A diferencia de otros años, y por la responsabilidad que nos cabe por los riesgos a que nos somete la pandemia, no estaremos en la calle ni en nuestra Plaza de la Resistencia y la Memoria. Pero a 44 años del golpe con el que se inició la dictadura cívico-militar-eclesiástica, hundiendo a nuestro país en la etapa más oscura de su historia, rendimos homenaje a lxs compañerxs detenidxs desaparecidxs. Y volvemos a decir:

SON 30.000 – FUE GENOCIDIO! 
NO OLVIDAMOS, NO PERDONAMOS, NO NOS RECONCILIAMOS!

Las FF.AA. ejecutoras del plan diseñado por los sectores dominantes y el imperialismo, se propusieron cortar de cuajo el auge revolucionario abierto por el Cordobazo y remodelar la sociedad en beneficio de esos sectores. Con el accionar previo de la Triple A, bajo la Doctrina de Seguridad Nacional y siguiendo los dictados del Plan Cóndor, la dictadura desplegó el más cruel engranaje represivo jamás visto en la Argentina. Su objetivo fue barrer la organización de la clase obrera en todas sus expresiones, encarnada en una generación que resistió con toda su fuerza y convicción revolucionaria, el empobrecimiento de los sectores populares y la sumisión a los poderes multinacionales. El blanco principal fueron las organizaciones armadas, los sindicatos combativos, los grupos de base, centros de estudiantes y partidos políticos, donde millares de militantes trabajaban para la construcción de una sociedad más justa sin explotadorxs ni explotadxs. Pero el disciplinamiento por el terror alcanzó a toda la sociedad.

El genocidio perpetrado por la dictadura empobreció brutalmente al pueblo trabajador y sumió al país en la más extrema dependencia económica a través del endeudamiento externo con los organismos financieros internacionales. Una deuda ilegal e ilegítima, que venimos denunciando como parte de las políticas principales que implementó la dictadura para someter a nuestro pueblo, su soberanía y profundizar así un modelo de dependencia y dominación. Todos los gobiernos democráticos que sucedieron la dictadura genocida reconocieron la legitimidad de la deuda y se sometieron a tribunales extranjeros.

Más de 500 campos de concentración instalados a lo largo del país fueron el escenario donde se aplicó minuciosamente el plan sistemático de aniquilamiento. El secuestro, la tortura, el asesinato, las violaciones y el robo de bebés nacidos en cautiverio, fueron las herramientas para aterrorizar y disciplinar a la sociedad.

El reclamo y las denuncias, nacionales e internacionales, de familiares, amigxs y organismos de DD.HH. combatieron el silencio cómplice de la Iglesia, los medios de comunicación hegemónicos y el Poder Judicial que denegó miles de hábeas corpus. En la lucha contra la impunidad de los genocidas conquistamos la derogación de las leyes de Punto Final y Obediencia Debida que permitió el juzgamiento y condena de un número, todavía reducido, de los genocidas. Los obstáculos y la lentitud en los Juicios de Lesa Humanidad, acentuados por el negacionismo de Cambiemos, favorecieron la impunidad biológica de los acusados mientras que, por razones naturales, algunas Madres fallecen sin ver concretado su anhelo de saber el destino de sus hijos y nietos.

Según las estadísticas oficiales, proporcionadas por la Procuraduría de Crímenes contra la Humanidad, son apenas 200 los genocidas presos en el sistema penitenciario. Entre los condenados, otros 600 cumplen -supuestamente- “prisión domiciliaria”. Se estima que hay 1.590 represores en libertad. Solo una mínima parte de ellos fueron juzgados o se encuentran en proceso.

En esta oportunidad también queremos reconocer a aquellos compañeros y compañeras sobrevivientes del terrorismo de Estado que, con invalorable coraje, aportaron y aportan su testimonio en los juicios y permitieron la condena de genocidas. No podemos dejar de mencionar a Julio López y su segunda desaparición después de haber testificado contra Etchecolatz como ejemplo de esto. Seguiremos reclamando para saber de su destino.

El avance en los juicios impone la inmediata apertura de los archivos de la dictadura para esclarecer definitivamente la identidad de todas las personas involucradas en el genocidio, como, asimismo, la exigencia por el enjuiciamiento y condena a los civiles que participaron activamente.

Desde el retorno a la democracia el movimiento popular ha impulsado infinidad de actos, escraches, denuncias y movilizaciones para enfrentar la impunidad: la teoría de los dos demonios, las leyes de Obediencia Debida y Punto Final de Alfonsín, los indultos de Menem en los 90. La crisis y rebelión popular del 2001 y la lucha del movimiento de DD.HH. en ese marco, empujó la etapa de los juicios de lesa humanidad, enfrentando las dificultades para el inicio de las causas y las excarcelaciones en nuestra ciudad.

Nos reconocemos en la tradición de la imprescindible autonomía e independencia de todos los gobiernos en la exigencia de juicio y castigo a todos los genocidas. En ese sentido denunciamos la impunidad en torno al caso de César Milani, jefe del Ejército en el gobierno de Cristina Fernández, quien fuera absuelto en la causa por la desaparición del Alberto Agapito Ledo, ocurrida en 1976. Nuestro pueblo nunca dejó de luchar, el último ejemplo fue la impresionante movilización popular contra el intento de 2×1 a genocidas del gobierno de Mauricio Macri, quien intento poner un manto de olvido y perdón a los genocidas a través de una ofensiva cultural negacionista, con el objetivo de clausurar los juicios, obturar la memoria y fomentar la impunidad, intentando negar el plan sistemático de exterminio.

Que quede claro, no estamos dispuestxs tanto con dar “vuelta la página” como enunció el actual presidente Alberto Fernández, como con la mirada que plantean algunos organismos cercanos al gobierno de “que en algún momento hay que parar con los juicios; dar vuelta la página porque desde hace 43 años estamos haciendo juicios”. Estos procesos de enjuiciamiento son una demanda histórica, los concebimos como parte de la reparación por memoria, verdad y justicia, que definitivamente no es otra que la reparación al cambio económico, político, cultural y social que se instaló con la tortura y con la sangre de los compañerxs. Como dice el canto popular “Adonde vayan los iremos a buscar”.

En nuestra ciudad celebramos el comienzo del juicio contra algunos de los integrantes de la Triple A. El juicio se realiza después de más de 45 años de sucedidos los hechos. Sus principales responsables: el diputado nacional del FreJuli y secretario de la CGT bahiense, Rodolfo Ponce, y el rector interventor de la Universidad Nacional del Sur, Remus Tetu, fallecieron impunes. Estos juicios para nosotres son de vital importancia y necesidad porque nos permiten poner de manifiesto varios engranajes que fueron necesarios para construir la antesala de la dictadura. En primer lugar, el accionar de la Triple A y su rol. En segundo lugar, señalar a aquellos que fueron parte de la patota con nombre y apellido. Y, por último, el entramado de responsabilidades que desarrollaron y garantizaron la impunidad de estos matones. López Rega desde el Ministerio de Bienestar Social, bajo el mando de Juan Perón, y los sectores enrolados en la CGT identificados con la derecha peronista, dieron forma y sustento a una política de amedrentamiento y persecución a los sectores del campo popular, sean peronistas, marxistas o del tercermundismo.
Tenemos un compromiso ético con la memoria de las más de 600 víctimas a nivel nacional y alrededor de 40 en nuestra ciudad. Creemos que es imprescindible esclarecer ese momento histórico, por ello reafirmamos que LOS CRÍMENES DE LA TRIPLE A SON DELITOS DE LESA HUMANIDAD.

No podemos olvidarnos que en nuestra ciudad la IMPUNIDAD tiene nombre y apellido: Néstor Luis Montezanti y Vicente Massot, quienes han sorteado la justicia hasta el día de hoy por su complicidad y participación en los crímenes de la AAA y la dictadura. A dos años de su indagatoria, el juez Walter López da Silva todavía no ha resuelto la situación procesal de Montezanti. Mientras que la investigación sobre la responsabilidad de Massot fue diluyéndose bajo una declaración de falta de mérito que aún debe definir la Corte Suprema.


TENEMOS MEMORIA: NO AL PAGO DE LA DEUDA

En la actualidad la decisión que se tome en torno a la deuda externa es fundamental para el destino del país: con un tercio de la población en la pobreza, una desocupación que supera los dos dígitos y salarios y jubilaciones por debajo de la canasta básica, no hay nada que negociar con el Fondo Monetario Internacional. A esto se suma la necesidad de fortalecer el sistema de salud frente a la pandemia de coronavirus, con inversiones que reparen el estado de abandono que dejó el macrismo. Afrontar los gastos para proveer los insumos y equipos necesarios, incrementar el número de trabajadores de la salud y regularizar las condiciones de precariedad laboral es una razón más para abandonar la consigna de “voluntad de pago”, privilegiando los intereses populares a las ambiciones de bonistas, bancos y FMI.

En el último tiempo la deuda externa fue incrementada brutalmente por el gobierno de Cambiemos, asegurando ganancias a los grupos más concentrados de la economía y generando pérdida de derechos para las grandes mayorías populares. La aprobación de la llamada Ley de Solidaridad Social, con los votos del Frente de Todos y Juntos por el Cambio, esconde detrás del título la decisión de “crear condiciones para la sostenibilidad de la deuda pública” y se traduce, entre otras cosas, en el ajuste a los jubilados. En este marco de ajuste y crisis reafirmamos que el único camino posible es la decisión soberana de no pagar una deuda ilegitima, ilegal y odiosa. No debe ser el pueblo trabajador quien la pague, sino quienes se beneficiaron de ella.

¡No al pago de la deuda! ¡Fuera el FMI!

El modelo extractivo es una de las claves de los gobiernos de nuestro país: privatización de la economía, utilización de métodos altamente contaminantes para nuestros territorios como el fracking, la ampliación del monocultivo de soja, la utilización del agua para el desarrollo de intereses privados sobre el uso social del recurso, la contaminación absolutamente insostenible de los grandes emprendimientos como el polo petroquímico, son solo algunos ejemplos de un modelo de desarrollo que prioriza las ganancias de las multinacionales por sobre los derechos de los pueblos.

Los primeros afectados por el modelo extractivista son los pueblos originarios. Las muertes que se vienen produciendo en las comunidades wichis por la pérdida del bosque nativo que los alimenta y la represión que terminó con la vida de Rafael Nahuel y Santiago Maldonado no son más que la continuación del genocidio iniciado hace 500 años. Decimos que la Pacha pertenece a quienes la ocupan desde épocas ancestrales. Como nunca resulta imperiosa la lucha por el derecho a la tierra y la conservación del medioambiente, por esta razón exigimos a los gobiernos la preservación de nuestros bosques, ríos y montañas. El fracking, los agrotóxicos, la deforestación y la megaminería contaminante provocan su destrucción.

La movilización del pueblo mendocino nos marca una impronta a seguir en el marco de una crisis socioambiental sin precedentes: la movilización y organización popular para defender los bienes comunes como parte sustancial de los derechos humanos.

Cada 24 de marzo hacemos memoria sobre lxs caídxs de ayer y de hoy, contra la impunidad en todas sus formas.

En este sentido, reafirmamos que, para garantizar este modelo de acumulación y desarrollo del capital, la represión a los pueblos originarios, desplazándolos de su territorio ha sido fundamental. La militarización de zonas de nuestro país ha sido parte de la estrategia de los sectores dominantes, el asesinato de Rafael Nahuel y Santiago Maldonado se inscriben en esta política de represión e impunidad. Antes de ayer Patricia Bullrich como cara visible de esta política, hoy de la mano de Sergio Berni en nuestra provincia, por ejemplo, se sigue reforzando una impronta represiva, de mayor poder de fuego a las fuerzas de seguridad en un escenario de crisis social.

Esta impronta represiva toca muy de cerca también a los pibes y pibas de los sectores más empobrecidos, ellos y ellas son víctimas de un discurso racista y estigmatizador donde las policías nacionales y provinciales tienen un rol fundamental en su implementación. Son estas mismas fuerzas las que también siguen estando al servicio de los negocios más espurios de nuestra sociedad, como la trata y el narcotráfico.

Denunciamos el sostenimiento de personal nombrado por la dictadura en la justicia y en los servicios de inteligencia, como muestra del intento de sostener una política represiva sobre la clase obrera. Hace pocos días, una asamblea de trabajadorxs del INTI descubrió que estaba siendo espiada por un personal policial. También denunciamos la criminalización de la lucha social, reflejada en los casos recientes de César Arakaki, Daniel Ruiz, Sebastián Romero, y lxs trabajadores de Kimberly Clark. Denunciamos la represión sobre lxs trabajadores de Cresta Roja y lxs docentes de Salta. Exigimos el desprocesamiento de todxs lxs luchadores y denunciamos la utilización de la prisión preventiva como mecanismo represivo.

La llamada “justicia” ha mostrado su carácter de clase, en los recientes casos que sacudieron a Bahía Blanca, como el encarcelamiento a Rosalía Reyes por haber tenido un parto en su casa, y el encubrimiento y los nulos avances en el asesinato de Ángel Almada.

El movimiento de mujeres, lesbianas, travestis, trans y disidencias a través de la masividad de sus reclamos, han interpelado a toda la sociedad política y culturalmente. Hace 44 años atrás la dictadura en el desarrollo de su plan sistemático, ideó torturas y mecanismos específicos sobre los cuerpos de las compañeras y comunidades disidentes; producto de la lucha hemos logrado la tipificación del delito sexual en los crímenes de lesa humanidad.

En el transcurso del 2020 han sucedido más de 70 femicidios en nuestro país, cada 23 horas matan a una mujer y la violencia machista no cesa. El patriarcado se materializa también en la prolongación del mandato de la maternidad obligatoria, los abusos y violaciones y el sometimiento a la clandestinidad del aborto. Acompañamos el proyecto de ley de la campaña nacional por el Aborto, legal, seguro y gratuito.

No queremos dejar de mencionar un hecho que fue silenciado por los principales medios de la ciudad, que es la denuncia realizada ante la justicia por la ex pareja de Ricardo Pera, por lesiones agravadas y amenazas del ex concejal y titular del gremio de la UTA. Toda nuestra solidaridad con la denunciante y repudiamos el cerco que realiza el poder para garantizar la impunidad.

En el ámbito local, queremos destacar algunos hechos: la ofensiva del gobierno de Héctor Gay y la directora del Instituto Cultural de Bahía Blanca, Morena Llanca Rosselló, sobre las normativas que regulan diferentes actividades culturales en nuestra ciudad, construidas y sostenidas por trabajadores y trabajadoras, quienes denunciaron el desguace sobre los derechos culturales y construyeron su defensa colectiva. También en los últimos meses el gobierno de cambiemos en una escandalosa sesión a puertas cerradas del Concejo Deliberante, aprobó un tarifazo de colectivos que ataca directamente al bolsillo a lxs laburantes. No son hechos aislados, es parte de una política para desarticular el tejido social y profundizar un modelo económico excluyente.

En el marco de la pandemia que se está desarrollando, el despliegue de las FF.AA. en las calles habilita todo tipo de arbitrariedades. Si el estado no garantiza las condiciones de subsistencias de los sectores populares, estos se verán forzados a buscar alternativas para la supervivencia económica cotidiana y la respuesta NO puede ser la represión contra aquellos que más padecen la precariedad de la vida. En este sentido, el sábado 21 de Marzo por la noche, un matrimonio, sus tres hijas y su padrino, residentes del barrio Villa Libre, fueron brutalmente agredidos y detenidos en forma completamente arbitraria por efectivos de la policía bonaerense. Denunciamos estos hechos de arbitrariedad y brutalidad policial. Es imprescindible para que el virus no se propague el resguardo en las casas, más allá de actitudes irresponsables de pequeños sectores de la población, es fundamental implementar medidas como el aumento de presupuesto de emergencia para los/as más vulnerables.

En este 24 de marzo, reafirmamos la defensa de todos los derechos de los humanos y las humanas: libertad, trabajo, vivienda, educación, salud, cultura y justicia.

La crisis mundial capitalista hoy es noticia en paralelo con el desarrollo de la pandemia por el coronavirus. Las rebeliones en todo el mundo contra el sistema, lejos de cesar, aumentan y avanzan en conciencia.

El estallido de la rebelión del pueblo chileno contra las políticas heredadas de la dictadura pinochetista y continuada por todos los gobiernos de la Concertación y la derecha, ha mostrado la verdadera cara del “modelo” capitalista. En Bolivia, desde la instauración de la dictadura de la autodesignada presidenta Janine Añez, con el apoyo de los Estados Unidos y el Estado de Israel, lxs hermanxs bolivianxs han sido víctimas de masacres, desapariciones, detenciones y torturas. La persecución a opositores y las arbitrarias detenciones sobre militantes y apoderados del MAS muestran la hipocresía del régimen convocando a unas elecciones que prometen ser fraudulentas. Rechazamos el Golpe de estado y el intento de consolidación en base al posible fraude y proscripción a la fuerza política mayoritaria.

En este marco de avance del imperialismo norteamericano, denunciamos que el Congreso Nacional habilitó las operaciones militares con el ejército yanqui y el rol del Grupo de Lima en la región que pretende asegurar los dictados del norte para Latinoamérica. Rechazamos cualquier tipo de escalada militar sobre Venezuela, junto con el bloque económico impuesto por Trump y el reciente rechazo del FMI a auxiliar a Venezuela para combatir la pandemia.

Una vez más ratificamos que la lucha contra la impunidad de la dictadura, es la lucha para retomar los sueños de los 30 000 basados en un proyecto político anticapitalista. Nos expresamos contra la represión y el hambre, contra la impunidad de ayer y de hoy. Construimos memoria por los caídos y, sobre todo, por el ejemplo y el compromiso que nos legaron. Exigimos Verdad sobre el entramado del terrorismo de Estado y sobre quienes se han reciclado en democracia. Justicia y cárcel común a los responsables militares y civiles del genocidio.

30000 COMPAÑERXS DETENIDXS DESAPARECIDXS PRESENTE!!!!!
MULTISECTORIAL POR LOS DERECHOS HUMANOS

(Comunicado) Desde el Colectivo de Villas en Agenda queremos expresar nuestra honda preocupación por la grave situación social que hoy sufren muchas familias de los barrios y la periferia de Bahía Blanca. La pandemia, con las necesarias medidas de aislamiento social puestas en marcha, le suma dificultades a la cruda realidad que afrontan a diario.

El cada vez más escaso movimiento económico y productivo, como efecto no deseado del aislamiento sanitario, tiene serias consecuencias en la economía familiar que depende del trabajo informal, que es mayoritario en nuestra ciudad y alrededores; en particular los y las trabajadoras de la economía social y popular no encuentran respuesta a cómo van a subsistir durante este tiempo. Ante la aún escasa o nula palabra oficial local, hay muchas dudas acerca de “si y cómo” el Municipio implementará y administrará con urgencia los anunciados refuerzos presupuestarios nacionales contra el hambre, las obras públicas necesarias para la vida digna en nuestras periferias, la defensa y promoción de los productores locales, y el imprescindible control de precios.

En estas últimas horas se están cerrando los servicios sociales de las Delegaciones Municipales, y también más de la mitad de las unidades sanitarias (salitas municipales), no hay personal suficiente en las oficinas de Acción Comunitaria y Servicio Social para atender las demandas. A partir de la reestructuración para la atención del coronavirus, se corre el riesgo de desatender otras enfermedades y necesidades sanitarias y alimentarias, en lugar de armar equipos especiales para la pandemia.

En momentos en que se está restringiendo al máximo la circulación de personas, se sigue sometiendo a la gente a recorrer grandes distancias para conseguir un vale de garrafa o una bolsa de mercadería en el “a trasmano” depósito de Chile y Donado.

Una medida impostergable debería ser, y la reclamamos, que el Estado Municipal cargue más dinero en las tarjetas alimentarias locales, al menos para el presente mes de marzo y abril, como refuerzo en esta situación, concretamente que duplique los 1065 $ que deposita. De lo contrario estaremos exponiendo a los sectores más vulnerables a una segunda pandemia: el hambre.

Por si fuera poco, nuestra ciudad no es ajena a la gran cantidad de comedores y merenderos comunitarios que, desde distintos lugares (escuelas, sociedades de fomento, centros comunitarios, iglesias, clubes, casas de familia), se han ido organizando estos últimos años en todo el país intentando dar una respuesta a la emergencia alimentaria que no ha cesado. En los barrios más humildes no se da abasto para contener la necesidad de comida, tanto por el incremento de la cantidad de personas que hoy día requieren ayuda, como por la logística que hace falta para preparar viandas y repartirlas con los cuidados que la emergencia sanitaria demanda.

A este cuadro se suma la escasísima o casi nula provisión de alimentos por parte del Municipio y su falta de respuestas concretas en cuanto a la manera de afrontar y resolver esta emergencia.

Son las organizaciones sociales quienes nuevamente salen a inventar paliativos en donde se demoran, o no hay, soluciones, estrechando vínculos de solidaridad y cooperación, para dar respuestas que hoy ya no alcanzan.

Por eso instamos a las autoridades municipales a tomar un rol urgente y activo para contrarrestar la profundización de la emergencia alimentaria, laboral y sanitaria que hoy nos golpea, en conjunto y coordinadamente con las organizaciones y actores sociales que ya estamos dándole pelea.

¡Urge un Estado Municipal presente y del lado de la gente en nuestra periferia!

(Por Silvana Melo – APe) El individualismo a ultranza, la alimentación ultraproteica del gendarme que opera en cada sujeto social, la salvación personal a costa del naufragio del resto, el asomo de lo peor de todos, como asoman las hormigas cuando huelen la lluvia. Con esas maletas llegó el virus, una probable arma bacteriológica que el capitalismo utiliza para la limpieza de frágiles. A los niños los matan de hambre, de venenos, de gatillo fácil y de paco. A los viejos los dejan morir en el primer mundo sin atenderlos: el virus los arrasa y no vale la pena gastar. Es la clase dominante la que tiene la manija de la supervivencia. La que compra a rabiar, la que viaja, trae el virus y no se pone en cuarentena, total el problema es para los demás. El virus desnuda el capitalismo en su peor revés. En el dorso más cruel. En la nuca de un sistema que suele mostrar el rostro de emoji sonriente para conceder eso del capitalismo de rostro humano. Pero cuando se da vuelta está el leviatán. Y están los dueños del mundo colocando y sacando a gusto y placer para que los desgraciados sean más desgraciados y los propietarios del privilegio lo escrituren para siempre.

Capitalismo de desastre, lo llama Naomi Klein. Que es posible porque el basamento humano de ese capitalismo es numeroso. Muy numeroso. Demasiado. Y maneja los medios de producir, de comunicar, de sentir. De amar y de odiar. El resto, consume o resiste.

“El hambre incide cada año en la muerte de 2.400.000 niños menores de 5 años. Pero, no siendo contagiosa, las clases medias y altas mundiales de ningún modo sienten que sus vidas estén amenazadas. Por ende ‘el mundo’ sigue su curso y no toma medidas extraordinarias para impedir semejante número anual de muertes evitables”, dice Marcelo Giraud citado por Darío Aranda.

El hambre no es contagiosa y la pobreza tampoco. Sin embargo, se escapa de ellas como de las peores pestes. Escapan las clases dominantes y los vecinos de los apestados. De vez en cuando aparecen los virus limpiantes. Los troyanos de las orillas más débiles de la humanidad. A veces son los mosquitos. Y las enfermedades viejas que asoman, felices del regreso en una tierra que cultiva para ellas.

Sólo en Misiones hay decenas de miles de infectados de dengue (4.000 oficiales, número al que el propio ministro de Salud provincial le agrega un 0 a partir del notorio subdiagnóstico).

Son 56 los infectados de coronavirus.

Muchos podrán quedarse en su casa. Otros muchos podrán irse a su casa.

Los más de ocho mil que viven en la calle sólo en la ciudad de Buenos Aires, no. Apenas podrán aterrizar con sus huesos en la vereda ocasional. En el hall del banco que pintó esa noche. No hay cuarentena para la infancia que se refugia en Constitución ni para la doña que aguarda que se desocupen las butacas de esperan en Retiro a las dos de la mañana para dormir su sueño de duras penas. Su sueño de madrugada.

En catorce días sin clases muchos chicos de inicial, primaria y secundaria estarán de cuarentena con madres y/o padres que pueden irse a casa. Que tienen casa. Que tienen trabajo. Y posibilidad de hacerlo desde casa. Los chicos tendrán conectividad y posibilidad de cubrir on line la ausencia de presencialidad escolar.

Otros tienen apenas madre, que no sabe cómo hará para salir a trabajar en negro con los pibes en casa. Porque no puede limpiarle on line la casa a la señora, que le paga por día y si no va no cobra. De conectividad no tiene idea porque en casa no hay wi fi ni ella tiene datos en el celular.

Suerte que a las 12 podrán hacer a la cola en la escuela, separados por un metro veinte, distanciados socialmente entre ellos mismos, para llevarse la vianda y comer en casa. Solos y aislados porque las plazas estarán cerradas.

Mientras tanto, más olvidados que nunca, siguen muriendo los niños wichí en la Salta de los confines, allí donde se cierran las fronteras, en la Santa Victoria Este donde se muere de hambre y de sed, donde se desmontó la vida y los bordes de la muerte dibujan huesitos como lluvias ajenas.

Pero ya nadie los conoce más. Nadie los vuelve a ver. Porque los que sí se ven arrasan con las góndolas de los supermercados y compran lo que no les hace falta, lo que no comerán, el alcohol que no usarán, el papel higiénico con el que no se limpiarán.

Sacan su gendarme y denuncian al primero que les estornude cerca.

Y cuando llegan a su casa cierran la puerta con llave, prenden el televisor y se abrazan a sus pertenencias. A su comida y a su papel higiénico.

Y los niños en la Salta bella y ferozmente injusta se seguirán muriendo. No precisamente de coronavirus. Es el capitalismo del desastre que hace su trabajo en exquisita eficiencia. Corta, separa, desecha. Profundiza la brecha. Anancha el dolor. Desnuda lo más áspero de la condición humana. El virus como causa de esta calamidad es una pobre causa, pensaría Ramón Carrillo.

Mientras Cuba produce el interferón beta, un antihéroe que en China y en España ya está poniendo al virus de nalgas al norte.

Y unos cuantos pertinaces insisten en creer que la única salida es colectiva.

De otra manera, no hay cómo sostener esta obstinación en la esperanza.

(Por Astor Vitali) La pandemia actual evidencia aspectos sociales, culturales e ideológicos no tan visibles durante la “normalidad” de nuestras vidas. ¿Cómo nos comportamos cuando suponemos en riesgo nuestra salud? Dos grandes respuestas están a la vista: quienes hacen y deshacen sin medir las consecuencias (individualismo a ultranza) y quienes actúan responsablemente y conscientemente (comunitarismo intuitivo).

La pandemia actual evidencia una verdad de Perogrullo: si hay más tránsito y concentración de personas hay más riesgo de agravamiento del problema (con sus consecuencias ya archipublicadas) y si, en cambio, hay menos tránsito y menos concentración de personas hay menor riesgo de agravamiento del problema y tal vez mejores opciones de que el sistema de salud logre atender lo que resulte inevitable.

La pandemia actual evidencia que frente a la evidencia antes señalada, gran cantidad de personas deciden actuar pensando únicamente en sí mismas y solo su entorno. De esta forma, sus días transcurren como si nada estuviera pasando, es decir, haciendo caso omiso de los riesgos concretos ya señalados por los organismos pertinentes. Hacer como que no pasa nada es tomar la decisión consciente de poner en riesgo la salud de otres. Más grave aún resulta cuando quienes toman esta actitud se sienten imperturbables ya que no pertenecen a grupos de riesgo pero, ¿inconscientemente?, ponen en riesgo la salud del conjunto de la población.

La pandemia actual evidencia que las redes sociales no necesariamente actúan como herramientas de prevención y de difusión de análisis de conocimiento científico o de utilidad social sino más bien como una red casi sin filtros que abona a la dispersión de placas y mensajes falsos que, a su vez, abonan al desarrollo de la estupidez universal que, como se sabe, no tiene límites. Las redes sociales –tal como están dadas- fomentan la campaña de destrucción del pensamiento en tanto herramienta de análisis a través del uso de la la crítica y de la lógica, reemplazando el pensamiento por la repetición de frases y de seudo razonamientos con los que el pobre estúpido/receptor/repetidor siente además que ha salido de la media e ingresado al universo de los “vivos” que han descubierto las verdades ocultas de un sistema conspirativo –además del control social a través de los sistemas de inteligencia y la concentración de información en dos o tres holdings.

La pandemia actual evidencia que la voluntad de análisis del progresismo superficial y de la izquierda nominal han caído en picada. El conspirativismo militante seudo progresista no dista demasiado del vuelo intelectual del terraplanismo. Suponer y sólo suponer (ya que no hay documentos que respalden ninguna “teoría” en ronda) que todo es un plan para vender barbijos resulta una perspectiva de análisis tan elaborada como la conspiración mundial de los guardianes de la tierra horizontal. Nadie descubre nada si denuncia a -y es saludable que se publique el oportunismo de- quienes aprovechan la situación para lucrar (y claro que hay mucho de esto) pero no puede buscarse el origen capitalista del problema en argumentos superficiales. Sí, claro está, puede –y debe analizarse, denunciarse y probarse- atribuírsele responsabilidad al modelo civilizatorio capitalista en tanto ha construido un modelo de vida, alimentación, ambiente, cultura, etc., que no resuelve la vuelta cíclica de pandemias que nos ponen en riesgo a millones y millones. Sí, claro está, hay responsables concretos que ocupan gerencias, presidencias, bancas y organizaciones que toman las decisiones que nos llevan a escribir estas líneas y a buscar prevención en el contexto de esta pandemia.

La pandemia actual evidencia que las empresas agrupadas en holdings que cuentan con medios de comunicación social siguen siendo poco confiables en tanto priorizan sus intereses de especulación de ganancia económica frente a la responsabilidad social de informar. El amarillismo y el oportunismo mediático en favor de intereses económicos han primado a la razonabilidad de actuar como parte de un sistema concreto de comunicación que tenga impacto concreto en el cuidado de la salud de la población.

La pandemia actual evidencia que los problemas de salud pública -en términos de la suerte que corre la población mundial- dependen, en último instancia, de la disputa ideológica profunda que pervive entre el individualismo y el comunitarismo.

La pandemia actual evidencia, en este sentido, que el capitalismo como modelo civilizatorio es incapaz de protegernos dado que su base filosófica reside en la primacía de los intereses y de las supuestas libertades individuales por sobre los intereses sociales. Les liberales suponen que la aplicación de la voluntad social sobre sus deseos individuales restringe sus libertades y violenta sus derechos. En cambio, el ejercicio de esas voluntades individuales y de esos espíritus pretendidamente libres condena al conjunto a sufrir consecuencias no deseadas.

La pandemia actual evidencia que, si bien hay pleno acuerdo sobre la inviabilidad de un sistema estatista que concentre todo a modo socialismo del siglo XX, es urgente y sobre todo necesario tomar una actitud proactiva –no melancólica- respecto de la inviabilidad del capitalismo en tanto sistema de ideas que opera exacerbando el individualismo –es decir, las actitudes irresponsables que ponen en riesgo al conjunto por capricho individual- con el consecuente discurrir hacia el debate central: ¿qué modelo?

La pandemia actual evidencia que el tema de fondo en torno de si prima lo individual frente a lo común pone sobre el tapete un tema que los ideólogos capitalistas insisten en dar por muerto y que, paradójicamente, la muerte devuelve a la vida: ¿qué modelo no capitalista puede cuidarnos de la barbarie cíclica que este sistema garantiza como único futuro?

La pandemia actual evidencia que este debate es necesario puesto que el capitalismo tiende a naturalizar -para los que no concentramos riquezas- enfermedades y destinos fatales: a nadie alarma seriamente el hambre, que según datos oficiales afecta a dos tercios de la humanidad. El hambre y las enfermedades del hambre se cobran mayor cantidad de víctimas fatales de manera sistemática, en relación a estas pandemias cíclicas.

La pandemia actual evidencia tantas cosas evidentes, que dan vergüenza. ¿Será esa vergüencita que da por un rato cuando miramos un niño con la panza hinchada en África o en India antes de ir al shopping o será esa vergüenza capaz de retorcer las tripas de la conciencia social?

(Por Astor Vitali) El centro de Santiago está tapeado. Muchos comercios con los vidrios amurados. Acorazados. Custodiando sus bienes. Acuartelados. Algunos carteles en la puerta de entrada rezan: “estamos atendiendo”.

Otros lugares de la ciudad están peleando contra la muerte: cientos de ciudadanos y de ciudadanas combaten contra los carabineros en unas batallas que tienen sus víctimas y sus símbolos. Víctimas materiales; presentes. Y una pelea simbólica de la que nadie puede escapar en Santiago, cuadra por cuadra, cartel por cartel, todo remite a que aquí se abrió los ojos y a que aquí se está luchando. Aquí se abrieron los ojos; tal vez por eso les disparen.

Según un informe publicado por el Instituto Nacional por los Derechos Humanos de Chile el 18 de febrero, “se ha constatado un total de 3.765 personas heridas en estas visitas, de las cuales en 427 casos se constatan heridas oculares, 34 de ellos con diagnóstico de pérdida o estallido ocular”.

Se trata de un reporte de balance a raíz de la observación directa de sus funcionarios y funcionarias en visitas a comisarías y hospitales, además de las acciones judiciales presentadas a nivel nacional, en el contexto de la crisis social que se inició el 18 de octubre de 2019.

En visitas a comisarías, verificaron “una cantidad de 9.545 personas visitadas en comisarías, desagregadas en 6.935 hombres, 1.475 mujeres y 1.112 niños, niñas y adolescentes detenidos tras participar de manifestaciones”.

Alexis Aguirre, Coordinador Nacional de Litigios Especializados del INDH, señaló que “como Instituto nos preocupa que durante la segunda quincena de enero continuamos recibiendo denuncias y constatando la existencia de lesiones oculares respecto de personas que ejercían de manera pacífica su derecho a manifestarse”.

Ya en noviembre del año pasado, invitado a comparecer ante la comisión encargada de analizar la acusación constitucional contra el exministro del Interior y Seguridad Pública, Andrés Chadwick, el director del Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH), Sergio Micco, entregó un balance de las observaciones que ha realizado el Instituto desde el comienzo de las manifestaciones sociales y aseguró que “en este mes se han presentado 74 querellas por violencia sexual, cuatro veces que en nueve años y casi el doble de querellas por otras torturas”.

Sin embargo, el centro político de Santiago –de Chile-, La Moneda, aunque vallada y rodeada de efectivos, no parece registrar la sangría institucional. Por allí todo está normal… por el momento.

Mientras me dirijo hacia otros barrios donde las barricadas y las bolsas de basura encendidas aumentan la temperatura de enero, decido hacer una parada estratégica: ¿un baño? A unas diez cuadras de La moneda, sobre unas calles en zigzag, un shopping. Entro con la certeza de encontrar algún baño público. Miro la cartelería. La cartelería me indica el rumbo.

Creo haberme equivocado: dos molinetes y una boletería iluminada con un cartel: $500 (unos $40 argentinos). Sin embargo, no estaba yo equivocado sino desorientado. Era así nomás, el centro comercial ofrece un baño público a quinientos pesos chilenos. Yo los tenía pero ¿a qué baño acude alguien en pleno centro cuando lo necesita?

Por ejemplo, en nuestra ciudad, todo el mundo sabe que si sus tripas le ponen en apuros podría tomar un café y pedir el baño, o una botellita de agua. Si uno no anda con cinco e guita, también es sabido: uso el baño de la trasnacional de la obesidad y del mal gusto. Si necesito ir al baño, en nuestra ciudad, nos cagamos en Mc Donalds, y el sorete tiene hasta un gustito antiimperialista; alguna vez nosotres usamos a quienes nos usan siempre.

Pero allí no. Sin dinero, no hay derecho. Más que una metáfora de la desigualdad y de la clara existencia de ciudadanos de primera y de segunda, la boletería del baño público es la imagen más descarnada y pornográfica de un estado de cosas insoportable. El baño público clasista ayuda a comprender lo que todo el mundo sabe y el poder económico junto a sus representantes políticos aún niegan; por malcriados y por sus privilegios.

En su libro de reciente publicación Rebelión, el historiador chileno Jorge Baradit señala: “Nadie lo vio venir. Es la frase que escuchamos durante el estallido social que comenzó el 18 de octubre de 2019. La verdad es que todos lo vimos venir, solo que no sabíamos cuándo. Todos lo sentíamos como electricidad en la piel, aunque al parecer ellos no. Las señales estaban ahí, cada tres días alguien publicaba en redes sociales exactamente la misma frase: ¿Cuándo vamos a explotar y salir a las calles? ¿Cómo es que no explotamos y quemamos todo? Compatriotas quejándose día a día por la falta de reacción frente a hechos insoportables, comparándonos con el coraje de los argentinos para tomarse sus avenidas cada vez que es necesario. Es mentira que no lo vimos venir. Está lleno de entrevistas, columnas, charlas, avisos, obras de teatro, poemas, libros, canciones, documentales que lo vieron venir. Pero el poder estaba demasiado ocupado exprimiendo las últimas gotas, estirando la cuerda un poco más, sólo un poquito más. Calculando que aún se le podía quitar un gramo más de forraje a la vaca para seguir ordeñándola a todavía menor costo. Porque no solo querían todo, querían más. Quería lo que se queda entre tus dientes, las pelusas en los bolsillos y las dos semillas en las bastas de tus pantalones”.

Queda dicho. Mientras los ricos asumen que sus sistemas de desigualdad se han instalado de manera irreversible, que cada experiencia de éxito de gobierno de los ricos es una hoja más en el libro de actas del club del Fin de la Historia, la hora de los pueblos siempre aguarda, más o menos silenciosa, más o menos estridente, el detonante para estallar en mil pedazos la ilusión de sus opresores.

 

Fotos: María Florencia Laiuppa

(Por Astor Vitali) Plaza Italia es el lugar histórico desde el que partieron distintas concentraciones de manifestación política. Hoy, no se puede utilizar ningún vocablo en tiempo pasado: Plaza Italia, en Santiago de Chile, es el escenario de una manifestación política con presente activo y final incierto.

Sobre las veredas laterales, algunos vendedores ofrecen máscaras de oxígeno, bebidas, patinetas, pañuelos, antiparras. Las funciones son claras: filtrar la agresividad de las gases lacrimógenos, hidratarse, estar presto para moverse en sentido ofensivo y defensivo, protegerse la cara y sobre todo los ojos, ese órgano que los carniceros –quise decir carabineros, pero así es mejor- eligieron como objeto de goce morboso.

A dos breves cuadras, avenida y puente por medio, el barrio turístico de Bella Vista es visitado por turistas y por barricadas, por curiosos y por revoltosos, por fotógrafos y por soldados. Hay boliches en este barrio que nunca paran. Pese al aspecto paquete de sus visitantes, a las cuatro de la mañana puede escucharse entre el punchi punchi –esa música inhumana- “el que no salta es paco, el que no salta es paco”, con métrica forzada, y segundos más tarde, “el que no salta es Piñera, el que no salta es Piñera”. La revuelta puede ser tan seria como divertida. Salvo para lo que no tienen con qué divertirse.

Y estoy halando de dinero, lógicamente. Lo que más me impactó de algunos espacios de concurrencia pública en Chile es la honestidad de su propuesta de civilización: el que no tiene con qué pagar, se jode. Y además, que se joda en silencio y a oscuras. Que no vaya a recordar a sus coterráneos de barrios prístinos pero sin alma, y de autos nuevos pero sin alma, que toda esa riqueza de la que disfrutan tiene origen en la pobreza que los otros padecen: en un modelo que necesita de la asimetría de ingresos y de la injusticia social.

Los shoppings son parte de la cultura de estas culturas de mercado. Un lugar donde podés encontrar de todo y tal vez, hasta te topes con buenos precios. Es curioso cómo un ser humano que vive de su salario puede encontrar alegría el hallazgo de un bajo precio, puesto que no requiere mayor ejercicio intelectual arribar a la siguiente pregunta: ¿por qué este precio es más bajo que los otros? Sin ingresar al mundo de los sabios economistas que dominan la atención de la época (¿será que sus planes resultan exitoso?), podemos decir muy rápidamente que para que un producto llegue a la góndola a precio menor que otro, alguna de las variables de producción debe modificarse a la baja. Pongamos que hay menos impuestos por el libre mercado (es decir, fábricas cerradas en Chile). ¿Alcanza esto para explicar el precio? Uno podría suponer que el capitalista pensó achicar la tasa de ganancia, pero inmediatamente estallaría en una carcajada. Entonces, sacando los insumos, los precios bajos de la industria indumentaria encuentran –en general- su explicación en la mano de obra barata. Mano de obra barata, a esa escala, es un odioso eufemismo por trabajo infantil, esclavo o semi esclavo. Es curioso, decía, que un trabajador encuentre alegría en esta operación. Claro está que siempre es mejor hacer como que uno no sabe, y simplemente pensar en el precio; nunca en el proceso que lo parió.

Por calle Pío Nono, arteria central de Bella Vista, a pocas cuadras de la casa museo de Pedro Neruda, el frente de una farmacia ofrece un síntesis visual: unas publicidad de fármacos legales conviven con las banderas de Chile, la mapuche y la bandera de Chile negra de contorno blanco (símbolo de repudio a la represión y homenaje a las víctimas fatales, heridos y violadas por el gobierno que preside Piñera). Bandera que simboliza este presente de lucha. Las dos hojas de la puerta abierta y una trabajadora que atiende el comercio de estupefacientes mira taciturna.

-¿Por qué la representa la bandera negra?

-Por lo que está pasando ahora. No hay solución. Se salió a la calle a manifestar por el abuso de todo lo que es público: la gente vive muy mal, es como si fuéramos personas sin derechos. A los jubilados no les alcanza. Y los funcionarios ganan veinticinco veces el sueldo mínimo.

Las casas gastronómicas ofrecen chorrillanas y chops. Las casas gastronómicas ofrecen chorillanas y chops por unos diez mil pesos. No puedo quitarme la referencia de la cabeza: una jubilación mínima en chile es equivalente a catorce chorrillanas con sus respectivos chops.

Por la noche, las barricadas improvisadas con bolsas de basura van corriéndose de esquina en esquina. Los carabineros hacen lo de siempre. Con el fresco de la noche, hay quien sale a caminar y pedir amablemente lo que le sobra a los que van por sus chorrillanas y sus chops. Es el caso de Sergio, quién sintetiza como el mejor analista -y probablemente no haya terminado la educación básica:

-La gente pobre y la gente rica necesitamos el mismo trato. La gente rica sale más rica y la gente pobre sale más pobre.

-¿Cómo vive un jubilado?

-El jubilado tiene que salir a trabajar igual porque apenas le alcanza. Le alcanza apenas para el arriendo y no para comer.

Sergio es soldador, desempleado.

-¿Qué pensás de las protestas?

-Está bien que se manifieste pero no con las cosas materiales. Porque ellos (por quienes trabajan en comercios) no tienen la culpa. Tienen derecho a manifestarse. Las cosas tienen que cambiar.

-¿Qué opinás de los carabineros?

-Los carabineros son lo más corrupto que hay. Le echan la culpa a la gente de los saqueos pero ellos son ladrones con uniforme.

El olor a comida en la noche de Bella Vista es igual de estridente que los graves de los bajos de los boliches. Adentro la fiesta. Afuera, la incertidumbre.

Catorce chorrillanas con sus chops es la valoración del estado chileno por las personas que han construido el país durante los últimos cincuenta años. Medido así, no sorprende el estallido. La vida, para los ricos de Chile encarnados en la figura de la bestia Piñera, la vida de un pobre no vale más que catorce chorillanas por mes.

Están fritos.

 

Fotos: María Florencia Laiuppa

(Por Astor Vitali) Valparaíso está convulsionada. Tiene la densidad poblacional de Bahía Blanca. Se desarrolló como centro portuario. Tiene el centro plano, una calle principal, avenida y muy amplia, basada en seis filas interminables de puesteros que venden barato: ropa, desodorantes, lentes, empanadas, pilas, linternas, chucherías, cosas para resolver la existencia al paso y bajo costo.

En Chile todo es servicio: la producción de cosas, la manufactura, apenas recuerdo lejano, aplastado por la bota del pinochetismo y la imposición de un modelo espejado deforme. Un espejo que deforma, mejor dicho: un Chile rico, vestido de progreso liberal de un lado frente al Chile hambriento en el que la riqueza no “derrama” más que balas y carabineros.

A diferencia del centro, la mayoría de la población vive sobre los cerros, en terrenos y calles que requieren de piernas fuertes para la subida a pie; primeras y frenos acondicionados para la andanza en automóvil. Para facilitar el transitar, se dispone de elevadores cada tantas cuadras, de los que se sale al centro a través de unos túneles cuyas paredes transpiran y chorrean agua sobre unos surcos laterales. La iluminación transporta la imaginación del viajero y el freso y la humedad le recuerdan a uno la vulnerabilidad de sus pulmones. Al final del túnel, como todo en Chile al final de cualquier cosa, una boletería espera por su pago y un molinete permite el paso a quienes pagan. Todo en Chile supone un billete; o peor, como contrapartida, todo en Chile supone que quien no posea forma de pago está afuera de Chile, pero adentro.

-Acá fue peor porque tenemos el congreso nacional y las protestas llevan 45 días en que todos los días hay saqueos, robos. Hay una calle que se llama calle Condell, si tu vas por Pedro Montt, vas a ver todas las tiendas tapeadas, cerradas con láminas de acero inoxidable, que tienen una sola puerta pequeña donde tú puedes entrar. Todo el resto es como una ciudad del futuro… como Mad Max.

El nivel de desempleo aumenta y Esteban encuentra la responsabilidad en los desposeídos que protestan en lugar de ubicarla en las políticas económicas de los desposeedores que dejaron sin nada a quienes protestan porque no tienen nada.

Esteban, amable, servicial, el único mozo-gerente que quedó en una bonita y vacía parrilla céntrica, lamenta el actual estado de cosas.

-¿Qué opina del reclamo por una nueva constitución?

-Para mí es una equivocación del pueblo. Porque el pueblo quiere libertad. La libertad termina cuando transgreden mis derechos. Están viendo los derechos de ellos, no los míos. Hay mucha gente que tiene muchos intereses creados, en el gobierno. La que viene desde Pinochet hasta Piñera es más o menos equilibrada.

Esteban y su esposa hacen colaciones los sábados, en su casa, para “solventar los gastos”. Hasta hace unos meses ganaba 500.000 pesos chilenos. Su patrón despidió a dos trabajadores. En cambio, él pudo conservar su puesto de trabajo pero su patrón “se vio obligado” a reducir su salario a 250.000 pesos (la mitad, es decir, unos 19 mil pesos argentinos –pero con menor poder adquisitivo).

-Cuando empezó el conflicto en Santiago estaban reclamando por algo justo. Lo que no nos parece bien es el destrozo porque va en desmedro del trabajador. Si se quiere luchar contra el capitalismo, que se luche contra el capitalismo pero que no utilicen el trabajo de la gente común. Por ejemplo, en el rubro nuestro (gastronomía) bajó casi el 75 por ciento la afluencia de público.

Pegado a Valparaíso está Viña del Mar. Allí la cosa transcurre más turísticamente. En las playas hay gentes que bajaron de sus autos y turístas a los que las banderas chilenas pintadas de negro les resulta una curiosidad. Al aire libre, llenos de arena, preservados de las protestas, el turismo cacarea torsos depilados y jornadas en el gym sobre el pacífico y otros planes de quienes pueden hacer planes.

Sobre las horas de la tarde y tarde noche, los conflictos recrudecen. El centro de Valparaiso muestra una realidad que atraviesa varios centros urbanos: unas minorías presentes sostienen el conflicto, piden unas monedas a los transeúntes para aguantar la comida y esperan incólumes los enfrentamientos que tocarán durante ese día: los carabineros aparecerán con sus camiones blindados y atacarán a quienes puedan de la manera más vil. El diario dirá: maniobras disuasorias. A uno le parece más bien el pan suyo de cada día. Un ejército de desclasados gozando de la tortura.

La escena es contrastante: por las calles céntricas, algunos chilenos deciden tomarse unos chops y comer algo hablando como si nada. Necesitan mostrar que todo está normal. Pero una corrida les tensa las tripas. Pasa. Vuelven a la “normalidad”. Unos turistas preguntan por comidas típicas. De rato en rato, carabineros y pueblo corren el foco de los enfrentamientos unas cuadras más allá o más acá.

Nadie está tranquilo. Todos saben que la cosa así no va más. Quienes militan, permanecen en las calles. Muchos no creen en los partidos ni en las reformas: quieren que cambien las cosas pero no saben cómo. La izquierda clásica habla de las desigualdades en el congreso. La izquierda clásica habla. Nadie conduce. Los empresarios aprovechan para ajustar. El comercio sufre. El libre comercio aún está en pie.

Al finalizar el día, se me ocurre preguntarle a un taxista:

¿Cómo vive un laburante promedio en Chile?

-No sé cómo vive. La verdad que no sé.

 

Fotos: María Florencia Laiuppa

(Por Comisión de DD HH – CTA Regional Bahía Blanca)El miércoles 12 debería comenzar el Juicio por Crímenes de Lesa Humanidad conocido como causa Triple A (Alianza Anticomunista Argentina). Pero sufre una nueva postergación por requerimientos de la defensa.

Es el primer caso, en nuestra ciudad, donde las acusaciones no recaen sobre personal militar sino sobre integrantes del grupo paraestatal liderado y armado por Rodolfo Ponce y Remus Tetu. En este caso por el crimen de David “Watu” Cilleruelo, estudiante de la UNS, secretario de la Federación Universitaria del Sur y militante de la Federación Juvenil Comunista.

Los imputados son: Raúl Roberto Aceituno, con prisión preventiva, directamente involucrado en el crimen secundando al ejecutor material “Moncho” Argibay, ya fallecido. Y, como integrantes de la “asociación ilícita”, Héctor Angel Forcelli, Osvaldo Omar Pallero y Juan Carlos Curzio.

Otro imputado, Héctor Oscar Chisu, falleció impune y queda pendiente que el Juez Federal Walter López da Silva resuelva la situación procesal de Néstor Luis Montezanti, también señalado como parte de la patota, habiendo transcurrido dos años desde la indagatoria.

Pesan también, sobre los acusados, otros veintitrés crímenes, entre ellos el de Luis Jesús “Negrito” García, preludio de los que, después del 24 de marzo de 1976, cometería la dictadura cívico-militar-eclesiástica.

El asesinato de Watu tiene una especial connotación ya que, a diferencia de otros crímenes, se cometió a plena luz del día, en presencia de testigos, y los imputados fueron formalmente contratados como “personal de vigilancia y seguridad” por el interventor Remus Tetu en la UNS (Resoluciones132, 159 y 165 de marzo y abril de 1975).

Durante los últimos cuatro años, y por decisión política del gobierno de Cambiemos, los Juicios de Lesa Humanidad sufrieron un freno favoreciendo la impunidad biológica de los represores. El compromiso permanente de los organismos y militantes de DD. HH. junto a los familiares de las víctimas, seguiremos reclamando por las condenas que merecen los responsables.

No olvidamos, no perdonamos, no nos reconciliamos!!
30.000 compañerxs detenidxs-desaparecidxs, PRESENTES!

(Por Saira Millaqueo, activista trans) Morir en en la esquina es un fantasma que nos ronda todas las noches cuando una travestis sale a prostituirse. No hay noche que no pienses si vas a volver, si te van a golpear o si vas a pasar una situación de mierda con un cliente.

La muerte nos persigue todo el tiempo, en la noche la muerte es más cercana. La sentís en el momento que llega el primer auto de la jornada, la sentís cuando se asoma un machito caminando o un grupo de ellos en un auto.

Conocemos la cara más perversa de la impunidad machista porque actúa sobre nuestros cuerpos y vidas sin alarmar, sin empatizar a la sociedad.

Aunque es de noche las infamias y violencias las travestis las sufrimos en el día también. Al final lo que sucede en la noche es el reflejo de lo que nos hacen en el día. Confinadas a esa oscuridad se sobrevive. Con la muerte al lado, hasta que te choca de frente y te entierra los puñales como en algún momento lo pudiste imaginar.

Y cómo me voy a defender, lo habré pensado de mil maneras. Estamos toda la vida diseñadas para afrontar la muerte y formateadas a esquivarla. La impunidad machista nos acosa y paraliza nos clava la más inmunda indiferencia sin poder defenderte. El mandato machista familiar nos empuja a desaparecer en esas esquinas. Hasta que llega la muerte en primera persona y cumple el designio, nos toma de la forma mas brutal.

Sin remordimientos, lo primero que se piensa es que si murió en una esquina es porque se lo buscó.

¿Alguien puede pensar que nosotras elegimos esto? Nos depositaron ahí y lo sabemos sobrellevar, nos reinventamos armando enredaderas de secretos y tejes que nos han hecho sobrevivir a la mas oscuras noches.

¿Si sentimos miedo? La necesidad no conoce de miedos. La urgencia no conoce miedos.

Nos cuesta la vida sobrevivir en los esquemas en el que nos depositaron y nos siguen depositando.

Sobrevivimos con coraje por que al miedo nos lo comemos del hambre que tenemos.

Me resulta doloroso el pensamiento de saber que presentimos cuál es nuestra hora en una esquina.

¿Se imaginan vivir con ese reloj que nos acorrala? Llegar a acostarte es un triunfo.

Pienso en todo esto con la imagen de Roberta en mi cabeza y la de todas mi compañeras. Las que están y las que no. Es dolorosísimo tener que estar contando esto pero me da miedo, mucha impotencia a la vez porque no sabes cuando te puede caer a vos. Como dije antes estamos muy cercanas con la muerte.

La encrucijada de la que las travestis no salimos, quien tiene esa solución es el Estado con sus acciones. Está bien claro que ahí en esas esquinas lo que se necesita no es más violencia, sino que resguardo y reparación. Por que ademas una cosa es que se describa las vivencias de las personas en situación de prostitución y otra es hablar de trabajo sexual.

Venimos de un gobierno que promovió la indiferencia como política de estado. Hoy se sueña en revertirlo. Mientras tanto solo hay una verdad las travestis venimos arrastrando historia de esta practicas, por eso es que necesitamos que nuestras demandas sean tomadas con urgencias. Porque hay mucho por reparar y la única forma es siendo practicxs a la hora de entender la realidad.

Ojalá el rostro de Roberta Carabajal sea el último que tengamos que lamentar por muertes que se pueden evitar. Justicia por ella. Justicia por todas aquellas que merecían una vida libre de violencia y olvido.

La intención del Departamento Ejecutivo de avanzar en la derogación de las ordenanzas 12.711, 19.038, 18.486, 9.116 y modificatoria 17.919 constituye un acto de atropello inaceptable. Los bahienses estamos orgullosos de las distintas expresiones culturales de nuestra ciudad como muestra de la diversidad y de una identidad que debe ser apoyada y acompañada por el Estado Municipal.

Todas estas ordenanzas son el fruto de años de trabajo y propuestas discutidas pluralmente en el marco del Honorable Concejo Deliberante y del Consejo Cultural Consultivo. No se puede avanzar unilateralmente sin consultar ni dialogar con las y los hacedores culturales bahienses.

Apoyamos la continuidad del Instituto Cultural y de las estructuras de participación y sus fondos de financiamiento. Solicitamos que el Intendente Municipal reflexione, retire la ordenanza derogatoria y convoque a un diálogo amplio. Defender nuestra cultura y los mecanismos de participación ciudadana es defender y fortalecer a nuestra Democracia.

SUSBIELLES, Federico; FELIU, Marcelo; GODOY, Gabriel; Partido Justicialista; CGT Regional Bahía Blanca; CTA Regional Bahía Blanca; CTA de los Trabajadores; HIJOS; Integración Ciudadana; Agrupación Nuevos Vientos; DURAN, Ayelen; Frente de Todos Bahía Blanca; LINARES, Virginia; AYUDE, Raúl; VAMOS/ Frente Patria Grande;  IANTOSCA, Miriam “Gogo”; Unidos y Organizados; GHIGLIANI, María Gisela; LOPES, Rodolfo; La Cámpora; QUIROGA, Carlos; Grupo 83; MANDARA, Gustavo; Partido Solidario; MENDOZA, Manuel; APYME; LLITERAS, Fabian; Militancia Peronista; INSAUSTI, María de las Mercedes; La Norma Pla; LARREA, Walter; Partido Humanista; FERAN, Elias; Los Irrompibles; ROSENFELD, Pablo; Causa Nacional/ Polo Social; PIRES, Romina; Nueva Mayoria; MARTINEZ ZARA, Lucia; Cardumen; ECHEVERRIA, Paula; Frente Feminista Nacional y Popular; MANDOLESI BURGOS, Santiago; CALDERARO, Luis; Kolina; MORENO SALAS, Carlos; FPV Volvemos; GALLARDO, Raúl; Celeste y Blanca de los trabajadores Soc B. Bca; BEVERINI, Franco; Con Bahia; Bases Ciudadanas; LOPEZ, Analía; Ateneo Nestor Kirchner; GARCIA VAZQUEZ, Laura; Mesa de educación; Consejeros Escolares Frente de Todos; CANO, Marina; Nuevo Encuentro; CAMPELO, Fernando; Partido para la Victoria – Corriente Luche y Vuelve; FABARO, Carlos; Agrupación 14 de Septiembre; LARRABURU, Diana; ITALIANO, Matías; GARCIA, César; PTP – PCR; CCC; Movimiento Evita, Socialismo para la Victoria; La Watu y siguen las firmas…

(Por Red de Comunicadoras de Bahía Blanca) Cumplimos un año “en red”. Estamos agradecidas y movilizadas. Recorrimos un camino impensado y fortalecedor. Desde aquellas primeras mateadas en las que nos encontramos, a los comunicados colaborativos que hicimos públicos para expresar nuestro repudio a despidos y a las violencias sufridas en medios locales de prensa… hemos aprendido a visibilizarnos y a acompañarnos.

Nos faltaba sólo eso: encontrarnos de verdad. Escucharnos, descubrir nuestras coincidentes decepciones y sorprendentes sueños compartidos. Repensarnos en el despertar feminista para muchas, con los consejos oportunos y aleccionadores de aquellas ya transformadas por este movimiento liberador.

Con plena diversidad nos conformamos como RED. Elegimos esa forma de organizarnos porque somos tejedoras profesionales. Punto a punto hemos hilvanado nuestro oficio, algunas veces sin cuestionarnos demasiado, incluso las situaciones dolorosas que padecimos trabajando periodísticamente. Pero ahora llega el tiempo de desovillarlas, desandarlas, para deconstruirnos y seguir creciendo. Y para eso, nos volvimos a elegir.

Somos una RED inspirada en la gran participación de las mujeres en los escenarios públicos de Argentina y Latinoamérica. Creemos indispensable enlazarnos con otras organizaciones y saberes para complementar nuestro camino y prácticas cotidianas. Nos posicionamos activamente frente a la condena del silenciamiento y aislamiento que pretende imponer la cultura liberal y patriarcal.

En la Red de Comunicadoras Bahía Blanca construimos un espacio para escucharnos, formarnos y no callar más. En nuestro primer año, produjimos materiales audiovisuales y documentos con pronunciamientos colectivos, nos reunimos con ganas y constancia y logramos un relevamiento histórico donde reflejamos las desigualdades y violencias sufridas en nuestros ámbitos laborales. Fue presentado el 25 de noviembre, un día elegido con la certeza de que mucho tenían que ver: contextos actuales y resultados. Y así fue. Ante una gran convocatoria y gracias a la numerosa participación de encuestadas, pudimos contar con fundamentos las brechas de género y la inequidad laboral perpetuada en los medios locales de comunicación, cuyos puestos de decisión son ocupados por hombres, injustamente, en su amplia mayoría.

Hasta el lenguaje que usamos ilustra estas realidades, por eso también lo cuestionamos e intentamos su utilización no sexista, a pesar de que sigan considerándolo “accesorio”. NOMBRARNOS es reconocernos. Despojarnos de los prejuicios y mandatos del lenguaje para aprehenderlo desde una praxis liberadora, capaz de identificar las nuevas representaciones.

Queremos agradecer una vez más y públicamente a las profesionales que nos acompañaron en este proceso fundacional: Carolina Goldman, María Julia Eliossof y Agostina Costantino. Sus talentos y miradas feministas nos ilustraron la búsqueda y nos acariciaron el alma.

Como mujeres comunicadoras y trabajadoras en los medios privados, estatales y comunitarios, vamos asumiendo la importancia de reflexionar sobre las dimensiones de género. Sabemos que estamos comenzando, y que poner en palabras lo que nos pasó por el cuerpo lleva tiempo. Afrontarlo JUNTAS es un desafío que prometimos atravesar. Emocionadas e indignadas, alegres y reflexivas, enojadas e inconvenientes… pero SOLAS NUNCA MÁS.

No podríamos expresarlo mejor que Loahana Berkins: “esas cosas me parecen maravillosas y siento que de alguna manera tiene que ver con nuestra lucha. Acá estamos nosotras, poniendo la verdad en el cuerpo a todas las violencias, para seguir brillando.”

El ejercicio de relatarnos ya comenzó. Revivimos entonces, esos momentos llenos de dolor, avasalladas en el silencio cómplice de una redacción, en la producción de un móvil periodístico, en el insulto fuera de micrófono, en el golpe vil ante las miradas de una sala de prensa, en las decisiones que nos dejan sin poder preguntar, nada más y nada menos. No para revictimizarnos. Sí, para dejar testimonio a las que vienen y vendrán. Nombres y apellidos de violentos que ya no tendrán el privilegio del anonimato, para desempolvar su miseria. Ya pensaremos en protocolos internos de alerta y cuidados sororos.

A un año de empezar a “tejernos” para desentramar nuestras experiencias y forjar la trama colectiva, nos habita un profundo orgullo por lo realizado y un sincero agradecimiento a quienes nos escucharon y nos dieron la oportunidad de expresarnos. Hoy valoramos este presente JUNTAS. Y resuenan en nosotras las palabras de Ana Cacopardo… “Hay vidas celebradas tan a fondo, que parecen no alcanzar varias vidas más para contarlas”.

Intentaremos narrarlas, porque somos las historias que contamos.

Gracias por vuestra lectura, les deseamos un 2020 de muchas alegrías y sanas resistencias.

Nicolás Fernández Vicente trae al aire de la calle el “Eco de la queja: palabras que resuenan”. Escuchálo los miércoles durante la emisión de En Eso Estamos (Lunes a viernes de 10 a 12).

Cuenta Hesíodo que, en el monte Helicón, las musas le enseñaron un bello canto mientras pastoreaba su rebaño.

En el mismo monte, ellas también educaron a Eco, la ninfa enamorada de su propia voz. Obra del libérrimo e intachable garante del destino, el pater Zeus, Eco fue castigada por Hera, quien la condenó a permanecer sin voz y a repetir la última palabra de quien intentara entablar una conversación con ella. Sin poder dialogar con nadie, decidió amanecer en las mañanas campestres y casualmente se vino a enamorar de Narciso, quien, por supuesto, la rechazó. Eco murió de desilusión en su cueva y nos dejó su voz en el aire.

Muchas veces es un ruido lejano que no percibimos con claridad, pero del que nos hacemos eco: difundimos, compartimos, reposteamos, copiamos y pegamos. Es la reflexión del sonido y la repetición sin reflexionar. Es Eco en la cueva y Narciso en el espejo.

Un texto, una música y una reflexión de la queja. Sabrá la audiencia distinguir su claridad y, si se refleja, se hará eco en el aire de la calle.

Capítulo 43 (18/12/19): Eco de la queja

Capítulo 42 (11/12/19): ¿Qué es el tango?

Capítulo 41 (4/12/19): Alto Bondi

Capítulo 40 (29/11/19): Especial TangoSur con Agustín Guerrero y Leonardo Capitano

Capítulo 39 (27/11/19): Entrañable 

Capítulo 38 (20/11/19): Berretín

Capítulo 37 (13/11/19): Fragmentos

Capítulo 36 (6/11/19): Sacale viruta al piso

Capítulo 35 (30/10/19): Nadie 

Capítulo 34 (23/10/19): El tango del acuerdo

Capítulo 33 (16/10/19): Orquesta típica

Capítulo 32 (9/10/19): El Sur también existe

Capítulo 31 (2/10/19): Ante la crisis, vitalidad artística 

Capítulo 30 (26/9/19): ¿Hasta cuándo?

Capítulo 29 (18/9/19): ¿Silencio de radio?

Capítulo 28 (11/9/19): ¿Lo mismo un burro que un gran profesor?

Capítulo 27 (4/9/19): Somos o no somos

Capítulo 26 (28/8/19): Aprender a decir

Capítulo 25 (21/8/19): La fiesta ajena

Capítulo 24 (14/8/2019): Vos que estás en todos lados.

Capítulo 23 (31/7/19): Lo que hay en el archivo

Capítulo 22 (24/07/19): Pugliese en Gelo

Capítulo 21 (17/7/19): Taquito militar

Capítulo 20 (10/7/19): Palo y a la bolsa

Capítulo 19 (3/7/19): Aimé Cejas y Rita Sánchez – ¿El tango es de origen prostibulario?

Capítulo 18 (26/6/19): Agustín Hernández – ¿Tango de ayer = tango de hoy?

Capítulo 17 (19/6/19):

Capítulo 16 (12/6/19):

Capítulo 15 (5/6/19):

Capítulo 14 (29/5/19):

Capítulo 13 (22/5/19):

Capítulo 12 (15/5/19):

Capítulo 11 (8/5/19):

Capítulo 10 (24/4/19):

Capítulo 9 (17/4/19):

Capítulo 8 (10/4/19):

Capítulo 7 (3/4/19):

Capítulo 6 (27/3/19):

Capítulo 5 (20/3/19):

Capítulo 4:



Capítulo 3:



Capítulo 2:

 

 

Capítulo 1:

“Sostenemos que la economía solidaria surge como alternativa a este modelo que ya está agotado”, dijo a FM De la Calle Marina Huentenao, integrante del área de EcoSol de Cáritas.

Se refirió al encuentro de evaluación y proyección de la Red Nacional de Economía Solidaria de la institución del cual surgió la iniciativa que en Bahía Blanca se tradujo en la comercialización de una bolsa navideña con producciones locales.

“Después de hacer un análisis de la realidad, de la crisis, de algunas acciones que pasaron de ser productivas a autogestivas, definimos hacer una instancia más: concretar la comercialización de producciones de la agricultura familiar”, explicó.

Los proyectos que desarrollan implican “la llegada de agua potable a algunos lugares, cisternas, cuestiones vinculadas a cultura, a ferias o distintos espacios de comercialización. Cáritas en este área particular llega a donde muchas veces ni siquiera llega la luz. Se van tejiendo redes de sostenimiento, no con una asistencia inmediata sino vinculadas a trabajos autogestivos”, comentó.

Huentenao afirmó que “en todos estos años hemos acumulado mucho saber, algunas iniciativas hemos podido sostener, creemos que si el Estado puede asumirlas generarían política pública para el sector. Durante estos años quisimos visibilizar y estos movimientos populares fueron los que han sostenido a las personas que se cayeron del sistema, desde lo cultural, lo educativo”.

“Todas las herramientas que hemos podido construir durante estos años nos sirven de sostén para pararnos ante un nuevo gobierno pero con la certeza de que hay mucho camino construido y que no hay que empezar desde cero; que quienes vuelvan al gobierno puedan partir de la construcción del trabajo que hemos construido las organizaciones. Ojalá que con este acto social podamos repensar cuestiones y darle mayor sostenibilidad al sector que viene trabajando un modelo alternativo”, dijo.

Producciones de naVIDAd

La bolsa se puede reservar llenando este FORMULARIO y abonando la compra antes del 12 de diciembre en el local de comercio justo Reloj de Arena. La entrega se realizará el jueves 19 de diciembre al igual que la próxima bolsa de verduras de las Producciones de la Agricultura Familiar.

Los y las artistas, trabajadores y trabajadoras de la cultura, (espacios culturales, grupos de teatro, grupos musicales, grupos independientes, asociaciones civiles y organizaciones sociales, políticas y gremiales abajo firmantes) hacemos pública nuestra preocupación y total rechazo a los comentarios vertidos por el Sr. Intendente Municipal Héctor Gay, en cuanto a la derogación de la ordenanza del Instituto Cultural Nº18499 dando lugar a la fusión anunciada como Secretaría de Educación y Cultura y la designación de la Licenciada Morena Llanca Rosselló al frente de la misma.

Puntos por los cuales defendemos la Ordenanza:

  • Es una legislación ejemplar para la ciudad, la provincia y el país que asegura la participación ciudadana en forma directa desde hace, al menos 15 años.
  • Jerarquiza el área.
  • Mejora los procedimientos administrativos dando mayor transparencia y optimización de los recursos para el desarrollo cultural-artístico de nuestra ciudad.
  • Contiene una herramienta fundamental y de participación ciudadana como es el Consejo Cultural Consultivo que colabora con la gestión cultural construyendo políticas públicas, aportando ideas y trabajo colectivo. Este Consejo surge de las asambleas de las ramas artísticas que eligen a sus consejeros y asesores; además, se realizan asambleas abiertas para debatir los lineamientos que llevarán los representantes a las reuniones en pleno.

La derogación de esta ordenanza implica eliminar esta herramienta de participación ciudadana, y por consiguiente:

  • Rompe el compromiso de que quien esté al frente del Instituto Cultural sesione una vez por mes con les consejeres y asesores designades por asamblea;
  • Rompe el compromiso de que mensualmente el Ejecutivo municipal brinde el detalle del estado de cuenta de fondos concursables y cuentas especiales.
  • Elimina derechos y recursos concretos como el Fondo Municipal de las Artes, la cuenta asignada a los eventos organizados por la comunidad a través de sus entidades (Eventos Permanentes) así como los acuerdos estipulados con los Espacios Culturales Independientes
  • Con respecto al presupuesto, al perder el rango de Instituto Cultural perdería la facultad de recibir donaciones no sólo en dinero sino también en patrimonio cultural en cuentas especiales directas del instituto.

Ante lo expuesto, motiva nuestra preocupación el antecedente del año 2016 cuando el intendente Héctor Gay, a instancias del, por entonces, director del Instituto Cultural,  Ricardo Margo, vetó la modificación de la ordenanza 12.711.

Afortunadamente, la mayoría de los y las ediles de aquel entonces, sostuvieron una postura razonable y se dio marcha atrás el veto.

Por otra parte, el intendente designó como responsable de la nueva Secretaría a la Licenciada Morena Llanca Rosselló, cuyos antecedentes en el área de Educación no son favorables. Podemos citar:

  • El cierre de, al menos, 100 talleres artístico-culturales que llegaban a los barrios.
  • La paralización durante 3 años de la Orquesta Infanto-Juvenil de Villa Miramar;
  • El cierre de salas de jardines maternales municipales;
  • La precarización y destrato de los talleres artístico-culturales vigentes;
  • La eliminación de la Comisión de Seguimiento del Fondo Educativo (órgano similar al Consejo Cultural Consultivo)

Esperamos que se escuche nuestra voz y lleve a la reflexión a quienes tienen responsabilidades públicas y se respeten las herramientas de participación ciudadana que contribuyen a la  construcción  de una política cultural en un sentido democrático. Las medidas anunciadas tienden a profundizar el desguace cultural sufrido hasta el momento. Solicitamos marcha atrás en la aplicación de estas políticas.

Bahía Blanca cuenta con gran riqueza de expresiones artísticas. Los funcionarios públicos deben cumplir las leyes del estado. Las políticas públicas deberían dar cuenta de la reconocida calidad de las propuestas culturales locales, en lugar de desfinanciarlas y restarles valor.

La eliminación del Instituto Cultural NO FUE PARTE del programa de campaña de Juntos por el Cambio. Nadie votó por semejante medida.

El voto no es un cheque en blanco.

ASOCIACIÓN ARGENTINA DE ACTORES (DELEGACIÓN BAHÍA BLANCA) / UNIÓN DE MÚSIC♪S DEL SUR

Adhieren

ATM BAHÍA BLANCA / ASOCIACIÓN DE MURGAS BAHIENSES / COORDINADORA ESTUDIANTIL ARTÍSTICA DE BAHÍA BLANCA / RED DE ESPACIOS CULTURALES INDEPENDIENTES / CASA DEL PUEBLO / SALA VARIETTÉ / CENTRO CULTURAL LA PANADERÍA / GRUPO NUEVODRAMA /

ADRIANA IGLESIAS/ ALAN ARTEMIO TURPAUD / ALBERTO D’ALESSANDRO / ALBIN W. CEDEÑO / ALEJANDRO DI VALENTIN / ANA CASTEIGN/ ARIEL MANTIÑAN / ASTOR VITALI / ÁNGEL DANTAGNAN / ALDANA MERINO / ANDREA BORELLO / ANABEL BECERRA / AYELÉN SOUTER/ CAMILA BRESCIANO / CAMILA EVA VERA / CARINA MIGUEL /CAROLINA GESTOSO / CECILIA EPHERRA / CLEMENTINA ZIVANO / CRISTINA BARIDÓN / DANIEL BOLUÑA/ DANIEL FERNÁNDEZ / DANIELA MÁRQUEZ / DANIEL LÓPEZ / EMILIA ARANCE /ENRIQUE LORENZI / FACUNDO SIERRA / FAUSTO CAPRIN / FERNANDO BALESTRA / FABRO PACIAROTTI / FLORENCIA DEL PINO / FLORENCIA VUL / FRANCISCO MEACA / FRANCO BERDINI / FRANCISCO FELKAR / GASTÓN ARES / GERMÁN KLAPPENBACH / GISELA GREGORI / GLORIA MENÉNDEZ / GRACIELA MUSOTTO/ GUILLERMO COLANTONIO / GUILLERMO OCEJO / GUSTAVO KAMERBEEK /HUGO VITALI / IRENE ABREU BARCELÓ / IVÁN PROSIUK / JIMENA GONZÁLEZ / JOAQUÍN DIAZ VARELA / JORDAN RESSIA / JORGE VENTURA / JUAN CASSONLETT / JUAN MANUEL CAPUTO / JULIÁN MANSILLA / JULIÁN MEDINA / JULIETA LEIVA CHAVEZ / JUAN JOSÉ BRIOSSO /JUAN CRUZ SAVATELLA / JUAN PABLO STALDECKER / JULIETA RAUSCH / LILIANA VICENTE / LUCAS SÁNCHEZ / LUCÍA PAREDES GREGORI / LUIS GENTILLI / MATÍAS SANDERS / MARTIN GAUNA / MARTINA FONTANELLA / MABEL TRAVAGLINI/ MANUEL ANGELINI / MARIO ERIKSEN / MARTÍN GAUNA/ MAXIMILIANO ULISES MEDINA / MILAGROS PIRES / MÓNICA ORTELLI/ NATALIA ABAD / NATALIA OTERO / NORMA SANTIAGO/ LEONARDO FABRIZI / LEO HERMANN / LEO VEIVA / LILIANA VICENTE / LOURDES MANINI / LUIS ÁNGEL MARTÍNEZ / ALDANA / MAITE VALIENTE MATILLA / MARÍA AZUL SANTILLÁN / MARÍA BELÉN LÓPEZ / MARÍA CELESTE MOORE / MARCELA DRITANTTI / MARCELA INOSTROZA VALDÉS / MARCELO DÍAZ / MAYRA DÍAZ ALCHU / MARIANELA BONELLI / MÓNICA CASTRO / NICOLÁS FERNÁNDEZ VICENTE / NICOLÁS PEREYRA / NÉS CAMPANO / NORMA SANTIAGO / OSCAR PASQUARÉ / PABLO LASALA / PABLO VEGA / PATRICIA REGOLI / PATRICIA ROMERO / PATRICIO PERALTA / RAÚL CHAVEZ/ RAÚL PETRUF / ROMINA FEIJOO / RUBÉN ALBERTO FAGOAGA/ SEBASTIAN MARELLO / SOFÍA FERNÁNDEZ / SONIA AGUILERA / STELLA M. GONZÁLEZ / SUSANA MATILLA / SERGIO PACHECO / TOMÁS OXARANGO / PATRICIA RÉGOLI / WILLY TRAVERSA /WALTER FONTÁN/ZOE RÍOS

BLUE CHEESE / CHANGÜÍ / DE CUERDAS Y BOMBO TRÍO / DÚO LORENZI-RÉGOLI / DÚO LORENZI-ROJAS / EL PIQUILLÍN TANGO TRÍO / LA VIARAZA TRÍO / DÚO VILLARREAL-LORENZI / DÚO SANSOLINI-LORENZI / MURGA LA CUCHARÓN / MÚSICA INNOVA / ORQUESTA TÍPICA EN CONSERVA / TodaVía /

DIANA JAKUBOWICZ Y ALBERTO CARRANZA, DELEGADXS DE ATE EN ORQUESTA SINFÓNICA PROVINCIAL DE BAHÍA BLANCA / MÓNICA CASTRO, DELEGADA DE ATE EN EL CORO ESTABLE DE LA OSPBB / ORQUESTA ESCUELA MUNICIPAL INFANTIL Y JUVENIL DEL BARRIO MIRAMAR/APYME/DELEGADXS DE LA FERIA MUNICIPAL DE ARTESANOS DE BAHÍA BLANCA/

CTA BAHÍA BLANCA / CTA DE LOS TRABAJADORES

La Corriente Clasista y Combativa se movilizó ayer hasta la Municipalidad para reclamar la entrega de alimentos a comedores y merenderos de los barrios de la periferia.

“Hay una situación dramática porque estamos hablando de 29 merenderos y comedores, 2155 chicos de hasta seis años que están registrados, muchos más de mayor edad, y 211 jubilados. El municipio hace dos meses que nos dejó de dar los alimentos”, señaló César García a FM De La Calle.

“Nos han dicho que tenemos que esperar hasta el 10 diciembre que cambian las autoridades. Acá no cambia ninguna autoridad, tienen el mismo color político hasta el 10 de diciembre, las compañeras están recorriendo los negocios de los vecinos y es el Estado el que tiene que hacerse cargo. Las elecciones pasan pero el hambre queda”, afirmó.

Consultado acerca de las excusas municipales, García comentó que “dicen que provincia les da los alimentos y que hubo una inundación. Nosotros sabemos muy bien qué hicieron antes de las elecciones y todo lo que repartieron. Que distribuyeron el oro y el moro en todos los barrios”.

“La gente se da cuenta, tuvimos en la semana contacto con autoridades. Nos piden mandar a la gente a que hable con una trabajadora social y que vean en qué situación está y que por ahí les dan un bolsón de mercadería. Es poco serio y es no entender la realidad: un bolsón dura dos o tres días”.

(Por Analé Barrera y Lucas Castiglioni / TRAMAS Boletín) Recientemente circularon noticias relativas a la instalación de Amazon en el país. Específicamente en Bahía Blanca y Coronel Rosales. Considerando el peso de la firma, nos propusimos poner el anuncio en contexto, aportando elementos para el debate sobre el “capitalismo de plataformas”, el “futuro del trabajo” y los desafíos para la organización de lxs trabajadorxs.

Anuncio de Amazon. En las últimas semanas los diarios locales y nacionales se hicieron eco de la nota en Bloomberg, en la que se hacía referencia al plan de negocios de la empresa Amazon; que incluiría el “desembarco” en nuestro país. En el artículo del 3/10 se informa que “la compañía con sede en Seattle se está preparando para invertir alrededor de 800 millones de dólares durante 10 años y obtendrá considerables beneficios fiscales al ubicar el centro de datos en los distritos de Bahía Blanca y Coronel Rosales”.

La agencia especializada en finanzas asegura que Amazon optó por Argentina luego de iniciar estudios y negociaciones en Chile. Entre los elementos que habrían volcado la balanza para el lado de Argentina, se encontrarían los beneficios de la Ley de Economía del Conocimiento aprobada este año (exenciones de impuestos a la exportación, reducción del impuesto sobre la renta del 35% al ​​15% y “menores costos laborales”). Además, al ubicarse en la zona de libre comercio, Amazon no pagaría impuestos nacionales o provinciales sobre el consumo de energía.

Amazon Web Services (AWS, almacenamiento de información en la nube) es la unidad de negocios de Amazon especializada en servicios informáticos. En el artículo de La Política Online se resalta que “los hubs de datos consumen una impactante cantidad de electricidad” por lo que cuando AWS empiece a operar, “será una de las mayores usuarias de la red eléctrica”.

Sin embargo, el proyecto de Argentina no es definitivo y aún podría modificarse, señaló Bloomberg.

¿Qué es y qué hace Amazon? En el citado artículo en Bloomberg, se hace hincapié en Amazon Web Services, “el negocio más rentable de la compañía” con el cual disputa el mercado a Microsoft Corp. y Alphabet (Google). Por lo cual, el plan de inversión en Argentina contemplaría este punto: “La proximidad a un centro de datos de Amazon ayuda a las empresas a reducir costos y mejorar la velocidad de los datos en comparación con tener que depender de sitios fuera del país. Argentina alberga varios equipos en línea, incluida su empresa más grande, la empresa de e-commerce minorista MercadoLibre, que utiliza AWS para alojar sus plataformas”.

Sin embargo, no es la única actividad que realiza Amazon. Para poder adentrarnos en la estructura y dinámica corporativa así como contextualizar el desarrollo y crecimiento de este tipo de empresas; retomamos la noción de “Capitalismo de plataformas”.

¿De qué estamos hablando? Nick Srnicek, el economista canadiense, autor del libro “Capitalismo de plataformas” (2018) –reseñado por Julián Tylbor-, define a las plataformas como “infraestructuras digitales que permiten que dos o más grupos interactúen”. El nuevo modelo de negocios que las mismas proponen, se sustenta en la extracción de datos como materia prima; cuya fuente natural serían las actividades de lxs usuarixs. Las plataformas dependen además de los “efectos de red”: más usuarixs = más valor. Aunque se presenten como intermediarias neutrales, controlan las reglas del juego. Este control se esconde detrás de algoritmos y del discurso de la “economía colaborativa”.

A partir de esta definición, Srnicek distingue cinco tipo de infraestructuras digitales: “a) plataformas publicitarias (Google, Facebook), que extraen información de los usuarios, la procesan y luego usan esos datos para vender espacios de publicidad; b) plataformas de la nube (Amazon Web Services, Salesforce), que alquilan hardware y software a otras empresas; c) plataformas industriales (General Electric, Siemens), que producen el hardware y software necesarios para transformar la manufactura clásica en procesos conectados por internet, lo que baja los costos de producción; d) plataformas de productos (Spotify, Rolls Royce), que transforman un bien tradicional en un servicio y cobran una suscripción o un alquiler; e) plataformas austeras (Airbnb, Uber, Glovo, Rappi), que proveen un servicio sin ser dueñas del capital fijo.”

Este último tipo representan “un nuevo boom” y prácticamente carecen de activos: Uber no tiene una flota de taxis, Airbnb no tiene departamentos y Rappi no tiene bicis.” Al respecto, en Tramas n° 1  escribimos sobre la instalación de Pedidos Ya en Bahía Blanca.

En la misma línea, Alejandro Galliano y Hernán Vanoli en Revista Crisis identifican la retórica de la economía digital como la continuación del neoliberalismo por otros medios. En este sentido, el capitalismo de plataformas comparte los límites y la inestabilidad de la economía neoliberal en general. “Sólo Amazon parece haber desarrollado un modelo de negocios sustentable: servicios por suscripción y, sobre todo, logística, mano de obra barata, infraestructura” afirman los autores.

Se trata de la empresa que la empresa que más invirtió en Investigación y Desarrollo (I + D) en el último año, como así también es la compañía en la que la que el apartado I + D más fuerte creció en el último lustro. Así puede observarse en el gráfico.

¿Quién es el dueño de Amazon? El CEO de Amazon, según el último ranking Forbes, es la persona más rica del mundo. El estadounidense Jeff Bezos, CEO de Amazon, quien declaró poseer 131.000 millones de dólares en este año. En el boletín del GT de CLACSO sobre Crisis y Economía Mundial se marca cómo la empresa con casa matriz en los Estados Unidos, amasó sus fortunas a fuerza de explotación de lxs trabajadores (mediante formas de precarización y medidas antisindicales) y evasión impositiva. Este año, declaró ganancias por 11.200 millones de dólares mientras que por segundo año consecutivo no pagará impuestos federales (e incluso, mediante el reembolso fiscal, obtiene una tasa efectiva de impuestos de -1%). Al mismo tiempo, Bezos anunció en septiembre el recorte a la cobertura médica en su cadena de supermercados Whole Foods; medida que afectará a 1.900 trabajadorxs.

Futuro por pasado. Amazon, Uber, Rappi, PedidosYa, Glovo, Mercado Libre… Las plataformas digitales van ganando protagonismo en la economía y en la vida cotidiana, presentándose como un anticipo del futuro que vendrá.

La incorporación de la automatización y la inteligencia artificial han generado cambios en las formas de producción e intercambio; cambios que han sido caracterizados como parte de una “cuarta Revolución Industrial”. Sin embargo, la novedad viene siendo atada en general a un modelo de empleo flexible que pretende volver atrás la rueda de la historia; desconociendo derechos laborales elementales conquistados por el movimiento obrero.

¿Con qué argumentos? Con retórica futurista, se plantea la gastada asociación entre éxito individual y emprendedurismo con autoexplotación.

Particularmente en el sector de comercio y servicios, las plataformas digitales aparecen como simples intermediarias, permitiendo que se encuentren oferta y demanda en una plataforma virtual. En este esquema, lxs trabajadorxs son usuarixs o socixs, que entrarían “libremente” en un contrato para su beneficio.

¿Quiénes trabajan en las plataformas digitales? Los grupos de la población que generalmente sufren en mayor proporción las condiciones precarias de trabajo es la que nutre las filas de lxs trabajadorxs de plataformas. De acuerdo a un artículo de la economista e investigadora Sofía Scasserra, se distinguen cuatro perfiles: -mujeres, que buscan trabajo por fuera del hogar al tiempo que sostienen la carga de las tareas domésticas y de cuidados; -migrantes, que se encuentran al llegar al país que lxs recibe con un mercado de trabajo hostil y con dificultades para obtener la documentación necesaria para acceder a un empleo formal; -disidencias sexuales, que no deben pasar por entrevistas de trabajo en las que podrían sufrir discriminación y –jóvenes, para quienes el empleo en plataformas es, frecuentemente, el primer empleo.

¿Quién utiliza a quién? Las empresas se presentan como facilitadoras para que se efectúe el intercambio, “herramientas” para que lxs usuarixs lleven adelante sus emprendimientos. Pero… ¿es sólo eso? Como sostiene Scasserra en el artículo publicado por la revista Nueva Sociedad, éstas determinan las formas y el tiempo de pago, las condiciones de búsqueda, la forma de entrega, los estándares de calidad, los montos que se pueden cobrar. Además, tienen la potestad de sancionar y desvincular a lxs trabajadorxs a su antojo: “se apropian de la oferta de bienes y servicios, manipulan la demanda y gestionan los precios. Las plataformas hoy son el mercado.”

Aunque no se vea, el lugar del patrón siempre está: blandiendo el látigo de las calificaciones y observándolo todo con sus ojos de GPS.

Organización. El desconocimiento de derechos de trabajadorxs se condice con el encubrimiento de una relación de dependencia. Encubrimiento que la incipiente organización de lxs trabajadorxs en el mundo empiezan a desarmar.

Como en los inicios del capitalismo, lxs trabajadorxs de plataformas digitales ensayan nuevas experiencias sindicales y cooperativistas.

Lxs trabajadorxs de Amazon, como relevamos en el primer número de Tramas en julio de este año, realizaron huelgas durante el  #primeday2019 en reclamo por sueldos dignos, trabajos seguros, derechos sindicales y negociación colectiva.

En Minnesota (EEUU), por ejemplo, el área metropolitana combinada de sus dos ciudades más importantes (Mineápolis y St. Paul, “Twin cities”) se ha convertido en un epicentro del activismo sindical. Soltz, uno de lxs trabajadorxs que organizaron la medida de fuerza, hizo referencia a la grave situación que atraviesan los trabajadores y trabajadoras de Amazon, sintetizando: “Somos seres humanos, no robots. Nos están tratando como si fuéramos máquinas.”

En Alemania, el segundo mercado de Amazon después de los EEUU, lxs trabajadorxs vienen haciendo una experiencia de organización sindical, en reclamo por mejores condiciones laborales, desde el 2013. Akman, especialista en comercio del Sindicato Unido de Servicios alemán (Ver.di), sostuvo: “Los salarios en Amazon ya no pueden ser determinados al estilo de un señor feudal.”

En septiembre de 2019, se llevó a cabo la primera reunión transfronteriza de Amazon en Leipzig, Alemania. En el Boletín Tramas nº 11, dimos cuenta de dicho evento.

Más allá de las experiencias de lxs trabajadorxs de Amazon en el mundo, en Argentina se está desarrollando una nueva experiencia sindical: la Asociación de Personal de Plataformas. Como relata La Izquierda Diario en una crónica sobre su emergencia, su primera medida de lucha fue el año pasado cuando lxs trabajadorxs empezaron a notar que las promesas de “ser tu propio jefe” eran una farsa y que estaba operando “algo así como una mano invisible del algoritmo: los mensajeros nuevos recibían los mejores viajes (para “engancharlos”), mientras los más experimentados se quedaban con los más largos y poco redituables; si rechazaban un pedido, luego no les entraban nuevos por un largo rato, y otros amañamientos”. Estos castigos digitales se dan a condiciones de ultra-precarización, marcadas por las extensas jornadas, el trabajo “en negro” o con monotributo, sin seguro por accidentes. Además, lxs trabajadorxs usan sus propias bicicletas o motos, sus celulares y no se les provee cascos o rodilleras.

Con lxs trabajadorxs de Rappi a la cabeza, APP organizó el primer paro contra una plataforma en el continente con la siguiente consigna: “si nos consideran como independientes, que no nos controlen. Si nos controlan, que nos paguen como trabajadores dependientes”. El método: juntarse en horario pico en determinados puntos de la ciudad de Buenos Aires, activar la app, pero no tomar pedidos. La medida fue un éxito, pues la plataforma en cuestión se saturó de demanda y no pudo responder en tiempo y forma a todos los pedidos. Ello les valió una reunión con los directivos de la plataforma en donde les acercaron un pliego de demandas.

Así fue que hace un año se inscribió en la Secretaría de Trabajo de la Nación el primer sindicato de plataformas digitales del subcontinente. En su documento fundacional, APP sostenía: “Si esta es la economía del futuro, ¿cómo puede ser que trabajemos en condiciones tan precarias? Si este es el futuro de la economía, vamos a tener que construir los sindicatos del futuro.”

Así como emergen nuevas experiencias sindicales, están naciendo también cooperativas que nuclean a trabajadorxs que hacen entregas por bicicleta, a través de plataformas digitales. CoopCycle es la federación que las nuclea en Europa. Según la presentación en su sitio, “está abierta a empresas de reparto por bicicleta que tienen un proyecto cooperativo y desean trabajar con empresas sociales y ecológica” y está “Gobernada democráticamente por las cooperativas” que la integran. Sobre la base del principio de solidaridad, se reducen costos a través de la mutualización de los servicios y se pretende crear una “fuerza colectiva para negociar, y para defender los derechos de lxs repartidorxs.”

Preguntas. Las nuevas tecnologías suelen erigirse en opresoras en las fantasías sobre el futuro, que se expresan en productos culturales que van desde Terminator a Black Mirror. Le tenemos desconfianza: esas máquinas -desde la máquina de vapor a la inteligencia artificial- ¿qué peligros encierran?, ¿vienen a reemplazarnos?

Pero antes y ahora, las maquinarias son aparatos inertes si no hay una mano y una mente humana que aprete el botón de encendido. Antes y ahora, no se trata de tecnologías sí o no, sino cómo y para qué.

¿Qué pasaría si en el centro del debate en torno a los usos de las nuevas tecnologías estuviera la calidad de vida y las necesidades de las personas, en lugar de las ganancias de un puñado de empresas?, ¿qué haríamos con más tiempo libre? ¿Qué futuros nos animamos a imaginar?

Abhijit Banerjee, Esther Duflo y Michael Kremer recibieron el premio Nobel de Economía por sus estudios sobre enfoques experimentales para aliviar la pobreza global.

Los medios de la India afirmaron que habían sido distinguidos Banerjee y su esposa. La columnista de FM De la Calle, Agostina Costantino, aclaró que Duflo tiene méritos académicos propios aunque criticó la concepción de la pobreza y la metodología de las investigaciones de la francesa.

La economista recordó que el Nobel “es un premio que entrega el Banco de Suiza, no es la Academia”. Y en el caso de Duflo y su equipo se lo dieron “por sus investigaciones basadas en experimentos con el objetivo de disminuir la pobreza a nivel global”.

“Lo que critico es, en primer lugar, la concepción de pobreza como un problema individual que es consecuencia de acciones u omisiones de las personas que no toman las decisiones correctas, entonces son pobres. Apuntan a que las políticas tomen e incentiven a que las personas tomen las decisiones correctas. La solución es que vos seas emprendedor”, afirmó.

En segundo lugar, la columnista de En Eso Estamos apuntó a las metodologías experimentales. “En principio por una cuestión ética y luego por replicar en las ciencias sociales las formas de investigar de las ciencias naturales. En un laboratorio estudian a un determinado grupo de células y después comparan los dos resultados. A un grupo de personas se les aplica una determinada política o programa y a otro grupo no se les aplica sabiendo que puede perjudicarlas”.

“Se trata de personas en un extremo caso de vulnerabilidad. Estos experimentos son en Bangladesh, en una aldea muy, muy pobre. Por ejemplo, a un grupo se le da una cantidad de dinero y a otro una menor. El objetivo era ver si la envidia iba a generar algún tipo de consecuencia. Los cuestionamientos morales a este experimento son importantes y, además, metodológicamente no se puede replicar este resultado en otras partes del mundo porque no tienen en cuenta los contextos macro que también influyen sobre el comportamiento de los individuos”.

Constantini sumó críticas a la perspectiva de género de la economista ganadora del Nobel. “Duflo recomienda el otorgamiento de transferencias condicionadas a las mujeres: su teoría es que las mujeres administramos mejor la plata de que los varones y aun cuando no se apliquen políticas de desarrollo de perspectiva de género, el crecimiento del PBI va a derramar: como el aumento del PBI disminuye la pobreza y las mujeres están sobrerepresentadas, entonces, van a ser las más beneficiadas”.

Aclaró que “tampoco es cierto que necesariamente el crecimiento económico reduzca la pobreza y que disminuya la pobreza no quiere decir que las mujeres dejen de ser pobres.
Nosotras decimos que el crecimiento económico puede aumentar las inequidades de género si está basado en la explotación diferencial de las mujeres por sobre la de los varones”.

Este martes se presentará “El consorcio. Cambiemos en Bahía Blanca 2015-2019”, un libro de Astor Vitali. Será en El Tablado (Chiclana 453) a las 19:00.

“La figura del consorcio evoca a un grupo de personas que, por distintos motivos, consideran la ciudad como una propiedad sobre la cual tienen derecho adquirido a forjarla en función de sus anhelos e intereses. La ciudadanía bahiense es consultada a través del sistema electoral para determinar qué alianza política ocupará determinado período de gobierno. Pero es el consorcio el que define la forma que tendrá su hábitat y los proyectos que promoverá. El consorcio puede cambiar a alguno de sus integrantes y hasta unos tendrán más poder por sobre otros, pero siempre intentará operar sobre lo público para que el Estado intervenga en su favor. No son liberales decentes. Intentan usufructuar el aparato estatal para su beneficio y en favor de sus proyectos”, explica el autor.

El peridista de FM De la Calle agrega que “la figura de Héctor Gay condensa sus necesidades: heredero de la vieja guardia y, generacionalmente, partícipe de la camada de los nuevos ricos que han modificado la naturaleza de sus inversiones. El consorcio no tuvo que acudir a alquilar los servicios de una fuerza política de reminiscencias populares para conducir el Estado: llevó al gobierno al empleado del mes”.

Sandra Crucianelli dice en el prólogo del libro: “El Consorcio es una bocanada de aire fresco al escuálido sistema de opinión mediática que rige en Bahía Blanca. Uno cuyo diagnóstico ha sido históricamente pobre, ya que el género de la opinión, por lo regular, se ha visto viciado por los intereses monetarios individuales, que deberían estar muy alejados de la búsqueda de la verdad periodística y el bien social”.

“Son textos que denuncian la apropiación y gestión de lo público por parte de un grupo de funcionarios que ponen al Estado en función del enriquecimiento de unos pocos. Disponen de los fondos municipales y los bienes comunes a costa del bienestar de la población bahiense. El Consorcio es una crónica de opinión sobre los años cambiemistas en Bahía Blanca. Un antídoto contra la meritocracia y el individualismo”, afirma Mauro Llaneza, quien presenta la publicación de Ediciones De la Calle.

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