La madre de Facundo Castro llegó a Olivos para encontrarse con el presidente Alberto Fernández. “Voy a pedirle respuestas. Traje algunas cosas para decirle. Me gusta mirar a la gente a la cara para ver si me está mintiendo o no”, dijo anoche a FM De la Calle.
En el hotel que se aloja junto a sus abogados, Cristina Castro afirmó que le “desaparecieron un hijo en democracia y esto no tendría que pasar. Sé que mucha gente está conmigo, me escriben. Me dicen ‘mi hijo entró en una comisaría y murió ahorcado, no creo que se haya suicidado’. Yo no sabía de la maldad de la Policía hasta que me pasó esto con Facu”.
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“Para la Policía si vos tenés entre 24 y 17 años sos un peligro, te tienen que exterminar. Facu militaba en Jóvenes por la Memoria y ha dejado huellas, semillas, esa es la gente que salió primero y nos acusaron de hacer política”.
Respecto a la expectativa ante la autopsia que se realizará mañana, dijo: “Vinimos a buscar la verdad. Esperamos que el cuerpo hable y podamos meter tras las rejas a todos esos delincuentes que por portar un uniforme se han creído que son dioses, dueños de la vida de los demás”.
Cristina relató la discriminación que sufrían Facu y sus amigues en pedro Luro: “Eran los negros de la vía, les llamaban chorros, drogones, los ha tratado mal la gente del pueblo hasta la policía, siempre estigmatizándolos. Fueron años difíciles para nosotros, sacar chicos de la comisaría, no tener dónde denunciar porque en Villarino está la Policía Bonaerense nada más y se creen dios”.
“Estaban muy tristes cuando se disolvió la batucada. La actual gobernación les quitó el lugar, los desalojó. Pintaron los murales que con tanto cariño habían hecho, de un lado estaba el homenaje a las Madres de Plaza de Mayo y en el otro un mural gigante de Santiago Maldonado”.
Facundo desapareció horas después de haber sido infraccionado por violar la cuarentena. “A principios de abril habían parado a un surfer y lo escoltaron hasta la casa, no le tocaron un pelo, pero a Facu lo desaparecieron y lo mataron. Sé que fueron ellos, no tengo la menor duda”.
Cristina aseguró que Facundo pudo haber reclamado por sus derechos y por ello haber sido atacado por la policía. “Cuando veo los mensajes entiendo por qué. Sosa, tan miserable diciendo ‘vieron como salí fachero en la foto’, riéndose, decir que estaban haciendo su trabajo y cumpliendo órdenes del jefe, quién se va a enterar que fuimos nosotros”.
“Las declaraciones de Siomara Flores diciendo ‘qué puede llegar a hacer una negrita que limpia baños’. Un policía en la estación de servicio donde trabajo, yo estaba en una bomba y él en otra, dijo ‘estamos gastando recursos en un pendejo de mierda’. Con Luciano (Peretto) sufrimos las amenazas de un subcomisario que dice cosas desastrosas, una persona sacada, fuera de sí”.
Castro explicó que “en Villarino pasa todo eso” y que no se sabe porque “la Policía Bonaerense trabaja con la política, intendente, delegados municipales. Ellos pensaron que me iban a hacer tener miedo, un comisario diciéndome ‘fijesé señora lo que está diciendo, le está pegando feo a la policía’. Fue al primero que le hice frente. Yo voy a levantar la voz las veces que tenga que levantarla, a mí no me van a venir a mentir ni van a cubrirse entre ustedes. Eso fue lo último que soporte de ellos, salí grité, hablé, hice todo lo que tenía que hacer”.
“Por mi hijo si es necesario voy a dar vuelta la Argentina, la voy a poner patas para arriba, no voy a dejar que Facu sea un desaparecido más. Y más en nuestros pueblos donde la gente es muy tranquila, somos gente de paz, recontra solidarios, no se lo vamos a permitir”, sostuvo.
Castro contó que se le cayó el mundo cuando le mostraron la foto de su hijo frente al patrullero junto a Gabriel Sosa. Fue “en la Comisaría de Pedro Luro cuando hice la denuncia, estábamos buscando una averiguación de paradero. Cuando pido la foto me dicen que había desaparecido. Cuando esto pasa al fuero federal un periodista de Bahía Blanca tenía la foto en color, había accedido absolutamente a todo y el descarado la subió”.
Al ampliar la imagen, Cristina descubrió que Facu “estaba sin la zapatilla izquierda, solo tenía la derecha, está todo revolcado, esposado, estoy segura que tan bien no lo trataron como dice Sosa que se burla hoy en día. Y Jana Curuhinca que es la madre víctima de todas las madres. No les termino de entender tanta maldad, cómo pueden ser tan crudos, tan hijos de puta, esa es la palabra”.
La denuncia
La mañana del 30 de abril, luego de parar a Facundo en la entrada de Buratovich, la Policía la llamó. “Necesitaban certificar el domicilio. Les dije que estaba trabajando, que me acercaba a la Comisaría de Pedro Luro a la noche o si se podían acercar a mi casa. Una chica me dijo que estaba bien”.
“En ese momento empiezo a llamar a Facu y nunca me contestó. 13:33 recibo su llamado y me dice ‘mami no tenés idea de dónde estoy’. Yo estaba tan enojada, dolida, porque se estaba yendo, volviendo a Bahía Blanca, estaba furiosa, no me podía conectar con mi hijo de la impotencia. El Flaco me estaba desobedeciendo, se estaba yendo, estaba juntando multas, yo no capté la señal”.
“Cuando el día 15 me dice Virginia (madre del mejor amigo de su hijo), ‘Facu no responde los llamados’. Yo traté de llamar y me cortaba. Le digo ‘vamos a esperar porque Facu se fue enojado conmigo y yo me quedé enojada con él’. Daniel va a querer hacer la denuncia me dijo. Fue dos veces y no se la quisieron tomar, se rieron en su cara, le tomaron los datos en un papel de rotisería que después tiraron a la basura. En ese momento se empieza a buscar a Facu por redes, con amigos, por teléfono. Cuando yo me presento, una chica que es oficial me trató malísimamente y me dijo ’22 años tiene tu pendejo, vas a tener que esperar a que venga la otra que entra de guardia’. Esperé, la otra chica me pidió disculpas, me dijo que teníamos que esperar para que ellos hicieran algunas averiguaciones porque Facu tenía 22 años y se había ido por sus propios medios”.
Recién le aceptaron la denuncia el 5 de junio. “En Pedro Luro el comisario Grilloni lo primero que me dijo es que no necesitaba un abogado. Luciano me empezó a acompañar cuando salió lo de La Adela, lo buscamos en Santiago del Estero, en Plottier, en La Pampa. Este comisario me decía hemos pedido colaboración en todas las comisarías de la Argentina. Llamé a La Adela y me dijeron ‘no señora acá no hay ni una foto de su hijo ni pedido de colaboración. Ya me estaban mintiendo”.
“El 19 cuando hicimos el rastrillaje con Luciano me di cuenta de lo que estaba pasando. Apareció Siomara Flores, apareció (Alberto) González. Cuando me paré en Buratovich sentí que se me venía la humanidad abajo, Facu me decía ‘buscame acá porque acá me hicieron algo’. Los últimos en verlo con vida a mi hijo fueron ellos. Ellos tenían que dar respuesta”.
Se tomó “dos días para llorar” y vinieron a Bahía Blanca para hacer la denuncia ante la justicia federal. “El señor Ulpiano Martínez lo primero que quería era llamar a Aldo Caminada, el jefe de la Bonaerense. Fue el único día que le vi la cara. Dijo que si no queríamos que sea de esa forma teníamos que ser querellantes. Nos acompañó la gente de la CPM, ellos estaban al tanto de lo que les venía contando, todos me decían no puede ser, salen testigos de la nada, todos oficiales de la policía. González declaró el mismo día a la mañana. Era una tomada de pelo y una basureada en nuestra cara”.
“Cuando empezamos a hacer la denuncia como querellantes, yo llamaba a todos los medios, nadie me atendió nunca. Empezamos a hacer ruido con la gente de derechos humanos, las radios siempre tan compañeras. Cuando explotó esto porque yo había gritado mucho que se apartara a la Bonaerense, el mismo día que venía Berni, me llama Virginia y me dice ‘Cris el intendente mandó uno de sus delegados municipales a pedir tu número’. Antes de eso no había movido un dedo, ni siquiera se había acercado nadie a mi casa. Cuando Berni vino estaban todos los medios. Nunca llegó donde yo estaba, me llamó desde Bahía Blanca y me dijo ‘no se preocupe señora, yo a su hijo se lo voy a devolver bien y vivo’. Berni me dijo que se iba a quedar, estaba con la gente involucrada, dijo que necesitaba hablar cara a cara conmigo, nunca pasó eso. Cuando se despidió me dijo ‘lo siento mucho señora'”.
Para quienes se preguntan por qué la denuncia se realizó más de un mes después de la desaparición, Cristina explicó que fue “el tiempo que esperé, después lo salimos a buscar. Era el tiempo que Facu estaba incomunicado conmigo. Facu estaba muy enamorado, a mí no me gustaba que esta chica lo coartara, lo separara de sus amigos, les sacara a sus amigas, Facu era un pibe libre. Traté de llevarme bien con ella siempre. Facu es mi talón de Aquiles y cuando estuvo con ella era como que no estaba, eran él y ella. Cuando trataba de intervenir me decía ‘Bruja no te métas, es mi vida, ya soy grande. Yo lo respetaba. Cuando decía esto Facu me silenciaba y se volvía para Bahía y estaba a veces quince días sin hablar. Después me llamaba y me decía ‘perdón Bruja, la cagué’. Yo esperé los 15 días y empezamos a buscarlo”.
“Daiana ya había avisado que no llegó a Bahía, tienen que hacer la denuncia decía. Estábamos en el mes de mayo. Me toman la denuncia el 5 de junio recién, estaba furiosa. Ellos me decían, seguro está en Bahía, la mina lo debe tener escondido, debe estar enojado con vos, vos no necesitas abogado, seguro la familia de piba. Me estaban metiendo ideas. Me boludearon muchísimo tiempo. La denuncia no se hizo tarde, la hicimos cuando la teníamos que hacer, si hubiera tenido la cabeza podrida como ellos nos hubiéramos dado cuenta y la hubiésemos hecho antes”.
Tirado en la ruta
Respecto al testimonio del policía Alberto González, de Teniente Origone, Castro afirmó que “dijo que lo llamaron y le dijeron que había un chico caminando sobre el alambrado. Hay testigos que dicen que no fue así, que estaba tirado en la ruta, que estaba golpeado”.
“Este señor dijo que le requisó la mochila a mi hijo, que mi hijo presentó el carnet de conducir como documento y apareció en el teléfono -del que habían borrado todo- la foto del documento de Facundo. Me mintió, mi hijo no puede haber desecho su documento en un par de horas. Se sabía de memoria la dirección de Daiana (la ex novia), la tenía anotada en una libreta, dijo que Facu se alejó caminando, delante de todos, cuando leemos la declaración dijo que se había ido en una Duster Oroch color plata, después la cambia por una Honda”.
Por todos los pibes “suicidados”
Castro pidió la renuncia del ministro de Seguridad, Sergio Berni, porque su policía “es la que está suicidando pibes”.
Al presidente “voy a pedirle respuestas. Traje algunas cosas para decirle. Me gusta mirar a la gente a la cara para ver si me está mintiendo o no. Hablé varias veces con él, tiene una calidez distinta, el día que salía de levantar los restos me llamó y me dijo que rogaba a dios que no fuera y que Facu apareciera con vida. Me pareció sincero. Ahí comparaba, mientras el presidente me llama y se solidarizaba conmigo, asimismo el gobernador Kicillof, nuestro intendente estaba amenazando a Leandro Aparicio”.
“Volví tres de la mañana, a las ocho ya estábamos de vuelta. Prendo la televisión y lo primero que escucho es que era mi hijo y que estaba la mochila enterrada. Hasta el día de hoy ni Berni ni (el periodista Germán) Sasso me dieron explicaciones, yo buscaba la mochila, si estaba era mi hijo. No estaba la mochila ni la documentación ni la ropa, esta gente estaba mintiendo”.
“A toda la gente que le cree a Berni le digo que no se olviden que no es sólo Facundo, pido la renuncia de Berni por todos los chicos que aparecen ahorcados en las comisarías, que no les quieren dar una autopsia a sus padres, por las personas que paró la policía y aparecieron muertas. Hoy me tocó a mí. Mientras yo recorría basurales buscando a mi hijo él estaba sentado en un estudio de televisión. Le pido que encuentre a cada una de las personas desaparecidas y de respuesta a cada uno de los padres suicidados por la policía”, finalizó.