Una gran bandada de tordos renegridos eligió pasar este invierno al calor de la ciudad y ocupó los tres grandes árboles de la peatonal Drago cercanos a calle O’Higgins. Sin embargo, la llamativa nube de aves y su cantar contrastaban con la suciedad de sus excrementos sobre los juegos infantiles y los bancos del lugar. Ante el riesgo sanitario que esto significaba, la Municipalidad ordenó la poda de los palos borrachos y el lapacho rosa.
“Está llegando a esa peatonal una gran cantidad de tordos que utilizan de dormidero las especies vegetales, los árboles, que están en ese lugar. Si bien la decisión no es fácil, ahuyentar los pájaros es todo un tema, estamos trabajando con la Dirección de Parques”, había dicho días antes a FM De la Calle la secretaria de Medio Ambiente Adriana Chanampa. “Con una poda, que es lo que estamos haciendo tendría que resultar”.
“Tampoco queremos llegar a sacar los ejemplares porque no es la idea, sí podarlos o buscar otra alternativa. Estamos trabajando con los biólogos para que el inconveniente que están causando esta gran cantidad de aves se pueda minimizar en el aspecto sanitario en un lugar donde hay mucho niños”.
El biólogo Pablo Petracci opinó que “por cualquier tipo de interacción negativa entre distintas especies de la fauna local y nosotros, sobre todo en los ejidos urbanos, uno tiene que ir pensando en una estrategia integral a largo plazo en cuanto a evitarle el acceso a algunos lugares. Las aves se van afuera de día a alimentarse y cuando vuelven a los dormideros todo su sistema digestivo empieza a producir materia fecal y materia orgánica y en este caso puntual no lo veo del todo desatinado dada la urgencia”.
“Es un evento bastante interesante, otro de los tantos que tenemos en la ciudad. Durante los meses invernales las ciudades tienen una temperatura un poco más benigna respecto a los alrededores y varias especies de aves las eligen”, explicó ante la consulta de FM De la Calle.
Agregó que los tordos renegridos -molothrus bonariensis- durante la etapa no reproductiva adoptan un “comportamiento gregario”, “se reúnen en grandes bandadas y tienen estos éxodos o pulsos alrededor de la ciudad cuando va atardeciendo”. Al anochecer, los machos -negros- son los primeros en llegar a los dormideros, seguidos por las hembras -marrones-.
Según Petracci, “eligen determinadas especies de árboles, son conocidos los plátanos de calle Colón y algunas lambertianas en distintos puntos de la ciudad. Esto ocurre hace muchísimos años en Bahía Blanca y en este caso puntual se dio que entraron en conflicto con un sector de uso recreativo”.
El especialista comentó que falta un censo de lugares que puedan ser elegidos por los pájaros como dormideros para evitar nuevos inconvenientes y que, más allá de la poda que se aplicó, existen otros métodos para resolver el problema. Van desde el uso de aves rapaces hasta “la colocación de telas media sombra debajo de los árboles para evitar que la materia fecal caiga al suelo, a la gente, a los vehículos o, en este caso, los chicos en lugares de esparcimiento”.
“Hay aparatos que producen sonido de forma aleatoria de distinto tipo. Incluso en algunos aeropuertos se usan sonidos de cantantes como Tina Turner –esto no es un chiste– porque las repele, son una serie de medidas que son menos invasivas”.
Petracci afirmó que los tordos renegridos no son una especie amenazada y tienen un estado de conservación “muy bueno”. “En unos pocos meses estas aves directamente se van a mover a las áreas de reproducción, ya en septiembre uno no empieza a ver más estos dormideros”, adelantó.
Por el momento no se sabe sobre qué ramas se posó la nube negra aunque aún pueden escucharse por las noches a algunos tordos desorientados alrededor de los troncos pelados de la peatonal.
Loros protegidos
Por otra parte, el biólogo informó que la comisión de especies emblemáticas de la ciudad fue reflotada recientemente y se encuentra trabajando en la puesta en valor de la colonia de loros de avda. Cabrera, la cual fue motivo de polémica ante la intención del gobierno de Gustavo Bevilacqua de destruirla para contener la barda y abrir una calle en el sector y construir oficinas municipales.
“Toda esa situación que ocurrió con la gestión anterior sirvió para potenciar y generar varios proyectos de ordenanza, declaración de espacio protegido, algunas tesis doctorales, tesinas de grado de la gente de la Universidad del Sur y el año pasado no pudimos concretar la visita de National Geographic a la colonia por problemas del barco pero esperamos que este se concrete nuevamente”, dijo.
La intención es “generar cartelería, una especie de mirador que articule con la reserva municipal declarada por ordenanza que está enfrente, esas dos o tres hectáreas donde hay chañares y quizás con alguna otra actividad que tenga que ver con la observación de aves en el arroyo Napostá”.
La señalización apuntaría a informar sobre el ciclo biológico de los loros: “Que la gente tenga la posibilidad de conocer cada mes, ir, mirar y saber en qué estado está la colonia, si están formando las parejas, alimentando a los pichones, incubando y demás y que sea un atractivo en la ciudad”.
Fotos: Bandada de tordos, Lorena Zerneri. Loros, Pablo Petracci.