(Por Luis Ponte) Sobre fines de enero de este año, el empresario teatral Carlos Rottemberg confirmaba una caída del 30% en el total de entradas vendidas en las salas de Mar del Plata en lo que iba del 2016. Un mes después, y a punto de cerrar la temporada estival de teatro en ese balneario, reconocía que se había quedado corto: el salto negativo daba un 44% menos de espectadores en los teatros con respecto a la temporada 2015.

El 16 de marzo con el título ¿Apagón teatral? El aumento de las tarifas amenaza la actividad”, el diario La Nación mostraba comparativos de aumentos en pesos, en las tarifas de luz de varias salas de teatro porteño. La mayoría, escandalosos:  Maipo de 17.300 a 89.400; Liceo, de 6.800 a 38.200; Multiteatro, de 11.600 a 60.700; Tabarís, de 9.100 a 48.100; Paseo La Plaza, de 10.500 a 74.900; Nacional, de 15.300 a 99.700; etc.

Las medidas económicas del flamante gobierno de la Alianza Cambiemos (PRO-UCR-CC) generaron un efecto tenaza sobre buena porción de la actividad cultural del país. Entre la disminución de espectadores a raíz de la súbita baja del poder adquisitivo de los trabajadores (alzas de precios indetenibles, devaluación, despidos, suspensiones, freno de paritarias, etc.) y los tarifazos salvajes impuestos por el Ministerio de Energía, muchos espacios culturales, salas y teatros, se encontraron de buenas a primeras frente a una situación desesperante.

Liliana Weimer, presidenta de la Asociación Argentina de Teatros Independientes, entidad que agrupa a más de 60 salas de Buenos Aires, y uno de los sectores más castigados por estas medidas, lo explica así: “Los aumentos tarifarios en nuestras salas fueron de entre un 800 a 1000% en algunos casos. Pese a ello tuvimos que mantener los precios de las entradas del año pasado, sumarle promociones, pero la disminución de espectadores igual se nota. También bajó la inscripción de alumnos en las capacitaciones  y debimos cerrar cursos.”

La entidad presentó recursos de amparo y pedidos de cautelares ante el Ministerio de Energía, AYSA, y las empresas de energía. Todas fueron rechazadas o esperan respuestas de esos organismos. Los mismos que les sugieren que “ahorren consumos” para reducir los montos a pagar por servicios. El 21 de mayo el conjunto de las salas de la Capital realizó un “Apagón Cultural” para visibilizar ante los medios, sus públicos y la sociedad en general la situación acuciante.

Desde diferentes áreas de Gobierno – reconoce la presidenta de ARTEI – ofrecieron algunas ayudas aisladas, no soluciones de fondo. Una línea de subsidios de 50.000 por parte del Ministerio de Cultura que recién ahora algunos teatros comenzaron a cobrar. Desde el I.N.T. (Instituto Nacional del Teatro) se lanzó una línea de créditos para equipamientos. También se suma desde el Fondo Nacional de las Artes, un proyecto a mediano o largo plazo para el recambio de las instalaciones eléctricas a sistemas de iluminación basados en la tecnología LED.

En la Legislatura porteña y el Congreso Nacional, descansan desde comienzos de año un par de proyectos que apuntan a reducir en hasta un 60% las tarifas para centros culturales y salas de teatro. Pero como dice Weimer “estas ayudas, en realidad son paliativos, que no llegan en tiempo y forma. Todo va para largo, pero nuestros tiempos son hoy, son de mucha urgencia”.

Frente a la merma de asistentes a los teatros, la presidenta de ARTEI señala que “hacemos muchas acciones para que no decaigan los espectadores en la salas, pero también debemos reconocer que esta temporada tuvimos menos programación que otros años. Y esto se debe a que esta situación nos empujó a frenar o postergar nuevas obras o proyectos ante la falta de financiación.”

La situación se traduce en “una tormenta perfecta”: caída de ingresos por espectadores y merma de la programación, aumentos impagables de tarifas de servicios, invisibilidad del problema en los medios hegemónicos, rechazo de amparos y cautelares por parte de la Justicia, falta de reflejos en los órganos legislativos, paliativos débiles y sin urgencias por parte de los funcionarios del Ejecutivo.

El  juego de unir puntos nos devuelve una figura con forma de situación de emergencia para muchos trabajadores de la cultura, que necesitan una solución hoy.

Son músicos, productores, sellos discográficos, escritores, editoriales, teatros, actores, que crean, producen, invierten, trabajan, editan, actúan, se capacitan con el propio capital de sus esfuerzos personales o colectivos. Fuera de las luces de los circuitos comerciales, de la economía de las industrias culturales, con el tibio apoyo de los grandes medios,  y un Estado, muchas veces distraído, ausente, desinteresado o ignorante de las necesidades de este sector.

Y frente a esa realidad que viene de lejos, un hoy que con cifras y hechos concretos a la vista, acentúa la certeza de empujarlos un poco más hacia el borde de la cornisa.

(Por Alfredo Grande) Una receta sencilla pero muy eficaz en tiempos desordenados, es hacer, pensar y decir exactamente lo opuesto a lo que la cultura represora pontifica. Si fuera filósofo -pese al cariño de Nora Cortiñas que así me bautizó, no lo soy- diría que en el “mientras tanto” nos ubiquemos cómodamente en el espacio del “anti”. Quizá no tengamos propuestas superadoras, pero eso en modo alguno obliga a mantener propuestas conservadoras. La cultura represora detesta la justicia por mano propia. En realidad, detesta la justicia. Lo que llama justicia apenas es revanchismo y venganza de clase.

“La que “malcorra”
mal escapa”
(Aforismo implicado A. G.)

La así llamada delincuencia está siendo construida con prisa y sin pausa en los talleres de la pobreza, la indigencia y la exclusión social. Ni la pobreza ni la indigencia son condición necesaria y suficiente para construir delincuencia.

Pero cuando pobres, indigentes, excluidos son bombardeados por pautas de consumo absolutamente demenciales, la bomba explotará más temprano que tarde. Lo he dicho: en todo sistema injusto la constante de ajuste es el azar y el delito.

Casinos clandestinos son allanados. Pero no por ser casinos, sino por ser clandestinos. La timba tiene que ser oficial. Incluyendo la bolsa de valores. Wall Street es la estafa institucionalizada. Y esa estafa, que incluye la mal llamada deuda externa que apenas es otra de las estafas internas de la cultura represora, está justificada desde la llamada “economía de mercado”. Cuya mano invisible no es tan invisible. Y es una mano sucia y ensangrentada. Pero el 80% del electorado estrecha esa mano.

El colapso catastrófico del socialismo real, la mutación de la revolución socialista cubana, nos ubica en un paradigma político siniestro. En esta época no hay captura revolucionaria de la violencia. La única captura de la violencia es reaccionaria. O sea: sostiene el sistema represor aunque lo transgreda. De la reforma agraria, de la utopía de desalambrar, a la lucha contra los tarifazos. No solo nos quedamos con las sobras del banquete reaccionario, sino, y esto es doloroso, con las sobras del banquete revolucionario.

Hemos sido capturados por la teoría del derrame electoral. Algunos votos caerán para el lado de la justicia. Pero la copa seguirá llena con líquidos contaminados y las aguas seguirán bajando y subiendo muy turbias. La justicia por mano propia, siempre colectiva, siempre instituyente, tiene en su dimensión revolucionaria su expresión más completa y real. Justicia revolucionaria, tribunales populares, expresiones que quizá nunca más escucharemos. Y quizá nunca más exigiremos. Y quizá nunca más lucharemos por lograrlas.

“Una cultura no represora
sostiene el obstinado
deseo colectivo de vivir”
(Aforismo implicado A. G.)

Por eso la cultura represora tiene el mandato de la injusticia por mano ajena como meta no negociable. Lo que se llama impunidad, para todos los crímenes y asesinatos del Estado, incluyendo los de lesa humanidad. Pero sean o no de lesa, son crímenes contra la humanidad. El crimen organizado desde los estados es sagrado. Fuera del estado son mafiosos. Cuando las mafias capturan el estado, abandonemos toda esperanza en estas democracias que sostienen rituales y temen los escraches. También los escraches son una forma de justicia por mano propia. Y la cultura represora escrachó a los escraches.

Por eso la única opción porque las demás están deshabilitadas es: “debido proceso”. Más que proceso, calvario para los pobres y salvoconducto para los ricos. Antes “hecha la ley, hecha la trampa”. Ahora queda claro que la trampa es la ley. Porque esa ley muestra su verdadero rostro de legalidad de clase, o sea, un aparato jurídico de las clases explotadoras. El “exceso en legítima defensa” en realidad es un caso paradigmático de “injusticia por mano propia”.

Pero la vieja cultura represora que más sabe por represora que por vieja, utiliza ese ejemplo para entronizar el tabú de la mano propia cuando hace justicia. La “ley del talión”, siempre denigrada (literalmente, como lo negro de la cultura) establece la proporcionalidad entre el acto y su castigo. No hay excesos. No hay desmesura. No pagan justos por pecadores. No pagan los platos rotos los que no los rompieron. No cosechan los que nunca cultivan. Pero la cultura represora es la cultura de todas las desmesuras.

Se destruyó un país, una cultura buscando armas de destrucción masiva en Irak. Nunca se encontraron. Incluso hay una película donde se muestra ese fraude y estafa. Pero esas armas existen: las fabrican los estados unidos imperiales. Las buscan afuera para que nadie las encuentre adentro.

Estados Unidos, el gran exportador de guerras y masacres en todo el planeta. Por eso sostengo la necesidad política y ética de la justicia por mano propia. Los comedores populares es la mano propia colectiva para mitigar los crímenes del hambre. Como dice Morlachetti: “a los niños se les niega la ternura del pan en el país del trigo”- El hambre es un crimen y evidencia irrefutable de la injusticia por mano ajena.

“No importa que haya vida
despues de la muerte.
Lo que importa
es que hay muerte antes de la vida”
(Aforismo implicado A. G.)

Vivimos rodeados de justicia por mano propia en educación (bachilleratos populares) salud (cooperativas y mutuales) trabajo (fábricas recuperadas y autogestionadas). Pero la batalla cultural la sostenemos desde los paradigmas de la cultura represora.

Así estamos. Insisto. La mano propia es colectiva, y eso es lo que espanta a los retroprogresistas, a los liberales y a los fascistas. Y esa mano propia, clasista, combativa, libertaria, no es una utopía imposible. Es la única forma de subvertir el horizonte de lo posible. Entonces le podremos decir al militante, al escritor, al poeta, al militante: “Nunca más habrá penas y nunca más habrá olvidos”.

(Por Astor Vitali) Este fin de semana el unipersonal Un día de estos se presentará en diferentes salas de Bahía Blanca. Se trata de una propuesta de la compañía Tracción a Sangre. La asistencia de dirección es de Alejandro Gutiérrez. La obra tiene tres años de recorrido. Es un proyecto que “nace desde el juego”, según dijo a FM De la Calle la actriz María Eugenia Agesta. “Pasó por muchos lados para llegar donde hoy está. La obra auto renace todo el tiempo. Surge de la necesidad de decir. Los actores necesitamos decir, como toda la gente”.

Comenzó a recorrer salas de la ciudad de Buenos Aires y luego pasó por la costa, además de otros espacios públicos como la calle y plazas. “Es un trabajo que no tiene fin porque cada puesta en escena es un renacer. Es una manera de volcar lo aprendido, una nueva inquietud. Los unipersonales tienen esa libertad y la vez ese gran compromiso”, explicó.

La producción está basada en textos de Clarice Lispector y Dardo Sebastián Dorronzoro. “Son dos autores que me gustan muchos. Clarice es una escritora brasilera que ahonda en el universo femenino desde la vulnerabilidad, desde lo absurdo de los ideales”. Dorronzoro aparece porque “estaba en mí la necesidad de decir poéticamente cuestiones referidas a la libertad en esta obra. Una hermana postiza me acercó a ese poeta”.

Acerca del proceso de armado del trabajo, Agesta contó que “primero se le dio toda una estructura a la obra sin palabras. Se le dio un poco el alma y después se pasó a decidir cuál iba a ser el lenguaje. Y estos dos seres conjugaban muy bien”.

¿Cuándo se puede ver la obra?

Viernes 7 de Octubre. 21.30 hs. Pez Dorado. O Higgins 578.

Sábado 8 de Octubre 21.00 hs. La Casa del Pueblo. Saavedra 282.

Domingo 9 de Octubre 21.00 hs. Sala deTeatro Varietté. Villarino 214.

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Foto:

(Por Astor Vitali) El dúo es una formación magnífica. Mozart jugó, por ejemplo, con sus dúos de clarinete. La canción de latinoamericana recorrió el mundo, muchas veces y en épocas de exilio, en formato de dúo con los instrumentos guitarra y voz. Por supuesto, los dúos nunca son de dos: están los autores, el público, las músicas que cada uno escuchó, los maestros de los que nuestros intérpretes aprendieron para lograr el necesario tratamiento camarístico (en el amplio sentido del término).

El próximo martes se presentará un par de dúos en nuestro teatro público: Osvaldo Lichtenzveig (clarinete) y Marcos Archetti (bajo eléctrico) junto a Pinky Fernández (contrabajo) y Yimi Shocron (flauta traversa).

Los músicos que visitan la ciudad forjaron el espectáculo a raíz de un encuentro no buscado en la ciudad de Neuquén. La Escuela Superior de Música de esa región organizó una serie de instancias de formación de la que participaron. Aquella coincidencia parió la relación y su música.

 “Es un desafío hacer música en dúo y más con los instrumentos que se ejecutan. Tratamos de buscar la alternativa tecnológica para poder unificar esos timbres y a veces quedamos solos con la imaginación del público”, dijo Yimi Shocron a FM De la Calle.

Este dúo interpretará temas propios y otros “reinterpretados bajo esta formación siempre, sobre la base del folclor”.

Es la segunda vez que tocan en esta sala. “Tenía un montón de temas míos y traté de adaptar el contrabajo a esos temas, siempre respetando la melodía. Lo que cambió fue la atmósfera”, agregó.

Legizamón y Lennon

Habrá temas folclóricos como “La Pomeña” e“Imagine”. La idea era poder juntar a Lennon y al Cuchi Leguizamón en un mismo timbre. Es un desafío grande meternos con esos autores”.

La idea “es demostrar que la música es la misma en todos los géneros. Hay una esencia en cada uno de los géneros que hacen que vos, descubriendo eso, puedas tocar lo mismo y hacerlo sonar igual. Siempre respetando la melodía. Podés agarrar un tango y lo podés mezclar con otros estilos. Hay una esencia que si la descubrís y adaptás esa escencia a tu estilo de arreglos, creo que suenan igual”, concluyó.

Las entradas anticipadas pueden conseguirse en la boletería del teatro a $100 ($80 jubilado y estudiantes) y el día de la función tendrán un costo de $120.

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(Por Luis Ponte) “Ante el cambio de gobierno y la consiguiente redefinición de los programas de estado en el área de Cultura, artistas y productores esperan herramientas de gestión, demandan políticas estatales tangibles y la creación de circuitos regionales, para sostenerse y construir nuevos públicos para las músicas argentinas del siglo XXI. Esas que buscan sostener calidad artística y estética como desafío para cortar tickets”.

Así comienza una serie de notas de investigación del sitio emepea.com – medio digital dedicado a la música argentina – acerca de la preocupación que invade a artistas y productores independientes en la Argentina.

Desde que el gobierno de Mauricio Macri asumió el 10 de diciembre, se discontinuaron distintos programas y ciclos en el Ministerio de Cultura de la Nación que parecían, al menos en parte, abrir el juego a las expresiones menos favorecidas por el mainstream. La Música Interior; Huella Argentina; Generación XXI, y el programa Recalculando, de apoyo al desarrollo de nuevos sellos discográficos, entre otros.

Muchos productores de artistas no masivos están expectantes. El planteo de algunos de ellos de cara al futuro, conlleva una mirada en parte crítica del pasado reciente, como el caso de Jorge Nacer: “Que el Estado deje el rol de productor que tuvo en los últimos años del gobierno anterior. El Estado hacía recitales gratuitos en una enorme cantidad de salas, teatros, centros culturales, y espacios públicos”.

“Ello generó por un lado, que su público esperara a verlos gratis, en lugar de pagar entrada por el mismo artista en algún espacio programado; y también, la dificultad de encontrar empresas auspiciantes que pusieran dinero, como en el rock, por ejemplo. Necesitamos nuevas herramientas, distintas a la presencia de un Estado mega-productor de eventos. Hace falta un Estado gestor que trabaje con nosotros, no para nosotros”.
A la hora de resumir sus reclamos al Estado, muchos productores demandan (clásicos como) facilidades de elementos de producción, pasajes, alojamientos, estructura, y redefinir el tema impositivo, para que bajen los costos. Acerca de esto subrayan que los espectáculos se encarecen mucho al pagar IVA. Otros como Alejandro Jueguen, apoyan la sanción de la ley de mecenazgo (ver NOTA I, jueves 22-09-2016).
Todos coinciden en aumentar la proyección federal de artistas. Cuestión que no depende sólo del Estado, sino de la decisión de incrementar el trabajo colaborativo en redes: “No se trata de que no haya más espectáculos gratuitos, sino de combinarlo con programas o circuitos que fomenten a los artistas de música menos masivas”.
También hay un espacio para la autocrítica: “Necesitamos nuevos públicos para las músicas no masivas. Es indudable. Si no siempre convocamos a los mismos. Hace falta un mayor desarrollo, pero es un tema cultural que no sólo depende del Estado”.
Frente a estos planteos, la subsecretaria de Cultura Ciudadana, del Ministerio de Cultura de la Nación, Débora Staiff, aclara de entrada que “equiparar es imposible, porque la fuerza del mercado es enorme. Además, antes el Estado trabajaba más con el artista a obra terminada. Volver al Estado una gran productora de eventos, no es el modo. No estamos en contra de hacerlos, pero no será la norma de esta gestión”.
En respuesta al reclamo de los programas caídos, y de una mayor generación de circuitos de circulación de los artistas, federal y diversa, la subsecretaria indica que habrá un programa de circulación por las 104 Casas del Bicentenario más las que se sumen en 2017, luego de un relevamiento de espacios reales.
“El diez por ciento de nuestra política de programación será sólo para la Ciudad de Buenos Aires, un 20 por ciento en el Conurbano y el 70 por ciento para el resto del país. Si antes vos podías ver un artista gratis hoy, y el fin de semana no llenaba Café Vinilo, estas medidas permitirán que la mecánica cambie. Pero será muy difícil abrir circuitos sin incentivar el trabajo en red entre municipios, los cuales deben ver que es más efectivo y conveniente trabajar con esa modalidad”.

A la pregunta sobre el desfinanciamiento y el cierre de programas y circuitos creados durante la gestión previa, Staiif lo niega: “No tiene que ver con los recursos económicos sino con armar circuitos, regionalizar la circulación artística y empezar a cruzar artistas y estéticas. Apostamos a que el Ministerio sea innovador en términos de la música que se va a escuchar con una mirada contemporánea. La tradición es importante pero tanto como lo que viene. Si el Estado no apoya a lo que viene como posibilidad de crecimiento, incluso con experimentación, no lo va a hacer nadie. Ni un privado ni el independiente…”.

Habrá que ver – dice el portal, organizador del debate, y nos sumamos a esa pregunta – desde qué lugar ideológico se busca superar lo tradicional y a quiénes se proyecta. Las nuevas músicas del siglo XXI abren otras lógicas frente a los productos afinados por el mercado. Vale el ejemplo de la raíz folklórica: los artistas de discurso tradicionalista, incluso en sus vertientes más pop y románticas, siguen siendo vistos como ‘el folklore’. Las expresiones de vanguardia que trascienden el paisajismo para expresar los conflictos humanos y sociales de hoy poseen mucha menor difusión. Muchas de ellas siguen siendo invisibles. No tan lejos de los años 90: los que se imponen son los que pueden contar con mayor tracción de mercado.
“La prioridad está en los artistas de segunda, tercera y cuarta línea”, describe Staiff. “Nos interesa entender a dónde están esos nuevos artistas y poner el acento en que también haya espacio para ellos. Pero aclaro algo: una cosa es la identidad nacional y otra los autores argentinos. Ahí es donde está la diferencia de miradas”.
Por último, otra pata decisiva en la cadena de generación de música independiente, junto con artistas, productores y Estado, es la de los sellos independientes. Al respecto, las voces de Diego Zapico, director Acqua Records y Javier Tenenbaum, director de Los Años Luz Discos. Quienes, con un enfoque más genérico y dogmático, que focalizado sobre esta nueva coyuntura que se da en materia cultural, no dejan de trasladar su preocupación sobre el futuro del negocio de la música alternativa y un lugar en la mesa de debate: “El galopante proceso de concentración que se manifiesta en el poder de las grandes compañías propietarias de los medios de comunicación hace preciso que las compañías fonográficas independientes nos hagamos escuchar y cobremos una nueva influencia en pos de defender la diversidad y calidad de los contenidos musicales que generamos”.
“Las compañías fonográficas independientes, – dicen Zapico y Tenenbaum – al igual que el resto de la Pymes, hemos creado más puestos de trabajo directos e indirectos que las grandes empresas. Sin nuestro aporte, gran parte del acervo musical del país se perdería y, aun así, gran parte se perderá. La tradición, la cultura y la diversidad, nuestro más valioso patrimonio, es lo que está en juego”.

El pasado reciente tuvo en el Estado (Nacional) una presencia muy fuerte en materia cultural, a través de líneas de programas de estímulo, desarrollo y apoyo en las diversas ramas que conforman la actividad. Muchos de esos planes, invisibles para la mayoría de la gente, hacían foco en el rescate de artistas, sectores o, incluso, regiones olvidadas por el mercado, o el propio Estado en los niveles municipal y provincial. Pero al mismo tiempo, como indicaban más arriba los productores independientes, hubo presupuestos excesivos o no siempre bien aplicados en acciones que respondían más a criterios de impacto directo en el público que a políticas de Estado.

Mientras tanto, el presente marca una tónica totalmente diferente. Lo cual será analizado en la tercera y última nota, la semana próxima.

(Por Astor Vitali) Este domingo a las 20 en el Teatro Municipal, la Banda de la Asociación Filarmónica de Bahía Blanca ofrecerá un concierto con variado repertorio. Lo recaudado será destinado a la cooperadora del Hospital Municipal Dr. Leónidas Lucero.

El concierto será dirigido por Patricio Pinto. “El laburo con la banda comenzó en abril de este año. Gustavo (Kamerbeek) se acerca a mí como trombonista, en primera instancia. Él sabía que yo tenía algo de experiencia acerca de la dirección de bandas en Chile. Entonces en un programa me invita a dirigir un par de obras. Por una baja que tuvimos en la cantidad de clarinetes Gustavo pasa a formar parte como clarinete concertino y yo paso a dirigir todo el repertorio”, contó a FM De la Calle.

Además, “la banda ha tenido un crecimiento este año que nos ha permitido enfrentar un repertorio un poco más exigente, reactualizar una serie de obras de años anteriores con un trabajo un poco más minucioso”.

Acerca del repertorio, Pinto aseguró que intentan “hacer algo muy variado cosa de mantener al público lo más entretenido posible. En este concierto en particular podrán escuchar cosas como tango, obras específicas para banda y obras de solista”.

Como solista participará la flautista y piccolista, Edelvais Montani. Comenzó sus estudios en el Conservatorio Provincial de Música de Bahía Blanca junto con las profesoras Eugenia Gallego y Paula Oyhamburo y los continuó en la Universidad Nacional de las Artes en la ciudad de Buenos Aires, bajo la guía de Laura Rus. Ha tomado clases con profesores como Jorge de la Vega, Raffaele Trevisani, Michel Bellavance, Horacio Parravicini. En 2016 ganó la Beca a la Formación del Fondo Nacional de las Artes, para perfeccionarse con el profesor Raúl Becerra en Capital Federal, con quien estudia desde el año 2014.

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La hojalata suena

Además será el primer concierto del flamante ensamble de percusión de la asociación, llamada Tambor de hojalata. Habrá una puesta en escena diferenciada para dicha formación y los invitados prometieron sorpresas para el público.

Su director, Matías Laborde, recordó que fue invitado por “Gustavo Kamerbeek a formar parte de la banda sinfónica y con Andrea Zapata pasamos a ser los preparadores de la fila de percusión. A mí me surge la inquietud de poder hacer cosas aparte con los chicos que estaban en la banda sinfónica. Les propuse a ver si querían tocar cosas aparte y la verdad que están estudiando un montón. Empezamos a armar un pequeño programa y a Gustavo le convenció la idea incluirlo en uno de los conciertos”.

La Asociación   

Diego Borgani, tesorero de la Asociación Filarmónica de Bahía Blanca, sostuvo que la entidad está conformada por “gente con un objetivo común que es enseñar. Enseñar a ser mejores personas, en este caso, a través de la música”. Según el clarinetista, la AFBB nace en 2009 de diferentes fuentes. Una rama que viene de lo que era la Asociación Amigos de la Orquesta (Sinfónica) y el proyecto de la Joven Orquesta del Club Argentino. Por otra parte, Gustavo Kamerbeek que ya venía con un proyecto de coro de clarinetes. Hoy es el único estable en el país.

Actualmente, la Banda Sinfónica y el Coro de Clarinetes funcionan de manera estable. Además, de manera bianual se organiza el Encuentro de Clarinetes al que asisten en calidad de oyentes y docentes músicos y músicas del país y el mundo.

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Programa completo:

Ensamble de percusion de la AFBB

Steve Reich: Music for pieces of wood (fragmentos)

Murray Houllif: Rock talk

Cecile Chaminade:

Concertino para flauta Op. 107 (arr. Clayton Wilson)

Jan Van Der Roost:

Tanczi; suite sobre tres danzas rusas

George Gershwin:

“The Symphonic Gershwin ” (arr. Warren Barker)

Vicente Greco: La viruta (arr. Lucas Gordillo)

Piotr Ilich Tchaicovsky: Vals de las flores

 

(Por Alfredo Grande) En el marco de la cultura represora, es fundamental plantear mal los problemas. O sea: si desordenamos, confundimos, “empiojamos”, reducimos, simplificamos, banalizamos y dogmatizamos el punto de partida, siempre las conclusiones serán parciales, convencionales y, casi siempre, reaccionarias.

A mi criterio, el punto de partida es el “derecho a la vida”. Es decir: yo tengo el derecho a defender mi vida frente a aquello que pretenda atacarla. Este es para mí el nivel fundante. Y justamente por ser fundante está atravesado por lo ideológico y lo político. Si yo tengo el derecho a defender mi vida, eso implica que nadie tiene el derecho de atacarla. Asesinar no es un derecho. Es el arrasamiento de mi derecho. No hay derechos incompatibles entre sí.

“En la cultura represora,
siempre es mejor el malo conocido
que el bueno por conocer.
Lo que está prohibido es conocer”
(Aforismo implicado A. G.)

Cuando son incompatibles, estamos en presencia de diferentes formas de abuso de poder. Entonces se observa el pasaje del derecho al privilegio. Asesinar es lo opuesto a matar. El mandamiento es no asesinarás. El “no matarás” es un mal punto de partido. Entre otras cosas, porque hace la violencia tabú. Una serie se llamaba: “mujeres asesinas”. Mujeres eran, pero no asesinas. La “ballena asesina” ni es ballena ni es asesina. La orca mata para vivir. No asesina porque odia a la población de focas. Matar en defensa de la propia vida amenazada es un derecho y un deber. Desde ya, para la cultura represora matar y asesinar es lo mismo. Simplemente porque la cultura represora tiene el monopolio de los asesinatos impunes.

En el lenguaje encubridor que utiliza: asesinar es “neutralizar al activo”. Pero matar es también destruir un vínculo que oprime, una cultura que nos arrasa o las ideas que nos destruyen. Es necesario insistir con que matar siempre es en defensa propia. Pero la “defensa propia” no es un absoluto. En realidad nada lo es, y bien podríamos decir que incluso lo absoluto es absolutamente no absoluto. La “defensa propia” no es solamente individual, aunque también.

El fusilamiento de Liniers fue en defensa propia de la revolución de mayo. Pero no es un absoluto que el fusilamiento era lo único que se podía hacer. El debate actual sobre la justicia por mano propia se hace sobre la convicción más profunda, casi diría el prejuicio más reaccionario, de que toda justicia tiene que ser por mano ajena. O sea: los directamente afectados tienen que someterse a su majestad el derecho, al feudalismo de los códigos de procedimiento y a los principados de los diferentes fueros. La mano ajena en el ámbito de la justicia asegura los diferentes mercados cautivos, que hasta hace poco incluía los divorcios de común acuerdo.

Se sigue apelando a la “justicia por mano ajena” cuando hay evidencia suficiente de que apenas es “injusticia por mano ajena”. Lo que muchos llaman impunidad. Y la impunidad no es solamente jurídica, sino también política y cultural. Ya no hay códigos y la pedagogía del gatillo fácil, hipócrita forma de designar a la pena de muerte, fue enseñada durante décadas por las llamadas “fuerzas de seguridad”. Los garantes de la más absoluta inseguridad, como queda evidenciada con la venta de las indulgencias por parte de las fuerzas policiales. Indulgencias o licencias para asesinar y robar. Indulgencias que algunos llaman zonas liberadas. Con un tarifario para nada vigilado pero rigurosamente actualizado.

Consumado el delito, desde la denuncia, todo el proceso está viciado por la más absoluta inoperancia y la más abyecta complicidad. Versión siniestra del “roba pero hace” a su actualización: “asesina y sigue haciendo” Se ha perdido la adecuación necesaria entre el acto delictivo y las herramientas necesarias para consumarlo. Dicho en otros términos: para robar se asesina, para secuestrar y pedir rescate se asesina a familiares.

Hiroshima y Nagasaki fueron bombardeadas siguiendo la misma lógica. El exceso, la desmesura, la falta de equivalencia entre los medios y los fines. Los pungas, los descuidistas, las mecheras, han sido reemplazados por organizaciones criminales que se han cartelizado. Desde que la industria de todo tipo de drogas llegó para quedarse, no hay lugar para los débiles. Nadie busca el consenso y las hegemonías y jerarquías se resuelven a balazos. No hay que esperar que las “maras” se multipliquen. Hay versiones locales igualmente letales. Si a la delincuencia versión siglo XXI que se sostiene y se ampara en algún poder del estado, le sumamos el aparato policial y judicial, es fácil entender que hoy todos somos, como en los tiempos de la dictadura asesina, un blanco móvil.

Obviamente, la derecha liberal y la derecha fascista usarán el argumento de la inseguridad para publicitar y plebiscitar prácticas de exterminio. El narco-terrorismo será una de las claves para justificar exterminios plenamente anunciados. Pienso que una de las claves del accionar de la cultura represora es preparar los peores efectos, para luego combatirlos sin interesarse en las causas.

Más de 14 millones de personas entre pobres e indigentes es un enorme caldo de cultivo y campo de cosecha de una marginalidad que sólo encuentra justicia en el azar y en el delito. La mitad de niñas y niños no son pobres. Han sido empobrecidos que es una forma de asesinato a mediano y largo plazo. De la misma forma que gobernar queda delegado, depositado y cristalizado en los representantes, la justicia queda monopolizada por los diferentes estamentos del poder judicial.

Por eso más que gobierno hoy se habla de gestión, y por eso la justicia es degollada con la guillotina de la impunidad. En “Búsqueda frenética” el personaje que hace el actor Liam Neeson brinda un buen aprendizaje de lo único que permite enfrentar a los secuestradores y torturadores de mujeres. En “Durmiendo con el enemigo” el personaje que hace la actriz Julia Roberts nos enseña del método para liberarse de un marido acosador y golpeador. Insisto: el derecho a defender la propia vida y, desde ya, la dignidad de la propia vida, es para mí fundante.

“Si es mejor un mal arreglo
que un buen juicio,
la justicia es un parche
y el derecho es un rito”
(Aforismo implicado A. G.)

El derecho a comer es sostenido por una de las formas de justicia por mano propia, que son los comedores populares.

El derecho a estudiar está sostenido en las clases más empobrecidas por los “bachi” populares.

Pero la cultura represora juzga a la justicia por mano propia desde su propia perspectiva de clase. Sabe que su lógica es robar y asesinar y temen, y con razón, que la tortilla se vuelva. Pienso que la justicia verdadera siempre es por mano propia. Una mano propia colectiva y revolucionaria. Lo demás son expedientes.

La delincuencia hizo un pacto con el Poder y pasó al lado siniestro del espejo. Para esterilizar a la justicia por mano propia se le endilga el san benito de la venganza.

Por eso conviene discriminar 4 registros que exigen un análisis concreto: 1) In Justicia por mano ajena (impunidad). 2) Injusticia por mano propia (exceso en legítima defensa, caso ingeniero Santos) 3) Justicia por mano propia (colectiva, cuando la propia vida está amenazada) 4) Venganza (individual y/o grupal y sostenida por los directamente afectados).

Será desarrollado en futuros trabajos. Pero conviene recordar esta advertencia: (Mateo 26:52) Jesús le dijo: “Guarda tu espada, porque el que a hierro mata a hierro muere”.

(Por Luis Ponte) Con el título ¿Hacia dónde va la cultura?, el docente e investigador argentino Guillermo Mastrini (*) publicó esta semana en el portal periodístico LetraP un artículo donde expresa su mirada sobre el proyecto de ley de mecenazgo cultural que el gobierno nacional acaba de presentar en el Congreso.

El objetivo de esta ley es que las empresas financien proyectos culturales a cambio de reducciones impositivas”. Con lo cual,  dice Mastrini, “el Estado cede la iniciativa a la inversión privada para que ésta defina cuáles son los proyectos que merecen ser financiados.”

Remarca que “es éste el primer anuncio importante en el área de cultura, luego de 10 meses de gobierno” (de la Alianza formada por el PRO, la UCR y la Coalición Cívica). Y aquí, nos permitimos completar que las informaciones previas relacionadas con esta cartera tuvieron que ver con los despidos de cientos de trabajadores en ese Ministerio; los piedrazos sufridos por esos mismos trabajadores desde balcones del Barrio Recoleta, cuando marchaban en reclamo de sus fuentes de trabajo; el cargo de asesora de la novia del propio Ministro de Cultura Avelutto negado primero, pero confirmado finalmente por el periodista Alejandro Bercovich (C5N);  más despidos y el cierre del CCK por auditorías y supuestas fallas edilicias, mientras se lo recibía y homenajeaba allí a Obama con cortes y quebradas; las protestas aún desoídas de miles de alumnos y profesores de música en todo el país, por el cierre de las Orquestas infantojuveniles del Bicentenario, y más.

Este “detalle de malas noticias” viene a cuento no sólo por el hecho de ejercer el santo oficio de la memoria, sino también, para enmarcar que la presentación de este proyecto de ley, viene precedido de una serie de hechos y dichos para nada casuales ni ingenuos, que lo enmarcan en algo que varias columnas atrás describimos como un “clima de época”.

Como dice el autor con otras palabras “hay que reconocer que el proyecto de ley de mecenazgo resulta coherente con un gobierno que desde el Estado procura ceder la iniciativa al sector privado. Si la política energética ha quedado en manos de un ex CEO de una multinacional petrolera, no debería resultar extraño que la política cultural esté a cargo de un ex directivo de Penguin Random House, la mayor editorial del mundo.”

Cuando el Ministro de Cultura remarca que – transcribe Mastrini – “su colega Prat Gay entendió el sentido estratégico que tiene este proyecto porque el dinero no pasa por el Estado, la empresa lo deposita en la cuenta del artista”, nos queda poco margen de dudas acerca del encuadre y los objetivos a los que apunta la ley de mecenazgo cultural “marca Cambiemos”.

Pero a esta altura, hay que hacer foco también en las opiniones de aquellos que sentados en los confortables sillones del sentido común, aprueban que la empresa privada sume su aporte económico a la actividad cultural que el Estado debe gestionar y financiar.

Prácticas que, instaladas en el tiempo, se naturalizan e invisibilizan las verdaderas causas del uso de las mismas (falta de presupuesto, o de imaginación y/o de voluntad y/o de inoperancia del funcionario de turno; intereses creados, convalidaciones varias, o todo eso a la vez), ni mucho menos, en las consecuencias negativas que acarrean para una – de haberla, claro – política de Estado en Cultura.

Por eso nos preguntamos con el autor “para qué sirve una política cultural y cuál debe ser su orientación. Una parte de la cultura ya forma parte de una estructura mercantil en la que los capitales son invertidos, con dispar suerte cabe aclarar, para obtener una ganancia. Está directamente vinculada con la televisión, las cadenas radiales, la industria musical internacional, las grandes producciones hollywoodenses y el mercado del libro. Pero la industria cultural absorbe sólo una pequeña parte de la producción cultural. En paralelo, museos, bellas artes, pequeñas producciones editoriales, musicales y cinematográficas requieren de ayudas económicas para poder subsistir. La acción del Estado resulta decisiva para promover una oferta cultural diversa, federal, y más aún para estimular el acceso a los bienes simbólicos. Supone expandir los límites del mercado, tomar riesgos, promover vanguardias y valores culturales populares de reducida escala mercantil.”

Obviamente las empresas quieren el mayor rédito posible. Está en su ADN. Por lo tanto, respaldarán las propuestas culturales consolidadas, y/o aquellas que les sirve para mejorar su imagen. Lo cual, dice el autor, “va de la mano de varias amenazas contra la política cultural.  Como el desfinanciamiento público”.

También advierte al estudiar las limitaciones de estas políticas de mecenazgo qué sucede cuando se aplican en sociedades con una estructura social fragmentada y desigual como las nuestras.

Y pone, para ello, el ejemplo concreto del Brasil de Collor de Melo de los años ‘90s. Donde, una vez implementada la ley de mecenazgo, el financiamiento mostró un aumento de la inversión y las fuentes de trabajo al costo de concentraciones marcadas sobre tres tipos de beneficiarios:  a) ramas culturales específicas como el cine, el teatro y el ballet; b) sectores culturales con estrecha llegada a los círculos empresariales y c) una alta concentración de la producción cultural en los grandes centros urbanos de San Pablo y Río de Janeiro, en desmedro de zonas más desfavorecidas.

Con un Estado ausente y en retirada en casi todas las áreas, incluida la Cultura, cercenado por decisiones políticas que más tienen que ver con una larga, paciente  y nutrida construcción de lugares comunes a través del juego de intercambios entre medios masivos y hegemónicos  y  sus públicos consumidores, queda un terreno fértil para la restauración (elección de término no casual) de que lo privado motoriza todo.

Poco margen queda entre lo que define el mercado a través de las Industrias Culturales y lo que le resta un Estado que cede gran parte de sus iniciativas al sector privado, para todos aquellos sectores con una producción simbólica difícil de guiarse exclusivamente por la lógica de la ganancia”.

 Tema de nuestra segunda nota, la semana próxima.

 

 

(Por Helen Turpaud Barnes) Hace poco ocupó mucho espacio mediático la charla sobre derechos sexuales y aborto en el Colegio Carlos Pellegrini de Capital (la charla incluyó la mención de pastillas abortivas). Presurosa, la buena conciencia adulta condenó la charla invocando la “protección” de tan jóvenes mentes que no tendrían la madurez para estar ante información tan “delicada” que además –opinaban- debería haber sido provista por personal médico (siempre que este estuviera contra la legalización del aborto, porque los y las médicas que abogan por ella no suelen desalentar que se informe sobre el tema desde espacios no médicos). Curiosamente, las múltiples charlas escolares que desinforman pavorosamente sobre el aborto no son denunciadas y mucho menos con los mismos argumentos.

Estas actitudes representan la verdadera desprotección del sector que dicen estar protegiendo tan gallardamente. El paternalismo adulto con respecto a las adolescencias remeda el paternalismo machista respecto de las mujeres: dicen “cuidar” a través de la obstaculización del ejercicio de derechos fundamentales.

El embarazo adolescente es una realidad. Los métodos anticonceptivos pueden fallar y hay miles de factores que llevan a embarazos no deseados. No se trata de hordas de jovencitas inconscientes “embarazándoSE” del Espíritu Santo por ahí. Ante esto, el aborto pocas veces es visto como una opción y se escuchan opiniones de una inusitada crueldad: “si se abrió de piernas que se joda”, “si no se cuidó que se haga cargo”, “ok, la violaron pero el bebé tiene derecho a nacer”, etc. ¿Qué implica decirle a una adolescente que es demasiado chica para recibir cierta información pero a la vez que si queda embarazada “debe hacerse cargo”? Hay un perverso desbalance en creer que una preadolescente es muy “inmadura” para recibir ESI pero no para gestar, parir, reconocer, criar, alimentar, abrigar, educar, proteger, contener, mantener y tutelar a un hijo/a durante los próximos veinte o veinticinco años de su vida. Para la mente machista esto no comporta ninguna contradicción: informarse y decidir requiere de racionalidad e inteligencia, rasgos ausentes en las mujeres ya que estas serían más bien “sensibles” e “intuitivas”; en cambio, la maternidad sagrada en la que se piensa sería algo “natural” que no requiere ni pensar, ni decidir ni saber nada.

El “si se abrió de piernas que lo tenga” muestra un claro y vengativo deseo de CASTIGO: si se “equivocó” debe “pagar”, “aguantársela”. En sintonía con siglos de condena religiosa de lo sexual, tener relaciones sigue siendo visto como un acto inmoral que debe acarrear un peso para quien las tiene (sobre todo si es mujer). En caso de un embarazo, la adolescente o mujer ha de hacerse cargo de la situación por unas dos décadas de ahí en más. Tener relaciones sexuales no es un delito, claro, y sin embargo el tiempo por el cual una mujer debe hacerse cargo de un embarazo indeseado supera con creces a casi todos los “castigos” por lo que pueda cometer una persona adulta y penalmente imputable. Si alguien mata a tiros a tres personas probablemente reciba menos años de cárcel que el tiempo que se espera que una mujer se haga cargo de un hijo/a que la sociedad y el Estado la obligaron a tener como “castigo” a su inmoralidad, su “falta de responsabilidad” o la mera fatalidad de un método anticonceptivo que ha fallado.

Con otros “errores” adolescentes afortunadamente somos más flexibles. A nadie se le ocurriría que si un pibe o piba no estudia para un examen se le debe negar la educación en los próximos veinte años. Incluso si un/a preadolescente comete un delito grave no deberá “pagar” por esto durante tanto tiempo como se espera que “pague” una preadolescente que tiene sexo inseguro, sea por olvido, falta de información o coacción de un varón (a quien rarísimas veces se condenará). Cualquier error, “calentura” o el más mínimo desliz de “la costurerita que dio el mal paso” le implica a una adolescente o mujer “pagar” por más tiempo que ninguna otra cosa en el mundo: el patriarcado no da puntada sin hilo. Si en una escuela o ante un accidente lo más sensato nos parece dar segundas oportunidades, acompañar y no condenar, ¿por qué el único error que no admite la más mínima consideración es el embarazo no deseado? El “no cuidarse” al tener relaciones sexuales es visto como el “error” más imperdonable e irreparable del universo. Las chicas deben ser perfectas o no ser. Y con “no ser” entendemos que deben reducir su vida al servicio de alguien que no desean o ser vistas como salvajes asesinas. Mientras se siga esgrimiendo esta retórica bíblica del embarazo y parto como “castigos” seguiremos preguntando por qué jamás impondríamos “castigos” tan severos para casi ninguna otra cosa, a lo sumo con excepción de la tortura, un asesinato múltiple o un secuestro extorsivo.

Lo que se pretende castigar en una mujer no es el aborto, puesto que el embarazo indeseado YA es visto como castigo por los dedos acusadores. Evitar eso por medio del aborto es volverse prófugas de la “ley natural”. El “crimen” no es abortar, sino sustraernos a la lógica patriarcal de vernos como meras reproductoras. Nada enoja tanto al machismo como ser burlado por las mujeres.

Quienes se quejan de que las/los abortistas restan humanidad a los embriones también los deshumanizan transformándolos en vehículos de una disciplina sexual impuesta a las mujeres. Si muchas personas creen que una adolescente no es capaz de recibir y procesar determinada información, tampoco deberían creerla capaz de criar un hijo/a. Pero aquí de repente las adolescentes son las Chicas Súperpoderosas. El embarazado adolescente sería un “error” pero se espera que las adolescentes sean perfectas y no queden embarazadas. O si lo quedan, deben ser perfectas de ahí en más y criar perfectamente a los hijos e hijas producto de embarazos no deseados. Una sociedad que sacraliza la maternidad hace de ella una manifestación de perfección cuyo incumplimiento constituye un pecado imperdonable. Pero nada es perfecto. Reconocer el aborto como una posibilidad y un derecho es un acto de profunda humanidad.

La obligación de ejercer la maternidad a toda costa, contra el propio deseo y las propias posibilidades, es el verdadero acto de irresponsabilidad. Irresponsabilidad no de la adolescente o mujer, sino del Estado y la parte de la sociedad que la “condenan” y le niegan el pleno ejercicio de sus derechos.

(Por Astor Vitali) Los Organismos Artísticos del Sur presentarán nuevamente una versión de La Traviata, de Giuseppe Verdi. Se trata de la única ópera que el órgano realizará este año. La primera función será el día de hoy y la segunda el domingo, a las 21 y 20 horas, respectivamente. Participarán los tres cuerpos del ente público (ballet, coro y orquesta). La dirección general estará a cargo del Maestro Federico Sardella y la dirección de escena estará a cargo del regisseur Felipe Hirschfeldt.

Las plateas y palcos bajos tienen un costo de $250, los palcos en 1er y 2do piso $180 y el paraíso $100. Estudiantes con identificación podrán acceder de manera gratuita únicamente durante la función de hoy y jubilados tienen un descuento del 50 %.

Felipe Hirschfeldt ha dirigido 4 traviatas. Su punto de partida tiene origen en los conceptos vertidos por “Piave, el libretista, en la que hay una mirada crítica en la contradicción de la clase burguesa. Mi mirada va modificándose y la realidad, el contexto va modificándose. Siempre hay posibilidad de nuevos relatos dentro de la obra”, dijo el artista a FM De la Calle.

“Traviata plantea la problemática de la que Verdi habló en el siglo XIX: las contradicciones de la burguesía, el rol de la mujer, el concepto de familia, los valores conservadores y contradictorios que sostenía la burguesía. Nosotros todavía seguimos teniendo crisis en un sistema patriarcal que todavía sostiene valores represivos en relación a la mujer, en relación a los roles que cada integrante de una familia ocupa”.

Mirada actual sobre una obra vigente

El miércoles, la Sala Payró cobijó a quienes asistieron a una charla encabezada por los maestros Sardella y Hirschfeldt, en la que dialogaron sobre la gestación, la historia y otros aspectos del clásico verdiano, “con ejemplificación musical. Justamente se cantó el dúo con Giorgio Germont y Violetta que es un dúo clave que determina el contexto de la historia. Ahí está la puja de valores y la exposición de esta crisis de valores que cercena, que coarta”.

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La perspectiva del regisseur

“El teatro, tomando la ópera como teatro, no puede pretender entretener. Ya no podemos pretender ir al teatro -o los que hacemos una propuesta teatral- y pretender entretener. Eso se suma a que todavía estamos lidiando con posiciones del siglo XIX. Por ejemplo, el público de ópera burgués necesitaba de esa diversión. Nosotros ya tenemos otros medios como el cine y la televisión para entretener. ¿Qué le queda al teatro? Volver, primero al actor, ver cuál es realmente el concepto, la problemática que está implícita y que está realmente presentando cada obra. En este caso Traviata, el cuestionamiento a valores burgueses”, explicó el regisseur.

“Todo depende del contexto. Tenemos al Metropolitan Opera House que sigue insistiendo en la diversión. Pero también tiene presupuesto para generar diversión con grandes despliegues. No es nuestra intención. Ese tipo de propuestas no me interesan. Sí me interesa preguntarme qué sentido tiene hacer esto, qué punto de conexión tiene con nosotros, cómo dialoga con nosotros. Y en ese sentido tenemos esa actualidad que presenta la obra que es insoslayable”.

La ópera fue un género popular en las ciudad que la vio nacer y creció al calor de las discusiones y los debates de época. Por supuesto, las cortes y las burguesías pretendieron controlarla por su impacto en la conciencia social, tal como ocurre actualmente cuando los gobiernos y los mercados ejercen diferentes tipos de poder, institucionalización o censura sobre las expresiones artísticas contemporáneas. “Como todo material, depende cómo lo tomemos, cómo construimos el diálogo con el espectador a través de este material. Nosotros como artistas dialogamos con el espectador y en conjunto construimos conocimiento”, finalizó Hirschfeldt, consultado acerca de si la ópera puede considerarse un terreno de disputa ideológica.

Elenco

Violetta Valery: Marina Silva (Soprano)

Alfredo Germont: Juan Carlos Vasallo (Tenor)

Giorgio Germont: Gustavo Gibert (Barítono)

También participarán:

Flora Bervoix: Constanza Cepedano, mezzosoprano

Anina: Luisa Reimers, soprano

Gastone: Roberto Delorusso, tenor

Barone Douphol: Eduardo Cortinez, barítono

Marchese D’Obigny: Jorge Bregant, bajo

Doctor Grenvil: Guillermo Robaina, bajo

Giuseppe: Alberto Corelli , tenor

Sirviente de Flora: Javier Jacobi, bajo

Mensajero: Juan Manuel Iriarte, bajo

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Fotos: OAS

Este sábado la localidad de Bernasconi recordará a Eduardo Sergio Korsunsky, militante del PRT desaparecido en San Nicolás a principios de la dictadura genocida en 1976, hijo de la Madre de Plaza de Mayo de Bahía Blanca Celia Jinkis. La directora de Coordinación Institucional de la Secretaría de Derechos Humanos pampeana, Ana Inchaurraga, aseguró a FM De la Calle que Dado “no es uno más del listado de desaparecidos de La Pampa sino que tiene un nombre, tiene una identidad y está presente en el pueblo”.

El acto será este 24 de septiembre a las 11 en el Instituto Mariano Moreno -Urquiza 447- al que concurrió Eduardo en su juventud. Se colocará una placa en su memoria y se inaugurará un mural en una plaza cercana.

Inchaurraga contó que la idea “surge el 24 de marzo cuando Celia fue a Jacinto Aráoz, nos vimos comprometidos con la situación de que ellas ya son muy mayores, están grandes, la necesidad de que sean visibles los desaparecidos pampeanos, esto tiene que ver con una decisión no solamente política sino también afectiva, de cómo uno desde un lugar aporta y piensa en la memoria colectiva, de qué manera posicionarnos”.

“Es muy emocionante, muy emotivo todo cómo se va dando, cómo lo vamos pensando, Bernasconi tiene sus particularidades como todos los pueblos chicos donde el silencio se plantó y dejó su marca, los jóvenes prácticamente no conocen a Dado, no se habla”, dijo y agregó que “también surgió de qué manera podíamos proponerle al pueblo que eso salga para afuera y que en la localidad se instale el nombre de Dado Korsunsky y que se repregunte, romper con ese silencio. Y fue así como sucedió, hicimos el mural, los vecinos se iban acercando, de a poquito pudimos recabar testimonios, ponerle color, ponerle una cara, el nombre de Dado, que uno pasa y lo ve, tiene una impronta muy emotiva”.

Entre los primeros recuerdos que brotaron en el pueblo se escuchaba que “la vecina de allá sabe pero no te va a decir, nunca más nadie habló del tema, se comenta que ese día que lo estaban buscando a Dado hubo un operativo grande pero nunca trascendió”.

“Cuando estábamos pintando el mural sacaron a los chicos del secundario a ver y aprovechamos para contar quién era, transmitir, porque además Dado tiene la impronta de que fue hiperinteligente, un seductor, brillante, le gustaba la astronomía, entonces poder captar a las nuevas generaciones con eso, volverlo a poner en nombre de quién es Eduardo Sergio Korsunsky, que nació en Bernasconi, que fue a ese secundario, no es uno más del listado de desaparecidos de La Pampa sino que tiene un nombre, tiene una identidad y está presente en el pueblo”, concluyó.

(Por Astor Vitali) Lo hará mañana a las 19:30 en La Casa de la Cultura de la UNS (Alem 925). La cantautora hablará de su libro La Banda Lavanda. Cuaderno de creación, metodología y experiencias.

“Las mujeres que somos activistas autónomas, autogestivas, que estamos por fuera de las organizaciones y los gobiernos, que no estamos respaldadas por entidades que te den valía sí o sí tenemos que dejar escrito lo que hacemos”, dijo la artista a FM De la Calle, acerca de las motivaciones que dispararon la realización del libro.

“Esto lo podemos trasladar a todas las personas que estamos acompañando a construir un mundo mejor –para decirlo rápida y facilistamente- pero que no hay ningún tipo de visibilizarían que hacemos nosotros y nosotras mismas”, agregó.

Silvia Palumbo trabajó con el proyecto de empoderamiento a través del armado de bandas y dictado de talleres desde el año 2004 recorriendo México, el estado español (País Vasco, Valencia, Asturias) y Francia. En Argentina hay bandas en la provincia de Buenos Aires y la Pampa. La iniciativa está por extenderse a la provincia de Neuquén.

“Era muy importante de que yo, antes de que me agotara del todo, tenía que plasmar la metodología que he creado con varias líneas de trabajo que estudié. Una metodología para poder transmitir lo que yo denomino empoderamiento expresivo y cultural para las mujeres. Podemos transmitir música, textos, voces, movimientos escénicos. Todo esto en función de algo que tiene que ver con el empoderamiento de las mujeres y una ofensiva contra la cultura patriarcal”.

 “El patriarcado es transversal a todos los sistemas”

Los desafíos de construir una metodología

“Me encontré con muchas dificultades y con gente maravillosa que me ayudó. Fuimos avanzando muy lentamente. En realidad yo empecé hace cinco o seis años a escribir este libro en la cabeza. Después empecé a escribirlo. Pedacitos, pedacitos, pedacitos…”, recordó Silvia.

Finalmente, “el 4 de enero de este año me senté en Pehuen Có y dije ‘hasta que no lo termine no me levanto’. Porque me tenía harta. Y además porque es móvil esto. Cada experiencia nueva que tengo de trabajo me va cambiando y sigo construyendo la metodología. Es para decir esto es una parte y dejar marcados los ritmos básicos del proyecto, la historia, las canciones y los fundamentos teóricos”.

Este año, el libro se presentó en seis localidades del estado Español, “amparada por las bandas”.

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¿Hay arte feminista?

“La respuesta no es lineal. La pregunta inicial en talleres de escritura con Diana Bellesi era ¿existe la literatura feminista? Después ¿existe la literatura de mujeres? Primero, los conceptos de todas las artes son conceptos patriarcales. Todo está fundado sobre los diferentes parámetros patriarcales: en la música, en la pintura, en la literatura, en todo”.

“Sí podemos hablar de esto: primero, las mujeres han hecho música desde siempre desde roles opresivos pero siempre reproduciendo los parámetros patriarcales. En la literatura es donde más se despegaron y empezaron a construir su cuarto propio, como decía la Virginia Woolf. La escritura te da esa intimidad, ese tiempo para poder desplegarte. Todo lo que son las artes escénicas viene mucho más lento”.

“Pasando a si hay arte feminista, yo creo que hay una búsqueda. Una búsqueda de una cultura feminista que no es para las mujeres porque es desde una ideología. El feminismo es una filosofía y una ideología. La gente minimiza esto pero hay millones de libros escritos sobre filosofía feminista, sobre historia feminista. Hay todo un basamento poderoso desde lo académico para poder una apoyarse ahí para poder decir ‘podemos construir arte feminista’, si es que el arte tiene que estar abalado por estas estructuras de poder”.

“Yo creo que sí, que cada vez hay más manifestaciones de expresiones hechas por mujeres y varones que están dando cuenta de lo que es el feminismo o de lo que es la opresión de género”.

“En lo personal, yo hago arte feminista. Soy una activista hace 30 años que puedo decir que construyo un montón de cosas totalmente concentrada y clarificada de lo que quiero decir desde ese lugar del feminismo. Ahora, claro, esto va a llevar muchísimos años. Muchísimos años para que haya gente que pueda abrazar este concepto. No solamente abrazarlo… porque hay un abrazo muy superficial. Esto de hablar de género, todo el mundo habla. Esta cuestión de cómo van cooptando, reciclando, rearmando, alivianando estas cosas tan densas y tan profundas”.

FaYa de Origen from Silvia Palumbo on Myspace.

El Instituto de Investigaciones en Diversidad Cultural y Procesos de Cambio de la Universidad de Rio Negro repudió los dichos del ministro de Educación Esteban Bullrich, quien comparó el avance de la casa de altos estudios en términos de una “nueva campaña del desierto, pero no con la espada, sino con la educación”. “Todas las políticas van intentando construir un orden oligárquico liberal que esta clase, este sector político, estos partidos vinieron a imponer”, dijo a FM De la Calle Walter Delrio.

El investigador del CONICET destacó la “indignación” de la comunidad y advirtió que “desde el retorno de la democracia se ha venido construyendo un conocimiento histórico que fue cubriendo aspectos dejados de lado o mal conocidos sobre la historia argentina y las palabras del ministro desconocen todo lo que se ha venido trabajando” y “la memoria social de un pueblo en el cual se está hablando”.

“No fue una campaña con la espada como dice el ministro, una campaña al desierto, sino que todo lo contrario -explicó-, fueron políticas de Estado que se implementaron en un momento determinado que implicaron movimiento de tropas pero también de otras instituciones del Estado y de la sociedad civil, fundamentalmente, que participaron en la expropiación, en el sometimiento, en la concentración de personas, la deportación, la distribución en otras provincias y regiones del país como fuerza de trabajo semi esclavizada, el reparto y la separación de los niños de su familia y el borramiento de la identidad. Son políticas de Estado comprendidas por lo que en los términos del derechos internaciones, sancionado por la Naciones Unidas, es un crimen de genocidio, un Estado que opera para que ciertos pueblos desaparezcan como tal”.

Delrio afirmó que “a nadie se le ocurriría hablar del holocausto, de los crímenes de lesa humanidad de la dictadura para hablar de las políticas que se proponen. Al mismo tiempo es una opinión sino informada, formada por un sector de poder, por grupos políticos que tienen el mismo discurso con el cual ascendieron al poder en la generación del 80. En este caso se da que la misma familia Bullrich y otras participan de esa construcción de un poder oligárquico que es el que se quedó con la mayor parte de las tierras y los beneficios que esas campañas aportaron, es un discurso de esa clase”.

“Siguen teniendo la visualización de nuestra región como un desierto y lo que implica esa frase es que deben seguir haciendo cosas porque el desierto subsiste más de cien años después”, agregó. El docente comentó que cada una de las medidas oficialistas lo demuestran: “Por ejemplo acá en la provincia de Rio Negro en los últimos años se vino trabajando con las denuncias que había sobre irregularidades en las entregas de tierras rurales y se había conformado una comisión en la Legislatura que investigaba cuáles habían sido históricamente. Todo eso terminó y al mismo tiempo, por decreto del presidente Macri, se interviene en la legislación sobre tierras habilitando nuevamente la extranjerización”.

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(Por Mauro Llaneza) La artista y militante bahiense Karina Zukerman falleció esta madrugada a los 46 años. Integró la Asociación Mundial Pintores con la Boca y el Pie, Mundo sin Guerras y sin Violencia y el Movimiento Humanista. Participó de la Asociación de Discapacitados Autoconvocados y fue una de las impulsoras del Mes por la Diversidad. Enfrentó cada obstáculo con perseverancia y un objetivo claro: “abrir cabecitas y disparar al corazón, abrir corazones para entender que las personas necesitamos esa cuestión de desarrollarnos, relacionarnos con otros”.

“Soy una mujer, una persona con una discapacidad motora, una discapacidad de la cual tengo la única movilidad de la cabeza y hago todo con la boca, desde agarrar un objeto hasta ponerme a escribir o a dibujar o a manejar la compu”, contó en una entrevista realizada en el micro de Acciones Feministas del programa En Eso Estamos de FM De la Calle en octubre de 2012.

Dijo entonces que hizo “todo lo ha estado a mi alcance y de acuerdo a mis posibilidades” a partir de “una especie de aspiración, una cosa fuerte interna y una necesidad de poder salir adelante”. “Una rebeldía de querer pasar a otra cosa, a vivir una vida lo más feliz, lo más alegre posible y en relación con los demás. Tiene que ver también con el acompañamiento que tuve en todas las edades y etapas de mi vida de gente muy querida”.

Así logró independizarse, vivir sola, enamorarse: “Mi familia me decía ‘vos no vas a poder tener un novio, formar una pareja el día de mañana’. Pero básicamente pasaba por muchos miedos, mucho temor a que uno sufra. Hay que tratar de ir viviendo la vida que una elige vivir”.

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En aquel diálogo junto a Verónica Bajo destacó que pudo cumplir con “algo que amo profundamente que es mi actividad social donde trato de llevar mi mensaje de que podemos todas las personas desarrollarnos en la vida, en muchas cosas, y lo que tiene que ver con la discapacidad, con lo mío, también he tratado de hacer muchas cuestiones a nivel social, me parece que uno tiene que defender su lugar, su espacio y sus derechos”.

“En el ’88 oficialicé esta cuestión de ser pintora y fue cuando ingresé a la Asociación Mundial de Pintores con la Boca y el Pie, los que nos denominábamos en otro tiempo como Pintores Sin Manos. Empecé este recorrido con la pintura donde además de tener una búsqueda desde lo artístico, pintar y mandar obras a la asociación para que después sean editadas en tarjetas, calendarios, en todo lo que después se vende, a mí me ha dado la posibilidad de relacionarme, de conocer gente nueva, de viajar a distintos lugares y eso fue una experiencia muy linda”.

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El Mes por la Diversidad fue un espacio generado por distintas organizaciones y militantes locales que pretendían sensibilizar y reflexionar sobre la diversidad, la pluralidad y la multiculturalidad y analizar críticamente situaciones de exclusión, discriminación, intolerancia y prejuicios. Karina recordó que para ella “fue fantástico porque este tipo de actividades abre cabecitas, de niños, de adultos, de hombres, de mujeres, eso es lo importante: abrir esas cabecitas y disparar al corazón, abrir esos corazones para entender que las personas necesitamos esa cuestión de desarrollarnos, necesitamos relacionarnos con otros”.

“Era una tambora sin tambor”

La cantautora y creadora de DesBandadas, Silvia Palumbo, quien tuvo “el honor y el privilegio” de compartir con Karina la obra Mujer de Tierra Firme, aseguró esta mañana a FM De la Calle que su compañera era “una mujer que tenía todo el universo vital en sí misma”.

Se conocieron en el primer Mes por la Diversidad en 2007 y se “flecharon”: “Tuvimos una empatía, nos hicimos amigas, compañeras de lucha y en un momento decidimos que queríamos hacer algo juntas, unir nuestros activismos, nuestras artes, y así fue como nació Mujer de Tierra Firme”.

“Karina es una mujer que está viva en tantas cosas que ha dejado como legado en Bahía Blanca, para mí es la luna que ilumina mi camino de activismo porque es un ejemplo. No sé cómo fue vivir como vivió Karina, sin brazos y sin piernas que la ayudaran a transitar esta vida terrestre, lo digo en forma cruda porque era la realidad más tremenda que veías cuando veías a Karina, y sin embargo ella tenía muchísima más fuerza que todas y todos nosotros juntos”.

“Muchísimas veces ella daba fuerza a otra gente, daba esperanza, era solidaria, era entera, era amplia de conceptos, no tenía conceptos mezquinos ni políticos ni religiosos ni relacionados con las diferentes mal llamadas minorías de este mundo. Abrazaba sin brazos a toda la humanidad en su diversidad completa”, agregó Silvia.

Finalmente afirmó que “era un cohete, nos cagábamos de la risa, con sus dichos, sus palabras, sus encantos, sus sueños que estaban recién arrancando. Además Karina se atrevió a ser madre con su compañero Sergio, eso le daba un mérito mayor en todo este despliegue de vitalidad de Karina Zukerman”.

Eso de durar y transcurrir

no nos da derecho a presumir.

Porque no es lo mismo que vivir…

¡Honrar la vida!

 

Sus restos son velados hasta la medianoche en Mitre 470 desde donde partirá mañana a las 11 hacia el cementerio Parque de Paz.

(Por Astor Vitali) Lo hará este viernes a las 21 30 junto a su grupo. Se trata de la primera producción discográfica de este proyecto.

El pianista bahiense es egresado del Conservatorio Provincial de Música de Bahía Blanca. Desde hace cuatro años está radicado en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Junto con músicos de esa capital el año pasado editó la placa en cuestión, que contiene obras propias y “un arreglo de un tema de Gustavo Cerati y un arreglo de un standard de jazz llamado Bye Bye Blackbird”.

El músico dijo a FM De la Calle que quiso “dejar un registro de mis composiciones. Simplemente porque la parte de la creatividad la veo desde ahí. Desde aportar desde uno la mirada de ciertas cosas. Algunas (obras) las compuse para este disco y otras y estaban”.

El grupo está integrado por Iván Maler en batería, Flavio Romero en contrabajo y Juan Torres en saxo. Participará también, a modo de invitado, Diego Casoni.

“Estoy muy contento de tocar en el teatro (Municipal). Es la segunda vez que puedo presentar un grupo mío. Los músicos de Buenos Aires se vuelven locos” con el teatro local. No sé cuántos teatros hay así en la provincia”, agregó.

Por su parte, Yimi Shocron y Pinki Fernández (con quienes García compartió agrupación antes de radicarse “en la jungla”) abrirán la noche con una propuesta propia.

Las entradas anticipadas pueden conseguir a $100, jubilados y estudiantes $80. El día de la función el pase costará $120.

(Por Astor Vitali) El 28 de octubre el actor y empresario estadounidense Al Pacino será recibido por el Teatro Colón de Argentina. Realizará un espectáculo unipersonal. Las entradas en venta oscilan entre los $350 (paraíso de pie) y $12000, según los sitios web que, al día de la fecha, ofrecen el pase.

El diario de herencia oligárquica La Nación destacó –aunque lo calificó de coincidencia- la verdadera trama del tejido de una política peligrosa. Dice el pasquín, “cuando llegue el momento de armar el balance de este año el mes de octubre se destacará del resto por una peculiar coincidencia. Con apenas unos días de diferencia se presentarán en Buenos Aires dos de los actores más reconocidos del cine y el teatro de los Estados Unidos de las últimas cuatro décadas. A la ya anunciada presencia de John Malkovich los días 21 y 22 de octubre en el teatro Coliseo, se acaba de sumar la primera visita de Al Pacino a la Argentina. El actor ganador del Oscar por su papel en Perfume de mujer llegará el 28 de ese mes al Teatro Colón. Curiosamente, ambos artistas se presentarán en espectáculos unipersonales con el mismo título que invita a pasar una noche con su talento: An Evening with John Malkovich y An Evening with Pacino”.

Lo que aparece como coincidencia no es otra cosa que el avance de una corriente política en el ámbito de lo cultural que busca utilizar los recursos públicos en beneficio del sector privado. Este tema no es nuevo y lo hemos tratado en nuestra columna. Lo que va constituyendo un fenómeno social de época –y por ello es novedoso- es observar la naturalización de las víctimas directas de esta política y hasta, en ocasiones, la abierta defensa.

Hay dos grandes concepciones de políticas públicas en lo cultural. La primera es de carácter comunitario y tiene rango constitucional (luego de la reforma de 1994): considera la producción y el acceso a lo cultural y artístico como un derecho humano básico. Igual que la salud o la educación. La visión opuesta es la que prima de hecho, contrariando la norma superior de nuestra organización jurídica. Esta visión expresa que tiene derecho a lo cultural y artístico quien integre la casta de mayores recursos económicos. Si tu ingreso no alcanza cubrir la canasta alimentaria, no hay derecho al acceso a eventos de carácter cultural y artístico. Y andá a cantarle a Gardel.

La segunda visión no sólo es anticonstitucional sino que además es inhumana porque le da al ciudadano de poder adquisitivo medio (hoy devenido bajo) el carácter de bestia que no es sujeto a derechos culturales y que a esta altura del siglo XXI deberían ser discusión saldada. Se trata del esclavo del siglo XXI: está obligado a trabajar para pagar sus servicios básicos y bienes de consumo impuestos como “socialmente deseables”.

Sin embargo, lejos de ser una discusión saldada, no es nuevo que las huestes putrefactas del capital tienen como objetivo ir por las subjetividades masivas. Y esta es una tarea sobre la cual puede relevarse un grado de éxito superior a lo que en los años 60 y 70 se creía -desde el campo popular- la verdad revelada del fin de ciclo capitalista. Pasó todo lo contrario: no solamente se destruyó el llamado “socialismo real” sino que han avanzado sobre las subjetividades a un nivel que hasta pone en duda la posibilidad de transformación social en sentido anticapitalista, en tanto no se reconozca el problema y no se genere hegemonía ideológica en sentido contrario.

Por esto este tema, el uso de los espacios públicos, muestra una hilacha relevante del entramado de discusiones del entramado cultural. El Teatro Colón es uno público.

Quienes defienden este uso excluyente del Teatro Colón (en tanto se excluye a quien no tiene recursos) intentan argumentar que, en rigor, lo que se vende como un espectáculo de entretenimiento sería una masterclass. SI esto fuese así, ¿por qué no se vende como una masterclass? Y si fuese una masterclass a realizarse en la máxima sala pública argentina ¿Por qué no hay un sistema federal de participación estudiantil para asistir a una actividad educativa de carácter público?

Allí está la cuestión y es de fondo: es otorgarle al sector privado la potestad de definir cuáles son los espectáculos y las actividades artísticas y culturales que estarán en cartel. Es que en lugar de que el eje de la construcción de la agenda esté en manos de los trabajadores y las trabajadoras de la cultura y de la comunidad a través del Estado sea el sector empresario aquel que defina.

Bahía Blanca tiene en el Ciclo Cultural Profertil la expresión máxima de esta política. Por supuesto, no es nuevo y por ello este debate debería ser evidente y no lo es. Esta ciudad cuenta con los Organismos Artísticos del Sur (OAS) que es un ente público de la provincia de Buenos Aires y sin embargo la mayor difusión publicitaria en la hoja central de cada uno de los programas tiene el logo de Profertil y el logo del Ciclo Cultural Profertil (ambos). Habría que develar incluso cuánto dinero ponen y si éste corresponde con el cartel que se le asigna. Los funcionarios consultados siempre ponen como virtud el hecho de que “el Estado gaste menos plata” a través de la financiación externa. Este razonamiento de tipo contaduril es reprobable dado que se está incumpliendo con una oblicación contractual aquirida por el Estado y es la de garantizar la cultura como un derecho. Para ello necesita ser autónomo de la influencia de la lógica capitalista y asignar presupuesto en lugar de recortarlo.

El planteo es, una vez más, si la cuestión es de uso público o si está destinado al usufructo del sector privado. No constituyen casualidad la presentación de los espectáculos n Evening with John Malkovich y An Evening with Pacino. Es una política. Una en construcción y búsqueda de legitimidad como la única posible.

Existe también la idea de la convivencia entre las propuestas privadas y públicas en salas públicas. Permítanme diferir en algunos criterios. A lo privado le corresponde el teatro privado porque su objetivo no es meramente artístico sino de lucro. Lo público debería tener recursos estatales cuyo objetivo sea garantizar los derechos establecidos en la mayor norma legal que es la constitución. Entonces, el teatro público debe priorizar lo público y si hay lugar buscar en cuál de los objetivos sociales se inscribiría una programación propuesta por el sector privado.

Luego, hay reminiscencias de viejos debates políticos acerca del Colón y de inmediato se viene a la memoria cómo al Maestro Pugliese le costó una vida de belleza, lucha y coherencia pisar el Colón.

El debate sobre la presencia de este espectáculo en la agenda del Colón es de carácter simbólico. No se establece contra Pacino ni en su favor. No juegan gustos personales. Tampoco contra los gustos acerca del consumo de la oferta de este actor. Tiene su origen en el hecho de que una instancia de gobierno promueve esta política, donde una estrella del cine comercial (cuya calidad como artista no pongo en discusión) utilice el mayor TEATRO PÚBLICO para venir a “charlar con el público” y esto constituye en sí mismo una desigualdad con el tratamiento a las propuestas que no llegan a ese escenario y son de igual o mayor calidad.

El Teatro Colón debe ser del pueblo y de sus laburantes de la cultura que realicen su labor con dignidad y calidad.

Si Al Pacino quiere pasar una tarde con público argentino que gusta en pagar miles de pesos por conocer su historia en lugar de pagar una entrada convencional para disfrutar de la gran calidad de propuestas de nuestros artistas, que alquile un teatro privado.

La hilacha que tiene como trasfondo este debate expresa una política que nos llevará directo a la privatización de los espacios públicos con las actuales gestiones nacional, provincial (Bs. As) y municipal. Allí está el proyecto de Ricardo Margo de poner un café en el subsuelo del Teatro Municipal. Esto lo diferencia de otros proyectos en marcha como, por ejemplo, el taller de luthería que la actual dirección del teatro viene construyendo, en el que se socializan conocimientos ancestrales acerca de la construcción de instrumentos cuya utilidad social es indiscutible. Tienen por destino, entre otros, las orquestas escuelas, tan maltratadas por el Instituto Cultural local.

Que quede claro: ningún ilustre referente de la cultura (se buscan aquellos que si no participan del gobierno no aparecen en ningún debate, no ponen el cuerpo) nos “salvará” de esta calamitosa situación; ningún aventurado funcionario o concejal se jugará entero más que para capitalizar pedacitos de momentos de popularidad.

Será sólo la organización de abajo, gremial y política de los y las laburantes de la cultura aquella que pueda oponerse a esto y además ofrecer alternativa.

Hay que poner el cuerpo, arriba y abajo de las tablas.

Un click, no basta.

Habría que animarse a sentirse parte de la cuestión de la que de hecho se es parte. Y de la cuestión política. Y poner el cuerpo en otra dirección. Porque en el sentido en el que vienen construyendo, llevan una buena parte realizada. De lo contrario, llegará el día en que toques la puerta del Teatro Municipal, del Teatro Colón o de cualquier otro teatro público argentino y te atiendan desde una oficina de la embajada.

An Evening with Al Pacino from CPCTY on Vimeo.

(Por Luis Ponte) Personaje referente de la cultura germánica, el poeta, novelista y dramaturgo Johann Wolfgang von Goethe, es a su vez, mucho menos conocido por su inquietud en el estudio de la luz y la óptica. Fruto de ello fue su trabajo Teoría de los Colores, del año 1810.

Goethe proponía entonces, sumar el concepto de subjetividad al estudio de la percepción de los colores desde la física y la matemática. De lo cual articuló una especie de teoría de los estados de ánimo y las emociones a partir de los tonos básicos y algunas de sus combinaciones. Como un precursor en la sicología del color, hablar de «colores tristes» y «colores alegres», se debe al autor de Fausto.

Desde entonces, muchos científicos, sicólogos, filósofos, artistas, entre otros, han estudiado y desarrollado infinidad de teorías sobre el uso del color. La propuesta de Goethe sigue al menos presente como referencia inicial en el campo  académico.

Dos áreas donde más se refleja la esencia de sus propuestas, con una intencionalidad determinada en provocar climas o emociones en el receptor, son la publicidad y el cine.

En su blog La Solución Elegante, el guionista de cine, español, Javier Meléndez Martin, interesado siempre en sumar diversos elementos para el análisis de las películas, propone a partir de los enunciados de Goethe (algunos muy obvios a esta altura)  ejemplos concretos de escenas famosas del séptimo arte. Según el poeta y dramaturgo alemán, el color rojo evoca vitalidad, excitación (Belleza Americana) sangre y violencia (Perros de la Calle).

Para Goethe el verde es juventud y la esperanza. Aunque también está asociado a la «irrealidad», lo sórdido y la mentira. Hitchcock aplicó el verde neón en Vértigo con esa intención.

Según el escritor alemán, el púrpura o violeta representa la madurez y la experiencia. También el poder y la solemnidad. Y en algunos casos, la mística y la magia. Y concede al azul las cualidades de inteligencia, paciencia y calma. El cielo y el mar dan la razón al poeta. También está asociado a la tristeza, la enfermedad y la melancolía.

Para el poeta alemán, el amarillo es belleza, optimismo y alegría. “No es raro que sea el tono elegido por los anunciantes para desayunos y meriendas entre amigas”, dice Meléndez Martin. En otras ocasiones el amarillo puede ser opresor como en Spectre (James Bond), donde es el tono predominante que representa a la organización criminal. Allí el director fuerza con acierto la identificación entre el amarillo y la opresión…

Y también los cuadros…

 Pero el guionista español, extiende el campo de análisis de los significados en el cine no sólo a los colores resaltados en determinadas escenas sino en la elección de determinados objetos nunca azarosos, como la elección cuadros de pintores universales o emblemáticos para provocr en el espectador determinados estímulos.

En una escena de Malditos bastardos, de Quentin Tarantino, detrás Christopher Waltz, el oficial nazi, hay un póster de Les vampires, película del cine mudo francés de 1915 sobre gángsters. Tres encapuchados con interrogantes como pañuelos de rojo sangre. Es inevitable asociar los encapuchados y los interrogantes con terroristas, y a estos con el régimen del terror de los nazis, señala Meléndez.

El Hijo del Hombre, de Magritte, es una metáfora de la cara oculta de Pierce Brosnam en El secreto de Thomas Crown, un tipo que esconde una faceta delictiva detrás de su máscara de personaje multimillonario glamoroso.

La escena de Gordon Gekko (el inescrupuloso corredor de bolsa neoyorkino) delante del cuadro Saturno devorando a un hijo, (Goya) en Wall Street: el dinero nunca duerme, remarca según Meléndez, la ideología del film: el capitalismo se comería a sus hijos para sobrevivir, tal y como Saturno devoraba a sus hijos para conservar el trono.

 Cuando la mentira es la verdad

 A partir de estos ejemplos nos permite insistir que leer entre líneas no sólo aplica en sentido literal al texto impreso en negro sobre blanco, sino en tener elementos de juicio válidos frente a la infinidad de signos (en apariencia invisibles, casuales, o inofensivos) con los que nos “bombardean” a diario, desde diferentes fuentes (medios, redes, etc.),  a través de diversos tipos de mensajes. Y mensajeros.

Desde la salida de “Para leer al Pato Donald” (1972) del ensayista argentino-chileno Ariel Dorfman – en donde el autor desarrolla una tesis del trasfondo ideológico y hegemónico que impone la industria del dibujo animado a partir de Walt Disney a través de sus inocentes y simpáticos personajes de caricatura – hasta hoy, sobran contenidos  que ayudan a comprender y revisar con ojo crítico lo que nos llega a diario con determinados fines, en aparentes formatos insípidos, incoloros e inodoros.

Ayudado por una puesta en escena que nos retrotrae a aquella teoría básica de colores de Goethe (cuánto menos!), y a “todo lo que no vemos cuando vemos”, como los cuadros en las películas, los ejemplos cotidianos que “bajan” desde el gobierno en sus tres niveles: Nación, Provincia y Municipio con el fin de instalar a través de eufemismos como la  despolitización de la cultura y la universidades,  el sinceramiento económico, la independencia de la justicia y sus jueces, la imposición de cuadros técnicos para una gestión de gobierno aséptica, el elogio a un (supuesto) periodismo serio, la educación en los valores, el rodeo y sitiado a todo lo construido en 35 años en materia de Memoria Verdad y Justicia nos hablan de la utilización de aquellas técnicas detalladas más arriba para restaurar un orden concreto subordinado a los poderes concentrados, pero disfrazado de una aparente neutralidad.

La cara de Franco Macri, en lugar de la de su hijo Mauricio, en el folleto institucional de la reunión de los G-20 en China, junto a los datos del presidente de la Argentina y el del resto de sus colegas participantes, parece, más que una ironía del destino, un guiño cómplice que la propia realidad se permite hacernos en materia de significados, por entre las hendijas de esa gigantesca puesta en escena oficial.

Como en “El hijo del Hombre”, el cuadro arriba mencionado de René Magritte, ( para quien “todo lo que estamos viendo esconde otra cosa”), ese blooper chino, después y a pesar de todo, nos recuerda quien es hoy el dibujante, quienes los guionistas y quien la caricatura.

 

(Por Astor Vitali) Hoy a las 20 30 habrá un concierto coral a cargo del Coro Estable de Bahía Blanca bajo la dirección del Maestro invitado Roberto Luvini. Será en Rondeau 75, la entrada es libre y se solicita un alimento no perecedero.

Se estrenará la Misa a Buenos Aires, de Martín Palmeri. “Es una obra que quiero mucho. La he dirigido en varias oportunidades con distintos organismos y formaciones. Me da mucha satisfacción traerla acá que no la habían escuchado nunca. Me parece que va a hacer algo muy lindo”, dijo el Maestro Roberto Luvini a FM De la Calle.

“La obra es una excelente fusión de todo lo que es el tango con una muy buena escritura coral y una muy buena escritura para orquesta. Todo eso hizo una combinación de esta obra que realmente es muy original”, explicó el músico.

El autor de la llamada Misatango fue director de coro y “estaba tratando de hacer obras de tango para coro, que había muy poco, hasta que se quedó pensando en tratar de hacer una fusión con la misa, siguiendo el texto en latín. Primero probó con un kyrie y después avanzó en el resto de la obra”.

Este es año aniversario (25) de la obra, “con un enorme éxito en el mundo”.

Además, harán “una primera parte con tres pequeñas obras que corresponden a la época en que Mozart estuvo trabajando en Estrasburgo. Son tres pequeñas joyas”.

Luvini dirigió el coro estable de OAS en varias oportunidades. Consultado acerca de su relación con el cuerpo, dijo que nota “un crecimiento en el coro. En cada año hay una mejora y una superación. Siempre los veo con una magnífica disposición para el trabajo. El director actual (Santiago Cano) está haciendo un muy buen trabajo porque el sonido es realmente muy equilibrado. Se tienen que sentir orgullosos del coro estable de la ciudad”.

Programa

-Sancta Maria en Fa Mayor/  Ave Verum Corpus/ Laudate Dominum, de Wolfgang A. Mozart

Solista: Luisa Reimers (soprano)

 -Misa a Buenos Aires (Misa Tango), para quinteto de cuerdas, piano, bandoneón y mezzosoprano, de Martín Palmeri   – Estreno en Bahía Blanca-

Solista: Irene Abreu (mezzosoprano)

Ensamble de cuerda: Leonardo Rubin (Violín I),  Andi Lulja (violín II),

Emanuel Vilches (viola), Gabriel Falcioni (violoncello), Gabriel Yoma (contrabajo)

Bandoneón: Nicolás Malbos

Órgano y piano: Gustavo Gallo

misa

Dibujo: Claudia Iris López Grillo