(Por Tomás Casella) Lucas Pedulla es periodista, trabaja en la Cooperativa La Vaca, además de ser docente y escritor. A través de su experiencia demostró que no hay una sola manera de hacer periodismo, sino que en esta profesión también existe lugar para la horizontalidad, el debate y la autogestión.
La crisis del 2001 sacudió los cimientos de una sociedad que se la rebuscó para salir adelante. El cierre indiscriminado de fábricas obligó a la gente a unirse para buscar la manera de seguir llevando el pan a casa, y las cooperativas de trabajo surgieron como un actor protagonista en este contexto. El periodismo, sin dudas, no podía ser ajeno a este proceso, y en este año tan trágico para nuestro país nace La Vaca.
“Un grupo de periodistas decidieron con la crisis que no querían estar atados a nada. Los medios comerciales ya no nos representaban a nosotros, al público ni a nadie”
Inspiradxs por las fábricas recuperadas, donde sus trabajadorxs lejos de resignarse tomaron sus puestos de trabajo y resistieron, decidieron llevar al periodismo el concepto de horizontalidad. Aunque pueda ser conflictivo trabajar sin jefes, este cambio de paradigma derivó en una nueva forma de ver y de hacer periodismo.
La libertad es enorme y el único límite es el profesional. Cada periodista aporta a la cooperativa algo único. El grupo es reducido (son 17 personas) y muy heterogéneo. Lucas estudió comunicación, hay una antropóloga, hay periodistas, artistas, estudiantes, etc. Y esas diferencias, lejos de frenarlos, sirven para hacer de La Vaca un lugar donde muchas disciplinas conviven y se alimentan entre sí.
Revista Mu, página web, editorial, taller, centro cultural, teatro independiente. Cuesta definir qué es La Vaca. Es todo lo nombrado anteriormente y también es más. Funcionan en un espacio ubicado en pleno centro de la Ciudad de Buenos Aires, el cual fue creado de cero y donde hoy funcionan actividades de todo tipo.
“Buscamos asociarnos con gente de la comunicación no necesariamente periodística, queremos ser una cruza entre arte y comunicación”
Cuando se habla de una nueva forma de hacer periodismo, no se trata de una frase armada, sino de una consigna a la cual responder día a día. Para Lucas Pedulla la clave pasa por estar presente en el lugar de los hechos. “Cada comunidad tiene su dinámica propia, la cual es importante conocer a la hora de hacer cualquier nota, y es imposible hacerlo sin ir hasta el lugar” explica.
Así, los medios cooperativos llegan a lugares donde otros no acceden, ya sea por desinterés o comodidad. Y, aunque a veces los viajes largos sean difíciles, el trabajo en red les permite compartir energías y dividir gastos. Este periodismo no da lugar al ego, aquí no se matan por la primicia. La información se comparte y se chequea entre colegas, lo que puede resultar impensado en otros medios.
Lucas define a las notas como un espacio para la construcción de vínculos. Hablar con gente y crear relaciones a lo largo del país en cada crónica facilita el trabajo. Los medios cooperativos tienen la puerta abierta en todos lados. Así, por ejemplo, Lucas pudo quedarse en Esquel a cubrir el caso de Santiago Maldonado gracias a los vínculos que creo cuando fue allí meses antes a cubrir la movilización contra la minería.
“La crónica implica movimiento. Es reconstruir una situación con la mayor cantidad de voces posibles”
Y este tipo de periodismo no necesariamente necesita cámaras y grabadores. Lucas nos enseña lo que significa usar la piel como medio de comunicación. Nos anima a sentir, eliminando la falacia del periodismo objetivo y distanciado de la realidad para involucrarse y a la vez dejarse conmover ante situaciones que lo ameritan, las cuales no son pocas a la hora de cumplir esta labor.
“¿Qué veo?”, “¿Qué escucho?” y “¿Qué siento?” se convierten en los interrogantes fundamentales para hacerse a la hora de cubrir cualquier acontecimiento. A través de las respuestas se puede pintar de cuerpo completo una imagen para ilustrar una crónica, hacer partícipe al lector de un hecho que quizás sucedió a kilómetros de distancia o en la esquina de su casa.
Lucas aprovecha los distintos espacios para llevar adelante su labor, aunque el más rico para él son las marchas sociales, las cuales define como “noticieros a cielo abierto”. La Vaca se caracteriza por su accionar en defensa de los derechos humanos y de la lucha de las mujeres, por lo que las marchas resultan un lugar perfecto para conseguir las historias más variadas.
“Es importante no buscar siempre las mismas voces. Toda la gente tiene algo para contar y ganas de hacerlo. A veces las mejores historias salen así”
Las revistas independientes se distribuyen a 7 millones de personas, estimativamente, según un relevamiento de AReCIA. Cuesta entender a estas publicaciones como medios “alternativos” si en realidad son tan consumidas. Aportan una mirada distinta a la que se ve por televisión en un contexto de concentración y monopolio. Una visión que incomoda y que es crítica. Pero, por sobre todas las cosas, que es honesta y fiel a sus ideales.
Imágenes: Nazareno Montecchia.