La abogada y militante feminista Mónica Fernández Avello destacó durante la transmisión especial de FM De la Calle en el marco del #NiUnaMenos el avance legislativo en torno a la lucha contra la violencia hacia las mujeres, con la excepción de la criminalización del aborto, y manifestó que “hacen falta más operadores, más juzgados, pero a la vez que debemos exigir a los profesionales, funcionarios, organizaciones, para actuar, pensar, definir, cómo y qué hacemos para proteger a las víctimas y principalmente debemos modificar el sustento de esa violencia allí donde se exponga”.
Citando a la dirigente Andrea D’Atri opinó que “la mujer del proletario es la proletaria del proletario” y agregó que “las relaciones machistas, androcéntricas y patriarcales son anteriores al capitalismo y atraviesan todas las clases sociales y, si bien le vienen como anillo al dedo al mismo, al marcar en la familia las relaciones jerárquicas entre los sexos, no son el capitalismo. ¿O acaso las mujeres polacas –por citar solo un ejemplo- no fueron violadas por los nazis camino a la Unión Soviética y luego fueron violadas por los soviéticos camino a Alemania?”.
“Acaso en las organizaciones políticas, sociales, sindicales, laborales, etcétera, no hay miles de actos machistas contra las compañeras: ¿cuántos hombres militantes le dicen a su mujer militante ‘andá vos a la reunión que me quedo a cuidar los chicos’ o a cambiarle el pañal a la nona, o a hacer la comida? Y no como un favor sino porque sos una persona, que no es de derecho natural que naciste para servir, sino que es una explotación lisa y llana de la cual se vale la ‘clase hombres’. ¿Cuántos hombres pueden asegurar que no acosan sexualmente a sus compañeras de trabajo, de militancia y que dejan de ver una teta y un culo para ver una igual con la que podemos tener relaciones de reciprocidad y no jerárquicas?”, preguntó.
Fernández Avello afirmó: “¿Quién le da la audiencia a Tinelli? Por solo mencionar uno de los tantos programas emblemáticos bien misógino. ¿Quién consume prostitución? ¿Quién consume las industrias multimillonarias para que la mujeres parezcamos eternamente jóvenes aún a riesgo de nuestra propia vida? ¿Quién cosifica a las mujeres dando una opinión que nadie les pidió sobre nuestro cuerpo? ¿Quién le dice a sus hijas mujeres ‘no juegues a la pelota porque sos un marimacho’ o al varón ‘no cocines que es de puto’? ¿Quién echa de un bar a dos compañeras lesbianas porque se están besando? ¿Qué heterosexual salió a defenderlas? ¿Quién hace la comida, lleva los hijos al médico, se hace cargo de los viejos de la familia, lava, plancha, limpia la casa a pesar de trabajar fuera de su hogar? Y no quiero dejar de lado a las compañeras travestis y transgéneros que también son víctimas de la violencia del patriarcado”.
Finalmente, la militante discrepó con la consigna que responsabiliza al Estado “porque con eso están licuando la responsabilidad y legitimando el poder que detenta la ‘clase hombre’ sobre el objeto que somos ‘las mujeres’ y que hace de la misma una relación desigual signada en la violencia y en la apropiación de nuestro cuerpo y que, en casos extremos, llega a la supresión misma del objeto –como son los femicidios-“.