“Sres. Jueces, el patriarcado nos atraviesa. Basta de contar muertas, basta de contar abusadas sexualmente, basta de contar a las muertes como moscas. Podemos hablar mucho de leyes pero mientras no cambiemos a la sociedad, muchísimos Jonathan Luna van a pasar por estos tribunales”, dijo la abogada Fernanda Petersen durante su alegato por el femicidio de Micaela Ortega.
La querella, al igual que el fiscal Rodolfo De Lucía, pidió perpetua para Luna (28) quien llegó a juicio imputado por homicidio calificado agravado por alevosía, violencia de género, robo y grooming. El defensor Sebastián Cuevas solicitó 20 años de prisión y tratamiento psicológico.
La sentencia se conocerá el jueves a las 9:30 en Estomba 34.
Micaela estaba convencida que se comunicaba con una mujer que se hacía llamar La Rochi de River, nombre que Luna utilizaba para captar niñas vía Facebook, destacó el fiscal al comenzar su alegato.
Contó que existen pruebas en donde la nena de 12 años le pidió lugar en su casa y que la respuesta de “La Rochi” en el chat fue: “No hay drama gorda, te banco en todas”.
De Lucía repasó datos de los peritajes y agregó que la muerte se produjo el mismo día de la desaparición y las causales fueron traumatismo de cráneo y asfixia mecánica.
“No hay duda respecto de las pruebas que demuestran la autoría de Jonatan Luna (…). No quedan dudas que conversaba con Micaela por Facebook”, dijo.
Respecto a la agravante por alevosía el fiscal sostuvo que tiene fundamento en: el lugar al que se traslada con la nena, que ella era menor de edad, la contextura física de la víctima y que estaba atada. “No había posibilidad de defensa por parte de la víctima”, enfatizó.
En relación al femicidio, el fiscal hizo hincapié en la situación de vulnerabilidad en la que se encontraba la víctima. “Micaela era una nena de 12 años que creía que hablaba con una chica de 12 o más, pero en realidad hablaba con otra persona”.
Tomó como antecedente la sentencia del caso Ángeles Rawson y mencionó las similitudes entre ambos crímenes en cuanto a las características de la víctima y el victimario y el motivo por el cual se produjo la muerte. “Luna mentía sobre su edad para captar la confianza de las víctimas. Es suficiente la prueba para decir que el móvil que motiva a Luna era un abuso sexual”.
De Lucía reveló datos de una conversación entre Luna y otra menor ocurrida la semana previa a la desaparición de Micaela. En este caso el imputado pidió encontrarse con la víctima en dos oportunidades: la primera supuestamente para venderle un celular, encuentro que finalmente no ocurrió y, la segunda, por un tema laboral en la cual le pide que la va a encontrar en la parada del colectivo en Villa Rosas. En ese momento, la víctima fue hablándole desde el colectivo y se comprobó que hubo abuso sexual no denunciado.
De Lucía concluyó que está probado el robo y el grooming por lo cual pidió prisión perpetua y que Luna sea declarado reincidente por el robo por el cual fue condenado en 2012.
La abogada de la familia Ortega, Fernanda Petersen, manifestó que “para Jonathan Luna un celular en sus manos es un arma” y que este “es un caso de libro en lo que se denomina grooming. Pero en el caso de Micaela Ortega fue más allá”.
“¿Quién puede creer que un simple ladrón haga caminar a su víctima más de 10 kilómetros?”, se preguntó Petersen y agregó que “Luna no es inimputable, Luna comprende lo que hace”.
Mirando fijamente al acusado, la abogada de Mónica Cid afirmó: “Luna es un sano hijo del patriarcado. Luna responde a todos los patrones culturales y misóginos en donde se entiende a la mujer como una cosa. Micaela no sabía que ese era el camino al infierno que Jonathan Luna le proporcionaría”.
“Sres. Jueces, el patriarcado nos atraviesa. Basta de contar muertas, basta de contar abusadas sexualmente, basta de contar a las muertes como moscas. Podemos hablar mucho de leyes pero mientras no cambiemos a la sociedad, muchísimos Jonathan Luna van a pasar por estos tribunales”.
“Acá no estamos todos, falta Micaela Aldana Ortega. Jonathan Omar Luna es un delincuente con todas las letras, es un criminal. No podemos seguir pensando sin perspectiva de género”, enfatizó Petersen.
La querellante pidió pena de prisión perpetua e insistió: “Para Jonathan Omar Luna las mujeres somos cosas. Estamos ante una bestia. Jonathan Omar Luna tiene que ser condenado ejemplarmente y, por último, en nombre de Micaela: Ni Una Menos, Ni Una Muerta Más, No más femicidios, no más machos violentos que se creen con derechos, Jonathan Luna tiene que estar en el lugar que le corresponde”.
Al finalizar el alegato, Mónica Cid gritó “Ni Una Menos. Jonathan Omar Luna, a mí también me mataste”. El público respondió con insultos y la presidenta del tribunal pidió orden para dar la palabra al dr. Cuevas.
El defensor argumentó que no negaba la autoría de los hechos y disintió “con cuestiones técnicas y legales”. Explicó que “la contactación de menores tiene que ver con la falta de contacto con gente par”.
Para Cuevas el caso no es un femicidio porque Luna no era la pareja de Micaela. “No estoy diciendo que no existen los femicidios. Yo creo que no basta una decisión súbita”. Trató de contrarrestar la motivación planteada por la fiscalía y la abogada de la familia al sostener que el delito anterior al asesinato de Micaela fue un robo.
Mencionó que “si no entendemos la estructura psiquiátrica de Luna no vamos a poder entender el desenlace fatal de este hecho”.
Sobre el final, el defensor opinó que la motivación de Luna fue el robo y que el modus operandi del imputado era el mismo por el cual fue apresado años atrás. “No estaba en la mente del autor lograr la impunidad porque no fue meticuloso. (…) La calificación correcta debería ser homicidio agravado en ocasión de robo”. Por ello, pidió que su defendido sea condenado a veinte años de prisión con adecuados tratamientos psiquiátricos.
Petersen se refirió a la “misoginia exagerada” invocada por Cuevas: “Se es misógino o no se es misógino; se tiene odio hacia las mujeres o no se lo tiene; se está dentro de las características y de la estructura patriarcal o no se está”.
“Habla de su estructura psiquiátrica y se su estado mental: no contamos en ningún estadio de la causa con la historia clínica del imputado, lo único que podemos tener son referencias a un supuesto golpe y el estudio que le hizo en el Hospital José Penna”.
“No estamos ante una persona que no puede determinar y no puede planificar lo que quiere hacer. Luna sabe perfectamente lo que quiere hacer, a Luna se le cayó el gorro en el lugar del hecho. Luna escapó cobardemente y dejó a Micaela en un lugar donde nadie la iba a encontrar. Luna, durante 35 días, siguió contactando menores en las mismas condiciones en las que lo hizo con Micaela y Luna es misógino”.
La abogada subrayó que “Luna odia a las mujeres y considera que somos objeto para satisfacer todas sus necesidades, por lo tanto, creemos que este tipo de defensa no hace a la posibilidad de escapar a la calificación de violencia de género”.
La lectura de la sentencia será el próximo jueves 19 de octubre a las 9:30 en los tribunales de Estomba 34.