Para el ámbito de la cultura de la ciudad de Bahía Banca el año 2020 será recordado como uno de los más oscuros y ello no es por causas exclusivas de la Pandemia que afecta al mundo sino porque desde el primer mes y el inicio de la gestión de Morena Rossello al frente del área se intentó la destrucción de un modelo de construcción cultural participativo mediante el envió al HCD de la derogación de todas las ordenanzas que sustentan ese modelo.

La movilización de las entidades representativas de los sectores culturales junto con organizaciones sociales y políticas le puso un freno a la iniciativa pero la actitud de destrucción, vaciamiento y destrato a los trabajadores culturales tuvo continuidad y se profundizó.

El modelo Cultural diseñado por el Intendente Héctor Gay e implementado por Rossello ignora permanentemente los requerimientos y propuestas acercadas por las organizaciones para paliar y sostener las fuentes laborales de cientos de trabajadores y no ejecuta el presupuesto del área con el argumento falaz y cínico de que los fondos fueron destinados a atender la emergencia alimenticia, argumento que quedo desvirtuado por el informe que se presentó en el Concejo Deliberante el 8 de setiembre pasado donde se pone en evidencia que mintieron descaradamente ya que ni un solo peso del presupuesto del área fue afectado a la ayuda alimentaria.

Resulta lamentable el grado de incapacidad y desinterés mostrado en momentos tan críticos para el sector por la Secretaria de Cultura: La suspensión de la Comedia Municipal, la interrupción de los talleres culturales y la inacción permanente se tornaron una característica distintiva de esta etapa. Ni siquiera tuvieron la iniciativa de coordinar y apoyar acciones destacadas del ámbito público y privado que paliaron en alguna medida la situación crítica de los trabajadores culturales. En el mismo sentido nos enteramos en estos días que se interrumpió el programa “Serenatas de la Muni” que durante casi 30 años brindo un ámbito de trabajo para músicos locales.

Por lo expuesto y teniendo en cuenta que la comunidad de Bahía Blanca en general y la cultura bahiense en particular no merecen la inacción , la incapacidad y el destrato de este tipo de funcionarios que pretenden echar por tierra años de trabajo participativo que conformo una estructura institucional que es modelo y que ignora y destrata a los trabajadores, convocamos a repudiar esta decisión, a requerir la renuncia de la mencionada funcionaria y a exigir al Intendente Gay que se termine con el modelo de desguace de la Cultura y se garantice la permanencia de los instrumentos participativos de gestión.

COMITÉ POLÍTICO DE EMERGENCIA CULTURAL

Acción Urgente – Asociación Argentina de Actrices y Actores B.Blanca – Asociación de Murgas Bahienses – Bahía Blanca Che – Centro de Estudiantes de la Escuela de Danzas – Coordinadora Estudiantil Artística – CECon: Centro de Estudiantes del Conservatorio – Colectivo Canciones del Sur – Consejo Consultivo Ramas Artísticas – Desdbandadas – Movimiento Federal de Danza Bahía Blanca – Pistas Mestizas – Red de Espacios Culturales Independientes – Título en Construcción – Unión de Músicxs del Sur – Causa Nacional Bahía Blanca – Corriente Nacional de la Militancia Bahía Blanca – Corriente Clasista René Salamanca – Movimiento Mayo – Espacio Progresistas Bahía Blanca – FPV Volvemos – Comunismo Revolucionario Bahía Blanca – Causa Nacional – Cardumen – Frente Grande G83 – Frente Patria Grande – Militancia Peronista – La Watu – Los Irrompibles – Militancia Peronista PJ – Movimiento Popular Liberación – Nuevos Vientos – Nuevo Encuentro Bahía Blanca – Partido Solidario – Agrupación Municipal Integración Ciudadana – Partido del Trabajo y del Pueblo – Partido de la Victoria – Partido Comunista Congreso Extraordinario Bahía Blanca – VAMOS en el Frente Patria Grande – Elías Ferán (ex concejal) – Hernán Herbalejo (Vice Director de la Escuela Media 13 Ex Nacional) – Marime Inchausti (ex concejal) – Manuel Mendoza (ex concejal) – Sandra Reñones (ex Directora de Instituto Cultural y Senadora Provincial MC)- Acciones Feministas – Consejo Local de las Mujeres – Frente Feminista Nacional y Popular – Mala Junta Vamos FG – Organización Feminista del Frente Patria Grande – Agrupación Independiente de Adultos Mayores la Norma Pla – ApyME – CTA.T. – APA (Asoc. Del Personal Aeronáutico) – CTA Autónoma Pcia. de Buenos Aires – CTA Bahía Blanca – Mujeres Rurales- SADOP – S.A.T.E Bahía Blanca (Sindicato Argentino de Técnicos Escénicos) – Secasfpi Anses – Sindicato del Personal de Vialidad Nacional – SMATA – Suteba Celeste – Unión Ferroviaria – FM De la Calle – La Máquina Radial – Red de Comunicadoras Bahía Blanca – Carlos Fabaro – Virginia Linares – Carlos Quiroga concejal del Bloque FdT- Ana Civitella – María de los Ángeles Rosón – Raúl Ayude.

Organizaciones proteccionistas denunciaron penalmente a los responsables del Criadero Von Ziuz por maltrato y crueldad animal. Se trata del veterinario Néstor Rubén De la Puente y la abogada Victoria La Plaza. La denuncia quedó radicada en la UFI Nº7.

Una familia de Buenos Aires decidió adoptar a una perra galga del criadero y expuso en redes sociales las condiciones de maltrato en las que recibieron al animal: pérdida de piezas dentales, mandíbulas rotas, úlceras en los ojos, imposibilidad de caminar, terror a ser alzados, bajo peso, infecciones, una vida entera en una jaula.

Luego de la publicación, varias personas comenzaron a relatar hechos similares con perros del mismo lugar.

“La causa penal está siendo desarrollada y queremos darle conocimiento al público de esta situación. Esto es una cuestión de maltrato y crueldad en términos de la ley, es un delito penal”, comentó a FM De la Calle la abogada especialista de Derecho Animal Regina Adre.

Agregó que consideran que, “independientemente de que es una consideración penal la que está en juego, siempre decimos: mirá en qué situación están la madre y el padre del perrito que compraste. Los criaderos son totalmente reprochables desde el punto de vista ético porque los animales no son cosas, no son susceptibles de comercialización”.

“Es el mismo planteo que se hizo en su momento con respecto a galgos o caballos respecto a las carreras, no quiere decir que todos droguen a los animales, pero como es un negocio es más rentable a que un animal tenga cría permanentemente a que tenga cría una vez cada 5 años”, comentó Adre.

Por último señaló que “desde el punto de vista de criadero como tal, no hay una regulación, se habilita como un comercio, por eso la causa también la tiene le Juzgado de Faltas para ver si cumplen con todos los requisitos”.

(Por Ricardo Vicente López) Educar, enseñar, son palabras de nuestro uso coloquial que damos por entendidas… Tal vez por sobreentendidas, quiero decir que, por tan sabidas, no necesitan explicación alguna. Sin embargo, es precisamente por esa condición: por dar por sabida ciertas cosas no han sido debidamente reflexionadas. Es la razón por la cual no avanzamos para resolver ciertos nudos filosóficos que se parecen al nudo gordiano [[1]]. Debemos partir de una actitud reflexiva crítica respecto de cuáles son los objetivos (implícitos o explícitos) en los que se concentra nuestro sistema educativo.

Me atrevo a afirmar, por mi larga experiencia docente, que no se busca desarrollar el pensamiento crítico. Esto está muy lejos de los objetivos del sistema. Por el contrario, se apela a la tradición memorística: esta confunde saber con memorizar, o dicho de otro modo todo saber es una acumulación de memorizaciones. Esto genera vicios tales que van alejando al alumno de la posibilidad de desarrollar un pensar crítico, un pensar que pregunte y repregunte hasta comprender.  Porque no sabe qué es pensar o, más todavía, reflexionar.

Partiendo de las premisas que sostienen la educación, aún el alumno más brillante (uno “todo diez”) puede saber mucho de lo que memorizó pero no está en condiciones de comprender e interpretar. Esto se ve claramente en el ingreso a las universidades. No ha sido enfrentado a ningún nudo gordiano, razón por la cual no está en condiciones de reflexionar, (salvo cualidades innatas que irá perdiendo en parte). Recuerdo que, siendo yo miembro de una mesa examinadora, quien la presidía, ante una respuesta muy ingeniosa del alumno, lo desaprobó diciendo: “Eso no es lo que yo dije en clase”. Tenía razón, no había respetado el catecismo escolar.

Albert Einstein (1879-1955) afirmaba: «Cada día sabemos más y entendemos menos».

Lo invito, amigo lector, a que me acompañe en este razonamiento: «saber es un verbo cuyo  origen etimológico remite al latín “sapĕre”: «Acción de anoticiarse o adquirir conocimiento de algo» (RAE). Pero ¿qué nos está diciendo Einstein? Pareciera que saber no es lo más importante. Lo que nos sumerge en una cierta zozobra, es la percepción de que la dinámica de los cambios que se avecinan escapa a nuestras previsiones. Se agrega a ello el saber qué expresa esa frase tantas veces escuchada, pero no siempre comprendida en toda su dimensión: «Esta no es una época de cambios, sino un cambio de época».

Lo que nos dice es que gran parte de lo sabido corre el riesgo de ser inútil, porque todavía no estamos en condiciones de discernir qué es lo que es bueno o sirve y qué no lo es. Decía, en la década del treinta, Enrique S. Discépolo (1900-1950): «Ya nadie comprende si hay que ir al colegio… o habrá que cerrarlos para mejorar…» Se trata de un saber que recibimos sin beneficio de inventario, debemos aceptarlo sin derecho a reclamos. Una frase muy iluminadora de Rudyard Kipling (1865-1936), sostenía: «Seis honrados servidores me enseñaron cuanto sé, sus nombres son: cómo, cuándo, dónde, qué, quién y por qué». Estos seis servidores de Kipling no han sido admitidos en nuestro sistema educativo.

Preguntémonos, amigo lector: ¿Cuántos maestros, profesores de todos los niveles, permiten una pregunta en clase? Muchas veces me dijeron alumnos universitarios que ellos tienen las preguntas prohibidas en clase. Una de las respuestas más significativas la leí del doctor Federico Mayor (1934); Director General de la UNESCO: «Uno de los desafíos más difíciles será el de modificar nuestro pensamiento de manera que llegue a estar en condiciones de enfrentar la complejidad creciente, la rapidez y la imprevisibilidad que caracterizan nuestro mundo».

Deberemos pensar una educación acorde con las exigencias de los tiempos futuros. Esto nos impone aceptar las dificultades que debemos superar para comprender las exigencias de la tarea. Más difícil aun en cuanto somos, en gran parte, el resultado de la educación recibida, que ha estado muy lejos de todo ello. La paradoja se muestra así: «pensar una educación para enfrentar toda esta problemática debe comenzar con cambiar la estructura actual de nuestro pensamiento, y en ello deberán estar incluidos todos los docentes». El Doctor Mayor nos anunció que es muy difícil; y lo será cada vez más, en la medida que sigamos encerrados en este paradigma rígido, que es adorado por muchísimos docentes.

Ver, saber, comprender son cosas muy diferentes

Yo creo que el diagnóstico inicial debe partir de diferenciar qué es formar y qué es informar. El profesor José Luis Brea [[2]] (1957-2010), especialista en arte y en filosofía de la estética, nos propone pensar con otra mirada, que nos abrirá el camino hacia una comprensión más amplia respecto de nuestra relación con la realidad: lo que vemos y lo que conocemos:

«Una primera impresión podría hacer pensar que necesariamente ambos escenarios –el de lo visible y el de lo cognoscible– deberían coincidir. Sin embargo, y a poco que reflexionemos, nos encontramos con que el registro de lo cognoscible sobrepasa en mucho el de lo visible: tenemos noticia y conocimiento bien construido de muchos otros datos que los aportados por la visión, y obviamente hay allí mucho de lo conocido al margen de lo originado en el registro de la visión. Lo cognoscible es por lo tanto mucho más amplio que lo meramente visible».

No puedo evitar la tentación de citar al Principito: «lo esencia es invisible a los ojos». Gran parte de esto está ausente en las aulas, el resultado no puede ser otro que formar ciudadanos sin capacidad de crítica y análisis, ciudadanos que no cuestionan nada, sino que sencillamente aceptan lo que leen o escuchan. Así han sido enseñados. Amigo lector, ¿lo estoy escandalizando? Hagamos el esfuerzo de prestar atención a lo qué se dice y se lee en los medios de información – porque no comunican, informan–.  Dicho con otras palabras: el ideal es el alumno sumiso que preanuncia un ciudadano sometido.

Pero hemos convenido que educar -o mejor dicho una verdadera educación- no es simplemente el obligar a memorizar, es mucho más: es formar personas maduras, con capacidad crítica, personas que hagan y se hagan preguntas, que cuestionen. El ideal debiera ser formar futuros ciudadanos creativos, cuya crítica pueda aportar soluciones y conclusiones propias. Personas con autonomía que puedan realizar un examen de cualquier situación y también un auto-examen, aunque, en esos primeros pasos se equivoquen mucho. Eso los obligará a revisar sus propios pensamientos para que puedan detectar el error y proponer su corrección. En definitiva, personas formadas para ejercer la libertad.

Será por tanto, responsabilidad de la tarea docente, ayudar a formar al alumno respetando la etimología de la palabra educar:

«La palabra educar lleva la raíz de la palabra latina “ducere” = guiar, conducir; también, permitir y ayudar a la interioridad para que florezca. La acción docente es apoyar la construcción de ese aprendizaje propio del alumno. Es decir, respetar en la persona su facultad de realizar su propio proceso de enseñanza-aprendizaje, que puede llegar a ser “autodidacta”, aunque no deje de reconocer la necesaria guía del docente. Por ello educar debe ser, entonces, guiar, ayudar en su maduración, conducir, orientar. El proceso del conocimiento supone dos actores: un alumno que va reconociendo sus propias cualidades y capacidades y se prepara a desarrollarlas, acompañado de un guía docente que respeta sus iniciativas y ayuda a corregir los errores. Idéntico significado tiene la palabra griega “pedagogo”, “paidós” = niño y “agogós” = que conduce: el que orienta, dirige, conduce».

El maestro, palabra de origen latino: “magister”: «el que está más experimentado en una actividad cualquiera y por eso dirige, conduce, orienta. Deberá ser un amigo que colabore y busque el desarrollo y la expansión de las mentes de sus alumnos». No debe castrarlos con la memorización autoritaria, sino ser un conductor que fomenta la creatividad y el cuestionamiento. En otras palabras: alguien que enseñe a reflexionar, y por tanto a ser libre.

Pensar, comprender, reflexionar

Porque pensar — algo que es cada vez menos frecuente– nos hace libres, abre el camino de la verdad. La libertad exige un ejercicio responsable de personas atentas a lo dicho y lo hecho, con capacidad de definir lo bueno y lo malo. Equivale a decir: con valores firmes sobre los cuales se puedan construir conductas responsables, con capacidad analítica. Libres en cuanto a que puedan elaborar un pensamiento crítico y propio. Libres para desarrollar las capacidades personales, evitando convertirse así, en autómatas de las sociedades de masas.

Se me podrá decir que esto es un idealismo delirante. Bien, lo admito. Pero las idealidades han sido siempre el faro de luz que nos ayuda a encontrar caminos nuevos, necesarios y posibles. Todo lo dicho se torna urgente en la medida en que la capacidad de manipulación de los públicos masificados sigue avanzando en la cultura occidental. Sobre este tema sugiero consultar mi trabajo El control de la opinión pública.


[1] La expresión nudo gordiano procede de una leyenda griega según la cual los habitantes de Frigia tenían que elegir un Rey. El oráculo sentenció que quien desatara un nudo cuyos cabos se escondían en el interior, sería elegido. nadie había logrado hacerlo.  Cuando Alejandro Magno (356-323 a. C.) se dirigía a conquistar el Imperio persa, en el 333 a. C.,  le presentaron al reto: desatar el nudo. Sacó su espada y lo cortó y dijo «Es lo mismo cortarlo que desatarlo».

[2] Teórico y crítico de la cultura, de nacionalidad española. Fue profesor titular de Estética y Teoría del Arte contemporáneo en la Universidad Carlos III de Madrid y en la Facultad de Bellas Artes de Cuenca, en España.

Imagen: Pawel Kuczynski

(Por Pablo Duca) La boca que come enuncia la ausencia de alimento. Siempre ha sido así, es cierto. El poderoso roba del militante su discurso y sin militarlo lo enuncia. La post verdad en su máxima expresión. Hoy el que tiene habla del que no tiene, solo para defender sus propias pertenencias. Así, el dueño de la 4×4 pide romper la cuarentena “porque la gente se muere de hambre”. Inédito. Personas que nunca militaron ninguna causa por el bien común emergen como las voces del desposeído. Un cántico del mudo. O del que decidió serlo. Las calles fueron tomadas por la derecha antidemocrática y las voces también. Las acciones anticuarentena en las grandes urbes solo responden a 10 o 15 personas del poder económico que podrían pasar dos o tres pandemias sin trabajar. Pero no quieren perder ni un céntimo. Hoy es necesario quedarse en casa. El esparcimiento ha quedado para próximos tiempos. Debe salir el privado de sustento sólido, líquido y constante. El obrero, el changarín, el albañil, el que resuelve el hoy y no el mañana. Ellxs deben salir y yo me debo quedar. Esta vez debe ser así.

Lamentablemente, todo lo que se presumió al inicio de la pandemia fue inexacto. Grandes filósofos contemporáneos imaginaron la caída del capitalismo o incluso algunos, un nuevo comunismo. Malas noticias. El capitalismo permanece, se fortalece y aparece en los lugares menos pensados: en la defensa de la propiedad privada. O el más pensado: Cristóbal Colón diciéndole al indígena que su tierra debe llamarse América.

El porteñocentrismo derrite (desde el nacimiento del puerto como bastión económico) lentamente una idea nacional. Lo mismo sucede con las miradas regionales. El bahiacentrismo exige poder ingresar en un balneario que siempre miró de soslayo, criticó y menospreció y pretende defender su baldío en El Sauce a riesgo de contagiar a 7.000 habitantes que tienen la suerte de vivir en plenitud. Pero, el baldío. Pero, la propiedad privada. Pero, la Constitución. Válgame, Dios. Si es que existe. Habla del aperturismo por hambre (en el medio de una pandemia) el que tiene una segunda vivienda en un país con una crisis habitacional de 4 millones de viviendas dignas. Inédito el resonar de la palabra. Ellxs son los que hablan de hambre. Ellxs son los que hablan de una economía en quiebre. Ellxs son los que se apoderaron de las rutas y las calles. Hablar del hambre desde una camioneta último modelo es menospreciar la militancia. Es ofender a lxs desaparecidxs, a lxs muertxs que defendieron una causa justa, a la palabra defender.

¿Hablan por lxs demás? No, claro que no. Hablan por ellxs mismos. Y para sí. Un susurro que grita y se autocalma. Como el chupeteo del lactante. Pero muerde.

Ojalá podamos sostenernos en pie para desplegar toda la resistencia posible al atolladero del discurso banal. Ojalá aún estemos de pie.

Las calles nos esperan.

Así lo indicó la economista e investigadora del CONICET, Valentina Viego, quien desde marzo realiza un seguimiento de la evolución de las cifras que se publican en torno a los contagios de Covid 19 en la ciudad.  Oficialmente fueron confirmados 4864 en lo que va de pandemia.

Destacó que el reciente blanqueo del Municipio del subregistro de fallecidos por la enfermedad dejó el total en línea con lo proyectado a principios de septiembre.

En la tercera semana de septiembre iba a haber unos 15 fallecidos por semana, esto se cumplió. Saqué el cálculo de que tres semanas íbamos a estar en 20 fallecidos por semana. El día sábado chequee cómo estábamos y me pregunté porqué hay menos, dado que la tasa de letalidad es muy estable. La única posibilidad de que hubiera menos fallecidos era algún cambio en la estructura de edades y fallecidos. Finalmente nos enteramos que se debía a subregistro y la cifra se está cumpliendo”, explicó a FM De la Calle

Detalló que “en Buenos Aires había 3500 casos perdidos, siempre ocurría que las cifras de SISA no tenían todos los casos que tenían los reportes locales, cada jurisdicción tenía que ir actualizando. Acá ocurre al revés, en el reporte local estaba con subregistro. Eso me llama la atención porque en teoría hay un responsable que llama diariamente a los hospitales y tenés la evolución de los casos”.

“Es cierto, no todas las personas fallecen en hospital pero son personas diagnosticadas porque si no no sabríamos. Y si fueron diagnosticadas la Secretaría de Salud tiene que hacer un seguimiento aún si no están hospitalizados. Ahí también hubo algo que falló, no solamente en la funeraria. Eso evidencia que en el sistema del seguimiento no funcionó bien”, afirmó Viego.

En relación al cálculo que se emplea para conocer las proyecciones comentó: “Tenés una tasa de letalidad del 2,5 y 3% de los confirmados que suelen fallecer, eso ocurre a las tres semanas. Si vos estás teniendo 100 casos por día por semana acumulas 700. Y si  de esos sacas el 2,3% tenés la proyección de los fallecimientos que van a ocurrir”. 

La investigadora señaló que “seguimos estando en el doble de casos, 2,2 es el factor de multiplicación. Estamos en el orden de los 10 mil contagiados. Se complican las proyecciones porque hay pocos fallecidos jóvenes, por suerte. Todavía hay pocos como para tener una estimación de los casos verdaderos”.

(Por Nacho Urruspuru*) Dice el dicho que el humano es un animal de costumbres. Y se dice, también, que somos una especie que tiene la capacidad de adaptarse a todo. Es conocido el caso del soldado japonés que vivió por décadas dentro de un improvisado refugio sin enterarse que la Segunda Guerra Mundial había finalizado poco después de que él mismo decidiera confinarse a tal encierro. Piensen en esa capacidad de adaptación. Como el tipo se acostumbró a vivir día, tras día, tras día oculto en un lugar salvaje, inhóspito, inaccesible.

Años, décadas, en soledad viviendo una realidad que no era tal, lleno de miedos y esperanzas estériles a causa de una guerra en la que seguramente él no tuvo mucha responsabilidad. Se le presentó una realidad adversa y él se adaptó. Claro, tal vez un tanto exageradamente, pero el punto importante acá es que se supo adaptar, es decir, fue transformando lo extraordinario y lo excepcional en algo cotidiano, en algo normal.

Hirō Onoda se llamaba este soldado, falleció en 2014. Si bien la segunda guerra finalizó en 1945, no se rindió sino hasta 1974, después de haber pasado casi treinta años sobreviviendo escondido en medio de las selvas Filipinas.

¿Qué tan fuerte puede ser la capacidad de adaptación?, ¿A qué cosas, y a qué realidades nos podemos acostumbrar? Más allá de la compasión o de la ternura que nos despierte la historia de este soldado, uno puede más que pensar que estaba un poco loco pero ¿qué tan distinta es la historia de Hiro Onoda a la nuestra? ¿No sienten que nos estamos adaptando cada vez más a cosas que son inaceptables desde todo punto de vista?

Los pulmones verdes más importantes del planeta están siendo convertidos en cenizas mientras ustedes escuchan esta especie de editorial. Australia, el Amazonas, el impenetrable, el delta del Paraná y Córdoba todos lugares de enorme biodiversidad ardiendo para que gente con más dinero del que necesita pueda obtener mejores y más rápidas ganancias mediante emprendimientos inmobiliarios, plantaciones a gran escala de monocultivos, asentamiento de mega factorías de carne, explotación minera, etc…

Lo leí hace unos días y todavía no me repongo: en el ártico, en el desierto de hielo que es Siberia se descubrieron “Incendios Zombies”, son fuegos sin llama que se propagan por debajo de la tierra congelada, y están afectando a vegetación que hasta ahora jamás de los jamases había sido alcanzada por ningún fuego en la historia de la humanidad. Mejor ni empezar a hablar del deshielo en los polos. Mientras tanto la comunidad científica parece no ser del todo concluyente en relación a la existencia, o no, del calentamiento global. Los líderes mundiales y los organismos internacionales miran para otro lado, y en este contexto absolutamente apocalíptico la única persona con la capacidad de ver las cosas claramente y actuar en consecuencia y sin vacilaciones es una chica sueca, apenas adolescente y con síndrome de Asperger. A Dios gracias por Greta Thunberg. El resto, la mayoría de nosotros, preocupados por si en Fase 3 las cervecerías pueden abrir, o si Messi sigue en el Barcelona. ¿No somos un poco Hiro Onoda cazando algún bicho de la selva filipina para comerla en silencio no sea cosa que nos descubran los soldados aliados? ¿Cuántas veces escuchamos a la pasada en algún informativo cosas como que el 45% de la riqueza mundial es acaparada por el 0.7% de la población mundial? ¿O qué los 40 tipos más ricos del mundo concentran más riqueza que todas las mujeres del África? Alguno me dirá: Nacho estás hablando de problemas estructurales y de escala mundial. Cierto, por ahí no da para andar amargándose por cosas que están tan fuera de nuestro alcance (como lo era la finalización de la Segunda Guerra para nuestro amigo Hiro Onoda). Pero por algún lugar tenemos que empezar. El otro día presencié (virtualmente) un debate donde un trabajador de estas APPS de Delivery defendía la forma en la que lo estaban explotando: “Ellos (por la empresa) te avisan de entrada que no te van a hacer aportes, que no te van a dar un seguro, y que tenés que hacerte monotributista. El que quiere laburar gana plata, es una oportunidad”, decía este trabajador con claro síndrome de Estocolmo. Mientras tanto, la gente sigue pidiendo por esas apps porque le da paja cocinar, o ir a buscar la comida a la roti, o buscar un lugar de comidas donde no exploten a sus repartidores. Somos Hiro Onoda yendo a cagar lejos para que no nos quede el olor cerca del refugio, pero no tan lejos porque por ahí nos descubren los aliados.

¿Podemos acostumbrarnos a que exploten así a nuestros vecinos, amigos o hermanos?

Datos oficiales del Indec esta semana: Argentina: el 40% de las personas son pobres…..

En Argentina el 40% de las personas son pobres.

Acá, en Bahía Blanca: Más de 100.000 Bahiensas y Bahienses son pobres. 1 DE CADA 3.

Acá viviendo en nuestras calles, en nuestra ciudad, en nuestros barrios tenemos 14.000 indigentes, 14 mil.

¿Cómo llegamos a esto? ¿Cómo nos acostumbramos a escuchar estos números sin pensar en las personas y en las vidas que representan?

Como la historia de la rana que ponen en una olla a fuego lento y nunca se da cuenta del peligro porque se va acostumbrando a que gradualmente el agua esté cada vez más caliente.

Todos somos un poco ese soldado japonés, acostumbrándonos a la vida que se nos permite tener.

*Conductor de El Despertar de la Calle.

(Por Pablo Duca) La palabra “desarraigo” está formada por raíces latinas y significa “acción de arrancar raíces”. Sus componentes léxicos son el prefijo dis (divergencia, separación múltiple, de allí el sufijo romance des- que indica la inversión de la acción), ad (hacia), radix (raíz), más el sufijo -icus (igo= relativo a).  En el mundo moderno la plasticidad humana nos permite salir de los lugares conocidos e intervenir las nuevas circunstancias. La cotidianidad se emplaza, emerge y cristaliza. Hasta que se rompe. Nada nuevo bajo el sol o todo es nuevo bajo el sol. Recuerdo a la mirada de mi padre como un pregón: “El arraigo me sostiene”. Lo recuerdo tanto como la energía dispuesta a destrozar en mí mismo ese concepto. Al menos tres amores a distancia, una carrera y un post grado lejos de familia-ciudad-amigxs-parejas. La búsqueda del teléfono pinchado caminando por las madrugadas de La Plata en los finales de los `80 para comunicarnos. Deshabitar la casa luego del divorcio. Elegir la duda por sobre la certeza como leiv motiv. Escribir para buscar. Actuar para buscar. Nunca (o pocas veces) encontrar.

El mundo moderno no se apiada, cambia. No pregunta, cambia. Insiste y muta. La manera de relacionarnos, vincularnos, tratarnos, mirarnos, amarnos, comercializar, comunicar, trabajar y todas las acciones que imaginemos han mutado. El arraigo impide ver la vida desde la vereda de enfrente. La puesta del sol es siempre la misma, clara, presumible. ¿Y si el mundo cambia de la noche a la mañana? ¿Obligaremos al mundo a arraigarse tal como nos sucede a nosotrxs o trataremos de mutar en el mismo sentido? Resignificar también es una manera de desarraigarse. Saberse permeables, plásticxs, flexibles.  No postulo la creencia en una obediencia a órdenes superiores. Claro que no. La rebeldía y las revoluciones son los mayores actos de desarraigo que pudieran postularse. Sólo insisto en la suelta de las ataduras, el vaciado de las mochilas y la apertura ocular como gesto solidario para el cambio. Un pueblo que endurece sus posiciones no crece. Una comunidad que robustece las diferencias no se ambiciona mejor. Dejar atrás aquellas veredas que transitábamos como seguras nos permiten ver otras baldosas como posibles. ¿Serán flojas? Pues sí. Siempre lo son. Pero la posibilidad de mi cambio permite al otrx ser más empático, más benigno, más humanx.

¿Y si solo es cuestión de desarraigarse para sobrevivir?

La licenciada en psicología Adriana Taboada, integrante del Centro de Investigación sobre el Genocidio de la Universidad de Tres de Febrero, que dirige Daniel Feierstein, analizó en FM De la Calle las diferentes respuestas sociales frente a la pandemia. Sostiene que es necesario construir políticas flexibles que se basen en las necesidades de cada etapa, difundir mensajes claros que no relativicen la situación sanitaria y comprender que el virus impacta en el cuerpo pero la enfermedad es social.

Estamos inmersos en una situación planetaria. Nuestro mundo, todo el mundo está atravesado por una situación, por un problema que trae aparejado un vivir bajo estado de amenaza, sufrimiento, pérdidas –no solamente tiene que ver con las muertes, sino en un sentido general, de trabajo, de afectos, de proyecto-, hay niveles de frustración enormes y además todo esto se extiende en el tiempo. No es una situación puntual, intensa, pero que pasa. Llevamos meses y no sabemos cuánto tiempo más vamos a tener que estar viviendo de esta manera.

No todo el mundo puede enfrentar una situación como esta con las conductas más adaptadas, que son las que permitirían poder cuidar y cuidar a otros. Se ponen en juego mecanismos sicológicos que son inconscientes pero el resultado es este, atravesado por la negación, va de un abanico de conductas que pueden resultar locas -como ir y quemar un barbijo- a otras que uno llamaría, como sicólogo, conductas maníacas -como no pasa nada y se abrazan, y agarran la cerveza y toman todos del mismo pico-.

Hay un mecanismo del que niega “este virus no existe y es una cosa conspirativa” a otro mecanismo que es un sí pero no: “existe, pero a mí no me va a pasar”. Ahí entra a jugar un pensamiento mágico. ¿Por qué no me va a pasar a mí? No se sabría. Los seres humanos funcionamos de esa manera pero aquí se masifica una conducta como esa y el resultado es que no se puede cumplir con absolutamente las únicas medidas que se pueden poner en juego para protegernos del virus. No existe otra, no es que a alguien se le ocurrió que esto caprichosamente. En ninguna parte del mundo es posible cuidarse del virus salvo que uno mantenga la distancia, use tapaboca y mantenga la higiene de sus manos. Hasta tanto no haya vacuna que sería una barrera material no existe otra manera que estas.

El tapaboca, la gente cree, en general, que está protegida y en realidad protege al prójimo: no me protege a mí. Yo estoy protegida por el tapaboca del otro. Aquí hay una matriz de la relación con el otro que tiene que ver con la solidaridad, con la colaboración con la cooperación. Cómo yo tengo la posibilidad de cuidar que otro no se contagie. ¿Cómo? Con el tapaboca. “No es salgo sin el tapaboca porque de última si me enfermo, me enfermo yo”. No, no es así. Salir sin tapaboca es exponer al prójimo. Y esa información no logra ingresar.

Respecto de la información. Hay actitudes irresponsable, sí. Pero también hay muchas actitudes no solo responsables sino solidarias. Los y las profesionales de la salud haciendo horas con salarios que no representan su esfuerzo. Comederos que llevan a delante sus actividades con medidas de cuidado. Gestos simbólicos, artistas. Una enorme parte dela comunidad que sí cumple con las medidas de distanciamiento. ¿Dónde debería centrarse el mensaje para que influya positivamente desde el punto de vista de la sicología social? ¿En aquellos mensajes censurables (y evidenciar su carácter reprochable) o centrarse en aquella agenda positiva que refleje todo ese universo que está pensando en el prójimo?

No tengo la respuesta y no hay nadie que la tenga. Es una respuesta a construir porque estamos ante una situación nueva y desconocida, compleja. Uno va ensayando y a veces las respuestas son correctas -por lo menos por un tiempo- y luego hay que ajustarlas. Y hay respuestas que no sirven.

Efectivamente hay comunicadores, políticos y personas interesadas que no trabajan para la vida.

Lo otro que diría es que el mensaje debería ser diferenciado. Yo tengo que pensar en a quién me dirijo para tratar de construir ese mensaje. El problema hoy no son los adultos mayores. Entonces, al adulto mayor yo le tengo que hablar como a cualquier ciudadano pero ese no es el problema que yo tengo hoy en términos sanitarios porque el adulto mayor está cumpliendo. Entonces, quienes no están cumpliendo, de lo que uno ve, es la gente más joven.

Hay que ver también cuáles son los comportamientos en función de las clases sociales. Hay que adaptar el mensaje a quién se lo dirijo.

En cuanto al tema de la solidaridad, hay cantidad de cosas que han podido funcionar en estos seis meses porque hay mucha gente que ha puesto el cuerpo, cuidándose. Los comedores siguen funcionando, la gente sigue alimentándose, cuidándose porque todo ese trabajo social y militante se sostiene. Los profesionales de la salud están pidiendo a gritos el cambio de conducta pero la tarea la cumplen y a veces el riesgo que corren es enorme.

Sí es bueno poder mostrar todo esto pero también creo que hay que poder mostrar -y que no se muestra claramente- la gravedad del problema en que estamos metidos. Porque cuando uno escucha este mensaje: “hay un nivel de contagio alto, amesetado. Se amesetó. Es alto pero se está manteniendo estable”. Lo que la gente escucha no es que el número es alto, lo que la gente escucha es que está controlado. ¿Está mintiendo? No, no está mintiendo. Pero hay algo ahí que está faltando o no está dicho correctamente porque la gente en el marco de la angustia y la negación escucha que hay algo que está controlado.

En Bahía Blanca contrastaron, hasta el regreso a fase 3, ese mensaje claro desde las asociación de profesionales que decía “estamos al límite de la capacidad de internación” y el mensaje del gobierno municipal que decía “está al límite pero está controlado”. Eso da una sensación de no estamos tan mal…

El mensaje es: está controlado. Y no es cierto, no está controlado nada porque tenemos trescientos muertos diarios. ¿Cómo va a estar controlado? Hay que mirar los muertos. Hay un montón de personas que se han recuperado y eso es muy bueno. Pero tenemos trescientos muertos diarios y quién sabe a quién le toca. ¿Quién dice quién va a morir? Si es grande, es cierto, se ha mostrado que hay una situación que facilita la complicación de la enfermedad, pero no solamente eso. La gente cree ahí, nuevamente la negación, como bien lo definió Bolsonaro, la “gripezinha”…

O aquello de que “hay mucha más gente que muere por gripe”…

Todo eso que en un punto es falso. No es que es falso que puede morir mucha gente por gripe. Pero la gripe es una enfermedad conocida. Si requiere terapia intensiva, demanda mucho menos al sistema de lo que demanda esta patología donde se necesita mucha gente para atender a alguien por largos períodos de tiempo. Hay características propias. Es esto que están diciendo los médicos que preferirían una terapia intensiva llena de otros enfermos que de esto. Por el nivel de exigencia. Hay que cuidarlos, hay que estar, no puede ser cualquiera, si ellos no están no puede ir alguien a reemplazarlo.

Y tienen que cumplir un estricto protocolo, además…

Además, con todo el miedo. Y van a su casa. Hace unos pocos días aquí en Buenos Aires falleció una docente. El marido es médico en terapia intensiva y la que falleció fue ella. La enfarmedad circula, el virus hoy está dando vueltas por la patria. Está de paseo por todos lados.

Uno asocia negación con los bares llenos de pibes, la cerveza. Pero hay situaciones de negación mucho más acotadas que no parecerían negación, que tienen que ver con los pequeños encuentros. Uno dice: “bueno somos cuatro, cinco, siete, nos mantenemos a distancia, usamos tapaboca”. Lo que ahí no estamos viendo es que los seres humanos somos gregarios y estamos viviendo hace meses solos, aunque podamos vivir con una familia o con una pareja. Estamos hablando de otra cosa, esta posibilidad de encuentro con otro distinto. Cuando nos pasa esta posibilidad de encuentro tan deseado uno se pone contento. Cuando uno está feliz hace chistes, se ríe, aparece la carcajada, eleva la voz, se empieza a exaltar. Eso es algo natural y espontáneo no es que uno se prepara por estar así. Es una conducta que se nos despierta junto con los otros. Y en ese intercambio espontáneo lo que se va a producir posiblemente en algún momento también tenga que ver con la exposición al virus a través de la saliva porque te bajaste el tapaboca, hiciste un chiste, te reíste, la carcajada. Ahí empieza a circular el virus. Entonces, no hace falta irse al bar. Hay situaciones donde cualquiera de nosotros, en las que yo supongo nos estamos cuidando, podríamos de cualquier manera llegar a una situación de exposición.

Claro y cada encuentro se multiplica por cientos de miles…

Y como estoy contento me acerco porque nosotros necesitamos eso. “¿Y qué nos va a pasar?” Y ahí viene el sí pero no. “Somos poquitos, el tapaboca, la distancia”. Bueno, los encuentros con los afectos no funcionan así.

Se habla mucho de salud, tanto en medios como en mensajes de gobierno, pero no tanto de salud mental. ¿Cuánto se ha hecho y qué se podría hacer, desde el punto de vista de las políticas públicas, para no sólo centrar el mensaje en lo que es el cuidado de salud física sino también al acompañamiento en lo referido a la salud mental de la población?

Para mí hay un gran déficit. Yo llego a esta entrevista a partir de cierto movimiento que se generó por una publicación de Daniel Feierstein con quien trabajo en el Centro de Estudios sobre el Genocidio de UNTREF. Cosas que decimos desde las ciencias sociales pero que hasta aquí no se pudo escuchar que es que el virus es un tema médico –biológico- pero no la enfermedad. Porque el virus impacta en un cuerpo y el cuerpo no es solamente un cuerpo biológico. El virus es uno pero la gente no se enferma igual.

El virus es uno pero acá parece que el problema está en el tipo de conducta social que desarrollamos. Entonces, no es sólo un tema médico. Cuando prendes la televisión o la radio no escuchás a alguien que no sea médico. Sé que ahora entre el grupo de asesores del presidente y en algunas jurisdicciones empiezan a haber otras profesiones. Gente que viene de las ciencias duras porque aquí hay que hacer proyecciones. Están los cientistas sociales, los sicólogos. Ha costado.

Efectivamente, por un lado, hay un tema hoy que es la necesidad de estas otras disciplinas para pensar cómo lograr ser más efectivos en esa prevención que hoy está fracasando en algo. Es parte de eso que fracasa y es tratar de mejorar la respuesta para eso. Pero hay otro tema que es, para poder darle pelea al virus además tenemos que vivir en determinadas condiciones que hacen al aislamiento. Entonces, de eso también hay que ocuparse. No solamente porque lleva a negaciones, por ejemplo, sino por lo que venga después también. Entonces es muy importante poder desarrollar alternativas, propuestas, miradas mucho más integradoras que es un déficit. Porque no solamente el mensaje debería ser diferencial sino ir identificando cuál sería la propuesta para cada momento. En abril estábamos de una determinada manera y ahora en setiembre emocionalmente estamos de otra. Porque llevamos muchos meses así y vamos a tener que estar muchos más. Yo no sé cómo vamos a estar en noviembre o en diciembre.

Las respuestas de abril pudieron ser unas. Las que tendríamos que tener ahora tal vez son distintas. Y tal vez para diciembre deberíamos pensar alguna otra cosa también. Esto es muy complejo y no hay una respuesta o dos respuestas. Hay que estar con mucha flexibilidad y todo el tiempo observando si lo que pasa hoy es lo que estaba pasando el mes pasado.

Cuando lleguen las fiestas y el verano ¿te imaginás? A mí hoy me parece un delirio esto de ir de vacaciones. Uno ve las playas en el mundo y decís: es una locura. Es como si estuvieran viviendo un tiempo normal, que no lo es. Ahí está Europa de nuevo con serios problemas.

Creo que hay que pensar que el tema es complejo, que no hay una sola respuesta, que si se encuentra alguna es ahora y habrá que ver después si sigue sirviendo y seguir pensando junto con otros.

(Por Suteba Bahía Blanca) En la provincia de Buenos Aires 1.240.000 familias tienen problemas de vivienda. El 50% porque necesita una vivienda y el otro 50% porque necesita mejorarla o ampliarla para vivir dignamente.

En cuanto a villas y asentamientos hay registrados 1807 barrios con graves problemas sociales, urbanísticos, ambientales y de servicios públicos.

La contracara de tantas necesidades es que el Estado ha avalado las ocupaciones ilegales y la violación sistemática de las normas cuando las llevan adelante grandes emprendimientos privados de urbanización bajo la lógica del negocio inmobiliario. En los últimos años en la Provincia se han construido 500 barrios privados sin permiso pero cuentan con apoyo estatal para grandes inversiones en infraestructura que proveen los servicios y la pavimentación de calles de acceso.

Son habituales también las excepciones a los Códigos de planeamiento urbano que promueven las intendencias y respaldan Concejos Deliberantes para facilitar la construcción de lujosas propiedades horizontales y barrios cerrados sobre áreas de humedal. En Bahía hace poco se aprobó una excepción al Código para habilitar la construcción de una torre de 20 pisos en Sarmiento al 1300 donde estaba la fábrica de colchones Fabra Fons. La ganancia para los inversores inmobiliarios por estos pisos de lujo se estima en 9 millones de dólares.

La triste paradoja del capital coloca en situación de “derecho” a los grandes negocios con la tierra mientras las necesidades de miles para que se cumpla con el derecho constitucional a la vivienda son estigmatizadas como delitos.

La pandemia, además de los padecimientos que origina sobre la salud pública, ha profundizado estas desigualdades. La pérdida de trabajos estables y temporarios y el aumento del precio de los alquileres agravan las penurias del déficit habitacional.

Entre docentes muchas de nuestras compañeras y compañeros deben trabajar al menos un cargo para poder pagar el alquiler, desempeñando el segundo para lograr la subsistencia diaria sin poder llegar a tener una vivienda propia que impida el desgaste cotidiano al que se ven sometidas. El derecho a la vivienda les está literalmente negado. Y esto se evidencia cuando en promedio se necesitan 362 sueldos mínimos de $16875 para acceder a un terreno de U$D 60000. Básicamente 30 años de sueldos mínimos.

SÍ AL DERECHO A LA VIVIENDA.

En la entrega de bolsones en las escuelas los y las docentes verificamos día a día cómo se multiplican las necesidades más acuciantes.

Por citar sólo un informe alarmante la Unicef estima que a diciembre 2020 la cantidad de niñas y niños pobres pasaría de 7 a 8,3 millones. Pertenecen a familias que tienen que resolver minuto a minuto cómo subsistir y entre las penurias cotidianas está muchas veces, el techo que los ampare y la posibilidad de cumplir con los resguardos frente al coronavirus.

Sin dejar de repudiar a todo aquel o aquella que quiera lucrar con las necesidades de las personas, sí decimos con toda nuestra fuerza que criminalizar la lucha por la tierra va de la mano con la negación de derechos.

Los mismos políticos que en campaña enarbolan discursos sobre la igualdad ahora compiten en declaraciones amenazantes y discriminadoras.

La estigmatización y criminalización, parecen ganarle a aquello que nuestra legislación garantiza como derechos.

Por ejemplo el artículo 36 de la Constitución provincial marca con toda claridad: “la Provincia promoverá el acceso a la vivienda única y la constitución del asiento como bien de familia; garantizará el acceso a la propiedad de un lote de terreno apto para erigir su vivienda familiar única”.

Tampoco se acuerdan, claro, de la ley provincial 14449 de Acceso Justo al Hábitat que define el derecho a la vivienda y a un hábitat digno y sustentable.

Por contrapartida la apropiación de tierras públicas por parte de quienes más tienen ha sido norma en la historia nuestro país comenzando la que se llevó adelante sobre la base del genocidio primero, seguido del reparto entre pocos propietarios de centenares de miles de hectáreas de tierras comunitarias indígenas y campesinas.

Nuestra ciudad también es y ha sido testigo de estas apropiaciones de tierras fiscales para la especulación inmobiliaria y el lucro privado, contando en estos casos con las complicidades políticas y judiciales Si las pandemias del siglo XXI creadas por el capitalismo exigen distanciamiento, luchemos y exijamos al estado la tierra y la vivienda para vivir dignamente y para producir nuestros alimentos.

Exijamos nuevas escuelas y hospitales públicos, nuevos barrios y planes de construcción de viviendas Y rodeemos de solidaridad y apoyo a las genuinas recuperaciones de las familias que reclaman por el derecho a la tierra junto a las facilidades para poder pagarlas.

La tierra es de lxs que la habitan y la trabajan.

Despojarnos del derecho a informarnos es sepultar una necesidad social que reduce el acto de informar al capricho de una guerra ideológica alienante. Despojados de nuestros derechos, nos hacemos parásitos de generalizaciones abstractas que obran como “verdades” placebo. Es la  burocratización de la verdad.

Fernando Buen Abad Domínguez

(Por Ricardo Vicente López) Vuelvo a un tema sobre el cual ya he escrito  unas cuantas notas en esta columna [[1]]. Me obliga a ello la publicación de algunas notas sobre lo que denominan la imposibilidad de lograr la manipulación de la opinión pública. Éstas, que exhiben una gran ignorancia sobre la historia de los temas de la comunicación pública, aparecen como conclusiones de algunas manifestaciones de periodistas. Por diversas razones, en las que no quiero entrar aquí, los defensores de su profesión, a quienes les importa más su salario que la verdad, argumentan que el ciudadano de a pie es libre de leer o escuchar lo que mejor le parezca. Sólo deben cambiar de canal utilizando el instrumento libertario: el control remoto. Este instrumento lo convierte en amo de sí mismo y lo protege de cualquier intento de restringir su libertad de elección.

Tal vez, una primera aproximación nos la pueda ofrecer la RAE, dice que «Elegir: es escoger o preferir a alguien o algo para un fin», además dice que «Optar: es escoger una posibilidad entre varias». El problema es cuántas son las varias de las que se habla. Es evidente que elegir una de las muchas que existan no es el mismo que hacerlo entre dos o tres.

Agrego acá la repercusión que tuvo, en su tiempo, la publicación del libro Apocalípticos e integrados (1964) del Profesor universitario Umberto Eco [[2]] (1932-2016). A treinta años de su publicación el Blog cultura.wordpress.com (23-3-2016) le dedicó una larga nota reivindicando la tesis que sostenía el autor respecto de lo que denominó la “guerrilla semiológica”:

«A más de tres décadas de la publicación de su libro Apocalípticos e Integrados, se retoma el debate en torno a la influencia de los medios en el cual sostuvo su tesis ya célebre sobre la imposibilidad de controlar la opinión pública, defendiendo el protagonismo de la recepción. “Es el público quien re-construye los mensajes a partir de sus propios códigos que varían según los diversos contextos sociales y las variables psicológicas de cada individuo”. Es interesante observar cómo reformula conceptos de uno de sus ensayos más lúcidos sobre el problema de los medios y la cultura de masasUna guerrilla entendida como un llamado a la responsabilidad individual y comunitaria frente a los avances de la cultura de masas: propicia el análisis, agudiza el sentido crítico, para evitar la recepción pasiva, éste sería el principal desafío de la cultura mediática».

Amigo lector, voy a reproducir y comentar sus tesis para después ofrecerle mis opiniones críticas. Con un sorprendente título El público le hace mal a la televisión Umberto Eco publicó en el diario La Nación (mayo de 2004), una nota en la que recupera y reformula la tesis de su libro de 1964:

«Tal vez ése es el asunto. En los años sesenta y principios de los setenta se decía en diversos lugares que sin duda la televisión (y en general los medios de comunicación masivos) es un instrumento potentísimo, capaz de controlar aquello que entonces llamábamos el “mensaje”, y que al analizar ese mensaje era posible ejercer influencia sobre la opinión de los usuarios y hasta directamente moldear su conciencia».

Es evidente que el Profesor comenta, con mucho escepticismo, que esto que “se decía” era una simple opinión de personas asustadizas y de poca confianza en la capacidad analítica sobre la información pública: la sola mención de la posibilidad de manipular la opinión pública era una mera fantasía. ¿Por qué podía sostener esto con tanta certeza?:

«Pero se observaba que aquello que el mensaje decía intencionalmente no era necesariamente lo mismo que leía el público. Los ejemplos más obvios eran que la imagen de un corral lleno de vacas es “leída” de manera diferente por un carnicero europeo que por un brahmán de la India; que la publicidad de un automóvil Jaguar despierta el deseo de un espectador adinerado y provoca frustración en un desheredado. En suma, un mensaje apunta a producir ciertos efectos, pero puede chocar contra situaciones locales, con distintas disposiciones psicológicas y deseos, y producir un efecto boomerang».

Dice un poco más adelante, dándole mayor peso argumentativo:

«Y en ese punto se introdujo el segundo fenómeno, que en su momento fue definido como “guerrilla semiológica”. Se explicaba así: si alguien tiene el control de la emisión, no se puede ocupar esa silla ante la cámara, pero idealmente sí puede ocupar la silla ante cada televisor. En otras palabras, la guerrilla semiológica consiste en una serie de intervenciones y actuaciones producidas, no desde el sitio de partida del mensaje, sino en el lugar al que llega, induciendo a los usuarios a discutirlo, a criticarlo, a no recibirlo pasivamente».

Un primer comentario: amigo lector, ¿puede Ud. imaginarse el regocijo del viejo diario de la oligarquía, pudiendo publicar, con la pluma de un famoso y acreditado académico que los grandes medios de información están incapacitados para manipular la opinión del público, (uso este verbo “manipular” porque es el que utiliza Noam Chomsky en la nota Nº 1).

Y es nada menos que el Profesor Chomsky, Emérito del Instituto Técnico de Massachusetts, (el famoso MIT), Lingüista, Filósofo, Politólogo estadounidense, quien sostiene lo contrario. La diferencia que yo observo entre estos dos importantes académicos es su posición ideológica. En el caso de Chomsky es clara su rechazo a la Guerra de Vietnam; sus marchas por la defensa de los derechos humanos y políticos de los pobres y los negros; sus denuncias contra la prepotencia militar estadounidense. Por el contrario, el pensamiento, las actitudes y los compromisos del Profesor Eco no estuvieron siempre del lado de los explotados.

Sin embargo, me sorprende la ignorancia de Eco respecto de los estudios e investigaciones que comenzaron en los EEUU en la segunda década del siglo XX. Para dar algunas aproximaciones al tema cito un párrafo del libro de Chomsky El control de los medios de difusión – Los espectaculares logros de la propaganda, (Editorial Crítica – 2000):

«El papel de los medios de comunicación en la política contemporánea nos obliga a preguntar por el tipo de mundo y de sociedad en los que queremos vivir, y qué modelo de democracia queremos para esta sociedad… Hay dos conceptos distintos de democracia. Uno afirma que la gente tiene a su alcance los recursos para participar de manera significativa y los medios de información son libres e imparciales. La otra idea de democracia es la de que no permite esa  libertad de la gente y los medios de información están fuerte y rígidamente controlados. Quizás esto suene como una concepción anticuada de democracia, pero es importante entender que ésta es la democracia que hoy tenemos».

Amigo lector: lea los periódicos, escuche la radio, mire la televisión, después haber prestado atención a todo esto, descubrirá que estamos sumergidos en un medio cultural dominado por las diversas variantes de la propaganda de las multinacionales. Es, en realidad, lo que consumimos. El Doctor Eduard Bernays (1891-1995) fue publicista, periodista e inventor de la teoría de la propaganda y las Relaciones públicas. Fue sobrino de Sigmund Freud del cual utilizó, en los EEUU, las concepciones sobre el inconsciente y la posibilidad de la persuasión del self (el sí mismo) en el ámbito publicitario masivo. En el libro La Propaganda (1927), escribe:

«La manipulación consciente e inteligente de los hábitos y opiniones organizados de las masas es un elemento de gran importancia en la sociedad democrática. Quienes manipulan este mecanismo oculto de la sociedad constituyen el gobierno invisible que detenta el verdadero poder que rige el destino de nuestro país. Quienes nos gobiernan, moldean nuestras mentes, definen nuestros gustos o nos sugieren nuestras ideas. Son en gran medida personas de las que nunca hemos oído hablar».

Otro investigador importante fue George Gerbner (1919- 2005) Licenciado y Doctorado en Periodismo por la Universidad de California, Berkeley, un estudioso de la Teoría de la Comunicación; se especializó en los efectos que produce la televisión en la sociedad. Escribió:

«Los medios comerciales de comunicación están provocando, al menos, tres efectos principales. El primero, tiende a reforzar la despolitización de la gente; segundo, tiende a desmoralizar a la población convenciéndola de que es vana toda esperanza de cambio: aceptando la realidad tal cual es. Tercero, es la producción de realidades paradójicas. Se verifica un mayor, y creciente, acceso a la recepción de medios y, los medios están cada vez en manos de menos. Son los grandes medios los que exaltan la importancia de la libertad de expresión en la vida de la sociedad, especialmente porque son ellos los que poseen los mayores centros de información. La libertad de expresión se ha ido convirtiendo en la libertad comercial para conducirla».

Amigo lector, para mí es todo un desafío responder a un intelectual de la importancia de Umberto Eco, pero estoy obligado por el compromiso asumido con Ud. Tal vez, una hipótesis que puede intentar explicar lo que dice el Profesor Eco es que ha pertenecido a un medio académico, alejado del ciudadano de a pie. Agrego a ello las importantes diferencias culturales entre el ciudadano promedio europeo y el ciudadano medio estadounidense. Le sugiero, para este tema, la lectura de mi trabajo La cultura Homero Simpsonel modelo que propone la globalización, en la página www.ricardovicentelopez.com.ar, Sección Biblioteca.


[1] Debo citar, una vez más, un trabajo mío publicado en la página www.ricardovicentelopez.com.ar El control de la opinión pública, o el trabajo de Noam Chomsky, El control de los medios de comunicación, que puede leerse en www.voltairenet.org/article145977.html. Debe agregarse las notas publicadas en la columna Reflexiones Políticas de la página kontrainfo.com.

[2] Hoy está un poco olvidado por lo que voy a recordar sus antecedentes: se doctoró en Filosofía y Letras en la Universidad de Turín; fue Profesor en esa universidad, además de la Florencia y la de Milán; en la Universidad de Bolonia ocupó la titularidad de la cátedra de semiótica; autor de la novela El nombre de la rosa.

(Por Astor Vitali) Sin hacer consideraciones, en esta oportunidad, sobre el despliegue mediático, nos referiremos a la actitud que debe tomar el universo político democrático y quienes están en ámbitos de gobierno respecto de un caso de desaparición forzada y particularmente en torno del caso de Facundo Castro.

Cristina Castro, su mamá, es quien junto a Luciano Peretto y Leandro Aparicio, encabeza la campaña por pedido de Justicia. El miércoles se supo que el cuerpo encontrado en Villarino Viejo es el de Facundo. De más están todas las especulaciones hasta que los peritajes culminen. Mientras tanto, el reclamo de justicia por parte de la familia de Facundo y también por parte de la querella institucional, representada por la Comisión Provincial por la Memoria, sigue siendo desaparición forzada. Ahora se agrega, seguida de muerte. Todo lo demás es chimichurri.

Mientras lo que se está señalando es la responsabilidad de la policía bonaerense, permanecen en el gobierno dos actitudes que no tienen posibilidad de convivir. Por un lado, el presidente Alberto Fernández recibió la semana pasa a Cristina y es claro que a partir de allí se movieron los hilos para avanzar en una investigación que venía remolona y con ocultamientos hacia la querella. El gobernador de la provincia de Buenos Aires sostuvo públicamente que no va a encubrir a nadie. Sin embargo, no logró darle a Cristina ningún elemento sólido que inspire confianza durante la reunión que sostuvieron.

Por su parte, la misma provincia que gobierna Kicillof sostiene a su ministro de Seguridad, Sergio Berni. Aquí hay un problema de consistencia. Berni le dijo a Cristina, en principio, que iba a devolver a Facundo con vida. Cuando era la propia bonaerense la última que lo vio con vida. Luego, por presión militante, termina tomando el caso la Justicia federal, pero para ese entonces el entorno de Facundo ya había recibido presiones de la bonaerense de esta fuerza de seguridad y manipulado prueba.

No conforme con hacer ese tipo de declaraciones de show televisivo sobre un tema de tamaña gravedad institucional, Berni luego pasó a la ofensiva y se puso al frente de una campaña de desprestigio contra Cristina, contra la mamá de la víctima, púbicamente, con presentaciones diarias en canales de televisión y radios.

La campaña se basa en decir que no había elementos para involucrar a la bonaerense en un caso de desaparición forzada. Tesis que no sólo no estaba descartada en la investigación sino que fue ayer ratificada por los fiscales que hubo que sumar para que el caso no se tornara más bochornoso de lo que es. De hecho, en las últimas horas se emitió un comunicado oficial en el que se asegura de que la investigación “gira en torno a la desaparición forzada de Facundo Astudillo Castro seguida de muerte, con las connotaciones y particularidades que este tipo de causas conllevan y el trágico desenlace que, finalmente, se acreditó”.

La campaña de Berni desplegando falsedades y amenazando continuó con decir en todos los medios que los abogados de la querella iban a sufrir las consecuencias de la acción legal. Todo esto, ante algunos personajes periodísticos que sepultaron la herramienta de la repregunta, lo decía afirmando que “no tengo acceso a la causa pero la investigación asegura que” y una serie de vaguedades para desvincular a la bonaerense. Que se informa por Germán Sasso. Dio credibilidad a la testigo “H” que, causalmente, es incorporada a la investigación por efectivos bonaerenses. Y es el principal elemento que utilizaron para intentar correr el eje de la investigación. En otras palabras, en medio de la búsqueda de una persona cuya familia denuncia desaparición forzada por parte de la policía bonaerense, el ministro de Seguridad se abocó a llevar adelante una campaña de desprestigio, atacando a la familia de las víctimas. Todo esto mientras se investiga, con plena conciencia de que los funcionarios judiciales vinculados a la familia militar son susceptibles de influencia de contexto. Berni llevó adelante una campaña a lo Bullrich con Maldonado para interferir en la opinión pública y, como se sabe, la opinión pública influye en las investigaciones.

Frente a este cuadro de situación, la política democrática debe posicionarse sin dar lugar a interpretaciones débiles ni confusiones: debe retirar de su cargo al funcionario que encabezó una campaña contra la familia de la víctima. En este contexto, decir –como se dijo- que “ahora está investigando la justicia federal, no vamos a encubrir a nadie y a hay que esperar a que resuelva la Justicia” es una postura que tolera que un ministro castigue públicamente a la familia de un pibe que denuncia su desaparición forzada.

El gobernador de la provincia de Buenos Aires sostiene a Sergio Berni en su cargo y esto atenta con el compromiso que el estado argentino –y sus provincias- tienen en materia de Derechos Humanos. A esta altura la pregunta no es ¿por qué Berni debe ser desplazado? La pregunta es ¿por qué Kicillof aún sostiene a Berni?

Podríamos sumar sus declaraciones antipopulares respecto de la represión a las decenas de miles de familia que no tienen techo o las declaraciones que sumó esta semana contra las organizaciones sociales y el derecho universal a percibir un ingreso, declaraciones que lo ponen en un claro lugar de la derecha política. Sin vueltas.

Es insostenible la presencia de Berni en un gabinete provincial que se manifieste de corte democrático, sólo por el hecho de perseguir públicamente a una familia pobre cuyo pibe fue víctima de violencia institucional.

El proyecto de gravamen a las grandes fortunas que propuso el gobierno argentino, en caso de ser aprobado “afecta a unos 12 mil contribuyentes. Son los grandes ricos. No son las empresas. Afecta a los patrimonios personales”, según dijo a FM De la Calle el economista Julio Gambina (FISyP, Centro de Estudios CTA-A).

“Hay grandes versos con respecto a esto cuando dicen que afecta a las inversiones. No tiene nada que ver con las empresas ni con las inversiones. Tienen que ver con los patrimonios personales que vienen definiendo en sus declaraciones”, explicó, en referencia a la campaña que ya desplegó el arco de los medios de comunicación privados ligados a intereses económicos opulentos. De hecho, “muchos critican esta medida porque están subestimados los patrimonios de los grandes ricos en la Argentina”.

Para Gambina, la aplicación del gravamen “es importante en sanísimo. Hay que imaginarse que doce mil personas entran en un estadio pequeño. Los grandes son de cuarenta y cinco mil a sesenta y cinco mil espectadores. Pensar en una chancha pequeña, en el algún club de la Argentina. Ya la recaudación probable al tipo de cambio actual son unos cuatro mil millones de dólares. Digo al tipo de cambio actual porque todavía falta que el proyecto se discuta, falta que el proyecto se apruebe, falta que el proyecto se aplique, falta que AFIP lo cobre”.

En medio de la discusión, “hay mucho ruido ideológico, propagandístico en torno a este gravamen. Es un dato muy importante reconocer que en las condiciones de emergencia se le pide una contribución a los sectores económicos con mayor capacidad contributiva”.

¿Qué representa para las personas que tienen tamañas fortunas? “El mínimo que aporte va a aportar entre treinta y cuarenta mil dólares: una camioneta cuatro por cuatro importada. Para muchos es muchísimo dinero. Pero para estos doce mil no les afecta en nada. Es una alícuota del dos por ciento del patrimonio. Así que todavía les queda el noventa y ocho del patrimonio. Es el dos por ciento de lo que tienen, no el dos por ciento de lo que van a tener. Para un jubilado, el dos por ciento es parte de lo que sirve para afrontar el mes. Pero en estos grandes patrimonios no es absolutamente nada”.

“La campaña en contra es brutal y actúan sobre el sentido común. Parte de la población que no está ni remotamente afectada por el impuesto sale a hablar en contra del impuesto porque les sacan a los que nos van a salvar. Eso es interesante. Aún incluso, imaginando que estos grandes patrimonios quienes invertir ese dinero, la pregunta es ¿por qué no lo invirtieron hasta ahora?”.

Contexto

El referente de la Fundación de Investigaciones Sociales y Políticas explicó que “la inversión interna directa en todo el mundo está bajando desde 2015 para acá. Se agrava con la pandemia pero venía desde antes. Hay una tendencia generalizada al achicamiento de la producción. Acaba de renunciar el primer ministro Japonés. Europa y Estados Unidos están en proceso de recesión muy complicado. Estos grandes patrimonios no están invirtiendo, no por este aporte solidario, sino porque no vienen invirtiendo porque los ricos del mundo no están invirtiendo”.

En contra de la creencia de la inversión que los ricos estarían propiciando para el crecimiento económico, “los grandes capitales están invirtiendo especulativamente. Resuelven la ganancia financiera pero no contribuyen al desarrollo ni del empleo ni del crecimiento de la productividad. Hay menos producción, menos comercio y una caída de la producción de la cadena mundial valor”.

“Por eso este impuesto hay que pensarlo en términos de esta lógica de mucha incertidumbre. Argentina está en el pico. No se sabe cuándo llega al techo total. Todos los días tenemos record de afectados. Felizmente, entre comillas, respecto de otros países la Argentina tiene una baja letalidad. Pero es preocupante la cantidad de contagios de muertes. Y se prolonga el receso económico deliberado. Porque incluso los países europeos, que están en verano y que supuestamente lo estacional ayuda para pasar el tema hasta que llegue la bendita vacuna, ya está terminando el verano en el norte y hay preocupación de que haya recidiva de los contagios. Con lo cual, estamos ante un problema muy serio de la civilización contemporánea que se agrega a los serios problemas económicos. Quiero insistir en que el mundo capitalista (Europa, Estados Unidos, Japón) está en una etapa de parasitismo muy fuerte. No está es esa etapa de un capitalismo de expansión, en desarrollo. Antes del coronavirus, según todos los datos que vienen del FMI, del Banco Mundial, de la OMC, todos dicen que la economía venía en un proceso de ralentización”.

El economista arguyó que, más que por qué aplicar un gravamen de este tipo, “la duda es por qué no lo hicieron antes. De este aporte se viene discutiendo al menos desde el comienzo de la pandemia.  Alguien puede decir: se perdió mucho tiempo. Demuestra que hay un debate al interior del frente de gobierno y que estaban buscando la ocasión para hacerlo. Se han perdido varias oportunidades. Una es la oportunidad de Vicentin. Es un gran deudor tributario. Hay fraude contra el fisco. No es solamente que no le paga al Banco Nación sino que también hay evasión tributaria, sin hablar de la fuga de capitales. Vicentín tienen una larga lista de delitos. El gobierno anunció la intervención, la posibilidad de expropiación y fue para atrás”.

En el caso de “este impuesto a las grandes fortunas, que es una recaudación sobre doce mil posible contribuyentes se han demorado bastante. Ahora habrá que ver. Tiene que pasar por la cámara de diputados. Lo más importante es que la sociedad presione en este sentido. Porque hay una campaña ideológica política para que la sociedad esté en contra de los impuestos”.

“Mas naides se crea ofendido, pues a ninguno incomodo, 

y si canto de este modo por encontrarlo oportuno

no es para mal de ninguno sino para bien de todos”.

José Hernández. Martín Fierro.

(Por Ricardo Vicente López) En enero del 2015, Noam Chomsky (1928), Profesor Emérito del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), a sus 87 años, en la plenitud de su lucidez y de su penetrante inteligencia, fue galardonado con un premio que puede sorprender por su título: La lucha contra la Estupidez. Está instituido por la revista Philosophy Now, cuyo objetivo es atraer hacia la filosofía al público en general, así como a estudiantes y profesores. Comenta los merecimientos del Profesor por su particular e insistente trabajo investigando y denunciando la estructura de los medios concentrados. Agrega a ello su constante prédica en la necesidad de incorporar a la educación un pensamiento crítico independiente para el logro de un ciudadano maduro y responsable. La revista hizo una referencia especial a su libro Manufacturing Consent: The Political Economy of the Mass Media [[1]], escrito en coautoría con Edward S. Herman (1925-2017), Profesor Emérito de la Universidad de Pensilvania. El título completo de la edición castellana es “Los guardianes de la libertad – Fabricando el consenso”. En el libro se introduce un tema respecto del Modelo de Propaganda con el cual trabajan los medios de comunicación para lograr un consenso artificioso.

Invitado por el diario La Jornada de México (medio periodístico que pertenece a la Universidad Autónoma de ese país) publicó un extenso artículo al que tituló La estupidez institucional – Amenaza a la humanidad (18-5-2015). Le voy a proponer, amigo lector, algunos comentarios sobre este texto. Comienza explicando los antecedentes en que se inspiró:

Como era predecible, uno de los primeros investigadores fue George Orwell [[2]]. Él escribió un ensayo no muy conocido, que es la introducción a su famoso libro Rebelión en la granja. No es muy conocido porque no fue publicado: fue encontrado décadas después de su fallecimiento entre sus documentos inéditos. En ese ensayo señala que Rebelión en la granja  es obviamente una sátira sobre el enemigo totalitario, pero insta al pueblo inglés a no creerse demasiado libre… Una razón es que la prensa es propiedad de hombres acaudalados que tienen todo el interés de que ciertas ideas no se expresen. La segunda tiene un aspecto interesante: una buena educación, en las mejores escuelas, inculca a sus alumnos que hay ciertas cosas que no estaría bien decir.

Lo que Chomsky nos plantea es que el tema de la información, es un problema serio por cómo lo manejan los grandes medios. Pero, nos advierte que no debe ocultársenos la existencia de uno mucho más grave, para el cual no tenemos anticuerpos para defendernos: una idea clara sobre la educación. Gran parte de Occidente trabaja con mucha prolijidad para que no lo descubramos: es la educación institucional que recibimos desde la escuela hasta los niveles más altos de la enseñanza. Esto puede parecer una herejía, ¡y lo es! dado que atenta contra una de las instituciones más sagradas de las democracias liberales [[3]].Volvamos a Chomsky:

La estupidez viene en varias formas. Me gustaría decir unas palabras sobre una forma en particular que me parece la más problemática de todas. Podríamos llamarla estupidez institucional. Es una especie de estupidez que es del todo racional dentro del marco en el que opera; pero es el marco mismo el que va de lo grotesco a la virtual demencia. Hace 30 años, a principios de la década de 1980 –los primeros años de la era Reagan–, escribí un artículo llamado La racionalidad del suicidio colectivo. Se trataba de la estrategia nuclear, y se refería a cómo personas perfectamente inteligentes diseñaban un curso de suicidio colectivo en formas que eran razonables dentro de su marco de análisis geoestratégico. Por ejemplo, la revista Boletín de Científicos Atómicos presenta un estudio sobre las falsas alarmas del sistemas automático de detección de ataques de misiles… El estudio (1977-1983), afirma que hubo más de 50 falsas alarmas que fueron abortadas por intervención humana, lo que evitó un desastre por cuestión de minutos [[4]].

Comenta Chomsky que en 1983 había un gran temor a la guerra. Esto se debía en parte a lo que George Kennan [[5]], sostenía: la indefectible marcha hacia la guerra como un proceso indetenible ¡nada menos! Le interesaba poner a prueba las defensas rusas, así que simuló ataques navales y aéreos a Rusia. Continúa Chomsky:

Tengo la certeza de que los líderes internacionales no son nada tontos en lo individual. Sin embargo, en su función institucional su estupidez puede ser letal por sus implicaciones. Al observar el registro desde el primer supuesto ataque atómico hasta la fecha es un milagro que nos hayamos salvado. La destrucción nuclear es una de las dos mayores amenazas a la supervivencia, y ¡es muy real! La segunda es la catástrofe ambiental. Existe un conocido grupo de servicios de auditorías en PricewaterhouseCoopers que acaba de publicar su estudio anual sobre las prioridades de los altos directivos de los consorcios privados. En primer lugar de la lista está el exceso de regulaciones. El informe indica que el cambio climático no figuró entre las primeras 19. Una vez más, es seguro que los directivos no son tontos como individuos. Es de suponer que dirigen sus negocios con inteligencia. Pero la estupidez institucional es colosal, y amenaza literalmente la vida de la especie.

La conclusión del Profesor es llamativa, de una importancia extrema. Él asegura, aunque muchos lo dudan, que la estupidez individual tiene remedio, pero afirma que la estupidez institucional es mucho más resistente al cambio. Esto debe hacernos pensar en este tema, puesto que es de esa estupidez que dependen nuestras vidas. «Por eso –sostiene– creo que la estupidez institucional debería ser una preocupación primordial».

¿Cómo podemos superar este estado de cosas que nos amenaza desde la propaganda de los medios y la estupidez institucional que abarca un importante abanico de temas graves? Por ejemplo: ¿qué nos pasa en este mundo que pueden llegar hasta los primeros niveles del poder algunos verdaderos estúpidos? Es imposible no señalar a Donald Trump (EEUU), a Mauricio Macri (Argentina), a Boris  Johnson (Reino Unido), a Jair Bolsonaro (Brasil), y a algunos varios más. Dice el Profesor que un caso que está ligado a ello es el del periodismo:  

Ese es un viejo debate que ha registrado decadencias. En Estados Unidos se ha debatido por más de un siglo, en el contexto de la Primera Enmienda de la Constitución, que prohíbe al gobierno actuar para impedir una publicación. Noten que no protege la libertad de expresión, ni bloquea el castigo por expresarse. Antes del siglo XX la prensa del país gozaba de mucha libertad, y había una amplia variedad de publicaciones de todo tipo: diarios, revistas, panfletos. Los Padres Fundadores creían en la libertad de información, y se hicieron muchos esfuerzos por estimular la más amplia variedad posible de medios independientes. Sin embargo, la libertad de expresión nunca se protegió con fuerza.

Chomsky subraya un aspecto muy importante para resguardar la libertad de expresión:

Estados Unidos es poco lo que hace en este aspecto. En este país no hay nada como la BBC de Londres. La mayoría de los países tienen algún medio nacional que es tan libre como la sociedad. Los medios son entregados básicamente al poder privado para que ejerza sus capacidades como le plazca. Esa es una interpretación de la libertad de expresión en términos de libertad negativa: el Estado no puede intervenir para afectar lo que los propietarios privados deciden hacer. Existen algunas restricciones, pero no muchas. Las consecuencias son en gran medida un control de las ideas como el que describe Orwell, y que Edward Herman y yo examinamos con gran detalle.

Acá reaparece el tema de la educación, que generalmente es lo primero que se menciona cuando está en juego el mejoramiento social. Sin embargo, cuando el Profesor cita a Orwell lo hace recordando la advertencia que éste le hacía al pueblo inglés, por los medios en manos de los poderosos. Pero si retomamos la perseverancia de Chomsky en la formación de un ciudadano crítico, ¿Cuál es la diferencia con nuestra enseñanza escolar, tanto pública como privada? ¿No impera una especie de sentido común que impone un respeto por las universidades y las academias? ¿No son ellas las portadoras de una cultura noratlántica creada dentro del modelo del capitalismo burgués? Me atrevo a decir, siguiendo al Maestro, y dentro de su análisis: nosotros también estamos sumergidos en un mundo de estúpidos. Tal vez, en un tiempo no muy lejano, podamos llegar a liberarnos.


[1] En varias notas de esta columna he citado partes de esa obra.

[2] Fue un escritor y periodista británico (1903-1950), famoso por sus novelas Rebelión en la granja y 1984.

[3] «La educación en sí, los sistemas de educación, son “una forma política de mantener o de modificar la adecuación de los discursos, con los saberes y los poderes que implican”. (M. Foucault, 1970: 45)  

[4] Es muy recomendable la película de Stanley Kubrick: Dr. Insólito o: Como aprendí a dejar de preocuparme y amar la bomba (1964) que ofrece una magnífica sátira sobre ese tema.

[5] Fue un diplomático (1904-2005), politólogo e historiador estadounidense y un eminente diplomático.

(Por Mariela Dobal*) El debate de cómo, a quiénes y para qué se asigna y distribuye la pauta oficial no es nuevo. Desde hace dos décadas es motivo de discusión y reflexión de quienes entienden la comunicación como un derecho universal y una herramienta capaz de limar las profundas desigualdades de acceso a la información y participación de la ciudadanía.

Cómo contexto inicial recordemos que en 2004 cuando se acordaron los 21 puntos por una comunicación más democrática -que fueron terreno fértil para sembrar las bases de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual en 2009 – ya se pedía prohibir por ley la asignación arbitraria o discriminatoria de publicidad oficial, más aún cuando ésta pueda oficiar como premio o castigo a opiniones editoriales sobre acciones de gobierno.

Ahora bien… ¿Qué derechos debe promover la asignación de recursos públicos, en la producción y circulación de mensajes e imágenes? Garantizar las expresiones plurales de realidades y opiniones, y el derecho de las audiencias de acceder libremente a la información, sin interpretaciones previas, ni atajos (publicitarios privados) de las plataformas. Crear y difundir datos de servicio comunitario, que igualen las posibilidades de participación ciudadana en las políticas públicas. Respetar la privacidad de las personas, y proteger a las infancias y adolescencias de los estereotipos existentes que vulneran su integridad. No auspiciar contenidos misóginos, discriminatorios y violentos sobre las diversas elecciones de vida en democracia.

Más acá…

Podríamos continuar con las enumeraciones, e incluso, hacerlas más descriptivas. Sin embargo creemos urgente y necesario enfocar en los actuales criterios y destinos de pauta oficial en Bahía Blanca, para visibilizar algunas contradicciones existentes. Por decisión política, en los primeros seis meses de este año (2020) se pagaron alrededor de 48 millones de pesos en publicidad oficial. Fiel a los criterios de masividad de audiencias y discrecionalidad, el gobierno local asignó ese dinero público a empresas periodísticas, producciones particulares y periodistas, con deliberada superposición de tareas y espacios mediáticos. Aquí (bahia.gob.ar/compras) puede consultarse el listado completo de proveedores hasta el momento, para comparar los rubros más esenciales (recolección de residuos, transporte público urbano, cooperativas de trabajo y vivienda, obra pública, etcétera,) con los medios que reciben publicidad del Estado.

Más allá de discusiones ideológicas sobre las prioridades de un gobierno de cara a las necesidades y derechos de la ciudadanía, entre los 50-60 primeros lugares aparecen medios y periodistas que recibieron mucho dinero del Estado para… ¿Para qué?

En principio para difundir las escasas producciones y piezas comunicacionales que emergen cómo política comunicacional de Héctor Gay, aunque en este caso esa precariedad es responsabilidad del gobierno local.  

Luego quedaría implícito que ese dinero de pauta oficial es para financiar medios comerciales, espacios periodísticos en estos, y/o directamente la tarea de prensa de muchos y muchas. Estas consideraciones surgen de las propias voces de algunes comunicadores y empresarios mediáticos que aseguran que sin ese dinero no podrían continuar su labor.

La duda entonces es ¿cómo funcionan los espacios de libertad de expresión y elección de temas, para que la  agenda periodística no esté formateada por los intereses del gobierno de turno? U ocultar datos precisos. O ampliar las voces y realidades de las comunidades. O no autocensurar preguntas y editoriales. Por eso, la pauta oficial nunca debe financiar periodistas. Los aportes en tal sentido, son para garantizar informaciones de servicio que de otra manera quedarían perdidas en el actual caos informativo. Observen, lean, escuchen… como audiencias tenemos derecho de revisar y denunciar.

Más allá…

En el plano nacional, las disputas sobre los criterios para asignar pauta oficial son explícitas, se multiplican y evidencian qué empresas mediáticas necesitan del Estado para ampliar sus ganancias (en contados casos, para subsistir). Aquí no parecería molestarles la intervención estatal para aliviar sus obligaciones.

El presidente Alberto Fernández, en la apertura de sesiones parlamentarias fue muy claro: “No queremos avisos pagos con dinero de todos para que elogien las virtudes del gobierno de todos. (…) Convocaremos a empresarios y especialistas para mejorar el manejo de la pauta y su uso”. Y agregó que el sistema de medios públicos estará alcanzando por esta medida, al igual que todas las jurisdicciones. Todo está por verse.

Actualmente se impulsaron conversaciones desde distintos ministerios y el propio secretario de Medios y Comunicación Pública, Francisco Meritello, hizo públicas autocríticas sobre los mecanismos desiguales de distribución de contenidos oficiales. Cabe mencionar que fueron muy prolíferas las producciones de campañas, videos, spots, manuales, placas fijas, afiches, folletos, banners, etcétera,  tanto para gráfica, sitios digitales, vía pública o plataformas audiovisuales. Situación comunicacional muy distinta a la local. Por supuesto la pandemia por el COVID-19 concentró los esfuerzos para comunicar acciones de gobierno y políticas preventivas de cuidado comunitario.

Sin embargo, al momento de convocar profesionales, organizaciones y colectivos que representan otras formas de comunicación popular, autogestiva y/o cooperativa, capaz de reflejar las innumerables realidades tan diversas de todo el país, aún se quedan a mitad de camino. Quienes ya han participado de algunos encuentros virtuales, expresaron con preocupación el alto nivel de desconocimiento que algunas/os funcionarias/os tienen sobre estas múltiples expresiones político comunicacionales. Habrá que seguir explicando y mostrando el trabajo que se hace todos los días. E invitar, por ejemplo, a que las producciones que los FOMECAS fomentan sean conocidas por quienes tienen la decisión de reinvertir fondos públicos por una comunicación más democrática.

Propuestas de “protocolo”

Solo dos, a modo de ejemplos prácticos. Una, nacional: la diputada Gabriela Estévez del Frente de Todos presentó en la Cámara de Diputados de la Nación un proyecto de Ley para que un porcentaje mínimo obligatorio del 15% de la pauta oficial se destine a medios comunitarios, cooperativas y pymes. Mezcla todas esas realidades y la medida es de carácter excepcional en el marco de la actual emergencia sanitaria por Covid-19, afectando los fondos previstos solo para el ejercicio del año 2020.

Otra del orden local. En la sesión del pasado jueves 16 de julio en el Concejo Deliberante de Bahía Blanca, la concejala Gabriela Schieda realizó un pedido de informe (Nº 323) al Ejecutivo Municipal. Solicitaba explicaciones acerca del gasto que el gobierno realiza en pautas publicitarias y sus criterios de distribución. Los concejales del bloque oficialista Cambiemos (mayoría en el recinto) no apoyaron ese proyecto y ni siquiera pudo discutirse.

Propuestas estructurales

Según el investigador Martín Becerra, experto en la materia, “se pueden realizar algunas recomendaciones u observaciones para contribuir a un control más democrático de la pauta oficial que moldea (con su mal uso y relevante peso dentro del mercado publicitario total) al sistema de medios“.

A saber: discutir la regulación en el Congreso de la Nación, establecer que el principal objetivo de la publicidad sea la comunicación de información de interés público y no el fomento a la imagen de gobierno o de funcionarios, no otorgar publicidad a aquellos medios que no paguen de manera regular las obligaciones patronales, los aportes jubilatorios, las obras sociales y los sueldos de sus trabajadores, ampliar el registro de proveedores de publicidad oficial y facilitar el ingreso de medios comunitarios, que no deben ser segregados en el reparto de fondos.

Otra definición política que exigimos y celebraremos es que los medios receptores de pauta oficial tengan paridad de género en sus equipos de trabajo, en los cuales estén representadas además todas las orientaciones sexuales.

Cómo Becerra nos enseñara, el Sistema Interamericano de Derechos Humanos puede ser un faro para iluminar futuras transformaciones en este mar de incertidumbres y mejores rumbos por descubrir.

*Periodista, docente e integrante del colectivo de FM De la Calle.

(Por Ricardo Vicente López) La manipulación de la opinión pública es un tema que lo he investigado durante varios años. Los resultados los fui publicando en Kontrainfo.com [[1]] en varias notas, apoyándome en investigadores de prestigio internacional y académicos de universidades varias del primer mundo. Si insisto con el tema es por la perversidad de medios importantes, de nuestro país y del resto de América, que intentan desmentir que todo ello sigue sucediendo ahora. Sus argumentaciones son bastante livianas pero, con aires de seriedad, afirman que hace ya décadas que esa manipulación ha desaparecido. Lograr que esa prédica se acomode en la conciencia colectiva (opinión pública) posibilita seguir haciéndolo con total impunidad. Gran parte de esto pinta el cuadro actual.

Como estoy convencido de que es necesario seguir batallando, al leer en un número de la conocida revista Mercado el siguiente título La manipulación de la opinión pública , acompañado por un subtítulo: Las nuevas técnicas incluyen tanto métodos tradicionales como otros nuevos, pero todos utilizados cuidadosamente, para llegar con mucha precisión al público buscado y con un mensaje persuasivo. (6-1-2001), su lectura me motivó para volver sobre el tema. Quiero, para empezar, compartir la definición de sí misma que hace la Revista Mercado en sus páginas, dado que ello subraya la importancia del tema y de su publicación:

“Somos una revista de inteligencia de negocios… que contamos con una historia que han hecho que esta marca se encuentre respaldada por una trayectoria que, en conjunto con un veterano periodismo de negocios, se encuentra desde ya a la vanguardia.

Dicho esto, que a modo de presentación nos informa de su importancia, porque, repito, no es una nota más en la edición de ese número, sino que ocupa el lugar de la Editorial, lo cual convierte a la nota en una toma de posición ideológica. Se puede consultar en su edición digital www.mercado.com.arLa manipulación de la opinión pública. Es por ello que al encontrarme con esta lectura me pareció que representaba un argumento de peso, ya que demuestra que en el mundo de los negocios, una publicación prestigiosa, puede comentar con total naturalidad la existencia y las prácticas de técnicas manipuladoras que están en pleno uso. Leamos:

Las nuevas técnicas incluyen tanto métodos tradicionales como otros nuevos, pero todos utilizados cuidadosamente, para llegar con mucha precisión al público buscado y con un mensaje persuasivo. Los métodos tradicionales para influir a gobernantes y votanteshan cedido el paso a una forma totalmente nueva de abogar por una causa. Además de emplear las herramientas conocidas –publicidad, marketing y relaciones públicas–, los grupos de interés de todo tipo inventaron una enorme cantidad de formas novedosas para transmitir sus opiniones a los consumidores, políticos y medios de difusión. Sus técnicas incluyen tanto los métodos tradicionales pero han agregado otros nuevos e imaginativos. Todos son concebidos y utilizados cuidadosamente para llegar con mucha precisión al público buscado con un mensaje persuasivo.

Es evidente que el párrafo es sobradamente explícito como para que no queden dudas de la existencia de esos métodos que están hoy en plena disponibilidad para su aplicación. Leamos un poco más:

En el ámbito de la política, detrás de la tendencia hay una idea subyacente en los intermediarios del poder: las elecciones se han vuelto demasiado importantes como para dejarlas sólo en manos de los candidatos. Las empresas que aportan financiación juegan hoy un papel cada vez más grande y más agresivo en el proceso de moldear la opinión pública  casi sobre cualquier tema: de negocios, de gobierno, de educación, de religión. En consecuencia, muchas veces ocurre hoy que la importancia de los candidatos se mide por los votos que puedan entregar a los grupos de apoyo que los respaldan. Por cierto, muchos temen que los alcance un fuego amigo –el de grupos que ponen sus propios intereses en primer lugar– casi tanto como temen el ataque de la oposición. No siempre es fácil detectar la sutil diferencia que hay entre el mensaje de un candidato y el del grupo de interés. Son las herramientas de alta tecnología las responsables de gran parte del éxito de esta nueva táctica de ejercer presión.

Es evidente que no muestra ningún tipo de pudor para hablar de la tarea manipuladora, por ello se habla con toda claridad, sin apelar a metáforas ni a frases encubridoras. Ello demuestra, y de esto no cabe la menor duda, que la existencia y los usos del arsenal de técnicas disponibles para la manipulación de públicos masificados está muy aceptado como una posibilidad y, casi, una necesidad del mundo actual. La naturalización [[1]] del desarrollo de la técnica en general, tanto como el resultado de su existencia y de su utilización, obstaculiza la posibilidad de una revisión crítica de todo ello. Es que su presencia es aceptada como un hecho cotidiano. No aparece la más mínima crítica sobre las consecuencias de haber convertido al hombre-masa en una especie de autómata sumiso de la sociedad capitalista.

Esa falta de revisión crítica, involucra también los desmanejos de la actividad publicitaria comercial. En ella mentir es una necesidad del proceso de ventas. Así como se miente, o se exagera, se distorsiona como parte necesaria de la producción y comercialización. Esas prácticas, que no nos sorprende, ha invadido la actividad política. Dice Mercado:

Pero si bien esta actividad de manipular las opiniones de la gente no parece objetable cuando se trata del público en general o de legisladores, cuando los mensajes son dirigidos a las escuelas el tema se torna más cuestionable.

Parece que la revista conserva algún prurito respecto de no invadir el ámbito educativo con este tipo de maniobras. Sin embargo este comentario demuestra que la opinión de la Editorial nos es compartida por los que están metidos en su profesión: los lobistas, continúa la nota:  

Aunque los lobistas [[1]] dicen que su objetivo es lograr que los jóvenes influyan en las opiniones de sus padres, hay otro objetivo evidente pero no confesado, y es el de crear una imagen favorable en las mentes de los futuros responsables de las decisiones.

Pero, como no podía ser de otro modo, las técnicas se van perfeccionando, nuevos dispositivos se ponen al servicio de este tipo de tareas, por ello la nota repite este concepto:

Los métodos tradicionales para influir a gobernantes y votantes han cedido el paso a una forma totalmente nueva de abogar por una causa. Además de emplear las herramientas conocidas –publicidad, marketing y relaciones públicas–, los grupos de interés de todo tipo inventaron una enorme cantidad de formas novedosas para transmitir sus opiniones a los consumidores, políticos y medios de difusión. Sus técnicas incluyen tanto en los métodos tradicionales como en otros nuevos e imaginativos, pero todos son concebidos y utilizados cuidadosamente para llegar con mucha precisión al público buscado con un mensaje persuasivo.

Es muy probable que la revista se dirija a un público muy recortado, personas que se mueven en el ámbito empresario, en el cual es de uso el desprecio por las personas que se dedican “profesionalmente” a la política. El trato con muchos de ellos se desarrolla en un estilo muy descarnado, sin palabras engañosas, con claridad que el dinero que piden para sus campañas tiene contraprestaciones muy claras. Un claro ejemplo de ello aparece en el libro “La raíz de todos los males” del periodista del diario La Nación Hugo Alconada Mon.

En el diario www.perfil.com del 31-10-1918, entrevista al autor del libro. El periodista comenta algunas actitudes de Maurizio Macri:

En reuniones con empresarios muy grosos, uno a uno, en encuentros individuales, y con el resto de los empresarios pero de a 25 personas. A todos Macri les pedía el 1 por ciento del patrimonio de ellos, y ante el asombro de algunos, les argumentaba que él exigía el 1% por ciento porque el 99 por ciento restante iba a valer mucho más con él como presidente de la Nación”.

Creo que puede quedar un poco más claro por qué la nota se expresa con tanta claridad, dado que se mueven en un ambiente en que todo está muy explícito. Los Medios mienten, hay empresarios que roban  y hay políticos se corrompen. Para que esto pueda parecer aceptable, es necesario que el público sea manipulado, adaptado a esta normalidad del capitalismo financiarizado.  


[1] Los orígenes de la manipulación de las grandes mayorías (28-4-2019); Cómo manipular “científicamente” la conciencia de públicos masificados (11-8-2019); Edward Bernays y el control de la opinión pública (17-3-2019), etc.
[2] El concepto de naturalización es uno de los más importantes en ciencias sociales; es un fenómeno que lleva a los hombres a considerar sus acciones y sus creencias como naturales, ligadas a su naturaleza, y no como el resultado de las relaciones y conflictos sociales.
[3] Grupo de presión, es un colectivo con intereses comunes que realiza acciones dirigidas a influir ante la Administración Pública para promover decisiones favorables a los intereses del sector empresarial.

(Por CORREPI) La noticia pasó inadvertida para la mayoría de los “medios grandes”: “Rodrigo Etchudez, un joven músico y comerciante de la ciudad de Monte Quemado al norte de la Pcia de Santiago del Estero, se encontraba en su casa cuando fue sorprendido por una nutrida delegación policial que, sin orden judicial, lo esposó y se lo llevó detenido a la seccional local. El motivo: una publicación en su cuenta de Facebook rechazando la actitud represiva del gobierno provincial”.

Casi en simultáneo, en plena Ciudad de Buenos Aires, con la firma de la ministra de Seguridad de la Nación, se emitió la resolución 144/2020, que establece en cabeza de las fuerzas de seguridad la facultad de hacer tareas de “prevención sobre plataformas y fuentes digitales públicas que no constituyan violación a la intimidad”.

En términos menos académicos, bien podríamos calificarla como un Manual para el ciberpatrullaje o el “control legal” de la disidencia política e ideológica. Cuantas más facultades suma el aparato represivo del estado, más amenazado se encuentra el cuerpo social que administra.

La decisión de su formulación constituye una inequívoca decisión política: el ciberespionaje, en tanto herramienta de control social, integra el menú de medidas persecutorias que, bajo la apariencia de una necesidad regulada, esconde una limitación inadmisible a derechos elementales de la población. Que la resolución pretenda que no tendrá validez si se vulnera la intimidad de los ciudadanos, no garantiza que no se atropelle su pública necesidad de protestar: Cualquier red social (ése es el nuevo “territorio” a invadir por el estado) es hoy empleada por organizaciones del pueblo para convocar, movilizar, reclamar, denunciar, exigir. El gobierno abrió la puerta para que expresamente ese avasallamiento se realice.

Desde 1983, son incontables las ocasiones en que el estado fue descubierto en tareas como las que ahora viene a regular. Como en los tiempos de Alfonsín, con su DEPOC (Departamento de Protección al Orden Constitucional) convertido luego en División de Operaciones del Departamento de Seguridad del Estado, protegido por el menemato y la misma justicia que invocaba la categoría de “secreto de estado” para legitimar la información mal habida sobre más de 250 militantes del arco de la izquierda, o el despliegue de pinchaduras de teléfonos y seguimientos de la SIDE (hoy AFI) y de la inteligencia propia de la PFA, que fue un clásico de la época.

El año 2001 fue emblemático en materia de espionaje, como ocurrió sobre las organizaciones que se movilizaron ante la Casa de la Provincia de Salta en repudio a los asesinatos de dos piqueteros en un corte de ruta. “En función de tareas de inteligencia previa…” comenzaba cada sumario de detenciones producidas en medio de actos de protestas masivas a lo largo y ancho del país, como en agosto de 2004 o en diciembre de 2005. Infiltraciones, como la sufrida por la Agencia Rodolfo Walsh, listas negras de abogadxs en el servicio penitenciario, y el denominado Proyecto X que, descubierto en 2013, con los cuadros de Gendarmería encargados de escuchar, espiar, seguir e informar sobre todo activista sindical, estudiantil, social y político. En todos esos casos, CORREPI patrocinó junto a otras organizaciones las correspondientes denuncias, incluyendo cuando nos tocó ser víctimas directas. Ni hablar de las escuchas macristas por mano del “Fino” Palacios y Ciro James, causa en la que Mauricio fue sobreseído 12 días después de asumir como presidente.

Hoy se suman las redes sociales con el “ciberpatrullaje”, con un detalle que, sin embargo, no tiene nada de novedoso: La resolución firmada por la ministra Frederic se ampara en la “prevención de narcotráfico y terrorismo”, expresiones propias del andamiaje represivo con el que -desde la caída de las Torres Gemelas y agravada por la crisis capitalista del 2008- se justifican mundialmente todo tipo de persecuciones.

La nota periodística de Santiago del Estero amplía: “La simple opinión de un ciudadano expresada en una red social bastó para que las autoridades activen un importante operativo policial destinado a aprehender a Etchudez, detenido este domingo en su propia casa por una gran cantidad de efectivos que procedieron a esposarlo e ingresarlo a la comisaría de Monte Quemado, donde permaneció durante más de 9 horas.”

La paradoja más grande es que todo esto sale a la luz en simultáneo con la mega causa de espionaje, escuchas y otras canalladas que ponen al descubierto la verdadera naturaleza política y moral del macrismo y sus aliados. Un escándalo mayúsculo, del que nos enteramos –a diferencia de los episodios anteriores, descubiertos por las víctimas- por la denuncia efectuada ante la justicia por la interventora de la AFI, que aportó registros digitales y fichas que prueban el espionaje a organizaciones políticas, como el PTS; gremiales, como el SUTE (Sindicato Único de Trabajadorxs de la Educación de Mendoza); a trabajadorxs de prensa (más de 100 afiliadxs al SiPreBA) y a funcionarios y referentes públicos de la oposición y del propio partido de gobierno.

Lo que parecen no entender es que el problema no está en la legalidad o ilegalidad del espionaje, sino en la naturaleza misma del acto de espiar, que es acechar, amenazar, vigilar. Y que es siempre, en todos los casos, una repudiable decisión política.

Desde la CTA Bahía Blanca repudiamos y denunciamos los hechos de espionaje ilegal llevados adelante por la Agencia Federal de Inteligencia durante el gobierno de Cambiemos (2015- 2019) a periodistas, militantes, trabajadorxs, académicos y referentes de organizaciones sociales y políticas.

Este accionar constituye un grave hecho de persecución y hostigamiento político sobre las instituciones sindicales, sociales y políticas, en un periodo democrático. Tales prácticas no constituyen procesos aislados, sino que forman parte de una deuda que tienen diferentes gobiernos con el pueblo argentino, en tanto falta de trasparencia y claridad sobre el accionar de los servicios de inteligencia y de seguridad.

Desde hace décadas se han denunciado los casos de espionaje ilegal de los servicios, como se planteó con el proyecto X de Gendarmería Nacional, la intromisión de inteligencia en diferentes modalidades de protesta o el caso Santiago Maldonado.

Exigimos al gobierno nacional y a la justicia que se investigue a los responsables del espionaje y que se terminen este tipo de prácticas nefastas sobre las organizaciones populares y de lxs trabajadorxs.

Por otro lado, manifestamos nuestra solidaridad con nuestro compañero Francisco Cantamutto, qué a través de sus investigaciones, propuestas y aportes, dentro del espacio de la Sociedad de Economía Crítica, contra el Tratado de Libre comercio y la organización de la cumbre de la OMC fue investigado, violentando sus derechos democráticos.

La misma situación tuvieron integrantes del PTS y otras organizaciones políticas y sindicales como la compañera de CD del SUTE (Mendoza), Laura Espeche. Queda de manifiesto de esta forma que el G20 como la cumbre de la OMC fueron encuentros realizados en la Argentina que sirvieron de manera encubierta para vigilar y seguir de cerca a militantes populares y sindicales.

CTA Bahía Blanca

El próximo lunes, de 10 a 12, comenzaremos una nueva temporada de “En eso estamos“, el programa de la media mañana de FM De la Calle desde 2009.

Los vaivenes económicos y el aislamiento social impuesto para enfrentar la pandemia postergaron su inicio y por eso, en su lugar, emitimos desde febrero “Redacción de la Calle”, una propuesta periodística para mantenerles informades.

La vuelta de “En eso estamos” es posible por el aporte militante del Colectivo de nuestra emisora y por el acompañamiento de quienes se comprometieron con nuestra campaña de suscriptoras y suscriptores.

Somos una alternativa plural y abierta en un mapa de medios que presenta -no en todos pero sí en la amplia mayoría de los casos- programaciones a veces condicionadas por las pautas oficiales y privadas y otras involucradas ideológicamente con el poder.

La comunicación popular la hacemos entre todes.

Cambiar el aire, depende de nosotres.

Les esperamos.

➡️ Lunes a viernes de 10 a 12 ⬅️
✅Por De la Calle 87.9

?Mauro Llaneza | ? Giuliana Crucianelli | ? Astor Vitali | ?Fer Alarcón

?Colaboran:

??‍? Agostina Costantino | ?‍? Eduardo Lázzari | ??‍? Francisco Cantamutto | ??‍⚕‍ Horacio Romano | ?‍♂‍ Juan Bucci | ??‍? Maju Eliosoff |