Sostuvo el dirigente del Polo Obrero Eduardo Belliboni. La semana pasada el hubo acampe y represión en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Además, movilizaciones, cortes de ruta y acciones en 21 provincias. Ante el anuncio de permanecer por tiempo indeterminado frente a las puertas del Ministerio de Desarrollo social, “el gobierno cedió a alguna de las demandas de las organizaciones piqueteras”.

Hoy a las 16 se reunirán en una mesa de negociación en la que se tratarán “el aumento de la asistencia a los comedores populares y la apertura de los programas sociales para la atención de los múltiples problemas que genera la política económica del gobierno”.

“El aumento en los montos anunciado por el gobierno es también un logro de las organizaciones, pero es totalmente insuficiente” ya que “lleva el ingreso de una persona con un programa social a un aumento escalonado a agosto a $7500, una suma miserable que está por debajo de la canasta de indigencia”.

Por último, el dirigente sostuvo que si hay nuevas maniobras dilatorias frente a los reclamos del frente piquetero “volverá el acampe”.

Abuelas de Plaza de Mayo comunicó el encuentro de una nueva nieta, hija de Norma Síntora, secuestrada embarazada de 8 meses, y de Carlos Alberto Solsona, con quien podrá finalmente abrazarse, luego de casi 42 años.

La familia

Norma Síntora nació en Cruz del Eje, Córdoba, el 9 de agosto de 1951. En 1968 comenzó a estudiar Ingeniería Electrónica en Córdoba donde conoció a quien sería su marido, Carlos Alberto Solsona. Tras una amistad de varios años, formaron pareja en 1974, en marzo de 1975 se casaron y al año siguiente nació su primer hijo, Marcos.

Norma y Carlos militaban en el Partido Revolucionario de los Trabajadores-Ejército Revolucionario del Pueblo (PRT-ERP). A ella sus compañeros la llamaban “La Morocha”, “Raquel”, “Marta” o “La Turca”. Hacia finales de 1976, ante la ferocidad de la represión, la pareja decidió dejar a Marcos al cuidado de sus abuelos maternos por los riesgos que estaban corriendo y empezaron a pensar en el exilio. Por entonces, Norma cursaba su octavo mes de embarazo.

Pero los planes no pudieron concretarse. El 21 de mayo de 1977, alojada en la casa de sus compañeros de militancia Isolina Beatriz Rocchi y Rubén Castro, en Moreno, provincia de Buenos Aires, Norma fue secuestrada junto a ese matrimonio. Los tres continúan desaparecidos.

Al momento del secuestro, Carlos Alberto se encontraba fuera del país y luego debió exiliarse. La familia Solsona-Síntora pretendía escapar de la dictadura y reencontrarse en España: Norma con Marcos y su bebé –a quien pensaban llamar Pablo, si era varón, o Soledad, si era mujer–, y Carlos, ya fuera de Argentina.

Nada más se supo de Norma ni del bebé nacido/a en cautiverio. Se presume que, por la zona del secuestro, podría haber sido llevada a Campo de Mayo, donde habría dado a luz en alguna de las maternidades de ese centro clandestino de detención.

Marcos, el hijo mayor de Norma y Carlos, creció con sus abuelos, con una verdad contada lentamente, mirando fotos y leyendo las cartas que le enviaba su papá. Cuando cumplió 10 años, su abuelo paterno Domingo Solsona lo llevó con Carlos y se produjo el reencuentro. Luego Carlos formó pareja con Ana y tuvo otro hijo, Martín.

Carlos y los abuelos Solsona y Síntora radicaron tempranamente la denuncia sobre el bebé que buscaban en Abuelas de Plaza de Mayo. Existen registros de las presentaciones del abuelo Héctor Síntora en la filial de Abuelas de Córdoba, que mencionaban la desaparición de su hija embarazada de ocho meses.

La búsqueda

En 2012, a partir de diversas informaciones recibidas sobre una joven que había sido inscripta como hija propia por un matrimonio, desde Abuelas se resolvió la aproximación del caso. La documentación reunida mostraba, entre otras cosas, que la partida de nacimiento apócrifa había sido firmada por un médico de la Policía Federal Argentina y que el parto había ocurrido en domicilio. En 2013, el equipo de Aproximación del área de Investigación de Abuelas, contactó a la presunta hija de desaparecidos que vivía en el exterior para invitarla a realizarse el examen de ADN.

El equipo realizó la comunicación por teléfono y quedó en continuarla vía correo electrónico. La mujer adelantó que en 2014 viajaría al país para seguir conversando sobre la posibilidad de analizarse y se le transmitió que la prueba genética también podía efectuarse a través del Consulado. Ante la falta de respuesta subsiguiente, el área de Investigación informó a la presunta nieta que su caso sería derivado a la Unidad fiscal especializada para casos de apropiación de niños durante el terrorismo de Estado.

El juez Sergio Torres tomó la causa y, a través de la representación diplomática del país donde reside la mujer, intentó en dos oportunidades que se analizara. Ante las negativas, envió un exhorto a la Justicia de ese país, que rechazó realizar un allanamiento para verificar la identidad de la joven.

En junio de 2017, a partir de un allegado de la joven que la incentivó a buscar su origen, se pudo retomar el vínculo. Este amigo, que vive en la Argentina, fue atendido por el equipo jurídico y el de Presentación Espontánea de nuestra Asociación, para despejar dudas y restablecer los puentes para que la mujer accediera finalmente a analizarse.

Hace dos semanas la nueva nieta ingresó al país y, por una notificación de Migraciones, se presentó a la Justicia el miércoles 3 de abril. Allí, con intervención del equipo interdisciplinario de la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (CONADI), aceptó realizarse voluntariamente el análisis en el Banco Nacional de Datos Genéticos (BNDG), que arrojó que es hija de Norma Síntora y Carlos Alberto Solsona.

Abuelas notificó a su papá y a sus hermanos sobre el encuentro, quienes viajaron hasta aquí para conocer todos los detalles del caso. Su papá Carlos, sus hermanos Marcos y Martín y sus sobrinos la esperan para abrazarla y reconstruir más de 40 años de historia arrebatados por el terrorismo de Estado.

Este caso devela la trama de complicidad que conlleva el delito de apropiación de identidad y la necesidad de que toda la sociedad se comprometa a resolverlo. El encuentro de Carlos con su hija no habría sido posible de no haber recibido las informaciones acercadas desde la sociedad, no podría haberse constituido como caso si el Estado no se hubiera comprometido con la búsqueda, y a esto se suma el acompañamiento de su amigo que la guió para que se sacara las dudas sobre lo que la restitución implicaba, las gestiones con los consulados de Argentina en otros países, la labor de la Unidad Fiscal de Investigación, del Juzgado Número 12, de la CONADI, el BNDG y de nuestros colaboradores. Todos y cada uno de los eslabones de esta cadena han hecho posible que la #Nieta129 vuelva a casa. Por eso repetimos: rompamos el silencio, el tiempo es hoy, los nietos y nietas ya tienen entre 39 y 45 años, ayudemos a reparar las heridas que la dictadura nos dejó.

(Por Rodrigo Holzmann) Llega al aula magna repleta junto a Sergio Maldonado, confirmando que la lucha, su lucha, continúa hoy y se renueva en cada injusticia que se produzca en cualquier parte del mundo.

Múltiples generaciones se apiñan en el auditorio, pero es la juventud una amplia mayoría que invita a soñar.

Se pone de pie y su altura no difiere mucho de cuando estaba sentada, un mágico silencio se apodera de la sala, la magnitud de su figura gana la escena y uno, simple mortal, se quedaría toda la vida escuchándola.

Habla de su hijo Gustavo como de los treinta mil, de cómo las parieron a la Plaza y sobre todo a la lucha. De sus “candorosos” consejos para que su hijo no fuera al frente en la marchas y como ella después de su desaparición, puso su cuerpo en primera fila para reclamar lo que hiciera falta.

Nos cuenta que viajó a Turquía (sí, a Turquía!!!) para visitar a la diputada kurda en huelga de hambre por la liberación su líder independentista, preso desde 1999. Que vive cerca del Hospital Posadas, de los miles de despidos, de la lucha de sus trabajadores, de la precarización del trabajo de las enfermeras. Del derecho a la salud.

 

De su presencia en la lucha de los trabajadores despedidos de SENASA y de la importancia de la tarea del organismo en la salud pública.

Cuenta que acompañó a laburantes cesanteados del INTI en sus reclamos. Toma el vaso de plástico que está sobre la mesa para explicar, con didáctica paciencia, cuan necesario es la labor desarrollada por el INTI en el control de los materiales con que se fabrica todo.

Relata su encuentro con los trabajadores de TELAM que rajó el gobierno, de la importancia de los medios de comunicación y de los intereses a los que responden los hegemónicos.

Nombra al movimiento feminista, estalla la tribuna, habla de la importancia de su irrupción, de su potencialidad y vigencia. Sugiere, con dulzura, revisar alguna cuestión.
Va del Papa (que no la quiere) a Colombia que desarma a las FARC para matarlas más fácil. De la Iglesia Católica y su doble cara, cúpula partícipe de la Dictadura en oposición al buen trabajo de los curas en las villas.

Desgrana la lucha inclaudicable de las Madres, de sus posiciones políticas, del respeto a las diferencias y de la triste realidad que se nos están muriendo. Con el agravante de irse sin saber la verdad sobre sus hijos y nietos.

De su hijo Gustavo a la actualidad, de los históricos des manejos del Poder Judicial.

Reflexiona sobre las deudas de la Democracia. Que si existen pobres no existe democracia.

Del aparato represivo de la Dictadura, de su vigencia y como nunca fue desmantelado en treinta y cinco años de democracia. Une las puntas de un mismo lazo y afirma que el caso de Santiago Maldonado es la prueba palmaria de ése dispositivo represor intacto, hoy al servicio del poder judicial.

El pañuelo blanco en la cabeza, el verde en la muñeca y la foto de su hijo en el pecho son sus únicas armas para enfrentar todas las luchas, las de ayer, hoy y siempre.

Habla, se ríe, bromea con Sergio, guiña cómplice un ojo a las chicas y a cada ratito te emociona. Lloro con lágrimas profusas y parece que me contestara “¿Quién dijo que los hombres no lloran?”.

Lloro por su lucidez, su voluntad, su fresca lucha con noventa años, su ejemplo, por como la aplaudimos, por como la amamos, por su necesaria existencia.

Te oxigena, te da ánimo, te empuja a lucha, te levanta de tu asiento y salís con unas ganas tremendas de ser, aunque sea mínimamente, como Norita Cortiñas.

Nora Cortiñas, integrante de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, y Sergio Maldonado, hermano de Santiago, brindarán una charla esta tarde en Bahía Blanca.

Será a las 19 en el Salón de Actos del edificio de Alem 1253 de la Universidad del Sur.

La actividad, convocada por la Comisión de Derechos Humanos de la CTA Bahía Blanca – Cnel. Dorrego, se realiza en el marco del 43º aniversario del golpe de Estado cívico militar eclesiástico.

“Norita” no solo es un emblema del camino de la Memoria, la Verdad y la Justicia y de la reivindicación de lxs 30 mil detenidxs desaparecidxs sino también un ejemplo de solidaridad con las luchas del campo popular.

Sergio, por su parte, asumió el reclamo de Juicio y Castigo a los responsables de la desaparición y muerte de Santiago, militante anarquista solidario con la recuperación territorial del pueblo mapuche, perseguido por la Gendarmería junto a integrantes de la Pu Lof en Resistencia Cushamen durante la represión del 1 de agosto de 2017.

Del encuentro participará, además, la dra. Verónica Heredia, abogada de la familia Maldonado y defensora de los derechos humanos.

El Sindicato Gráfico Sureño denunció despidos por parte del dueño del Diario La Nueva, Gustavo Elías, y de los directivos Julián Lemos y Fernando Monacelli.

Si bien aludieron a que “los números no cierran y que el diario da pérdidas” para el gremio “no se explica el motivo del cierre del taller”.

“Sabemos que esto no es así, son el medio de comunicación que más pauta oficial reciben, tanto municipal como provincial y nacional, y sin contar lo que entra por pauta privada. Sin embargo, la realidad para nosotros es otra”.

Bajo el cuadro, Monacelli y el ex concejal Lemos. De pie, apoyado en la silla, Gustavo Elías.

El sindicato reclama desde junio del año pasado “la correcta aplicación de la escala salarial vigente y homologada ante la Secretaría de Trabajo de la Nación (aplicaban la escala del año 2016), la correcta aplicación del Convenio Colectivo de Trabajo y la categorización de los trabajadores”.

“Casualidad o no, son los mismos reclamos por los que murieron luchando y reclamando nuestros Mártires, Enrique Heinrich y Miguel Ángel Loyola en esa misma empresa”, afirmaron en referencia a los obreros señalados por la familia Massot y secuestrados, torturados y fusilados por la dictadura genocida.

El gremio informó que sus afiliados cobraban en cuotas y fuera de término hace tres meses. Entiende que el cierre del taller “es una clara represalia” por reclamar sus derechos.

“Fuera de una audiencia en el Ministerio de Trabajo de la Provincia ya nos habían advertido que si reclamábamos mucho iban a cerrar por que éramos el único gremio que reclamaba, tenemos conocimiento de la molestia de los trabajadores de prensa con su sindicato por no defenderlos antes los mismos conflictos que el diario tiene con nosotros”.

Los gráficos de La Nueva recibieron esta mañana los telegramas de despido “aludiendo al cierre del sector impresión y preimpresión”. “Son 15 familias que se quedan sin su única fuente de ingresos y, teniendo en cuenta la crisis que afronta el país, es negro el panorama para ellas”.

La Comisión Directiva sindical convocó a una asamblea con los despedidos para consensuar los próximos pasos a seguir y un “posible e inminente escrache a los dueños y directivos de la empresa”.

La muestra “El informe Nunca Más, la potencia de un archivo”, la cual da cuenta del trabajo de la CONADEP, puede visitarse en el Centro Histórico Cultural de la UNS hasta el 12 de abril en el marco del 43º aniversario del golpe de Estado cívico militar.

“Es interesante señalar que antes nunca había habido muestras que indagaran en el archivo. Desde el Centro Internacional decidimos mostrar el archivo de la CONADEP, mostrar los legajos donde se registraba la información que los familiares daban, audios y videos de quienes tuvieron los roles centrales”, señaló a FM De la Calle Patricia Tapattá Valdez.

La directora del Centro Internacional para la Promoción de los Derechos Humanos (CIPDH) afirmó que “quizás no tenemos presentes las medidas que cuando retornamos a la democracia el presidente Alfonsín tomó para que la sociedad rindiera cuentas de ese pasado. Una de esas medidas claves fue la creación de la CONADEP que comenzó a reunirse apenas doce días después de que asumiera el presidente”.

Consultada por la importancia del informe, señaló que “la CONADEP permitió hacer el Juicio a las Juntas, los testimonios de los jueces siempre señalan que sin la comisión no hubiese podido hacerse. La política de derechos humanos fue gracias a cada uno de los informes y los legajos que hicieron avanzar las causas contra los responsables”.

“En el Nunca Más estaba ausente la identidad de las víctimas”

El sociólogo Daniel Feierstein dijo que el libro Nunca Más “después de una cantidad de páginas, no se puede seguir leyendo”. “Creo que por la forma en la que se estructuró, uno de los ejes problemáticos del Nunca Más era que centró en la descripción abstracta del horror donde lo que estaba ausente era al identidad de las víctimas y el sentido de ese horror”.

Comentó que esto “lo volvía inaceptable para nuestra subjetividad en el sentido de que uno tiene un límite de cuantas formas de tortura puede leer, resulta imposible de conectar con nada cuando no se entiende el sentido de esa tortura, quién era la gente que había sido secuestrada, por qué se vivió ese proceso histórico. Es el gran limite del Nunca Más, la mayoría de la gente sentía una necesidad de tenerlo pero después de una cantidad de páginas uno no puede seguir leyendo”.

(Por Mariela Dobal*) El 8 de marzo esta ciudad lució sus calles céntricas repletas de niñas, mujeres, lesbianas, trans, travestis y no binaries que marcharon y se expresaron denunciando las opresiones e injusticias que sufren en cada rincón teñido de patriarcado. Lo que sucede en los medios de comunicación locales y en las coberturas  en las que están involucrados estos colectivos también fue parte de los reclamos.

“Apoyamos el movimiento de las/es trabajadoras/es de la comunicación para construir medios responsables a pesar de los intentos de silenciamiento, precarización y despidos injustificados, que las grandes cámaras empresarias intentan imponer”, sostiene el documento leído en el acto de Bahía Blanca.

“Paramos porque no queremos ser cómplices de la violencia simbólica ejercida en el tratamiento de las noticias y de la falta de voluntad para capacitar en materia de géneros”, se indica desde la plaza central, mientras un grupo de mujeres, identificadas profundamente con esa visión, aplaude con fuerza y emoción.

Se miran y se encuentran, por primera vez, juntas. Unidas. Temblando de alegría e indignación. Fortalecidas por empezar a reunirse y organizarse para de construirse y no callar más.

La Red de Comunicadoras Bahía Blanca es una realidad. Un espacio de encuentro. Una red que entrama múltiples realidades, experiencias, ideologías, aprendizajes y silencios ya no deseados, de trabajadoras de los medios locales de comunicación. Desde hace meses se reúnen y planifican trabajos compartidos y coberturas mediáticas con real perspectiva de género. Están buscando mecanismos y recopilando información para visibilizar el desigual trato laboral que reciben en sus lugares de trabajo: a misma tarea que los hombres periodistas inferior paga, despidos injustificados por negarse a mandatos patriarcales, sufrir exigencias estereotipadas externas antes de valorarse su formación y experiencia, entre decenas de otras injusticias dignas de este sistema despiadado.

¿Por qué? “Porque no queremos más medios de comunicación hostiles y bastiones del disciplinamiento para quienes queremos producir nuevos sentidos. No estar en los medios es violencia simbólica y laboral. Este 8 de marzo, paramos el mundo. Este 8 de marzo nos hacemos oír, pero no solo hoy sino también mañana porque si nuestras vidas no valen, produzcan sin nosotras”, expresa la red en un pronunciamiento.

Mientras tanto, y ante las coberturas periodísticas que insisten en“nota de color”, “efeméride semanal” o “nota especial” para difundir estas realidades, perpetuadas en el lenguaje sexista y excluyente, inundadas de lugares comunes y sin consciencia de clase… nacen producciones autogestivas en espacios de comunicación comerciales y comunitarios, que invitan a reflexionar y expresarse.

Surgen discursos que construyen una comunicación fundada en visibilizar y defender los derechos de las personas. Emergen acciones pensadas para escuchar todas las voces posibles, capaces de ilustrar cada realidad negada en las editoriales de medios hegemónicos, reproductores de desigualdades e intolerancia.

Irrumpen trabajadoras de la comunicación que se encuentran en cuerpo y alma para no callarse más y desaprender mandatos y prácticas que las tenían inmóviles. “Paramos el mundo. Nos bajamos. Y ahora nos volvimos a subir. Unidas y empoderadas”. 

Fotos: Fabiola Natalio, Virginia Pascual y Paula Ércoli.

*Nota publicada originalmente en Comuna.

El periodista Ricardo Ragendorfer analizó en FM De la Calle el entramado judicial, político y mediático de la causa D’Alessio-Stornelli a raíz de la exposición del juez Alejo Ramos Padilla en la Comisión de Libertad de Expresión de la Cámara de Diputados.

“La denuncia del empresario Etchebest es la punta de iceberg que involucra muchas más personas, organiza al Poder Judicial y los servicios de inteligencia. No es una novedad lo que señaló Ramos Padilla, la profusión de informes de inteligencia e indicios que prueban una relación entre D’Alessio y los servicios de inteligencia de al menos dos países, Estados Unidos e Israel”.

El periodista comentó el fenómeno del “lawfare” o “judicialización de la política” y explicó que ocurre “a través de la triple alianza de los servicios de inteligencia, el Poder Judicial y ciertos medios periodísticos”.

“En ese sentido, las personas que están procesadas e imputadas y sospechadas de haber apretado personas con fines extorsivos funcionan como una especie de grupo de tareas donde casa uno de los integrantes tiene su rol. Es evidente que (los comisarios) Degastaldi y Bogoliuk eran el enlace entre D’Alessio y la AFI y también eran los proveedores de datos privados que D’Alessio utilizaba para extorsionar personas”.

Respecto del rol del periodista de Clarín Daniel Santoro, Ragendorfer resaltó que “tenía una doble función: por un lado era la fuente de D’Alessio, elaboraba informes de sus colegas, y además cuando algún extorsionado se resistía, aparecía en Clarín alguna nota que los ponía como ejes del mal”.

La doctora en Ciencia Política e investigadora del Conicet Natalia Martínez analizó en FM De la Calle las distintas olas del feminismo en el marco del 3º Paro Internacional de Mujeres, Lesbianas, Trans, Travestis y No Binaries.

“Lo conmovedor viene por el lado de la masividad y de la heterogeneidad, se multiplican los feminismos. Hoy es feminismo y qué más. Necesitamos más significantes que den cuenta desde qué feminismo venimos. Y eso habla de la riqueza del momento”, opinó sobre el desarrollo de la cuarta ola en nuestro país.

Agregó que “la metáfora de la ola vino a decir que hubo muchos momentos individuales o aislados que juntos logran desplazar cierta configuración de época”.

Más allá de caracterización internacional de las diferentes etapas del movimiento feminista, la investigadora afirmó que en Argentina “la primera ola se dio a principios de siglo, la segunda en los ’70 y la tercera ola se difumina un poco más porque nuestros ’70 se vinculan a los ’80 por la recuperación democrática”.

“En los ’70 la política partidaria y estatal tenía una connotación peyorativa para las feministas y eso cambio en los ’80 cuando la política y la intervención en ella tuvieron otro sentido”.

Martínez explicó en cuanto a la tercera ola que “hay un cambio muy importante que se da en los ’90 y tiene continuidad con el 2001. Los ’90 dividieron los feminismos en América Latina en torno a la autonomía y a la institucionalidad. Esa aproximación al Estado que se da en los ’80 en los ’90 tomó otro sentido por la política que estaba muy vinculada al proyecto neoliberal”.

“A la cuarta ola se la engloba en la llegada de lo popular al feminismo. Hay un sector que cree que lo novedoso vendría por ahí pero para mí se fue dando antes, hubo ciertas condiciones en el país que hicieron que llegasen. Me parece que lo de hoy se da por la heterogeneidad que siempre fue constitutiva del feminismo pero hoy llega con masividad”, concluyó.

En un su artículo “Natacha Jaitt y la narcocultura“, publicado por La Vaca, la periodista y feminista Claudia Acosta aborda el caso desde una perspectiva basada en la el trabajo de Michael Taussig. Se trata de un antropólogo australiano “que observó la violencia en Colombia” e intentó explicar su sentido en tanto construcción social.

“Tenemos que pensar cómo escuchan y leen nuestras jóvenes”, sostiene la cronista. Cronista que camina los barrios. “Con el hambre, el ajuste, fábricas que se cierran tenés muy favorecido el tema de vender merca o prostituirte”, explica. “En los barrios, trabajando con un grupo de mujeres, hay destinos sociales de violencia”.

Según el gobierno nacional, la pre candidata a presidenta Patricia Bulrich se erigió en una abanderada de la lucha contra el narcotráfico y este sería un valor diferencial de la actual gestión. Sin embargo, Acuña, quien camina sin drones ni algoritmos por calles reales con gente verdadera, no comparte el diagnóstico. “Yo lo que veo es narco terrorismo de barrio, además ligado a femicidios. El conurbano tiene un montón de femicidios ligados a esto”, concluyó.

 

REPRODUCIMOS EL ARTÍCULO COMPLETO

 

Natacha Jaitt y la narcocultura

Las lecciones del antropólogo australiano Michael Taussig sobre Colombia y la cultura criminal del narcotráfico aplicadas a la lectura de las declaraciones de los involucrados en la muerte de Natacha Jaitt revelan una trama compleja que vincula la depredación de los cuerpos femeninos con el glifosato y la represión a la UTT. Para el debate y más allá.

Por Claudia Acuña 

El antropólogo australiano Michael Taussig fue quien mejor describió lo que nos pasa. Hizo su observación en Colombia en 2010, pero su foco de atención es esa geografía que en estos tiempos tremendos se extiende como una mancha de aceite que lo impregna todo. De ese todo, Taussig señaló algo: la relación que establece el narcotráfico entre la belleza y la violencia.

A esa relación la denominó “narcoapariencia” – “tetas de silicona, culos agrandados y delgadez de liposucción”- símbolo de una cultura que “ha desplazado el trabajo y la disciplina a favor de la transgresión y el exceso erotizado y convierte la mutilación en el frenesí que motoriza a la nueva economía capitalista que busca reactivarse en lo que llama, muy tranquilamente, consumo”.

Para explicarlo más fácil cita, como ejemplo, las declaraciones de una actriz: “Lo único que le importa a los narcos es el tamaño de tus tetas. Si ellos te desean lo primero que hacen es enviarte a los cirujanos plásticos para que te pongan implantes, pero son ellos quienes deciden qué tan grandes tienen que ser, no tú”.

Taussig deja clarísima así su hipótesis: la cultura narco todo lo transforma en consumo desmedido y abusivo, y su consecuencia más cruel la soporta el cuerpo de las mujeres, disciplinado con bisturí, jeringas y hambre.

Lo interesante es que relaciona esta  “narcoapariencia” con las represiones a las manifestaciones de protesta que sacuden Bogotá. Y lo hace de una manera muy particular: las observa en vivo y en directo y las describe como coreografías.

Para Taussig cuando la sociedad se manifiesta, baila.

La represión es la forma que tiene el poder de restablecer la tristeza de la inmovilidad social como látigo de dominación.

Belleza y violencia, entonces, es un vínculo que el narcotráfico establece por la fuerza, pero también por la impunidad que le otorga la conveniencia de un Estado que reprime la alegría de los cuerpos expresándose libremente.

Otra forma de conocer las consecuencias que nos advierte Taussig de esta narco cultura es leer las declaraciones de los involucrados en la muerte de Natacha Jaitt –que la policía filtró rápida y diligentemente a la prensa- donde sin metáforas nos hablan esos hombres endurecidos por el consumo -a los que ya ni se les para- y esas mujeres –una de apenas 19 años- que siguen ese ritmo letal porque no tienen otro y porque es el único que les han alentado socialmente.

Es antiguo, pero sobre todo decadente hablar de adicciones en este contexto tremendo porque esta narcocultura desquiciada excede lo químico: lo que consume son cuerpos, lo que destroza son ideales y lo que mata son, fundamentalmente, mujeres.

Y futuro.

¿Por qué? Porque al decir de Taussig, en esta narcocultura criminal “las mutilaciones abarcan aquellas que produce el capitalismo agroindustrial sobre nuestra Madre Tierra”.

Sí: estamos hablando de Natalia Jaitt y del glifosato.

Sí: estamos hablando del narcotráfico y la represión a la UTT.

Sí: estamos hablando de la última y más tremenda fase del capitalismo.

Esta que depreda, mutila y mata.

Esta que, según las palabras finales de Taussig, se va a caer si comprendemos la complejidad a voltear: “La Historia no avanza a pasos suaves, evolutivos, sino con rupturas –forjadas por terremotos o tetas de siliconas que explotan- y con momento mitológicos que nos hacen acoger el sentido de lo maravilloso”.

Lo que nos propone Taussig es oponer a la insomne narcocultura nuestros mejores sueños.

Carlos Lombardi, abogado de la Red de Sobrevivientes de Abuso Eclesiástico, opinó acerca de la cumbre antipederastía que realizó la Iglesia Católica en el Vaticano.

“Ellos se han victimizado y para nosotros se preocupan más por la institución que por las víctimas que no fueron atendidas en las deliberaciones ni pudieron dar el debate cara a cara”.

“El código de conducta que planteó Bergoglio para decirle a los obispos que no tienen que violar niños para nosotros es una aberración en la que se encuentra el clero porque si usted necesita una norma para no violar niños algo anda mal”.

 

(Por Mauro Llaneza) El juez Agustín López Coppola se comprometió a dictar sentencia sobre la contaminación de la ría en julio. El titular del Juzgado Contencioso Administrativo Nº1 aceptó, además, el pedido de las empresas del polo para sumar pericias sobre sus procesos productivos.

El miércoles 13 se realizó una nueva audiencia en la causa civil que investiga las responsabilidades sobre la presencia de metales pesados en el estuario y la destrucción de la pesca artesanal.

“Siguen contaminando, nos sacaron el trabajo, nos arruinaron a todos los pescadores. Queremos que esto se termine”, dijo a FM De la Calle Rubén Córdoba, whitense, 27 años dedicados a la pesca.

El abogado Lucas Beier afirmó que “hoy las empresas están más preocupadas en echarle la culpa al otro que en si el estuario está o no contaminado. Lo siguen negando pero la prueba lo acredita. Hoy su mayor preocupación es decir el culpable es el otro”.

Las demandadas son: Solvay Indupa, TGS, Petrobrás Argentina, Compañía Mega, ABSA, Profertil, Cargill, el Consorcio de Gestión del Puerto, PBB Polisur, Azurix Buenos Aires, la Municipalidad y la provincia.

Una pericia de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires probó científicamente la existencia de “altas concentraciones bioacumuladas de cadmio, plomo, cromo y cobre en branquias e hígado de todas las especies analizadas”.

Sin embargo, la Cátedra de Alimentación Química de la casa de estudios porteña había advertido que no respondería aspectos vinculados al proceso industrial que excedían su especialidad.

Toda la información sobre #ContaminaciónenlaRía

 

Beier, representante de la Asociación de Pescadores Artesanales de la Ría, explicó que “la pericia principalmente hace el estudio del estado del estuario, del agua, sedimentos y especies. Las demandadas pedían una nueva pericia y eso fue lo central de la discusión”.

“El juez dejó en claro que quiere terminar el proceso lo más rápido posible, no quiere perder dos o tres años designando un perito. Entonces les dio un plazo a las empresas de diez días para que designen perito y antes de fin de julio quiere tener la sentencia dictada”, agregó.

Las empresas tendrán cuarenta días para ofrecer un perito que informe sobre el proceso interno de cada firma, los insumos que utilizan y los residuos que arrojan al estuario. Si no lo consiguen en ese lapso, perderán la prueba.

Las multinacionales pretenden calcular por qué porción de la torta de la contaminación tendrán que responder económicamente. Todas apuntan a que la mayor parte recaiga sobre ABSA. “Al colega de ABSA lo mataron”, comentó Beier: “En gran medida es cierto pero no quita que los otros también contribuyan”.

“La Ley General de Ambiente dice que cuando no se puede determinar en qué grado participa cada una de las demandadas la responsabilidad es solidaria, todos responden en el mismo grado. Como parte actora no estamos tan preocupados en poder determinar qué empresa contribuyó en mayor medida a que el estuario esté como está”, afirmó.

Luis Arellano, también abogado de los pescadores, dijo a FM De la Calle que “ya hay prueba suficiente, no solamente la pericia de la FAUBA sino todos los informes del CTE, información que está en el IADO, en estudios científicos y técnicos de la UNS, tesis doctorales y un montón de material acumulado por décadas que nos dice cuál es el estado de contaminación de la ría y quiénes son los responsables. Creemos que el expediente se puede clausurar para que nos den la posibilidad de hacer nuestro alegato y pasar a la sentencia”.

Integrantes de la CTA Bahía Blanca-Cnel. Dorrego acompañaron la demanda de los pescadores artesanales y destacaron la importancia de la pericia que probó “lo que todo el mundo sospechaba”.

El secretario general, Enrique Gandolfo, destacó que “luego de conocerse el informe de la UBA los factores del poder económico, las empresas del polo, los factores políticos, la misma Municipalidad han salido a desprestigiar la evidencia científica de la Facultad de Agronomía”.

“Estamos respaldando el reclamo y llamando a la comunidad a conocer que este estado de contaminación, de seguir así, es incompatible con la vida del estuario y está afectando no solamente a los pescadores artesanales sino al conjunto de la comunidad de la ciudad y el puerto”.

El 24 de diciembre se fue uno de los grandes pensadores de nuestra época, Osvaldo Bayer. Su obra, vida y personalidad fue reflejada por el productor, director y guionista de TV, Federico Randazzo en Mundo Bayer.

“El vínculo con la obra de Osvaldo es como la de todo argentino que desea tener buena memoria. Y el vínculo como periodista fue el lujo de haber sido contemporáneo de semejante personaje (…) de haber escuchado sus charlas y de haber compartido el conocimiento, la pasión y el compromiso. Fue unánime el sentimiento de pérdida que tenemos todos a partir de la desaparición física de Osvaldo, pero con la sensación de que estará por siempre presente en todos nosotros ¿verdad? Era un hombre de otro siglo”, dijo a FM De la Calle.

Agregó además que “una cosa que me encanta pensar de Osvaldo es que él era lo que para muchos es un imposible. ¿Viste cuando vos decís ser anarquista hoy es imposible? Bueno, Osvaldo era anarquista. Hoy, poder ejercer el periodismo con esos valores que ejercía Osvaldo  muchas veces en las facultades de periodismo, en las clases, se ve como un imposible y sin embargo él lo hacía; estas cosas él demostró que eran posibles con su mero ejemplo, con su trayectoria y con la lucidez de siempre ir a dar batalla. (..) Fue único Osvaldo y nos deja este legado tan maravilloso”.

A los 91 años el escritor, periodista, historiador y autor de entre otros Rebeldía y Esperanza, Los Vengadores de la Patagonia trágica y Los Anarquistas Expropiadores, partió pero quedaron las enseñanzas de un luchador incansable.

“Para mí no hay nada más aburrido que el acuerdo, que está muy vinculado con las izquierdas. Esta cosa de discutir entre los que están de acuerdo y casi en un tono de masturbación intelectual. Osvaldo todo lo contrario, y en eso de ponerle el cuerpo buscó no caer nunca en el ataque, de querer tener razón, sino debatir argumentos. (…) Ese era Osvaldo Bayer, que iba con sus documentos a la escuela militar, al programa de Mariano Grondona a debatir a donde lo inviten y así fue que nos deja este legado que nos inquieta, que nos deja pensando que nos obliga a trabajar para refundar y rebautizar todas las calles de la Argentina. Ahora para sacar el nombre de Falcón y ponerle Bayer. No sé si podremos dormir tranquilos hasta que tengamos esa tarea hecha”.

Sobre Mundo Bayer, documental estrenado en 2012 por Canal Encuentro, Randazzo contó que fue un regalo de la vida. “Son esos momentos donde el trabajo se cruza con las pasiones y la suerte”.

“Le propusimos al canal hacer una serie donde homenajeáramos a Osvaldo como un agradecimiento con el compromiso que sólo podés asumir con un tipo como él y con mucho cuidado nos metimos a ver. La premisa nuestra fue ir con un enfoque distinto (…) entonces nos propusimos hacerlo desde un lugar más desacartonado, un poco más divertido, un poco más juvenil que era el espíritu que tenía Osvaldo y él se enganchó desde el primer día”.

“Era el primero en entrar y el último en irse; nos abrió generosamente su archivo, nos pusimos a buscar esos cassettes que se había traído de la gira del interior y que nunca nadie había visto. Y llevamos al set una bomba de réplica que tenía en la casa que le habían regalado los anarquistas. La  llevó y enseñó cómo se usaba esa bomba por televisión… a mí me pareció una locura eso de en un canal, andar contando cómo se aplica el derecho de matar al tirano. Me parecía una cosa surrealista. Y lo hicimos y quedó bien y esa era la magia de Osvaldo.

“Venceremos tarde o temprano, como él decía, siempre la ética triunfa en la Historia”, finalizó Randazzo.

Emotiva despedida colectiva

(Por La Retaguardia) Un adiós nunca puede ser grato. Es difícil decir “qué buena que estuvo la despedida a Bayer”, porque es claro que somos muchas las personas que comenzamos a extrañarlo; aunque no fuéramos parte de su cotidianeidad, él sí lo era de la nuestra. Compartimos nuestro reflejo de una jornada emotiva, que no estuvo buena, porque no estuvo Osvaldo Bayer. Participaron integrantes de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, el Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SiPreBA), entre otros organismos, además de artistas como Rolando Goldman (con su charango tocó Hijos del Pueblo) y Ezequiel Jusid de Arbolito, además del Quinteto Negro La Boca, interpretando letras que el mismo Osvaldo escribió para la banda.

Foto portada: Marina Monasterios, Tinta Roja.

Canal Siete de Bahía Blanca, perteneciente a la empresa Artear del Grupo Clarín oficializó ayer otros cuatro despidos. Meses atrás había desvinculado a Sandra Crucianelli y a Carlos Quiroga.

La semana pasada se conoció además el despido Jesica Rípodas, conductora del informativo del canal Cablevisión Somos Bahía, propiedad de la misma firma.

La Red de Comunicadoras Bahía Blanca repudió “los despidos injustificados de Mónica Tilotti, Mario Etchegorry, Ángel Juan, Claudio Hernández”.

“Una vez más, quienes concentran el poder mediático y se apropian de las interpretaciones de los hechos para salvaguardar sus intereses corporativos, han dejado sin trabajo a profesionales de reconocida trayectoria, responsables, capaces y empáticos con su labor cotidiana”, afirmaron.

Agregaron que “llegó el momento de compartir y debatir sobre los preocupantes contextos laborales en los medios de comunicación locales y de todo el país, para dejar de naturalizar conductas autoritarias, patriarcales, violentas y déspotas”.

“Por eso nos unimos, nos organizamos e interpelaremos a ‘lo establecido’ como bien común. Nos solidarizamos con lxs compañerxs, renovando nuestro compromiso colectivo de no callarnos más ante las injusticias y los perversos métodos de disciplinamiento, que representan sucesivos condicionamientos a la vida y a la comunicación en democracia”, finalizaron.

Más de un/a trabajador/a murió por día en su puesto entre octubre de 2017 y septiembre de 2018 según el primer informe sobre asesinatos laborales en Argentina. Quitando domingos y feriados la recurrencia se traduce en una trabajadora o trabajador cada 20 horas.

El estudio fue realizado por el espacio Basta de Asesinatos Laborales, compuesto por familiares y compañeros/as de las víctimas, y otra/os compañera/os de distintos sectores y lugares de trabajo cansados de ver morir trabajadores/as por la negligencia patronal.

La amplia mayoría de los/as trabajadores/as muertos/as eran personas jóvenes (entre 30 y 40 años). También se conocen casos de personas mucho más jóvenes que fueron enviadas por las jefaturas a realizar tareas muy peligrosas, sin la capacitación y los elementos necesarios. En ciertos casos, su primer día de trabajo en una empresa fue el día de su muerte.

Las formas y/o las causas de los accidentes no son registradas claramente, cuando no son directamente ocultadas o tergiversadas por las patronales y las ART, y en los medios sólo se describen en forma muy general o ambigua lo que dificulta un análisis claro de dichas causas.

La causa más numerosa es el choque de vehículos. Esto se da especialmente en transporte de cargas pero afecta también a otros/as trabajadores/as que desarrollan sus tareas en la vía pública. El no respeto al descanso semanal y entre jornadas, la falta de personal, el apremio por lo tiempos y la falta de mantenimiento de los vehículos son una combinatoria que lleva a la muerte a decenas de compañeras y compañeros.

También aparece una vez más la caída desde altura y/o a pozos, como otra de las causas frecuentes de muertes en el trabajo. A esto se suma el derrumbe de edificios o instalaciones.

Los golpes, atrapamientos, explosión de calderas, etcétera, en especial en la industria, son otras de las causas frecuentes de muertes. Esto se explica por la falta de medidas de seguridad, el no mantenimiento de maquinarias y equipos, y la ausencia de dispositivos de seguridad en el equipamiento.

“Este primer anuario tiene como objetivo visibilizar que en nuestro país muere más de un trabajador o trabajadora por día en su puesto de trabajo. Y que estas muertes que se presentan como ‘accidentes’, no lo son. El concepto de accidente implica la idea de un hecho que sucede eventualmente, de manera involuntaria o fortuita, repentinamente y sin que se pueda prever. Por eso, si estas muertes son evitables, no son accidentes: son asesinatos laborales. No sólo son completamente invisibilizados, sino que además quedan completamente impunes: nadie asume nunca la culpa o la responsabilidad por ellos”, afirmaron.

Thelma Fardin denunció al actor Juan Darthés por violación. El hecho ocurrió cuando ella tenía 16 años, en el marco de una gira de la tira “Patito Feo” en Nicaragua. La serie adolescente de la cual participaba se emitió por Canal 13 durante 2007 y 2008.

“Thelma se acercó a las asambleas, primero a nosotras como compañeras. Rápidamente acogimos la causa, ella misma planteó que es algo que no tiene que volver a ocurrir y que no es una cuestión de venganza o revancha sino de denunciar una situación concreta de una persona que ya tiene tres denuncias de abuso”, comentó Natalia Bagden, actriz y parte de la Colectiva de Actrices Argentinas.

“El tiempo de impunidad para los abusadores se terminó”, fue la frase que agrupó más de 70 actrices sobre el escenario del Multiteatro para acompañar la denuncia de Fardin.

“Suelen dudar de nosotras, plantear que es una pelea de cartel, como si fuera gratuito denunciar un abuso. Darthés estuvo trabajando los últimos diez años en infantojuveniles, en contacto con adolescentes, niñas y niños. Muestra que hay un encubrimiento y complicidad del medio, incluso de parte del sindicato”, comentó Bagden.

Darthés y Fardin son afiliados a la Asociación Argentina de Actores. “Institucionalmente hay pasos a seguir, por ende las decisiones van a tardar más”, comentó Lola Berthet, secretaria adjunta de Actores. “Me enorgullece una mujer entera como Thelma, me enorgullece cómo las mujeres nos estamos conteniendo entre nosotras y armando esta nueva historia”, agregó.

Acusaciones anteriores

En 2017 Calu Rivero denunció que Darthés la había acosado durante la filmación de la novela “Dulce amor”, por lo cual la actriz dejó la tira. Cinco años después pudo contarlo. Darthés le inició acciones legales por difamación: mañana tendrán una audiencia por este tema.

Luego se sumaron otras dos denuncias. Anita Coacci y Natalia Juncos dijeron que fueron acosadas por el actor en ámbitos laborales.

Muchos no le creyeron a Calu, ni a Natalia, ni a Ana. Fue la denuncia de Fardin la que obligó que actores, productores, directores, medios y hasta el propio Estado cambiaran sus posturas.

“Mira como me ponés”, dice Darthés a sus víctimas. #MiráCómoNosPonemos pretende revertir la culpa que se les carga a las mujeres y reforzar el grito colectivo frente a la violencia machista.

El ex sacerdote Miguel Sarmiento abrió la ronda de testigos en el segundo juicio por los crímenes de lesa humanidad cometidos en jurisdicción de la Base Naval Puerto Belgrano de la Armada Argentina.

Desde Azul, dialogó con FM De la Calle y reconstruyó la historia del grupo de curas tercermundistas que trabajó pastoralmente en Bahía Blanca y Punta Alta desde fines de los 60 con la participación de jóvenes militantes junto a quienes, luego, fueron perseguidos por la Triple A y la dictadura genocida.

“Hubo una clara grieta entre una iglesia preconciliar, colaboracionista, y otra iglesia que era muy comprometida con los sectores más marginados, con los sectores más empobrecidos de la población que demandaban justicia y que buscaban salir de ese estado de opresión y de desprotección en que estaban sumergidos. La iglesia que se volvió hacia ese sector sufrió las consecuencias de la dictadura”, recordó.

La próxima audiencia del Juicio Armada II será el 20 de diciembre a las 14 en Colón 80.

-¿Cómo fue la experiencia del grupo de curas católicos que proponían una mirada distinta en la iglesia?

Podríamos decir que entre los años 60 y 70 coexistieron dos formas de iglesia. Una que podríamos considerar victimaria y otra que fue claramente víctima. Entre la mayoritaria, la preconciliar, la defensora del statu quo, empecinada en el país occidental y cristiano que pregonaban siguiendo un poco a Onganía y a Videla, estaba casi enfrentada con esa segunda iglesia, la víctima, la que aun siendo minoría era, sin embargo, la que mostraba una gran fidelidad al Evangelio, en base a los documentos del Concilio Ecuménico Vaticano II que terminó en el 65, la Encíclica Populorum Progressio de Pablo VI del 67, los documentos de Medellín del 68, el documento del Episcopado de San Miguel del 69 que empujaba a la proliferación en el país de curas obreros, curas villeros, los curas del Movimiento del Tercer Mundo.

En Bahía Blanca éramos un grupo bastante reducido en ese aspecto, partidarios de lo que se denominó “catolicismo liberacionista”, en base a la Teología de la Liberación del padre Gustavo Gutiérrez de Perú o la Teología del Pueblo que pregonaban grandes teólogos argentinos como Lucio Gera o Rafael Tello.

Nos fuimos juntando alrededor de diez, entre los cuales podría recordar a Pepe Zamorano y Emilio Flores de la Iglesia de La Loma; Coco Segovia, que era secretario canciller y a su vez actuaba en Punta Alta; Benito Santecchia, Benjamín Stochetti, Oscar Barreto, que eran salesianos; Néstor Navarro que estaba en el Seminario como profesor y mucho más adelante fue obispo en Río Negro; Heriberto Bodri que era párroco de Lourdes y luego fue párroco de la Catedral; algunas monjas como Gloria y Kotska de la Pequeña Obra o Norma Gorriarán en el caso de La Inmaculada. Todo eso conformaba el grupo que podemos denominar tercermundista. Si bien nunca llenamos una ficha de adhesión coincidíamos con los postulados de ese movimiento que reunía a aproximadamente a 600 sacerdotes de todo el país.

Trabajábamos cada uno en su lugar, pastoralmente en base a esos documentos que mencioné y al hecho de que nos reuníamos todas las semanas en base a la metodología de “ver, juzgar y actuar” para desarrollar cada uno en su lugar una pastoral más o menos similar.

-¿En su caso estaba trabajando en Punta Alta?

Yo trabajé primeramente en el Seminario de Bahía Blanca, en el año 68 y el 69, allí fue donde tuve como alumnos a Néstor Grill, a Daniel Carrá, a Juan Carlos Colona y tuve como compañero en la preceptoría a Carlos “el Negro” Rivera.

Después de eso dos años fui trasladado a Punta Alta. Dos años estuve en la parroquia del centro y luego me destinaron a la Capilla Cristo Rey del barrio Nueva Bahía Blanca, un barrio más apartado del centro.

Simultáneamente era asesor de un Grupo Misionero Bahiense cuya presidencia ejerció durante un tiempo Daniel Bombara y en el cual participaban también Diana Diez, Ricardo García, Norma Gorriarán, algunos seminaristas y hacíamos la misión en Puan.

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La etapa de mi vinculación con la iglesia del centro, donde el párroco era Alejandro Fan, trabajamos juntos con varios chicos que a su vez también conformaban el grupo que asesoraba Coco Segovia. Entre ellos estaban los hermanos Néstor y Hugo Giorno, Mónica Bonin y Stella Barraza que hoy integra el MoVeJuPa, Mabel Pérez, Rafael Rodríguez.

Ya cuando llegué a Cristo Rey realizamos una acción pastoral muy intensa y muy particular, muy especial, muy distinta a lo que era una parroquia dentro de la Arquidiócesis de Bahía Blanca que siempre se caracterizó por un conservadurismo bastante notorio.

Ahí rompimos un poco los moldes y organizamos la capilla como una especie de cooperativa donde la mantención de toda la acción se realizaba a través de socios que aportaban una cuota mensual, lo cual nos permitía no cobrar ninguno de los sacramentos, ni bautismo, ni casamiento, ninguna acción que habitualmente era cobrada en otras parroquias. Se hacía todo gratis porque nos manteníamos en base al aporte de socios y un consejo de administración que manejaba esos fondos, de modo que yo no manejaba absolutamente todo el tema económico sino que recibía un pago de honorarios por mi desempeño.

Y simultáneamente organizábamos un montón de cosas muy vinculadas a colaborar sobre todo con la gente más necesitada del barrio. Organizamos una farmacia popular, una biblioteca pública, el servicio de Cáritas, una catequesis familiar distinta a la tradicional, grupos de reflexión, el grupo juvenil menor que eran chicos del secundario, ahí participaron en algunos momento Nancy Cereijo y Stella Iannarelli, que hoy están desaparecidas. Otro grupo juvenil mayor en el cual intervino en algún momento Norberto “Bocha” Eraldo y otros chicos que nombré antes que del centro se trasladaron a la Capilla Cristo Rey a seguir trabajando conmigo.

Y, sobre todo, organizamos un club infantil que reunió a más de 200 chicos y que fue un acontecimiento que hizo explosión en Punta Alta en muy poco tiempo y quizás haya sido lo que más perduró en el recuerdo y en el tiempo porque hoy todavía chicos que participaron en su momento se siguen reuniendo y recordando aquel acontecimiento que significó el Club Defensores de Cristo Rey que, además de organizar semanalmente partidos de baby futbol, también participaron como selección en los Campeonatos Evita.

Por otra parte, entre los que colaboraban en el club, que tenía su propia comisión dentro de la Capilla, había grandes ex jugadores como Víctor Rodríguez, Carlos Lorenzo, varios más que sin ser partícipes habituales en la liturgia religiosa, eran enormes colaboradores en lo que fue el desarrollo del club.

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También organizamos la campaña para llevar el gas natural al barrio, en fin, hubo una participación comunitaria muy importante y con mucho apoyo de la gente, que al mismo tiempo se diferenciaba bastante de lo que era lo habitual en otras parroquias de la zona.

-Muchos de los nombres que mencionó son de personas que fueron víctimas del terrorismo de Estado -algunos sobrevivientes y otros asesinados y desaparecidos-, jóvenes que tenían su participación en instancias vinculadas al peronismo. Todo lo que cuenta molestaba a una parte de la iglesia y de la sociedad, ¿por qué y a quiénes?

Es un poco lo que llamamos la iglesia integrista, la iglesia preconciliar, la que no aceptó -pese a que los obispos habían suscrito los documentos- el Concilio Vaticano II, de Medellín y sobre todo de San Miguel. En la práctica hubo como un maquillaje donde lo que se llevaba adelante eran las reformas litúrgicas, por ejemplo, la misa frente a la gente, en castellano, cánticos más populares, etcétera, pero que en el trasfondo de todo ello seguían vinculados a un estilo de iglesia más occidental y cristiana como pregonaba Onganía y que repercutía en actividades como los Cursillos de Cristiandad y otro tipo de acciones.

Esa iglesia, frente a la aparición, sobre todo de los sectores más jóvenes, tanto del clero como de las chicas y chicos que participaban en esta pastoral se fue enfrentando. Se fue provocando lo que hoy está de moda decir, una especie de grieta y esos enfrentamientos terminaron luego siendo ideológicos y provocaron todo lo que ya sabemos que sucedió.

-El grupo de curas y de monjas religiosas, se fue desarticulando desde antes de la dictadura, la Triple A puso los ojos sobre ustedes…

Sí, bastante antes. Ciertos hechos concretos fueron sucediendo ya a partir del año 70. Fuimos víctimas no solamente de la dictadura del 76 sino también de la iniciada en el 66 y que tuvo sus momentos más dramáticos a partir del año 70 con cosas que fueron acrecentando la violencia en el país.

Toda esa arremetida este grupo la fue sufriendo en una escala ascendente que tuvo su momento más dramático en el 75. Sobre todo con el asesinato del padre Dorñak que no formaba parte del grupo, era un salesiano que formaba parte de la comunidad del Instituto Juan XXIII y que sin comerla ni beberla sufrió un atentado que terminó con su muerte violenta, creo que fue en marzo del 75, y a partir de ahí se aceleraron las situaciones.

Hubo algunos atentados contra la escuela Nuestra Señora de la Paz en Villa Nocito. Estaba sostenida por Cáritas y manejada por la gente del Colegio La Inmaculada. Luego hubo algunos atentados también -en este caso me refiero a balear los frentes de los edificios-, pasó lo mismo en el pensionado católico que reunía a chicos secundarios en calle Zapiola, que pertenecía a la curia de Bahía Blanca y donde convivían chicos de la región que no vivían en Bahía Blanca y actuaban en ese pensionado para cada uno desarrollar sus estudios universitario.

Y el más decisivo fue un ataque a la casa de Pepe Zamorano, ya Emilio Flores no estaba más con él, se había ido a Colombia. Zamorano era el párroco de Nuestra Señora del Carmen en La Loma y una bomba le quemó la casa, se quemaron muchos archivos y todo eso motivó que prácticamente el grupo a partir de ese momento se diluyera. Tanto los curas como también muchos chicos que vieron que la cosa venía muy seria, muy brava, hubo un alejamiento hacia distintos lugares por un tiempo, algunos volvieron, otros no, y ahí se va desarticulando toda esta pastoral novedosa, de alguna manera revolucionaria, dentro de la iglesia de aquellos tiempos en Bahía Blanca.

-Usted marcó una diferencia entre los obispados de Germiniano Esorto y el de Jorge Mayer.

Tal cual. Creo que eso también facilitó que las cosas se entorpecieran y entraran en un estado de alarma y luego de dispersión porque mientras el arzobispo fue Germiniano Esorto -que era un hombre, por ahí no partidario de las grandes renovaciones, pero era un hombre esencialmente bueno, comprensivo de su grey, de su rebaño-, en momentos en que hubo ataques en los años 60, 70, siempre salió a defender, a mantener su postura a través de declaraciones o de comunicados donde hacía ver que el jefe de la iglesia bahiense era él y no alguien que no tenía nada que ver.

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En cambio, Esorto presenta su renuncia por edad en el 72 y es reemplazado por Jorge Mayer que ya entra con otra disposición, con mucha falta de conocimiento de lo que era esa comunidad difícil que es Bahía Blanca. Bahía Blanca y toda la zona. Y ahí ya las cosas empeoraron porque no se tuvo una defensa rígida por parte del arzobispo sino más bien todo lo contrario. Eso colaboró mucho más en la dispersión posterior que sucedió.

-¿Qué fue de su vida?

Cuando nos retiramos en el 75 por esta estampida, después de que le quemaron la casa a Pepe Zamorano, cada uno siguió un camino relativamente distinto.

Pepe Zamorano se incardinó en la diócesis de Morón. Coco Segovia que se había quedado se tuvo que ir en marzo del 76 porque lo siguieron hostigando en forma muy dura y terminó incardinándose en la diócesis de Mar del Plata. Néstor Navarro se alejó un tiempo pero luego volvió e incluso fue reemplazante de Pepe Zamorano en la Iglesia del Carmen en La Loma. Benito Santechia y los salesianos, como pertenecen a una congregación, fueron derivados a otros lugares.

Y en el caso mío en particular, fui pidiendo licencia de actividad ministerial y en el año 77 pedí la reducción al estado laical al Vaticano. Inicié una vida distinta, familiar, y me alejé de la actividad ministerial y de Bahía Blanca.

-¿Y ahora volver a contar esta historia ante un tribunal qué le significó?

Lo hice en función de dos postulados bien claros que me había propuesto. Primero, honrar la memoria de chicos y de chicas que fueron víctimas y que en los años 60 o 70 habían trabajado conmigo en actividades pastorales y habían demostrado la excelencia de personas que eran. Por eso, un poco como un acto de volver a traer a la memoria la calidad que tenían esos chicos más allá de lo que pasó luego durante la dictadura.

Por otro lado, dejar bien en claro que en esos mismos años coexistieron prácticamente dos iglesias en Bahía Blanca: una que fue victimaria y otra que fue víctima. Un poco en defensa de esa iglesia víctima es que también me propuse testimoniar en el juicio.

Porque los hostigamientos venían de muchos lados, no solamente desde dentro de la iglesia sino de sectores vinculados a las dictaduras, primero de Onganía y luego de Videla. A veces se pierde de vista que así como por un lado existieron obispos como Caggiano, Tórtolo, Bonamín, Medina, Plaza y tantos otros que de alguna manera fueron parte más o menos intensiva de la represión sucedida en los años 70, enfrente había obispos que fueron víctimas y que postulaban lo contrario. El caso de Angelelli, De Nevares, Devoto, Ponce de León, Hessayne, Podestá o curas como Mujica que fueron parte de la iglesia pero de la de las víctimas, de una misma iglesia que componíamos todos.

Ahí es donde hubo una clara grieta entre una iglesia preconciliar, colaboracionista, y otra iglesia que era muy comprometida con los sectores más marginados, con los sectores más empobrecidos de la población que demandaban justicia y que buscaban salir de ese estado de opresión y de desprotección en que estaban sumergidos. La iglesia que se volvió hacia ese sector sufrió las consecuencias de la dictadura.