conocer para decirle a los abuelos cuáles van a tener cobertura y cuáles no”.

Según Reinoso hay dos cuestiones relacionadas al anuncio del gobierno, el 31 de marzo vence el convenio para la provisión de medicamentos y la negociación es entre la vicejefatura de gabinete y la industria farmacéutica.

Por otro lado está el aporte económico realizado por las farmacias: “Hoy el PAMI compra los medicamentos y paga la mitad de lo que sale; la diferencia la ponemos entre la industria farmacéutica y la farmacia. Estamos pidiendo que baje el aporte y que sea de manera escalonada”.

Este pedido se realizó ya que en varias provincias del país “a las farmacias le han duplicado los impuestos y no pueden seguir sosteniendo la prestación haciendo ese aporte, que se hizo cuando se cayó el país en el 2001 y que nunca se corrigió”.

Para Reinoso “el mayor beneficiario son los grupos económicos y la empresa Farmacity, que se ahorraría 12 millones de pesos por mes en detrimento de la farmacia pequeña y mediana. Si esa estructura no se cambia muchísimas farmacias quedarían fuera de poder dar la prestación de PAMI”.

Respecto a la posibilidad de que Farmacity se instale en la provincia, la autoridad del Colegio de Farmacéuticos dijo que “si quiere se puede instalar, pero cumpliendo la ley vigente que cumplimos todos. Este fondo de inversión quiere establecerse sin localización, donde es rentable. Y la ley dice que se tiene que establecer una farmacia cada tres mil habitantes y cada 300 metros para que se desparramen y haya una red capilar, una farmacia en cada barrio”.

“La ley tampoco permite fondos de inversión por una razón de salud pública”, agregó. En este caso, además, se presenta un conflicto de interés con el vicejefe de Gabinete, Mario Quintana, quién también fundó la firma Farmacity.

El Instituto de Estudios Comparados en Ciencias Penales y Sociales (INECIP) expresó su descontento con el presidente de la Corte Suprema, Ricardo Lorenzetti, en el acto de apertura del año judicial.

“Básicamente desde la sociedad argentina, desde hace varios años se viene manifestando una desconfianza hacia el Poder Judicial. Nosotros desde el INECIP hace más de 27 años que venimos trabajando en pos de la reforma del sistema de administración de justicia penal en nuestro país especialmente, dando debates y pretendiendo, avanzar hacia discusiones que son totalmente necesarias”, dijo a FM De la Calle la directora ejecutiva de la entidad, Aldana Romano.

Lamentó que “una vez más se anuncie con bombos y platillos una reforma que no es tal” y opinó que “es un mensaje bien equivocado hacia la sociedad argentina y casi que una tomada de pelo. Podemos discutir perfectamente las ferias, podemos discutir los horarios; podemos hablar de la necesidad de mejorar las tecnologías en pos de contribuir a la modernización de la administración de justicia, pero no puede ser que se desconozca y no esté en agenda, por ejemplo, la falta de implementación del nuevo Código Procesal Penal, que hace años que hemos sancionado”.

Respecto al funcionamiento del Consejo de la Magistratura, Romano sostuvo que “en hay un debate más amplio que tiene que ver con el gobierno judicial, en donde el Consejo de la Magistratura es una de las organizaciones que lo conforman pero no es la única. Tenemos que discutir el gobierno judicial y tenemos que entender que la administración de justicia es una política pública, y en tanto tal requiere de un gobierno y de su desarrollo y ejecución”.

“Lamentablemente las reformas que se han dado en el Consejo de la Magistratura en los últimos años no han sido más que para ver quien tiene un poco más de poder, no han logrado transparentar la selección de los magistrados ni tampoco un sistema de disciplina o de miradas sobre las decisiones de los jueces que sea justo”.

A dos años del homicidio de Ángel Almada, el abogado de la familia, Leandro Aparicio habló esta mañana con FM De la Calle para contar las novedades en la causa por el encubrimiento de la muerte del joven violinista whitense: “Hay 5 personas imputadas; 3 son civiles y 2 policías. De los 3 civiles una se llama Cintia Cerdeiro que fue la que fue el mismo día a la comisaría y entrega el celular de Ángel diciendo que, se lo había cambiado por dos botellas de cerveza”
“Por otro lado, esta Pagotto que era el verdulero al cual se le encuentra el otro teléfono que estaba en la fiesta y que algunos dicen se había llevado Ángel (…), y por último está Acosta, que era el ex delegado (municipal), que fue en ese momento quien se arroga funciones que son propias de la policía; y posteriormente declara falsamente” comentó el letrado.

Respecto de la imputación a dos efectivos de la policía sostuvo que estos “tomaban las declaraciones y apretaban o falseaban las declaraciones, todas con el objetivo de plantear la hipótesis del suicidio (…)”.
En relación a la causa del homicidio, explicó que todavía “hay pruebas pendientes con los trece teléfonos secuestrados y hay otras medidas de prueba. Entiendo que la causa va a ser girada a la UFI específica de homicidio, que ya fue girada anteriormente y no duró ni dos horas. Se hizo una conferencia de prensa y la conferencia duro más que el tiempo que duro la causa en la fiscalía”.

El miércoles pasado se realizó la audiencia preliminar de la segunda etapa del juzgamiento de los crímenes de lesa humanidad cometidos en jurisdicción de la Base Naval de Puerto Belgrano.

“Terminamos de armar la compleja trama represiva desde la Armada, acá tenemos muchos imputados con rango medio. En el primer juicio fueron juzgados y condenados altos mandos y de bajo rango y acá venimos a completar ese organigrama que funcionó como un gran pulpo en la ciudad”, dijo a FM De la Calle el fiscal José Nebbia.

El debate oral de la causa caratulada “Aráoz de Lamadrid Nº6631” será en abril en la sede del rectorado de la UNS de Colón 80 y tendrá 14 imputados y 66 víctimas. El tribunal está integrado por Jorge Ferro, José Mario Triputti y Martín Bava y los fiscales son Nebbia y Miguel Palazzani. Mónica Fernández Avello y Walter Larrea representan a las querellas de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación y a la APDH, respectivamente.

Según informó Nebbia, el debate “va a ser corto porque los casos de las víctimas fueron juzgados en el primer juicio, hay muy pocos casos nuevos y muy pocos testimonios nuevos porque el tribunal con muy buen criterio y -a pedido de la Fiscalía y las querellas- incorpora todos los testimonios por video para que los familiares no tengan que volver a declarar y revivir el horror que pasaron en aquella época”.

La causa fue elevada con una veintena de represores aunque hoy son 14 los que estarían habilitados por el tribunal. “Por el transcurso del tiempo algunos fallecieron, otros quedaron fuera del proceso por incapacidad psíquica y por eso también la necesidad y la premura de que se lleve adelante el debate”.

¿Lo miran por TV?

Casi la totalidad de los acusados está detenido en sus casas. “Esa es una característica que se detectó desde el inicio de las acciones, inclusive en primera instancia: la diferencia entre fuerzas. La Armada ha sido mayoritariamente beneficiada con prisión domiciliaria en contraposición al resto de las fuerzas”.

“Este juicio tiene todos imputados de la Armada y no es la excepción. La inmensa mayoría está con prisión domiciliaria, algunos aquí en Bahía y la mayoría en Capital Federal. Pedimos que se los reexamine para ver la posibilidad de que sean trasladados para que, al menos en algunos tramos cruciales del proceso, estén presentes a la vista de los jueces, las partes y el público”, dijo el fiscal.

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Consultado por las causas del privilegio de los marinos sobre los genocidas de otras fuerzas, Nebbia aseguró: “Lo nuestro es meramente descriptivo, desde la Fiscalía hemos llamado la atención sobre eso e impugnamos de igual manera cuando entendemos que no están las condiciones que fija la ley para que una persona esté en domiciliaria y esté en condiciones de cumplir su detención en un establecimiento carcelario. Pero lo cierto es que los números muestran esa diferencia”.

El defensor Sebastián Olmedo Barrios afirmó que sus defendidos tienen más de ochenta años y pidió que sigan las audiencias desde Buenos Aires. Para su colega Gerardo Ibáñez, trasladar a los reos al Aula Magna universitaria es “puro hostigamiento”.

El juez Jorge Ferro anunció que la modalidad será la misma que en los juicios anteriores, con videoconferencias desde Comodoro Py y el Consejo de la Magistratura. El tribunal deberá resolver si los genocidas estarán o no durante la lectura de la acusación, las indagatorias, los alegatos, las últimas palabras y la sentencia.

No innovar en Baterías

Durante la audiencia preliminar la Fiscalía pidió continuar con la medida cautelar que impide modificar la Séptima Batería de la Base de Infantería de Marina Baterías y ordena realizar “trabajos de prospección orientados a recolectar pruebas”.

El fiscal Nebbia comentó que en el lugar está trabajando Memoria Abierta, la misma organización que realizó la excavación y recuperación de los cimientos del predio donde funcionó el centro clandestino de detención, torturas y exterminio La Escuelita, detrás del Batallón de Comunicaciones 181 del Comando V Cuerpo de Ejército de Bahía Blanca.

“Se pudo comprobar a partir del primer juicio que en la Séptima Batería funcionó uno de los centros clandestinos de la Armada. Hay un trámite ante el Juzgado de primera instancia donde a partir de la solicitud hecha por la Fiscalía se cauteló y se mandó a hacer una protección del lugar”.

Los primeros trabajos se realizaron a fines de 2017 y para continuar es necesario que el Consejo de la Magistratura destine los fondos necesarios.

Declaración anticipada

Con la probable intención de alejar al represor Aristóbulo Nicanor Moreira del escenario de los crímenes de lesa humanidad cometidos a fines de 1976 y principios de 1977 en la región, el defensor oficial Gustavo Rodríguez adelantó el testimonio de la cuñada del ex capitán de fragata.

Marta Catalina Moreno declaró que desde “el 23 o 24 o diciembre del 76 hasta mediados de enero del 77” compartió las fiestas de Navidad y Año Nuevo en su casa de calle Carabobo de Capital Federal con su hermana Noemí y con Moreira quienes estaban casados desde 1969 y tuvieron una hija en 1976.

(Por Comisión de Apoyo a los Juicios) El ex camarista Néstor Luis Montezanti será indagado el próximo viernes 16 de febrero a las 10 por el juez federal Walter López da Silva, en el marco de una investigación por crímenes de lesa humanidad. Será la primera vez que no pueda escudarse en sus fueros.

Está acusado de haber integrado la Alianza Anticomunista Argentina -conjuntamente con miembros de la CGT local e integrantes de las fuerzas de seguridad- de activa participación en la represión ilegal, particularmente la que se centró sobre el ámbito universitario y gremial durante la etapa previa al golpe de Estado del 24 de marzo de 1976 y de haber sido cómplice del plan criminal desplegado posteriormente durante la última dictadura.

El ex presidente de la Cámara Federal de Apelaciones de Bahía Blanca fue juzgado por el Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados de la Nación por sus vínculos con la Triple A y su pasado como personal civil en el Destacamento de Inteligencia 181 durante el genocidio y se salvó de ser destituido por la rápida aceptación de su renuncia por parte del presidente Mauricio Macri.

Invitamos a todas las organizaciones y a la comunidad a encontrarnos este viernes a las 9 en Alsina y Lamadrid para seguir exigiendo Juicio y Castigo a Montezanti.

Adonde vayan los iremos a buscar!

COMISIÓN DE APOYO A LOS JUICIOS

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Comunicado de la familia de Santiago Maldonado. Ascienden a los gendarmes implicados en la desaparición forzada seguida de muerte de Santiago.

En el Boletín Oficial del día de hoy se publica la Resolución 1473-E/2017 del Ministerio de Seguridad, por la cual se dispone el ascenso de varios gendarmes(entre otros) del gendarme Emmanuel Echazu.

Esta decisión nos parece como mínimo prematura porque se encuentra en curso una investigación sobre la responsabilidad de ese y otros agentes en un caso gravísimo como el de la desaparición y muerte de Santiago.

El ascenso de un agente en esas condiciones resulta impropio y desaconsejable, ya que podría suponer cierto aval a practicas represivas ilegales y una provocación a los familiares de las víctimas.

Creemos que la resolución debe ser revocada en cuanto a los gendarmes bajo investigación y así lo exigimos.

VERDAD y JUSTICIA x SANTIAGO.

#JusticiaParaSantiago

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La Procuraduría de Crímenes contra la Humanidad presentó su informe anual a partir de los datos remitidos por los fiscales de todo el país sobre “el estado de las causas y la situación procesal de los imputados por estos delitos a nivel nacional”.

Además de la información estadística sobre las causas en trámite y la situación procesal de los imputados, el documento incorpora el análisis de trayectorias temporales a partir de los hitos del proceso penal, para medir las demoras suscitadas en los mismos.

“Al 22 de diciembre de 2017 se registran un total de 593 causas en trámite, en las que son (o fueron hasta su fallecimiento) investigados 2979 imputados. (…) las sentencias dictadas durante el 2017 han sido 26”, asegura el relevamiento coordinado por el fiscal federal Jorge Auat y Carolina Varsky.

Los números a nivel nacional

Tal como consigna el informe, “a la fecha los Tribunales Orales han dictado 200 sentencias en todo el país. De ellas, 135 (67%) se encuentran aun transitando alguna instancia de revisión (…) y su resolución se encuentra pendiente”.

Además, existen 393 causas en las que aún no se dictó sentencia, de las cuales 17 se encuentran en etapa de debate oral o plenario –esto último en los casos de juicios que tramitan por escrito bajo la modalidad del anterior Código Procesal Penal de la Nación), pero sólo seis de ellas tienen fijada fecha para que se inicie el debate. Por otra parte, hay 98 causas que se encuentran listas para que se inicie el juicio, mientras que 278 investigaciones permanecen en etapa de instrucción.

El informe señala que “durante el 2017 fueron sentenciadas 234 personas”, de las cuales 198 fueron condenadas mientras que 36 resultaron absueltas, al tiempo que destaca que “respecto de aquellos que aún no han obtenido sentencia, 701 se encuentra procesados (aunque de ellos, 53 se encuentran apartados temporalmente de la investigación, por incapacidad), a 164 se les dictó falta de mérito, 62 fueron sobreseídos y en relación con 550 personas, resta que se resuelva su situación procesal (26 han sido recientemente indagados y 524 tienen pedido de indagatoria pendiente)”.

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Por otra parte, “a diciembre de 2017, son 1305 los imputados libres y 1038 los detenidos. Un total de 599 personas ha fallecido, 499 antes de ser sentenciadas y 100 luego del dictado de su condena o absolución. Por último, existen 37 personas que se encuentran prófugos de la justicia, un número levemente menor a 2016 (44), que implica que durante el año hubo varias capturas”, consigna el documento y agrega que de los detenidos, 549 se encuentran en arresto domiciliario mientras que 435 están recluidos en cárceles del Servicio Penitenciario Federal (SPF) o provincial, al tiempo que hay un internado por fuera del SPF y otras 53 personas se encuentran en dependencias de las fuerzas armadas o de seguridad.

El documento elaborado por la Procuraduría de Crímenes contra la Humanidad también señala que durante el 2017 se dictó el fallo “Muiña”, mediante el cual la CSJN admitió la utilización de la Ley 24.390 para el cálculo en el tiempo de detención preventiva de los imputados, computándose 2 días por cada 1 que permanezcan privados de su libertad sin sentencia firme. Tal como consignó oportunamente un informe de la PCCH, publicado en el mes de agosto, se presentaron 118 planteos al respecto, en los que se solicitaba un nuevo cómputo de pena o la excarcelación.

Demoras y “cuellos de botella”

El informe analiza también las trayectorias temporales de los juicios por crímenes de lesa humanidad a nivel nacional. En tal sentido, existen 593 causas principales en las que ya se presentó requerimiento fiscal de elevación a juicio, pero del análisis se excluyen 247 causas que se encuentran en etapas previas de la instrucción, y cinco que ya tuvieron sentencia pero que no pudieron ser revisadas por la Corte Suprema de Justicia de la Nación debido a la muerte del único imputado.

Para el análisis, la Procuraduría de Crímenes contra la Humanidad consideró como causas “firmes” a aquellas que han tenido sentencia y no hay instancia recursiva pendiente, las cuales totalizan 60, mientras que hay 281 causas catalogadas como “en trámite”, las cuales son aquellas con sentencia –pero que aún no fue recurrida- o que se encuentran con requerimiento de elevación a juicio.

En base a ello, se analizaron los datos y se concluyó que, en las “causas firmes”, transcurren 5,56 años entre que se presenta el requerimiento d elevación a juicio y se obtiene la sentencia del último recurso tramitado ante la CSJN, mientras que la demora en la causas “en trámite” alcanza los 4,48 años.

Además, el informe señala que “al desagregar los datos por hito, se ve que la instancia que mayor tiempo ha tomado hasta el momento es la confirmación de la sentencia por parte de la CFCP, con una demora de casi dos años luego de conocidos los fundamentos de la sentencia de TOF. Le sigue la instancia entre el inicio del debate y el veredicto, a cargo del TOF, con casi un año y ocho meses. A continuación se encuentra el periodo entre la sentencia de la CFCP y la confirmación del último recurso ante la CSJN, que demora en promedio un año y cinco meses”.

Finalmente, el documento hace hincapié en que “los responsables del trámite de las causa demoran en conjunto más de cinco años en resolver si una causa se eleva, realizar el juicio, dictar la sentencia y en confirmarla o no en las instancias recursivas posteriores”, y señala la existencia de “cuellos de botella” durante el proceso, los cuales son necesarios resolver.

La diputada nacional del FIT Romina del Plá presentó un proyecto de ley que plantea la “suspensión de la transferencia de Cablevisión a Telecom y el control societario de la empresa Telecom por parte de Caablevisión Holding SA”.

El proyecto sostiene que la fusión atenta contra derechos elementales como la libertad de expresión y el acceso a la información y defensa de la “competencia” al favorecer una concentración monopólica tanto en materia de contenidos como de infraestructura, interconexión, transporte, comercialización y exhibición final de flujos de la comunicación, a través de la cual el grupo Clarín consolida una posición dominante.

A su vez, agrega que la fusión no tiene nada que ver con un avance tecnológico, sino que golpea a los sectores y regiones más vulnerables de la población y pone en riesgo la prestación de los servicios en amplias zonas, en particular en las regiones centro y norte del país donde se impone el peso de un monopolio exclusivo de las telecomunicaciones que afecta directamente a los trabajadores, usuarios y consumidores.

La iniciativa propone que previo a cualquier fusión Telecom debe cumplir primero con los Pliegos de la privatización de ENTEL que consiste en el pago del 10% de los Bonos de participación en las ganancias adeudados a todos los empleados vinculados a dicha empresa, y para quienes hayan perdido su relación laboral y/o sus descendientes.

Por último, el proyecto plantea la suspensión de la Fusión de Cablevisión SA con Telecom Argentina SA hasta que se garanticen los puestos y condiciones de trabajo, en un convenio único de la actividad de todos los trabajadores de Cablevisión, Telecom, Personal, Arnet, Fibertel y Nextel.

Las Abuelas de Plaza de Mayo comunicaron la feliz noticia del encuentro de una nueva nieta, la 127, hija de María del Carmen Moyano y Carlos Poblete, nacida en cautiverio en mayo o junio de 1977 en la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA).

María del Carmen nació en Godoy Cruz, Mendoza, el 9 de mayo de 1954. Era la tercera de cuatro hermanos. Su familia le decía Pichona o La Gorda. Practicaba natación, jugaba al básquet y al vóley en el club Talleres. Cursó la primaria y la secundaria en la escuela Normal, donde fue una muy buena alumna.

Estudió Farmacia y Bioquímica en el Instituto Maza de Mendoza y trabajó en una oficina de Tránsito y Transporte como empleada administrativa. Empezó a militar en la villa San Martín, con un sacerdote -el padre Pedro-, quien luego también sería desaparecido por el terrorismo de Estado. En la villa se instaló un dispensario y se daba apoyo escolar.

Después del primer allanamiento en su domicilio, decidió mudarse a San Juan, a la casa de un tío. Allí conoció a Carlos, con quien formó pareja.

Carlos era sanjuanino, nacido el 2 de noviembre de 1944. Pertenecía a una familia numerosa: tenía once hermanas mujeres. Lo llamaban “Tula” o “Guillermo” y estudió Ingeniería Civil.

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La pareja compartió militancia en la organización Montoneros. Luego de seis meses de novios, decidieron vivir juntos. Entre abril y mayo de 1977, María del Carmen y Carlos fueron secuestrados en Córdoba. Ella estaba embarazada de entre ocho y nueve meses. La pareja fue vista por sobrevivientes en el centro clandestino de detención La Perla, en Córdoba. Luego María del Carmen fue trasladada a la ESMA, donde dio a luz una niña. De acuerdo con los testimonios de sobrevivientes de ese campo de concentración, el parto fue atendido por el médico represor Jorge Luis Magnacco. Recordamos que este genocida fue recientemente excarcelado por cumplir dos tercios de su condena, a raíz de las bajas penas que recibió. La pareja continúa desaparecida.

La búsqueda

Desde el secuestro de Carlos y María del Carmen, sus familias iniciaron la búsqueda y presentaron el caso por la desaparición de la pareja y su bebé en Abuelas de Plaza de Mayo.

En 2012, la Comisión Hermanos de la agrupación H.I.J.O.S Mendoza radicó una denuncia ante la Oficina Fiscal de Asistencia en causas por violaciones a los derechos humanos cometidas durante el terrorismo de Estado sobre posibles casos de personas que podrían ser hijas de desaparecidos. Entre ellas, se encontraba la de quien hoy sabemos es la hija de María del Carmen y Carlos.

La Unidad de Derechos Humanos de Mendoza, en permanente interacción con la Unidad Especializada para casos de Apropiación de niños durante el Terrorismo de Estado de la Procuración General de la Nación, llevó a cabo diferentes medidas de instrucción con el objetivo de determinar si la mujer, anotada como hija propia de un matrimonio de esa provincia, vinculado al terrorismo de Estado, era hija de desaparecidos. La investigación concluyó con el requerimiento al Juzgado Federal N° 1 de Mendoza de la prueba genética a la víctima, con la que finamente se corroboró que se trata de la hija del matrimonio Moyano-Poblete.

En el marco de una causa judicial, en octubre de 2017, esta mujer fue citada por el Juzgado Federal Número 3 de Mendoza para realizarse el análisis inmunogenético. En la audiencia judicial intervino el equipo interdisciplinario de la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (CONADI), a solicitud del juez interviniente, para colaborar en el proceso. En los últimos días, a partir del estudio en el Banco Nacional de Datos Genéticos, se pudo determinar que se trata, efectivamente, de la hija de Carlos y María del Carmen.

Una vez más, las Abuelas destacaron la importancia de que quienes tienen datos sobre hombres y mujeres nacidos entre 1975 y 1980 que podrían ser hijos de desaparecidos, los acerquen o hablen con ellos para acompañarlos en el proceso de búsqueda de su verdadero origen.

Hace muy pocos días, desde el organismo anunciaron la restitución de la nieta 126. “Hoy cerramos el año de nuestro 40° aniversario con otra noticia feliz, el encuentro de la nieta 127, a quien esperamos conocer pronto para acercarla a su historia y abrazarla en la verdad”.

Fuente: Abuelas de Plaza de Mayo

La Comisión Provincial por la Memoria (CPM) solicitó ayer una audiencia con el ministro de Defensa de la Nación, Oscar Aguad, para manifestarle su preocupación frente a los cambios producidos en el último tiempo en el equipo de relevamiento y análisis documental de los archivos de las Fuerzas Armadas argentinas, que obran en poder del Ministerio, y que ponen en riesgo la continuidad de esta política de estado.

Estos cambios implicaron, entre otras acciones, el despido de trabajadores de vasta trayectoria, muy valiosos para las tareas de preservación. Con estas decisiones se afecta el funcionamiento de los equipos, y esto podría provocar el deterioro de una política pública crucial para nuestra democracia.

El trabajo que estos equipos vienen realizando desde el Ministerio de Defensa es indispensable para el fortalecimiento de las políticas de verdad, justicia y memoria, ya que no sólo da cuenta de la historia reciente de nuestro país sino que constituye una prueba fundamental para el juzgamiento de las violaciones a los derechos humanos cometidas en el marco del terrorismo de estado.

En la presentación realizada, la CPM manifestó su preocupación por el rumbo que puede tomar la gestión y preservación de estos archivos, solicitándole que revea estas decisiones y garantice la continuidad en sus tareas de las trabajadoras y los trabajadores. Además, expone su consideración sobre la importancia del trabajo que se viene realizando y la necesidad de sostenerlo como política de estado.

Esta preocupación se basa en el reconocimiento de la importancia que tiene el trabajo con los archivos del terrorismo de estado a la hora de conseguir justicia y conocer la verdad sobre lo sucedido. Desde el año 2001, CPM custodia y gestiona el acervo documental de la Dirección de Inteligencia de la Policía Bonaerense, parte del acervo del Servicio Penitenciario Bonaerense y de la Prefectura Naval Argentina. Todo esto ha marcado, desde nuestros orígenes, una de nuestras misiones fundamentales y redunda en una preocupación constante por la preservación y desclasificación de todos los fondos documentales vinculados al terrorismo de estado.

El Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Bahía Blanca dio a conocer esta semana los fundamentos de la sentencia del Juicio Ejército III en la cual 21 genocidas fueron condenados a penas de prisión perpetua, otros nueve recibieron castigos de entre tres y catorce años y uno fue absuelto.

2024 páginas tiene la argumentación del fallo de los jueces José Mario Triputti, Jorge Ferro y Martín Bava en el expediente caratulado “FBB 93000001/2012/TO1 caratulada ‘González Chipont Julio Guillermo y otros s/ Privación ilegal de libertad (Art.144 bis inc.1) (Lesa Humanidad)’ Querellante: Secretaria de Derechos Humanos Ministerio de Justicia, seguridad y derechos humanos de la Nación y otros”.

La causa incluía hechos en perjuicio de 105 víctimas calificados todos como delitos de lesa humanidad cometidos en jurrisdicción del V Cuerpo de Ejército desde donde se comandaba la Zona de Defensa Cinco, dividida entre las Suzonas 51 (Bahía Blanca) y 52 (Neuquén).

La sentencia involucró a oficiales y suboficiales del Ejército Argentino, Policía Federal, Servicio Penitenciario Bonaerense y Policía de la Provincia de Río Negro. Por otra parte se abordó la metodología represiva aplicada en los centros clandestinos de detención, torturas y exterminio “La Escuelita”, Batallón de Comunicaciones 181, Unidad Penitenciaria N° 4, Delegación de Viedma de la Policía Federal, Unidad Penitenciaria N° 9 y “La Escuelita” de Neuquén.

Las condenasa prisión perpetua correspondieron a Juan Manuel Bayón, Osvaldo Bernardino Páez, Walter Bartolomé Tejada, Osvaldo Lucio Sierra, Guillermo Julio González Chipont, Jorge Horacio Granada, Norberto Eduardo Condal, Carlos Alberto Taffarel, Víctor Raúl Aguirre, Enrique José Del Pino, Carlos Alberto Ferreyra, Pedro Ángel Cáceres, Jorge Enrique Mansueto Swendsen, Alejandro Lawless, Raúl Artemio Domínguez, Arsenio Lavayén, Andrés Desiderio González, Gabriel Cañicul, José María Martínez, Pedro José Noel y Jesús Salinas.

Además, se dispuso condenar a Jorge Horacio Rojas, Miguel Ángel Nilos y Miguel Ángel Chiesa a la pena de 9 años de prisión; Héctor Luis Selaya, a 6 años de prisión; a Andrés Reynaldo Miraglia, a 3 años de prisión; a Osvaldo Vicente Floridia, a 10 años de prisión; a Oscar Lorenzo Reinhold, a 14 años de prisión; a Osvaldo Antonio Laurella Crippa, a 9 años de prisión, y a Antonio Alberto Camarelli, a 3 años de prisión.

Alberto Magno Nieva fue absuelto por el principio de la duda razonable.

DESCARGAR FALLO

(Por Liga Argentina por los Derechos del Hombre) Desde su primer acto de disciplinamiento, el Protocolo de seguridad de febrero de 2016, el gobierno de Macri, con la anuencia de un amplio sector del Poder Legislativo y Judicial ha transitado un sendero de achicamiento de los espacios democráticos y liquidación de las garantías constitucionales transformando al Poder Judicial en un burdo instrumento de persecución política y disciplinamiento.

Con el encubrimiento de la desaparición forzada de Santiago Maldonado, que luego se comprobó que fue seguida de muerte por inmersión e hipotermia en el río Chubut, denunciamos una y otra vez que se estaba liquidando el Estado de Derecho manteniendo las apariencias pero disolviendo lo importante de dichas garantías que tienen que ver con el grado de libertad en que viven los argentinos.

Es imposible no vincular estos hechos con el avance de los EE.UU. sobre Jerusalem, la sanción de una ley de Excepción en México, el fraude electoral en Honduras y el incumplimiento de los Acuerdos de Paz en Colombia y de mejores relaciones EE.UU. Cuba a la que se la sigue bloqueando y saboteando.. Mucho más que diez operacones Condor.

El crimen de Nahuel, la persecución a los Mapuches y a Facundo Jones Huala, la decisión de la Corte Suprema de dar por validos los engendros jurídicos de Morales en Jujuy, los avances de las fuerzas estatales que portan armas sobre el conjunto de la vida social, la sumisión ciega a las políticas de EE.UU. de destruir cualquier espacio de autonomía a nivel mundial, son algunos de los pasos que nos traen a esta situación de intentar encarcelar a quienes defendieron un acuerdo entre naciones soberanas, que fue avalado por el Senado y que además, colmo jurídico, nunca se ejecutó y por lo tanto es nulo de toda nulidad.

Hoy Bonadio, como antes otros y muchos jueces de Comodoro Py han vuelto a la tradición genocida de los Jueces de la dictadura militar, aquellos que avalaban las desapariciones forzadas y los crímenes encubiertos como enfrentamientos. La restitución de la identidad de la nieta 126 debería servirles de advertencia que nada es para siempre y que la verdad triunfa al final de toda lucha histórica.

Convocamos a una respuesta unificad de todas y todos los que quieran vivir en una sociedad que tenga limites jurídicos y garantías de sus legítimos derechos.

Ahora es la hora.

En el marco de la avanzada del gobierno nacional contra la Ley de Salud Mental y Derechos Humanos dialogamos con el periodista y escritor Pablo Galfré, autor de La Comunidad (Editorial Sudestada), investigación sobre las clínicas San Camilo y San Antonio.

En estas comunidades es frecuente el uso de la violencia, el maltrato y en algunos casos la muerte: “En mí libro hay tres muertos que son Felipe, Saulo y Matías; y ahora se suma un cuarto muerto que es Franco Ruíz Díaz. Saulo y Felipe mueren en San Camilo, Matías muere en San Antonio. Ahora me enteré de un muerto, que no está en mi libro, que murió en 2013, también en San Antonio”, dijo Galfré a FM De la Calle.

“Felipe es el único que no tiene causa judicial. Las otras tres causas, de las cuatro, las tiene el mismo juez de Garantías, Ceballos, y ninguna de las causas avanza salvo la de Saulo, que es el motor del libro. Es increíble como un juez de Garantías tiene tres muertos en dos lugares y no hace nada al respecto. Los jueces de Garantías tienen las manos un poquito más atadas que un juez de la Justicia Federal”.

Respecto a las causas de las muertes ocurridas en las comunidades, Galfré aseguró que “Saulo se suicida dentro de una celda; Saulo estaba privado de su libertad dentro de la comunidad y dentro de una celda de esa comunidad. No dio para más después de un año y pico de internación, con diabetes tipo 1, a su vez que sufría de depresión, y resolvió terminar con su vida por sus propios medios, pero aclaremos que eso es un homicidio culposo, porque Saulo estaba privado de su libertad dentro de una celda de 16 metros cuadrados con un colchón tirado en el piso”.

“En el caso de Matías, murió de un paro cardiorrespiratorio traumático porque era alérgico a la penicilina. Él estuvo toda la noche asfixiándose y termino muriendo asfixiado por un síndrome asfíctico y un edema pulmonar, sin nadie que lo atienda al cuidado de niños de quince años, que eran los responsables de la guardia de esa noche. Y Franco Ruíz Díaz, es la causa que todavía no me he metido del todo, si bien la he leído, aparentemente se suicida en su habitación, pero en la autopsia se describe que no tenía ningún rastro de droga en sangre, ni legales ni ilegales. Cuando era una persona que tenía que estar medicada porque aparentemente padecía de esquizofrenia”.

El modus operandi que tienen estas comunidades terapéuticas para con sus internos implican hasta patotas para ir a buscarlos a partir del acuerdo con las familias: “Axel (otro de los internos), para darte ejemplos prácticos, estaba en su casa de San Isidro durmiendo; de repente tres patovas grandotes entran, patean la puerta, se lo llevan y le dicen: ‘vení que nos vamos’. Axel piensa que es un secuestro extorsivo, ve a su madre llorando le dicen: ‘ahí está tu vecino, saludalo’, lo agarran como si nada y lo suben a un auto”.

“Si una persona se fugaba la iban a buscar, si esa persona iba a la comisaría a pedir ayuda, la comisaría avisaba a la comunidad o si esa persona llamaba a sus familiares y les decía: ‘papá te espero en el peaje’, el papá avisaba a la comunidad y Martín Iribarne, el dueño de la comunidad, iba con un empleado de seguridad o con algún paciente de la comunidad que iba ascendiendo de fase, entonces la comunidad como que lo ponderaba de alguna manera y le decían: ‘bueno, ahora vos sos un operador terapéutico encargado de seguridad’, y lo llevaban como mano de obra barata a secuestrar a sus propios compañeros” aseguró.

Sobre el rol que cumplen las familias en este sistema, Galfré comentó que hay dos variables: “Está la variable del familiar que  no sabe absolutamente nada de nada y piensa que su hijo, por el mero hecho de fumar marihuana es adicto, entonces ponen en google ‘quiero internar a mi hijo’, y saltan estas páginas: San Camilo, San Antonio o Alejandro Merenzon. Y sino están los familiares de quienes, desde hace años desgraciadamente, tienen un consumo muy problemático (…) que pasaron por otros tratamientos ambulatorios y ninguno les funcionó, los familiares por la desesperación de ya haber internado a sus hijos en otras comunidades, y que se hallan escapado, terminan recalando en estas comunidades que funcionan de forma carcelaria”.

El rol del Estado

En relación las responsabilidades que el Estado tiene en estas comunidades, Galfré sostuvo que tiene que ver con “la ausencia total de políticas de drogas en este país desde siempre”. “Más allá de la implementación de la Ley de Salud Mental, que la aplaudimos, y ahora tenemos que salir a defenderla con mucha garra, creo que ya es absurdo que en nuestro país (…) rija el prohibicionismo por un lado y por otro, el abstencionismo. Y después sí, está obviamente, el no control de estas comunidades”.

“La Ley de Salud Mental yo la aplaudo, pero de 2010 a la fecha la verdad que el gobierno anterior, al que también por momentos aplaudí, a veces sentado y a veces de pie como digo en el libro, nunca se impulsó: las casas de medio camino, los tratamientos ambulatorios, los hospitales de día o las internaciones en los hospitales generales. Por eso, estas comunidades se hacen el caldo de cultivo y por eso el Estado no las controla, porque las necesita de alguna manera”.

Respecto de si estas comunidades recibían algún tipo de subsidio por parte del Estado, Galfré comentó que “San Camilo y San Antonio no. San Camilo hasta el año 2010, recibía subsidios y después no”.

“La Ley de Salud Mental de alguna manera le coartó los mecanismos. Lo que sí, la última vez que yo chequé, hace dos años, la SEDRONAR subvencionaba a 110 comunidades terapéuticas. Ya no importa tanto si son comunidades abiertas o cerradas, este sistema de comunidades terapéuticas en general no funciona”, finalizó.

(Por Mauro Llaneza)”El mapuche es un pueblo que sabe de 1700 y pico de comunidades del lado chileno, unas 70 en la provincia de Neuquén, unas 120 en la provincia de Rio Negro, unas 80 en la provincia de Chubut y a esa descripción hay que sumarle tres o cuatro organizaciones por ciudad en las más importantes, Neuquén, Fiske Menuco, Bariloche y demás. La RAM, si es que todavía existe, es una”, dijo el periodista Adrián Moyano a FM De la Calle.

El autor de “Crónicas de la resistencia mapuche” (2008), “Komütuam descolonizar la historia mapuche en Patagonia” (2013) e “Inakyal” (2017) destacó que “la comunidad agredida tiene una particularidad porque se entronca con la sabiduría más profunda del pueblo mapuche. Aquí se está formando una joven para que sea machi en algún momento determinado” y por recomendación de quienes la están formando “debería vivir en un lugar donde estén más a disposición los lawenes, los remedios de la cultura mapuche

“Estamos en la disputa de dos lógicas muy antagónicas. Para una lógica lo que prima es la propiedad, la seguridad jurídica -de ellos, obviamente- y no hay margen para  dialogar con una cultura donde las lógicas descansan sobre los mensajes de los newen, los pewma, los trances y los machi”, agregó.

-Circulan videos de una región completamente militarizada en el marco del clima represivo que ya lleva dos muertos en los últimos meses en el marco de la persecución al pueblo mapuche. ¿Cómo está la situación?

En primera instancia hay que discriminar la información. Aquí el viernes tiene lugar una reunión en el marco del G20 con funcionarios de segunda línea y el despliegue que están haciendo circular por videos tiene que ver con garantizar la seguridad de esa cumbre. Lamentablemente se superpone con este clima de militarización que bien apuntabas que se vive en la ciudad desde hace unos diez días aproximadamente cuando empezaron a verse despliegues de unidades que son de por aquí para, después supimos, propiciar el desalojo de la comunidad que intenta una recuperación en la zona de Villa Mascardi desde hace unos meses.

Pero como bien decías, la demanda o la situación de represión viene de más larga data. Una mirada de largo plazo arrojaría que esta situación tiene unos 130 o 135 años cuando se perpetró la Campaña al Desierto pero se agudizó cuando el actual gobierno llegó al poder, un gobierno que forma parte o es del sector que se benefició directamente de la Campaña al Desierto, no hace falta más que ver el apellido y el origen social de varios de sus ministros y que coincide además con esta búsqueda de lluvia de inversiones por parte de la administración actual, varias de ellas emparentadas con la profundización del modelo extractivista y varios de esos proyectos están en territorio mapuche.

Así que uno entiende que esta construcción del nuevo enemigo interno y de tender a naturalizar situaciones de represión como la que se vivió el último sábado se explica por este esquema, por esta ecuación económica del gobierno de Cambiemos.

-Hablanos de la historia de la lof Lafken Winkul Mapu y de  Parques Nacionales, más allá de la imagen que tenemos de un territorio supuestamente preservado…

Parque Nacionales históricamente sirvió para que el Estado triunfante después de la Campaña al Desierto estableciera sus marcas sobre el antiguo territorio mapuche, o sea, la gente en general, sobre todo la que viene como turista a Bariloche, a San Martín de los Andes, Neuquén, tiene una imagen bastante idílica de Parques Nacionales pero la historia de esta institución del Estado en relación al pueblo mapuche se asocia al despojo, al desalojo, inclusive a destrucción de viviendas.

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Recuerdo en 1995 cuando fue el conflicto de Pulmarí, en la zona de Parque Nacional Lanín, la gente me contaba cómo recordaba cuando era niña que guardaparques habían demolido sus casas a tiro de caballos. Esta imagen un tanto asociada al conservacionismo de esta institución del Estado hay que matizarla con lo que fue su práctica histórica. Esta relación quiso cambiar a partir del conflicto de Pulmarí cuando se establecieron las prácticas de comanejo que están vigentes, que implican que en Parques Nacionales donde hay comunidades indígenas hay comisiones de comanejo para que los propios mapuches, en este caso, y los demás técnicos de Parques Nacionales establecieran planes de manejo en las zonas a preservar.

Hubo un conflicto anterior en 2015 cuando varias personas mapuches de distinta procedencia intentaron recuperar un espacio territorial en el Parque Nacional Nahuel Huapi, en el lugar que se llama Ñirihuau Arriba, y ahí la reacción del Estado fue bien distinta a la actual, si bien hubo denuncias en juzgados federales hubo instancias de conversación, de diálogo con otros poderes del Estado y, más allá de situaciones que competen a la interna del pueblo mapuche, es el espacio que hoy considera como suyo la comunidad Huenu Ñirihuau.

Aquí la reacción fue totalmente opuesta, la gente que está participando de la experiencia, la comunidad agredida, tiene una particularidad porque se entronca con la sabiduría más profunda del pueblo mapuche, aquí se está formando una joven para que sea machi en algún momento determinado, es un proceso que viene de varios años y esta joven vive en un barrio castigado de San Carlos de Bariloche y, por recomendación de sus orientadores, es decir, de sus machis que la están formando en este proceso, ella debería vivir en un lugar donde estén más a disposición los lawenes, los remedios de la cultura mapuche, y se eligió un predio que está muy cerca de Villa Mascardi que es aquí a 36 kilómetros del centro de la ciudad.

Esta comunidad estaba fundamentando su proceder en esta afirmación de la cultura mapuche pero evidentemente estamos como suelo decir, en la disputa de dos lógicas muy antagónicas, para una lógica lo que prima es la propiedad, la seguridad jurídica -de ellos, obviamente- y no hay margen para, en este contexto, dialogar con una cultura donde las lógicas descansan sobre los mensajes de los newen, los pewma, los trances y los machi. No hay margen para la comprensión, como quedó en la víspera documentado una vez más a partir de las declaraciones de la ministra de Seguridad.

-Hasta ahí no me hablaste ni de armas, ni de la RAM, ni de un Estado propio. ¿Hay algo de eso en los discursos de las comunidades con las que tenés contacto en la región? ¿Qué opinás de la RAM y qué relación tiene con esta comunidad?

El Estado como forma de organización de lo público, es decir, como institución vertical que monopoliza la coerción y se establece a través de jerarquías es una lógica ajena a la del pueblo mapuche. El pueblo mapuche nunca, si bien desde 1550 en adelante tuvo que lidiar con las formas estatales que trajeron los españoles primero y desde fines del siglo XIX con la usurpación estatal chilena y argentina, el pueblo mapuche nunca aspiró a construir un Estado porque es ajeno a su idiosincrasia.

La manera mapuche de ejercer la política tiene que ver con la horizontalidad y la circularidad y con la ausencia de centralización política. Lo que, dicho sea de paso en opinión de quien te habla, favoreció una resistencia de 360 años aproximadamente desde la llegada del español hasta la Campaña del Desierto y la Pacificación de la Araucanía.

Así que construir un Estado a la manera del Estado moderno, con fronteras, límites y organización burocrática y justamente el ejercicio vertical del poder es ajeno al pueblo mapuche. Ninguna organización mapuche activa reivindica formaciones estatales para garantizar o para arribar a la libre determinación.

Cuando me preguntan sobre la existencia de la RAM yo respondo más o menos de esta manera: el mapuche es un pueblo que sabe de 1700 y pico de comunidades del lado chileno, unas 70 en la provincia de Neuquén, unas 120 en la provincia de Rio Negro, unas 80 en la provincia de Chubut y a esa descripción hay que sumarle tres o cuatro organizaciones por ciudad en las más importantes, Neuquén, Fiske Menuco, Bariloche y demás. La RAM, si es que todavía existe, es una. Una experiencia de unos peñi y lamngen que evidentemente eligieron en su momento radicalizar su protesta pero inclusive los sectores mapuches de más trayectoria o de más representatividad han tomado distancia de la RAM, hace unos dos meses aproximadamente o más, con un comunicado que hicieron público y trascendió mediáticamente.

La descripción que ganó los grandes medios de comunicación en los últimos días sobre un grupo casi guerrillero bajando de la sierra aquí en Villa Mascardi es absolutamente una creación de vaya a saber quién, en este caso parecería ser de Prefectura con el aval del Ministerio de Seguridad. No tiene ningún correlato con la realidad, bueno, invito a la gente a que vea los diarios de la zona para que entiendan a quién mató esta bala de la Prefectura, esta bala del Estado represor y entenderá que muy lejos está de la realidad esta instalación de una amenaza a la seguridad nacional aquí en los lagos de la cordillera.

-Ayer Radio Mitre decía impunemente que la RAM es similar al ISIS…

En todos estos meses, ante inquietudes de compañeros y compañeras como en este caso, yo digo que no es nueva esta demonización del pueblo mapuche, en su momento se lo asoció a las FARC, a ETA, o sea, a la organización guerrillera que estuviera más o menos de moda en el sentido de atemorizar a la clase media argentina. No tiene ningún punto de contacto con la realidad y hablando y pasando en limpio aquí tenemos desde agosto de 2017 hasta la actualidad, un compañero muerto y un peñito muerto y los responsables son las fuerzas de seguridad del Estado. Si me preguntas a mí, son las auténticas amenazas a la seguridad de la gente en estos espacios territoriales.

-¿Qué reconstrucción hiciste de lo sucedido este fin de semana con la muerte de Nahuel y cómo está ahora la comunidad y los heridos?

La reconstrucción que yo puedo confiar no es muy distinta de la que circula en los medios de comunicación. Yo sugiero que la gente que quiera informarse que lea En Estos Días, un portal de aquí de Bariloche o mismo El Cordillerano, a pesar de que es un medio comercial.

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Fue asesinado por la espalda este peñi en el marco del operativo que decidió el juez federal. Yo estaba en Buenos Aires cuando sucedió el episodio participando de la jornada sobre Genocidio y Política Indígena que organizó la Red y retorné el domingo por la tarde. Los compañeros y compañeras que estuvieron acompañando y cerca del proceso me cuentan que el sábado hubo mucho nerviosismo, en aquel momento el objetivo era que las fuerzas de seguridad no bajaran ningún compañero o compañera más porque era muy fácil caer en las provocaciones. Felizmente se apaciguaron un poco los ánimos, ahora hay distintas instancias mapuches y no mapuches que están reclamando un espacio de diálogo y negociación con Parques Nacionales, con las distintas dependencias del Estado, el Instituto Nacional de Asuntos Indígenas que es el gran ausente en todo este conflicto.

Desde Nación las órdenes son otras, a la luz del tenor de las declaraciones de la ministra en la víspera, parecen obviar que aquí hay gente que sufre, hay gente que llora, la insensibilidad no tiene límites porque esa conferencia de prensa tuvo lugar cuando estaba teniendo desarrollo el velatorio de Rafael, de manera que es una… estoy cerca del insulto pero es una insensibilidad a toda prueba la que está ejerciendo esta funcionaria y el gobierno al cual responde pero en definitiva por estos días se está tratando de establecer algún vínculo de diálogo más allá de que jurídicamente ya se está presentando la APDH para acceder a la causa.

-¿Y quedan dos detenidos?

Tengo entendido que hay dos peñis que están detenidos y hay peñis que están en la comunidad heridos, no quieren bajar porque hay una de ellas que es testigo presencial del asesinato de Rafael y comprensiblemente teme por su vida. Así que está tratando de establecer un marco de negociación para poder declarar, para poder brindar la información que requiera el Poder Judicial si efectivamente tiene la vocación política de investigar qué sucedió allí.

-Leía un testimonio este fin de semana que decía que en Bariloche había sectores que celebraban que se habían asesinado a un indio, ¿esto es así?

Hubo un comunicado formal de la Cámara de Comercio celebrando el desalojo o el intento de desalojo del jueves último, porque el desalojo no se perpetró del todo, pero fue datado con anterioridad a la muerte de Rafael. Lo que no quiere decir que efectivamente a nivel grupos de whatsapp o publicaciones en redes sociales haya celebraciones por este fallecimiento.

A uno le llama la atención que este gobierno que llegó al poder con el mensaje de concordia, de la alegría y del reencuentro entre los argentinos hace un rato largo que está profundizando el odio, la xenofobia, el racismo. Cuando un observa como es el proceder de las fuerzas de seguridad ante otro tipo de movilizaciones, inclusive en el conurbano bonaerense o mismo en la capital o provincias en los últimos tiempos no ha habido este despliegue. Uno tiene que recordar que hubo un operativo con 300 efectivos, policías, cortes de ruta por parte de las fuerzas de seguridad en cercanías de donde está teniendo lugar la recuperación de Pu Lof en Resistencia en Cushamen y donde los que participan de esa ocupación o recuperación son no más que 15 peñi y lamngen y el despliegue de las fuerzas de seguridad es muy desproporcionado.

Otro tanto sucedió aquí. Evidentemente está actuando el racismo como política por parte de este gobierno con la complicidad de las fuerzas de seguridad y también del Poder Judicial. De manera que uno puede decir que es el Estado en su conjunto el que está desnudando su raigambre colonialista, su raigambre racista y sin ningún disimulo, sin ninguna sutileza, así que para los oyentes y oyentas de la radio, tengan en cuenta que no hay que aceptar acríticamente lo que dicen los grandes medios de comunicación.

Aquí lo que se está apuntalando es una lluvia de inversiones que espera hace rato este gobierno, que implica una profundización del extractivismo y varios de esos emprendimientos tienen previsto desarrollarse -ya se están desarrollando- en espacio territorial mapuche. Lo que está sucediendo es una especie de puesta en escena para naturalizar escenarios de represión y disfrutar del consenso de algún sector de la ciudadanía argentina.

Fotos: En Estos Días y El Cordillerano.

El martes 1° de agosto de 2017 decenas de efectivos de la Gendarmería Nacional Argentina (GNA) entraron con violencia al territorio que la comunidad mapuche Pu Lof reclama como propio en Cushamen, Chubut. La GNA tenía orden de la justicia federal para despejar la ruta 40 pero, con el argumento de la “flagrancia” -promovido por el Poder Ejecutivo Nacional- ingresó a la comunidad persiguiendo a los manifestantes. Santiago Maldonado era uno de ellos.

Cuando ese operativo ilegal y violento finalizó, faltaba “el Brujo”, como se conocía a Maldonado. La comunidad y la familia denunciaron su desaparición considerando la posibilidad de que hubiera sido detenido. Los organismos de derechos humanos nos enteramos de que una persona que había participado de una protesta estaba desaparecida luego de una represión. En ese momento inicial, el CELS activó dos vías de acción: visibilizar la denuncia e intentar que las dependencias oficiales buscaran a Maldonado ya que en casos como este sin presión social y sin insistencia sobre los funcionarios no hay una iniciativa estatal de búsqueda inmediata y sistemática.

En las primeras semanas, el Poder Ejecutivo Nacional respondió de tres formas. Primero, planteó hipótesis infundadas que buscaban instalar que Maldonado no estaba en el lugar, que estaba ausente por propia voluntad o que había fallecido antes de la represión. En segundo lugar, ocultó cómo había actuado la Gendarmería en el operativo. En tercer lugar, no se buscó a Maldonado de manera eficiente. Por su parte, el Poder Judicial, con una historia conflictiva con la comunidad Pu Lof, demoró en activar tanto la búsqueda como la investigación de las posibles responsabilidades de la GNA. Pasaron semanas hasta que pudo comenzar a acumular información sobre el operativo y tener una estrategia eficaz para rastrillar la zona.

Transcurría el tiempo y buscar a Maldonado no era la prioridad estatal. Diez días después, la pregunta “¿dónde está Santiago Maldonado?” ya había ocupado calles, plazas y plataformas digitales y los medios de comunicación del país y del mundo hasta convertirse en una cuestión central de la agenda política. La empatía de amplios sectores sociales con la familia Maldonado no alentó al Poder Ejecutivo a involucrarse en una solución del caso; más bien, pareciera haber ocurrido lo contrario: mientras el Estado no podía encontrar a Maldonado, la estrategia del gobierno fue intentar romper la extendida solidaridad con la demanda. Así, destinó profusos recursos a atacar a la familia, a la comunidad y a quienes los acompañaban.

Hasta ahora ningún gendarme fue ni siquiera sancionado por las ilegalidades del operativo, como ingresar sin orden judicial, arrojar piedras a los manifestantes o hacer una hoguera con las pertenencias de la comunidad.

El 17 de octubre Maldonado fue encontrado sin vida en el río Chubut, en el mismo lugar en el que en agosto los gendarmes afirmaron en el sumario administrativo haber llegado persiguiendo a los manifestantes.

La constatación de que un participante de una protesta social había fallecido durante una represión llevada adelante por fuerzas federales no modificó el enfoque del gobierno nacional. En los días posteriores a los primeros trascendidos de la autopsia, numerosos funcionarios se dedicaron a instalar una nueva conjetura: si Maldonado no fue secuestrado por la GNA, tal como había denunciado la Pu Lof, no existen responsabilidades estatales y, en cambio, lo que debe ser investigado son las denuncias de la comunidad y el rol de los organismos de derechos humanos.

La comunidad fue el primer actor en denunciar la desaparición y sus primeros relatos sobre el operativo fueron ratificados por los propios gendarmes. Con el hallazgo del cuerpo y el resultado de la autopsia, por ahora se puede saber que Maldonado intentó cruzar el río para escapar y permaneció en el agua fría lo que lo llevó a una muerte por hipotermia y asfixia por sumersión. La idea de que las discordancias con parte del relato de algunos miembros de la comunidad exime al Estado argentino de responsabilidad por los hechos que culminaron con la muerte de Santiago y por la deficiente búsqueda posterior no resiste un mínimo análisis.

Santiago Maldonado murió mientras participaba de una protesta. Pasaron 78 días hasta que fue encontrado. El Estado en lugar de mostrar su voluntad de proteger a la víctima y a su familia, los maltrató con recurrencia y en ocasiones con saña. Ninguno de esos tres hechos puede naturalizarse. Ninguno de esos hechos puede ser tratado como si fuera un accidente o un incidente más de la ineficacia estatal. A continuación sintetizamos las acciones principales que en virtud de esa agenda y de las estrategias propias del trabajo del CELS llevamos adelante desde el 1 de agosto de 2017 hasta la fecha.

La pregunta ¿qué pasó con Santiago Maldonado? aún no fue esclarecida.

1. ¿Qué acciones judiciales impulsó el CELS?

A partir de la desaparición de Santiago Maldonado, en el Juzgado Federal de Esquel, a cargo de Guido Otranto, se iniciaron dos expedientes: un habeas corpus que tenía como fin encontrarlo y una causa para investigar las posibles responsabilidades penales en la desaparición, que fue caratulada como “N.N. s/desaparición forzada de persona”.

Habeas corpus- medidas de búsqueda

Los primeros habeas corpus fueron presentados por el Defensor Oficial Federal Fernando Machado y la Comisión Provincial por la Memoria el 2 de agosto. El 3 de agosto la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos presentó un tercero. El 3, el CELS sugirió en un escrito enviado al juez:

– la preservación de la zona del Pu Lof donde fue visto Maldonado por última vez
– el rastrillaje del Pu Lof
– el pedido a las morgues de información sobre el ingreso de cuerpos no identificados
– el allanamiento de los Escuadrones 35 y 36 de la Gendarmería
– la pericia de un cuello de polar de Santiago

El mismo día, el CELS aportó los datos de Ariel Garci, quien tenía información sobre una línea telefónica utilizada por Maldonado.

El 9 de agosto, el CELS se presentó como parte, debido a que ni el Poder Judicial ni el Ministerio de Seguridad activaban una búsqueda exhaustiva, reiteró las medidas ya sugeridas y pidió complementar con:

– el rastrillaje de las rutas 15 y 71
– la incorporación de una antropóloga forense para mejorar la estrategia de búsqueda
– la ampliación de las medidas respecto a la Gendarmería Nacional
– la convocatoria a la Dirección General de Investigaciones y Apoyo Tecnológico a la Investigación Penal (DATIP) de la Procuración General de la Nación.

El 17 de agosto el CELS propuso al juez Otranto que convocara al Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) para que asesorara en la búsqueda. El pedido fue aceptado pero la participación del EAAF no se materializó porque el juez no le hizo ningún requerimiento.

En las semanas siguientes el CELS:

– ofreció testigos que podían relatar los últimos meses de Maldonado en El Bolsón y contar cuándo lo habían visto por última vez ya que desde el Poder Ejecutivo se ponía en duda su presencia en el lugar en el momento de los hechos
– participó de declaraciones de Claudina y Ailinco Pilquiman, Andrea Millañanco y Soraya Guitart, integrantes de la comunidad
-participó de las declaraciones de 19 gendarmes
-participó de los rastrillajes de los Escuadrones 35 y 36 de la Gendarmería Nacional realizados el 10 de agosto de 2017.
-aportó un video del momento en el que la comunidad habla con el defensor Machado sobre el procedimiento realizado por la Gendarmería y afirman que no saben dónde está una de las personas que participaba del corte y que creían que había sido detenido.

Causa penal- Medidas de investigación

El 15 de agosto, a dos semanas de que no se supiera nada de Santiago, el CELS pidió ser querellante en la causa que investiga qué sucedió con Santiago y la comunidad en el contexto de la represión de la protesta y las responsabilidades penales por la desaparición de Maldonado y las irregularidades del operativo. Esta causa, delegado por el juez a la Fiscalía Federal de Esquel, a cargo de la Fiscal Subrogante Silvina Ávila, tiene como propósito determinar la responsabilidad que le cabe a la Gendarmería Nacional por lo sucedido el 1 de agosto en Cushamen.

En el expediente caratulado como desaparición forzada, el CELS pidió algunas medidas de pruebas ya solicitadas en el habeas corpus que no habían sido realizadas. A ellas se le sumaron el registro de comunicaciones de todos los efectivos involucrados en el operativo y la  ampliación de búsqueda de ingreso de un cuerpo sin identificar en las morgues de Chubut, Río Negro, Neuquén y Santa Cruz. Luego de varias semanas, se allanaron los escuadrones de Gendarmería donde se secuestró información relevante de los discos rígidos, computadores y se secuestraron los teléfonos.

Como detectó que faltaban al menos 78 fotografías y numerosos videos, que habían sido tomados durante el operativo, algunos de los cuales se habían distribuido a los medios de comunicación pero no aportado a las causas judiciales, el CELS solicitó el 6 de septiembre que se requiriera la urgente incorporación de estas imágenes a la investigación, lo cual fue aceptado por la fiscalía. El 26 de septiembre se recibieron las fotos recuperadas, aunque quedaron sin poder rescatarse 10 fotos y por lo menos 30 videos.

Al analizar las fotos recuperadas, se constató que muchos gendarmes habían llegado a la vera del río Chubut, que portaban escopetas y bastones, que cuatro camionetas y un camión habían ingresado a la comunidad. Estas evidencias contradijeron las declaraciones de los gendarmes que en el habeas corpus habían ocultado el uso de bastones cerca del río y el incendio de las pertenencias de la comunidad, habían afirmado que habían ingresado sólo 2 camionetas, entre muchas omisiones y contradicciones en sus testimonios respecto a qué hicieron, con quienes estaban, y cuánto permanecieron en la orilla del río.

El 29 de agosto el Ministerio de Seguridad aportó al expediente extractos de los sumarios administrativos. Lo mismo hizo el 10 de septiembre. El 15 de septiembre pedimos que fueran aportados en forma completa, lo cual fue aceptado por la Fiscalía.

En el marco de este expediente, pero también con efectos en el Habeas Corpus, el 19 de septiembre el CELS recusó al juez federal Guido Otranto. Luego de brindar dos declaraciones periodísticas al diario La Nación, quedó evidenciado que estaba adelantando opinión y que había perdido imparcialidad como juez de la causa. El 22 de septiembre, la Cámara Federal de Comodoro Rivadavia hizo lugar a la recusación, por lo cual ambos expedientes quedaron a cargo del Juez Federal Gustavo Lleral.

2 . ¿Cuáles fueron las irregularidades del operativo de Gendarmería Nacional del 1 de agosto de 2017?

A las diez y media de la mañana del 1 de agosto, el comandante de la Gendarmería Nacional Juan Pablo Escola dio inicio al desalojo del corte de la ruta 40 que los integrantes de la comunidad mapuche Pu Lof en Resistencia realizaban en protesta por la detención de Facundo Jones Huala. El juez federal de Esquel Guido Otranto había dictado la orden de liberar la ruta.

Los mapuches corrieron hacia el interior del territorio, con lo que la ruta quedó liberada. Entonces, los gendarmes decidieron ingresar, sin estar autorizados judicialmente a hacerlo, con la justificación de perseguir una “flagrancia” para detener a los que cortaban y porque les estaban arrojando piedras. El uso de la figura de “flagrancia” para detener a los manifestantes fue indicado, y definido como una estrategia conjunta con las fuerzas de seguridad federales y locales, en los días previos por el jefe de gabinete del Ministerio de Seguridad, Pablo Noceti. Con esa excusa, cincuenta y dos efectivos entraron al territorio y permanecieron allí 5 horas. Algunos persiguieron a los mapuches y realizaron más de ochenta disparos con municiones antitumulto. Como puede verse en las imágenes producidas por los propios gendarmes, los agentes recolectaron piedras para arrojárselas a quienes huían. Unos quince efectivos llegaron hasta la orilla, varios de ellos portando escopetas.

Lo que sucedió en la orilla todavía no se ha dilucidado por completo pero se pudo establecer que varios gendarmes vieron a los mapuches cruzar el río, que al menos uno de los gendarmes reconoció haberles arrojado piedras y otro, haber disparado.

En las primeras semanas, decisivas para dilucidar el hecho, estas circunstancias fueron ocultadas por las autoridades.

Luego de la persecución, los gendarmes allanaron viviendas, secuestraron objetos de la comunidad; algunos fueron registrados en las actas, otros, quemados en una fogata. Dos mujeres y dos niños fueron retenidos durante cuatro horas. El allanamiento y el secuestro de elementos se hicieron sin orden judicial, pero luego fueron convalidados telefónicamente por el juzgado.

La Gendarmería se retiró del territorio a las 17 horas. Según consta en el sumario instruido por la Gendarmería, al mediodía el jefe de gabinete del Ministerio de Seguridad de la Nación, Pablo Noceti, se hizo presente en el lugar del operativo y “destacó la actividad llevada a cabo por la institución”. El sumario interno se cerró sin identificar las irregularidades, ni las faltas cometidas ni recomendar las sanciones que corresponden.

3. ¿Cómo actuó el Poder Judicial en la investigación?

El origen del operativo y la conflictividad entre la comunidad, las fuerzas de seguridad y la justicia federal demoraron la respuesta judicial a la denuncia de la desaparición. Las dificultades que tiene el Estado para investigar violaciones de derechos de las que puede ser responsable se agravaron en este caso, sucedido en un lugar aislado, en el contexto de una comunidad que tiene temor y es reticente a colaborar con el sistema judicial y de la desconfianza que desde el principio tuvieron el juez y la fiscal federales.

La intervención de la GNA comenzó por una orden judicial para despejar el corte de la ruta 40 y, luego, utilizó el supuesto de flagrancia para ingresar a la Pu Lof. Este operativo violento fue convalidado judicialmente con posterioridad. El 1 de agosto, el defensor oficial Fernando Machado registró el operativo y que una persona estaba desaparecida. Ninguna otra de las autoridades judiciales acudió a la comunidad ese día, aunque habían ordenado el desalojo. El 2 de agosto, el Machado y la Comisión Provincial por la Memoria presentaron dos habeas corpus. El 3 de agosto la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos presentó un tercero.

La primera reacción fue esquiva: el aparato judicial no le dio credibilidad a la denuncia ni intervino de inmediato para determinar si esa desaparición era, o no, una consecuencia de la represión. Por el contrario, se actuó con las hipótesis de que Maldonado no estaba en el corte o de que se había ido por voluntad propia. Como consecuencia, en los primeros días la búsqueda fue limitada y se demoraron medidas necesarias.

El 4 de agosto en la audiencia de habeas corpus la GNA negó haberlo detenido pero no dio, ni se le exigió, ninguna explicación. Recién el día 5, el juez decidió rastrillar dentro de la Pu Lof. Esta medida, por la hostilidad entre la comunidad y el juez federal Guido Otranto, se hizo mal y fue incompleta. Durante semanas, el juez no pudo resolver el conflicto con la comunidad de modo tal de destrabar la realización de medidas indispensables como el ingreso al territorio y la toma de testimonios.

En este contexto, las medidas de búsqueda fueron tardías y mal encaradas; mientras el Ministerio de Seguridad filtraba información destinada a instalar que Maldonado no había estado el 1 de agosto en el lugar de la represión.

El inicio de la investigación de la responsabilidad penal por la posible desaparición forzada también fue dificultoso: las primeras medidas sobre las camionetas de la GNA se realizaron con demoras y los gendarmes fueron avisados de que iban a ocurrir. Recién el 15 de agosto fueron allanados los escuadrones para secuestrar elementos relevantes.

Cuando el Ministerio de Seguridad comenzó a aportar de manera parcial información de las declaraciones de los gendarmes en la investigación administrativa, hubo un giro en las dos causas judiciales. En la medida en la que los testimonios confirmaban que, tal como lo habían denunciado integrantes de la Pu Lof, los gendarmes habían llegado a la orilla, era preciso investigar ese lapso de tiempo en el que efectivos y mapuches se encontraron en el río.

En el habeas corpus se hicieron rastrillajes que no dieron resultado; el realizado con violencia el 18 de septiembre en el lugar en el que apareció el cuerpo tuvo deficiencias técnicas.

Paralelamente, la fiscalía recaratuló la causa penal como “desaparición forzada” y fue acumulando información y prueba para determinar cómo fue el operativo y qué sucedió con Maldonado. La fiscalía contó con la colaboración de Procuvin en la elaboración de hipótesis y en la producción y control de las pruebas. Por su parte, la fiscalía federal no fue capaz de construir un vínculo con la familia Maldonado, lo que dificultó el acceso de los familiares a la investigación.

Tras el apartamiento del juez Otranto por el pedido de recusación, le sucedió el juez federal Gustavo Lleral, quien tuvo otra estrategia hacia la comunidad que hizo posible el ingreso al territorio el 17 de octubre, día en el que se encontró el cuerpo sin vida de Maldonado.

4. ¿Cómo fue la respuesta del Poder Ejecutivo?

Recién seis días después de la desaparición, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, protagonizó las primeras reacciones del gobierno que se orientaron en tres sentidos: defender a la Gendarmería antes de investigar; plantear hipótesis alternativas sin correlato con el expediente y desviar el foco de la atención hacia la comunidad mapuche.

El 4 de agosto el Ministerio de Seguridad de la Nación negó que GNA tuviera que ver con la desaparición de uno de los manifestantes. A tono con esta línea, en los primeros días, el Ministerio de Seguridad no se concentró en investigar y puso en marcha el sistema de búsqueda de personas como si Maldonado no hubiera estado en el lugar o se hubiera ido voluntariamente. Luego, no aportó en tiempo y forma la información con la que contaba. En un informe del 18 de agosto, haciendo propias las primeras afirmaciones de los gendarmes, aseveró que no había habido irregularidades en el operativo y que se había actuado en cumplimiento de la orden del juez. Ambas afirmaciones se demostraron falsas.

El 7 de agosto comenzaron las investigaciones internas. Un sumario iniciado por Gendarmería afirmó “la inexistencia de conductas sancionables disciplinariamente”. Por otro lado, Daniel Barberis, director de Violencia Institucional del Ministerio de Seguridad de la Nación realizó encuestas y entrevistas a gendarmes. En una charla previa a la realización de las entrevistas, Barberis le dijo a los gendarmes: “En este barco estamos juntos, ¿está claro?”. En el informe señaló que algunos efectivos habrían arrojado piedras contra los mapuches y justificó esa acción como una “conducta imitativa” que había respondido a las agresiones de los manifestantes y concluye sin solicitar una investigación disciplinaria. Hasta hoy, ningún gendarme fue sancionado por las irregularidades.

La información obtenida en estas actuaciones administrativas fue aportada al Poder Judicial por Gonzalo Cané, secretario de Cooperación con los poderes judiciales, ministerios públicos y legislaturas, en representación del Poder Ejecutivo, tarde, en fragmentos y por insistencia de las querellas, entre ellas el CELS.

Recién el 29 de agosto, el ministerio aportó al habeas corpus los cuestionarios realizados dos semanas antes. Se demoró hasta el 11 de septiembre para aportar la transcripción de las entrevistas. Nunca explicó por qué esperó todos esos días para incorporar estas actuaciones mientras insistía a través de los medios de comunicación con la hipótesis de que Maldonado había fallecido el 21 de agosto en un episodio de violencia contra un puestero. Tampoco explicó por qué el comandante segundo del Escuadrón 36 de Esquel, Juan Pablo Escola, negó que los gendarmes hubieran llegado a la orilla del río. Gendarmería Nacional y la ministra de Seguridad negaron que hubiera registros audiovisuales del operativo, lo que también se demostró falso.

En simultáneo con este retaceo de información, por intermedio de Cané y Barberis, el Ministerio de Seguridad de la Nación intervino de forma directa en el expediente del habeas corpus. Y realizó una vasta tarea de filtración de las medidas de investigación y sus resultados a los medios. Otros funcionarios de alto rango fueron parte de esta estrategia, entre ellos el secretario de Derechos Humanos de la Nación que en un fecha  tan tardía como el 30 de agosto declaró: “Nadie puede demostrar que Santiago Maldonado estuvo en la zona de conflicto”.

Durante el tiempo en que Santiago Maldonado estuvo desaparecido, el gobierno hizo reiteradas afirmaciones infundadas y ofensivas. Desde la Ministra a cargo de Gendarmería que afirmó ante el Senado de la Nación que no tiraría “gendarmes por la ventana” cuando se le demandaba que separara preventivamente a determinados agentes; hasta una de las máximas representantes políticas de la coalición de gobierno que a más de dos meses de su desaparición afirmó que había un “20% de posibilidades de que Santiago Maldonado esté en Chile” por propia voluntad y con motivaciones políticas.

5. ¿Por qué el CELS recurrió a las Naciones Unidas?

Para el 5 de agosto y a pesar de que ya se había presentado un habeas corpus, el accionar del Estado en materia de búsqueda y de investigación no era el que correspondía a una desaparición en el contexto de un operativo represivo.

Para que las estrategias de localización adquirieran otra fuerza, ese día el CELS solicitó una acción urgente al Comité contra las Desapariciones Forzadas de la ONU para que instara al Estado a tomar las medidas necesarias para encontrar a Maldonado. La gravedad de la situación era tal que el 7 agosto el Comité concedió la acción urgente y le pidió al Estado argentino que adoptara una estrategia integral y exhaustiva de búsqueda y asegurara la exclusión de la GNA de la investigación, entre otras medidas. El Comité también le pidió al Estado que adoptara medidas cautelares de protección de la vida e integridad de la familia Maldonado, de sus abogados y de la comunidad mapuche y garantizara que no fueran objeto de violencia ni hostigamiento. A partir de ese momento el Estado argentino hizo presentaciones al Comité en los cuales adoptó la misma estrategia que tuvo a nivel nacional.

El 18 de septiembre, el CELS, en una segunda presentación al Comité, reiteró la falta de una respuesta estatal adecuada y denunció que el Ministerio de Seguridad no colaboraba en la causa judicial aportando la información que tenía y, al mismo tiempo, llevaba adelante una campaña de desinformación. El CELS también señaló que el Estado tampoco había cumplido con la solicitud del Comité respecto a la familia, que, por el contrario, recibió numerosos ataques.

El 6 de octubre el Comité dictó otra resolución en la que llamó la atención sobre las demoras de las autoridades para investigar el rol de la Gendarmería en los hechos que culminaron con la desaparición de Maldonado y para aportar declaraciones, fotografías y videos al expediente. El Comité solicitó al Estado: informar de los motivos de estas dilaciones, investigar y sancionar intervenciones de las autoridades que hubieran podido entorpecer la efectividad de la búsqueda y de la averiguación de la verdad y asegurar la imparcialidad, independencia y autonomía de la investigación.

El 21 de octubre el CELS informó al Comité el hallazgo del cuerpo de Santiago Maldonado.

El caso fue presentado a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos por otras organizaciones, sin la participación del CELS.

6. ¿Qué establece la autopsia respecto de las circunstancias de la desaparición y la muerte de Santiago Maldonado?

La autopsia reveló que la muerte fue un proceso que se fue dando por la permanencia en el agua helada que llevó a que se le vayan adormeciendo los miembros y reduciendo la capacidad de moverse, que luego derivó en un desvanecimiento que terminó con la sumersión. En conclusión, se trató de una muerte violenta por asfixia por sumersión coadyuvada por hipotermia.

Si bien en la médula no se encontraron diatomeas, su presencia en las cavidades cardiacas -nueve distintas: seis en el ventrículo izquierdo, tres en el derecho, indica que se trató de una asfixia por sumersión. También son indicadores de la asfixia los cambios en el pulmón. Las transformaciones halladas en la piel son propios de la hipotermia.
La data de la muerte se estableció a través de tres métodos y dio un rango que no puede ser de menos de 53, 60 o 73 días, según cada método.

Por último, se concluyó que el cuerpo no tiene lesiones externas, por lo tanto no puede suponerse a priori que haya sufrido violencia física en otro lugar. Tampoco se encontraron evidencias de que el cuerpo haya estado en otro lugar que el del hallazgo.

7. ¿En qué consiste el conflicto que atraviesa el territorio donde tuvo lugar la protesta?

La comunidad Pu Lof en Resistencia ocupa desde 2015 un área en la localidad Cushamen que reivindica como ancestral, en disputa con la empresa trasnacional Benetton. Al mismo tiempo, el lonko de la comunidad Facundo Jones Huala está detenido desde el 26 de junio en una causa en la que se discute su extradición a Chile, situación que motiva protestas frecuentes.

El Poder Ejecutivo y el Poder Judicial de la provincia de Chubut fueron los primeros en identificar a la Pu Lof con el grupo Resistencia Ancestral Mapuche (RAM) que utiliza la acción directa como forma de protesta y en referirse a ellos como “terroristas”, calificación que implica sostener que son una amenaza seria para el Estado argentino y para sus habitantes. Esta caracterización desproporcionada del conflicto busca justificar respuestas estatales represivas y acciones de inteligencia ilegal.

En 2016, el gobierno nacional promovió este enfoque que coloca el conflicto mapuche como una amenaza a la seguridad nacional. En mayo de ese año, Gendarmería Nacional (GN) y el Grupo Especial de Operaciones de Chubut allanaron el territorio de la Pu Lof con autos particulares sin identificación y efectivos encapuchados. En enero de 2017, se produjeron tres operativos violentos, uno de GN y dos de la policía provincial; tres personas fueron heridas de gravedad.

El 31 de julio de 2017, Pablo Noceti, jefe de gabinete del Ministerio de Seguridad, reunió en Bariloche a los ministros de seguridad de Chubut y Río Negro y a los jefes de las fuerzas provinciales y federales para “coordinar acciones de defensa” ante posibles “ataques” del RAM. Les ordenó utilizar los supuestos de flagrancia -es decir, intervenir sin orden judicial- para detener a integrantes de las comunidades mapuches. Un día antes del operativo que desembocó en la muerte de Santiago Maldonado, Noceti declaró a Radio Nacional Esquel que los mapuches querían “generar caos y desorden y temor en la población” y que tendrían relaciones con “extremistas kurdos”. Estas afirmaciones responden al enfoque del gobierno nacional que considera que el narcotráfico y el terrorismo son parte de lo que internacionalmente se considera el “paradigma de las nuevas amenazas”, sin explicar cuál es la actividad terrorista concreta.

En este contexto, se realizó el operativo del 1 de agosto. En las semanas siguientes, la desaparición de Maldonado no generó que el gobierno nacional buscara abrir un canal de dialogo  con la comunidad: hizo exactamente lo contrario.

Maldonado desapareció en un territorio ocupado por una comunidad con fuertes resistencias a relacionarse con instituciones estatales, debido a sus convicciones ideológicas y a los antecedentes de discriminación, arbitrariedad y violencia policial. Los primeros relatos de la comunidad que activaron el reclamo social extendido por la aparición de Maldonado fueron, semanas después, ratificados por los gendarmes en sus declaraciones y por las imágenes. Luego, la comunidad no aceptó el ingreso de las fuerzas de seguridad al territorio o lo limitó y fue reticente a testimoniar. Al asumir en la causa del habeas corpus, el juez federal Gustavo Lleral inició un proceso que culminó con el ingreso a la comunidad el 17 de octubre, día en el que Maldonado fue encontrado sin vida en el río Chubut.

8. ¿Por qué el CELS consideró que el hecho debía investigarse como una desaparición forzada?

Santiago Maldonado fue visto por última vez en el contexto de un operativo represivo e ilegal de la Gendarmería Nacional. Esta situación hacía necesario investigar qué participación tenía la Gendarmería en la desaparición de Maldonado a fin de encontrarlo y de establecer responsabilidades.

Investigar un episodio como una posible desaparición forzada no supone asegurar a priori que el hecho implicó la comisión de ese delito sino que en tanto hay indicios de responsabilidad estatal esa hipótesis debe ser confirmada o descartada. Ni el tipo penal “desaparición forzada” ni la figura del derecho internacional exigen que el hecho sea parte de un plan sistemático, tal como afirmó el Poder Ejecutivo. Por lo tanto, hablar de desaparición forzada no significa asimilar estos hechos con una política de desaparición de personas y menos aún con la última dictadura.

A medida que las semanas pasaban y Maldonado no era encontrado, los testimonios, el ocultamiento de información realizado por el Ministerio de Seguridad y las imágenes del operativo fueron indicios de que había una relación entre la ausencia de Maldonado y el operativo violento en la Pu Lof el 1 de agosto. Esas responsabilidades estatales aún están siendo investigadas.

9. ¿Qué características tiene la desaparición de personas en democracia y cuáles son las dificultades para investigarlas?

En democracia, las desapariciones ocurren por motivos diversos, algunas son voluntarias y otras no. Estas últimas implican una diversidad de responsabilidades estatales. Detrás de estos casos, hay explicaciones relacionadas con redes criminales, con violencias estructurales -como la de género- y con el funcionamiento violento de las fuerzas de seguridad, entre otras. La responsabilidad estatal es distinta y específica en cada una de estas situaciones.

En todas las desapariciones suele haber, además, una responsabilidad estatal por el déficit de las acciones de búsqueda. El Estado aún no sabe actuar de manera eficaz frente a la denuncia de una desaparición. Cuando las personas o sus familias pertenecen a los sectores de menores recursos económicos está situación se agrava porque se suelen agregar la discriminación y el mal trato.

En este contexto, para resolver una desaparición se deberían formular hipótesis basadas en lo que se sabe de la vida de la persona y de las circunstancias en la que desapareció, en cuándo, dónde y por quién fue vista por última vez; en qué contacto tuvo con instituciones de seguridad o con otros grupos con capacidad de ejercer violencia. Sin embargo, esto habitualmente no sucede.

Hay desapariciones que ocurren como consecuencia de la intervención de las fuerzas de seguridad, como hecho extremo de sus prácticas ilegales, violentas y de hostigamiento. En algunos casos, los policías ocultan el cuerpo para encubrir otros delitos.

También existen patrones en las investigaciones judiciales: en violaciones de los derechos humanos -no solamente desapariciones- con frecuencia el Poder Judicial toma la versión de los agentes de seguridad, la investigación y salvaguarda de evidencias se asigna a la misma fuerza denunciada y se despliegan estrategias de ocultamiento. El encubrimiento suele ser la reacción habitual frente a la denuncia de un hecho, se tenga o conocimiento de lo ocurrido. Esto habilita la introducción de hipótesis falsas y que aquellas que pueden orientar la investigación hacia el establecimiento de responsabilidades estatales sean descartadas u omitidas.

Simultáneamente, existen prácticas y omisiones estatales que hacen posible que una persona permanezca desaparecida. Entre ellas, la desidia estatal en el trato de ciertos cuerpos por parte de instituciones de salud, judiciales y de seguridad que ocasiona que una persona fallecida pueda permanecer sin ser identificada en una morgue o en un cementerio, mientras su familia la está buscando, en algunos casos durante años.

Como resultado de esta amalgama de patrones estructurales y deficiencias institucionales en los mecanismos de búsqueda e identificación, en una gran cantidad de casos existe responsabilidad estatal en la ocurrencia de una desaparición y/o en su prolongación a lo largo del tiempo aunque no se esté frente a un caso de desaparición forzada, cuando ocurre un secuestro o un ocultamiento deliberado de un cuerpo.

10. ¿Qué responsabilidades tiene el Estado en la desaparición y muerte de Santiago Maldonado?

Santiago Maldonado murió como consecuencia de la intervención violenta del Estado ante un conflicto con una organización social y política, que es considerado por el gobierno como un riesgo para la seguridad nacional al que hay que responder con dureza.

El uso de la fuerza policial en las manifestaciones públicas abarca el modo en el que se diseñan y llevan a cabo los operativos y la forma en que la autoridad política responde por las irregularidades. En este caso, el Estado no sólo omitió el deber de protección y cuidado, sino que introdujo riesgos para la integridad y la vida de los manifestantes y de la comunidad, entre otros derechos que fueron vulnerados por la intervención de la Gendarmería.

La intervención de las fuerzas de seguridad en manifestaciones está regulada por instancias internacionales, regionales, nacionales y por normas internas de las instituciones de seguridad. Estas obligaciones no ceden por el hecho de que algunos manifestantes arrojen piedras, sino que incluso estos actos deben responderse de acuerdo a principios de legalidad y proporcionalidad, de modo de que la respuesta no cause consecuencias más graves de las que busca inhibir. Para eso existen protocolos que establecen con precisión cómo debe escalarse el uso de la fuerza, quiénes pueden asumir cada decisión y con qué controles se deben llevar a cabo. La Gendarmería Nacional cuenta con normativas específicas para lo que denominan operativos “contradisturbios” que en esta intervención fueron ignoradas por completo. La actuación de la Gendarmería no se encuadró en ninguna normativa existente. Ante un operativo plagado de ilegalidades y contradicciones, la respuesta de la autoridad política responsable tampoco respondió a los principios de gobierno civil, control político y rendición de cuentas previstos. Por el contrario, afirmaciones como las de Bullrich y Barberis dejaron en claro que no habría sanciones por lo ocurrido durante la represión.

Por otra parte, este caso plantea viejas y nuevas preguntas sobre la capacidad del Estado para buscar personas, sobre todo cuando puede existir alguna responsabilidad estatal. Como desde la sociedad civil se demanda desde hace años, el Estado debería organizar los recursos del Poder Ejecutivo y del Ministerio Público Fiscal para encarar búsquedas e investigaciones que den respuestas mejores.

Finalmente, la capacidad del Estado de encarar investigaciones judiciales serias, imparciales y efectivas también está en juego, así como el modo en el que actores puntuales del Poder Judicial y del Poder Ejecutivo utilizan los medios de comunicación para influir sobre la investigación. En este caso en particular esta práctica recurrente ocasionó niveles altos de desinformación a la sociedad y dolor a la familia Maldonado.

La investigación debe continuar hasta determinar las circunstancias y responsabilidades por la muerte de Santiago Maldonado.

Foto: M.A.F.I.A.

Fuerzas federales dependientes del Ministerio de Seguridad de la Nación asesinaron ayer a Rafael Nahuel (22) e hirieron a otrxs integrantes de la comunidad mapuche Lof Lafken Winkul Mapu, quienes se encontraban en cerros cercanos al Lago Mascardi donde se refugiaron luego de la brutal represión del jueves.

Mujeres Originarias por el Buen Vivir y el Encuentro Memoria, Verdad y Justicia convocaron este domingo a una marcha que partirá a las 18 desde Plaza Rivadavia.

“Según informan desde el Lof las tres personas volvían de la montaña luego de resguardarse por días y proteger su integridad física en la ‘mega cacería’ que desplegaron el jueves 23 los grupos especiales GEOP y ALBATROS de fuerzas federales con el apoyo aéreo de un helicóptero de gendarmería nacional”, dijo la abogada de APDH, Natalia Araya.

La noticia comenzó a viralizarse en el mismo momento en que en la localidad bonaerense de 25 de Mayo despedían los restos de Santiago Maldonado, muerto en el rio Chubut en el marco de la represión de Gendarmería a la Lof en Resistencia Cushamen el 1 de agosto.

“El primer medio local que informó sobre el asesinato titula ‘Tras el choque con fuerzas federales hay un muerto en Villa Mascardi’, como si se tratara de un nuevo ‘accidente’ o ‘fatalidad’. No ‘hay un muerto’: lo asesinó el aparato represivo del gobierno de Mauricio Macri”, aseguraron desde la Coordinadora contra la Represión Institucional.

El jueves los agentes de la Policía Federal y el grupo Albatros entraron golpeando las puertas de las casas levantadas por los Mapuche en la comunidad Winkul Mapu, en el lago Mascardi. En ese lugar, a 35 kilómetros de Bariloche, había mujeres y niños.

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Los agentes irrumpieron a las cinco de la madrugada y destruyeron viviendas. La decisión judicial justificó el desalojo en un intento de impedir que el sitio se convierta en otro Pu Lof de Resistencia de Cushamen, el lugar donde apareció muerto Santiago Maldonado. Durante el operativo detuvieron a varias mujeres y niños pequeños.

“Hubo gente celebrando en la ciudad que asesinaron a un indio”

Recién llego del Hospital de Bariloche. Desde las cinco de la tarde estamos acompañando a mujeres mapuche con sus chicxs y miembros de distintas comunidades que quieren saber quién de los suyos fue asesinado o herido en la represión – cacería en el Lago Mascardi. Hace cinco horas que nadie les informa nada.

Las mujeres corren atrás de las ambulancias que llegan a la guardia para saber si traen a sus heridos. Abogadas defensoras de derechos humanos interpusieron Habeas Corpus preventivo.

La Cámara de Comercio local celebró la represión. Hubo gente celebrando en la ciudad que asesinaron a un indio. Hay gente en la ciudad que “quiere bala”. Ví a mujeres mapuche llorando, angustiadas, sufriendo. Las ví cortando la calle y haciendo fuego en la puerta de Parques Nacionales. Las ví correr de la policía y bajar hacia Catedral.

Ví como dos hombres de casi dos metros fueron a pegar a mujeres mapuche y a sus hijos pequeños que habían interrumpido una misa para denunciar que estaban asesinando a su gente. Ví a dos jóvenes que fueron a impedir que eso ocurriera.

Una mujer le pegó a un niño mapuche en la catedral. Lo vi llorar y a su madre, preguntar quién lo había hecho, sin que nadie respondiera. Escuché a los fieles decir que si estaban matando mapuche “algo habrán hecho”. Cinco horas esperando que alguna autoridad local, provincial, nacional informara qué estaba pasando en el Lago Mascardi.

La ciudad se llenó de policías, la ruta camino a El Bolsón estuvo horas cortada, no dejaron pasar a organismos de DDHH que iban al lugar donde se estaba produciendo la represión – cacería. Hace un rato ordenaron allanamientos en el km 7, donde vive una mujer de la comunidad, sus lamienes pedían urgente abogados y abogadas que las acompañen.

Me vine a casa a escribir éstas líneas, algunas personas y organizaciones esperaban en el hospital novedades.

La espera y el silencio, una crueldad infinita.

Susana Yappert, comunicadora, integrante de la corriente La Colectiva.

Quién era Rafa, el joven mapuche de 22 años asesinado ayer

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Alejandro Palmas, del Colectivo Al margen, del que Nahuel participaba, lo recordó con emoción y tristeza, y contó que cuando supo que Rafael Nahuel se iba al campo a participar de la recuperación del territorio mapuche, lo vivió con alegría. Palmas afirma que la recuperación fue pacífica y que le resulta inverosímil la teoría del enfrentamiento que salieron a instalar ayer rápidamente Clarín y La Nación.
La abogada Sonia Ivanoff confirmó que hay dos detenidos e incomunicados que podrian ser testigos del asesinato de Nahuel. (Por La Retaguardia)

El chico era de Nahuel Hue, una de las barriadas populares de El Alto de Bariloche y fue asesinado ayer por las fuerzas federales, en la Lof Lafken Winkul Mapu.

A Alejandro Palmas se le quiebra la voz cuando habla de Rafael Nahuel: “era un pibe joven, andaba por los 22 años, participaba de un espacio que tenemos, una organización en un barrio muy humilde del Alto en Bariloche, que lleva adelante un emprendimiento de carpintería productiva para que los pibes le puedan encontrar una salida, estamos en el barrio, compartimos el almuerzo, hacemos talleres de música, telar mapuche, boxeo…
El Rafa era uno de ellos, habíamos ido a esquiar al Cerro Catedral, le fascinaba el esquí, esas cosas a nosotros nos hacían pensar porque si hubiera tenido oportunidades hubiera podido ser instructor pero eso no es una posibilidad para los pibes de los barrios. Era propositivo, siempre con una sonrisa, colaboraba con todo ahí, con el resto de los chicos… había hecho herrería, un pibe de barrio común, que andaba con otros amigos… Un pibe bien de barrio, de origen mapuche, que a diferencia de los otros pibes sentía orgullo de ser mapuche, no se avergonzaba de su apellido”.

En su página, Al margen publicó una nota en la que relatan que Rafael Nahuel “había aprendido a soldar y se manejaba con la carpintería. Las últimas semanas reparó el arco de futbol del Ruka Che donde todos los martes y viernes nos juntamos a fabricar el proyecto de vida que la ciudad les niega”.

Hace unos días, el mejor amigo de Rafa les anunció que se había ido con su tía a la recuperación mapuche de Mascardi. Palmas nos cuenta que lo vivieron con alegría, “sus familiares son autoridades del pueblo mapuche, él se estaba empezando a reconocer en cuál es la historia del pueblo mapuche, eso siempre iba a ser mejor que el destino que les dejá aca la ciudad a los pibes de los barrios. Era una alternativa para encontrar un proyecto de vida”.

“El tiroteo comenzó en la tarde de ayer con pedradas lanzadas por una decena de mapuches ocultos en lo alto de un cerro”, dice La Nación, y tanto ese diario como Clarín hablan de enfrentamiento. Consultado sobre este supuesto enfrentamiento, Alejandro afirma: “la gente es completamente pacífica, la recuperación fue pacífica, la idea de ellos era poder volver al estilo de vida tradicional del pueblo mapuche. Veo imposible que estuviesen armados y que hubieran osado enfrentarse con la cantidad de efectivos que había. Lo veo inverosímil, pienso que tiene que ver con la construcción de los medios hegemónicos para poder justificar este asesinato. Estamos convencidos que las fuerzas de seguridad tiraron plomo, que es lo que vienen denunciando las mujeres que fueron detenidas el día jueves. Ahora van a fabricar o plantar un arma para poder justificar. No creemos que la gente que está llevando a cabo la recuperación era gente violenta, nada que ver, era gente que quería volver a tener animales, a tener una huerta, volver a un estilo de vida más cerca del campo”.

Anoche, Alejandro estuvo como tantos otros, diferentes organismos de derechos humanos, gremiales, de pueblos originarios, en la puerta del hospital: “nos congregamos ahí especulando con que si había habido heridos iban a llevarlos al hospital público, en principio sin saber qué estaba pasando, para estar juntos, para ver qué estaba pasando en la ciudad. A la una y media de la mañana llegó una ambulancia con un cuerpo de la zona de Mascardi y se trataba de Rafael Nahuel. Para nosotros sigue siendo un enigma que pasó con los heridos”.

Por lo que pudo reconstruir La Retaguardia, los heridos continúan en el territorio.
En Bariloche hay muchísima presencia de fuerzas de seguridad, Palmas lo confirma: “ayer pasamos la ruta de Mascardi a Bariloche, en la zona de la recuperación mapuche había policía federal, prefectura, gendarmería, policía de la provincia, infantería, camiones, helicópteros, retenes cortando la ruta, pedían documentos, revisaban los coches; en Bariloche lo mismo, rodeando el hospital, antimotín, con escudos”.

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A pesar de que el juez Villanueva había negado anoche que hubiera detenidos, la abogada Sonia Ivanoff, que asiste al lonko Facundo Jones Huala, preso y con posibilidades de ser extraditado a Chile, informó que hay dos personas detenidas e incomunicadas a disposición ese Juez. Son Fausto Jones Huala y Lautaro Alejandro González. Ivanoff contó que el juez había negado que hubiera detenidos cuando recibió a abogados de Bariloche, y que ella misma constató con la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) las dos detenciones.

“Es muy importante saber sus nombres porque ellos podrían ser testigos de en qué circunstancias murió Rafael Nahuel. El gobierno desde el 30 de agosto del año pasado, ha largado un plan de entender que los mapuches al intentar imponer sus ideas por la fuerza son un peligro. Ayer, mientras se velaba a Santiago, mataron al lamien Rafael Nahuel. Pedimos por favor protección para otros que hayan visto en que circunstancias mataron a Rafael”.

Compartimos la nota de Santiago Rey, del portal En estos días, sobre Rafael Nahuel, quien ayer fue fusilado en Río Negro por fuerzas federales. “Hasta la comunidad Lafken Winkul Mapu había ido Rafael para acompañar a familiares y amigos. En una casilla de palos y nylon lo sorprendió el avance represivo de la Prefectura. Lo mataron de un tiro”.

Rafa, un pibe de barrio
Tenía 22 años. No era militante mapuche, pero estaba en Villa Mascardi para acompañar a algunos familiares en la comunidad desalojada. Participaba en actividades solidarias y comunitarias, y hacía changas para aportar a la casa. Otro joven, pobre, y del Alto, muerto violentamente en Bariloche.

A la una y media de la mañana del recién comenzado domingo, María Nahuel llegó a la humilde casa de la familia de Rafael, en el barrio Nahuel Hue. Llevaba la peor noticia: el joven asesinado por la Prefectura durante la represión en la comunidad en Villa Mascardi era Rafael Nahuel.

Los padres de Rafael y su hermano menor de sólo 12 años enmudecieron y se abrazaron. A las dos de la mañana los recibió el Juez Gustavo Villanueva, pero no los dejó ver el cuerpo.

Rafael no era militante mapuche. La rama paterna de su familia, sí. Su tía, María Nahuel fue una de las detenidas durante el desalojo del pasado jueves. Hasta la comunidad Lafken Winkul Mapu había ido Rafael para acompañar a familiares y amigos. En una casilla de palos y nylon lo sorprendió el avance represivo de la Prefectura. Lo mataron de un tiro.

Chulengos y parrillas
“Vivía en una casa y una familia muy vulnerada, muchos problemas”, coinciden en contextualizar todos los referentes de organizaciones que compartieron actividades y proyectos con Rafael Nahuel.

Flaco, hermano del medio, laburador, Rafael participaba del proyecto Semillero del Colectivo Al Margen, donde aprendía el oficio de carpintería, luego del almuerzo y el fulbito diario. Este año había comenzado a participar de esa actividad, y con la misma organización conoció el distante Cerro Catedral, bajo el programa Esquí Social.

“Hacía changas con todo lo que había aprendido”, cuenta a En estos días Alejandro Palmas, referente de Al Margen.

Fue Alejandro el que a las 22,30 horas del sábado llevó a su vivienda en el Alto de Bariloche a la familia de Rafael, luego de varias horas en la puerta del Hospital. Les compró unas empanadas y los acompañó hasta que a la 1,30 María Nahuel llegó con la noticia.

“Es un pibe re de barrio, changueaba como podía para ayudar a la familia”, recuerda Alejandro mezclando los tiempos presente y pasado. ¿Por qué estaba en la comunidad? “Iba a ir un rato al campo, le dijo a la familia, a acompañar a algunos familiares y amigos. No era militante mapuche, pero tenía clara la lucha territorial que se estaba dando. Cada tanto participaba de algunas ceremonias”, rememora Alejandro.

Hincha fanático de Boca, jugaba al fútbol en cuanto potrerito había en los barrios del Alto. Mientras caminaba por esas calles de tierra, levantaba todos los fierros que encontraba, para hacer algún chulengo o parrilla. “Era muy buen soldador”, explica Fernando Fernández Herrero, referente del San José Obrero, una fundación que trabaja en la integración de los chicos de la zona.

En 2011 Rafael se acercó a la experiencia popular denominada Alto Construcciones -que luego derivó en el San José Obrero-, un espacio para el aprendizaje de oficio, la contención y la búsqueda de una salida laboral para los jóvenes de los barrios más vulnerados de Bariloche. Con sólo 15 años, Rafael participaba de un grupo de la capilla del Nahuelo Hue, y desde allí llegó al proyecto Alto Construcciones. “Rápidamente aprendió el oficio de herrero, le ponía muchas ganas al taller”. Tantas que, sin llegar a ser un capacitador, se convirtió en un líder del grupo.

Fernández Herrero le dice Rafita. “Era muy flaquito Rafita”, dice. “Era el típico pibe de familia muy golpeada que anda por la calle solo y que se las arregla como puede. Muy buen pibe”, dice, y suma a Rafael a la larga lista de jóvenes, pobres y del Alto que murieron en los últimos años. En distintas circunstancias murieron, pero siempre son jóvenes, pobres y del Alto.

Rafa siempre andaba con Facundo, otro pibe de su edad, otra familia vulnerada, otra historia de pobreza en el Alto de Bariloche.

Facundo murió hace aproximadamente un año, luego de sufrir problema de adicciones y verse implicado en un hecho delictivo. Fue condenado siendo menor y devuelto a su familia. Allí murió.

Un año después a Rafael lo mató la Prefectura. Los pobres siguen poniendo los muertos de la grieta social.

Fuentes: Anred, La Retaguardia, www.enestosdias.com.ar