La Unión de Músic♪s del Sur rechaza en todos los términos los anuncios realizados hoy por la recién designada directora del Instituto Cultural de Bahía Blanca, Morena Llanca Rosselló. Dicha funcionaria sostuvo en conferencia de prensa que eliminará las ordenanzas 9.116, 12.711, 18.486, 19.038 y sus modificatorias.
Esto significa destruir todas y cada una de las ordenanzas construidas en el marco del estado de derecho por la comunidad bahiense, tanto a través del Consejo Cultural Consultivo como del propio Honorable Concejo Deliberante. La Lic. Rosselló envía este violento paquete de medidas porque cuenta con la posibilidad del oficialismo de “cocinar” cualquier medida legislativa a través del uso de la facultad del doble voto por parte del presidente del cuerpo, facultad que debería ser de uso extraordinario.
Esta funcionaria, apenas asumida, intentó argüir una serie de planteos, con dificultades argumentales. El programa (ya ni siquiera se trata de un órgano sino de un programa de “gestión cultural”) se llama “Cultura abierta” y supuestamente estaría basado en una “nueva mirada, más dinámica, más activa, más participativa” de la que no pudo dar cuenta. “Invitar a participar a otros actores, cómo piensan la cultura dentro de cada espacio barrial”.
La señora Rosselló dice que busca más presencia en los barrios y cualquiera con memoria no puede dejar de sentirse estafado. Señora Rosselló: si usted estaba tan preocupada por los barrios, ¿por qué durante su gestión cerró cien talleres barriales? ¿Por qué le arrancó a miles de pibes la posibilidad de acceder a su derecho a la cultura? ¿Por qué cerró durante tres años la Orquesta de Infanto Juvenil del Barrio Miramar? ¿Por qué miente descaradamente? ¿Usted no cree en la memoria de los pueblos?
Consultada por cuáles serían esos lugares de participación ciudadana, no puede más que balbucear, porque sus conjuros carecen de fundamento: “diferentes mecanismos”, “diferentes acciones”.
La señora Rosselló sostuvo que hay una “cultura emergente”, una “cultura digital”, para ejemplificar los destinatarios de esta “cultura abierta”. Al respecto, hay que señalar varias cosas. Que la cultura emergente debe ser estimulada, entendiendo a esta como las expresiones que surgen del quehacer de una comunidad. Ahora bien, ¿la cultura emergente es un argumento para que el Estado municipal decida borrar su área abocada a los temas específicamente culturales y artísticos? ¿Alguien se imagina al estado italiano planteando que frente al fenómeno de los grafitis decreta el cierre de su Ministerio de Bienes y Actividades Culturales y resuelve tirar a la basura el depósito custodiado del acervo de Da Vinci?
Este tipo de fundamentalismo anticultural no es nuevo. Está basado en lo más reaccionario del pensamiento político. Supone cosas como que “la gente no lee” entonces hay que acercar “entretenimiento”. Además de subestimar a nuestra población, se enmarca en un proceso de pauperización cultural dirigido por las clases dominantes.
Según estos criterios, quienes defendemos el acervo cultural universal, es decir, el derecho al acceso a la cultura por parte de la ciudadanía, somos parte del pasado. Según estos débiles argumentos que caen por su propio peso, forjados con acero oscurantista, Borges sería cosa del pasado, el Quijote un bodrio muy largo y las ciencias, claro, quedarían en mano de los hijos de quienes puedan pagar una educación, porque, como se sabe según estos agentes del salvajismo capitalista, “la gente no lee”.
Nos vemos no sólo en la obligación de señalar el absoluto rechazo a las medidas que intentarán tomar, sino además de exigir:
1) al señor presidente del Honorable Concejo Deliberante, Fernando Compagnoni, el uso responsable de sus facultades, el no uso de su facultad de doble voto, la actitud honrada de habilitar el debate político y no de imponer a manotazo limpio unas medidas que lo harán ingresar a la Historia como el responsable de facilitar políticas nefastas que resultaran muy dañinas al ya castigado tejido cultural;
2) la inmediata renuncia de la Licenciada Morena Llanca Rosselló, quien mediante la elucubración de estas medidas no hace más evidenciar su total ineptitud para ejercer un cargo público en la era democrática además de su insuficiente formación para el manejo de la cosa cultural;
3) al señor intendente de Bahía Blanca, el cese de las hostilidades contra nuestra población y para con quienes nos desempeñamos en el ámbito cultural en particular, sepa usted que tiene responsabilidades ante la ley como funcionario público y que el ejercicio autoritario de sus funciones no pasará desapercibido ante la conciencia cívica de nuestro pueblo ni ante la memoria colectiva;
4) a la oposición, que arbitre con seriedad todas las instancias de acción política dejando de lado pequeñas disputas de poder en función del bien común en el entendido de que ha sido ungida por el voto popular para ejercer un rol concreto frente a la crueldad de estas políticas virulentamente antipopulares.
A la comunidad de Bahía Blanca, expresamos que los trabajadores y las trabajadoras de la cultura siempre hemos estado del lado de nuestro pueblo y hemos luchado junto a cada sector afectado toda y cada vez que hubo una oportunidad. Las afirmaciones de Rosselló nada tienen que ver con “abrir” a ninguna expresión cultural sino con abrir heridas en el tejido social lacerado, intentando generar divisiones. No nos cabe duda de que como resultado final nos espera el incumplimiento de sus promesas y el vaciamiento de lo que cada barrio logró construir y sostener. Creemos que es fundamental el entendimiento entre los y las de abajo frente a este claro ataque de los beneficiarios de un modelo económico excluyente.
Defendemos el Instituto Cultural.
Defendemos el Fondo Municipal de las Artes.
Defendemos el Consejo Cultural Consultivo.
Defendemos nuestras conquistas en democracia.
Repudiamos el ejercicio autoritario de la función pública.
Exigimos la inmediata renuncia de Morena Rosselló.
Por todo esto convocamos a toda la comunidad a concentrar el próximo viernes 10 de enero a las 11 horas en la esquina de Sarmiento y Estomba.